martes, 13 de mayo de 2014

¿Hay órganos en el cuerpo espiritual?


                              ¿Hay órganos en el cuerpo espiritual?

Es la pregunta que todos nos gustaría de ver respondida, tal es la dificultad para entender y asimilar aquello que no podemos ver ni notar con los imperfectos sentidos del cuerpo físico. Entre tanto, la respuesta no podrá ser “si” o “no” como nos gustaría que fuese, porque serian afirmaciones categóricas, radicales, que jamás expresarían la complejidad y magnitud de las variantes que determinan una u otra de las afirmativas.
El iluminado Espíritu Emmanuel, en la obra El consolador responde, en la pregunta numero 30: “Dentro de las leyes sustanciales que rigen la vida terrestre, extensivas a las esferas espirituales más próximas al planeta, ya el cuerpo físico, exceptuadas ciertas alteraciones impuestas por la prueba o tarea a realizar, es una exteriorización aproximada del cuerpo periespiritual, exteriorización esa que subordina a los imperativos de la materia mas grosera, en el mecanismo de las herencias celulares, las cuales, a su vez, se encuadran en las indispensables pruebas o testimonios de cada individuo”
¡Ahora, si es una exteriorización del cuerpo periespiritual, entonces los órganos preexisten a la creación del cuerpo físico! No debemos olvidar que el periespíritu es el plano organogenésico del cuerpo físico, del mismo modo que una semilla lo es del árbol que su germinación traerá a la vida; por eso, es absolutamente natural y lógico que, al desprenderse del cuerpo por el fenómeno de la muerte, los sistemas orgánicos lo acompañen y, con ellos, las necesidades propias.
Sabemos que el periespíritu, o cuerpo espiritual, es el vehículo de expresión del Espíritu, energía inteligente individualizada por el Creador, y tiene su formación material fluídica dependiente del estado vibratorio del desencarnado que lo habita. Cuanto más evolucionado moral e intelectualmente, mas etérea es su naturaleza y menos imperiosas las necesidades a satisfacer. Del mismo modo como en la Tierra el hombre más intelectualizado y moralizado se satisface con una alimentación frugal y el hombre ignorante y embrutecido por la deficiencia intelectual y atraso moral en que se demora exige una alimentación más pesada, más densa, los Espíritus desencarnados igualmente tendrán las exigencias de la naturaleza “material” de su cuerpo espiritual, a depender del estado vibratorio que le sea peculiar.
Afirmar que los Espíritus desencarnados no comen, no duermen, no se cansan, y no están sujetos a las necesidades físicas de los sistemas orgánicos en general, no tendría sentido. En la obra "Los mensajeros", psicografiado por Francisco Cándido Xavier, en la página 92 de la 5ª edición, FEB, vemos André Luiz y Vicente, dos Espíritus en viaje de la colonia "Nuestro hogar" para la costra terrestre, descansaron en una posada en medio del trayecto, donde les fue ofrecida abundante comida de frutas. Suponer que alguien, porque murió, podrá prescindir de los sistemas orgánicos que lo acompañaron durante toda la vida material seria santificarlo o prestarle una angelitud que no todos estarán a la altura de poseer, pues el pasaje directo de la Tierra para las esferas de Luz es atributo de las almas angélicas y santificadas, para las cuales las dependencias materiales ya no tiene ningún sentido.
Como nadie se convierte en santo porque muera, se sigue que casi la totalidad de los desencarnados carecerá de los sistemas orgánicos para conducirse por la vida espiritual. Así, cada Espíritu buscara la satisfacción de las propias necesidades, conforme el estado de materialidad que aun tenga. A la proporción que las necesidades van desapareciendo, con la transferencia de los estados mentales y de consciencia para condiciones más elevadas, los órganos irán atrofiándose por falta de uso objetivo hasta el completo desaparecimiento.
En la obra anteriormente citada, en la misma página, el anfitrión Alfredo se refiere a la falta de medicamentos y alimentos para atender al gran numero de desencarnados que están bajo tutela del Puesto de Socorro de Campos de la Paz, cuyos estados de materialidad y desequilibrio aun reclaman tales recursos. En la obra Nuestro Hogar, del mismo autor espiritual, vemos al Gobernador de la colonia del mismo nombre, proporcionando el auxilio de especialistas en alimentación pranayana por la respiración, habitantes de otras esferas, para cohibir abusos de la población de la colonia que comenzaba a sofisticar con esmero las preferencias alimenticias, exigiendo menús cada vez más próximos a los alimentos materiales terrenos.
¡Si estos hechos acontecen con desencarnados de mediana evolución, imaginemos lo que ocurrirá con los infelices hermanos, habitantes de las regiones inferiores del umbral, sujetos a las aflictivas carencias de una vida embrutecida y sin esperanza!
A la proporción que el desencarnado va adquiriendo independencia en la elevación de sentimientos y enriquecimiento intelectual, el dominio mental sobre su vehículo de expresión va aumentando, y el fenómeno de la ideoplastia va promoviendo las transformaciones normales, de la naturaleza material para la naturaleza espiritual. La ideoplastia es la fuerza resultante de las acciones producidas por la consciencia, por el pensamiento y por la voluntad, capaz de modificar la estructura del periespíritu.

Mauro Paiva Fonseca- Extraído de la revista "Reformador" Febrero 2007

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No espere vivir sin problemas, una vez que los problemas son ingredientes de evolución, necesarios en el camino de todos. 
Emmanuel
                                                                 
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RESUMEN DE LA DOCTRINA ESPÍRITA

Eliseo Rigonatti


Podemos resumir todo lo que hemos estudiado sobre la Doctrina Espírita, en los siguientes principios fundamentales, tal como lo hizo León Denis:

1. Una inteligencia Suprema rige el Universo. Ella regula las leyes eternas, a las cuales los seres y las cosas están sometidos.
2. Dios es el Señor del Universo, ley viva, foco inmenso de luz que irradia hacia todos los mundos la armonía, el amor, la verdad y la justicia.
3. En el Universo todo marcha hacia un estado superior. Todo se transforma y perfecciona.
4. El Espíritu es inmortal. Contiene el germen de la perfección y se desenvuelve por sus trabajos y esfuerzos, encarnando en mundos materiales y elevándose a través de las vidas sucesivas.
El espíritu tiene don envolturas: una es el cuerpo terrestre que le sirve de instrumento de lucha y de prueba y del cual se deshace en el momento de la muerte. El otro es el cuerpo fluídico, inseparable del Espíritu y que progresa y se depura con él: el periespíritu.
5. La vida terrestre es una escuela, un medio de educación y perfeccionamiento por el trabajo, por el estudio y por el sufrimiento.
Libre y responsable, cada uno de nosotros trae es sí la ley de su destino; preparamos en el presente nuestras alegrías y dolores futuros.
El espíritu se perfecciona y engrandece a medida que va usando su libre albedrío para practicar el bien y rechazar el mal.
6. Una estrecha solidaridad une a todos los Espíritus, iguales en su origen y en sus fines, aunque ocupan diferentes grados en la escala de progreso. Hijos de Dios, su Padre común, todos los Espíritus son hermanos y forman una inmensa familia.
7. Los Espíritus se clasifican en el espacio de acuerdo con la densidad de su periespíritu, correspondiente al grado de adelanto u de depuración de cada uno.
Los Espíritus culpables y malos se encuentran envueltos por una espesa sombra fluídica que los arrastra hacia los mundos inferiores, donde deben encarnar para liberarse de sus imperfecciones.
El Espíritu virtuoso, revestido de un cuerpo sutil, etéreo, participa de las sensaciones de la vida espiritual y se eleva hacia los mundos felices. El Espíritu en su vida superior y perfecta colabora con Dios, coopera en la formación de los mundos, dirige el progreso, vela por las humanidades y por la ejecución de las leyes divinas.
8. El bien es la ley suprema del Universo.
9. El objeto de la vida es la educación del Espíritu. Siendo así, es necesario vencer las pasiones, terminar con los vicios, alentar todo lo que fuera elevado.
Luchar, combatir, sufrir por el bien de la humanidad. Iniciar a nuestros hermanos en los esplendores de la armonía, del amor, de la verdad y de la justicia; tal es el secreto de la felicidad del futuro, tal es el deber.

Tomado del libro “Doctrina Espírita para la Niñez”

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta.

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QUÉ ES EL ESPIRITISMO 

ALLAN KARDEC.

S. –Usted dice que el Espiritismo no discute los dogmas, y sin embargo admite ciertos puntos combatidos por la Iglesia, tales, por ejemplo, la reencarnación, la presencia del hombre en la Tierra antes de Adán, y niega la eternidad de las penas, la existencia de los demonios, el purgatorio y el fuego del infierno.
 
A. K. –Esos puntos se han discutido desde hace mucho tiempo, y no es el  Espiritismo quien los ha puesto en tela de juicio; opiniones son esas de las cuales son algunas controvertidas por la misma teología y que juzgará el porvenir. A todas las domina un principio: la práctica del bien, que es la ley superior, la condición sine qua non de nuestro porvenir, como lo prueba el estado de los espíritus que con nosotros se comunican. En tanto que se haga para usted la luz sobre estas cuestiones, crea, si lo quiere, en las llamas y en los tormentos materiales si esto le puede alejar del mal: la  creencia de usted no los hará más reales si es que no existen. Crea usted, si le place, que no tenemos más que una existencia corporal; esto no le impedirá renacer aquí o en otra 
parte, a pesar de usted, si así debe ser. Crea usted que el mundo entero y verdadero fue hecho en seis veces veinticuatro horas, si tal es su opinión: esto no impedirá que la Tierra tenga escritas en sus capas geológicas las pruebas de lo contrario. Crea usted, si así lo quiere, que Josué detuvo el Sol: esto no impedirá que la Tierra gire. Crea usted que sólo seis mil años hace que el hombre está en la Tierra; esto no impedirá que los hechos demuestren la imposibilidad de esa creencia. ¿Y que diría usted si el día menos pensado la 
inexorable geología viniese a demostrar, con patentes vestigios, la anterioridad del hombre, como ha demostrado tantas otras cosas? Crea usted lo que quiera, hasta en el diablo, si esta creencia puede hacerle bueno, humano y caritativo para con sus semejantes. 
El Espiritismo, como doctrina moral, sólo impone una cosa: la necesidad de hacer el bien y de no practicar el mal. Es una ciencia de observación, con que, vuelvo a repetirlo, tiene consecuencias morales, y éstas son la confirmación y la prueba de los grandes principios de la religión. En cuanto a los puntos secundarios, los deja a la conciencia de cada uno.

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Comentarios. En estos días en que el Papa Francisco, ha dicho que la iglesia ya no cree en un infierno literal, donde la gente sufre. Esta doctrina es incompatible con el amor infinito de Dios. Dios no es un juez, sino un amigo y un amante de la humanidad. 
Mucho antes ya lo dijo el espiritismo y por ello fue perseguido y calumniado, siendo sus libros quemados en la hoguera de la intolerancia, como dijo Allan Kardec, juzgará el porvenir. El PORVENIR es el tiempo actual que va poniendo las cosas en su sitio, demostrando que las las enseñanzas de los espíritus es la luz que alumbra y alumbrará para siempre a la humanidad. Si bendito es todo lo que de Dios viene, bendito eres espiritismo emanado de Dios, y guiado por Cristo, eres el Faro que ilumina a la humanidad, porque tus máximas son el amor y la caridad.
Luz progreso y paz .
Marco Antuan
Permitanme para los principiantes : S, es el interlocutor el que le hace las preguntas a Allan Kardec, A. k. como comprendereis es Allan kardec el que contesta.

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2 comentarios:

  1. perfecto, muy clarificador!!!! me ha gustado mucho.

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  2. El Periespíritu o cuerpo espiritual, es una copia exacta del cuerpo físico, por lo que siendo el molde biológico de la materia, contiene todos y cada uno de los órganos que después moldeará y materializará en una nueva encarnación.

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