domingo, 24 de agosto de 2014

Almas enamoradas


ALMAS ENAMORADAS
 Generalmente, es en la juventud del cuerpo donde hemos despertado el interés en buscar el sexo opuesto para compartir nuestros sueños.
Cuando encontramos al alma elegida, el corazón parece latir en la garganta y quedamos sin acción. Elaboramos frases perfectas para causar el impacto deseado, a fin de no ser rechazados.
Entonces es cuando todo comienza. El enamoramiento es un  dulce encantamiento.
Luego comenzamos a pensar en consolidar la unión y nos preparamos para el casamiento.
Tenemos la convicción de que seremos eternamente felices. Nada nos impedirá de realizar los sueños  alentados en la intimidad.
Durante la fase del enamoramiento si estuviésemos en el muelle observando el mar calmado que nos aguarda, y nos decidimos por adentrarnos en la embarcación del casamiento.
La embarcación se aparta lentamente del muelle  y los primeros momentos son de extremada alegría. Son los minutos más agradables. Todo es novedad.
Más, como en el casamiento de hoy se observa la presencia del ayer, representada por almas que se aman o se detestan, no siempre el suave encantamiento es duradero.
Tan pronto  como los cónyuges retiran las mascaras  colocadas con la intención de conquistar al alma elegida, la convivencia se torna más amarga.
Eso acontece por estar juntos Espíritus que aun no se aman verdaderamente, que es el caso de la gran mayoría de las uniones en nuestro planeta.
Siendo así, tan pronto como la embarcación se adentra en alta mar, y los cónyuges comienzan a enfrentar las tempestades, el primer impulso es el de volver al muelle.  Más el ya está muy lejos…
El segundo impulso es el de abandonar la embarcación. Y es lo que muchos hacen.
Y como uno de los cónyuges, o ambos, tienen sus sueños rotos, pronto comienzan a imaginar que el alma gemela se está constituyéndose en esposas y desean ardientemente liberarse.
Y  lo que generalmente hacen es buscar a otra persona que pueda atender sus carencias.
Se olvidan de los primeros momentos del enamoramiento, en donde todo era felicidad, y buscan otras experiencias.
Algunos se  arrojan a los primeros brazos  que encuentran a disposición, para luego más tarde, sentir nuevamente el sabor amargo de la decepción.
Intentan una y otra vez más, y nunca hallan a alguien que consolide sus ansias de felicidad. Consiguen solamente la infelicidad e infelicitarse, buscando algo que no encuentran.
 * * *
Si la persona con quien nos casamos no es lo buena que esperábamos, nos acordamos de que, si la elección fue hecha por el corazón, sin otro interés cualquiera, es con esa persona con la que precisamos convivir para recortar los bordes.
Nos olvidamos de que en la Tierra no hay nadie perfecto, y que nuestra búsqueda para encontrar a ese alguien es en vano.
Y si hubiese alguien perfecto, ese alguien estaría buscando a alguien también perfecto, que, seguramente, no seriamos nosotros.
 * * *
 Los casamientos son programados antes del nacimiento.
Así, tenemos al cónyuge que merecemos y el mejor que las Leyes Divinas establecieron  para nosotros.
De esa forma, busquemos amar intensamente a la persona con la que dividimos el hogar, pues solo así conseguiremos alcanzar la felicidad que tanto ansiamos.
Redacción del Momento Espirita
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LA PALABRA AMOR SE ESCRIBE

CON "P"

Porque para amar se debe poseer PACIENCIA en los momentos en que el mismo amor te pone a prueba.
El verdadero amor se escribe con "P", porque para olvidar un mal recuerdo debe de existir PERDÓN antes que el odio entre a aquellos que se aman.
Amor se escribe con "P"... porque para obtener lo que deseas, debes de PERSEVERAR hasta alcanzar lo que te has propuesto.
El sincero amor se escribe con "P"... porque la PACIENCIA, el PERDÓN y la PERSEVERANCIA son ingredientes necesarios para que un amor perdure.
Porque amor es también.... una PALABRA dicha a tiempo...
Es el PERMITIRSE volver a confiar.LA PALABRA AMOR SE ESCRIBE CON "P"
Porque para amar se debe poseer PACIENCIA en los momentos en que el mismo amor te pone a prueba.
anónimo
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LEYES DE 

LA COMUNICACIÓN 

ESPÍRITA

Sabemos que todo vibra e irradia en el Universo, porque todo es vida, fuerza luz. La Naturaleza, en sus menores átomos, está penetrada de una energía infinita, manantial de todos los fenómenos.  Así también, cada espíritu libre o encarnado tiene, según su estado de adelanto y de pureza, una radiación cada vez más intensa, más rápida, más luminosa.
La ley de las atracciones y de las correspondencias rige todas las cosas; las vibraciones, al traer vibraciones similares, aproximan y unen los corazones, las almas, los pensamientos.
Nuestras codicias, nuestros malos deseos, crean en torno nuestro una atmósfera fluídica malsana, favorable a la acción de las influencias del mismo orden, mientras que las aspiraciones elevadas atraen las vibraciones poderosas, las radiaciones de las esferas superiores.
Tal es el principio de la evolución; el ser posee la facultad de acumular las fuerzas misteriosas de la Naturaleza para elevarse con su auxilio y remontarse, de grado en grado, hacia la causa de las causas, hacia la fuente inagotable origen de toda vida.
La escala ascensional comprende planos sucesivos y superpuestos; en cada uno de ellos los seres están dotados del mismo estado vibratorio; de medios de percepción análogos que les permiten reconocerse unos a otros, en tanto que continúan invisibles, y aun muchas veces incognoscibles para ellos, los seres de los planos superiores, a consecuencia de su estado vibratorio más rápido, y de sus condiciones de vida más sutiles y más perfectas.
Esto es lo que sucede entre los espíritus según sus diferentes grados de purificación, y lo mismo entre nosotros respecto a ellos. Pero, así como se puede ensanchar el campo de la visión humana con ayuda de los instrumentos de óptica, asimismo se puede aumentar o disminuir el número de vibraciones hasta conseguir un estado intermedio, en que los modos de existencia de dos planos distintos se combinen y entren en relación.
Para comunicar con nosotros, el espíritu tiene que disminuir la intensidad de sus vibraciones y activar, al mismo tiempo, las nuestras. El hombre puede ayudarse con su voluntad; el punto que debe alcanzarse constituye para él el estado de mediumnidad.
Sabemos que la mediumnidad, en la mayor parte de aplicaciones, es la propiedad que poseen ciertas personas de exteriorizarse a diversos grados, de desprenderse de su envoltura carnal, y de dar mayor amplitud a sus vibraciones psíquicas. Por su parte, el espíritu a quien la muerte ha libertado se envuelve en materia sutil y amortigua sus propias radiaciones para ponerse al unísono con el médium.
Aquí son necesarias cifras explicativas. Admitamos, a ejemplo de algunos sabios. que las vibraciones normales del cerebro humano sean en número 1.000 por segundo. En el estado de <<trance>>o de desprendimiento, la envoltura fluídica del médium vibra con mayor energía y sus radiaciones llegan a la cifra de 1.500 por segundo. Si el espíritu, libre en el espacio, vibra al mismo tiempo bajo la influencia de 2.000 vibraciones, le será posible, mediante una materialización parcial, rebajar este número a 1.500. Desde entonces, los dos organismos vibran simpáticamente y pueden establecerse relaciones; el mensaje del espíritu será percibido y transmitido por el médium en estado de <<trance>>.
Esta armonización de las ondas vibratorias es la que da, a veces, al fenómeno de las incorporaciones tanta precisión y limpieza. En los demás estados de mediumnidad, el pensamiento del espíritu podrá comunicarse, igualmente, por medio de vibraciones correspondientes, aunque menos intensas que las vibraciones iniciales, así como una nota se repite de octava en octava, desde la clave más alta de la vibración armónica hasta la más baja.
León Denis. (En lo invisible)

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