lunes, 4 de agosto de 2014

KARDEC Y EL AUTO CONOCIMIENTO

KARDEC Y EL AUTO CONOCIMIENTO
Wellington Balbo


Complicado es el caminar por tierras extrañas, en un viaje donde falta conocimiento del camino a seguir.
Cuando esto ocurre las posibilidades de error son grandes. Imprescindible, por lo tanto, es abastecerse de todas las mejores condiciones, para que este viaje transcurra de la mejor forma posible.
El viaje al cual nos referimos aquí, es el retorno del Espíritu al mundo de la materia, por las puertas sagradas de la reencarnación.
¿Pero, y el planeamiento? ¿No planificamos este viaje de retorno al mundo físico?
Si lo hicimos, no será algo extraño, al final, es como si recordásemos los caminos a recorrer, basta seguir lo planificado y no nos perderemos.
Si; la verdad es que si seguimos el plan elaborado, procurando cumplirlo, todo es más fácil, a pesar de las posibilidades de cambios de rumbo.
Todo dependerá de nuestra elección.
Podemos seguir lo que fue planeado en el plano espiritual, como también podemos, entorpecernos con los sentidos de la carne y desviarnos por otros caminos.
Entonces, cómo lograr el éxito en nuestra jornada terrena, ¿si no cumplimos lo que nos fue trazado otrora, en el plano espiritual?
A final, si optamos por otros caminos, no estudiados, ni planificados, nuestras posibilidades de éxito se hacen menores
Esto no quiere decir, que sea imposible la salida de lo que fue planeado, ni que sea un fracaso existencial.
Entretanto, hay en toda esta historia, un ingrediente que hace la diferencia en nuestro favor: ¡el auto conocimiento!
Auto conocimiento que está explícito en la codificación de la Doctrina Espírita, más precisamente en la cuestión nº 919, de “El Libro de los Espíritus”, donde los bienhechores indican al auto conocimiento, como condición esencial para el éxito en la vida.
Quien ejercita el auto conocimiento, conoce las virtudes que posee y las limitaciones a superar.
Y digo de paso, que conocer las virtudes no quiere decir ser prepotente, pero si saber de los éxitos conquistados, ¿o alguien duda que tenemos muchos triunfos?
Si, tenemos muchas virtudes, muchas habilidades que desarrollamos al largo de nuestras existencias. El gran problema, es que muchos consideran, que reconocer de la existencia de estas virtudes, es en si vanagloriarse.
Nada de esto; eso es conocerse, saber lo que ya fue conquistado. Lo que no puede es resbalar a los excesos e idolatrar la propia figura, o utilizar las conquistas efectuadas en el campo de la cultura, por ejemplo, para constreñir al semejante, eso es otra historia.
Quien se considera profesor de la vida, y estar efectivamente ocupando un dignísimo lugar al lado de “DIOS”, entra en letárgica existencial, dejando de avanzar por la simple razón de considerarse perfecto.
Somos seres en constante construcción, insertados en un incesante proceso de aquilatar virtudes y superar limitaciones.
Con todo, es necesario conocer las virtudes que faltan por conquistar y las malas que se deben depurar.
Es ilustrativo el caso del alcoholismo, una enfermedad que solo es vencida cuando el alcohólico se entera de su condición.
Es necesario que el alcohólico primero admita que está enfermo, para después vencer el vicio.
Mientras el alcohólico intenta engañarse, considerando que nada tiene, persistirá enfermo por un simple motivo: ¡ignorancia!
Este ejemplo, apenas demuestra la necesidad constante que tenemos de cultivar el auto conocimiento, estudiándonos permanentemente para que no quedemos sometidos a nuestras debilidades.
Y en el tópico de auto conocimiento, vale la pena recordar a Kardec, ya que, se auto conocía y sabia de las virtudes que poseía, como también tenía plena conciencia de que no era el único capaz de desempeñar el trabajo de organización de la Doctrina Espírita.
Y demostrando de esa manera objetiva y segura, sin aires de superioridad que caracteriza el ser prepotente.
Nos dice en “Obras Póstumas”, refiriéndose a la caridad:
(...) “Es cierto que no me pertenece formular el inventario del bien que pude hacer; pero en un momento en el que todo parece olvidarse, debe serme permitido manifestar a los que me sobrevivan, que mi conciencia me dice que no he traicionado a nadie, que he hecho todo el bien que me ha sido posible y que he respetado y no he pedido cuentas a la opinión; sobre este punto mi conciencia está tranquila,” (...)
Y en la misma obra antes citada, extraemos otra prueba de auto conocimiento que poseía el codificador, quien no se consideraba insubstituible, dejando explícito que una obra gigantesca como el Espiritismo, no queda subordinada a solamente un hombre, prueba cabal de la magnitud divina:
(...)” no tengo la pretensión de ser el indispensable, que Dios es muy sabio para hacer descansar el porvenir de una doctrina que debe regenerar el mundo sobre la vida de un hombre, y que además, me ha sido dicho que para cumplir mi tarea de constituir la doctrina, me será otorgado el tiempo necesario.(...)
En la familia, en la sociedad, en el trabajo y en las actividades voluntarias que desempeñamos, somos todos importantes, pero no insubstituibles.
Tener consciencia de la condición de eternos alumnos de la vida y es el secreto para no estacionarnos en la prepotencia, ni hundirnos en las obscuras aguas, de falta de confianza en nosotros mismos.
Todos tenemos virtudes, y es importante saber esto. Todos tenemos limitaciones, y más importante aun es no ignorarlas, para que cumplamos fielmente los designios del creador, que augura a todos un futuro promisor.
Pensemos en esto.

Traducción Cassio Lopes

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La doctrina del Espiritismo


86. ¿Cómo se nombra el conjunto de las enseñanzas que acabamos de exponer?
− El conjunto de estas enseñanzas se nombra Espiritismo, o espiritualismo experimental.
87. ¿Qué significa la palabra Espiritismo?
− Significa ciencia del espíritu, porque son los espíritus mismos quienes nos las revelaron.
88. ¿Por qué espiritualismo experimental? 
− Porque esta doctrina se basa en hechos positivos, controlados por la experimentación científica.
89. ¿El Espiritismo es una ciencia o una creencia? 
− El Espiritismo es a la vez una ciencia positiva, una filosófica, una doctrina social; es también una creencia, pero basada en la ciencia experimental.
90. ¿Es una ciencia, una filosofía, una doctrina, una creencia nuevas? 
− De ninguna manera; es la ciencia íntegra, la filosofía humana, la doctrina universal. Es vieja y nueva, como la Verdad, que es eterna.
91. Pruebe que el Espiritismo es una ciencia. 
− El Espiritismo es una ciencia porque reposa en principios positivos de los que se puede sacar deducciones científicas indiscutibles. Además, es la misma razón de la ciencia, porque la ciencia que no alumbra al hombre sobre su naturaleza íntima y sobre su destino es sólo una ciencia incompleta y estéril, como el positivismo. Entonces, el Espiritismo es la ciencia completa del hombre; le señala su verdadera naturaleza, su principio fundamental, su destino final, y por consiguiente se esfuerza, dándole toda luz a la vida, por hacerle más feliz y mejor.
92. ¿Cuáles son las pruebas científicas actuales del Espiritismo? 
− Las pruebas actuales del Espiritismo son los descubrimientos recientes de la radioactividad de todos los cuerpos y de todos los seres, la hipnosis, el magnetismo, los fenómenos múltiples de la telepatía, del desdoblamiento, los fantasmas de los vivos y de los difuntos, en una palabra todo el conjunto de los fenómenos de orden psíquico. Los descubrimientos futuros, de los que éstos son sólo el prefacio, darán al Espiritismo experimental una consagración definitiva.
93. Ya que el Espiritismo es una ciencia positiva, ¿por qué encuentra tanta contradicción, tanta hostilidad entre los sabios? 
− El Espiritismo es combatido, en general, sólo por los sabios oficiales, precisamente porque es una revolución en la ciencia oficial. La inmensa mayoría de los sabios libres e independientes son, por contra, favorables al Espiritismo y cada día vienen a incrementar nuestras filas. El Espiritismo experimental ha sido reconocido de utilidad pública; numerosos institutos psíquicos se crearon en los grandes centros intelectuales de Europa y del Nuevo Mundo. La ciencia, liberada de los métodos caducos y las rutinas seculares, en un futuro próximo, será totalmente espiritualista.
94. ¿Cómo el Espiritismo, que es una ciencia, es al mismo tiempo una filosofía y una moral? 
− Porque el Espiritismo es una ciencia eminentemente práctica, que enseña a los hombres las dos grandes virtudes en las cuales reposa toda la moral humana: la justicia y la solidaridad, es decir el progreso en el orden y el amor.
95. ¿Acaso el cristianismo no explica esta moral? 
− Si, es la moral universal escrita desde todos los tiempos en la conciencia humana. Jesús la enseñó al mundo hace veinte siglos, pero los sacerdocios y las teologías la desnaturalizaron y fue alterada por adiciones interesadas o interpretaciones sutiles. El Espiritismo le restituye su primera pureza, lo apoya con pruebas sensibles y la presenta al género humano con toda la amplitud que conviene para su evolución actual y sus progresos futuros.
96. Sin embargo, toda moral pide una sanción, es decir, una recompensa por el bien, un castigo para el mal. 
− La recompensa del bien consumado, es el bien mismo, como el castigo del mal empleado es la conciencia de haberlo hecho con premeditación, de donde el remordimiento. El espíritu humano mismo es su propio remunerador o su justiciero. Dios no castiga ni recompensa ni a nadie. Una ley inmutable, una justicia inmanente dirigen tanto el orden del universo como las acciones de los hombres. Todo acto consumado trae sus consecuencias. Dios deja al tiempo el cuidado de traerlas.
97. ¿Entonces no hay cielo ni infierno? 
− El cielo o el infierno están en la conciencia de cada uno de nosotros; toda alma lleva en sí y consigo su alegría o su pena, su gloria o su miseria, siguiendo sus méritos o sus deméritos.
98. ¿Entonces, por qué hacer el bien y evitar el mal, si no se es recompensado por lo uno con el cielo, ni castigado por lo otro con el infierno? 
− Hay que hacer el bien y evitar el dolor, no con en el fin egoísta de una recompensa ni por el temor servil a un castigo, sino únicamente porque es la ley de nuestro destino y la condición necesaria para nuestro adelanto. El progreso de los seres es el resultado de su esfuerzo individual, así se desvanecen el dogma injurioso de la gracia y la teoría fatalista de la predestinación.
99. ¿Cómo formula usted la ley del destino? 
− Cada uno de nuestros actos, bueno o malo, dijimos, recae sobre nosotros. La vida presente, feliz o desgraciada, es la resultante de nuestras obras pasadas y la preparación de nuestras vidas futuras. Cosechamos, matemáticamente, a través de los siglos, lo que sembramos. La memoria de nuestras vidas anteriores se borra en el momento de la vuelta del alma a la carne; pero el pasado subsiste en las profundidades del ser. Esta memoria se reencuentra a la muerte y hasta durante la vida, cuando el alma se libra del cuerpo material, en diferentes estados del sueño. Entonces, el encadenamiento de nuestras vidas y, como consecuencia, el de las causas y los efectos que las rigen, se reconstituyen. La realización en ella de una ley soberana de justicia se vuelve evidente para nosotros.
100. Acabamos de ver que el Espiritismo es una ciencia positiva y una filosofía moral. ¿Cómo es además una doctrina social?
− Porque el Espiritismo bien comprendido y bien practicado vuelve al individuo mejor, y es únicamente por el mejoramiento del individuo que se puede obtener el de la sociedad.
101. ¿Cómo el Espiritismo vuelve mejor al individuo? 
− Consagrándosele la verdadera noción de la vida y por lo tanto la de su destino; es decir haciendo la educación moral del hombre individual y del hombre social.
102. ¿Pero la sociología y el socialismo modernos no hacen la misma cosa? 
− Desgraciadamente hacen lo contrario. El socialismo actual ve en la existencia presente sólo lo que llama "la concurrencia vital", es decir lucha por la vida. Esta teoría es peligrosa porque consagra el materialismo, excita los apetitos, desencadena las codicias, legitima todos los atentados y trae la anarquía. No se refiere más que al bienestar material, es decir la vida del cuerpo, y no tiene nada en cuenta del destino inmortal del espíritu.
103. ¿Cómo la doctrina espiritista corrige este error de socialismo? 
− El Espiritismo le demuestra al hombre que su vida presente es sólo un eslabón de la larga cadena de sus existencias. Por consiguiente, debe considerarla sobre todo desde su punto de vista real, el de la educación del alma, y no por las ventajas materiales que nos ofrece, éstas que no pueden, si abusamos de ellas, más que retrasar nuestro adelanto y nuestra felicidad verdadera. ¿Esta única consideración no es ya uno de los mejores argumentos a favor de la moderación de los apetitos, y la más segura de nuestras certezas sociales?
104. ¿Cómo comprende el Espiritismo la solidaridad humana? 
− En su noción más alta y más extensa. Cada hombre debiendo renacer para reparar sus faltas o perfeccionar su vida sobre la misma tierra, que es el campo de batalla de sus luchas y el terreno de sus trabajos, ¿no tiene todo el interés en hacer allí el bien a su alrededor, en querer a sus semejantes, a prestarles ayuda para prepararse un regreso feliz a este mundo de pruebas? El hombre comprende, gracias a las enseñanzas del Espiritismo, que trabaja para sí mismo consagrándose a los demás: es el principio de la verdadera solidaridad por el sacrificio individual, de donde resulta el beneficio colectivo. Si esta doctrina fuera comprendida y aplicada concienzudamente, solamente durante 24 horas sobre Tierra, el problema social sería resuelto definitivamente.
105. ¿No es este punto un sueño, unas de esas utopías acariciadas por los espíritus quiméricos, pero imposible de realizar? 
− Los hechos están ahí para probar la posibilidad de realizar esta doctrina social. Existen en Bélgica y en Francia grupos espiritistas de obreros, y sobre todo mineros, que funcionan desde hace quince o veinte años. Cada domingo, se reúnen para escuchar las enseñanzas de los espíritus protectores y las comunicaciones del más allá. Cada uno de estos trabajadores humildes participa del evangelio de los invisibles. Algunos han curado completamente sus pasiones y corregido sus vicios; todos ellos son consolados, instruidos, reconfortados y se vuelven mejores. Estos hombres, en otro tiempo incultos y groseros, ahora son alumbrados sobre los problemas del destino y de la vida eterna. Las voces de ultratumba, la de sus amigos, de sus parientes, les aprendieron más que los sermones del sacerdote o las declamaciones del sofista y del retórico. Un día, y este día no tardará en venir, estas comunicaciones del mundo invisible se harán la religión de los pueblos y la de la humanidad; un nuevo principio educativo social será revelado al mundo, y la paz, la justicia, la fraternidad reinarán entre los hombres.

Leon Denis 
Extraído del libro "Síntesis doctrinal y práctica del Espiritismo"


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Desánimo Espiritual 

Cuando entramos en contacto con un ideal filosófico y/o espiritual que nos toca la razón y el convencimiento, y por afinidad nos sentimos identificados con sus preceptos, es natural (y de hecho, coherente) que pasemos a incorporarlos a nuestro día a día., al menos si estamos interesados en “educar” ciertas áreas personales, mejorar nuestro patrimonio espiritual o, en definitiva, crecer como individuos. La Doctrina espirita, que es claramente evolucionista, evidencia notablemente esto de que hablamos, ya que la auto-reforma de la persona es su fin más característico.

Es común que en los primeros momentos de adhesión a este ideal filosófico (como ocurre cuando se abrazan otros ideales del mundo), la ilusión y el entusiasmo marquen los primeros pasos... Este estado es normal (y hasta positivo), pero no durará mucho tiempo si no incorporamos, a la vez, otros aspectos que den mas seguridad y madurez a la trayectoria moral o doctrinaria que hemos elegido por afinidad de espíritu... 
Ilusión, proyectos de auto-crecimiento, ganas de hacer cosas, etc... Aparquemos por un momento todo esto a un lado: vamos a situarnos. 
Como en todos los proyectos de vida que iniciamos, el saber situarnos previamente, resulta un paso de especial importancia.., y lleva intrínseca una trascendencia q, en general, no valoramos; no solo por lo que vale, sino por las repercusiones que tendrá mas tarde, en nuestra trayectoria espiritual... Decimos esto porque, infelizmente, esto no ocurre así, y normalmente pasamos rápidamente a incorporar nuevas perspectivas espirituales y a adoptar hábitos morales nuevos sin un planteamiento previo, sin una auto-evaluación de nosotros mismos (ese “situarse”, acoplarse...de que estamos hablando). 
Pero, ¿qué significa saber situarse? Pues básicamente, meditar cual es nuestra condición interna (y global) como individuos en evolución, y tener clara nuestra realidad psicológica verdadera (sin enmascarar nada, con total honestidad)..es decir: nuestras inclinaciones afectivas, nuestras adquisiciones morales, pero sobretodo; nuestros miedos, inferioridades y pequeñas o grandes miserias, aquellas que nos encadenan al sufrimiento, pero, a la vez, nos definen como humanos..seres de luz en arduo tránsito hacia la Perfección...

Una vez hecho este “inventario” moral y psicológico (una acción que tiene que ser valiente y sincera, pues se trata de reconocer nuestra porción de sombra ..), el paso siguiente e igualmente imprescindible es aceptar todo esto que somos... plenamente.

TOMA DE CONTACTO INTERIOR
+
RECONOCIMIENTO MORAL
+
ACEPTACIÓN 

Recordamos que toda esta especie de “sondeo” personal es para un mejor rendimiento de nuestro potencial, una puesta a punto para ofrecer lo mejor de nosotros mismos a la causa que abrazamos... conscientes de lo que somos y de las cosas que aún tenemos que trabajarnos.

Sin la auto-aceptación consciente de nosotros mismos, tal como estamos en este momento de nuestra existencia, poco adelantaremos en nuestra singladura evolutiva y poco podremos ofrecer al campo elegido de nuestros ideales (ya sean estos sociales o espirituales). No existe auto-conocimiento pleno ni reforma moral sin auto aceptación ...de que somos criaturas aún frágiles, marcadas por nuestro pasado milenario, llenas de pequeñas o grandes virtudes, pero igualmente, de grandes o incluso graves defectos. Pero no obstante, es desde esta imperfecta realidad de nosotros mismos, que el Padre de todos nos ama... y si El nos acepta tal como somos, no hay ningún motivo para que no lo hagan los demás, pero sobretodo nosotros mismos.

Llamamos la atención de todos aquellos compañeros que leen este artículo sobre la importancia de SITUARSE y AUTO-ACEPTARSE. Porque si no tenemos en cuenta todo esto, antes o después, nuestra ilusión y fuerza inicial dentro del Espiritismo (o en cualquier otra doctrina o ideal), se irá transformando en apatía y desilusión; al no haber “sincronizado” adecuadamente nuestro caudal de defectos y viciaciones (tan de la humana naturaleza, ya dijimos) con la propuesta de auto-educación y reforma de la doctrina de los Espíritus..., es como empezar la casa por el tejado, pues la auto reforma y el acoplarnos a las leyes espirituales no se hace en un solo paso, es un proceso gradual, en el que no se recomiendan pausas excesivamente largas y acomodadas, cierto es, pero desde luego sin acelerones que, además, excluyan la reflexión de lo que somos antes de ponernos en funcionamiento. Todas las cosas del cielo y de la tierra tienen su tiempo... 
Si no omitimos este analizarse y auto aceptarse (sin reservas), sin enmascaramientos morales ni falsos testimonios; de forma inconsciente, el peso de nuestra realidad como necesitados espirituales (que en mayor o menor medida somos todos) se nos irá haciendo cada vez más pesado, tanto que nos irá pareciendo, cada vez con más frecuencia, mucho más “consolador” el abandonarnos a nuestras inferioridades que a trabajarlas, perdiendo así un excelente medio de hacerlo mediante el estudio de la Doctrina y el apoyo espiritual que esta conlleva. 
Y es que el optar por el opuesto de todo esto que estamos exponiendo, es la aparición de los primeros “agentes” del desánimo, producto de desproporcionadas auto-imposiciones y las sutiles mortificaciones de conciencia que resultan al compararnos ,desproporcionadamente, con Espíritus superiores o los grandes bultos del Progreso (y reconocer cuanto camino nos queda para esto), acción esta que provoca el “resaltamiento” de nuestras inferioridades y, seguidamente, el no considerarnos como dignos elementos humanos que mucho tienen aún que ofrecer, pese a nuestra humana imperfección.

El no hacer todo esto que nos puede parecer tan pueril, en los primeros momentos de abrazar determinada causa en la que ponemos confianza y proyectos, determina en gran medida la trayectoria que proyectaremos en la misma. Es por esto que observamos de cuando en cuando, como determinados compañeros del camino (detentores de excepcionales posibilidades internas), terminan cayendo en una especie de ansiedad moral que en nada ayuda y que, más tarde o más pronto, termina conduciendo a la desilusión, la falta de fe y el consecuente tirar la toalla que acaba tristemente con las nobles aspiraciones de muchos.

Por ello: AUTOACEPTACION de lo que somos y sentimos, como primer paso... y PERSEVERANCIA, como herramienta de todos los días.

Paz, Luz y Trabajo para todos.
Un compañero de todos. (FEE)


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