lunes, 18 de agosto de 2014

Sintomas de mediumnidad


SINTOMAS DE MEDIUMNIDAD
 Manuel Philomeno de Miranda

 La mediumnidad es una facultad inherente a todos los seres humanos, que algún día aparecerá de forma más ostensiva, de la que ocurre en el presente momento histórico.
Muchas enfermedades de difícil diagnóstico, por la variedad de síntomas, tienen sus raíces en los disturbios de la mediumnidad de prueba, esto es, aquélla que se manifiesta con la finalidad de invitar al espíritu a rescates aflictivos de comportamientos perversos o daños realizados en existencias anteriores. Por ejemplo, en el área física: dolores en el cuerpo, sin causa orgánica; cefalalgia periódica, sin razón biológica; problemas de sueño –insomnio, pesadillas, pavores nocturnos con sudor-; taquicardias, sin motivo justo; colapso periférico sin ninguna disfunción circulatoria, constituyendo todos ellos o apenas algunos de ellos, perturbaciones que derivan de la mediumnidad en surgimiento o con sintonía desequilibrada.
A medida que se perfeccionan los sentidos sensoriales, favoreciendo con más amplio caudal de comprensión del mundo objetivo, se amplía la embrionaria percepción extrafísica, motivando el surgimiento natural de la mediumnidad.
No pocas veces, es detectada por características especiales que pueden ser confundidas con síndromes de algunas psicopatologí as que, en el pasado, eran utilizadas para combatir su existencia.
No obstante, gracias a los notables esfuerzos y estudios de Allan Kardec, así como de una pléyade de investigadores de los fenómenos paranormales, la mediumnidad viene siendo observada y perfectamente aceptada con respeto, con respecto a benditas contribuciones que faculta al pensamiento y al comportamiento moral, social y espiritual de las criaturas.
Sutiles o vigorosos, algunos de esos síntomas permanecen en determinadas ocasiones generando mal estar y sinsabor, inquietud y trastorno depresivo, en cuanto que, en otros momentos surgen en forma de exaltación de la personalidad, sensaciones desagradables en el organismo, o antipatías injustificables, animosidades mal disfrazadas, como consecuencia de la asistencia espiritual de que se es objeto.
En el comportamiento psicológico, aún se presentan: ansiedad, fobias variadas, perturbaciones emocionales, inquietud íntima, pesimismo, desconfianzas generalizadas, sensaciones de presencias inmateriales –sombras y bultos, voces y tocamientos- que surgen inesperadamente, en tanto que desaparecen sin ninguna medicación, representando disturbios mediúmnicos inconscientes, que son provocados por la captación de ondas mentales y vibraciones que sintonizan con el periespíritu del enfermo, procedentes de entidades sufridoras o vengadoras, atraídas por la necesidad de rehacer los conflictos en que ambos –encarnado y desencarnado- se ven envueltos.
Esos síntomas, generalmente pertenecientes a los capítulos de obsesiones simples, revelan la presencia de facultad mediúmnica en desarrollo, requiriendo los cuidados pertinentes a su educación y práctica.
Sin embargo, no todos los individuos en los que se presentan síntomas de tal porte, necesitan ejercitar la facultad de que son portadores. Después de la conveniente terapia que es enseñada por el estudio del Espiritismo y por la transformació n moral del paciente, que se hacen indispensables al equilibrio personal, recuperan la armonía física, emocional y psíquica, prosiguiendo,  con otra visión de la vida y diferente comportamiento, para que no le acontezca nada peor, conforme elucidaba Jesús, después del atener y la recuperación de aquéllos que Lo buscaban y tenían el cuadro de sufrimientos anterior.
Sin embargo, gran número de portadores de mediumnidad, tienen un compromiso con la tarea específica, que le exige conocimiento, ejercicio, abnegación, sentimiento de amor y caridad, a fin de atraer a los espíritus nobles, que se encargarán de auxiliar a cada uno de en el trabajo del ministerio iluminativo.
Trabajadores de última horanuevos profetas, transformándose en los modernosobreros del Señor, están comprometidos con el programa espiritual de modificación personal, así como de la sociedad, con vistas a la Era del Espíritu inmortal que ya se encuentra en sus cimientos afincados en la corteza terrestre.
Cuando sin embargo, los disturbios permanecen durante el tratamiento espiritual, conviene que sea tenida en consideración la psicoterapia consciente, a través de especialistas propios, con el fin de auxiliar al paciente-médium a realizar el auto descubrimiento, liberándose de los conflictos y complejas perturbaciones, que son consecuencia de experiencias infelices tanto del ayer como del hoy.
El esfuerzo por el perfeccionamiento interior aliado a la práctica del bien, abre los espacios mentales a la renovación psíquica, que se enriquece de valores optimistas y positivos que se encuentran en el Espiritismo, favoreciendo a la criatura humana con la alegría de vivir y de servir, al tiempo que la misma adquiere seguridad personal y confianza irrestricta en Dios, avanzando sin cualquier impedimento rumbo de la propia armonía.
Naturalmente, cuando se está encarnado, el proceso de crecimiento espiritual ocurre por medio de factores que constituyen el tejido celular, que siempre puede padecer enfermedades, desconciertos, problemas que forman parte de la psicoesfera terrestre, dentro de la condición evolutiva de cada uno.
La mediumnidad, sin embargo, ejercida noblemente, se transforma en bandera cristiana y humanitaria, conduciendo mentes y corazones al puerto de seguridad y de paz.
La mediumnidad, por tanto, no es un trastorno del organismo. Su desconocimiento, la falta de atención a sus impositivos, generan disturbios que pueden ser evitados, o cuando se presentan, reciben la conveniente orientación para que sean corregidos.
Tratándose de una facultad que permite el intercambio entre los dos mundos –el físico y el espiritual- proporciona la captación de energías cuyo tenor vibratorio corresponde a la calidad moral de aquéllos que la emiten, así como de aquellos otros que las captan y transforman en mensajes significativos.
En este capítulo, no pocas enfermedades se originan de este intercambio, cuando proceden de las vibraciones de entidades enfermas o perversas, que perturban el sistema nervioso de los médiums incipientes, produciendo disturbios en el sistema glandular e incluso afectando el inmunológico, facultando el campo para la instalación de bacterias y virus destructivos.
La correcta educación de fuerzas mediúmnicas proporciona equilibrio emocional y fisiológico, aportando salud integral a su portador.
Es obvio que no impedirá la manifestación de los fenómenos consecuentes de laLey de Causa y Efecto, de los que necesita el espíritu en su proceso evolutivo, pero facultará la tranquila conducción de los mismos sin daños para la existencia, que proseguirá en clima de armonía y salud, a pesar de los acontecimientos impuestos por la necesidad de evolución personal.
Cuidadosamente atendida, la mediumnidad proporciona bienestar físico y emocional, contribuyendo para mayor captación de energías revitalizantes, que alzan la mente a las regiones felices y nobles, de donde se pueden obtener conocimientos y sentimientos inhabituales, que embellecen el espíritu y lo enriquecen de belleza y de paz.
Superados, por tanto, los síntomas de inicio de la mediumnidad, surgen las responsabilidades ante los deberes que irán a constituir el clima psíquico dichoso del individuo que, comprendiendo la magnitud de la situación, crecerá interiormente rumbo del Bien y de Dios.

Mensaje de Manuel Philomeno de Miranda, psicografiado por el médium Divaldo P. Franco, en la reunión mediúmnica realizada en el Centro Espírita en la ciudad de Paramirim (BA), Brasil, el 10 de julio de 2000.
Extraído del libro "Reencontro com a vida".
Traducido por Xavier Llobet
 Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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                                  MEDICACION

André Luiz

Aceptse, de modo que buscando mejorarse, soporte con paciencia las pruebas del camino.
Si usted cayó, levántese y siga adelante.
Si ya conoce lo que es la tentación, ya sabe claramente como evitarla.
Deje de crear motivaciones a sufrimientos de los que no tiene necesidad.
Absténgase de relaciones que le perjudiquen la paz.
No intente sanar amarguras del alma con medicaciones que le creen una exagerada dependencia.
Cultive la fortaleza de ánimo y acoja la realidad tal como se presenta.
Haga todo el bien que pueda, auxiliando a todos, aunque no pueda estar con todos.
Trabaje siempre, confiando en Dios.
No diga que eso es obvio o que usted ya sabe todo eso, porque los planos del bien deben ser infinitamente repetidos y la construcción más simple es la más difícil de hacer.

SEÑALES DE RUMBO, EspíritUs Diversos, psicografia de Francisco Candido Xavier, GEEM)

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  REFLEXIONANDO CON MERCHE


Queridos amigos, hola buenos días, como todas las mañanas y hablando de nuestras cosillas, mirando la vida en sí de las personas,  reflejadas a veces en nuestra propia vida, hablaremos del sentimiento de culpabilidad, sabemos que este es un padecimiento, que ha causado a veces mucho pesar y desgracia. El peso de las culpas por el mal que otros padecen es un padecimiento a veces de locura y desesperación. Y para no irnos muy lejos, recordaremos a Pedro y Judas, ambos discípulos de Jesús, que sintieron uno el pesar de haberle negado por tres veces, y el otro el entregarlo a los verdugos, y verlo en la cruz, con todos los delirios y ultrajes que sufrió por su culpa el Divino Pastor, este sentimiento de culpabilidad lo llevo a terminar con su vida ahorcándose.
En una sesión mediúmnica un espíritu se manifestó diciendo que necesitaba de ayuda, que llevaba por mucho tiempo hablando a su hija, intentando llamar su atención y que esta la ignoraba,  no la tomaba en cuenta, cuando le hablaba, y para ella era desesperante, porque algunas veces lloraba, pero otras se revolvía dirigiéndole toda clase de insultos, cosa que la hacía sentirse mucho peor.  Ella paso a contar su caso, diciendo que ambas solían discutir con frecuencia, pero aquella tarde había sido de una forma alarmante, llegando ambas incluso a perderse el respeto, la espiritualidad, la había esclarecido antes de manifestarse, aclarándole, que ella no estaba ya en la Tierra, que si hablaba a su hijita, esta no podía verla, porque ella no tenía la facultad para hacerlo, que en la cruel discusión, por su ímpetu y coraje, enzarzada en la rebeldía de su hija, ella había sentido un puntazo en el corazón, y había perdido la vida, un cruel infarto, la aparto de su lado. Su hijita, estaba sufriendo el sentimiento de culpabilidad, por sentirse causante de la desgracia, Ella se decía una y mil veces, que si hubiera sabido comportarse, ambas no habrían llegado a ese extremo, que ella `podría haberlo evitado. Ambas permanecían unidas por el mismo mal, una sentía el pesar por la muerte de su madre, y la otra sentía el pesar de que su hija, no le quería hablar, por haberse comportado de aquella manera, no se explicaba como ella sin abrirle la puerta consentía que estuviese a su lado, aunque no le prestara atención, viendo así muchas anomalías, como que sus nietos, tampoco reparaban en ella, se hacía mil películas, en las cuales todos la acusaban, desesperada y sin consuelo  decidió hacer una oración, pedir ayuda, y que se había visto en esa consulta, ella llamaba así, a los que la atendían desde el plano material, y se había decidido a contar su caso, para ver cómo podría solucionarlo. Entonces  la dirección de la sala, le pregunto si lo mismo que la habían ayudado esclareciéndole su estado, si le habían dicho algún remedio para poder ella seguir sin ese escozor en su corazón. Ella respondió que sí, que le habían dicho que ella debía seguir su camino, salir de casa de su hija, y ver su estado, dejándole libre el camino, que ambas serian atendidas debidamente, ya que Dios no deja en el olvido a ninguno de sus hijos, que si ella sentía el dolor de ver ahora a su hija con ese pesar, siendo imperfecta, Dios que es un buen padre y sabe todo de Sus hijos, no la dejaría desamparada, y que al igual que ella había sido ayudada y esclarecida, ella también encontraría momento y ocasión para esclarecerla y hacerle su pesar menos pesado.
Que lo mejor que podía hacer por su hijita, era oración, pero sin perturbarla, las cosas una vez que se hacen se quedan hechas, y además nadie sufre nada porque sí, que a lo mejor su hijita, en la existencia que habían mantenido ambas, no se merecía el acabar de aquella manera, con el peso de la culpa, pero quién sabe si en el ayer ella hizo cosas para merecerlo.
Cada uno somos un mundo, y dentro de ese mundo Dios es el dueño y Señor, entonces  seamos buenos hijos, procuremos el bien, y no nos perderemos.
Como podemos observar, el peso de la culpa es un padecimiento, muy doloroso, porque no lo podemos quitar con ningún medicamento, solo cuando rectifiquemos y saldemos la deuda, podremos caminar con libertad, es el peso de la culpas lo que nos anima al otro lado de la vida, pedir nuevas oportunidades para  saldar las deudas contraídas, mientras el espíritu persiste en el mal, no puede sentir la voz de su conciencia, se justifica ante sí y los demás, solo cuando reconoce su equivocaciones y sus errores puede disponerse al trabajo y a la dura tarea de redimir sus errores y culpas.
Todos cometemos errores y miramos  el pasado  constantemente  condenándonos por muchos de ellos es un gasto de energía innecesario que no nos aporta nada positivo, el sentimiento de culpa nos encierra en un circulo masoquista que se hace cada vez más estrecho.
Ante el sentimiento de culpa que podamos sentir, hay dos cosas muy importante que podemos hacer, y que debemos preguntarnos  con sinceridad: ¿Tiene solución aquello que hemos hecho? Si la tiene, intentemos hacer el bien, en lo que antes hicimos el mal. No lo tiene, no nos preocupemos, ya lo hecho, hecho está.
Sigamos caminando, procurando no volver a cometer los mismos errores, intentando ser mejores personas, el mal solo con la acción del bien desaparece.
Amigos, os deseo un buen  día , que Dios siga iluminando nuestras vidas.
 Merchita

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