Humbreto de Campos |
La caridad mayor
Al hombre que alcanzó el Cielo, pidiendo orientación sobre las tareas de beneficencia social que pretendía ejercer en la Tierra, el Ángel de la Caridad habló compasivo:
-¡Vuelva al mundo y cumple, de buena voluntad, las obligaciones que el destino te señaló!
“Para que te pongas de pie, cada día, millones de vidas microscópicas se esfuerzan en tu carne, garantizándote el bienestar…
“Cada órgano y cada miembro de tu cuerpo te emparan, abnegadamente, para que te hagas bendecido discípulo de la civilización.
“Los ojos identifican las imágenes que ya puedes percibir, librándote del desorden interior.
“Los oídos seleccionan sonidos y voces para que no vivas desorientado.
“La lengua te auxilia para expresar los pensamientos, enriqueciéndote de sabiduría.
“Las manos realizan tus sueños, engrandeciéndote el camino en la ciencia y en el arte, en el progreso en la industria.
“Los pies te sustentan la maquina física para que no te arrojes en la inercia.
“La boca mastica los alimentos para que no te condenes a la inacción.
“Los pulmones te procuran el aire puro contra la asfixia.
“El estomago digiere las piezas con que nutrirás la propia sangre.
“El hígado genera fuerzas vitales que te entretienen la harmonía orgánica.
“El corazón se mueve sin parar, coronándote la existencia.
Vives de la caridad de innumerables vidas inferiores que obedecen tu mente.
“¡Torna pues, al lugar en el que el Señor te situó y satisface las tareas inmediatas que el mundo te reserva!...
“Caridad es servir sin descanso, aun mismo cuando la enfermedad sin importancia te convoque al reposo;
Es cooperar espontáneamente en las buenas obras, sin aguardar la invitación de los otros:
Es no incomodar a quien trabaja;
Es perfeccionarse alguien en aquello que hace para ser más útil;
Es soportar sin rebeldía la bilis del compañero;
Es auxiliar a los parientes, sin reprobación;
Es alegrarse con la prosperidad del prójimo;
Es resumir la conversación de dos horas en tres o cuatro frases;
Es no afligir a quien nos acompaña;
Es ensordecerse para la difamación;
Es guardar el buen humor, cancelando la queja de cualquier procedencia;
Es respetar a cada persona y a cada cosa en la posición que les es propia;
Y porque el hombre ansiase inoportunas indagaciones, el Ángel concluyó:
-Vuelve al cuerpo y actúa incesantemente en el bien!... No pierdas un minuto en consultas razonables. Conduce los problemas que te atormentan el espíritu a tu propio trabajo y tu propio trabajo los liquidará… La experiencia aclara el camino de cuantos adquieren su tesoro de luz. Recoge a las criaturas desvalidas, ampara a los enfermos, consuela a los infelices y socorre a los necesitados. No olvides, pues, que la ejecución de tus deberes para con el prójimo siempre será tu mayor caridad.
HERMANO X
***************
MOCEDAD Y VEJEZ·
Francisco Cándido Xavier
Nuestra reunión fue precedida por larga conversación entre los
amigos que venían de diversos puntos. El tema central era la edad física. Se hablaba de las criaturas que se sienten inútiles aun en la juventud,
mientras otras se sienten vigorosas a los ochenta diciembres.
¿Por qué es eso? ¿Por qué existen hombres desanimados a los
veinte años, cuando otros se sienten activos a los ochenta? ¿En
qué tiempo se debe colocar el límite entre mocedad y la vejez?
El asunto estaba en plena agitación, cuando nuestras tareas comenzaron. Y el Libro
de los Espíritus, nos ofreció, para estudio la cuestión 680, sobre los entendimientos sobre
el foco.
Al término de nuestras actividades, nuestro querido Emmanuel nos ofreció la pagina
titulada la Edad. Es una página simple, más los amigos presentes solicitaron que ella
forme parte de la colección en lanzamiento con sus edificantes comentarios.
LA EDAD·
Emmanuel
La madurez física nunca fue un obstáculo para el espíritu sediento de
progreso.
En todos los distritos de la vida, la criatura es tan joven como los
ideales y esperanzas que alienta. Y tan gastada como el escepticismo o
el desanimo al que se entregan.
Muchos compañeros pretenden marcar la edad de la persona
adulta por las señales externas que demuestre, no en tanto, eso es
mera convención.
Claro que, si el motorista estima el coche que lo coloca en el centro de los intereses que le
dicen al respecto, ha de velar por la conservación de sus implementos. Ocurre lo mismo con
el espíritu, inquilino del cuerpo que se le transforma en instrumento de manifestación: si
desea equilibrio y seguridad, se esforzará por asegurarle las más solidad condiciones de
trabajo.
Si la criatura es habitualmente medicada con el fin de desenvolver con eficiencia, ¿por qué
motivo la persona adulta dejará de tratarse como es preciso para madurar físicamente con
la robustez posible, para mantenerse útil con las últimas posibilidades del vehículo de que
dispone?
No creáis en la vejez únicamente porque el tiempo os haya dotado con valiosas experiencias.
Convéncete de que eres un espíritu inmortal usando un cuerpo perecible. Y si vives con
disciplina en el trabajo, con la gimnasia del pensamiento recto, conservarás siempre la
juventud espiritual – la que se erige, por fuente de constante renovación, mejorando el
presente y construyendo el futuro.
EL INQUILINO DEL CUERPO ·
Hermano Saulo
La juventud es la fase de las experiencias y de los
entusiasmos. José Ingenieros acentuó, en Las Fuerzas Morales
que “la juventud toca rebate en toda renovación”. Más en
verdad le falta la experiencia, la vivencia existencial (pues cada
existencia trae los nuevos problemas) para que ella pueda controlar sus fuerzas y aplicarlas
con eficiencia.
El espíritu, ese “inquilino del cuerpo” como Emmanuel lo llama, precisa de tiempo para
dominar la nueva situación en la que se encuentra. Recordemos que Jesús solo se entregó a su
misión en la edad madura, y Kardec solo inició la codificación del espiritismo a los cincuenta
años de edad.
Debemos acordarnos, por otro lado, que cada espíritu trae sus dificultades y, muchas veces,
precisa vencerlas en la fase juvenil, con el fin de sentirse desembarazado en la madurez y
en la vejez, para el cumplimiento de sus nuevos encargos. . No es fácil tirar por la borda del
camino las pesadas cargas del pasado, que a menudo exigen largos sacrificios.
Ingenieros tiene razón en señalar la función renovadora de la juventud, más el mismo advierte
que hay jóvenes-viejos y viejos-jóvenes. Hoy, que la población mundial crece velozmente,
los jóvenes son la mayoría y hacen sentir su presencia en todos los sectores de actividad. No
obstante, son aun los hombres maduros y los viejos los que dirigen el mundo, e incluso en el
campo nuevo de la astronáutica, la experiencia de la madurez se impone sobre los arrobos de
la juventud.
La razón de Emmanuel es evidente. No podemos “creer en vejez” , cuando vemos que el
tiempo nos trae la riqueza de la experiencia. No hay límite preciso entre juventud y vejez,
cuando el “inquilino del cuerpo” consiguió dominar su instrumento y lo conserva viril a
través de los años. Ese “inquilino”, es espíritu, no envejece. Por el contrario, el tiempo lo
aprimora y aguza, dándole la juventud que se repite, cada vez más bella y segura, en cada
nueva encarnación.
La juventud terrena es un tiempo de preparación del hombre en cada existencia. La
juventud espiritual es la actualización de los poderes del espíritu de manera afectiva,
por encima de la transitoriedad de la materia.
************************
AMIGOS INVISIBLES
¿Tenemos realmente amigos invisibles, que nos siguen en la
vida terrena con la ternura y la dedicación de verdaderos
ángeles de la guarda, según enseña la Doctrina Espirita?
Para responder a esta pregunta, debemos recordar,
primeramente, que la existencia de esas entidades benignas no
fue inventada por el Espiritismo. Desde las aulas de catecismo, en las iglesias católicas,
oímos hablar de los ángeles de la guarda, y en la mayoría de las grandes religiones universal
es encontramos esa teoría, bajo diferentes formas, más siempre idénticas en el contenido.
En las religiones clásicas, del mundo griego-romano, eran los dioses mitológicos los
que velaban por las criaturas. En las llamadas regiones orientales, que en el fin de los
tiempos invadieron el Imperio romano, y entre ellas el Cristianismo, la teoría de los Ángeles
guardianes estaba presente. Y tanto en Mesopotamia como en China o en la antigua India,
en Grecia arcaica o en Roma campesina, que antecedieron al mundo clásico, así como en
palestina y entre los pueblos salvajes de América, de Asia, de África de todo el mundo, el
culto de los ascentrales siempre existió. Las melenas, los dioses penates y los hogares,
o los dioses, de los romanos y de los egipcios, de los babilonios y de los sirios, de los fenicios y de los cananeos, de los judíos y de los macedonios, nada más eran espíritus amigos, que velaban por las
personas y por las familias.
Por todas partes y en todas las épocas, en el mundo entero, la investigación
histórica y la pesquisa antropológica nos muestran la existencia invariable de esa
creencia de los espíritus protectores. Entre los pueblos salvajes y en el seno de las mayores y
mas esplendorosas civilizaciones, ella se hace sentir con una especie de convicción universal,
de intuición natural, que el hombre carga consigo en todas las latitudes del globo. Sócrates,
en Grecia, Y Juana D´ Arcó, en Francia, oían las voces amigas de sus protectores. Descartes
, el filósofo que se consideró inspirado por el Espíritu de Verdad, también tenía su protector.
La existencia de los amigos invisibles es una realidad incontestable. Aun mismo que
consideremos como simple creencia, es impresionante el hecho de que la encontremos en todas partes y en todos los grados de cultura.
El Espiritismo es la primera doctrina que no solo afirma la existencia de los espíritus
protectores, más también procura demostrarla y al mismo tiempo explicarla a la luz de
la razón. Para los espiritas, esa existencia no constituye una creencia, más si una certeza,
comprobada por la experiencia. Esa posición, espirita ante el problema de los amigos
invisibles es confirmada por la de otras doctrinas espirituales, como la Teosofía, que surgió
poco después de la doctrina espirita y estudia con profundidad el problema de los “auxiliares
invisibles”.
Es curioso que las demás doctrinas recusen el medio natural de comprobación de la
existencia de los amigos invisibles, que es la mediúmnidad. La propia doctrina teosófica, que
en muchos puntos se aproxima a la espirita, admite la prueba mediúmnica, más al mismo
tiempo evita emplearla. Eso es porque viejos preconceptos, formulados por las antiguas
ordenes ocultistas, que consideran la mediúmnidad peligrosa, en vez de considerar los
beneficios que ella produce y ha producido en todos los tiempos. El Espiritismo estudio
profundamente la mediúmnidad y nada tienen que temer de su utilización. Por el
contrario, solo tiene que beneficiarse con ella, beneficiando al mismo tiempo al mundo.
A través de la mediúmnidad la teoría espirita de los espíritus protectores fue dada a Kardec,
según lo podemos leer en el “Libro de los Espíritus”, en el capitulo noveno de la
primera parte. Y aun a través de la mediúmnidad, esa teoría consoladora y bella se viene
confirmando, en todo el mundo, y al mismo tiempo enriqueciéndose con episodios
maravillosos, en los cuales reaparece cada vez más. Procuremos estudiar esa teoría,
examinándola en sus varios aspectos. Más que nunca, el mundo angustiado de hoy
necesita de ese esclarecimiento y de ese confort, que la teoría de los espíritus protectores
nos ofrece, con la garantía de su veracidad, por la prueba de los hechos mediúmnicos.
Por José Herculano Pires
O Blog dos Espíritas
************************
No hay comentarios:
Publicar un comentario