viernes, 26 de diciembre de 2014

EL ESPIRITISMO Y LA PROBLEMÁTICA SOCIAL

AMOR

El amor es el impulso generador de la Vida que nos impele al Bien; a lo bello, a lo digno  y aquello que nos parece mejor. Es la Voluntad que nos lleva de retorno al Creador dentro de nosotros mismos. Es el descubrimiento  de la existencia de un sentimiento que transciende al deseo y a la voluntad.
El amor promana del espíritu y se torna posible su  percepción cuando este adquirió por lo menos algunos fragmentos de las leyes de Dios. Aunque a la fuerza que impulsa una porción de materia  a la otra sea reflejo del amor a Dios, ambas partes no tiene “conciencia” del amor. El amor es un acto consciente y solo es posible a partir de determinado nivel de evolución del Espíritu. Los animales, por tanto, no aman. En los Espíritu aun en estados iniciales de la evolución, el se encuentra embrionario. La adquisición de las leyes de Dios es que posibilitará su manifestación consciente.
El amor entre dos personas presupone: semejanza de ideales, identidad de propósitos espirituales  y atracción física. Ni siempre ese parámetro están presente s en una relación, visto que, algunas veces, la semejanza de ideales, por ejemplo, está basada en la carencia o necesidad.
Cuando estamos amando nos colocamos en sintonía con la energía de la creatividad universal y nos conectamos al sentido fomentador de la Vida. Alimentar el sentimiento del amor  nos permite la conexión con las fuerzas superiores de la Naturaleza y la ampliación de la conciencia para la comprensión de la vida. Es en ese sentimiento en el que Dios se revela.
Las experiencias donde las emociones están presentes, en las cuales la paxión aparece y los sentimientos se consolidan, sirven como alicientes estructuradores de la manifestación del amor. La racionalidad  nos distancia de la vivencia del amor. Es preciso vivir las experiencias de la vida con la intensidad emocional equilibrada a fin de  no pasar por ella sin aprender.
Ama quien permite la vida fluir en la dirección de la armonía y de la paz. El Espíritu, cuando se  permite sentir el amor, emana en torno de si vibraciones que posibilitan el crecimiento de quien está a su alrededor. Moviliza energías  curativas y benéficas a favor de lo que haga.
El sentimiento del amor emana del Espíritu y no necesita de intermediarios para manifestarse, visto que atraviesa el periespiritu en la dirección de la Vida.
En el nivel de evolución en el que el ser humano se encuentra es el máximo sentimiento posible. Aun precisamos ampliar  las manifestaciones  del amor. Desconocemos sentimientos por encima de el y que, probablemente, ocurren para seres más adelantados en la escala evolutiva.
Su manifestación en dirección a alguien se torna posible cuando el  ser ya lo integró a si mismo, de acuerdo con la máxima “amar al prójimo como así mismo”  Nadie ama a alguien si no posee el sentimiento en si mismo, esto es, si aun no lo internalizó.
Son necesarias muchas encarnaciones, muchas experiencias  en cada una de ellas, para que se alcance el amor desinteresado y libre de necesidades.
El importante corolario “Amaos e Instruíos”  tan bien divulgado entre aquellos que se dedican al estudio de la Doctrina Espirita nos debe remitir a la percepción del significado de los dos verbos. Amaos pude ser entendido de dos formas distintas y complementarias. Amar  unos a los otros, en una invitación a la unión y, amar buscando desenvolver ese sentimiento en si mismo. Instruíos  parece haber sido colocado en el sentido de aprender las leyes de Dios. Es importante también entender que el amor no es un sentimiento  a ser cultivado siempre de dentro para fuera. El debe ser el sustentáculo del propio Espíritu, esto es,  no basta amar al prójimo, es preciso ser amor, en el sentido de tornarse amor. El instruíos no significa  apenas conocer y aprender sobre aquello que está fuera del ser humano, esto es, la Naturaleza. Es preciso también conocerse, en el sentido de tornarse sabio.
El Espíritu evoluciona con la búsqueda del Amor a Dios y se descubre amor en si mismo.

Del libro Psicología del espíritu de   Adenauer Marcos Ferraz de Novaes,
Traducido por: M.C. R

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                           EL ESPIRITISMO Y LA 
                  PROBLEMÁTICA SOCIAL

                      Las cuestiones políticas y sociales 

Según algunos, los espíritas se ocupan de lo que no les incumbe puesto que se interesan por la marcha del mundo en sus aspectos sociales y políticos, como si estos temas no debieran interesar sino al vulgo, como si la espiritualidad no tuviera que intervenir en todo lo que concierne a la organización de la comunidad humana. Cada uno debería permanecer en su papel: el sacerdote se ocupa de la salvación de las almas, el espírita se comunica con el más allá y el político se ocupa de los asuntos del mundo… Habría pues que disociar estas diferentes preocupaciones y considerar que la evolución de las sociedades no interesa ni a los espíritus ni a los espíritas. ¿Cómo podríamos hablar entonces de evolución y de emancipación de los individuos, si hiciéramos abstracción de lo que nos relaciona con los demás dentro del vínculo social y las estructuras de nuestras sociedades? Mientras el mundo siga perdiéndose en una desenfrenada carrera hacia el lucro, en una competencia que todavía pudiera engendrar conflictos, todo espírita normalmente constituido no puede sino interrogarse acerca del funcionamiento de sociedades en las que la hermandad, la solidaridad y la justicia siguen siendo palabras vacías. Los buenos sentimientos de compasión no bastan. Hay que mirar bien al mundo tal y como va, estudiar su funcionamiento económico y sus estructuras políticas, para comprobar que las relaciones internacionales siempre están fundadas en el interés, la explotación y el dominio del más fuerte, en detrimento de los pueblos más desprovistos que son víctimas de una competencia material que pertenece a los poderes del dinero. Si en espiritismo, se debe invocar la moral personal, también necesitamos hablar de moral colectiva para dar un sentido a la palabra solidaridad, ya sea uno cristiano, espírita o de alguna otra disciplina humanista. Algunos desearían que los espíritas se quedaran en su estricto campo de la comunicación con los muertos, sin extraer de ello las menores consecuencias filosóficas y éticas, lo cual les volvería a llevar a no ser más que simples espiritualistas que viven con los muertos y se olvidan de los vivos. Aún sobre este punto, nos encontramos ante a un desafío no resuelto: conjugar un ideal filosófico con sus consecuencias sobre los asuntos del mundo. Muchos no lo aceptan, estimando que cada uno debe permanecer en su lugar. Pues bien, nuestro lugar sin embargo, es el de todo ciudadano que escucha al mundo, en medio de los espíritus encarnados que se han organizado en sociedades y que desean una evolución de la humanidad entera.
LE JOURNAL SPIRITE N° 79 ENERO 2010

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Primera formación de los seres vivos:

1.- Hubo un tiempo en que los animales no existían; por tanto, éstos han tenido un comienzo. Vemos aparecer cada especie en el momento en que el globo adquiría las condiciones necesarias para su existencia: esto es lo positivo.
¿Cómo se formaron los primeros individuos de cada especie? Es fácil comprender que una vez que apareció la primer pareja, los individuos se multiplicaron; pero esa primera pareja, ¿de dónde vino?...
Enfrentamos uno de esos misterios que se relacionan con el principio de las cosas, con respecto a los cuales sólo se pueden formular hipótesis. Si la ciencia no puede aún resolver totalmente el problema, puede al menos encaminarnos.

2.- Se Plantea una primera pregunta; ¿Cada especie animal es el resultado de una primera pareja  o de numerosas parejas creadas, o, si se quiere, germinadas simultáneamente en diferentes sitios/
Esta última suposición es la más probable; se puede incluso decir que surge de la observación.  En efecto, el estudio de las capas geológicas testimonia la presencia, en terrenos de igual formación y en proporciones enormes, de la misma especie en los puntos más alejados del globo.  Esta multiplicación tan generalizada, y en cierta medida contemporánea, hubiese sido imposible partiendo de un tipo primitivo único.
“Por otra parte, la vida de un individuo, sobre todo de un individuo naciente, está sujeta a tantas eventualidades, que por toda una creación hubiera podido estar comprometida sin la pluralidad de tipos, lo que implicaría una inadmisible imprevisión de parte del Creador soberano.”
Además, si un tipo pudo formarse en un sitio, puede haberse formado en numerosos sitios por igual causa.
Todo parece probar que hubo una creación simultánea y múltiple de las primeras parejas de cada especie animal y vegetal.

3.- La formación de los primeros seres vivos puede deducirse, por analogía, de la misma ley por la cual se formaron y se forman todos los días los cuerpos inorgánicos.  “A medida que se profundiza en el estudio de las leyes de la Naturaleza, vemos que los engranajes que en un primer momento parecían tan complicados, se simplifican y confunden con la gran ley de unidad que preside toda la obra de la Creación…”
Se comprenderá aún todo mejor cuando se conozca el modo de formación de los cuerpos inorgánicos, que constituyen el primer grado.

4.- La Química considera elementales a un cierto número de sustancias, tales como el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno, el carbono, el cloro, el yodo, el flúor, el azufre, el fósforo y todos los metales. 
Al combinarse, forman cuerpos compuestos: los óxidos, los ácidos, los álcalis, las sales y las innumerables variedades que surgen de la combinación de éstos.
La combinación de dos cuerpos para formar un tercero exige un cúmulo particular de circunstancias: ya sea un cierto grado de calor, de sequedad o humedad, ya sea de movimiento o reposo, o bien de una corriente eléctrica.  Si estas condiciones no existen, la combinación no ocurre.

5.- Cuando hay combinación, los cuerpos componentes pierden sus propiedades características, mientras que el compuesto resultante posee otras nuevas, diferentes de las primeras.
Así es como el oxígeno y el hidrógeno, que son gases invisibles, al combinarse químicamente forman el agua, que es la líquida, sólida o vaporosa, según la temperatura. En el agua no hay, en verdad, ni oxígeno ni hidrógeno, sino un nuevo cuerpo; al descomponerse esta agua, los dos gases, nuevamente libres, recobran sus propiedades y ya no hay agua.  Así es que la misma cantidad de agua pueda ser alternativamente descompuesta y recompuesta hasta el infinito…

6.- La composición y descomposición de los cuerpos tiene  lugar como consecuencia del grado de afinidad que posean entre sí los principios elementales.
La formación del agua, por ejemplo, resulta de la afinidad recíproca  entre el oxígeno y el hidrógeno; pero si se pone en contacto con el agua un cuerpo más afín con el oxígeno que con el hidrógeno, el agua se descompone; el oxígeno resulta absorbido y el hidrógeno queda libre, con lo cual ya no hay agua.

7.- Los cuerpos compuestos se forman siempre en proporciones definidas, es decir, por la combinación de una cantidad determinada de los principios constituyentes. Así, para formar agua es necesaria una parte de oxígeno con dos de hidrógeno, en vez de agua, se obtiene bióxido de hidrógeno, que es un líquido corrosivo formado, no obstante, con los mismos elementos que el agua, pero en otra proporción.

8.- En pocas palabras, ésa es la ley que preside la formación de todos los cuerpos de la naturaleza. La innumerable variedad de estos cuerpos resulta de un número muy pequeño de principios elementales, combinados en diferentes proporciones.
Así el oxígeno, combinado en determinadas proporciones con el carbono, el azufre y el fósforo, forman los ácidos carbónicos, sulfúrico y fosfórico; el oxígeno y el hierro forman el óxido de hierro o herrumbre; el oxígeno y el plomo, ambos inofensivos, integran los óxidos de plomo, el litargirio, el blanco de plomo, minio, todos ellos venenosos. El oxígeno combinado con el calcio, el sodio y el potasio constituye la cal, la soda y la potasa.
La cal unida al ácido carbónico forma los carbonatos de cal o piedras calcáreas, es decir, el mármol, la tiza, la piedra de construcción, las estalactitas de las aguas; unidas al ácido sulfúrico forma el sulfato de cal o yeso y el alabastro; al ácido fosfórico: el fosfato de cal, base sólida de los huesos. El cloro y el hidrógeno integran el ácido clorhídrico o hidroclórico; el cloro y el sodio forman el cloruro de sodio o sal marina.

9.- Todas estas combinaciones, y muchísimas más, se obtienen artificialmente en pequeño en los laboratorios de química y se operan espontáneamente, en gran cantidad, en el gran laboratorio de la naturaleza… 
En su origen, la Tierra no contenía a esas materias combinadas, sino solamente a sus principios constitutivos volatizados. Cuando los elementos calcáreos, y otros más, se convirtieron con el tiempo en piedras, depositándose sobre su superficie, éstas no se hallaban totalmente formadas; pero en el aire se encontraban, en estado gaseoso, todas las sustancias primitivas. Estas sustancias, precipitadas por efecto del enfriamiento y bajo el imperio de circunstancias favorables, se combinaron de acuerdo con el grado de su AFINIDAD MOLECULAR…
En ese entonces se formaron las diferentes variedades de carbonatos, sulfatos y otros; primero disueltos en las aguas y luego depositados sobre la superficie del suelo.
Supongamos que, por alguna causa, la Tierra volviese a su estado de incandescencia primitiva: Todo se descompondría, los elementos se separarían; todas las sustancias fusibles se fundirían; las que tienen volatilidad se volatizarían. Luego un segundo enfriamiento volvería a precipitarlas y otra vez se formarían las antiguas combinaciones.

10.- Estas consideraciones demuestran lo necesaria que es la Química para comprender la Génesis MATERIAL.
Antes de conocer las leyes de la Tierra.  Esta ciencia ha aclarado el problema de manera totalmente nueva, como la Astronomía y la Geología lo han hecho en otros aspectos.

11.- En la formación de los cuerpos sólidos, uno de los fenómenos más notables es el de la cristalización, forma regular que presentan ciertas sustancias al pasar del estado líquido o gaseoso al estado sólido. Esta forma, que varía según la naturaleza de la sustancia, es generalmente la de los sólidos geométricos, como el prisma, el romboide, el cubo y la pirámide. Todos conocen los cristales del azúcar cande. Los cristales de roca, o silicio cristalizado, son prismas de seis caras rematados por unas\ pirámides también hexagonal.
 El diamante es el carbono puro o carbón cristalizado.
Los dibujos que se producen sobre los vidrios en invierno se deben a la cristalización del vapor de agua, durante la congelación en forma de agujas prismáticas.
La disposición regular de los cristales tiende a la forma particular de las moléculas de cada cuerpo; estas partículas, infinitamente pequeñas para nosotros, pero que igualmente ocupan un cierto espacio, aproximadas unas a otras por ATRACCION MOLECULAR, se ubican y yuxtaponen de acuerdo con la exigencia de sus formas, de manera de tomar cada cual su lugar alrededor del núcleo o principal centro de atracción y formar un conjunto simétrico.
La cristalización sólo se opera bajo el imperio de ciertas circunstancias favorables, fuera de las cuales no puede realizarse; el reposo y una determinada temperatura son condiciones esenciales.
Se comprende que una temperatura muy elevada, al separar las moléculas, no permitiría la condensación y que la agitación, al oponerse a su ubicación simétrica, hará que las moléculas formen una masa confusa e irregular y, en consecuencia, no habrá cristalización.

12.- La Ley que preside la formación de los minerales conduce naturalmente a la constitución de los cuerpos orgánicos.
 EL ANALISIS QUIMICO NOS MUESTRA QUE TODAS LAS SUSTANCIAS VEGETALES Y ANIMALES ESTAN COMPUESTAS POR LOS MISMOS ELEMENTOS QUE LOS CUERPOS INORGANICOS.
Los elementos más importantes son el oxígeno, el hidrógeno, el nitrógeno y el carbono; los restantes sólo aparecen esporádicamente.
Como en el reino mineral, la diferencia de proporción en la combinación de estos elementos produce todas las variedades de sustancias orgánicas y propiedades diversas, tales como los músculos, los huesos, la sangre, la viles, los nervios, la sustancia cerebral y la grasa en los animales; la savia, la madera, las hojas, los frutos, las esencias, los aceites, las resinas, etcétera, en los vegetales.
Por lo tanto, en la formación de los animales y las plantas no interviene ningún elemento que se halle también en reino mineral…

13.- Algunos ejemplos usuales nos harán ver con claridad las transformaciones que se operan en el reino orgánico por la sola modificación de los elementos constitutivos.
Por ejemplo el jugo de uva, no hay ni vino ni alcohol, sino simplemente agua y azúcar. Al madurar y bajo determinadas circunstancias, se produce la fermentación. En esa operación, una parte del azúcar se descompone; el oxígeno, el hidrógeno y el carbono se separan y se combinan otra vez en las proporciones precisas para formar alcohol; de modo que al beber jugo de uva no se bebe alcohol, puesto que todavía no se formó; se forma con azúcar y agua, sin que haya una molécula de más.

En el pan y las verduras que comemos no hay, ciertamente, ni carne, ni sangre, ni huesos, ni bilis, ni sustancia cerebral y, sin embargo, esos mismos alimentos, al descomponerse y recomponerse durante el trabajo digestivo, producen esas sustancias por la trasmutación de los elementos constitutivos.

En la semilla de un árbol no hay madera, ni hojas, ni flores, ni frutos, siendo un error pueril pensar que el árbol entero se encuentra en pequeño en la semilla; en esa semilla no existe el oxígeno, el hidrógeno y el carbono requeridos para formar una hoja de árbol. La semilla encierra un germen que hace eclosión cuando encuentra las condiciones propicias; ese germen crece gracias a las esencias que extrae de la tierra y a los gases que aspira del aire; esas esencias, que no son ni madera, ni hojas, ni flores, ni frutos, al infiltrarse en la planta forman la savia, como los alimentos que toman los animales forman la sangre.
Esta savia circula por todo el vegetal, según los órganos a donde llegue  tras una elaboración especial, y luego se transforma en madera hojas, flores, y frutos, al igual como la sangre se transforma en carne, bilis y huesos y, sin embargo, se trata siempre de los mismos elementos: oxígeno, hidrógeno, nitrógeno y carbono, combinados de distintas maneras.
14.- Las diferentes combinaciones de los elementos para la formación de las sustancias minerales, vegetales y animales, no pueden operarse si el medio y las circunstancias no son propicias; fuera de esas circunstancias, los principios elementales yacen inertes. Pero, desde el momento en que las circunstancias son favorables, se inicia un trabajo de elaboración: Las moléculas se ponen en movimiento, se agitan, atraen, aproximan y  separan en virtud de la LEY DE AFINIDADES… y mediante sus múltiples combinaciones cesan, el trabajo se interrumpe bruscamente y vuelve a recomenzar cuando éstas reaparecen. Así es como la vegetación se activa, se hace menos rápido el crecimiento, se detiene y vuelve a empezar bajo la acción del calor, de la luz, de la humedad, del frío o de la sequía; así es como determinada planta prospera en un clima o en un ambiente y se marchita o muere en otro.
15.- Lo que ocurre diariamente ante nuestros ojos puede darnos la idea de lo que ha sucedido en los tiempos primitivos, porque las leyes de la naturaleza fueron y serán siempre las mismas.
Puesto que los elementos constitutivos de los seres orgánicos y los inorgánicos son los mismos y los vemos constantemente bajo el imperio de ciertas circunstancias formar piedras, plantas, frutos, podemos decir con justeza que los cuerpos de los primeros seres vivos se formaron, como las primeras piedras, por la unión de las moléculas elementales y en vitalidad del globo fueron manifestándose propicias para tal o cual especie.
La similitud de forma y colores en la reproducción de los individuos de cada especie de cristal. Las moléculas se yuxtaponen bajo el imperio de la misma ley y producen un conjunto análogo.

Extraído del libro: 
“La Génesis: Allan Kardec
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta

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