Allan Kardec
Es erróneo creer que basta, a ciertos incrédulos, ver fenómenos extraordinarios para convencerse.
Los que no admiten la existencia del alma o del Espíritu en el hombre, no pueden admitirla fuera de él, y negando la causa, niegan por consiguiente el efecto.
Los que no conocen el Espiritismo piensan que los fenómenos espiritistas se producen como los experimentos de física y química. De aquí la pretensión de someterlos a su voluntad y la repugnancia a colocarse en las condiciones necesarias a la observación.
No admitiendo, en principio, la intervención de los espíritus o no conociendo por lo menos ni su naturaleza ni su manera de obrar, producen como si operaran en la materia bruta, y porque no obtienen lo que desean, concluyen que no existen los espíritus.
Aunque ciertos fenómenos pueden ser provocados, puesto que provienen de inteligencias libres, nunca están a la absoluta disposición de nadie, y cualquiera que se jactase de obtenerlos a su antojo probaría a su ignorancia o su mala fe. Es preciso esperarlos, recibirlos al paso, y a menudo sucede que, cuando menos los esperamos, se presentan los hechos más interesantes y concluyentes. El que quiere instruirse seriamente debe, pues, armarse, en esto como en todo, de paciencia, de perseverancia y hacer cuanto sea necesario, pues de otro modo más vale no ocuparse de ello.
El Espiritismo tiene también sus aprendices, y el que quiera instruirse que no beba las enseñanzas de una sola fuente, ya que sólo por el examen y la comparación puede dictaminarse un juicio.
Las reuniones frívolas tienen un grave inconveniente para los nocivos que a ellas asisten, y éste es el de darles una falsa idea del carácter del Espiritismo. Los que han asistido a reuniones de esta clase no saben tomar en serio una cosa que ven tratar con ligereza por los mismos que se llaman adeptos. El estudio anticipado les enseña a juzgar la trascendencia de lo que ven, y a saber distinguir lo bueno de lo malo
El médium posee únicamente la facultad de comunicar, pero la comunicación efectiva depende de la voluntad de los espíritus; si los espíritus no quieren manifestarse, el médium nada obtiene; es como un instrumento sin músico.
Comunicándose únicamente los espíritus cuando lo quieren o pueden, no están al capricho de nadie; ningún médium tiene poder para hacerlos venir a su voluntad y contra la de ellos.
Esto explica la intermitencia en la facultad de los mejores médiums y las interrupciones que experimentan, a veces durante meses. El médium nunca es dueño de su facultad, porque ésta depende de una voluntad ajena.
Los médiums de efectos físicos que obtienen regularmente y a su voluntad la producción de ciertos fenómenos, si no es esto resultado de sofisterías, se las dan con espíritus de baja ralea que se complacen en esta especie de exhibición, y que acaso se dedicaron durante su vida a este oficio; pero sería absurdo creer que espíritus algún tanto elevados se divirtiesen en dar estas representaciones.
La oscuridad necesaria para la producción de ciertos efectos físicos da, sin duda, lugar a la sospecha, pero no prueba nada contra la realidad. Se sabe que en Química no puede operarse con luz en ciertas combinaciones y que bajo la acción del fluido lumínico se verifica composiciones y descomposiciones. Pues, bien, todos los fenómenos espiritistas son resultado de la combinación de los fluidos propios del espíritu y del médium, y siendo materiales estos fluidos, no es nada sorprendente que, en ciertos casos, sea contrario a esta combinación el fluido lumínico.
Las comunicaciones inteligentes, asimismo, tienen lugar por la acción fluídica del Espíritu sobre el médium, y es preciso que el fluido de éste se identifique con el de aquél. La facilidad de las comunicaciones depende del grado de afinidad que existe entre los dos fluidos. Así cada médium es más o menos apto para recibir la impresión o la impulsión del pensamiento de tal o cual Espíritu, puede ser buen instrumento para el uno y malo para el otro. De aquí resulta que, de los médiums igualmente bien dotados y puestos el uno al lado del otro, podrá manifestarse el Espíritu por medio del uno y no por el del otro.
Es, pues, un error creer que basta ser médium para recibir con igual facilidad comunicaciones de cualquier Espíritu. No existen médiums universales para las evocaciones, como no existen para producir todos los fenómenos. Los espíritus buscan, con preferencia, los instrumentos que vibran a su unísono; imponerles el primero que se tenga a mano, sería como el exigir de un pianista que tocase el violín, por la razón de que, sabiendo música, debe poder tocar todos los instrumentos.
Sin la armonía, única que puede producir la asimilación fluídica, las comunicaciones son imposibles, incompletas o falsas. Pueden ser falsas porque, en defecto del Espíritu deseado, no faltan otros dispuestos a aprovechar la ocasión de manifestarse, y que se cuidan poco de decir la verdad.
La asimilación fluídica es a veces totalmente imposible entre ciertos espíritus y ciertos médiums; otras, y este es el caso más ordinario, no se establece más que gradualmente y con el tiempo. Esto explica por qué los espíritus que tienen costumbres de manifestarse con un médium lo hacen con mayor facilidad, porque las primeras comunicaciones patentizan casi siempre molestia y son menos explícitas.
La asimilación fluídica es tan necesaria en las comunicaciones por tiptología como por la escritura, puesto que en uno y otro caso se trata de la transmisión del pensamiento del Espíritu, cualquiera que sea el medio material empleado.
No pudiendo imponer un médium al Espíritu que se quiere evocar, conviene dejarle la elección de sus instrumentos. En todo caso, es necesario que el médium se identifique anticipadamente con el Espíritu por el recogimiento y la oración, por lo menos durante algunos minutos, y hasta con alguna anticipación si es posible, a fin de provocar y activar la asimilación fluídica. Este es el medio de atenuar la dificultad.
Cuando las condiciones fluídicas no son propicias a la comunicación directa con el médium, puede establecerse por mediación del guía espiritual de éste último. En este caso el pensamiento llega de segunda mano, es decir, después de haber atravesado dos medios. Se comprende cuánto importa entonces que el médium esté bien asistido, porque si lo está por un Espíritu obsesor, ignorante u orgulloso, la comunicación estará necesariamente alterada.
En esto las cualidades personales del médium desempeñan un papel importante por la naturaleza de los espíritus que atrae. Los médiums más indignos pueden tener poderosas facultades, pero lo más seguros son los que, a esta potencia, unen las mejores simpatías en el mundo espiritual; simpatías que no están de ningún modo garantizadas por los nombres más o menos respetables de los espíritus, o que toman los que firman las comunicaciones, sino por la naturaleza constantemente buena de los que las reciben.
Cualquiera que sea la clase de comunicación, la práctica del Espiritismo, bajo el punto de vista experimental, ofrece numerosas dificultades y no está exenta de inconvenientes para el que carece de la necesaria experiencia
Extraído del libro ¿Qué es el espiritismo? De Allan Kardec
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NAVIDAD EN TU INTERIOR
Navidad significa nacimiento, y el símbolo de la Navidad es una estrella, una luz en la oscuridad que sirvió de guía para encontrar al Salvador. No veamos más esta estrella fuera de nosotros, sino brillando en nuestro cielo interno y aceptémosla como símbolo de que ha llegado el tiempo del Cristo; el tiempo de reconocer nuestra verdadera identidad.
Dentro de cada uno de nosotros existe un Salvador que conoce nuestra totalidad, nuestra esencia. Es una sabiduría innata que, si la utilizamos como una guía, nos conducirá siempre a experiencias de paz, armonía y amor. Es algo muy especial que está en todos y es para todos. Si no sacamos el mayor provecho de ella es sólo porque no la podemos entender y mucho menos aceptar.
Esta esencia en nosotros es la que conoce nuestra totalidad o nuestra santidad. Pero como un amigo fiel, no llegará a donde no se ha le ha invitado. Por lo tanto, vamos a comenzar nuestras fiestas navideñas abriéndole la puerta a este invitado tan especial. No temamos abrirle la puerta y recibámosle sin expectativas. Él sabrá orientarnos, sin equivocarse y nos traerá regalos que no podremos encontrar en ningún lugar del mundo.
Esta esencia en nosotros es la que conoce nuestra totalidad o nuestra santidad. Pero como un amigo fiel, no llegará a donde no se ha le ha invitado. Por lo tanto, vamos a comenzar nuestras fiestas navideñas abriéndole la puerta a este invitado tan especial. No temamos abrirle la puerta y recibámosle sin expectativas. Él sabrá orientarnos, sin equivocarse y nos traerá regalos que no podremos encontrar en ningún lugar del mundo.
Tan pronto recibamos ese invitado tan especial, estaremos listos para preparar la gran fiesta. Pero, ¿cómo va a ser esta fiesta de Navidad? Nuestro amigo no pide nada. No exige sacrificios de ningún tipo. Por lo tanto, en esta Navidad, cerremos las puertas a todo sacrificio estéril, a la culpa, al miedo a la escasez y demos paso a lo único que tiene sentido en nuestras vidas, a ese regalo del cual derivan su existencia todas las cosas: el amor.
Para muchas personas, las estampas de la Navidad traen sentimientos de gozo y alegría. Para otras, esta época puede ser difícil, solitaria, aumentando los sentimientos de culpa y depresión. Continuamente leemos artículos sobre cómo disfrutar las fiestas, sin embargo muchos no podemos imaginar cómo salir de ese estado de inmensa soledad en que algunos nos sumergimos. A veces podemos sentirnos atrapados entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer. Nos sentimos culpables porque deseamos quedarnos en casa en vez de salir a visitar familiares por compromiso.
También podemos sentirnos perdidos porque no tenemos la familia que quisiéramos tener. Muchos de nosotros, año tras año esperamos que la mágica Navidad nos regale una persona que pueda llenar el vacío del solitario corazón, causando honda desesperación cuando no sucede.
Para muchas personas, las estampas de la Navidad traen sentimientos de gozo y alegría. Para otras, esta época puede ser difícil, solitaria, aumentando los sentimientos de culpa y depresión. Continuamente leemos artículos sobre cómo disfrutar las fiestas, sin embargo muchos no podemos imaginar cómo salir de ese estado de inmensa soledad en que algunos nos sumergimos. A veces podemos sentirnos atrapados entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer. Nos sentimos culpables porque deseamos quedarnos en casa en vez de salir a visitar familiares por compromiso.
También podemos sentirnos perdidos porque no tenemos la familia que quisiéramos tener. Muchos de nosotros, año tras año esperamos que la mágica Navidad nos regale una persona que pueda llenar el vacío del solitario corazón, causando honda desesperación cuando no sucede.
Recuerda que no estás solo, que hay muchas personas compartiendo tus mismos sentimientos.
Ideas que pueden ser de gran ayuda para sentirte mejor contigo mismo durante la Navidad:
Acepta tus sentimientos sin juzgarlos como buenos o malos. Trabaja con ellos tratando de reafirmarte en el pensamiento más alto, el de Dios, en vez del dolor.
Busca disfrutar del amor que está disponible, aunque no sea exactamente lo que quieras. Si hay alguien a quien puedas extenderle tu amor, hazlo, verás cómo lo recibirás multiplicado.
No te conviertas en el mártir. Si la pasada Navidad no fue la mejor, según tu criterio, recuerda lo que aprendiste para no cometer los mismos errores. Aprende de ellos, levántate y sigue adelante. Recuerda que la alegría atrae la alegría y el dolor atrae dolor. Busca siempre atraer lo mejor.
En esta Navidad, deja que tu Ser se sane por completo del dolor y el sufrimiento y celebra tu liberación de las falsas cadenas que te han mantenido alejado del disfrute pleno de la felicidad…
El Príncipe de la Paz ha nacido para restablecer la condición de amor que no puede separarnos del Padre. Ha venido para enseñarnos que el mejor regalo que podemos hacer en esta Navidad es reconocer que todos somos hijos de un mismo Padre y que no puede haber separación entre sus hijos.
No permitamos que el rencor apague el gozo de la Navidad, porque el nacimiento de Jesús no tendría sentido si lo apartamos de este gozo. Unámonos a celebrar un nuevo despertar en nuestras conciencias. Tengamos fe, construyamos un mundo de esperanzas..
Perdona, porque el perdón libera el alma y un alma libre puede elevar sus alas hacia horizontes no explorados.
Autor Desconocido
Enviado por Jacob
Un Abrazo y que Dios derrame sobre ti, muchas bendiciones de Vida, Paz, Amor, y mucha Prosperidad;
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El Universo es la creación suprema de Dios, abarca todos los seres racionales e irracionales, animados e inanimados, materiales e inmateriales.
Allan Kardec
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Una existencia es muy poco tiempo para saberlo todo de todo, y los que siguen a Jesús, no están perdidos en el tiempo, porque Jesús es el camino la verdad y la vida, pero son niños aquellos que lo limitan a esta vida, nada les cuadra, nada ven, y no progresan, se quedan estancados, adorando a un alma Sublimada, a la cual esperan, que llegue a sus vidas.
Aquí nos viene muy bien la lección de Nicodemo, cuando siendo un cumplidor excelente de las leyes le pregunta a Jesús cuales eran los recursos que debería emplear para ver el reino de Dios.
Y Jesús le dice que no le bastaba haber vivido interpretando la ley, que antes de razonar sobre sus disposiciones debería haber sentido sus textos. Y Jesús acrecentó: en verdad debo decirte que nadie conocerá el Reino de los Cielos, sin nacer de nuevo.
Es indispensable que el hombre nazca y renazca, para conocer plenamente la luz del reino…
A medida que conquistamos un peldaño otro surge desafiante, enriqueciendo el alma, consiguiendo mayor comprensión de los objetivos de la vida.
El que espera a Jesús se contenta con lo esencial para la existencia, sufriendo apenas los impulsos y dando lugar a las necesidades inmediatas
Es necesario procurar el conocimientos de las cosas, a través del estudio, y el hombre necesita saber de dónde viene para donde va y para que está en la Tierra. Cada espíritu es lo que aprendió, lo que realizo, cuanto ha conquistado. No podrá ofrecer recursos que no posea ni liberar de los dolores y pruebas que ni a si mismo puede evitar.
El que se inspira en la ociosidad, los que se quedan de brazos cruzados, esperando en Jesús, es un ser engañado, ya que no puede transferir a Jesús las tareas que son del, ni cargarlo con sus lides, no puede exigir , ni subordinarse puesto que eso representa fascinación.
Por el simple hecho de dudar de la vida futura, el hombre dirige todo su pensamiento hacia la vida terrestre. Sin ninguna certeza en cuanto al porvenir, todo lo atribuye al presente, sin entrever ningún bien más preciso que los de la Tierra, se torna un niño que nada más ve además de sus juguetes.
La constante directriz es crecer, superar, perfeccionar.
La Doctrina Espirita nos revela a Cristo como mentor claro y directo del alma, enseñándonos la responsabilidad de vivir, es necesario que sepamos dignificarlo en la propia conciencia, por encima de cualquier demostración exterior, procurando reflejarlo dentro de nosotros mismos. Entretanto, para que eso acontezca, es preciso, antes de todo, matricular el raciocinio en la escuela de la caridad, que será siempre la maestra sublime del corazón.
El Espiritismo ensancha el pensamiento y abre el corazón a nuevos horizontes. En lugar de una visión estrecha y mezquina concentrada en la vida presente, que hace del instante que se pasa en la tierra el único y frágil eje del porvenir eterno, enseña que esta vida solo es un eslabón en el conjunto armonioso y grandioso de la obra del Creador.
Todos podemos realmente dialogar con Jesús, a través de sus enseñanzas, a fin de que se nos muestren los caminos de la paz y de la luz espiritual, desde que nos adaptemos al Señor, sin exigir que el se adapte a nosotros.
El hombre no puede quedarse fascinado contemplando a Jesús y esperando que El se manifieste, ha de salir en su búsqueda crecer para El, aplicando sus enseñanzas hasta conseguir vestir el traje de gala y poder estar donde El está. Y vestir el traje de Gala, no se consigue de la noche a la Mañana entonces un examen cauteloso, de su vida, y un estudio sincero del Mensaje del Maestro lo ara conquistar los peldaños que aun le faltan por escalar en la senda evolutiva de la vida. Comprobando así, que el ser nunca se detiene en el crecimiento interior, siempre aspirando a mayores logros. Su capacidad momentáneamente limitada de satisfacción se amplía a medida que se le dilatan las percepciones de la inmortalidad y ansias del infinito..
Por eso Jesús insto a los hombres con sus palabras de “Buscad y encontrareis” llegando con esta lección a una conclusión muy clara, la de que no debemos esperar a Jesús debemos ir en su búsqueda.
El Maestro no es tan solo el reformador de la civilización, el legislador de la creencia, el conductor del raciocinio, o el donador de facilidades terrestres, por encima de todo, debe ser el renovador de todos los hombres.
Mercedes Cruz Reyes
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