La Metempsicosis
Esta idea
supersticiosa y falsa, tiene sus orígenes en el Brahamanismo de la
India, y consiste en poder volver a reencarnar en un animal o planta como
castigo cuando la vida de la persona
fallecida ha sido mala e impura.
Tal como afirma Kardec en “El Libro de los
Espíritus”, desde el momento en que el Principio inteligente alcanza el
grado necesario para ser Espíritu humano, este deja de ser alma animal, aunque
de ella le quedan como residuo las pasiones de la materia y su instinto de
conservación.
La metempsicosis es una superstición
que afecta solamente a las religiones
reencarnacionistas, desempeñando en algunos creyentes un papel amenazador similar al del Infierno cristiano, por
quien fue copiada esta idea del castigo para el alma, aunque el brahamanismo a diferencia de la idea cristiana del infierno , al no creer en una
suerte eterna y definitiva después de la muerte, lo han sustituido por esta
otra amenaza para ellos tan cruel como el infierno
cristiano, porque tener que regresar a
este mundo como un animal y a veces
hasta considerado inmundo, debe ser algo
totalmente indeseable y terrible.
Herodoto, considerado como el padre de la
Historia, decía que este concepto era como un castigo necesario al espíritu
recalcitrante que así viola la ley de evolución con un retroceso a la fase
animal.
Los
antíguos egipcios consideraban este
concepto debido a la errónea interpretación del fenómeno de la “Zooantropía” por la que sus médiums o
sacerdotes llegaban a ver a Entidades
humanas que en un estado perturbado e infeliz presentaban formas animalescas en
parte de sus semblantes, ( recordemos los posibles orígenes de las leyendas del
“hombre lobo”), como castigo de
deformación de sus funciones orgánicas y psicológicas por un abuso de las mismas en una existencia
humana anterior. Este castigo que supone
el estado de zooantropía, siempre es de carácter transitorio y algunos Entes
espirituales recalcitrantes en el mal, lo sufren durante la erraticidad, hasta
que la reencarnación les libera de ese castigo y les da la oportunidad de
recuperar sus atributos normales.
Según
los conceptos hindúes sobre el alma, estas fueron creadas en su origen perfectas y felices pero por una rebelión
fueron degenerando llegando a encarnar en cuerpos animales como castigo; estos conceptos se fundan en un principio
admitido de degradación de las almas. Según él, estas comenzaron por la
perfección y llegaron a la degradación;
la perfección fue el comienzo y la degradación el resultado de sus experiencias
en las vidas humanas.
Por el contrario la doctrina enseñada por los Espíritus
nos aclara que estas fueron creadas sencillas e ignorantes, y que fundadas en un principio de progresión
continuo a través de las reencarnaciones sucesivas llegarán a un cierto grado
de perfección necesario para alcanzar la felicidad eterna. Los espíritus
siempre progresan, aunque se puedan estacionar durante un periodo, pero nunca retrogradan
porque la ley de la evolución espiritual
determina que llo que se adquiere en conocimientos y moralidad no se pierde, de
modo que si no progresa, tampoco
retrocede, por lo que una vez alcanzado
el grado de alma humana no puede volver
a animar a seres inferiores a la Humanidad.
Evidentemente,
si existe una ley general de Evolución que siempre actúa en sentido ascendente y nunca retrógrado, y la Ley de la Reencarnación que le sirve
para realizar esta evolución en la
materia, no se pude admitir racionalmente que
cuando el Espíritu ya ha alcanzado por
natural cambio evolutivo el rango humano tras haber pasado antes por los
otros reinos de la Naturaleza , tal vez
millones de veces, pueda después dar
un gran salto de involución hacia atrás
y volver de nuevo a este mundo encarnado
en un animal o vegetal, cuyas almas solo pueden ser de animales o vegetales,
pero nunca humanas; ¿ donde quedaría en este caso lo ganado por el Ser durante
el camino evolutivo que ya lleva andado desde que se inició su etapa humana?
. Esto supondría una involución que no
es posible que exista, porque si así fuese constituiría en sí misma una ley
actuando opuestamente y en sentido contrario
a otra ley universal : la de
Evolución, que señala un continuo
perfeccionamiento y ascendencia espiritual, por lo que si así fuese, ambas se anularían entre sí y desde nuestra
limitada óptica humana podemos apreciar como nuestra historia natural confirma que existe la marcha ascendente de
la evolución, además de que Dios no se puede contradecir a Sí mismo, creando
dos leyes contrarias y opuestas entre ellas.
El animal tiene su propia alma que alguna vez con el desarrollo de su evolución
a través de muchos siglos y milenios,
alcanzará finalmente la madurez
necesaria para “reciclarse” en el plano espiritual y comenzar su nueva andadura
como espíritu humano recién creado, simple e ignorante, pero con todos los
atributos divinos latentes y listo para iniciar su desarrollo a través de la
nueva etapa evolutiva hasta conseguir al
cabo de una más o menos larga historia reencarnatoria, alcanzar la meta de
llegar a ser un Ser Espiritual Puro,
libre ya de las experiencias en la
materia y de los mundos físicos. En este sentido si se podría considerar como
verdadera la idea de la metempsicosis, pues se entiende el progreso gradual desde un estado inferior a otro
superior, pero es totalmente falso el concepto de transmigración directa desde el
animal al ser humano y viceversa, pues
la evolución no avanza a saltos ni menos aún retrocede..
Nuestro
psiquismo antes de entrar en la etapa
hominal, ya adquirió anteriormente en los otros reinos de la Naturaleza, todas las experiencias que
necesitaba hasta alcanzar la etapa humana, reencarnando después repetidamente con los instintos heredados de
su proceso anterior hasta alcanzar su
actual nivel humano, y este no tiene marcha atrás porque la Ley de Evolución
impide que de lo adquirido y madurado se pierda nada, sino que continuará progresando sin límite. El Ser espiritual sin embargo, gracias al libre albedrío sí que se podrá estancar evolutivamente de modo
temporal y limitado, pero una vez
conquistados los valores espirituales estos ya no se pierden, por lo que
jamás podrá retroceder a anteriores etapas evolutivas .
El que el ser humano no se pueda cruzar físicamente
con ninguna otra especie animal, puede ser indicio de que sus almas están en
grado inasimilable y por tanto el cuerpo material del hombre no es válido para
ningún alma
animal y viceversa, el alma humana no es compatible con ningún cuerpo
carnal que no sea su propio cuerpo humano.
La confusión de la
Reencarnación como método para la
marcha evolutiva ascendente en la
Naturaleza humana ,con la Metempsicosis como idea de que el Espíritu humano
pueda reencarnar en animales o plantas y
estos a su vez, directamente en humanos, han
sido los falsos conceptos supersticiosos que más incredulidad en la
Reencarnación y más escepticismo han generado.
- Jose Luis Martín-
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“Nos
despertamos y nos encontramos en los peldaños de una escalera. Hay otros bajo
nosotros que nos hacen parecer que hemos ascendido y otros sobre nosotros que
se elevan y perdemos de vista”.
- Ralph Waldo Emerson
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LA EUTANASIA.
Tema de frecuente discusión, por unos defendida, por otros censurada,
la eutanasia, o"sistema que procura dar muerte sin sufrimiento a un
doliente incurable", regresa a los debates académicos, frente a su
aplicación sistemática por eminentes autoridades medicas, en criaturas
incapaces físicas o mentales desde el nacimiento, internadas en Hospitales Pediátricos, sin esperanzas científicas de recuperación o
sobrevivencia...
Practica nefasta que testimonia la
predominancia del concepto materialista sobre la vida, que apenas ve la
materia y sus implicaciones inmediatas, en detrimento de las realidades
espirituales, refleja, también, la soberanía del primitivismo animal en
la constitución emocional del hombre.En la Grecia antigua, la
hegemonía espartana, siempre armada para la guerra y la destrucción,
insirió en su Estatuto el empleo legal de la eutanasia eugenésica en
relación a los enfermos, mutilados, psicópatas considerados inútiles,
que eran arrojados al Eurotas por pesar negativamente en la economía del
Estado. Guiados por superlativo egoísmo y prepotencia, a pesar de los
conflictos arbitrarios del exagerado orgullo nacional, se hicieron
víctimas de la impulsividad belicosa que cultivaban... Otros pueblos,
desde la más remota antigüedad, se permitían practicar ese "homicidio
ejercido por compasión"...
En circunstancia alguna, o bajo
ningún motivo, cabe al hombre derecho de escoger y deliberar sobre la
vida o la muerte en relación a su prójimo. Los criminales más
empedernidos, homicidas o genocidas entre los más hediondos, no deben
tener cortadas sus vidas, sino antes ser aislados de la convivencia
social, en celdas, o en trabajos rectificadores, en los cuales expurguen
bajo la acción del tiempo y de la reflexión, que tarda más alcanza al
infractor, haciéndolo expiar los delitos perpetrados. Aun cuando se
trate de réprobos anatematizados por desconcierto mental, no faltan
Nosocomios judiciales donde pueden recibir conveniente asistencia a la
que tienen derecho, sin que sean considerados inocentes por los crímenes
perpetrados... Recuperando la salud, eventualidad excepcional
que puede suceder, cercados, por el peligro de probable reincidencia
psicopática, podrán de alguna forma, retribuir de manera positiva a la
Sociedad, los daños que hayan causado. En lo que tañe a los enfermos
considerados irrecuperables, conviene considerar que dolencias, ayer
detestables como incurables, son hoy capitulo superado por el triunfo de
hombres-sacerdotes de la Ciencia Médica, que la ennoblecen por la
contribución que sus vidas ofrecen en beneficio de la Humanidad.
Siempre hay, pues, posibilidad de mañana conseguir la victoria sobre la enfermedad irreversible de hoy. Diariamente, para ese desiderata, se sumergen en la carne Espíritus Misioneros que se aprestan a aligerar e impulsar el progreso, realizando descubrimientos y conquistas superiores para la vida, fuente poderosa de esperanza y conforto para los que sufren, en nombre del Supremo Padre. Ante las expresiones teratológicas, al revés de la precipitación de la falsa piedad en aliviar a los pacientes de los sufrimientos, se ha de pensar en la terapéutica divina, que se sirve del presidio orgánico y de las jaulas mentales para ajusticiar a los infractores de variados matices que pasaron por la Tierra impunes, inadvertidos, mas que no pudieron huir a las sanciones de la conciencia en falta ni a la Legislación Superior, a la cual rogaron enseñanza de recomienzo, recuperación y sublimación porque anhelaban la edificación de la paz intima. Suicidas, - esos pobres rebelados contra la Divinidad - que despedazaron el cráneo, en embestidas de odio contra la existencia, reencarnan perturbados por la idiotez, sordo-mudez, conforme a la parte del cerebro afectada, o por hidrocefalias, mongolismos; los que tentaron ahorcarse, reaparecen con los procesos de la paraplejia infantil; los ahogados, padecen enfisema pulmonar; los que descerrajaron tiros al corazón, retornan bajo el yugo de cardiopatías congénitas irreversibles, dolorosas; los que se utilizaron de tóxicos y venenos, vuelven bajo el tormento de las deformaciones congénitas, de la asfixia respiratoria, o estertorosos por úlceras gástricas, duodenales y canceres devoradores; los que despedazaron el cuerpo en fugas espectaculares, recomienzan victimados por atrofias, deformaciones, limitaciones punzantes, en que aprenden a valorar la grandeza de la vida...
Siempre hay, pues, posibilidad de mañana conseguir la victoria sobre la enfermedad irreversible de hoy. Diariamente, para ese desiderata, se sumergen en la carne Espíritus Misioneros que se aprestan a aligerar e impulsar el progreso, realizando descubrimientos y conquistas superiores para la vida, fuente poderosa de esperanza y conforto para los que sufren, en nombre del Supremo Padre. Ante las expresiones teratológicas, al revés de la precipitación de la falsa piedad en aliviar a los pacientes de los sufrimientos, se ha de pensar en la terapéutica divina, que se sirve del presidio orgánico y de las jaulas mentales para ajusticiar a los infractores de variados matices que pasaron por la Tierra impunes, inadvertidos, mas que no pudieron huir a las sanciones de la conciencia en falta ni a la Legislación Superior, a la cual rogaron enseñanza de recomienzo, recuperación y sublimación porque anhelaban la edificación de la paz intima. Suicidas, - esos pobres rebelados contra la Divinidad - que despedazaron el cráneo, en embestidas de odio contra la existencia, reencarnan perturbados por la idiotez, sordo-mudez, conforme a la parte del cerebro afectada, o por hidrocefalias, mongolismos; los que tentaron ahorcarse, reaparecen con los procesos de la paraplejia infantil; los ahogados, padecen enfisema pulmonar; los que descerrajaron tiros al corazón, retornan bajo el yugo de cardiopatías congénitas irreversibles, dolorosas; los que se utilizaron de tóxicos y venenos, vuelven bajo el tormento de las deformaciones congénitas, de la asfixia respiratoria, o estertorosos por úlceras gástricas, duodenales y canceres devoradores; los que despedazaron el cuerpo en fugas espectaculares, recomienzan victimados por atrofias, deformaciones, limitaciones punzantes, en que aprenden a valorar la grandeza de la vida...
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