Por Jane Maiolo
Y él les dijo: Qué palabras son esas que, caminando, intercambiais entre vosotros, y por que estais tristes? Lucas 24:17[1]
El eminente psicólogo austríaco Doctor
Alfred Adler registra en sus anotaciones un estudio sobre los complejos
evidenciados en el comportamento do ser humano.Según la teoría de Adler, el medio social es la preocupación contínua del indivíduo en alcanzar objetivos preestablecidos, son los determinantes básicos del comportamiento humano, lo que incluye la sed de poder y la notoriedad.
Los complejos de inferioridad, provocados por el conflicto con el medio social, pueden traducirse en una dinámica patológica tales como las psicosis y las neursis, que deben ser tratadas desde un punto de vista psicoterapeútico, es un cuadro alarmante que se multiplica todos los días en la estructura social.
Viviendo nuevas auto-realizaciones, utilizando de explosivos emocionales silenciosos como la culpa,
la indignación, la frustración o la vergüenza, y el sentimiento de falibilidad exagerado, causando el desmoronamiento de construcciones emotivas de forma rápida e inapelable.
Estamos en tránsito temporal en el cuerpo físico, ¡ no lo podemos olvidar!, ¡ Somos espíritus !. Estamos viviendo momentos singulares en nuestra corta y breve existencia: El mundo se agita en torno a múltiples acontecimientos que impactan en unos instantes mas o menos felices o infelices, en los fracasos y en los laureles.
Catástrofes, terrorismo, epidemias, orfandad, drogas, corrupción, prostitución, indiferencia, dentro de otras circunstancias que tienden a diminuir o a infravalorar al ser inmortal que somos.
Los discursos se hacen cada vez más vacíos , masificantes, insultantes y segregacionistas. Es imprescindible que maduremos nuestras concepeciones de la vida bajo la enseñanza del Evangelio, expandiendo las perspectivas de alteridad a fin de pensar en hacer diferencia en una sociedad que clama por la unión, el respeto y lsa dignidad.
La solidaridad nunca estuvo tan ausente entre las naciones. La corrupción nunca estuvo tan presente entre las personas. La crisis moral nunca fue tan avasalladora.
Cristo, que no abdicó del comando de la Tierra, nos advierte: ¿Qué palabras son esas que, caminando cambiais entre vosotros, y por qué estais tristes? ¿ Por qué estamos tan abatidos moralmente?.
¿ Será porque no tenemos nada que reealizar ante tantas solicitudes de socorro ?
¿ Dónde estábamos cuando millones de personas estaban exponiendo sus vidas a fin de extirpar todo tipo de preconcepto?.¿Dónde nos encontrábamos cuando la multitud de movilizó contra la mala gestión pública, denunciando la corrupción?. ¿ Dónde dormíamos cuando los manifestantes se movilizaaron en las calles, en defensa de la vida y contra el aborto?. ¿ Dónde nos encontrábamos cuando los sidosos salieron a las plazas y avenidas, llorando para que los órganos gubernamentales minimizaran sus dramas?.¿Dónde nos hallábamos durante los legítimos clamores de los excluidos sociales?.
Ante los infortunios públicos o camuflados, de los manifiestos populares que volvieron a trazar las calles públicas en un intento de ser escuchadas en sus viejas reivindicaciones, ¿cuales han sido nuestras reacciones psíquicas?,¿Indiferencia?,¿Indignación, somnolencia?, ¿Oración constructiva? (cuando estamos sin entusiasmo necesitamos tener esperanza, que es diferente a quedar esperando, esperar es soñar, es definir lo que se quiere y cómo se irá a alcanzar, entonces esperanzar pasa a ser una fuerza que nos hace capaces de recuperarnos.
África sucumbe bajo la mirada de los países ricos, resistiendo bajo el azote del hambre, las enfermedades, combatiendo a los teroristas religiosos. Los conflictos en Oriente Médio se multiplican. Las institucioners protectoras de animales, agonizan en busca de recursos financieros a fin de cuidar y proteger a los animales abandonados por los impasibles y, en fin, el momento de movilizar los recursos afectivos que ya conquistamos, y testimoniar el "amaros los unos a los otros".
Si no somos capaces de incorporarnos a las filas de aquellos que luchan con dignidad, tangamos la compostura de orar para que el buen ánimo nunca falte a aquellos que cargan en sus hombros, grandes responsabilidades en sus demandas.
Dejemos el discurso vacío para llenar el corazón de sentimientos solidarios.
Jesús no necesita que defendamos ninguna doctrina en su pureza o en su aplicación, pero espera de nosotros que podamos disminuir las aflicciones en el mundo.
No queda la menor duda de que la única religión digna de ser abrazada es aquella que aproxima al hombre al Creador y no aquella que postula ascendencia sobre las demás.
¡ Creemos que todos nosotros podemos seguir la religión cósmica del amor! . Y sin "restringirnos", pronunciaremos: Señor, queda con nosotros, porque ya es tarde y ya declinó el día.De tal modo tenemos la guía segura del bien proceder y el aliento consolador del mayor psicoterapeúta que nos acompaña durante la estancia en la vida: Jesús.
¡ Tengamos fe !
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QUE PASA CON LAS PERSONAS QUE SE QUITAN LA VIDA. .
La respuesta depende de las creencia individuales de cada uno, formada lógicamente por las enseñanzas filosóficas , religiosas o ateas, aprendidas desde el hogar o en el transcurso de la vida. Cada persona, como en todo otro temas, se va forjando su propia opinión y creencias...
Prefiero pensar, que el alma, por muchos errores que cometa, y el suicidio es uno de ellos, SIEMPRE tendrá (por la Misericordia de Dios, nuestro Creador) oportunidad del arrepentimiento, de enmendar la falta cometida, de volver a nacer y enfrentar las pruebas de la vida con la valentía necesaria para no cometer el mismo error.
En cuanto a su estado espiritual después de esta forzada muerte, todo parece indicar que se viven periodos muy turbios, en medio de una gran confusión, de sentirse vivo a pesar de todo. En este proceso de confusión las energías creadas por los pensamientos que anticiparon al suicidio, han servido de imán para arrastrar hacia el energías afines del bajo astral, de los mundos espirituales inferiores, de las almas en pena, de los espíritus endurecidos y extraviados, quienes les persiguen y atormentan, antes y después del suicidio.
- REY FORMOSO -
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En mediumnidad
… para muchos compañeros poco avisados, ahí en la Tierra, la mediumnidad significa un martirio. Entre tanto, es glorioso camino de rescate espiritual, con sublime ascensión hacia las cimas de la vida. Es luz para la penetración en el valle de las sombras, consuelo para derramar bendiciones renovadoras en la noche del sufrimiento.
Claro que son indispensables el coraje y la fe viva, la esperanza y el valor moral a fin de proseguir camino afuera. La senda permanece repleta de espinas y la floresta, alrededor, es siempre amenazadora. Sin embargo, mis hijos, ¿cómo se verificaría la conquista de espacios nuevos sin el arrojo de los que prefieren las angustias del frente?.
… conocemos de cerca las vigilias y las inquietudes de los trabajadores fieles del Señor en el campo del mundo. A veces, solos con la oración, interrogando a lo íntimo el porqué de semejante tarea, extenuados ante las luchas. Por todas partes el combate, el atrito, la incomprensión. Mas es imprescindible recordemos Aquél Divino Médico que se afirmó mensajero para los enfermos y no emisario para los sanos. Aquél que fue igualmente peregrino sagrado del bien en la floresta del mal y que amó hasta la cruz, en el sacrificio supremo. Sin el Cristo en el corazón, es imposible servir con la eternidad. Solo Él es suficientemente grande para arrebatarnos la pequeñez en que hemos vivido; solo Él posee bastante amor para satisfacernos la sed espiritual Liguémonos a Jesús como lámparas a la usina vigorosa. Sin esa operación es difícil transitar en los caminos empedrados de la tierra.
…mis amigos, procuremos valernos del sufrimiento con la habilidad de quien encontró una abundante y preciosa fortuna.
… en la espiritualidad casi siempre los valores son inversos. Entre los hombres encarnados, la filosofía imperante es la del inmediatismo, muchas veces, es la del juego desenfrenado de las ambiciones sin rumbo. Las criaturas amontonan siempre, eso o aquello, sedientas de posesión, para dejarlo todo, un día, a la herencia de cenizas. Solamente las almas nobles, maduras en la escuela de la razón iluminada por la fe viva, consiguen comprender el cambio divino.
Es indispensable atesorar para la verdadera vida, economizar luces y bendiciones, como quien sabe que todo lo material de la existencia humana se resume a recursos didácticos de una escuela grandiosa y bendita que sólo la ignorancia humana convierte en teatro de luchas sangrientas por el propósito de dominio y por el desvariado apego a la ambición.
… no nos detengamos al lado de aquéllos que olvidaron el valor de la Espiritualidad y que perdieron la noción de la sublime dádiva del cuerpo. Convirtámonos, realmente, a Cristo, atendiéndole los designios misericordiosos y justos.
… nuestro hogar, mis hijos, es el mundo entero. Y nuestra familia es la humanidad integral.
… en la soberana ley del Supremo Señor el que da recibe siempre más y el que da con alegría recibe centuplicadamente.
… bienaventurados aquéllos que se entregan al servicio del bien, como la simiente humilde en la oscuridad de la tierra. El Padre les enriquece las manos de alegrías y bendiciones, como enriquece los ramos verdes de los árboles de flores y frutos.
Espíritu de Bezerra; Médium: Fco. Cándido Xavier
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LO QUE NOS MOTIVA
Los espíritas, por algún motivo especial parece que estamos inclinados a “complicarnos la existencia”. Me refiero al hecho de que cuanto más nos metemos y profundizamos en el aprendizaje y las experiencias del Espiritismo y todo lo que le rodea, cuanto más ahondamos en él, más nos seduce, como quien descubre un increíble tesoro, solo queremos compartirlo con los demás, porque lo que se comparte es lo que tiene verdadero valor, porque lo que queda oculto es como si no existiese. Entonces vamos adquiriendo compromisos personales y con otros hermanos espíritas, que a veces van más allá de nuestras posibilidades reales para poder afrontarlo con
eficacia y constancia en toda su extensión.
Los motivos que nos
impulsan suelen ser justificados ante nosotros mismos como “el impulso
irrefrenable de aprender cada vez más y
más”. Cuando este motivo ,es realmente cierto, nos cabría
preguntar, ¿ para qué ?; ¿ tal vez, para ayudar más a alguien?; ¿ porque así podemos contribuir mejor al
desarrollo y expansión de una doctrina o de un conocimiento?. Sabemos que este
conocimiento cuando se popularice más,
gracias a la difusión que cada uno pueda hacer, este es el mejor aporte que podemos hacer a esta
gran doctrina de los Espíritus, esto
puede ser un factor para
mejorar eficazmente a la humanidad para
que alcancemos niveles éticos y morales nunca antes vividos, de
solidaridad, de paz y de amor entre todos los seres humanos, además de redundar
en un avance social notable, de modo que las sociedades del mundo se
sentirán más solidarias y fraternas entre sí de lo que lo fueron antes
nunca . Cuando realmente los
motivos que nos impulsan a “complicarnos más la vida”, son los enumerados
anteriormente, la justificación es noble y muy loable, pero ,¿ realmente en todos los casos son
estos los motivos que nos impulsan a todos?.
Yo me planteo si no
será también en algunos casos un afán de
saber más y conocer más, para afianzar nuestra propia seguridad interior,
porque en el fondo, necesitamos a cada paso que nos convenzan de lo que decimos creer o mantener.
También puede ser que ,
sencillamente, haya algunos casos de mera curiosidad, para ver si por fin, caminando por los misterios del intercambio
mediúmnico, presenciamos algún fenómeno relacionado con la existencia del Más
Allá, o de caracter paranormal que dé mas solidez a nuestra fe y a los argumentos de cara a los demás, en un afán de hacer
proselitismo, buscando la admiración,
y la credulidad de esos que nos admiran
porque creen que sabemos tanto y cuanto o que somos tan virtuosos, pero en el
fondo a veces solo queremos lograr un
convencimiento y una seguridad en
nuestros planteamientos y testimonios.
Asimismo es posible que este afán de saber cuanto sea posible, en
ciertos casos sea un modo de sentirnos
superiores y admirados por los demás, como evidencia de otros defectos que aun
portamos, como son el orgullo y la vanidad.
En el fondo, creo que
es posible que muchos, tal vez puede ser
que lo que persigan sea la admiración y el cariño de los demás, de lo cual no pueden prescindir, sintiéndose
queridos y un poco “ por encima ” al común de los mortales, gracias a sus
reconocidos conocimientos, saberes y experiencias; y lo peor de todo: dando una
imagen de virtud o de madurez moral, de las que en el fondo carecen en realidad
.
Hay quien ha leído
muchos libros espíritas, y gracias a su buena memorización creen por ello saber
mucho; otros tienen una larga experiencia de años por su permanencia en el seno
de grupos o sociedades espíritas, y eso les hace sentir con cierta autoridad en el campo espírita,
con respecto a los “advenedizos” llegados hace menos tiempo, y en el fondo
recuerdan eso de que " la veteranía es un grado "; otros han acudido
además a tantos y tantos congresos y han escuchado tantas y tantas conferencias
brillantes o magistrales, e incluso, las han impartido...., pero, ¿ eso es
suficiente?; ¿ con todas las cosas
reseñadas, han colmado el tope de lo que
se puede lograr, asegurando un lugar de privilegio después, en el mundo
espiritual, cuando les llegue la hora de regresar a él?; ¿ es posible que
piensen de verdad, que el cariño y las alabanzas de los hombres aquí, les van a
situar en el mismo nivel, después en el más allá?.
Todo lo reseñado, sobre
la formación intelectual y espírita está muy bien y es necesario como formación necesaria que
todo espírita, como cristiano portador y partícipe en la tercera revelación,
debe conocer para con este conocimiento,
iluminar su vida, dando luz a las vidas de los demás, pero lo que no se
nos puede olvidar a nadie, es la necesidad individual de cada uno, que todos
tenemos en cuanto a la práctica de lo sabido, para que no se quede solamente
en una hermosa teoría. Y no me refiero
ya a la práctica mediúmnica o en la de
aplicar pases magnéticos o espíritas; me refiero a la práctica de la caridad
con los demás; a la práctica del mejoramiento íntimo, luchando contra nuestros
defectos morales y nuestras inclinaciones negativas en el día a día, tratando
conscientemente de eliminarlas y reeducándonos como cristianos de verdad, con
la base sólida, no ya del conocimiento teórico de la Codificación, del
Evangelio o de otras elevadas obras espíritas, sino con la verdadera base del
ejemplo a los demás, de nuestra entrega y nuestra caridad en tantas facetas y
oportunidades como nos ofrece la vida.
No olvidemos nunca que, como dijo Kardec, al verdadero espírita se le conocerá por su
transformación moral, y esta se produce no con la exposición hueca de una bella teoría
doctrinal, sino con esa práctica diaria de la caridad y esa transformación
moral, que es el verdadero fruto de los espíritas, y que como imagen
evidente, esto siempre habla más que mil
palabras.
Vamos a comenzar a
aplicarnos la máxima de Kardec, cuando afirmó que “fuera de la Caridad no hay
salvación”. Y no se trata de dar limosnas, sino de ser tolerante, bueno,
compasivo, misericordioso y paciente con nuestros semejantes, respetando y
amando la Naturaleza y los seres creados por Dios, que habitan en nuestro
mundo.
Por supuesto, es
ineludible que debemos formarnos a fondo
en la doctrina que amamos y sustentamos,
la Doctrina Espírita, en todas sus facetas
y aspectos basados a partir de las obras codificadas por Kardec: ciencia,
filosofía y moral, así como de tantos
buenos autores espíritas, que con sus obras, unas de autoría directa y otras
mediúmnicas, han iluminado y allanado el camino del conocimiento espiritual, y
más concretamente, del conocimiento espírita, pero sobre todo refrendemos estos
conocimientos con la necesaria
transformación moral, ejemplo evidente para los demás que conociéndonos desde
un antes, nos puedan comparar indeleblemente con un después que es el ahora de
nuestro día a día actual, y que ese cambio moral, en una introspección
íntima,también pueda ser sentido por nosotros mismos, como indicativo
de que vamos por el buen camino. Este
propósito que actúa como motor que empuja y funciona en nuestras vidas,
justificando el por qué y el para qué estamos aquí, y el por qué y el para qué
hemos conocido y aceptado la doctrina espírita, será en efecto, el acicate que dé sentido a nuestro paso por
esta existencia en la que ya tanto tiempo hemos malgastado.
Que cada cual, en
conciencia, nos pongamos ya y seriamente
manos a la obra, comenzando por mirar nuestras posibilidades reales de hacer
algo por los demás, y por nosotros mismos, sin olvidar nunca que nuestro
prójimo más inmediato es, por lógica, a quien primero debemos atender y ayudar,
y este no es otro que nuestros familiares directos, y por supuesto nosotros
mismos, porque si no depuramos antes nuestro interior, con nuestra voluntad y nuestro conocimiento
avalado por la vivencia y la experiencia, no podremos ser esa herramienta
valiosa , necesaria y precisa que
deberá servir para ayuda en el
caminar evolutivo de los demás.
Jose Luis Martín-
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