sábado, 25 de marzo de 2017

Reencarnación


CONTENIDO DEL BLOG EN EL DIA DE HOY:

- Una vivencia personal
- ¿ Por qué las manifestaciones mediúmnicas causan temor en algunas personas?
- El Astral inferior
- Reencarnación



                                                                         

                                      UNA VIVENCIA PERSONAL

En primer lugar un saludo y un buen deseo para todos.
Os quiero contar como llegué a tener conocimiento de la Doctrina Espírita y qué es el Espiritismo, palabra que muchas personas confunden su significado. Yo misma no había oído hablar mucho de ella.
Hace algún tiempo, en este lugar donde vivo, se que mucha gente hacía Espiritismo sin ninguna preparación y mal encaminado. Eso me daba miedo. A mi no se me pasaba por la cabeza asistir a estas cosas porque me daba, como ya he dicho, mucho respeto. Aunque no obstante, siempre me llamaba mucho la atención leer cosas relacionadas con estos temas, con todo lo oculto, porque pienso que es bueno aprender para después saber lo que significan tantas cosas que nos pasan y no tenemos explicación. Bueno, os cuento:
Un buen día y en buena hora oí hablar que habían abierto una tienda esotérica en mi pueblo y allí me acerqué. Se lo conté a mi prima hermana y fuimos juntas. Nos gustaba mucho por cómo estaba decorada, el olor a incienso, había algo especial que no se cómo explicar, además nos sentíamos muy a gusto por lo que fuimos muchas más veces. Compraba libros y nos enseñaban muchas cosas. Desde entonces seguimos viéndonos porque poco tiempo después comenzamos a estudiar la Doctrina Espírita, que a mí me ha cambiado la vida.
A través de este estudio y de experiencias personales duras he comprendido el por qué de muchas cosas y de que nosotros mismos decidimos nuestra vida, que en nosotros está la decisión y la respuesta. Estoy segura de que si cada uno leyéramos un párrafo del “Evangelio Según el Espiritismo” nos sentiríamos mucho mejor ya que te ayuda a ver las cosas con otro color, a darte cuenta de si vas por el camino equivocado, te ayuda a saber perdonar, a hacer el bien y no esperar gratificaciones, a querernos sin dar más explicaciones y sobre todo a practicar la Caridad y a tener siempre nuestro pensamiento en Dios, que es nuestro creador y el de todas las cosas. Por todo esto nos tenemos que respetar y amar los unos a los otros.
Todo esto y muchas más cosas estoy aprendiendo y tratando de comprender con estas dos personas tan maravillosas que tienen un corazón tan grande que a veces se les escucha latir desde fuera y que hacen el bien sin límites. Doy las gracias a Dios por conocerlos y que Él los bendiga.
Si os animáis a venir al centro espírita con nosotros seguro que os gusta porque hacemos muchas actividades y nos divertimos mucho, hacemos excursiones y aprendemos a ser más humanos.
Me siento viva. Es bueno saber dar un sentido a todo lo que nos pasa. Estudiando espiritismo encontraremos las respuestas a tantas preguntas.

Un saludo y un abrazo.

Mª Angeles.

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¿ POR QUÉ LAS  MANIFESTACIONES MEDIÚMNICAS   CAUSAN TEMOR EN ALGUNAS PERSONAS ?

          Muchas veces esta clase de temores  son  debidos a los prejuicios creados por las  ideas religiosas negativas, como lo es la idea  del demonio y la creencia de que solo los “demonios” se pueden manifestar en este mundo.

                      Por otra parte,  el “más allá”, siempre ha sido una intuición aunque  un gran misterio, y por naturaleza  a lo que no se conoce se le teme.   Como lo “normal”, es el establecimiento permanente de esa barrera dimensional que separa a  los vivos de los muertos, el establecer contacto con el “más allá”, para algunas personas supone en cierto modo  transgredir lo que la Naturaleza tiene normalizado para nuestro mundo.
       

  No obstante pregunto: ¿ Quién se asustaría ante la presencia de un Ser querido como su madre, una novia, un hijo, etc, por el hecho de que  se hayan ido de este mundo?.  Si antes les amábamos y nos  amaban, y nos alegrábamos con su presencia, y ellos con la nuestra,  ¿Por qué después de irse de este mundo, habríamos de sentir horror ante su presencia o su manifestación visible o tangible? ;¿Por qué alguien amado nos podría infundir temor?; ¿ Por qué  su muerte  pudo haber cambiado nuestros sentimientos hacia él, o los suyos hacia nosotros?. Si antes nos amaban, ¿por qué el haber pasado la experiencia de la muerte les iba a hacer dejar de amarnos si siguen siendo los mismos que eran antes de su muerte ?.......
          Es normal que temamos la presencia de  Seres negativos que puedan tener una inquietante apariencia que venga dada por su perversión moral. Estas negativas presencias, si las tuviésemos, nos podrían causar  un miedo natural y lógico. Los Seres  espirituales  malignos u “oscurecidos”, se manifiestan en nuestro mundo con más frecuencia que los buenos, debido a  que  por  su vibración perispiritual , adquieren una densidad que les sitúa muy cerca de nuestro entorno psíquico  humano que los atrae naturalmente, mientras que los Espíritus más elevados están en otros niveles vibratorios superiores y más  alejados del  nuestro. Por eso mismo abundan más en nuestra esfera psíquica. De todos modos sabemos que son de temer mucho más estos espíritus negativos o malignos, cuando están en este mundo encarnados, personalizando un ser humano que nos podría agredir  incluso físicamente y hacernos algún daño,  más que  cuando  están en el plano espiritual, desprovistos de una materia física.
Si sabemos que hay Seres  espirituales positivos y buenos que no podemos ver,  aunque  los sentimos a veces tan cerca de nosotros,  ¿Por qué si les pudiéramos  ver  ante nuestra presencia , habríamos de  temerles?; ¿ Y si se tratase  de familiares o seres queridos nuestros?; ¿Qué nos podrían hacer, ni por qué nos iban a  querer  hacer nada malo?. No lo harían, del mismo modo que nosotros tampoco deseamos ni le haríamos nada malo a ellos.
Como decía mi madre: “No hay que temer a los muertos, sino a los vivos. El miedo es libre y gratuito; cada uno coge el que quiere”.
El Amor no se acaba con la muerte; este une a las almas y las mantiene unidas para siempre aunque se encuentran en diferentes planos de la existencia. Por eso, no les temamos, sino que sigamos correspondiendo con nuestro amor a su amor hacia nosotros.

- Jose Luis Martín-
  
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                    Fotograma de la película " Nosso Lar"

                 EL ASTRAL INFERIOR

Del mismo modo que existen Planos Felices, -según citamos en el artículo del mes pasado- existen también Planos de Dolor; planos del Astral Inferior en los que reinan las penalidades y los sufrimientos, la oscuridad y la infelicidad. Llegan a ser tantos mundos inferiores como resultan necesarios para albergar la vida –Física y espiritual- de los diferentes estadios evolutivos del Ser.
Según nos indican las diferentes filosofías, se les denomina: Astral inferior, Umbral, Bajo astral, Plano causal, Plano de deseos, etc. Las religiones les denominan: Purgatorio, Limbo, Infierno, etc. Todas esas instituciones nos indican que efectivamente, existen varios niveles o planos al otro lado de la vida física.
Cada uno de estos planos se corresponde con los diferentes grados de conciencia y desarrollo espiritual alcanzado por el ser y, con las intenciones y deseos que mantienen los pobladores de estas oscuras regiones.
En función de sus necesidades evolutivas particulares, pueden permanecer allí por un plazo de tiempo indeterminado, hasta tanto depongan su actitud de rebeldía y acepten enfrentar las expiaciones y pruebas necesarias para su progreso a través de la reencarnación.
Aquí cobra gran relevancia la Ley de Afinidad y, por sus premisas, se agrupa en un mismo plano a los espíritus que mantienen una misma sintonía y similar desarrollo espiritual.
Se trata de una especie de filtro, por el que cada ser llega al lugar que le corresponde por su nivel vibratorio y, dónde tiene que reflexionar y asimilar sobre todo aquello que la Ley Universal del Amor le devuelve en justa correspondencia con sus actos; es el fruto de sus responsabilidades y méritos.
La Justicia Divina, efectivamente, no trata por igual a las personas que cometieron errores en su vida terrena y que actuaron sin maldad; a quienes se equivocaron por pura ignorancia y egoísmo y qué, constatando sus errores, se arrepienten y desean rectificar.
No son espíritus malos o perversos, pero todavía no están preparados para permanecer en el plano espiritual donde puedan gozar de una mínima y relativa felicidad.
Su nivel de conciencia es muy diferente a la de aquellos que obran con maldad consciente, sin importarles el daño que causan a sus semejantes y preocupándose  únicamente por sí mismos.
Estos últimos, comenten todo tipo de injusticias y daños sin remordimiento alguno, se rebelan contra toda norma y justifican siempre su mala conducta y acciones. No conformes con el destino que les marca la Ley, intentan además tomarse la justicia por su mano.
A estos espíritus resulta muy difícil ayudarles pues, sus defectos e imperfecciones se convierten en sus propias trabas. Será el tiempo y el sufrimiento quienes les vayan desgastando en su rebeldía hasta qué, desquiciados y arrepentidos, les llegue la oportunidad de comprender y rectificar.
Los espíritus egoístas, orgullosos, materialistas, cómodos, perezosos, malvados, ruines, sin corazón, vengativos, viciosos, avaros y con afán de dominio y poder, que no sienten ningún respeto hacia el dolor y las necesidades ajenas, todos y cada uno de ellos, tienen su lugar en las fangosas regiones de los planos inferiores, hasta tanto su conciencia se vaya sensibilizando y comiencen a sentir la necesidad de rectificar y buscar los planos de Luz y Felicidad.
Para llegar a cada plano espiritual resulta prioritario el grado de conciencia alcanzado: A mayor conciencia mayor responsabilidad. Todos aquellos que obraron contra su conciencia, siendo conscientes de sus errores y haciendo oídos sordos al daño causado, pensando que podían eludir a la justicia humana; todos ellos, sin excepción, encontrarán siempre el fruto de sus actos y, por magnetismo llegarán a esas regiones tenebrosas donde impera la maldad y donde habrán de convivir con entidades de su propia calaña.
Así, el Umbral –como su propio nombre indica-, sería una zona intermedia cercana al plano material, a la que se llega después de la desencarnación. Allí no moran espíritus malvados, sino aquellos que no aprovecharon adecuadamente su tiempo en la Tierra. Habrán de permanecer entre penumbras y dolor, hasta tanto su alma se sensibilice y su conciencia les permita ascender al plano donde comenzarán a progresar y descubrir conscientemente el nuevo mundo que les rodea. Entonces, comenzarán a preparar una nueva vida, encarnados, en la que poder ir rectificando los errores y posturas equivocadas, fruto de la ignorancia y los defectos adquiridos.
En esa zona denominada “El Umbral”, se siente la desesperación del destierro. El espíritu, desheredado, no comprende cómo, ni porqué, ha llegado allí, no sabe como salir y no entiende los procesos que le envuelven. Se encuentra sólo y siente más agudizadas las necesidades que tenía cuando poseía un cuerpo físico. Sí falleció enfermo, crecen sus dolores; percibe llantos, gritos y burlas y siente que le están persiguiendo en todo momento. Todo se convierte en una permanente pesadilla de la que le resulta imposible escapar. Ansía constantemente despertar hasta qué, finalmente, le llega el momento de proseguir con su evolución. Es a partir de ese momento, cuando aquellos que le estiman, acuden a su rescate.
Este sería el primer escenario que nos podremos encontrar una vez el espíritu abandona el cuerpo. Posiblemente sea el lugar más agradable del astral inferior, pues se trata de una zona de paso, en tanto la conciencia va despertando a la Vida Espiritual.
A medida que la conciencia se va enlodando, más y más, en estados profundos de maldad y rebeldía, el ser espiritual se va degradando moralmente hasta niveles insospechados de animalidad. Desciende a los planos de vida más oscuros y tenebrosos, en los que imperan el terror, el miedo y el despotismo, todo tipo de bajezas ligadas al mal, acrecentándose sus padecimientos y penurias.
Este plano es el fiel reflejo de los relatos y leyendas que nos han venido contando y que nos descubren los estados purgatoriales e infernales. El infierno, tal como nos lo describen las diferentes creencias, no existe, ni tiene un lugar concreto. Tampoco existe la figura del diablo creada por Dios. Son los propios espíritus quienes crean esos estados o planos de conciencia, verdadero infierno para quienes se instalan allí. Por el peso de su conciencia, magnetismo y situación moral, les resulta imposible escapar de esas zonas.
Es tal el grado de degradación alcanzado qué, como gárgolas, toman las formas grotescas de los animales a cuya condición se asemejan. De ahí esas monstruosas y demoníacas alegorías.
La vida y su manifestación en los planos astrales inferiores son: La fealdad, la repugnancia y el terror, consecuencia de los pensamientos, sentimientos y emociones que emanan de los seres que pueblan esas oscuras regiones.
En esos planos de oscuridad e infelicidad, todos los depravados que usaron la vida en beneficio propio, olvidando los deberes y obligaciones que como hijos del Creador compartían, se encontrarán con el dolor y el crujir de dientes. Son zonas abismales donde impera la ley del más fuerte, pero no la fuerza física, sino la mental e intelectual. Existen seres provistos de gran orgullo y egoísmo, auténticos dictadores que, dotados de un elevado grado de inteligencia y poder mental, los utilizan para dominar y esclavizar a los débiles que son atraídos a esas zonas y que caen en la red de esas organizaciones malignas que los utilizan para conseguir sus fines.
Se convierten en esclavos de esas entidades perversas, que los dominan, explotan y convierten en títeres de sus bajas intenciones; se encuentran inmersos en un plano de vida oscuro, sucio y desagradable. En ese plano de existencia, todo, incluida la vegetación y fauna, se ajusta a los bajos y deprimentes sentimientos de sus moradores. Recordemos las figuras gárgoleas, carentes de luz y belleza que nos muestra Dante Alighieri en su Divina Comedia.
También existen planos del bajo astral en los que se aglutinan espíritus trastornados y enloquecidos que desencarnaron presas del materialismo, avaricia y egoísmo sin límites; que se apartaron del camino del Amor y que ahora se encuentran en ese plano astral, vacíos y sin nada a que aferrarse, añorando sus antiguas posesiones. Como no pueden alcanzar nada de aquello que poseían en la materia, sufren constantemente.
Únicamente a través de una nueva reencarnación podrán encontrar el alivio; cuando, arrepentidos, regresen a la vida física para reparar el mal causado y corregir aquellas imperfecciones que propiciaron su caída.
También encontraréis a aquellos seres que ocuparon en su vida física cargos y puestos de relevancia, política, religiosa o militar; muchos de ellos convencidos de continuar en esos puestos honoríficos después de la tumba. Creían comprar una parcela de cielo donando sus bienes a la iglesia o comprando indulgencias pero, dejando de lado la caridad y la ayuda a los necesitados. Cuando abandonan el cuerpo físico no encuentran su cielo y el status que creían merecer. Comprueban la miserable situación que se han labrado y sufren. Entonces se rebelan, niegan a Dios, y pasan a engrosar las filas de los espíritus rebeldes que luchan contra las Leyes Divinas y todo lo que represente evolución espiritual y moral para los seres encarnados, convirtiéndose en los mayores opositores al progreso espiritual.
Todo en los planos inferiores es lúgubre, carente de luz y belleza No es por carencia de luz física, sino de luz espiritual. La luminosidad de cada plano está acorde a la vibración de sus propios habitantes. (Sebastián de Arauco).
No obstante, los espíritus elevados, seres de gran luz y amor, nunca les olvidan. Sienten hacia ellos gran ternura y amor y, por haberlo vivido antes, comprenden que el sufrimiento finalmente les rescatará de las zonas inferiores para conducirles a la senda de la regeneración.
Establecen programas y actuaciones para ellos, visitándoles con frecuencia en esas zonas tenebrosas, para dialogar y hacerles conscientes del largo y duro camino que les queda por recorrer.
Estos espíritus generosos se preparan metódicamente, pues saben que nunca son bien recibidos y que se enfrentan a hermanos dotados de gran inteligencia y poder mental, que se sienten dueños y señores de esas zonas inferiores y que están convencidos de que esos Hermanos de Luz son intrusos que nada tienen que ver, ni hacer, en lo que consideran sus dominios.
 Fermín Hernández Hernández

©2017, Amor, Paz y Caridad
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                                      REENCARNACIÓN 

Cualquier observador puede apreciar que el niño en su infancia, y aún los nacidos en la misma cuna, tienen tendencias y grados de capacidad perceptiva e intelectual diferentes; lo que nos lleva a la conclusión de que, todo niño al nacer trae ya en sí el bosquejo de su individualidad que, a medida de su crecimiento se manifestará en su personalidad. Personalidad susceptible de perfección, mediante una educación apropiada. 

Las desigualdades humanas nos dan la demostración visible y más palpable de la ley reencarnacionista, de las vidas múltiples, trayendo en cada una el fruto de su siembra. Por medio de esta ley, llegamos a comprender que no venimos a este mundo para comer, dormir y divertirnos; sino a progresar, a desarrollar nuestras facultades latentes por medio del ejercicio en el trabajo, en el estudio, venciendo obstáculos, resistiendo a las tentaciones del mal manifestadas en las múltiples atracciones del placer en los sentidos, en el mundo de hoy; a adquirir experiencias y a practicar la fraternidad en nuestras relaciones humanas TRATANDO A LOS DEMÁS COMO QUEREMOS SER TRATADOS. 

No puede haber igualdad entre quienes se esfuerzan en progresar y perfeccionarse, y quienes no. No puede haber igualdad de resultados entre quienes practican el bien y quienes el mal. Por ende, fácil es comprender que, en las desigualdades humanas existe la acción de la Justicia Divina de, a cada cual según sus obras. 

Nuestro mundo es una escuela milenaria, donde hay diversos grados de aprendizaje, de acuerdo con nuestro adelanto. De cuerpo en cuerpo, como quien cambia de traje, peregrina el Espíritu, el verdadero ser, donde en cada nueva vida humana, viene a aprender nuevas lecciones o REPETIR LAS MAL APRENDIDAS; viene a adquirir nuevos conocimientos que le permitirán ir subiendo más y más en la escala ascendente de la sabiduría y el amor fraterno. 

Y así evolucionando mediante el esfuerzo propio en la escuela de la vida, va capacitándose gradualmente para la vida en mundos mejores, de felicidad, donde ya la maldad no tiene cabida. «La casa de mi padre tiene muchas moradas« —dijo el sublime Nazareno. 
¡Cuan esplendorosa brilla de este modo la justicia de Dios sobre la Tierra! 

Sebastián de Arauco

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