miércoles, 19 de abril de 2017

Currículo oculto de la violencia



Contenido de este Blog en el día de hoy:

- Encuentros Espíritas.
- Facultades Mediúmnicas.
- Hijos deficientes
- Currículo oculto de la violencia.


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                                     ENCUENTROS ESPÍRITAS

Manuel Hernández

Después de la muerte de Allan Kardec el 31 de marzo de 1869, los espíritas se
consultaron y buscaron un sucesor. ¿Quién sería capaz de recoger la antorcha del hombre que permitió desarrollarse al espiritismo? Pesada y difícil responsabilidad después de la impronta dejada por el Maestro. Camille Flammarion será sondeado para la tarea, pero con veintisiete años, nuestro joven científico no se sentirá capacitado para aceptar el desafío de tan importante misión. El espiritismo ya era surcado por diversas corrientes espiritualistas y de vez en cuando por disidentes, que Allan Kardec había logrado canalizar.
El movimiento necesitaba de un hombre de raras cualidades para proseguir su
avance. Será en 1882, en el congreso iniciador de la Sociedad de Estudios Espíritas presidido por el Doctor Josset, donde Léon Denis hará una notable aparición destacada por sus cualidades de orador y, por si fuera poco, de una muy rara elocución. Estaba rodeado por Alexandre Delanne (padre de Gabriel), Amélie Boudet (esposa de Allan Kardec) y Pierre-Gaëtan Leymarie, ¡“El apóstol” del espiritismo, acababa de alzar vuelo!
No obstante, es necesario rememorar el contexto histórico, para comprender mejor el compromiso total de los pioneros. La aparición de El Libro de los Espíritus en 1857 marcará los comienzos del espiritismo cuyo desarrollo transitará una época en ebullición, rica en descubrimientos científicos, rica en creaciones artísticas, con las luchas obreras de pueblos en busca de emancipación social como telón de fondo.
Empeñada en una amarga lucha contra el naciente materialismo, la filosofía espírita atravesará también eventos políticos y bélicos extremadamente difíciles: la guerra contra Prusia en 1870, la Comuna de París en 1871 y la primera guerra mundial en 1914-1918. Estos traumatismos humanos dejarán profundas cicatrices en muchos corazones y los espíritas no quedarán exentos.
En esos momentos de grandes trastornos, Gabriel Delanne y Léon Denis, amigos de siempre, defenderán con cuerpo y alma la nueva revelación. Léon Denis dictará más de trescientas conferencias e intervendrá en todos los congresos. Viajero permanente, jamás escatimará esfuerzos por la causa. Ardiente defensor del espiritismo kardecista en toda circunstancia, dará réplica a todos los interlocutores y opositores.
A finales del año 1916, Léon Denis recibirá la visita inesperada de un hombre
providencial, Jean Meyer. Nativo de Suiza, había llegado a Francia a la edad de
dieciocho años. Hombre inteligente y desbordante de energía, perseverante y
trabajador tesonero, tiene sesenta y un años, había hecho fortuna en el mundo
vinícola y poseía una sólida red de relaciones. Desde su primera infancia, en busca de verdaderas respuestas sobre el sentido de la vida, el espiritismo se había convertido para él en una evidencia al leer las obras de Allan Kardec y Léon Denis. Como hombre de acción y de convicción, venía al encuentro de Léon Denis y luego de Gabriel Delanne. De acuerdo con estos pares, ofrecerá al espiritismo todos los medios materiales de difusión y de investigaciones científicas que le faltaban para probar la existencia del alma y de su supervivencia. En 1917, se hizo propietario de la Revista Espírita, suspendida en su aparición desde el comienzo de la guerra; atendió la Federación Espírita Internacional; creó la Unión Espírita Francesa, fundó la Casa de los Espíritas y las Ediciones Jean Meyer. Para abrir caminos a la ciencia, en 1918 fundó igualmente el Instituto Metapsíquico Internacional reconocido de utilidad pública en 1919 y pidió a otro ardiente defensor de la causa, Gustave Geley, que se
encargara de la dirección. En 1928, puso en marcha la Sociedad de Estudios
Metapsíquicos que debía velar por los trabajos de las diferentes instituciones.
Jean Meyer, el humanista, acoge igualmente en su chalet de Montmorency, en Auteuil, a Gabriel Delanne, su hija adoptiva y su prima que vivían en la más absoluta  indigencia. Permitió así a este último proseguir su trabajo con calma y dignidad. Se convirtió en el mecenas del pintor Agustín Lesage. Sostuvo el Orfanato Allan Kardec, sociedad dirigida por la Sra. Jean Malosse.

LE JOURNAL SPIRITE N° 93 JUILLET 2013


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      " Mucha gente quiere desarrollar la videncia, la psicografía, desarrollar esto o aquello,¿Por qué no desarrollar antes el trabajo, la bondad, la paciencia y la comprensión?
- Chico Xavier-

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                      Facultades Mediúmnicas

Los médiums que hacen mal uso de su facultad, que no se sirven de ella con las miras del bien o que no se aprovechan para su instrucción, ¿sufrirán las consecuencias?
"Si hacen mal uso de esta facultad, serán doblemente castigados, porque tienen un medio más para ilustrarse y no se aprovechan. El que ve claro y tropieza es más vituperable que el ciego que cae en el hoyo."


4. Hay médiums a quienes éstos dan espontáneamente y casi constantemente  comunicaciones sobre un mismo motivo, sobre ciertas cuestiones morales, por ejemplo:
sobre ciertos defectos determinados. ¿Tiene esto objeto?
"Sí; este objeto es el de iluminarles sobre este punto muchas veces repetido, o para corregirles de ciertos defectos; por esto a los unos les hablarán incesantemente de
orgullo, a los otros de la caridad; sólo la saciedad puede al fin abrirle los ojos. No hay
médiums que hagan mal uso de su facultad, por ambición o por interés, o comprometiéndola por una falta capital, como el orgullo, el egoísmo, la ligereza, etcétera, que no reciba de tiempo en tiempo algunas amonestaciones de parte de los Espíritus; lo malo es que la mayor parte de las veces no toman esto para sí."


Observación. - Los Espíritus usan muchas veces la prudencia en su lecciones, las dan de un modo indirecto para dejar el mérito al que sabe aplicarlas y sacar provecho; pero la ceguedad y el orgullo son tales entre ciertas personas, que no se reconocen en el cuadro que se les pone delante de los ojos; tanto más el Espíritu les dad entender que se dirige a ellas, se enfadan y tratan al Espíritu de mentiroso o bromista de mal género.
Esto solo prueba que el Espíritu tiene razón.


5. En las lecciones que se dictan a un médium de una manera general y sin aplicación personal, ¿no obra éste como instrumento pasivo para servir a la instrucción de otro?
"Muchas veces estos avisos y consejos no se dictan para él personalmente, sino para los otros, a los cuales no podemos dirigirnos sino por la intervención de este médium, pero el mismo debe tomar su parte si no le ciega el amor propio.*
No creáis que la facultad medianímica se haya dado para corregir sólo a una o dos personas, no; en fin es más grandes: se trata de la humanidad. Un médium es un
instrumento muy poco importante como a individuo; por esto, cuando damos instrucciones que deben aprovechar a la generalidad, nos servimos de aquellos que poseen facilidades necesarias, pero admitid como cierto que vendrá un tiempo en que los buenos médiums serán bastante comunes, para que los buenos Espíritus no tengan necesidad de servirse de malos instrumentos."

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS
ALLAN KARDEC.


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HIJOS DEFICIENTES
Mercedes Cruz
Somos espíritus en evolución y en cada existencia, nuestro espíritu recibe un nombre y sobrenombre con el cual va a ser conocido y reconocido tanto por lo que hizo y lo que dejó de hacer. Olvidar esa ley máxima de la vida, por la que el espíritu precede al cuerpo y tiene primacía sobre el, es una de las mayores barreras, la causa máxima de nuestros problemas humanos. Si en todas nuestras actividades diarias no olvidásemos esto, tal vez sería un medio eficiente y seguro para nuestra evolución.
La tierra es un planeta escuela y no una colonia de vacaciones. Como espíritus, tenemos dos problemas serios a conquistar en muestra evolución: el miedo y la pereza. Debido a ellos, vivimos pidiendo a Dios facilidades y beneficios, aun mismo sabiendo que en estas fases cometemos nuestros mayores desatinos evolutivos.
La paz y la felicidad nada tienen que ver con llevar una vida ociosa e inútil.
Las virtudes no se compran, ni se ganan de momento, o surgen de la nada como un favor Divino o de la espiritualidad; son conquistas del espíritu en las lides de cada día.
A nadie nos es dado una prueba o expiación que no pueda resolver holgadamente. Cuando no salimos bien de algunas de ellas, la culpa es siempre de la pereza, de la inercia, del miedo, y no de la falta de oportunidades.
El miedo y la pereza son dos adversarios de mucho peso que impide nuestra evolución.
La parábola de los talentos en el capitulo XVI del Evangelio Según el Espiritismo es un magnifica lección para uno de los mayores problemas del hombre contemporáneo: la diferencia entre el potencial de los espíritus y el huso que es hecho de el. Las aptitudes espirituales ya alcanzadas y no usadas son la causa principal de esas modernas plagas: la depresión, la neurastenia, la angustia existencial, el pánico.
Vivir una vida volcada principalmente para buscar confort y placer, lujo y acumular riquezas para el futuro, es un desperdicio de nuestros talentos espirituales.
Las familias que tienen hijos problemas están constituidas por espíritus fuertes que se propusieron ayudar a esa criatura a superar sus dificultades o a vencer algunos límites, compartiendo. No siempre las limitaciones innatas de cualquier tipo indican débitos con la ley de causa y efecto, muchas veces son elecciones conscientes que el espíritu hizo para desenvolver determinadas y específicas capacidades espirituales.
Para quien tiene hijos con tareas especiales, lo que menos importa son los motivos. No merece la pena perder el tiempo estudiando el motivo que tuvieron de hacer tal elección.
El contacto y el intercambio con la espiritualidad no se destinan a romper las ramas ante los cobros de la vida. “Llamad a la puerta y se os abrirá” no significa que debemos transformarnos, en pedidores de favores de la espiritualidad de forma continuada. Adoramos disculparnos millares de veces por los mismos errores, simplemente para, luego seguir repitiéndolos.
Los niños deben ser orientados para evitar pedir favores y y para pedir perdón por los errores; es preciso aprender a asumir las responsabilidades por las consecuencias de las elecciones, enfrentando los hechos y acontecimientos del presente, tal y conforme se presentan. El tiempo y las oportunidades que se pierden llorando, con la rebeldía, disculpas y pedidos sin sentido, todo eso nos causa un atraso espiritual individual y colectivo considerable.
Todos nosotros deseamos hijos bonitos, sanos e inteligentes. Por lo regular es lo que sucede, aunque no siempre.
Hemos de acordarnos de que el niño es un espíritu que aún hace poco estaba en el mundo invisible, entre la vida que se fue, en otro lugar en el tiempo y en el espacio, y la que mal recomienza ahora, en la carne. Entre una existencia y otra pasamos todos por un período de reevaluación personal, de revisión de lo que hicimos anteriormente, de reestructuración de conceptos y, finalmente, de reprogramación de la vida.
Como el niño es un espíritu que trae una programación, una planificación, un proyecto que ejecutar, es incluso posible que venga para un ambiente hostil a sus aspiraciones precisamente porque en el pasado, cuando dispuso de facilidades y de recursos adecuados y suficientes, dejó de llevar a cabo su tarea por negligencia, irresponsabilidad o desinterés.
Es grave, pues, la responsabilidad de quien ha recibido una criatura para criar, ya sea hijo propio o ajeno. Si contribuye para que se consoliden en ella las tendencias negativas en lugar de ayudarle a rehacerse, estará asumiendo cuotas adicionales de responsabilidad y agravando sus dificultades de relación con aquel ser, en futuro cercano o más remoto, en esta o en otras existencias. Ninguno de nosotros es una isla psicológica o emocional. Somos partículas de un solo continente de la vida. Lo que hacemos o dejamos de hacer, por increíble que parezca, puede alterar condiciones y vivencias que solo dentro de algunos siglos o milenios llegarán a resolverse satisfactoriamente.
De una forma o de otra, si procedemos bien o mal, creamos en aquel diminuto espacio nuestro una perturbación o una acomodación en el universo como un todo. Ningún otro fenómeno es tan fantástico e impresionante para el ser humano que lo experimenta, cuanto el de la denominada conciencia cósmica, un estado semejante al éxtasis, que suscita en el ser humano la certidumbre de esa participación e integración en el todo. Las fragmentarias descripciones y testimonios que tenemos al respecto nos dan cuenta de una sensación de perfecta identidad global, como si el individuo fuese el universo entero y no solo un átomo consciente.
Pero esto, a fin de cuentas, sería materia para otra disertación. Únicamente deseamos caracterizar aquí la responsabilidad de cada uno de nosotros, desde el momento en que un espíritu comienza a prepararse para ser nuestro hijo o hija, genético o adoptivo. A decir verdad, y para ser más preciso, la responsabilidad viene de mucho más atrás, pues se articula en el momento en que por alguna razón nuestros destinos se han cruzado, en otro lugar en el mundo, en tiempo que no siempre podemos determinar o siquiera imaginar. Problemas Kármicos que todavía hoy han de ser trabajados y que podrán continuar pendientes todavía por los próximos siglos o milenios, vienen siendo tejidos en el taller de la eternidad desde épocas que solo nuestra memoria integral podrá revelar.
¿Y SI EL PEQUEÑO QUE RECIBIMOS no fuese hermoso, inteligente y sano? La primera actitud a asumir, tan pronto hayamos absorbido el impacto mayor o menor que nos ha causado esa verificación, es que la persona que nos ha sido entregada es un ser humano, tan hijo de Dios como cualquiera de nosotros. La segunda postura, tan firme y urgente como esta, es la de que por alguna razón concreta ha venido a nuestra compañía un espíritu condicionado con ciertas limitaciones, eludibles unas, irreversibles otras, que nos incumbe aceptar para enfrentar las dificultades resultantes. El tercer aspecto a considerar es que el dolor, la desarmonía, el desajuste, son situaciones transitorias. La ley divina provee para todos nosotros un estado final de felicidad permanente, y por eso se hizo necesario decretar, simultáneamente, la transitoriedad del sufrimiento. No hay sufrimiento eterno en ningún rincón del universo; hay seres que sufren por un período mayor o menor de tiempo, según la naturaleza de sus errores, y en razón directa del esfuerzo que procuran hacer para ajustarse a las leyes cósmicas infringidas, y todo está previsto y provisto para que se cumpla el objetivo final de la paz interior. Algunas religiones suelen llamar a esto salvación. El nombre no importa, sino la verdad que en ello se contiene. Un cuarto aspecto debe ser mencionado y esclarecido: y es que los padres de un crío deficiente tienen, necesariamente, una implicación personal en la cuestión.
En otras palabras: tienen una cuota de responsabilidad para ante aquel ser, aunque no necesariamente resultante de una culpa.
El ser humano no ha sido creado para la desgracia, el desamor, el sufrimiento, la angustia, sino para la felicidad. Toda la legislación cósmica converge para ese fulcro luminoso. No habría el menor problema en que llegásemos allá todos, en el tiempo oportuno, si comprendiésemos que las leyes divinas no operan contra nosotros, sino a nuestro favor. Y es precisamente por eso, o sea, porque están programadas para llevarnos a los más altos niveles de la perfección espiritual, por lo que ellas contienen apropiados dispositivos para promover la corrección del rumbo en nuestros derroteros evolutivos siempre que nos extraviamos por los atajos.
Es cierto que el hijo que nos llega con deficiencias físicas o mentales viene con su mensaje de sufrimiento para sí mismo y para nosotros. Se hace difícil convencer a personas totalmente carentes de preparación para que acepten situaciones como esas, en las cuales el dolor que nos causan las limitaciones en un hijo o una hija muy amados es precisamente el remedio que la ley está administrando, a nosotros y a él, para que futuramente podamos llegar juntos al territorio libre de la paz, que está en algún lugar, esperándonos.
Rebelarse contra el medicamento prescrito para nuestras llagas resulta inevitablemente en un agravamiento de las mismas. La ley está siendo, en tales ocasiones, generosa y compasiva, nunca mezquina, dura, insensible o vengativa. Lo que está haciendo es ofrecernos la tan soñada oportunidad de recuperación, de restablecimiento, de purificación, todo lo cual, paradójicamente, anhelamos.
Es cierto que a menudo las probaciones y sufrimientos impuestos bajo esa forma son severos.
Decía Cristo, con la razón que tiene en todo cuanto nos legó de su sabiduría inagotable, que es fácil amar a los amigos, lo difícil es amar a los enemigos; y esto es precisamente lo que necesitamos hacer.
Por extensión, podemos decir que es fácil amar a los guapos, a los inteligentes, a los sanos, pero, como también decía Cristo, son los enfermos los que necesitan del médico. Y a menudo la enfermedad del alma está precisamente en aquellos que disponen de los más bellos cuerpos y de las más lúcidas inteligencias. Y belleza e inteligencia, lo mismo que poder y riqueza, son testigos, son un test, son incluso probaciones que nos someten a examen, con el objetivo de verificar si ya estamos suficientemente maduros para distinguir con seguridad los
valores permanentes de la vida de aquellos que son únicamente expresión de la transitoriedad fugaz del brillo falso. Aunque no solo eso, sino para que, identificados unos y otros, tengamos la sabiduría y el coraje de optar por la forma correcta de proceder.
No nos preocupemos por escalar las cumbres para demostrar que somos grandes, y sí por la dulce alegría del amor eterno que ilumina las llanuras de la vida, donde nadie es grande ni pequeño, porque todos son puros y felices.
En conclusión, los hijos deficientes también son hijos de Dios como nosotros, son personas con quienes nos habíamos desavenido en el pasado y que nos incumbe recuperar para el amor fraterno. No para que de ellos nos libremos para siempre, sino con el fin de que, juntos, sigamos rumbo a la felicidad. Como suelo decir a los espíritus con los cuales dialogamos, no podemos afirmar que esto sea fácil, lo que aseguramos convictamente es que es posible. Es necesario, indispensable. No importa mucho por dónde pase el camino, lo que importa es que nos conduzca a las puertas de la soñada paz, que es nuestra por derecho inalienable de herencia.
Hay semillas que cuestan más para germinar que otras, pero todas producirán alguna forma de vida renovada, siempre que logren romper las barreras existentes entre lo que Aristóteles denominó potencia y acto. En muchos de nosotros el amor todavía está en potencia; en otros, ya ha germinado y se ha convertido en acto.
Extraído del libro “
TODOS NUESTROS HIJOS SON ESPÍRITUS
HERMÍNIO C. MIRANDA

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CURRÍCULO OCULTO DE LA VIOLENCIA

Redacción del Momento Espírita

Después de actos violentos de grandes proporciones, como los ocurridos en septiembre del 2001, en Estados Unidos, y la masacre ocurrida en septiembre del 2004, en Rusia, el mundo hace una pausa para lamentar la violencia.
 Los medios divulgan fotos que conmueven hasta los corazones más endurecidos y generan revuelta y deseo de venganza en las mentes belicosas.
 Pero así que la prensa encuentra otras materias con que ocuparse, esos actos caen en el olvido y sólo vuelven a ser noticia en las retrospectivas de final de año.
 Sin embargo, para las personas directamente envueltas en esas tragedias el mundo jamás será el mismo, por lo menos su mundo íntimo.
 Son vidas cortadas, amores arrebatados, sueños interrumpidos, recuerdos marcados, desesperación, nostalgias.. .
                                                            Y la vida continúa...
Y la violencia sobrevive, silenciosa, sobre la faz de la tierra...
Y se habla de paz... En los gabinetes.
Y se habla de combatir la violencia, fomentándose guerras.
¿Hasta cuándo conviviremos con esa triste realidad sin adoptar una actitud que promueva la paz?
 Ya sabemos que la paz del mundo no se implantará por decretos ni surgirá después la guerra.
La cultura de la paz debe ser una iniciativa lúcida, tanto individual como colectiva.
Es preciso crear una cultura de paz en nuestro planeta.
Hoy está vigente, en el seno de la humanidad, lo que podríamos llamar como currículum de la violencia.
Existe una cultura pro-violencia muy sutil y que gana terreno día a día, de forma velada y letal.
Es una forma de cultivo de la violencia que muchas personas no se dan cuenta.
Esa cultura está presente en el hogar, en el ocio, en los deportes, en las escuelas, en las músicas, en las bromas, en los medios de comunicación, en las canciones infantiles, en las instituciones religiosas.
¡En las instituciones religiosas, sí!
En las violencias que más aterrorizaran y aterrorizan el mundo, generalmente está presente el componente religioso.
Y eso comienza de forma imperceptible, cuando un padre de familia o un líder religioso crea barreras entre los de su creencia y los otros.
El niño crece pensando que quien no es de su creencia es persona mala, que merece ser rechazada o evitada, cuando no se dice que es demoníaca.
Eso en nombre de Cristo, en nombre de Dios, en nombre de un ideal, en nombre de la religión, sea ella cuál sea.
El simple hecho de inclinarse por un equipo de fútbol diferente ya es motivo para crear conflictos.. . Incluso entre personas de la misma familia.
Personas que se dicen religiosas y atacan a otras instituciones, diciendo que el único bien que merece ese título es el practicado dentro de su fe.
Como si el bien no se bastara por sí sólo y tuviera que tener una bandera religiosa cualquiera.
Se pelea por causa de ideas políticas divergentes. .. Se pelea por las más mínimas cosas.
Como dice el cancionero popular, “llegó la hora de la gente construir la paz, nadie soporta más el desamor.”*
 Y para construir la paz es preciso soltar las armas....
Es preciso usar herramientas adecuadas....
Es preciso hablar y obrar como pacifista...
Usar términos e ideas que enaltezcan la paz y no la violencia.
Es preciso adecuar nuestra terminología, en una acción pro-paz.
En vez de decir “luchar por la paz”, decir “construir la paz”.
En vez de “luchar contra la violencia”, “fomentar la paz”,
En vez de “promover un combate”, “hacer una oposición”,
En vez de “armas de guerra”, “herramientas de paz”.
Enseñar en los hogares, en las escuelas, en las canciones, en los medios, en las predicaciones religiosas, que la paz es un deseo común a todos, no importa la raza, la creencia, la posición social. Y creer en eso.
Mientras no actuemos de esa forma, la paz continuará sólo en el discurso, y la violencia ganará fuerzas, nutrida por ese currículum oculto, sutil y letal, que rige silencioso en el seno de la humanidad.

¡Piense en eso!
Observe el mundo con los ojos de paz
Haga su parte, que el mundo tendrá paz.
¡Pero piense en eso ahora!

Texto del Equipo de Redacción del Momento Espírita, inspirado en una entrevista de Raul Teixeira, en la ciudad de Londrina, el 25/09/2004

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La verdadera religión es aquella que une naturalmente a los seres humanos, y los llevan a caminar juntos, sin opresión ninguna, en la dirección de Dios.
 E. M.
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