Contenido de este Blog en el día de hoy:
- Facultad de Bicorporeidad
- ¿ Qué es el magnetismo animal?
- Mediumnidad y locura
- Un 18 de abril de 1857.... el mundo cambió
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FACULTAD DE BICORPOREIDAD
Necesitamos observarnos a nosotros mismos, autoanalizarnos, preguntarnos, por si algún día descubrimos que somos portadores de facultades. De ser así, deberemos preguntarnos, ¿qué camino tomar? Si nuestra intención es buena, la respuesta no se hará esperar: Servir a nuestros semejantes, siendo puentes entre el Mundo Espiritual y el Terrenal. Por ejemplo, podríamos tener la facultad de bicorporeidad, que es el tema que voy a tratar. Facultad no muy extendida ni conocida en los días actuales. ¿Qué es esta facultad? La de aparecer en dos lugares a la vez; más abajo ampliaré esto.
De bicorporiedad dio numerosas muestras San Antonio de Padua que, estando en España, y al mismo tiempo que predicaba, su padre, que estaba en Padua, iba al suplicio acusado de un asesinato. En ese momento aparece Antonio de Padua, demuestra la inocencia de su padre y hace reconocer al verdadero criminal, quien fue juzgado. Se probó que en el mismo momento Antonio de Padua no había salido de España. Se dan estos casos de bicorporiedad, facultad de poder estar en dos lugares a la vez, siendo que en uno está el cuerpo y en el otro, el periespíritu materializado.
Otro ejemplo de este grandísimo médium, Antonio de Padua es cuando: “relata su biógrafo, Padre Antonio, que San Antonio era aún fraile agustino, cuando, encontrándose en meditación profunda, un día tuvo la visión de Francisco de Asís que, desdoblado, se le apareció en Coimbra, sin embargo él estaba en Italia. Le apareció en una visión “milagrosa”, relatada por muchos historiadores, y le anunció, de parte de Dios, que él debía entrar en la religión de los frailes menores". Aún un caso más de este Espíritu Superior: “En Saint-Pierre de Aneyroix, cuando Antonio de Padua apareció en medio del coro para leer la lección del Breviario, estaba también a la vez en la iglesia predicando. Se notó, sin embargo, que él quedó inmóvil en el púlpito durante todo el tiempo de la lectura.” (Estos relatos se pueden encontrar en El Libro de los Médiums, cap. 7.)
Allan Kardec en El Libro de los Médiums nos explica: “…Podríamos decir que el cuerpo puede vivir con la vida orgánica que es independiente de la presencia del Espíritu, y la prueba de esto es que las plantas viven y no tienen Espíritu.” Esta mediumnidad no es muy conocida, por ser una mediumnidad que se da escasamente en nuestros días, sin embargo la historia está repleta de ejemplos de dicha mediumnidad, como es el caso de Antonio de Padua, ya expuesto y el de Alfonso de Ligorio que fue canonizado antes del tiempo exigido, por haberse mostrado simultáneamente en dos lugares diferentes, lo que pasó por un milagro. La Iglesia igual enviaba a la hoguera a estos médiums, palabra que no se conocía aún, pero el fenómeno sí se daba, que eleva a los altares a otros médiums, siempre la incoherencia y las contradicciones. No pretendo juzgar, pero sí recordar a tantos mártires, en su mayoría médiums, que sufrieron por no renegar de sus facultades y misiones.
Volvamos a El Libro de los Médiums, donde nos encontramos con este relato de Allan Kardec: “Habiendo sido evocado San Alfonso de Ligorio, e interrogado por nosotros acerca del hecho arriba manifestado, contestó a la siguiente pregunta: ¿Podría explicarnos este fenómeno? Sí, el hombre, cuando está completamente desmaterializado por su virtud, y que ha elevado su alma hacia Dios, puede aparecer en dos parajes a la vez. He aquí como, el Espíritu encarnado, sintiendo venir el sueño, puede pedir a Dios transportarse a un lugar cualquiera. Su Espíritu o su alma, como queráis llamarla, abandonan entonces su cuerpo seguido de una parte de su periespíritu, y de la materia inmunda en un estado vecino a la muerte. Digo vecino a la muerte porque queda en el cuerpo un lazo que une el periespíritu y el alma a la materia, y este lazo no puede ser definido. El cuerpo aparece en este estado al lugar que se le ha llamado…” Hoy en día sí podemos definir lo que es ese “lazo”; el lazo fluídico (también llamado cordón de plata por el esoterismo) que une al Espíritu a su cuerpo material, mientras está habitando la Tierra. Es un lazo de sustancias brillantes, que le permite al Espíritu ir a donde quiera o le permitan. Una observación de Allan Kardec, en dicho libro: “El alma no se divide en el sentido literal de la palabra; irradia por diferentes lados, y es así como puede manifestarse sobre muchos puntos sin estar dividida; es lo mismo que una luz que pueda simultáneamente reflejarse en muchos espejos”.
Tácito cuenta un hecho muy interesante que le ocurrió a Vespasiano: “Durante los meses que Vespasiano pasó por Alejandría para esperar la vuelta periódica de los vientos de verano y la estación en que el mar estaba más seguro, ocurrieron muchos prodigios por donde se manifestaba el favor del cielo y el interés que los dioses parecían tomar por este príncipe. Estos prodigios redoblaron en Vespasiano el deseo de visitar el lugar sagrado de Dios, para consultarle los asuntos del imperio.
Ordenó que el templo se cerrase para todo el mundo; luego que hubo entrado en él y fijado su atención en lo que iba a pronunciar el oráculo, percibió detrás de él a uno de los principales egipcios, nombrado Basilide, que sabía estaba impedido por enfermedad a muchas jornadas de Alejandría. Se informó de los sacerdotes si Basilide había venido al templo en ese día; se enteró por los demás si se le había visto en la ciudad; en fin, envió hombres a caballo y se aseguró que en dicho momento estaba a ochenta millas de distancia. Entonces no dudó ya que la visión fue sobrenatural, y el nombre de Basilide le sirvió para él de oráculo.” (Tácito, Historias, Lib. IV, cap. 81 y 82, traducción de Burnouf). Este ejemplo de Vespasiano está extraido de "El Libro de los Médiums", el mejor tratado de mediumnidad que tenemos a nuestro alcance. Como se ve, la bicorporiedad, se dio en todos los tiempos de nuestra historia y hay muchos casos registrados, afortunadamente.
Como vemos el tema es apasionante y necesitado de ser conocido, pues gracias a esa mediumnidad se pudieron realizar tareas extraordinarias y se dieron pruebas de la sobrevivencia del Espíritu a la muerte física.
También por causa de estos fenómenos causados por dicha mediumnidad, se le dio el nombre de hombres dobles, porque realmente parecía que hubiese dos, y había dos, pero no eran de materia orgánica. El cuerpo físico sí, obviamente, el Periespíritu sabemos que es de materia sutil y que tiene muchas propiedades, entre ellas, la plasticidad que permite el fenómeno de bicorporeidad.
Es nuestro deber divulgar todo cuanto tenga relación con el área de la mediumnidad y los médiums, pues en nuestros días podemos observar como aumenta el número de médiums; espíritas o no. Si hay conocimiento y esclarecimiento, no existirá el miedo, la irresponsabilidad, la indisciplina, etc. y por lo tanto tampoco fracaso en la tarea que vinimos a realizar como médiums de prueba, pues fracasamos en otra/s existencias como médiums. Que nadie se sienta desamparado y cuando surja el fenómeno mediúmnico pedir para ser guiados a quienes pueden orientar y apoyar a los que nada saben o saben poco, aunque cuanto más aprendemos, más cuenta nos damos de lo poco que sabemos.
Isabel Porras (Tomado del Blog El Ángel del Bien)
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¿Qué es el magnetismo animal?.
Se llama así a la energía vivificante que pueden transmitir unas personas a otras, sin que la distancia física entre ellas sea un factor influyente en el que este proceso de transmisión energética que está dentro de los márgenes de la Naturaleza, se cumpla.
Este flujo de energía humana o “magnetismo” fue descubierto y experimentado por Mesmer, que en un principio creyó que los fluidos invisibles que se transmitían de unos seres a otros, era el mismo fluido que ejerce la fuerza de atracción o repulsión de los imanes; de ahí su nombre.
Esta energía actúa y se transmite como un fluido que posee propiedades eminentemente curativas.
Es el mismo fluido vital que ciertos magnetizadores, capaces de almacenarla naturalmente en su organismo, la transmiten bajo el nombre de bio-energía, o Prana, y en esta transmisión se cumple, naturalmente, la ley física de los vasos comunicantes: El fluido siempre circula desde el que tiene más hacia el que tiene menos, hasta equilibrar los niveles de ambos.
Así acontece cuando se trata de la bio-energía propia del magnetizador que mediante su voluntad trata de transmitir estos efluvios imponderables hacia otra persona que presenta un bajo nivel de su energía vital o algún desequilibrio en la misma. Como en este caso “transmite” un fluido suyo, al final puede quedar mermado de estas energías vitales él mismo, porque cada persona tiene unos niveles o cantidades diferentes, según sea su alimentación, su grado de salud o de enfermedad, si su vida se desarrolla en un ambiente sano, etc., y cuando estos están desequilibrados en su distribución orgánica, o son insuficientes en general, sobreviene la enfermedad física y psíquica; por eso vemos que muchos de estos magnetizadores necesitan tener a mano agua fluidificada para reponer muy a menudo las energías que de ellos salen hacia sus pacientes u otras personas, y explica también la necesidad de mantener la salud con una vida saludable y sana, en la que no debe incluir ciertos alimentos y bebidas algo tóxicos para su organismo, pues esas energías que transmite para la curación y el restablecimiento de otras personas, no deben llevar contaminación alguna, porque el efecto de lo que se transmite podría no ser el deseado.
Sin embargo cuando el fluido transmitido a través de un médium sanador, procede de los planos espirituales, al no ser esta una energía acumulada en su organismo, la transmisión de la misma no le afecta física o psíquicamente, pues él solo actúa en este caso como un canal transmisor de energías sanadoras que desde un plano espiritual, los Espíritus encargados de esa función, con permiso de Dios, transmiten a través de él. En general la energía vital que transmiten, cuando hablamos de una mediumnidad de cura, en parte procede de ellos mismos y en muchos casos le es añadida desde el plano espiritual, dependiendo de las necesidades físicas y psíquicas del receptor.
Como responsable de lo que transmite, no deberá contaminar esas energías que a él le trasmiten para a su vez entregarlas a otra persona, para su mejora y sanación, por lo que deberá llevar una vida tranquila y sana, con una alimentación sana, sencilla y equilibrada.
Este fluido es transmitido al enfermo por el médium curandero o sanador durante el acto de sanación o magnetización, dirigido con la fuerza de su fe, de su mente y de su voluntad, de modo que este fluido lo transmiten normalmente a través de los chacras de sus manos, a veces masajeando sobre la zona enferma, y otras veces sin llegar a rozar la piel del enfermo e incluso a notable distancia física de él. Curiosamente quien recibe este fluido suele experimentar una sensación física de “cosquilleo” o de calor sobre la piel de la zona tratada.
Según definición de los espíritus de los Doctores Demeure, Corvisant, etc, magnetizar es el acto de dirigir sobre un enfermo o sobre el sitio del mal, este agente fluídico, a fin de ocasionar calor o movimiento. Siguen diciendo estos Espíritus:
“El agente magnético puede penetrar en todo el cuerpo del enfermo y producir en él numerosos fenómenos; sus efectos son una aceleración en el movimiento tónico y también en la circulación de todos los fluidos; por estos hechos manejar el magnetismo animal es un arte y una facultad”. Y añaden: “Todos los hombres pueden aprenderlo y ejercerlo, según la energía de su fuerza, de su voluntad y de su salud”.
Según manifestó un médium en estado sonambúlico : “El hombre lleva en sí mismo tanto fluido como necesita para existir; pero no siempre tiene bastante para transmitirlo a los demás. Este fluido es elemental, ligero, sutil, de color blanquecino cuando emana de nuestro cuerpo y cuando es movido con viveza resulta brillante. Los enfermos cuando se les magnetiza, lo atraen según sus diferentes necesidades”.
- Jose Luis Martín-
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MEDIUMNIDAD Y
LOCURA
Cómo distinguir
límites y diferencias
Claudio C. Conti
Las personas que son acometidas de experiencias mediúmnicas
pueden presentar pensamientos y sensaciones que, cuando no son debidamente
identificados, debido a la falta de conocimiento del propio individuo,
familiares y médicos, pueden culminar en consecuencias desastrosas. Nosotros
aun tenemos la tendencia de analizar las situaciones bajo una óptica basada en
los conceptos del siglo XIX, considerando todo como si fuera regido por las
leyes de la Física Clásica. A esta tendencia, se acostumbra a denominar de
“visión newtoniana”, pues es muy fácil para la mente humana, elaborar
pensamientos sobre asuntos con los cuales estamos envueltos en nuestro día a
día y objetos concretos, del tipo que podemos ver y sentir. Los conceptos de
materia y espacio sufrieron cambios drásticos y es importante que también el
ser humano sea visto en una connotación diferente: como proceso dinámico, pues
el no es sólo un conjunto de órganos materiales sometidos a reacciones químicas
y procesos eléctricos.
Joanna
de Ângelis, en el libro El Ser Consciente, dice que “Los avances de la Física Quántica, la
Relatividad del Tiempo y del Espacio y la Teoría de la Inseguridad abrieron
perspectivas psicológicas antes ni siquiera soñadas, teniéndose en cuenta el
concepto del venir a ser” .Dice aunque “solamente cuando es estudiado en su
plenitud – espíritu, periespíritu y materia – se pueden resolver todas las
cuestiones y desafíos que lo compone…”.
Con
estas consideraciones en mente, volvamos al asunto principal.
Cuando
una persona comienza a ingerir bebidas alcohólicas, después de algunos tragos
surge una sensación peculiar.
Antes
aun del estado que se acostumbra a llamar “tonto”, la persona tiene la
impresión de estar como fluctuando y parece que se encuentra fuera de la
realidad.
Fijemos
nuestra atención en esta sensación.
Consideremos,
ahora, una persona que, sin ingerir ninguna cantidad de alcohol, sea acometida,
súbitamente, de una sensación muy parecida con la descrita arriba y que la
frecuencia con que ocurre va, gradualmente, aumentando. Después de algún
tiempo, la sensación viene acompañada de pensamientos extraños, que no se
consigue entender, pues se tiene la “seguridad” que tal pensamiento no le es
propio. Con el paso del tiempo, estos pensamientos se vuelven más fuertemente
establecidos en la mente, y la “seguridad” de antes volverse la “duda” de hoy.
Varias
explicaciones son elaboradas: estrés, cansancio, preocupación… El estrés es una
buena elección: dolencia de moda, nada que unas vitaminas y descanso no
resuelva. Sólo que no lo solucionó. Entonces se pasa a la terapia.
Las
sensaciones son, ahora, también acompañadas de ciertas acciones y trayectos,
más allá de actos y palabras sin una razón aparente. Ocurren cambios bruscos de
humor sin motivo alguno. Deja de ser “estrés” para volverse “depresión”.
La
terapia no está ayudando mucho. Se hace necesaria alguna actitud más “fuerte”.
Se inicia, entonces, el tratamiento con antidepresivos leves. Después de algún
tiempo, la persona es también acometida de fuertes dolores de cabeza y luego
aparecen convulsiones. Se aumenta, entonces, la dosis de los antidepresivos.
Por
fin, considerado loco por aquellos que lo rodean, el individuo es relegado a
los cuidados de una enfermera o clínica especializada. Según El
Libro de los Médiums, “médium” sería la “persona que puede servir de
intermediaria entre los Espíritus y los hombres”. Con todo, en menor o mayor
escala, todos son médiums. Está claro que, en algunos, la mediumnidad se
presenta de forma ostensiva, en cuanto que, en otros, ocurre de forma sutil,
imperceptible. Por tanto, todos están sujetos al asedio de espíritus
desencarnados, pero, para el médium no educado, es como si mantuviese la puerta
permanentemente abierta, sin vigilancia, pudiendo entrar cualquiera.
La
obsesión, que es la acción persistente de un espíritu sobre otro, comienza de
forma imperceptible, y va aumentando gradualmente, tejiendo una tela en la que
el individuo se enlaza.
La
literatura Espírita está repleta de libros tratando de obsesiones y
desobsesiones, auxiliando a espíritus que se encuentran sumergidos a esta
molestia aun tan común en estos días y que se presenta en las más variadas
intensidades.
Llegará
el día en que todos los profesionales de la salud considerarán la obsesión como
una de las causas de la locura y, aplicándose el tratamiento adecuado, el
cuadro podrá revertirse, liberando no sólo al enfermo encarnado, sino también
al enfermo desencarnado.
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Un 18 de abril de 1857… el mundo cambió.
por José E. Arroyo Romero
Gustamos de recordar las fechas memorables en nuestras vidas; los cumpleaños, las bodas,
los aniversarios y otras más. Esto, por supuesto, en el ámbito personal. Cuando hablamos de las
festividades históricas, celebramos un día, un punto en el tiempo,en que un evento extraordinario
nos tocó como pueblo o como nación (según el caso).
Somos los espiritistas puertorriqueños, parte de los celebrantes en este tipo de festividades. Sin
embargo, no tenemos un calendario diferente señalando aquellas fechas que son memorables
y dignas de recordación para nosotros. Es así, que el 18 de abril debe pasar a ser el día más
importante de este calendario imaginario, que los espíritas deberíamos improvisar. ¿Y, por qué
el 18 de abril? ¿Qué ocurrió ese día que pueda ser de trascendencia para nosotros?
Mientras occidente salía del Oscurantismo, pasaba luego por la Edad Media, se expandía
su círculo de influencia mediante las colonizaciones y las conquistas territoriales de los siglos 16 al 18 y se enfrentaba a los cambios geopolíticos instigados por las ideas emancipadoras, se preparaba
el mundo para cambios más radicales en su visión del ser humano.
La Revolución Francesa fue la gran catalizadora de las luchas de clase, a nivel político e
intelectual, fue el suceso que patrocinó la actitud escéptica y científica que a través de la
investigación y la experimentación buscó posicionar a sus hijas, las ciencias naturales, al
alcance de todos. Se le llamó entonces al resultado de esta conmoción que nacía de la
Ilustración, como el Siglo de las Luces, del Iluminismo, estos serían los nombres para el naciente
Siglo 19.
Mientras el mundo se enfrascaba en sangrientas luchas, guerras de independencia,
luchas por la emancipación de los esclavos, la caída de monarquías y otros eventos
verdaderamente memorables, el campo de las ideas, del pensamiento, del humanismo,
también tenía sus luchas intelectuales.
Se recrudeció la visión materialista. Se colocó al extremo opuesto de la religiosidad que castra
al intelecto. Defendida por los nuevos descubrimientos, las Ciencias le revelaban al hombre
un mundo nuevo, que había sido vedado por la manipulación y hegemonía del pensamiento
teológico. Era lícito pensar, siempre y cuando no se le llevara la contraria a la “palabra de Dios”.
Ante este silente régimen de terror, los intelectuales de la época se rebelaron.
De ahí en adelante, el ser humano no tenía un alma, pues esta no se podía ver con el
microscopio; no existían los cielos, pues estos no eran perceptibles ante el telescopio; no
habían infiernos, pues la geología no había encontrado sus puertas; no había verdades
ocultas, pues la Ciencia todo lo investigaba… en fin, todo lo aprendido sobre algo que
remotamente se asemejara a lo espiritual, quedó reducido a una fantasía infantil para
entretener a los ignorantes y robarle el dinero a los incautos.
Después de muchos años de estudiar a los científicos que abrazaban estas posturas, de
codearse entre los intelectuales de su época, de dominar la información provista por las Ciencias
Naturales, de comenzar a dar sus primeros pasos en lo que después se conocería como la
hipnología y la psicología del desarrollo, un pensador francés decidió opinar diferente.
Hipollyte Leon Denizard Rivail, luego conocido como Allan Kardec, se atrevió a estudiar
lo que otros científicos miraban con desprecio.
Fue el 18 de abril de 1857 cuando vio la luz por primera vez el nombre ESPIRITISMO,
espiritista o espírita, mediumnidad y otros términos que pasaron a ser parte de la
nomenclatura de la naciente Ciencia. La ignorancia popular y la mala fe religiosa nos hacen
creer que el Espiritismo siempre ha existido, mas no es así. ¿Cómo puede haber existido
algo que nunca había sido nombrado, organizado y codificado? ¿Cómo puede ser que
haya personas diciendo que el Espiritismo es tan viejo como la humanidad, cuando en realidad
se refieren al objeto de estudio del Espiritismo, el mediumnismo y las manifestaciones del
espíritu humano? Esto sería tomar al efecto por su causa y cualquier persona inteligente
sabe hacer la diferencia.
Era obvio que el Espiritismo naciera como ciencia, después de todo, la Biología tenía su
campo, la naciente Genética y Microbiología tendrían el suyo, la Física abordaría sus leyes
, la Geología estudiaría al mundo mineral, la Química ya se había desembarazado de su
pasado esotérico alquimista, la Medicina Forense se podía practicar sin temor a repercusiones
religiosas, en fin, todos los campos del saber humano estaban siendo abordados… pero a nadie
se le ocurrió diseñar un método, darle forma a una ciencia que estudiaría la Psiquis, el Alma
humana,después de la destrucción del cuerpo.
Es el 18 de abril, la fecha en que se publica por primera vez El Libro de los Espíritus. A
pesar de que el Espiritismo comenzó a elaborarse sobre temas milenariamente conocidos: Dios
, el espíritu, la vida después de la muerte, la suerte del ser humano después de la muerte, la
reencarnación; su filosofía lo alejó radicalmente de las posturas religiosas pasadas,
contemporáneas y futuras.
Se presentó ante el mundo un método de investigación nunca antes utilizado, el método científico
utilizando la inducción y las variables independientes, algo que la Psicología integraría
eventualmente. Se demostraron tesis existenciales que ya no dependían de las intuiciones
personales de los “profetas” o los místicos. Se engrandeció a la Figura Divina, ya no
como un ser antropomorfo, que juzga a buenos y malos, sino como una realidad lógica,
inteligente y organizadora. Las instituciones religiosas se vieron amenazadas ante la evidencia
de que el ser humano trascendía a la mal llamada “muerte” y no había ni cielos extáticos,
ni infiernos dantescos. De mayor trascendencia aún lo fue el hecho de comprobar que no somos
cuerpos con un espíritu, como se enseña en las iglesias, sino espíritus inmortales utilizando
temporalmente un cuerpo. Que la nada, promulgada por los materialistas, agnósticos y
nihilistas, era un disparate desesperanzador. Así también se evidenció que la ínter comunicabilidad entre los que habían abandonado el cuerpo y los que quedaban “vivos”, no sólo era posible, sino
normal.
Así que meditando sobre lo previamente expuesto volvemos a preguntar: ¿Tendremos los
espíritas algo que celebrar un 18 de abril de cada año?
José E. Arroyo
Escuela Espírita Allan Kardec
Escuela Espírita Allan Kardec
“Por la Educación, mejor que por la Instrucción, lograremos
transformar a la humanidad”
Allan Kardec- Obras Póstumas
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