Hoy veremos :
- La violencia en la visión espírita
- ¿ Para qué la evolución?
- Doctrina inalterable
- Aborto: Frustración de una reencarnación
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La Violencia en la visión espírita
Jaider Rodrigues e Roberto L. V. de Souza
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¿Para qué la Ley de Evolución ?
Todo se encadena en la Naturaleza, y tiende finalmente a la unidad; así el principio inteligente de la Creación se concreta en el alma animal, y esta , tras un larguísimo y repetitivo proceso durante las casi infinitas experiencias de esta etapa animal en donde evoluciona pasando por diversas especies cada vez más desarrolladas psíquicamente, va sufriendo una progresiva transformación evolutiva que le lleva finalmente a una nueva iniciación como alma humana o Espíritu humano incipiente, desde donde prosigue su proceso de perfeccionamiento y transformación evolutiva hacia la angelitud a lo largo de sus experiencias humanas en tantas y tantas vidas.
La Evolución se rige por unas normas fijas conformando por tanto una ley cósmica y como todas las demás leyes espirituales y naturales, tiene razón de ser en cuanto al logro de la consecución de cierta perfección del Ser espiritual que finalmente se verá capacitado para realizar completamente otra ley cósmica que da sentido a todo lo demás: la ley del Amor. Llegar a alcanzar esta realización conlleva la necesaria conquista de una Perfección espiritual progresiva, gradual e ilimitada, y como consecuencia y resultado de esta perfección, la consecución de una máxima felicidad suprema y absoluta. La meta de esta evolución y perfección espiritual en el alma humana es la de alcanzar etapas de conciencia superiores como sucede en otros mundos de mayor jerarquía espiritual, en donde el Espíritu ya está liberado de toda materia, aún de la sutil, llegando a sumarse a los Seres que integran la Angelitud como Espíritus Puros.
- Jose Luis Martín -
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DOCTRINA INALTERABLE
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Aborto: frustración de una reencarnación.
Mi único interés, por encima de todo, está centrado en proteger y defender la figura del espíritu que va a reencarnar, informando sobre los principios superiores que rigen la Vida y dando a conocer una serie de hechos sobre la realidad espiritual que envuelve al futuro bebé y a los futuros padres que nos ayuden a entender y aclarar qué y quién es realmente el embrión o feto que se está desarrollando en el vientre materno.
El aborto, como tantos otros temas sin duda complejos, hay que tratarlo y estudiarlo desde la perspectiva espiritual, conociendo la auténtica naturaleza del ser humano, su extraordinaria condición de hijo inmortal de Dios, las verdaderas necesidades para su evolución y las leyes que presiden todo el proceso anterior a la concepción y al nacimiento de un nuevo ser para, de esta manera, poder estar en situación de comprender y valorar lo que verdaderamente significa la interrupción de un embarazo mediante el aborto voluntario.
Porque, personalmente, estoy plenamente convencido de que el conocimiento y la aceptación del maravilloso hecho reencarnatorio ha de postrarnos llenos de admiración frente a las Leyes Divinas que rigen desde un principio tal proceso, haciendo surgir mansamente en nosotros, sino el amor, cuando menos el respeto y toda la consideración hacia ese ser que se está desenvolviendo en el seno maternal.
Amor y respeto que ha de estar siempre por encima de nuestros miedos, de nuestras comodidades, de nuestras angustias y de nuestros intereses, transformado ese mundo íntimo negativo, en un mundo renovado de esperanza y de ilusión que nos permita sentir y entender que ese embrión o feto que está palpitando en las entrañas de la madre no es solamente una vida vegetativa sobre la cual se cree tener posesión absoluta, sino que es algo mucho más grande, mucho más inmenso, que forma parte de nosotros, y no solamente de nuestro presente y futuro más inmediato sino, con mucha probabilidad, forma parte también de nuestro pasado.
Libro de los Espíritus nº 358
¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que sea el grado de desarrollo de la gestación?
“Siempre hay crimen, desde que se quebranta la ley de Dios. Y cualquier persona la quebranta quitando la vida al niño antes del nacimiento, porque impide al espíritu afrontar las pruebas cuyo instrumento debía de ser el cuerpo.”
Vamos a tratar de profundizar en esta respuesta porque, efectivamente, traer un hijo al mundo es proporcionar a un espíritu una nueva oportunidad para proseguir en su evolución, radicando aquí la verdadera responsabilidad y el mal del aborto: en interrumpir el desarrollo de un organismo al cual está unido un espíritu en proceso de reencarnación.
- Ángeles Calatayud Martinez-
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