viernes, 16 de marzo de 2018

El verdadero Recogimiento




Hoy veremos:

- Buenos sentimientos
- Lo que nos enseña el Espiritismo
-Fervor
- Comunicado espiritual: Yo quiero ser espírita
- El verdadero Recogimiento


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                                         BUENOS SENTIMIENTOS

      La grandísima mayoría de las personas que carecen de buenos sentimientos, es más bien por la ignorancia de las ventajas que éstos ofrecen; ventajas espirituales y humanas, que su egoísmo les impide ver. No viven la realidad de la vida, sino una deformación, y a consecuencia de esto, no pueden alcanzar esos estados de paz y dicha íntima por estar en constante desarmonía. 
      Mantengámonos en armonía. Tened presente que, la vida debe ser una constante conquista. Y para ello, necesario es vigilar y controlar los pensamientos y sentimientos. La mayoría de las personas que viven de amarguras, ellas mismas son quienes, inconsciente e involuntariamente con pensamientos negativos de temor, recuerdos desagradables, actitud pesimista, etc.; así como malquerencias, rencores, envidias, celos, resabios, etc.; amargan su vida tontamente; por lo que es completamente indispensable expulsar de la mente toda clase de pensamientos y sentimientos negativos, sustituyéndolos por los correspondientes positivos. 
      Por consiguiente, debemos mantener vigilancia sobre nuestro pensamiento y sentimiento, porque ellos nos llevan a las actuaciones, y porque van conformando nuestra vida humana de dicha o desdicha. Los sentimientos de amor, de bondad y comprensión, son los que debemos cultivar, son a los que debemos dar preferencia en nuestra vida diaria, ya que el Amor es generador de armonía y la armonía es indispensable para una vida más feliz. Y solo cuando estemos armónicos podremos sentir en nosotros ese estado de dicha inefable; indicación de que estamos en sintonía con la vibración de AMOR que emana de la DIVINIDAD, transcendente en el Universo todo. 
      Y a medida que vayamos desarrollando este sentimiento en nosotros, nuestro egoísmo ancestral, que es el causante de nuestras desventuras, irá perdiendo fuerza, debilitándose, a la vez que la desarmonía psíquica que hace la vida amarga; para dar cabida a la armonía que es connatural con el AMOR y generadora de felicidad. Esto no es una mística ni una ilusión, es una realidad práctica. Despertar vuestro YO superior y lo comprobaréis. 
      Y para concluir, debo llevar a vuestro conocimiento que, los sentimientos y pensamientos modifican la configuración del alma humana; la embellecen o afean. 
      Así como los sentimientos y la práctica del Amor (en sus diversas manifestaciones) embellecen el alma humana, la utilizan y capacitan para poder ascender a las moradas de felicidad, plano de dicha al pasar el umbral del Más Allá; los sentimientos negativos de egoísmo, odio, envidia, rencor, orgullo, etc., etc., la afean y hasta deforman. Y al desencarnar arrastrarán esa alma a zonas tenebrosas de sufrimientos o abismos de desesperación. Es por ello que, por vuestro propio bien os digo: no deis cabida en vosotros a sentimientos y pensamientos negativos, malsanos; porque os arrastrarán a moradas de dolor al pasar al Más Allá. Alimentar sentimientos de amor y pensamientos elevados, constructivos, que son fuerzas armonizadoras y actuarán en vuestro favor y para vuestro bien. 

Sebastian de Arauco.


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     LO QUE NOS ENSEÑA EL ESPIRITISMO

     Bien es verdad que el Espiritismo no enseña nada nuevo, pero ¿no basta con que 
pruebe de modo evidente, irrecusable, la existencia del alma, su supervivencia al cuerpo, su individualidad después de la muerte, su inmortalidad, las penas y las recompensas futuras? 

     Cuántas personas creen en esas cosas pero lo hacen con un vago trasfondo de 
incertidumbre diciéndose para su fuero interno: "¿Y si no es cierto?" ¡Cuántos fueron 
inducidos a la incredulidad porque se les presentó el futuro bajo un aspecto que su razón no podía admitir! Acaso no significa nada, para el creyente que vacila poder decir: "¡Ahora 
estoy seguro!" ¡Para el ciego volver a contemplar la luz! Por los hechos y por su lógica, el 
Espiritismo viene a disipar la ansiedad de la duda y conducir a la fe aquellos que se 
apartaron de ella, al revelarnos la existencia del mundo invisible que nos rodea, y en medio 
del cual vivimos sin darnos cuenta, nos hace conocer, por el ejemplo de aquellos que 
vivieron, las condiciones de nuestra felicidad o de nuestra desdicha futura; nos explica la 
causa de nuestros sufrimientos en este mundo y el medio de suavizarlos. Su propagación 
tendrá como efectos inevitables la destrucción de las doctrinas materialistas que no pueden resistir a la evidencia. El hombre, convencido de la grandeza y de la importancia de su existencia futura, que es eterna, la compara a la incertidumbre de la vida terrestre, que es tan corta, y se eleva por el pensamiento, por encima de las mezquinas consideraciones 
humanas; conociendo la causa y el objetivo de sus miserias, las soporta con paciencia y 
resignación porque sabe que ellas son un medio para llegar a un estado mejor. El ejemplo 
de aquellos que vienen de ultratumba a describir sus alegrías y sus dolores, probando la 
realidad de la vida futura, al mismo tiempo, prueba que a justicia de Dios no deja ningún 
vicio sin castigo, ni ninguna virtud sin recompensa. Agreguemos, por último, que nuestras 
comunicaciones con los seres queridos que ya partieron, proporcionan un dulce consuelo al  demostrarnos no sólo que siguen existiendo, sino que estamos menos separados de ellos que si estuviesen vivos y en un país extranjero. 

     En Resumen, el Espiritismo mitiga la amargura de los pesares de la vida; calma las 
desesperaciones y las agitaciones del alma, disipa las incertidumbres o los temores del 
futuro, detiene el pensamiento de abreviar la vida por el suicidio; por eso mismo vuelve 
dichosos a aquellos que se le afilian, y ahí está el gran secreto de su rápida propagación. 
Desde el punto de vista religioso, tiene el Espiritismo por base las verdades fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma, la inmortalidad, las penas y las recompensas futuras; pero es independiente de todo culto particular. Su objetivo es probar a aquellos que niegan o que dudan, que el alma existe, que sobrevive al cuerpo; que soporta, después de la muerte, las consecuencias del bien y del mal que haya cometido durante la vida corpórea; y esto pertenece a todas las religiones. 

     Como creencia en los Espíritus, es igualmente de todas las religiones, del mismo 
modo que es de todos los pueblos, una vez que, por todas partes donde existan hombres, 
hay almas o Espíritus, que las manifestaciones son de todos los tiempos y el relato de ellas 
se encuentra sin excepción, en todas las religiones. Se puede, pues, ser católico, griego o 
romano, protestante, judío o musulmán, y creer en las manifestaciones de los Espíritus, y 
como consecuencia, ser; la prueba es que el Espiritismo tiene adeptos en todas las sectas. 
Como moral, el Espiritismo es en su esencia cristiano porque la que enseña no es sino 
el desarrollo y la aplicación de la moral de Cristo, la más pura de todas, y cuya superioridad nadie discute, lo que constituye una prueba evidente de que está en la ley de Dios; y la moral es para uso de todo el mundo. 

     Siendo el Espiritismo independiente de toda forma de culto, no prescribe ninguno 
de ellos y no se ocupa de dogmas particulares, no es una religión especial, porque no 
tiene ni sus sacerdotes ni sus templos. A quienes le preguntan si hacen bien en seguir tal o 
cual práctica, él responde: Si creéis que vuestra conciencia está inclinada a ello hacedlo: 
Dios toma siempre en cuenta la intención. En una palabra, no se impone a nadie; no se 
dirige a aquellos que tienen fe y a quienes esta fe les basta, sino a la numerosa categoría de los inseguros y de los incrédulos; no los arrebata a la Iglesia, puesto que están separados de ella moralmente en todo o en parte. 

     Es verdad que el Espiritismo combate ciertas creencias tales como la eternidad de las 
penas, el fuego material de infierno, la personalidad del diablo, etcétera; pero ¿no es cierto 
que esas creencias, impuestas como absolutas en todos los tiempos hicieron incrédulos y 
los hacen todos los días? Si el Espiritismo, dando a esos dogmas y a algunos otros, una 
interpretación racional, conduce a la fe a los que habían desertado de ella, ¿no presta un 
servicio a la religión? Por eso decía un venerable eclesiástico: "El Espiritismo hace creer en algo; pues bien, vale más creer en algo que nada creer de todo." 

     Siendo los Espíritus las mismas almas, no se puede negar los Espíritus sin negar el 
alma. Admitiéndose las almas, o los Espíritus, la cuestión, reducida a su más simple 
expresión, es esta: ¿Las almas de los que han muerto pueden comunicarse con los vivos? 
El Espiritismo prueba la afirmativa por hechos materiales; ¿qué prueba se puede dar de que eso no sea posible? Si lo es, ninguna negación impedirá que siga siéndolo, porque no se trata ni de un sistema ni de una teoría, sino de una ley de la Naturaleza; Ahora bien, contra las leyes de la Naturaleza la voluntad del hombre nada puede; es necesario, por bien o por mal, aceptarle las consecuencias y adaptar a ellas sus creencias y sus hábitos.^ 

El Espiritismo en su más simple expresión 
Allan Kardec 

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                             FERVOR

Aquel que ora con fervor y confianza es más fuerte contra las tentaciones del mal, y Dios le envía los buenos Espíritus para ayudarlos . Es un socorro que jamás es negado cuando ha sido pedido con sinceridad. 
EL espiritismo en su más simple expresión.. 
ALLAN KARDEC 


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                        COMUNICADO ESPIRITUAL :
            
            " YO QUIERO SER ESPÍRITA"

Comunicación 1/28/2010

Que podemos responder cuando alguien nos pregunta: ¿ Por qué debería ser espirita?

Es el espiritismo una doctrina clara y sencilla. Su propósito principal es ayudar al hombre a ser mejor ser humano, y practicar la doctrina es cultivar el amor entre todos los hermanos como nos enseño Jesús.

El deber de un espirita es conocerse bien a si mismo, con sus virtudes y sus defectos para poder así, trabajar en su mejoramiento, trabajar de forma consciente para mejorar sus imperfecciones.

Para lograrlo solo es necesario dedicar todos los días un rato a la meditación y al autoanálisis. A través del espiritismo, si lo practicamos sinceramente, seremos mejores hijos, hermanos, padres, esposos, amigos, seremos mejores seres humanos.

El espiritismo nos enseña que somos espíritus inmortales, que no debemos temer a la muerte, pues el espíritu sobrevive a este momento, que no es mas que un tránsito hacia la vida espiritual. Que la vida espiritual es la verdadera vida del espíritu, y que en ella continuamos aprendiendo y acumulando experiencias que nos hacen mejores.

Que luego reencarnamos y ponemos en práctica lo aprendido, y en este ciclo vamos convirtiéndonos en espíritus cada vez mejores y acercándonos paso a paso a la luz Divina, al Ser creador de todo el universo, a esa energía que llamamos Dios.

Y la doctrina nos enseña que este ciclo es un camino hacia el progreso,pues Dios ha creado el universo regido por leyes naturales y el progreso es una de ellas.

Y la doctrina nos enseña también una verdad sencilla e infalible, cuya comprensión nos va a ayudar a entender nuestras circunstancias y como podemos cambiarlas; esta verdad es la ley de afinidad, por la que  atraemos a nuestras vidas circunstancias, personas y espíritus afines a nuestros pensamientos.

Es decir, que la calidad de nuestro pensamiento determina la calidad de la energía que vibra a nuestro alrededor y con ello de aquello que atraemos. De ahí la importancia de nuestra elevación moral.

Somos los artífices de nuestra vida, tenemos libre albedrío para practicar el bien o apartarnos de él; para esforzarnos cada día en ser mejores y comprender que con amor, paciencia, tolerancia, bondad, construimos un futuro mejor para nosotros mismos y para aquellos que nos rodean.

Y la Doctrina Espírita es mucho más, es la justicia de la ley de causa y efecto, que nos enseña que cada acción nuestra tiene un resultado, una consecuencia acorde con la misma, y esta consecuencia vendrá a nosotros indefectiblemente, ya sea en esta vida o en una vida futura. Y esta ley explica las desigualdades que tanto nos acongojan; y es también una luz que nos inspira a cultivar el bien.

Hay mucho mas para descubrir en la doctrina espírita, pero estas sencillas razones que hemos expuesto, bastan por si solas para decir: "Yo quiero ser Espírita"

Que la Luz el Amor y la Paz reinen en todos los corazones!

- Sol Cuba -

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EL VERDADERO RECOGIMIENTO


     Si pudieseis ver el recogimiento de los Espíritus de todos los órdenes que asisten a vuestras sesiones, durante la lectura de vuestras oraciones, no solo quedaríais tocados, sino avergonzados de ver que vuestro recogimiento, que apenas califico de silencio, está muy lejos de aproximarse al de los Espíritus, un buen número de los cuales os son inferiores. Lo que llamais vosotros recogimiento durante la lectura de vuestras bellas preces, es observar un silencio que nadie perturba; pero si vuestros labios no se mueven, si vuestro cuerpo está inmóvil, vuestro Espíritu vaga y deja de lado las sublimes palabras que deberíais pronunciar desde lo más profundo de vuestro corazón, a ellas asimilando por el pensamiento.
Vuestra materia observa silencio; cierto, decir lo contrario sería injuriaros; pero vuestro Espíritu charlatán no lo observa y perturba en ese instante, por vuestros pensamientos diversos, el recogimiento de los Espíritus que os rodean. ¡ Ah, si os vieseis posternados ante el Eterno, pidiendo la realización de cada una de las palabras que leeis, vuestra alma quedaría conmovida y lamentando su poca atención  pasada; daría una vuelta sobre sí misma y pediría a Dios, de todo corazón, la realización de esas mismas palabras que solo pronunciaba con los labios. Pediríais a los Espíritus que os volviesen dóciles a sus consejos. Y yo, el Espíritu que os habla, después de la lectura de vuestras preces y de las palabras que acabo de repetir, podría señalar más de uno que de aquí saldrá muy poco dócil a los consejos que acabo de dar y con sentimientos muy poco caritativos para con el pròjimo.
    Sin duda soy un poco duro; pero creo no serlo para con aquellos que lo merecen y cuyos pensamientos más secretos no pueden ser escondidos a los Espíritus. NO me dirijo pues, a los que aquí vienen pensando en cualquier otra cosa sino en las lecciones que aquí deben buscar y en los sentimientos que aquí deben traer. Pero los que oran desde el fondo del alma, orarán también después de la lectura de mi comunicación, por aquellos que vienen aquí y de aquí se van sin haber orado.
     Sea como fuere, pido a los que tuvieran la bondad de escucharme, que continúen poniendo en práctica las enseñanzas y los consejos de los Espíritus; a esto los invito en su interés, pues no saben todo cuanto pueden perder no haciéndolo.
(Espíritu de Courson – Revista Espírita de 1868).

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