martes, 3 de julio de 2018

Desigualdad de las riquezas


Para ver:

-¿Cómo es el casamiento espírita?
- La Reencarnación en las obras literarias clásicas.
- La verdad de la Reencarnación
- Desigualdad de las riquezas

                                                                   


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¿COMO ES EL CASAMIENTO ESPÍRITA?

En un casamiento espírita no hay ceremonia religiosa, hay solamente casamiento civil, pues el Espiritismo, siguiendo el precepto evangélico de "dad al Cesar lo que es del Cesar", recomienda obediencia a las leyes humanas que rigen el orden social. En ningún centro espírita o sociedad verdaderamente espírita se deberían realizar casamientos, pues elespiritismo no instituyó sacramentos, rituales o dogmas. 
En un local elegido para realizafr la ceremonia civil, una plegaria puede ser hecha por un familiar de los novios ( no es necesario invitar para esto a un presidente de Centro, o a un orador espírita, un médium, ni es preciso que un espíritu se comunique para "dar la bendición". De preferencia, que sea todo sencillo, sin exageraciones, excesos y demás desperdicios. Deberá haber una intensa participación espiritual de los novios, de los familiares y de los invitados, así como la hay de los amigos desencarnados.
Los novios que sean verdaderamente espíritas, deberán saber que se casan delante de la sociedad y de la espiritualidad, respetando las convicciones de los familiares "no espíritas", pero intentando hacer prevalecer las suyas. Porque el espírita precisa ayudar a la renovación de las ideas religiosas, y no conseguirá esto si oculta siempre lo que ya conoce y si cede siempre a las costumbres religiosas tradicionales. Además de que el espírita tiene el derecho de no quedar preso de las fórmulas religiosas que para él nada significan.
Veamos como fue el casamiento de Mario y Antonina, que se encuentra en el libro "Entre el Cielo y la Tierra", narrado por André Luiz y psicografiado por Chico Xavier: " Mario y la viuda esperaban efectuar el matrimonio en breves días. Visitamos a los futuros casados diversas veces, antes del enlace que todos esperábamos contentos.
Amaro y Zulmira, agradecidos por los gestos de amistad y cariño que recibían constantemente de los novios, ofrecieron su hogar para la ceremonia que, en el día señalado, se realizó como un acto civil, en la más acentuada simplicidad.
Muchos compañeros de nuestro plano acudieron a la residencia del ferroviario, inclusive las monjas desencarnadas que dedicaban al enfermero su particular estima. La casa de Zulmira, inundada de rosas, rebosaba de gente amiga.
La felicidad se dibujaba en todos los semblantes. A la noche, en la sencilla casita de Antonina, se reunieron casi todos los invitados nuevamente.
Los recién casados querían orar en compañía de los lazos afectivos, agradecienco al Señor la ventura de aquel día inolvidable. El humilde cobertizo estaba repleto de entidades afectuosas e iluminadas, inspirando entusiasmo y esperanza, júbilo y paz. Quien pudiese ver el pequeño hogar, en toda la expresión de la espiritualidad superior, afirmaría estar contemplando un risueño ambiente de alegría y de luz.
En la salita, estrecha y llena de gente, un viejo tío de la novia se levantó y se dispuso a la oración. Clarencio se separó un poco de él y le frotó la cabeza que los años habían encanecido, y sus arrugados labios, en el bendito calor de la inspiración con la que nuestro orientador le envolvía el alma, pronunciaron una conmovedora rogativa a Jesús, suplicándole que los ayudase a todos en la obediencia de sus divinos designios."
Entonces, el espírita que estudia y busca entender la doctrina de los espíritus, sabe que la orientación comienza por comenzar a deshacernos de la materialidad. El mayor empeño no debe ser la ceremonia, sino los compromisos conyugales del día a día, que envuelve la responsabilidad de ambos con la educación de los hijos que Dios les confíe.
Cuando entendemos que Dios bendice toda unión, con o sin ceremonia religiosa, nuestra preocupación será la de invitar a Jesús a vivir en nuestro hogar. No con cuadros, crucifijos o imágenes, sino aplicando SUS enseñanzas todos los días, como " HACER A LOS DEMÁS LO QUE NOS GUSTARÍA QUE  LOS DEMÁS NOS HICIESEN". Ejemplo: Si no queremos ser traicionados, no traicionaremos; si queremos tolerancia con nuestras faltas, seremos tolerantes con las faltas de otros, etc. Solo así la unión será duradera y pasará por la riqueza y la pobreza, la salud y la enfermedad, la alegría y la tristeza, hasta que la muerte (del cuerpo), nos separe "TEMPORALMENTE".
Compilación de Rudymara

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                            La Reencarnación en las obras                                         literarias clásicas


    Además de aparecer esta idea en muchos episodios de la  Biblia, la misma  queda también reflejada en “El Libro Tibetano de los Muertos”,   o “Bardo Thodol”, en el “Papiro Ananá”, y en 
“El Libro de los Muertos” de los egipcios.  Este último se remonta a la Dinastía XI  o  XII, y en él se explican diversos hechizos que hay que recitar para encarnarse en varias formas.
    En la más remota antigüedad, unos tres mil años antes de Cristo, durante la época de la civilización Indo – Aria, los  Vedas enseñaron aspectos primitivos sobre esta idea que formó parte de su cultura y de su religión. Esta civilización   fue la primera en transmitir su cultura mediante la comunicación oral antes de aparecer los primeros escritos sobre el año ciento sesenta antes de Cristo.
     Los Vedas, dejaron su doctrina   plasmada en “El Libro de los Vedas”, dejando sus textos sagrados escritos en sánscrito, que se remontan a unos dos mil años antes de Cristo.  Veda  en Sánscrito, significa Conocimiento, y son cuatro los Libros Vedas  que lo componen y que contienen la tradición  y las bases de las religiones 
indias. Estos fueron compilados por un sabio brahman  de la India llamado Vyasa, al que también se atribuye el Mahabarata,  el Bhagavad Gita y Los Puranas, que son un conjunto de escritos cosmológicos donde aparece la idea de la reencarnación.


  Posteriormente Krisna –siglo X antes de C. en la India- y posteriormente Buda- unos 500 años antes de C. en Nepal- continuaron y ampliaron los estudios de Vyasa.  
Asimismo este concepto lo sostuvo  Patanjali,- 600 años antes de C,  autor del Yoga-Sutra,-  así como Bodhidharma- siglo VI antes de C - autor del Budismo Zen
 También aparece  en “Las Leyes de Manú”, de unos dos mil seiscientos años de antigüedad, así como en  las “Obras Herméticas” de Hermes Trismegisto,-3.000 años antes de Cristo-. Hermes fue  llamado  el  tres veces grande, siendo una figura destacada y un gran Iniciado que vivió en Egipto unos tres mil años antes de Cristo; el mismo fue el autor de la “Tabla Esmeraldina de la Iniciación” y del “Libro de los Muertos”, obra legendaria cuyas escenas representan el viaje del alma después de la muerte. En la religión que estableció, tal    Hermes Trimegisto como muestra la moderna egiptología, en los “Misterios de Isis”, “Osiris” y “Horus”, que formaban su trinidad divina, la comunicación con los espíritus de los muertos formaba parte de la iniciación a esos “misterios”.
   En la legendaria China, con sus ancestrales conceptos del Ying  y su opuesto, el Yang, que han
llegado al conocimiento y aceptación a nuestra actual época, tuvieron  a  dos personajes extraordinarios llamados    Lao Tse   y   Confúcio (Kung Fu Tseu)  -algo más de 500 años antes de nuestra era- .  Este adoctrinó una filosofía profundamente espiritualista. Enseñaron el Tao o moral de iniciación por el que había que anular todo deseo para anular  también la personalidad y así fundirse con el Alma de Lo Absoluto. 
     Confúcio  predicó una doctrina basada en el culto íntimo a los antepasados, sin dogmas ni cultos externos; con su doctrina se estableció una especie de religión  laica que ha presidido el destino espiritual del pueblo chino.

       En la antigua Persia, se mantenía un culto al fuego y al sol, y parece ser que su doctrina les llegó de las corrientes indostánicas de los Vedas.
      Su Enviado o Profeta fue Zoroastro o Zaratustra, que vivió unos novecientos años antes de Cristo, y  fue el dios de los Persas. Este  adoptó fundamentalmente la doctrina de los Vedas que es conocida como Mazdeismo o Zoroastrismo, y enseñaba la transmigración de almas y su   recompensa o castigo según sus actos. Asimismo recomendaba que la mejor oración era la de trabajar por el prójimo.  El concepto de la reencarnación  aparece en obras como “Los Upanisad”, “Los Brahamanes”,  y “El Zend Avesta” del mismo “dios”  Zoroastro de los Persas.
      Y posiblemente  también  se detecte  esta idea en  “El Corán”  islámico, y en “El Talmud” judío. (El  que suscribe todavía no ha estudiado lo suficientemente estas dos obras).

- Jose Luis Martín-


  “Antes de nacer, el niño ha vivido ya y la muerte no termina en la nada. La vida es un devenir que transcurre semejante a un día de sol, que recomenzará”

- Egipcios- 3000 a.a.C.

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      LA VERDAD DE LA REENCARNACIÓN

     Cuando por primera vez se piensa en la posibilidad de vivir un gran número de veces sobre la Tierra, con cuerpos humanos diferentes, esta idea parece ridícula.  Pero, cuando se reflexiona acerca de las diferencias intelectuales, volitivas y morales, existentes en el conglomerado humano; cuando se analiza la distancia que separa al hombre salvaje del civilizado, al bruto del inteligente, al malvado del justo y bondadoso; cuando se escucha la «voz» interna del Ego, donde radica la sabiduría; puede apreciarse fácilmente la evolución de los seres y comprender el fundamento de la Ley de las vidas múltiples y sucesivas, como una necesidad del Espíritu para el desarrollo de sus facultades potenciales. 

     Todo concepto nuevo, produce un impacto en nuestra mente, en el primer momento: mayor o menor, según la formación cultural; agradable o desagradable, según los gustos y tendencias, y los conceptos que previamente hayan entrado a formar parte de la conciencia como humano, ya que el individuo hace poco uso de su Conciencia superior, donde radica la sabiduría; de aceptación o rechazo, según la mayor libertad mental o las trabas de los convencionalismos, así como la capacidad analítica y conceptual. 
   
      Una mente presionada por los convencionalismos o dogmatismos, por ejemplo, no es libre para razonar; por lo que arrastrará al individuo a la incomprensión, y consecuencialmente, a la intransigencia y rechazo de todo concepto de verdad diferente al suyo, sin el imprescindible análisis imparcial. Demostrado está también que, una mente debilitada por la presión de conceptos ya formados, dificulta y hasta puede coartar la libertad de hacer uso de su capacidad raciocinativa. Sólo con una mente libre y clara podremos razonar. Sólo una mente libre de presiones, puede ejercitar toda su capacidad de lógica. 

      La Verdad, en sí misma, no cambia; lo que cambia es la capacidad humana para comprenderla. A medida que el individuo evoluciona, su capacidad intelectual va desarrollándose, a la vez que su capacidad conceptual se amplía y le capacita para ver más en lo profundo de las cosas, y comprender nuevas verdades. 

     El objeto de la vida, el objeto de las vidas sucesivas del espíritu, es PROGRESAR. Porque, progreso es ley de la Vida. Subir peldaño a peldaño en la escala evolutiva del Ser espiritual (el ser real), hacia la meta suprema, que es la perfección: sabiduría, fortaleza, pureza y amor. El progreso es una ley cósmica que abarca toda la creación; y como parte de ella, el Espíritu y con él el alma, están sometidos a esa ley, cual sea su condición actual.

     No pretendamos excepciones; porque, para la Sabiduría Cósmica, para el Eterno Amor, todos somos iguales. Pretender preferencias y concesiones, es propio de nuestro escaso desarrollo intelectual, de nuestro atraso evolutivo. 

Sebastián de Arauco.

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          Desigualdad de las riquezas 


808. La desigualdad de las riquezas ¿no tiene su origen en la desigualdad de las facultades, que dan a unos más medios de adquirir que a otros? 

- Sí y no. ¿Qué dices de la astucia y el robo? 

808 a. La riqueza hereditaria ¿no es, por tanto, fruto de las malas pasiones? 

- ¿Qué sabes? Remóntate a sus fuentes y verás si es siempre pura. ¿Sabes acaso si en un comienzo no constituyó el producto de una expoliación o de una injusticia? Pero, aun sin referirnos al origen, que puede ser malo, ¿crees que la codicia de los bienes, incluso los mejor adquiridos, y los secretos deseos que se conciben de poseerlos lo más rápido posible, sean sentimientos laudables? Esto es lo que Dios juzga, y te aseguro que su juicio es más severo que el de los hombres. 

809. Si una fortuna ha sido mal habida en su origen, los que más tarde la heredan, ¿son responsables de ello? 

- No cabe duda de que no son responsables del mal que otros hayan podido cometer, y tanto menos cuanto pueden ignorarlo. Pero debes saber bien que con frecuencia sólo recibe el hombre una fortuna para proveerle la ocasión de reparar una injusticia. ¡Dichoso de él si así lo comprende! Si lo hace en nombre de aquel que cometió la injusticia se tendrá en cuenta a ambos la reparación, porque a menudo es el último de ellos el que la suscita. 

810. Sin repararnos de la legalidad podemos disponer de nuestros bienes de una manera más o menos equitativa. ¿Somos responsables, después de nuestra muerte, de las disposiciones testamentarias que hayamos adoptado? 

- Toda acción da sus frutos. Los frutos de las buenas acciones son dulces. Los de las otras son siempre amargos. Siempre, entendedlo bien. 

811. La igualdad absoluta de las riquezas ¿es posible? Y ¿ha existido alguna vez? 

- No, no es posible. La diversidad de las facultades y de los caracteres se opone a ella. 

811 a. Sin embargo, hay hombres que creen que en eso reside la solución para los problemas sociales. ¿Qué pensáis de esto? 

- Son sectarios, o ambiciosos y envidiosos. No comprenden que esa igualdad con que sueñan sería pronto destruida por la fuerza de las circunstancias. Combatid el egoísmo, que es vuestra plaga social, y no marchéis en pos de quimeras. 

812. Si la igualdad de las riquezas no es posible, ¿sucede lo mismo con el bienestar? 
- No, pero el bienestar es relativo y cada cual podría disfrutar de él, si os entendieseis, como corresponde. Porque el auténtico bienestar consiste en que el hombre emplee su tiempo del modo que más le agrade, y no en trabajos por los cuales no siente ninguna predilección. Y como quiera que cada uno posee diferentes aptitudes, se deduce de ello que ninguna tarea útil quedaría sin realizarse. El equilibrio está en todo: el hombre es quien lo altera. 
812 a. ¿Es posible entendernos entre los humanos? 
- Los hombres llegarán a entenderse cuando lleven a la práctica la ley de justicia. 

813. Hay personas que caen en las privaciones y la miseria por su propia culpa. ¿Puede la sociedad ser responsable de ello? 

- Sí, lo hemos dicho ya, ella es con frecuencia la causa primera de esas situaciones. Además, ¿no debe velar la sociedad por la educación moral de sus miembros? A menudo es la mala educación la que ha falseado el juicio de esas personas en vez de reprimir sus tendencias perniciosas. 

El Libro de los Espíritus  
Allan kardec.

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