lunes, 24 de marzo de 2014

Retos para la Fe



   RETOS PARA LA FE

La sociedad actual hedonista, vinculados al consumismo desorbitado, que parece encontrar seguridad en relación con conflictos existenciales, mantiene la resistencia a lo atávico a las expresiones todas y cada una de la fe religiosa, la búsqueda de mecanismos de evasión de la realidad, como una afirmación de la libertad de expresión y la auto-realización. Sin embargo, los avances en precipitada carrera a fugas psicológicos, dando tumbos, no pocas veces, el vacío existencial, la depresión, o el consumo de alcohol, el tabaco, las drogas ilícitas y los alucinógenos de la conducta sexual desviada.

Las castraciones se derivan de las religiones ortodoxas del pasado siguen sufriendo de manera que el mero recuerdo de una expresión doctrinal le indujo a pensar en los cargos asselvajadas dictatoriales regímenes políticos, o cuando se refiere al Espíritu, la aversión ressuma inconsciente, como resultado de abusos arbitrarios de la fe de la antigüedad.

Se cree sólo a la altura de las instalaciones defluentes tecnología y las ciencias, sin duda, la realización inestimable valor, pero aun así, sólo proporcionadoras de armonía y plenitud.

El ser humano renace de conquistar uno mismo, para superar los arquetipos inquietantes que permanecerán en las pautas inconscientes más imponentes que afligen liberación.

El placer se convirtió en el nuevo dios, en sustitución de los dioses de antaño, y los deportes ases, películas, la televisión, el poder, el diversiones, las fantasías se convierten en fuente de inspiración para atormentar a las búsquedas, lo que genera más conflictos que convertirse en epidemia.

Ellos mismos, los centuriones nuevos gladiadores Panis et circenses de la antigua Roma, el desfile de carros alucinación y la gloria que un día, pronto reemplazados por otros más audaces, un sinnúmero de ellos, sin embargo, con graves trastornos psicológicos y psiquiátricos, que oponerse a la orden, a la belleza, aesthesia, celebrizando por alucinaciones y agresiones que retratan la violencia y el malestar interno.

La pregunta es: - Seguir en la sociedad?

Las normas éticas triturar en las aventuras espeluznantes y desastroso que van mal en los nuevos destinos de los programadores, lo que lleva a tragedias en curso, la violencia y la degradación moral.

El joven, sin la ayuda de la familia, opta por el uso del tiempo para el placer desordenado juego, especialmente cuando los padres inmaduros competir con sus hijos en sus campeonatos locura, rindiéndose a las adicciones agotamiento, pérdida de la infancia da paso a principios de la madurez invariablemente el resultado de la necesidad de competir con el antiguo muy temprano, aprovechando las oportunidades que vienen a vosotros ...
Los tormentos sexual a establecerse antes de tiempo y recibe experiencias de esta naturaleza y se van, sin ningún tipo de control, llegando a altos niveles de frustración y desencanto.

Sin el apoyo de la casa, los clanes forma primitiva jóvenes, que huyen a las calles de desgobierno social, dedicarse a su ignorancia, inexperiencia y curiosidad por todo tipo de sensaciones prisa.

Desde luego, hay excepciones ennoblecimiento que mantener el equilibrio y el progreso social, trabajando con altos sentimientos morales.

Nos referimos, sin embargo, a la cultura devastador newtoniana y cartesiana estructurado sobre el concepto de materia cuya máquina se expresa en la organización física de los seres de todo tipo, para exigir desconserto destrucción de vencimiento de sus partes.

En efecto, sólo tiene validez que puede ser palpado, medido, cronometrado, exactamente en el momento en que los logros de la tecnología avanzada para ofrecer el reflejo del bosón de Higgs, o la asignación del código de ADN de la vida, la visión del universo con sus miles de millones galaxias, que induce un pensamiento causalidad no físico o una firma de Dios en las expresiones más extraordinarias de la energía.

La alucinación de comodidad, sin embargo, siempre transitoria y frustrante, debido a su carácter esquivo, que requiere el nuevo logotipo expresiones más fuertes, el individuo deja mucho esas referencias que conducen a la profundización de la mente sobre las causas de la vida y su significado, manteniendo engañados en cuanto al significado de su existencia planetaria que no se interrumpe con la muerte, se dirige a ...

Así, cuando la fuerza física y mental, emocional y deterioro estructural de la carrocería con la llegada de los achaques inevitables de la vejez y la amargura, la ira o la desesperación es más insculpem en el corazón de la persona, que no sea conforme con la aniquilación ni la pérdida propiciatoria de disfrute de los recursos ahora más difícil ...

Para todos los seres humanos, sin embargo, el espiritismo, con sus portentosas declaraciones positivistas alrededor de la supervivencia del mundo real alrededor legítimo y causal, la declaración programática de los existenciales leyes universales perfectos, compilado por causa inteligencia suprema y primera de todas las cosas, que es Dios.
Para los espiritualistas se ajusta a la difícil tarea de presentar una fe lógica y racional legado por la codificación del Espiritismo, a fin de abordar el materialismo significativo en su agonía, a fin de satisfacer la gran masa de los derechos humanos sorprendió al haber perdido el rumbo en la niebla de la ignorancia religiosa y dogmatismo.
Observando el interés de los astrofísicos para encontrar la probabilidad de vida en otros planetas y otros cuerpos celestes en el universo, lo que ocurre con el análisis extraordinaria del suelo marciano, a veces estudiado por curiosidad robot jeep, debe reflejar la vida humana en todo en una. más serio y no superficialmente con indiferencia que ha ocurrido con casi generalidad

Breve meditación en torno al ser existencial y pronto llegamos a la conclusión sobre el significado de la vida en la Tierra, su magnífico programa de educación y desarrollo de la chispa divina, es decir, tomando conciencia de los valores éticos y los objetivos reales, dosificación de la armonía interna y el equilibrio de los sentimientos con la razón.

La vida terrenal es más que un licor o descaro de ser tragado por la imposición nefasta de la casualidad o la suerte injustificable.

Puede, sí, se convierten en una y otra cosa en función de cómo se tiene en cuenta la fantástica experiencia de vida, por lo que es un valle de lágrimas de alegorías religiosas anticuadas o un refugio de golosinas passadistas utopías ...

Por lo tanto, esta filosofía científica, debido a sus fundamentos se puede demostrar en los laboratorios de experiencias psíquicas, que es una ciencia filosófica en contra de sus paradigmas de todo el ser esclarecedor destino, y el sufrimiento, es también una religión de profundo contenido ético y psicológico centrado en el amor, la auto-conquista, la iluminación interior.

Investigar en serio sin parcialismo es el deber de todo ser inteligente que anhela para el auto, para vivir con sabiduría y armonía.

Espíritu por Vianna de Carvalho - psicografía de Divaldo Franco, en la mañana del 27 de octubre de 2012 en Sydney, Australia.
                                                        
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             Reflexiones de Merchita
Muchas veces despertar y enfrentarnos a la realidad, nos cuesta, porque de la noche a la mañana nuestras vidas pueden sufrir un cambio. Nada permanece estable en la vida de muchos hermanos, y cuando  la tranquilidad brilla por su ausencia,  muchas veces nos preguntamos que nos traerá el día de mañana?
Pese a todas estas inquietudes, el fiel cristiano, se deja caer en las manos del que todo lo puede, de Dios, sufre como cualquier humano,  pero sabe enfocar sus penalidades bajo perspectivas optimistas, sin desesperar.
La desesperación no es buena consejera, ella puede jugarnos malas pasadas, y de hecho lo vemos todos los días, en casos que nos llenan de asombro, porque no esperamos de muchos hermanos algunas reacciones que salen de la normalidad, de lo que estamos habituados a ver en ellos, y es necesario que tratemos de comprenderles, y si nos es posible ayudarles, para restar importancia a sus pesares, para aconsejarles sobre las cosas que le suceden y que escapan al sentido común y al razonamiento, de cualquier criatura normal.
Bien es verdad que muchas veces por ser demasiado  impulsivos nos pasamos y hacemos cosas o decimos que después nos arrepentimos, donde todo era  tranquilidad, y armonía,  se ha convertido en pesar y decepción, porque    todo se ha modificado, a veces es irreparable el mal que nos han hecho o que hemos causado  y no es posible  retroceder,  las cosas han variado, cosa que nos incomoda un montón. 
A  veces es el compañero, otras el amigo, otras veces la familia en sí, dividida por distintas opiniones, la verdad es que la convivencia a veces es muy difícil hay que tener mucha mundología, para saber convivir pacíficamente, para saber ser persona y estar como es debido en cualquier circunstancia de la vida.  Cuando somos jóvenes, será  porque la sangre bulle en nuestras venas más acelerada, somos más impetuosos, pensamos menos, sobre las cosas que hacemos y sus consecuencias y  caemos en esos estados de rencor e incomprensión, acelerados no vemos nada más que nuestra opinión, luego con el paso del tiempo nos vamos dando cuenta que muchas de nuestras luchas y peleas fueron una pérdida de tiempo,  que aquello que nos preocupó tanto, no fijo nada concreto en nuestra vida, sino que fueron momentos sin importancia que no marcaron en si nuestras vidas, pues como los niños, cuando riñen por un juguete que una vez conseguido, desaparece la atención para con el, dejándolo tirado en el suelo para no acordarnos más de el.
El vecino aquel  que nos incomodo,  se marcho a otra ciudad siguiendo el rumbo de su vida.   La vida se encargo de separarnos de él, recordando la pelea que mantuvimos con el por algo que nos incomodo, solo  obtenemos quizás el pesar por no haber sido más tolerantes con el, y reconociendo que nos pasamos, tratamos en lo sucesivo de no cometer el mismo error, todo porque reconocemos a través de nuestra conciencia de que no  nos comportamos como es debido, así con esos altibajos, con las caídas, vamos aprendiendo, es como el conductor que al principio cuando está aprendiendo se sale de la calzada, habrá veces que solo será un roce, otras quizás sea una gran avería,  la convivencia no es fácil, el amor que el Padre en sus mandamientos nos manifiesta que debemos tener y sentir para con nuestros hermanos, brilla por su ausencia en muchas ocasiones, y cometemos muchos errores , que carecen de importancia en sí, pero que marcan en ese momento nuestra conciencia,  haciéndonos vivir momentos de angustia y de dolor, todo hasta que aprendemos a relacionarnos debidamente, y para eso, necesitamos de tiempo y prácticas, porque no nacemos sabiendo.
Si estas en uno de tus peores momentos, porque no estás contento contigo mismo, si actuaste a la ligera y no fuiste capaz de controlar tu buen comportamiento, si te gustaría volver el tiempo a tras, para recuperar el estado que gozabas y que ahora parece imposible,  procura no cometer los mismos errores, errar es de humanos, pero también lo es rectificar, procura enmendarte, no podemos  convertir nuestra vida en un infierno, siempre lamentando el habernos pasado, hemos de procurar vencernos y frente al hombre viejo que somos en si, hemos de hacer resurgir el hombre nuevo, aquel que antes de actuar piensa, analiza, y por reconocerse débil, también comprende a su semejante y sabe que como el se equivoca,  puede estar también equivocado, perdonando y olvidando la ofensa para que esta no haga cicatriz en nuestro corazón, ni sombra en el corazón de nuestro hermano.
La vida es bella, los momentos pasan deprisa, y como el aire que acaricia nuestro rostro sin apenas notarlo, muchos hermanos pasan así en nuestras vidas, pero también hay vientos huracanados, que nos azotan y que por su  impetuosidad pueden tirarnos al suelo,  todo pasa, si somos capaces de levantarnos de nuevo y seguir caminando, lo peor es quedarnos rezagados dando fuerza a lo malo que nos pasó.
Hemos de convertir el azote, en un medio de reafirmarnos en el bien, un examen del que necesitamos, para ver si en verdad somos fieles,  perseverando en el buen camino, en el bien, si es así, ningún vendaval podrá hacernos desistir de  nuestro empeño de crecer para Dios, todo lo sobrellevaremos con control y serenidad.

Amigos os deseo un feliz martes con mucho amor y cariño Merchita  
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    La vida moral 

Todo ser humano lleva grabados en sí, en su conciencia, en su razón, los rudimentos de la ley moral. Esta ley recibe en este mismo mundo un comienzo de sanción. Una buena acción proporciona a su autor una satisfacción íntima, una especie de dilatación, de esparcimiento del alma. Nuestras faltas, por el contrario, producen con frecuencia amargura y pesares. Sin embargo, esta sanción, tan variable según los individuos, es demasiado vaga, demasiado insuficiente, desde el punto de vista de la justicia absoluta.
Por eso es por lo que las religiones han colocado en la vida futura, en las penas y en las recompensas que nos reserva, la sanción capital de nuestros actos. Ahora bien, como quiera que a sus informaciones les falta base positiva, son puestas en duda por la mayoría. Después de haber ejercido una influencia importante en las sociedades de la Edad Media, no bastan ya para apartar al hombre del camino de la sensualidad.
Antes del drama del Gólgota, Jesús había anunciado a los hombres a otro consolador, el Espíritu de Verdad, que debía restablecer y completar su enseñanza. Este Espíritu de Verdad ha llegado y ha hablado a la Tierra; por todas partes hace oír su voz. Dieciocho siglos después de la muerte de Cristo, habiéndose esparcido por el mundo la libertad de palabra y de pensamiento, habiendo sondado los cielos la ciencia, habiéndose desarrollado la inteligencia humana, la hora ha sido considerada como favorable. Los Espíritus han acudido en multitud para enseñar a, sus hermanos de la Tierra la ley del progreso infinito y realizar la promesa de Jesús restableciendo su doctrina y comentando sus palabras.
El Espiritismo nos da la clave del Evangelio. Explica su sentido oscuro u oculto; nos proporciona la moral superior, la moral definitiva, cuya grandeza y hermosura revelan su origen sobrehumano. Con el fin de que la verdad se extienda a la vez por todos los pueblos, con el fin de que nadie pueda desnaturalizarla o destruirla, ya no es un hombre, ya no es un grupo de apóstoles el que está encargado de darla a conocer a la humanidad.
Las voces de los Espíritus la proclaman en los diversos puntos del mundo civilizado, y gracias a este carácter universal y permanente, esta revelación desafía a todas las hostilidades y a todas las inquisiciones. Se puede suprimir la enseñanza de un hombre, falsificar y aniquilar sus obras; pero ¿quién puede atacar y rebatir a los habitantes del Espacio? Saben deshacer todas las malas interpretaciones y llevar la preciosa semilla hasta las regiones más retrasadas. A esto se debe el poder, la rapidez de difusión del Espiritismo y su superioridad sobre todas las doctrinas que le han precedido y preparado su advenimiento.
En lo que se basa la moral espiritista es, pues, en los testimonios de millares de almas que vienen a todos los lugares para describir, valiéndose de los médiums, la vida de ultratumba y sus propias sensaciones, sus goces y sus dolores.
La moral independiente, la que los materialistas han intentado edificar, vacila al soplo de todos los vientos, falta de sólida base. La moral de las iglesias tiene sobre todo recurso el miedo, el temor a los castigos infernales; sentimiento falso que nos rebaja y nos empequeñece. La Filosofía de los Espíritus viene a ofrecer a la humanidad una sanción moral más elevada, un ideal más noble y generoso. Ya no hay suplicios eternos, sino la justa consecuencia de los actos que recae sobre su autor.
El Espíritu se encuentra en todos los lugares según él se ha hecho. Si viola la ley moral, entenebrece su conciencia y sus facultades; se materializa, se encadena con sus propias manos. Practicando la ley del bien, dominando las pasiones brutales, se agüera y se aproxima cada vez más a los mundos felices.
Desde este punto de vista, la vida moral se impone como una obligación rigurosa para todos aquellos a quienes preocupe algo de su destino; de aquí la necesidad de una higiene del alma que se aplique a todos nuestros actos, ahora que nuestras fuerzas espirituales se hallan en estado de equilibrio y armonía. Si conviene someter el cuerpo -envoltura mortal, instrumento perecedero- a las prescripciones de la ley física que asegura su mantenimiento y su funcionamiento, importa mucho más aún velar por el perfeccionamiento del alma, que es nuestro imperecedero yo, y a la cual está unida nuestra suerte en el porvenir. El Espiritismo nos ha proporcionado los elementos de esta higiene del alma.
El conocimiento del objeto real de la existencia tiene consecuencias incalculables para el mejoramiento y la elevación del hombre. Saber adónde va tiene por resultado el afirmar sus pasos, el imprimir a sus actos un impulso vigoroso hacia el ideal concebido.
Las doctrinas de la nada hacen de esta vida un callejón sin salida, y conducen, lógicamente, al sensualismo y al desorden. Las religiones, al hacer de la existencia una obra de salvación personal muy problemática, la consideran desde un punto de vista egoísta y estrecho.
Con la Filosofía de los Espíritus, este punto de vista cambia y se ensancha la perspectiva. Lo que debemos buscar no es ya la felicidad terrena sino un mejoramiento continuo, pues la felicidad, en la Tierra, es escasa y precaria; el medio de realizarlo es con la observación de la moral bajo todas sus formas.
Con semejante ideal, una sociedad es indestructible; desafía a todas las vicisitudes y a todos los acontecimientos. Se engrandece con la desgracia y encuentra en la adversidad los medios de elevarse por encima de sí misma. Desprovista de ideal, arrullada por los sofismas de los sensualistas, una sociedad no puede hacer más que corromperse y debilitarse; su fe en el progreso y en la justicia se extingue con su virilidad; bien pronto se convierte en un cuerpo sin alma y, fatalmente, en la presa de sus enemigos.
¡Dichoso el hombre que en esta vida llena de oscuridad y de obstáculos camina constantemente hacia el fin elevado que distingue, que conoce y del cual está seguro! ¡Feliz aquel al que un soplo de lo alto inspira sus obras y empuja hacia adelante! Los placeres le dejan indiferente; las tentaciones de la carne, los espejismos engañosos de la fortuna no hacen presa de él. Viajero en marcha, el fin le llama, y él se precipita por alcanzarlo.

Léon Denis
Extraído de su  libro "El Camino Recto"

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