Reflexión
¿ ESTAREMOS JUNTO A
NUESTROS SERES QUERIDOS
CUANDO DESENCARNEMOS ?.
Si el nivel de evolucion es mas o menos similar si podremos estar juntos, si es muy diferente, muy posiblemente no, depende.
Hay que tener en cuenta que los espiritus que son mas superiores moralmente, si pueden, si Dios lo permite, descender a planos inferiores, para instrucción y ayuda de los espiritus mas atrasados moralmente, pero no se puede dar el caso contrario, por ejemplo, un espiritu con muchas imperfecciones aun y maldad, no puede ascender al plano donde estan espiritus mucho mas superiores moralmente, pues perturbarian la calma y la Paz de estos.
De lo cual se desprende; que los espiritu mas elevados, pueden ver y descender donde estan los mas atrasados moralmente, pero un espiritu muy imperfecto y de muy baja moralidad, de ninguna forma puede ascender y estar con espiritus mucho mas elevados que el, hasta que este no se eleve mas moralmente.
Si la moralidad es mas o menos similar, entonces si podrán estar juntos.
Angeles C.M
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Psicoanálisis Y Espiritismo
Mercedes Cruz Reyes
La mayoría de los fenómenos mediúmnicos se encuadran en su apariencia, en la psicología individual y profunda del inconsciente, investigada por Segismund Freud y generalizada bajo el término “psicoanálisis”.
Las comunicaciones de los espíritus desencarnados, aunque tengan ciertas semejanzas, no pertenecen al médium. El médium es un transmisor del psiquismo del espíritu desencarnado. En consecuencia, el espíritu comunicante es el que debe ser psicoanalizado y no el médium, que es un simple interprete de la voluntad ajena.
Los espíritus desencarnados que pueden ser investigados, son los sufrientes, primarios, desajustados o perseguidores, que se comunican en las sesiones espiritas para su tratamiento espiritual, puesto es un inmejorable material respecto a los resentimientos y demás tendencias mórbidas freudianas.
El problema del espíritu desencarnado es muy complejo y de muy difícil solución, si lo comparamos con el método psicoanalítico aplicado a los encarnados. Las personas enfermas de la mente y pasible de éxito con la terapéutica freudiana, son los desajustados o acomplejados con el “medio” en que viven, que después de corregirles mentalmente e identificado la causa mórbida o la frustración enfermiza que desde la infancia los atormentaba, los pacientes, se liberan de sus cadenas o estímulos inconscientes y perturbadores.
Pero nada adelanta investigar al espíritu desencarnado enfermo que se manifiesta a través del médium, ni interiorizarse del inconsciente, si resurge con las raíces mórbidas de los complejos y resentimientos de culpabilidad que tenga. En verdad las causas mórbidas no pueden removerse en el espíritu desencarnado, porque siempre estuvieron ligadas al mundo material en forma de crímenes, calumnias, traiciones, pillaje, perversidades, avaricias, lujurias o tiranías. Son deudas o “pecados” que practicó con el prójimo y no el producto de choques, conflictos o desajustes, desde la infancia o juventud, que más tarde se manifestarán hiriéndolo en su mente disciplinada.
No estamos tratando de causas desconocidas en la vida secreta del inconsciente, sino de acontecimientos positivos y degradantes que están estigmatizados en la conciencia del espíritu manifestante bajo la forma de remordimientos, temores o desesperos.
En tal caso, el espíritu sufriente no vive a través del médium una condición contradictoria o forjada por causa de su inconsciente; el sufre los efectos de las maldades practicadas con conocimiento de causa. El psicoanalista apenas podría identificarle los cuadros mórbidos, pero no podría devolver al paciente a la vida física donde practico sus delitos. Nadie podrá liberarlo del recuerdo de su acto censurable y consciente que practicó en el mundo material. Únicamente a través de nuevas existencias se apagaran de su memoria los efectos dañinos. Además sería imposible rescatarlo de la región del astral inferior, donde se aloja todo delincuente espiritual, por fuerza y causa de su magnetismo denso.
El Espíritu enfermo puede suavizar sus angustias y aflicciones por medio del tratamiento “evangélico” preceptuado por el Maestro Jesús, el médico de las almas y será inocuo a la cura por el método freudiano.
Freud era un psicólogo médico que intentaba entender y tratar lo que hoy en día llamáramos problemas de la personalidad y la conducta, estudiaba más que nada el subconsciente en donde él creía que se encontraban los síntomas de sus pacientes.
El arsenal freudiano era inmenso y tenía rótulos para todas las actitudes, actividades y comportamiento humano. El mundo se lleno de complejos, desde los más ridículos hasta los más complejos.
Había complejos, de pobreza, de riqueza, de inferioridad, de superioridad, de feminidad, de frustración, de todo lo que se le pueda ocurrir a la mente humana, , atribuidos a efectos causados por los conflictos desde la infancia. Ni el mismo Jesús, el más sabio y equilibrado de los hombres, escaparía a la manía freudiana. El Divino Maestro, no dejaría de ser un enfermo resentido, portador del, complejo mesiánico”, quizás producido por alguna arrasadora frustración de dirigir desde la infancia.
Según Freud, cualquier hombre debe tener su complejito enterrado en su inconsciente y que será descubierto por la pericia del sentencioso psicoanalista.
Es posible que en el médium haya algunos complejos freudianos , ya que tanto en la línea espirita como en los terreiros de la Umbanda hay criaturas neuróticas, esquizofrénicas, exaltadas, neurovegetativas e histéricas, que tienen un contacto empobrecido con el Más Allá y confunden sus propios resentimientos (complejos) y alucinaciones como si fuesen la manifestación de los Espíritus.
Es indudable que el médium en general reviste las ideas de los espíritus con algo de su naturaleza anímica, pudiendo de formar parte de la comunicación del espíritu, por su forma de pensar y de sentir. Evidentemente, una buena sacudida psicoanalista tal vez podría sanear la mente complicada de muchos médiums, ajustándolos en su función de verdaderos interpretes del Más Allá.
Podríamos poner como ejemplo, al médium indisciplinado en sus emociones y anonadado por el exceso de fantasías, motivado por las imágenes que bailan en su mente. Cuando el médium es, fantasioso, histérico, exaltado, vegetativo, esquizofrénico, transfieren fácilmente para la actividad mediúmnica los hechos o simpatías que más lo impresionaron en su vida. los grandes profetas, los lideres, los santos, los escritores, los artistas, gobernadores los que se destacan en la vida material, ejercen una gran impresión en los médiums muy anímicos. Estos médiums a través de supuestas manifestaciones mediúmnica del Más allá, aun continúan manifestándose con insistencia en ciertos trabajos espiritas, copiando las mismas características que hace siglos debían tener en vida.
Bajo tales condiciones, predominan las ideas fijas, los falsos mecanismos, auto exaltaciones, resentimientos, fobias y sublimaciones engañosas. Aunque esos médiums actúen sin mala fe, son improductivos y hasta siembran perjuicios por confundir lo sensato con lo ridículo, lo verdadero con lo falso. El método del psicoanálisis freudiano, sin duda, `podría ayudar a esos médiums en lo que respecta al drenaje de sus propias contradicciones y complejos, manifestados a cuenta de la supuesta mediúmnidad
La diferencia que se observa entre el psicoanálisis de Freud y el Espiritismo de Allan Kardec es la de que el psicoanalista se limita a investigar en la intimidad humana y hace “resurgir” del subconsciente , resentimientos o complejos que han sido adquiridos en una sola existencia terrestre, mientras que el Espiritismo estudia la personalidad humana en una área más extensa, porque analiza y esclarece acontecimientos mórbidos y característicos de otras vidas pasadas. Freud investigaba en las personas factores mórbidos desde la cuna hasta el presente, en un lapso de tiempo, ignorando, que la verdadera individualidad del hombre se genera en el tiempo y en el espacio, remontándose algunos milenios a otras. Freud clasifico innumerables fenómenos de carácter enfermizo en sencilla distancia de una corta vida terrena. Hechos mórbidos fijados en la contextura inmortal del periespiritu fueron analizados como conflictos de la infancia del paciente. Mientras Freud trataba de examinar la personalidad humana a través de los hechos sucedidos en la precariedad de una sola vida carnal, el Espiritismo se remonta a los milenios para estudiar al espíritu inmortal.
Al investigar ciertos estados mórbidos del espíritu examinaban también el pasado milenario del espíritu, que está en el subconsciente. El subconsciente es el “deposito” de los deseos, impulsos, emociones y estímulos que permanecen guardados y que luego transmite el subconsciente. Es una especie de “guardarropa” de la memoria instintiva en donde los Espíritus acostumbran a archivar todo cuanto les impresiona y domina. La herencia de los instintos animales también se guarda en ese deposito de la individualidad humana, que actúa en forma de automatismo, que además, puede actuar sin la aprobación de la conciencia. El hombre aun nutre y repara los perjuicios ocasionados a su edificio celular sin necesidad de tener conocimiento consciente, porque el subconsciente trata del asunto en forma satisfactoria, esclarecido por la experiencia milenaria.
Freud confundió las adquisiciones mentales y emotivas del espíritu, a través de varias encarnaciones en la tierra, como hechos oriundos de una sola existencia humana. A pesar de su terminología brillante, investigación sincera y obstinada, apenas investigó un fragmento del espíritu inmortal. El como otros tanto investigadores, ignoraban que la mayoría de los disturbios nerviosos, mentales o emotivos se radicaban fundamentalmente en el periespiritu preexistente y sobreviviente después de la muerte del cuerpo físico.
Los psicoanalistas no podrán liberar a sus pacientes de sus complejos, cuyo origen se pierden en la trama secular o milenaria de las encarnaciones pasadas. Son disturbios generados por el odio, egoísmo, orgullo, por la ambición, la crueldad, venganza o codicia. En tales casos, los brillantes postulados de Freud son incapaces de solucionar los problemas espirituales, sensibles únicamente a la medicación del Evangelio de Cristo. Jamás, los sentimientos y actos pecaminosos producidos por el espíritu en sus anteriores vidas, pueden lograr satisfactorias soluciones con la investigación de los hechos ocurridos en la infancia del hombre, situados en el plazo de una sola existencia carnal.
EL Espíritu encarnado sufre el asedio constante de los estímulos enfermizos de las anteriores existencias, los criminales, las prostitutas, los calumniadores, etc. guardan en su memoria periespiritual las escenas de sus fechorías, de sus crímenes, de sus maldades, son tiranos que ambulan desesperados por las calles de las ciudades, huyendo inconscientemente de los gritos de sus víctimas seculares. Jamás Freud y sus seguidores podrán identificar el origen de esas características, recurriendo a los hechos vividos en la infancia, o indagando en los conflictos emotivos de sus progenitores. Tendrán que penetrar en el pasado reencarnatorio del alma eterna.
La terapéutica espirita es muy superior al análisis freudiano, porque además de remontarse a las causas “pre reencarnatorios” aun ofrece el eficiente medicamento del Evangelio para higienizar al espíritu eterno. El psicoanálisis convence al paciente que determina perturbaciones que provienen de los acontecimientos y conflictos vividos durante la infancia. El Espiritismo, mientras tanto, señala la delincuencia del espíritu en el pasado y le ofrece la oportunidad de reajustarse por la sumisión al proceso Karmico de las vidas sucesivas. El espíritu es clasificado como deudor, pero también recibe el endoso espiritual para liquidar su debito conforme sea su capacidad y entendimiento.
El beneficio que aporto Freud, fue que dio comienzo a un verdadero proceso de investigación y cirugía para la mente enfermiza, señalando a los científicos modernos el proceso y fundamento de innumerables anormalidades radicadas exclusivamente en la actividad mental del ser. El nos hizo sentir el fabuloso poder de la mente, así como las debilidades del espíritu, y que ambos pueden llegar a enfermar al cuerpo que anima.
Hoy en día sabemos que la mente humana no se puede descuidar, que hay que cuidarla tanto como al cuerpo humano, la cirugía del cuerpo evoluciona hacia la cirugía del espíritu; en el futuro, será función del médico operar determinada afección mental, tal como lo hace hoy para operar un quiste, o apéndice. Las excrecencias y deformaciones que se producen alrededor del alma, tienen sus raíces mórbidas en el pasado, así como el cáncer afirma sus ramificaciones en las entrañas del organismo carnal.
Extraído del libro “La Misión del Espiritismo” de Ramatis.
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EL "BAJO ASTRAL "
Hay legiones compactas de seres irresolutos e ignorantes que, no siendo perversos para corresponderles las zonas purgatorias y de purificación más dolorosa, no son lo suficiente nobles como para corresponderles el primer plano superior de la relativa felicidad. Y en esos ambientes viven, entre otros, muchos de los que fueron personalidades en nuestro mundo terrenal, y en constante inconformidad y rebeldía ante esa clase de vida, en la que suelen ser mofados, ridiculizados y hasta insultados, por otros seres inferiores de esos mismos ambientes, lo cual es para ellos motivo de sufrimiento y desesperación en muchos de los casos.
Los materialistas y comodones, cuyo objeto en su vida humana ha sido el de “pasarlo bien”, viviendo solamente para sí mismos, desoyendo la “voz” de la Conciencia que les llama a las realizaciones fraternas; se encuentran en ambientes oscurecidos y aislados, al igual que otras almas de las mismas condiciones. Y ante la privación de aquella vida a la que estaban acostumbrados, comienza para ellos un período de tormentos, cuya duración varía en cada caso.
Muchos hay que, al no encontrar el cielo al que se sentían con derecho, por haber pertenecido a alguna de las organizaciones religiosas, al sentirse frustrados por el engaño en que han vivido, caen en un estado de rebeldía que les hace sufrir, por la condición penosa en que se hallan.
En los planos inferiores, existe la ley del más fuerte. Pero, ahí la fuerza no es muscular sino mental, existiendo también en esos ambientes, inteligencias endurecidas con gran poder mental, que imperan dictatorialmente, con suma dureza, sometiendo a la esclavitud a los más débiles que, sin haber sido seres de maldad, pero sí ignorantes de las cosas espirituales o impregnados de egoísmo, orgullo y demás imperfecciones morales, caen en esas regiones, obedeciendo a fuerzas de atracción. Y entre esos seres de mal, existen organizaciones mafiosas de gran poder en las regiones de las sombras, estableciendo jerarquías en orden al poder mental y desarrollo intelectual; almas endurecidas que, por siglos y siglos vienen dominando ciertos sectores del astral inferior.
Y si bien no existe ese infierno eterno, sí, existen entidades maléficas, en grupos disciplinados, verdaderas organizaciones diabólicas en el astral inferior de cada región y país, cuya ocupación consiste en tratar de desviar del camino del bien y de las superaciones, a las personas bien intencionadas, valiéndose de múltiples mañas y hasta obsesiones a los humanos, para que, una vez pasados al astral, engrosar su bando de adectos (voluntaria o involuntariamente) a los que dominan con rígida disciplina esclavizante; así como atrapar a aquellas almas que pasan a la otra vida desamparadas. Y esas organizaciones maléficas tienen sus tribunales para juzgar y cárceles para esclavizar a aquellos que, por su condición de conciencia, caen en sus garras. Y casos hay que esas mafias se atacan entre sí, consecuencia de su ambición y demás pasiones.
Y esas organizaciones maléficas, tienen también escuelas de adiestramiento, dirigidas por psicólogos de baja ralea donde enseñan a sus novatos, envidiosos y cargados de odios (al igual que está aconteciendo actualmente en nuestro mundo físico) el arte de obsesionar, y les asimilan tareas sobre personas para obsesionarlas en algunos de los diversos modos y apartarlos del camino de rectificación moral emprendido.
Múltiples son los aspectos de esas organizaciones maléficas, que tantos estragos están haciendo en la sociedad de hoy, excitando las pasiones y bajas tendencias, o mediante la sugestión muchas veces obsesivas, hacia los placeres de los sentidos.
Esos diversos ambientes de los planos inferiores, están repletos de almas que, como humanos conocemos hoy en nuestra “sociedad de consumo”. Ambientes poblados de seres viciosos almas ruines y malvadas de toda índole; que son los ambientes a los que se sienten atraídos al pasar a la otra vida.
Por que, ¿a cuántos de los humanos viciosos y ruines, almas endurecidas de nuestro mundo, les interesa ese cielo felicidad?. Posiblemente, a ninguno.
Esos (en ambos sexos) prefieren ambientes iguales a los que están acostumbrados, y generalmente son los que van a englosar esas filas.
Puede que alguno de nosotros piense, ¿por qué esos seres no pasan a las zonas de sufrimimiento, al igual que otros que no han hecho más mal que ellos? Porque, son seres más atrasados, pocos evolucionados, cerca de la bestialidad, y por ende, más insensibles de una conciencia menos evolucionada. Y la conciencia desempeña un papel preponderante y decisivo en el mundo espiritual.
Sebastián de Arauco
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EL GRAN ENIGMA, DIOS y el Universo
A veces se oye a ciertos profanos decir: "¡Yo no necesito a Dios!" Palabras tristes y deplorables, palabras orgullosas de los que, sin Dios, no serían nada, no hubieran jamás existido. ¡Oh, ceguedad del Espíritu humano, cien veces peor que la del cuerpo! ¿Habéis oído decir alguna vez a la flor: Yo no necesito del Sol? ¿Habéis oído decir al niño: No necesito padre; al ciego: No necesito la luz?
Pues bien, ¡Dios no es solamente la luz de las almas; es también el amor! Y el amor es la fuerza de las fuerzas. El amor triunfa sobre todas las potencias brutales. Acordémonos de que si la idea cristiana ha vencido al mundo
antiguo, si ha triunfado sobre la potencia romana, sobre la fuerza de los ejércitos, sobre el dominio de los césares, es por el amor. Ha vencido por estas palabras: "¡Felices los que tienen la dulzura, pues ellos poseerán la tierra!"
Y, en efecto, no hay hombre por duro, por cruel que sea, que no quede desarmado frente a vosotros si se haya convencido de que queréis su bien, su dicha, que lo queréis de una manera real y desinteresada.
El amor es todopoderoso: es el calor que hace derretir al hielo del escepticismo, del odio, del furor; el calor que vivifica a las almas adormecidas, pero prontas a estallar y a dilatarse bajo sus rayos.
Notadlo: las fuerzas sutiles e invisibles son las reinas del mundo, las dueñas de la Naturaleza. ¡Observad la electricidad! No pesa nada y no parece nada, y, sin embargo, la electricidad es una fuerza maravillosa: volatiliza los metales y descompone todos los cuerpos. Lo mismo sucede con el magnetismo, que puede paralizar el brazo de un gigante. Igualmente el amor puede dominar a las fuerzas y reducirlas, puede trasformar el alma humana, principio de la vida en nosotros, asiento de las fuerzas del pensamiento. He aquí por qué Dios, siendo el foco del amor universal, es también la potencia suprema.
León Denis
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