martes, 21 de julio de 2015

Educar y amar

         
  La cura de la Obsesión.

“Tú eres un ser humano adulto y consciente, responsable por tu propio comportamiento. Controla tus ideas, rechaza los pensamientos inferiores y perturbadores, estimula tus tendencias buenas y procura repeler las malas.

Ten cuidado de ti mismo. Dios te ha concedido la jurisdicción sobre ti mismo, eres tú quien manda en los caminos de tu vida. No te hagas el niño mimado. Aprende a controlarte a todo instante y en todas las circunstancias.

Experimenta tu propio poder y verás que es más grande de lo que piensas. La cura de la obsesión es una auto-cura. Nadie puede librarte de la obsesión si tú no quieres librarte de ella. Empieza a librarte ahora, diciéndote a ti mismo: soy una criatura normal, dotada del poder y del deber de dirigirme a mí mismo. Conozco mis deberes y puedo cumplirlos. Dios me ampara. Repite esto siempre que te sientas perturbado. Repítelo y haz lo que te dije. Toma la decisión de portarte como la criatura normal que realmente eres, confía en Dios y en el poder de las fuerzas naturales que hay en tu cuerpo y en tu espíritu, a la espera de tus órdenes. Gobierna tu barco. Reformula tu concepto acerca de ti mismo. Tú no eres un pobrecillo abandonado en el mundo. Los propios gusanos son protegidos por las leyes naturales.

¿Por qué motivo solo tú no tendrías protección? Quita de tu mente la idea de pecado y castigo. Lo que llaman pecado es el error, y el error puede y debe ser corregido. Corrígete. Establece poco a poco tu auto control, con paciencia y confianza en ti mismo. Tú no dependes de los demás, dependes de tu mente. Mantén la mente despejada, abre sus ventanas al mundo, respira con seguridad y camina con firmeza. Acuérdate de los ciegos, de los mudos y de los sordos, de los lisiados y deficientes que se recuperan confiando en sí mismos. Desarrolla tu fe. Fe y confianza. Existe la Fe Divina, que es la confianza en Dios y en Su Poder que controla el Universo. Tú, racionalmente, ¿puedes dudar de ello? Existe la Fe Humana, que es la confianza de la criatura en sí misma. Tú ¿no confías en tu inteligencia, en tu buen sentido, en tu capacidad de acción? ¿Te juzgas un incapaz y te entregas a las circunstancias, dejándote llevar por ideas degradantes respecto de ti mismo? Modifica ese modo de pensar, que es falso.

Cuando vengas a las reuniones de Desobsesión ven con confianza. Los que te esperan están dispuestos a ayudarte. Sé agradecido a esas criaturas que se interesan por ti y ayúdalas con tu buena voluntad. Si lo haces, tu obsesión ya ha empezado a ser derrotada. No te acobardes, sé valiente.

J. Herculano Pires

Intervención de los Espíritus en el Mundo Corporal


467. ¿Podemos liberarnos de la influencia de los Espíritus que nos incitan al mal?
• « Sí, porque esos Espíritus sólo se apegan a quienes los provocan con sus deseos o los atraen con sus pensamientos.”
468. Los Espíritus cuya influencia rechazamos por medio de la voluntad ¿renuncian a sus tentativas?
• « ¿Qué quieres que hagan? Cuando nada pueden hacer, ceden su puesto. Pero atisban, sin embargo, el momento favorable como el gato atisba al ratón». 
Pregunta de Allan Kardec al Espíritu:
469. ¿Por qué medio puede neutralizarse la influencia de los Espíritus malos?
• «Haciendo bien y poniendo toda vuestra confianza en Dios, rechazáis la influencia de los Espíritus inferiores y destruis el imperio que quieren tomar sobre vosotros. Guardaos de escuchar las sugerencias de los Espíritus que os suscitan malos pensamientos, que promueven discordias entre vosotros y que os excitan a todas las malas pasiones. Desconfiad sobre todo de los que exaltan vuestro orgullo; porque os atacan por el lado débil. He aquí por qué os hace decir Jesús en la oración dominical: ¡Señor! no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal». 


L.E.

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   Las personas queridas tal vez se te hayan transformado en obstáculos para la paz, obligándote a la travesía de espesas nubes de lágrimas…André Luiz  

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EDUCAR Y AMAR


J Herculano Pires

El mundo de los niños es diferente del mundo de los adultos. Es un mundo de sueños y de aspiraciones nobles. Un mundo amoroso, lleno de ternura y ansiando comprensión. Kardec escribió que los niños son espíritus que se presentan en el mundo con los vestidos de la inocencia. Espíritus maduros que se hacen pequeñitos y tiernos para poder entrar en el Reino de los Cielos. Regresan a la fuente de la vida, se renuevan en las aguas pulidas de la esperanza, recomienzan la existencia con grandes planes de trabajo delineados en lo íntimo. Son frágiles y parecen puros por que precisan atraer el amor de la gente grande. Carecen de amor e imploran cariño.

Las investigaciones pedagógicas entre las tribus salvajes revelan que los niños de las tribus, al contrario de lo que suponían algunos teóricos, no eran tratados con brutalidad sino con reserva y cariño. Para el salvaje el niño era como un extranjero que llega a la tribu, pero un extranjero que puede ser un amigo. Antes de integrarlo en la vida social ellos los mantenían en observación, procurando atraerlos con amor. Después de los rituales de integración, los adolescentes continúan siendo encarados con ternura y tratados con cariño.

La finalidad de esas investigaciones es favorecer el descubrimiento de la verdadera naturaleza de la educación. En los pueblos civilizados la educación aparece muy compleja, revestida de numerosos artificios técnicos y teóricos, perturbada por sofismas y sujeta a intereses múltiples. En los pueblos salvajes ella podría ser observada en la fuente, está aún pura y desnuda como la verdad. Es lo que las investigaciones revelan que la educación, en su verdadera esencia, un acto de amor por el cual las consciencias maduras actúan sobre las inmaduras para elevarlas a su nivel.

Educar es amar, porque la mecánica de la educación es la ayuda, el amparo, el estímulo. La vara, el indicador, la palmadita, las descomposturas y los gritos pertenecen a la domesticación y no a la educación. La violencia contra el niño es un estímulo negativo que despierta sus reacciones inferiores, despierta la fiera del pasado en la criaturita vestida de inocencia que Dios nos envió. Solo el amor educa, solo la ternura hace que las almas crezcan en el bien.

El peligro del ejemplo

El comportamiento de los adultos, no solo en relación con los niños sino también alrededor de los niños, tiene sobre ellos un poder mayor de lo que generalmente pensamos. El ejemplo es una didáctica viva. Por esto mismo es peligroso. Acostumbramos decir que los niños aprenden con facilidad las cosas malas y difícilmente las buenas. Y es verdad. Pero la culpa es nuestra y no de los niños. Nuestros ejemplos ejercen mayor influencia sobre ellos que nuestras palabras. Nuestra enseñanza oral es casi siempre falsa, insincera. Enseñamos lo que no hacemos y queremos que los niños sigan nuestras palabras. Pero ellos no pueden hacer esto porque aprenden mucho más por la observación, por el contagio social que por nuestra palabrería vacía.

Renouvier decía que aprender es hacer y hacer es aprender. Nosotros mismos, los adultos, solo aprendemos realmente alguna cosa cuando la hacemos. En la niñez el aprendizaje está en función de su instinto de imitación. La niña imita a la madre (y a la profesora), el niño imita al padre (y al profesor). De nada vale la madre y el padre, la profesora y el profesor enseñaren buen comportamiento si no dieren ejemplo de lo que enseñan. Las palabras entran por un oído y salen por el otro, pero el ejemplo queda, el ejemplo cala en el alma infantil. Tagore, el poeta- pedagogo hindú, comparaba al niño con un árbol. Decía que el niño se alimenta del suelo social por las raíces de la especie, pero que también extrae de la atmósfera social la clorofila del ejemplo. El psiquismo infantil es como una fronda abierta en el hogar y en la escuela, agotando ávidamente las influencias del ambiente.

Responsabilidad espiritual

Dos ejemplos nos muestran, en el pasado y en el presente, la responsabilidad espiritual de nuestro comportamiento en el hogar y en la escuela. El ejemplo de Jesús, quien ejemplificó durante toda la vida y enseñó apenas durante tres años. Y el ejemplo de Kardec, quien ejemplificó hasta los cincuenta y cuatro años y solo enseñó durante doce años. Solo a partir de 1857, con la publicación de El Libro de los Espíritus, Kardec comenzó la verdadera enseñanza que traía para la Tierra. Antes de eso fue profesor y pedagogo, didacta y científico, dando más ejemplo que en teoría.

Otro gran ejemplo es el de Pestalozzi, el maestro de Kardec, que solo en la vejez se volcó hacia la Pedagogía y se tornó el maestro de su tiempo. Pestalozzi sintió que educar es amar y por esto se dedicó a la educación con toda la fuerza de su amor. Se tornó el padrecito de sus alumnos, como era tiernamente llamado por ellos. Y se hizo mendigo entre los niños mendigos para arrancarlos de la miseria moral. Por esto fracasó materialmente. No se enriqueció con la educación y sufrió las amarguras de la quiebra financiera. Pero su victoria espiritual fue gloriosa. También Jesús, para la corta visión de los ganadores de dinero, fue un judío fracasado que murió en la cruz, la muerte más infame de aquel tiempo.

Este coraje moral de no abrir la mano al lucro, a la ganancia, del rendimiento es la rueda que hace a la Tierra subir en la escala de los mundos. Solo las almas superiores la poseen. Y cuando estas almas enfrentan el juicio loco de los hombres para darnos el ejemplo de la abnegación, con esto nos demuestran la importancia del ejemplo. Deberemos pensar en estos grandes problemas para poder vencer en nuestras pequeñas tareas cotidianas. Abdiquemos de la violencia, de la irritación, del autoritarismo y de la arrogancia si quisiéramos realmente educar, si deseáramos de hecho ser padres y maestros.

La educación cristiana

La Educación Cristiana reformó al mundo, pero los hombres la complicaron y desviaron. La consciencia del pecado pesó más en las almas que la consciencia de la liberación en Cristo. Tomás de Aquino enseñó: madres, vuestros hijos son caballos! Educar se transformó en domar, domesticar, subyugar. La represión generó la revuelta y recondujo al mundo al ateísmo y al materialismo, a la locura del sensualismo. La Educación Espírita será el Renacimiento de la Pedagogía Cristiana. Será en ella que el ejemplo y la enseñanza del Cristo renacerán en la Tierra en su pureza primitiva.

Precisamos reformar nuestros conceptos de educación a la luz de los principios espíritas y de los grandes ejemplos históricos. Dijo una gran figura espiritualista inglesa, Annie Besant, que cada niño y cada adolescente representan planes de Dios encarnados en la Tierra y dirigidos hacia el futuro. Aprendamos a respetar estos mensajes divinos. Acordémonos de nuestra infancia y si por acaso verificamos que nuestro mensaje se perdió a lo largo de la existencia, que nuestro plan divino fuera perjudicado por los hombres, por los malos ejemplos y por las enseñanzas falsas, juremos frente a nuestro corazón que tendremos que evitar este perjuicio para las nuevas generaciones.

Padres, seamos maestros! Maestros, seamos padres! Que cada rostro de niño abierto frente nuestro, como una flor que desabrocha, nos despierte en el corazón lo mejor de nosotros mismos, el impulso del amor. Que cada adolescente, en su inquietud y en su irreverencia - joven ego que se afirma por la oposición al mundo no provoque nuestra ira sino que despierte nuestra comprensión y nuestra ternura. Para domar al potro precisamos del látigo y de las espuelas, pero para educar al joven solo necesitamos amor. La Educación Espírita comienza en el hogar como una fuente oculta y debe ganar la planicie como un río tranquilo en búsqueda del mar.

Del libro: Pedagogía Espirita “Herculano Pires)

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En la tranquilidad hay salud, como plenitud, dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate. Recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad.
 Facundo Cabral

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DIVALDO FRANCO Y EL 

SACERDOTE
Cierta vez, fui a un sacerdote a confesarme (antes de hacerme espírita). Le conté sobre mis comunicaciones con los muertos. Para él eran fuerzas demoníacas intentando alejarme de la Iglesia. Me vino una amargura de Dios y comencé a preguntar:

- Soy un buen católico, buen sacristán, adoro la Iglesia, hago ayuno, paso la semana de la Pascua sin comer hasta el mediodía. Si Dios no puede con el diablo, ¿yo voy a aguantar? El diablo va a vencerme. ¿Cómo un chico de 17 años, del interior, ingenuo, puede vencer al diablo si ni Dios lo consigue?
Entré en depresión y me quedé con amargura de Dios. Me confesé al sacerdote:
- Yo voy a matarme. Nuestra Señora del Carmen va a tener pena de mí, me va a colocar el escapulario y me sacará del infierno.
Él me miró despacio y respondió:
- No tomes ninguna actitud ahora. El demonio a veces nos perturba para probar nuestra fe; cuando no lo consigue, abandona. Vuelve para la Iglesia.
Era un hombre honesto, creía piadosamente en sus ideas.
Un día al confesarme con él, vi aproximarse a un Espíritu. Tuve otro conflicto:
- ¿Cómo puede el diablo entrar en la sacristía?
De hecho yo veía siempre a los Espíritus. En el momento de la eucaristía la ostia se hacía luminosa cuando era colocada en mi boca. A veces, en Feria de Santana, veía al clérigo Mário Pessoa aureolado. En mi comprensión (católico), él era un santo. Las personas en la hora de la fe se iluminaban y yo juzgaba todo una alucinación.
Cuando el Espíritu entró, exclamé:
- ¡Mire, el diablo está viniendo, y es mujer!
- ¿Tú ves alguna señal particular en el rostro de ella? – me preguntó el sacerdote.
- Veo una verruga encima del labio.
- ¿Y qué más?
- El cabello está partido por la mitad, recogido en un moño detrás.
- ¿Y qué más?
- Veo un chal sobre los hombros, con puntas, un chal negro de cuadros.
- Puedes quedarte tranquilo, es mamá.
Ella “incorporó” y conversó con el sacerdote. Cuando desperté, él me aclaró:
- Divaldo, mamá vino a alertarme. Tú misión no es aquí, vas a seguir la tarea que Dios te confió, porque el bien está en todos los lugares.
Me quede más turbado, porque yo no era espírita, tenía miedo, me sentía de cierto modo alejado de la Iglesia, pero continuaba frecuentándola y al Centro Espírita.
Tenía conflictos de fe, principalmente cuando murió mi hermana, por suicidio. Mamá fue a encomendar misa a ese mismo sacerdote, un hombre bueno, y oyó de él:
- Doña Ana, no puedo celebrarla, porque el suicida está en el infierno y Dios no lo saca de allí.
Fue cuando aprendí la primera lección de lógica y de psiquiatría, con una mujer iletrada – mí madre:
- Padre, entonces yo reniego de su Dios. Si Él no es capaz de perdonar no es digno de ser Dios. Soy lavandera modesta y analfabeta, pero la hija que perdí, yo la perdono; ¿cómo es que Dios, que la tiene, no la perdona? Digo más, quien se mata no está en su juicio.
Más tarde yo sabría que muchos portadores de psicosis maniaco-depresiva PMD, van para el suicidio.
Aprendí mucho con ese hombre, con mamá, y cuando yo le dije que no iría más a la iglesia, ella me respondió:
- Dios está en todos los lugares. Si tú fueras justo y obraras con rectitud, Él estará contigo. Haz el bien, hijo mío, porque la verdadera religión es aliviar el sufrimiento ajeno.

A partir de ese acontecimiento me integré lentamente al Espiritismo.
Divaldo Franco
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