GUERRAS Y RUMORES DE GUERRAS
El día 25 de mayo de 1982, el Skyhawk, un cazabombardero de las Fuerzas Aéreas de Argentina, pilotado por Mariano Velasco, que invistió contra una embarcación militar dejando 19 ingleses muertos. Dos días después, también el Skyhawk pilotado por Velasco fue abatido en el Estrecho de San Carlos, archipiélago en el Atlántico Sur, por Neil Wilkinson, artillero antiaéreo en el navío del combate HMS Intrepid de Inglaterra. El argentino sobrevivió al saltar del paracaídas pocos minutos después del bombardeo.
Casi tres décadas después del enfrentamiento entre Argentina y Gran Bretaña por las islas Malvinas (1), los dos ex enemigos de guerra vivieron un encuentro emocionante. "Más vale tarde que nunca" Como dice el proverbio italiano: “Antes tarde que nunca”, Mariano Velasco recibió en su casa en la provincia de Córdoba para un magnifico banquete el veterano artillero ingles Neil Wilkinson. Actualmente son amigos y se corresponden con cierta frecuencia por email, Facebook o Skyp.
El episodio inevitablemente nos remite para reflexiones sobre la guerra. ¿Cuál es la base lógica que justifica una guerra? Los Benefactores del Más Allá amonestan que la guerra es la “predominancia de la naturaleza animal sobre la naturaleza espiritual y satisfacción de las pasiones”. (2) En el transcurso de la guerra predomino entre Velasco y Wilkinson la índole salvaje sobre la espiritual. hoy, 30 años después, la situación es inversa entre los Dos excombatientes enemigos en el frente de batalla, infelizmente, el “caso Velasco/ Wilkinson” es una rarísima excepción, pues no siempre ese es el resultado entre los antiguos enemigos de guerra.
Combates militares existen hace más de 5 mil años, desde los primitivos embates entre los Mesopotamios, entre los griegos y persas, entre Atenas y Esparta; entre Roma y Cartago. Más recientemente ocurrió la Primera y Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea, del Vietnam. Del Golfo, entre Israelitas y palestinos. Los recientes conflictos armados entre Corea del Sur y del Norte y los ataques al Afganistán, después de los atentados terroristas suicidas a Washington en Nueva York el 11 de septiembre del 2001.
Desde remotas eras el imperio de los malos de ordinario reprime la fuerza de los buenos, porque los buenos se hacen débiles. “los malos son intrigantes y audaces; los buenos son tímidos. Cuando estos quieran, habrán de preponderar”. (3) “Épocas de luchas amargas, desde los primeros años del siglo XX, la guerra se anido con carácter permanente en casi todas las regiones del planeta. La Liga de las Naciones, el Tratado de Versalles, también como todos los aspectos de seguridad, de paz, no han sido sino fenómenos de la propia guerra, que solamente terminaran con el apogeo de esas luchas fratricidas, en el proceso de selección final de las expresiones espirituales de la vida terrestre.” (4)
El Siglo XX, recientemente finalizado, fue el siglo más sangriento de todos los anteriores. Después de la Segunda Guerra Mundial ya ocurrieron 160 conflictos bélicos, resultando en 40 millones de muertos. Si contabilizáramos los resultados de esas pasiones primitivas desde 1914, estos números suben para 401 guerras y 187 millones de muertos, en una proyección bien superficial.
Los Estados Unidos de América tienen el mayor poder bélico del planeta, sus
presupuestos para armamentos ultrapasa los 320 billones de dólares. Rusia y China gastan 48 billones de dólares, cada una; Francia consume 38 billones de dólares; India consume 13 billones de dólares; Corea del Sur gasta 12 billones de dólares y, por fin, Israel detona 9,4 billones de dólares. Juntas esas naciones gastan más de medio trillón de dólares con artefactos para exterminar la vida.
¿Lo que podríamos alcanzar de valor para la mejoría de la vida en la Tierra con ese montón de dinero? La Lista es amplia… Mientras tanto, los líderes de los países mencionados, así como sus partidarios no aspiran al engrandecimiento del planeta y sus habitantes.
Hace milenios entronizamos el debate sobre la razón humana y permanecemos en la guerra de la destrucción, como irracionales, exaltamos las más elevadas demostraciones de inteligencia, sin embargo engendramos todo el conocimiento para las impiadosas masacres humanas, exaltamos la paz, fabricando los cañones homicidas y las ojivas de destrucción en masa; sugerimos soluciones para los problemas sociales intensificando la construcción de las cadenas y de los prostíbulos. “Ese progreso es el de la razón sin la fe, donde los hombres se pierden en luchas sin gloria y sin fin.”(5)
Para felicidad, “a la medida que el hombre progresa, ella se torna menos frecuente, porque evita las causas y, cuando es necesario, sabe aliarla a la humanidad.” (6) Creemos que la guerra desaparecerá un día de la faz de la tierra, “cuando los hombres comprendan la justicia y practiquen la ley de Dios; entonces todos los pueblos serán hermanos.” (7)
Jesús nos dejo, hace dos milenios, la gran lección del amor, a fin de que llegásemos al estado de perfecta armonía entre los hombres. El Príncipe de la Paz enseñó: “Un Nuevo mandamiento os doy: que os améis unos a los otros; así como yo os amé” (8) De este modo, no hablaremos más de guerras y ni de rumores de guerra.
Jorge Hessen
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Equilibrio interior
Hoy en día es muy común oír a las personas decir que están estresadas. También… ¡no paran! Viven ansiosas, preocupadas con un futuro que no llega nunca, pues en cuanto hacen una cosa, la mente ya está pensando en lo que hacer en seguida…
La dificultad para vivir el presente –de cuerpo y alma- es enorme, y eso es pésimo, pues mas allá de desperdiciar nuestra energía, perjudicamos nuestro cuerpo y nuestros relaciones sociales. Explico: cuando nuestro cuerpo entre en estado de alerta, debido a una situación inesperada que surge ofreciéndonos algún tipo de amenaza, nuestro metabolismo se altera. Nuestro latido cardíaco se acelera, la musculatura se tensa, etc. Todo eso es una reacción natural de nuestro organismo, para combatir lo que nos amenaza. El problema es cuando ese estado se prolonga hasta el punto de ser constante, habitual, nuestro cuerpo sufre las consecuencias, que pueden variar, tales como: dolores musculares, baja inmunidad, gastritis, crisis nerviosas, etc. Sin contar los problemas psicológicos y emocionales que pueden ser aumentados con esta situación, como depresión, fobias, síndrome del pánico…
Como dije, nuestros relacionamientos también quedan perjudicados, pues casi nunca tenemos tiempo para el otro. Nuestras metas y tareas cotidianas son tantas que no conseguimos conectar con la realidad del prójimo. Perdemos la capacidad de oír y, muchas veces, hasta de recibir, pues nunca estamos abiertos y disponibles de verdad. Conversamos “de boca para afuera” pero la mente y el corazón no siempre están presentes. Esa manera desequilibrada de vivir es una epidemia, donde uno influencia al otro, sea en el trabajo, en el transito… o en casa, cuando descargamos en la familia toda nuestra carga emocional negativa.
¡Todo esto tiene que cambiar! Comience hoy mismo a preguntarse: ¿de qué tengo tanto miedo? ¿Qué me deja constantemente preocupado o irritado? ¿Por qué será que siempre estoy “corriendo”, pensando en lo que hacer? ¿Sera que todas las tareas que me he dispuesto a realizar hoy son imprescindibles? ¿No tengo como pedir a alguien para que me ayude en una u otra tarea? ¿Me estoy organizando de la mejor manera posible? Estas preguntas iniciales no siempre son fáciles de responder. Por eso, recomiendo algunas técnicas que pueden ayudarle a calmar la mente y pacificar el corazón, para que ciertas realidades de su “yo” vengan a la superficie.
Procure practicar, por ejemplo: meditación, yoga, tai chi chuan, ejercicios bioenergéticos o la oración. Eso le va a ayudar a cambiar su patrón emocional. Si fuera necesario partir para algo más “físico”, le aconsejo los deportes, las artes marciales, ect. Sin hablar del Arte, que es una gran herramienta para el autoconocimiento.¿Qué tal aulas de teatro, baile, pintura o música? ¿Si fuera necesario una ayuda profesional, que tal un psicólogo de la línea transpersonal? Mas allá de todo eso, si usted es espiritualista, busque frecuentar su centro espirita, umbandista, budista, etc.
La convivencia social, vivido con un espíritu sincero y fraterno, es una óptima herramienta. Para encerrar, dejo las palabras del Dalai Lama: “Lo que más me sorprende de la humanidad son los hombres…porque pierden la salud para juntar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente de tal forma que acaban por no vivir ni el presente ni el futuro. Y viven como si nunca fueran a morir…y mueren como si nunca hubiesen vivido”
Escrito por Victor Rebelo
Revista Cristã de Espiritismo
Hoy en día es muy común oír a las personas decir que están estresadas. También… ¡no paran! Viven ansiosas, preocupadas con un futuro que no llega nunca, pues en cuanto hacen una cosa, la mente ya está pensando en lo que hacer en seguida…
La dificultad para vivir el presente –de cuerpo y alma- es enorme, y eso es pésimo, pues mas allá de desperdiciar nuestra energía, perjudicamos nuestro cuerpo y nuestros relaciones sociales. Explico: cuando nuestro cuerpo entre en estado de alerta, debido a una situación inesperada que surge ofreciéndonos algún tipo de amenaza, nuestro metabolismo se altera. Nuestro latido cardíaco se acelera, la musculatura se tensa, etc. Todo eso es una reacción natural de nuestro organismo, para combatir lo que nos amenaza. El problema es cuando ese estado se prolonga hasta el punto de ser constante, habitual, nuestro cuerpo sufre las consecuencias, que pueden variar, tales como: dolores musculares, baja inmunidad, gastritis, crisis nerviosas, etc. Sin contar los problemas psicológicos y emocionales que pueden ser aumentados con esta situación, como depresión, fobias, síndrome del pánico…
Como dije, nuestros relacionamientos también quedan perjudicados, pues casi nunca tenemos tiempo para el otro. Nuestras metas y tareas cotidianas son tantas que no conseguimos conectar con la realidad del prójimo. Perdemos la capacidad de oír y, muchas veces, hasta de recibir, pues nunca estamos abiertos y disponibles de verdad. Conversamos “de boca para afuera” pero la mente y el corazón no siempre están presentes. Esa manera desequilibrada de vivir es una epidemia, donde uno influencia al otro, sea en el trabajo, en el transito… o en casa, cuando descargamos en la familia toda nuestra carga emocional negativa.
¡Todo esto tiene que cambiar! Comience hoy mismo a preguntarse: ¿de qué tengo tanto miedo? ¿Qué me deja constantemente preocupado o irritado? ¿Por qué será que siempre estoy “corriendo”, pensando en lo que hacer? ¿Sera que todas las tareas que me he dispuesto a realizar hoy son imprescindibles? ¿No tengo como pedir a alguien para que me ayude en una u otra tarea? ¿Me estoy organizando de la mejor manera posible? Estas preguntas iniciales no siempre son fáciles de responder. Por eso, recomiendo algunas técnicas que pueden ayudarle a calmar la mente y pacificar el corazón, para que ciertas realidades de su “yo” vengan a la superficie.
Procure practicar, por ejemplo: meditación, yoga, tai chi chuan, ejercicios bioenergéticos o la oración. Eso le va a ayudar a cambiar su patrón emocional. Si fuera necesario partir para algo más “físico”, le aconsejo los deportes, las artes marciales, ect. Sin hablar del Arte, que es una gran herramienta para el autoconocimiento.¿Qué tal aulas de teatro, baile, pintura o música? ¿Si fuera necesario una ayuda profesional, que tal un psicólogo de la línea transpersonal? Mas allá de todo eso, si usted es espiritualista, busque frecuentar su centro espirita, umbandista, budista, etc.
La convivencia social, vivido con un espíritu sincero y fraterno, es una óptima herramienta. Para encerrar, dejo las palabras del Dalai Lama: “Lo que más me sorprende de la humanidad son los hombres…porque pierden la salud para juntar dinero, después pierden el dinero para recuperar la salud. Y por pensar ansiosamente en el futuro, olvidan el presente de tal forma que acaban por no vivir ni el presente ni el futuro. Y viven como si nunca fueran a morir…y mueren como si nunca hubiesen vivido”
Escrito por Victor Rebelo
Revista Cristã de Espiritismo
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¿
Aprovechamos en esta vida, lo aprendido en el pasado ?
Todas las experiencias del ser humano van dejando como un poso de conocimiento en lo mas profundo de su Ser, y este conocimiento lo acumula el Ser espiritual durante sus vidas en este mundo que son como peldaños subidos en su escalera evolutiva . Estas necesarias experiencias y aprendizajes necesarios, a cada uno de nosotros nos sirven , siempre que sepamos escuchar la voz de la conciencia, que es la memoria del alma. Si esto no fuese así porque el olvido del pasado fuese total y no quedase de él ningún residuo de lo aprendido en el fondo de la conciencia espiritual del ser humano, la reencarnación carecería de sentido, y sin embargo la reencarnación es una realidad demostrada y plena de sentido. Tantos casos de los llamados “niños prodigio, así lo demuestran a diario, pues las habilidades y conocimientos innatos demostrados prematuramente, nos hablan de la evidencia de que han venido a este mundo con un bagaje de ciencia, moral y aptitudes artísticas o de otra índole, que solamente pudieron ser adquiridos en el pasado.
Nacemos
con un nivel de conciencia humana pendiente de desarrollarse
manifestándose en un cerebro físico virgen, pero con un
subconsciente que no está grabado en el cerebro físico, sino en el
psíquico o espiritual, y en el que se guardan los recuerdos y
experiencias importantes o traumáticas vividas en existencias
anteriores. Este archivo almacenado en nuestra parte subconsciente,
conforma nuestro almacén de conciencia humana y supone un vasto
archivo de conocimientos y experiencias que a veces se manifiestan
en forma de reacciones personales ante lo imprevisto , así como las
ideas innatas.
- Jose Luis Martín-
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“ Se
valora el contenido de una idea por los rechazos que produce cuando
es presentada en comunidad.”
Hessen-
(Filósofo Alemán)
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TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
¿TIENE USTED TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO?
La siguiente prueba no sustituye a una consulta especializada. Las preguntas sirven para auxilio en el diagnostico de Trastorno Obsesivo Compulsivo. En el caso de que usted responda positivamente a algunas de las cuestiones siguientes es importante que procure un atendimiento psiquiátrico especializado para mejor evaluación.
¿Su mente es invadida por pensamientos, impulsos, palabras, frases, música, o imágenes que no desea, que lo incomodan y no consigue apartar?
¿Le preocupa demasiado los gérmenes, la contaminación, la suciedad o la enfermedad?
¿Se preocupa demasiado por tener la certeza o hacer las cosas de forma absolutamente perfectas, teniendo por eso siempre muchas dudas, y la necesidad de repetirlas?
¿Necesita lavarse las manos, repetidamente o de forma excesiva?
¿Tiene la necesidad de tomar varios baños al día por sentirse sucio, contaminado o por sentir culpa por algo que considera haber hecho de errado o inmoral?
¿Verifica si están cerrados las puertas, el fuego, las ventanas, el gas, los electrodomésticos u otras cosas de forma excesiva?
¿Necesita hacer cosas de forma repetida y sin sentido (tocar, contar, repetir números, palabras o frases)?
¿Se preocupa demasiado en que las cosas estén simétricas, perfectas, organizadas o alineadas?
Inicialmente nos cabe comprender lo que es el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC). Pongamos algunos ejemplos ilustrativos : Históricamente, Pilatos, por ejemplo, después de dejar asesinar a Jesús, en quien conocía la ausencia de culpas, hizo un cuadro obsesivo-compulsivo, que lo hizo célebre, cara a la situación aflictiva de siempre lavarse las manos, que le parecían sucias por la sangre del inocente. Su desgracia habría terminado sólo cuando se suicidó arrojándose al cráter de un volcán extinto en Suiza.
En la literatura de Shakespeare, Macbeth, después de asesinar al rey, ayudada por el marido pasó a sufrir el mismo conflicto de las manos sucias de sangre, que debía lavar siempre, en estado sonambúlica o no, arrojándose en los resbaladeros de la locura…
A semejanza de esos personajes, el conflicto adquiere robustez y se presenta en innumerables pacientes, como la necesidad de bañarse continuamente, usando alcohol y otras sustancias desinfectantes, a fin de con el fin de eximir a éstos de la inmunidad que parece cubrir todo el cuerpo. Otras veces, son los impulsos irresistibles para la asepsia, evitando contraer enfermedades infecciosas, o suponiéndose portadoras de ellas, por medio de la eliminación de bacterias y otros microbios alojados en el cuerpo, como si eso fuese posible, ya que la propia condición celular impide que haya una ausencia absoluta de esas vidas microscópicas.
Los dolores pútridos, como el de los cadáveres en descomposición, atormentan a no pequeño número de enfermos, exigiendo de ellos el uso de substancias fuertes y aromatizadas, que aspiran o mascan en desesperada tentativa de liberarse de esas desagradables manifestaciones que, sin embargo, se encuentran en el inconsciente y son somatizadas, generando desespero y alucinación.
EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO EN LA VISIÓN DE LAS CIENCIAS
El Trastorno Obsesivo – Compulsivo es clasificado como un trastorno de ansiedad por la cuarte edición de Manual Diagnostico y Estadístico de Trastornos Mentales (DSM-IV), de la Asociación Psiquiátrica Americana, y como un trastorno neurótico por la Clasificación de Trastornos Mentales de Comportamiento (CID_10) de la Organización Mundial de la salud.
Las obsesiones son ideas intrusas, sin sentido, provenientes y persistentes que parecen venir “desde dentro”. Dado que las compulsiones son comportamientos repetitivos y sin propósito, de aspecto ritualistico y caracterizado por urgencias irresistibles. Algunos autores afirman que las obsesiones pueden ser definidas como ideas, imágenes o acciones que aumentan la ansiedad/ el malestar por la referencia que hacen a eventos catastróficos, anticipados y las compulsiones como ideas, imágenes o acciones que reducen la ansiedad/ o malestar por la fuga o neutralización de aquellos eventos.
Ambas ocupan gran tiempo del día de un paciente (por lo menos más de una hora por día) y, consecuentemente, interfieren en el funcionamiento adecuado de su vida.
Hay cuatro grandes categorías principales: las compulsiones de limpieza (por ejemplo lavar las manos repetidas veces, usar mascaras o guantes para tocar los objetos / personas), las convulsiones de verificación (retornar innumerables veces para verificar si una puerta está cerrada), las obsesiones puras (pensamientos repetitivos, generalmente de contenido sexual agresivo) y la lentitud obsesiva primaria (necesidad de expresar con precisión todo lo que se hace, se toma un tiempo considerable).
ESTUDIOS ESPIRITAS SOBRE EL TOC
La salud, considerada bajo cualquier aspecto-físico, mental, emocional, moral – es patrimonio de la vida, que constituye una meta a ser conquistada por el hombre y por la mujer en el proceso de su evolución. Engrandeciéndose el ser por medio de los esfuerzos que emprende en la conquista de los múltiples valores en él adormecidos, los penetra, en el mundo interior, a fin de exteriorizarlos en himnos de alegría y de bienestar.
Porque desperdicia las oportunidades que deberían ser utilizadas a favor de la auto-iluminación, de la concienciación de su realidad, infelizmente dirige por la trilla de los placeres exorbitantes y se deja arrastrar por los vicios perniciosos, estacionando en la marcha ascensional y sufriendo las secuelas que la insensatez le brinda, en forma de consecuencia dolorosa casi inmediata.
En ese mundo intimo, en el inconsciente personal, que se encuentran las fijaciones perversas y desvariadas del primitivismo del ser, que permanecen durante el periodo de la razón, generando disturbios que reaparecen en la conciencia actual, desestructurando los equipamientos de la salud física, psíquica y, especialmente, de la emocional.
Entre otros, por su gravedad, el Trastorno Obsesivo Compulsivo se destaca, por quitar la felicidad a no pequeño número de víctimas en toda la Tierra.
En ese capítulo, podemos anotar tres diferentes ítems, que son el pensamiento compulsivo, la actividad compulsiva y la personalidad o carácter obsesivo.
Cuando se es portador de pensamiento compulsivo, la conciencia se torna invadida por representaciones involuntarias, repetitivas e incontrolables, variando de paciente a paciente. Se trata de ideas desagradables unas repugnantes otras, que amargan, y el enfermo no dispone de medios lucidos para enfrentarlas, superándolas. Se trata de un objetivo defensivo del inconsciente personal, impidiendo que el enfermo tome conocimiento de su realidad interior, de sus legítimos impulsos y emociones. Se fijan en él pensamientos repetitivos, algunos ridículos, más de los cuales el enfermo no consigue liberarse. Otras veces, se manifiestan en forma de dudas inquietantes, que desequilibran el comportamiento.
La actividad compulsiva se presenta como incoercible necesidad de acciones repetidas. Desde un simple acto de trazar líneas y diseños en papel al de contar lámparas o sillas en un auditorio, que parecen sin sentido, más no se consigue evitar, incidiéndose siempre en la misma actividad. De alguna suerte, es un mecanismo para hacer una liberación de la ansiedad de que se es víctima. En las tentativas para evitar la actividad compulsiva, en razón de circunstancias poderosas, el paciente sufre, trastornarse, terminando por entregarse a la acción tormentosa de manera discreta, por simulada que sea…
Por fin los individuos portadores de la personalidad o carácter obsesivo se presentan sistemáticos, impresionando por la rigidez del comportamiento, inclusive para con ellos mismos. Son portadores de sentimientos nobles, confiables y dedicados al trabajo, que ejercen hasta el exceso. Sin embargo, fueron víctimas de ambiente emocional duramente severo desde la infancia, cuando sufrieron imposiciones irracionales y tuvieron que obedecer sin pensar, pues esa era la única manera de liberarse de las imposiciones y castigos de los adultos. Sintiéndose obligados, desde temprano, a reprimir emociones, se tornan ambientales, escapándoles del control los sentimientos que se constituyen de naturaleza hostil, presentándose más con intelectuales que con sentimentales.
Cumple destacar aun las herencias de los actos de otras encarnaciones, que se encuentran inscritos en el inconsciente personal, como desencadenadores de los trastornos psicóticos. Estos ecos del pasado acaban atrayendo entidades desencarnadas que vinculándose a las mentes de los portadores de trastornos obsesivos, impone el derecho de cobro, mediante procesos espirituales desbastadores.
Se trata de Espíritus que fueron víctimas por crímenes perversos contra ellos cometidos, y que no consiguieron superar los traumas y los resentimientos. Ahora, en la condición de vengadores que vienen a prestar cuentas con el pasado, promueven obsesiones vigorosas contra aquellos que fueron sus adversarios en el pasado.
Porque la deuda moral permanece impresa en los paneles del inconsciente personal, los pacientes asimilan las ondas mentales de sus antiguas victimas, que son convertidas en sensaciones penosas, en forma de conciencia de culpa. Bajo otro aspecto, esos endeudados espirituales reencarnan con los factores neurológicos y orgánicos, en general impresos en el cuerpo periespiritual, cara a los trastornos morales que se permitieron anteriormente, de forma a experimentar la recuperación moral mediante el proceso depurador a que ahora hacen justicia.
La psicoterapia cognitiva-comportamental ameniza o hasta aun mismo produce la cura de los efectos dañosos del trastorno obsesivo-compulsivo. Evidentemente, la contribución de algunos fármacos apropiados, bajo cuidados orientación psiquiátrica, se torna de inestimable significado para el reequilibrio del paciente.
Por otro lado, la terapéutica espirita puede ayudar en estos procesos, orientando y confortando a los agentes espirituales, que terminan por abandonar sus propósitos de venganza, liberando a sus enemigos. Compete aun a la Doctrina Espirita orientar al enfermo, auxiliándolo en el cambio de actitud ante la vida, de comportamiento mental, de sentimiento rencoroso y agresivo en relación a su prójimo.
Es ideal, por tanto, que sean tomadas providencias para que las heridas terapéuticas –psicológica, espiritual y psiquiátrica – sean utilizadas, a fin de facultar al paciente su recuperación.
(Articulo elaborado con base en el texto “Trastorno Obsesivo Compulsivo”, de Joanna de Angelis, capítulo 6 del libro “Aspectos Psiquiátricos y Espirituales en los Trastornos Emocionales”, Divaldo Franco).
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