jueves, 17 de septiembre de 2015

ABORDAJE MÉDICO-ESPÍRITA DE LA DEFICIENCIA VISUAL

       

       
  

 PREGUNTA ESPÍRITA A PROPÓSITO DE LA MEMÓRIA


Jorge Hessen




      Permanecer sin comer uno o dos dias por 
semana puede resguardar el cerebro contra dolencias degenerativas como el mal de Parkinson o de Alzeimer, según el estudio efectuado por el Instituto Nacional de Ageing (NIA), en Baltimore, en los Estados Unidos. Para Mark Mattson, lider del laboratorio de neurociencias de NIA,"reducir el consumo de calorías podría ayudar al cerebro, pero hacer eso simplemente disminuyendo el consumo de alimentos puede no ser la mejor manera de activar la memoria. Es mejor alternar periodos de ayuno, en que no se ingiere practicamente nada, con periodos en que se come cuanto se desee".
En esa linea de investigación, os científicos japoneses del Instituto Metropolitano de Ciencias Médicas de Tokio, en Japón,también creen que pasar hambre puede ampliar la memoria. Aunque necesitan más tiempo para extraer conclusiones categóricas, demuestran, por tanto, que  el "hambre deseada" quema toxinas corporales y despierta una hormona reductora de glucosa en el organismo y activa una proteína en el cerebro, adecuada para auxiliar a la memoria. Declaran distintos estudiosos que durante el estado de ayuno, la mente queda más despierta y las percepciones aumentan la audición, la visión o el olfato; todo queda más reluciente. Eso puede ser un indicativo de que ocasiones de hambre programada pueden ser beneficiosas a la memoria y al organismo como un todo.
   Es conveniente desplegar y comentar esos curiosos elementos para apreciación del papel desempeñado por la tal memoria; ir más adelante, a fin de levantar puntos para el estudio, sin la ingénua pretensión de ofrecer la palabra final en estas anotaciones. Al final, ¿qué es la memoria?. Para el diccionario, memoria es la facultad por la cual el espíritu conserva ideas o imágenes, o las readquiere sin gran esfuerzo. ¿Dónde está la sede de la consciencia y del pensamiento?. ¿ De qué están hechas las "voces" e imágenes producidas por la recordación?. ¿ Qué es el inconsciente y de donde brotan los recuerdos antes de tenerlos conscientemente?. ¿Qué es la mente y que es lo que anima al cuerpo?. Son cuestiones que el mundo académico no ha explicado.

  La mente es el espejo de la vida en todas partes y el cerebro es el centro de sus sinuosidades, originando la fuerza del pensamiento que todo lo mueve, instituyendo y alterando, destruyendo y recomponiendo para acrisolar y sublimar.

"Comparemos la mente humana (espejo viviente de la consciencia lúcida), a un gran escritorio, subdividido en diversas secciones de servicio. Ahí permanece el Departamento del Deseo, en que se operan los propósitos y las aspiraciones,desplegando el estímulo al trabajo; el Departamento de la Inteligencia, dilatando los patrimonios de la evolución y de la cultura; el Departamento de la Imaginación,obteniendo las riquezas del ideal y de la sensibilidad; el departamento de la Memoria archivando las descripciones de la experiencia, y otros aún, que definen las inversiones del alma".

  Bajo el guante de las tesis materialistas, la memoria solo viene del cerebro. Lo que está registrado en el cerebro procede de los sentidos. La percepción de sonidos, imágenes, olores, sabores,presiones, aflicciones, frio, calor, equilibrio y todas las otras posibles sensaciones no se dan en los órganos sensoriales, sino en el cerebro, que interpreta las sensaciones con base a todo lo que tiene registrado. 
      Sostienen los academicistas que la consciencia es la operación cerebral de equipar a la persona del conocimiento de algo percibido o procesado. Para ellos no existe el espíritu.
    Para esos defensores del "yo" la consciencia de si mismo es una operación exclusiva del cerebro, reconociendose a sí mismo y al organismo que lo contiene como algo distinto del resto del mundo. Todo eso es gravado en las conexiones neuronales que forman la memoria. Afirman los catedráticos que todas las operaciones psíquicas, como pensar,sentir,queres, son precedidas sobre los registros de la memoria, que incluyen no solo imágenes de sensaciones, sino también registro de operaciones. Todo eso puede ser reproducido perfectamente, con un aparato artificial, capaz de tener consciencia, emociones, etc.
¿ Serán razonables tales asertivas de los heraldos del materialismo contemporáneo?.
 Desde el punto de vista espírita, "el cerebro es la dinamo que produce la energía mental, según la capacidad de reflexión que le es propia. No obstante, en la voluntad tenemos el control que la dirige en ese o en aquel rumbo, estableciendo causas que comandan los problemas del destino; la inteligencia puede aprisionarse en un rincón de la criminalidad; la imaginación puede generar peligrosos monstruos en la sombra y la memoria, no obstante fiel a su función registradora, conforme el destino que la naturaleza le señala, puede caer en un deplorable relajamiento".
En verdad, la comunidad científica ya comprobó que el pensamiento o pensamientos, son corrientes electromagnéticas- electricidad y magnetismo, ¡ por tanto enegía!. Para aquellos que sostienen  que el ppensamiento ocurre dentro del cerebro, precisan aceptar que son solamente aparatos electromagnéticos y que los pensamientos vienen de fuera y no de dentro de la estructura física. En el canal perispirítico, la memoria todo lo almecena y por el mecanismo de la crptomnesia son guardadas las conquistas de la propia memoria, conservando provisionalmente apagados, los recuerdos de otras vidas pasadas, por ejemplo, lo que no significa decir que no se puede tener acceso a esos acervos de forma natural o provocada.
¿ Acaso la reminiscencia del Espíritu esta verdaderamente almacenada en la contextura periespiritual?. Memoria es la aptitud de evocar informaciones guardadas en nuestro "cerebro psicosomático". ¿Pero cómo son archivadas esas sensaciones?. Hay espíritas que niegan tal probabilidad, asegurando ser en el cuerpo físico y el periespíritu que son los vehículos de manifestación del Espíritu.
  Alegan que el cuerpo físico no piensa, no razona, no memoriza, y por tanto la memoria no está basada en el cuerpo físico ni en el periespíritu, sino que reside exclusivamente en el propio espíritu, pues el periespíritu solo refleja el pensamiento del Espíritu. Con todo, evaluando que todos los espíritus poseerán para siempre un envoltorio periespiritual, incluso los espíritus puros( que contendrán una envltura más divinizada), la cuestión de la sede esencial de la memoria aún no estaría aclarada.
Entendemos que los subsidios que adquirimos en las experiencias de las vidas progresivas, los hechos que recordamos, se incorporan a nuestra memoria, cuyos registros fundamentales se localizan en el "cerebro periespiritual",y aunque grabadas en el atardecer del inconsciente, yacen allí, a nuestra disposición.
Cuantas más informaciones hayamos alcanzado en el pasado, más significado toma el decidir con éxito las circunstancias nuevas, porque traemos una especie de base de datos más amplia, con el que  se revisan comparativamente los episodios nuevos, las nuevas conjeturas, las nuevas experiencias. Es siempre más fácil levantarse sobre la fundación ya consolidada.
Con lo elucubrado sobre la memoria, hay igualmente por aquí, semejanzas observables con la informática, pues los ordenadores actuales no son mas que "cerebros artificiales" aunque extremadamente primitivos y limitados en comparación con el cerebro periespiritual. Son simples bancos de datos que deciden entre dos alternativas,conforme a un programa preestablecido y de acuerdo con el archivo de informaciones que tiene gravadas en sus memorias. Es evidente que no ansiamos afirmar que el ordenador sea inteligente ni que tenga intuición, lo correcto es decir que  aprovecha  uno de los  atributos de la inteligencia humana, esto es, la memoria.
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              Espiritismo sin fronteras


Las voces del infinito vinieron a dar tea a nuestra oscuridad. Con sus voces de fuego, reavivaron la chispa de nuestra eternidad. Como un nuevo Pentecostés, libre de la censura eclesiástica, libre de su intento de dominio, como si sólo fuera cosa de santos o propio del genio maligno. Estas voces amigas, hermanas, queridas, son las de los seres que abandonaron esta vida antes de nosotros. Que nos aguardan.

Ellos hablaron a los corazones, trajeron luz al siglo de la incertidumbre, de la incredulidad, el de la muerte de Dios, la muerte del dios que ya no servía, pues es el fin de la época de sumisión y vana servidumbre. La humanidad ha crecido y se rige por su propio raciocinio. Tiene cultura, cosa que no tenía antes. Tiene posibilidad de verificar lo que les dicen, cosa que antes era imposible; el dogma acampaba por todas partes.

Estas voces queridas, libres ya para la comunicación continua, trajeron a la humanidad el clamor de la nueva esperanza. La que tanto había sido sepultada y que sólo unos pocos conocían. Fuera logias, fuera secretismos. ¡A plena luz del día!

Las religiones que violaron su mensaje de amor fraternal, cerniendo muros insondables, se desquebrajaban ante las verdades que ellas en sí contienen. Recordadas por los seres de ultratumba.
Nació el espiritualismo moderno, Espiritismo bautizado por Allan Kardec, el codificador de los mensajes que llegaban por doquier. Y las viejas pasiones reprimidas rompieron los yugos que las mantenían subyugadas. Europa se cernía en múltiples revoluciones y guerras. Pues todo era cambio en el siglo XIX, el siglo de su nacimiento.

Se habló de la religión de los espíritus, craso error, nada nuevo traía el espiritismo, sino desbancar las falsedades añadidas a los credos ya existentes, debidos a la mano humana, interesada en mezclar los intereses políticos con las directrices de sus religiones. Los espíritus hablaron del fin de la esclavitud, del fin de la pena de muerte, de verdadera igualdad entre hombres y mujeres, de la necesidad de un mundo más justo a través de la educación universal, la cual había de asentarse más en la comprensión y estimulación emocional, que en la adquisición alocada de conocimientos impersonales.

No habló de un credo superior a ninguno, ni de la necesidad de ser religión; filosofía espiritualista puso Kardec en el frontispicio del libro clave: Libro de los Espíritus; y dijo que era ciencia, pues los nuevos tiempos ya eran llegados.

Cualquier persona, sea cual sea su credo o no credo, podía abrazar los postulados base del espiritismo. Pues su voz era clara y contundente, maciza; lejos de la melifluidad de otras doctrinas.
Hoy día hay corrientes que se engañan y tratan de hacer religión al espiritismo. Cuando éste es de todos y todas, no sólo de un credo, sea el que fuera. Jesús es un modelo a seguir según la respuesta 625 del Libro de los Espíritus, pero ello no indica nada más al respecto. Para el espiritismo no es Dios, sino un enviado. Y se nos presenta su doctrina depurada de los intereses mundanos, como una base racional para guiar nuestra conducta. No como la única posible, sino que en ella, tal cual la explicaban los espíritus, se halla la esencia de todas las demás habidas. Pues se va a la pureza de la enseñanza: la pureza del mensaje de Jesús, la del profeta Mahoma, la de las máximas de Confucio, o de la sabiduría de Buda, etc. Sin ser ninguna tal cual las conocemos lo que el espiritismo nos revela. Siendo todas respetables, pero con la mira puesta en la existencia clara de un mundo extracorpóreo; que el espiritismo demostraba con fehacientes hechos y datos, dado su carácter científico: en los investigadores serios que no se arredraban ante las inconveniencias de un paradigma científico todavía precario, para poder abarcar toda la riqueza que nos proponían los efectos investigados.

Dados estos hechos, la posibilidad de la comunicación con nuestros seres queridos, éstos se comunicaban según habían sido, pero con su concepción un tanto maravillada ante los nuevos hechos que vivenciaban en el otro plano. Ahí al comunicarse, seguían con sus antiguas creencias, pero con matices diferenciados. Algunos se sentían engañados, por su falso celo en actitudes premiadas por los humanos, pero no acordes con la “justicia divina”; justicia muchas veces de sentido común, que cualquiera lejano del fanatismo sabe aprehender cabalmente. Y muchos sentían liviandad, al ver que era todo mucho más hermoso de lo que pensaban. O sentían pesar si su actitud había sido mezquina para sus allegados.

He aquí la grandeza de esta gran enseñanza espiritual. El Consolador Prometido, en palabras de Jesús. Pero no únicamente para los cristianos, sino para todos, sean cuales fuera su credo. Pues la hermandad más allá de la muerte, la libertad de elección del libre albedrío, la posibilidad de comprender, conocer y estudiar, hacen esta filosofía espiritualista, todo un compendio que aglutina el buen hacer de todo librepensador/a.

Corazones listos para el amor, mentes dispuestas para la comprensión. Ser humano en evolución.
Jesús Gutiérrez Lucas
(Art. publicado en el Blog "El angel del bien", el día 18 nov/14)

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Abordaje Médico Espírita de la Deficiencia Visual





Lizabel Gemperli - Médico Espírita en la Práctica
Por: Giovanna Campos
¿Cómo entender la falta de visión? Uno de los principales sentidos del ser humano, la visión es importante para realizar las actividades más simples de nuestro día a día, pero, ¿cómo quedan aquellos que viven con diferentes grados de deficiencia, pudiendo inclusive, llegar a la absoluta oscuridad? Ese panorama fue bien esbozado por la médica oftalmóloga Lizabel Gimperli, vice-presidente de la Asociación Medico-Espirita del Mato Grosso do Sul que discurre sobre ese tema con ocasión del Mednesp, realizado en la ciudad de Belo Horizonte.

¿Cómo definir y cuáles son los diferentes tipos de deficiencia visual?

La delimitación del grupo denominado deficientes visuales se da por dos escalas oftalmológicas: la agudeza visual y aquello que se ve a determinada distancia en el campo visual, la amplitud de área alcanzada por la visión.

De esta manera, la ceguera puede ser dividida en:

  • Ceguera legal (1) que es la reducción del 80% o más de la visión normal;
  • Ceguera social (2) en este concepto se incluyen las personas totalmente ciegas, así como aquellas con alguna percepción visual.
  • Ceguera psicológica (3), según la cual es considerado ciego aquel que nació ciego o perdió su visión hasta los 5 años de edad, de modo que no puede basar sus conceptos en experiencias visuales;
  • Ceguera oftalmológica (4), es aquella que define la deficiencia de la visión según la agudeza visual corregida (grado) del mejor ojo y, y con base en ese criterio, tenemos tres tipos de ceguera: la ceguera total o absoluta, la ceguera práctica y la ceguera económica o profesional.
La ceguera absoluta es la pérdida total de la visión (agudeza visual=0). Este es el concepto popular de ceguera. La ceguera práctica corresponde a la agudeza visual igual al 2%, da para contar los dedos a 1 metro; el individuo solo consigue movilizarse con recursos auxiliares (por ejemplo: bastón). En la ceguera profesional, el individuo tiene agudeza visual igual o menor de 10%; se llama ceguera profesional porque, aunque presenta un residuo de visión, no consigue leer (aprende braille) y no estará en capacidad para desempeñar la mayoría de las profesiones.
¿Cómo entender la falta de visión? Uno de los principales sentidos del ser humano, la visión es importante para realizar las actividades más simples de nuestro día a día, pero, ¿cómo quedan aquellos que viven con diferentes grados de deficiencia, pudiendo inclusive, llegar a la absoluta oscuridad? Ese panorama fue bien esbozado por la médica oftalmóloga Lizabel Gimperli, vice-presidente de la Asociación Medico-Espirita del Mato Grosso do Sul que discurre sobre ese tema con ocasión del Mednesp, realizado en la ciudad de Belo Horizonte.

¿Cómo definir y cuáles son los diferentes tipos de deficiencia visual?


La delimitación del grupo denominado deficientes visuales se da por dos escalas oftalmológicas: la agudeza visual y aquello que se ve a determinada distancia en el campo visual, la amplitud de área alcanzada por la visión.

De esta manera, la ceguera puede ser dividida en:

  • Ceguera legal (1) que es la reducción del 80% o más de la visión normal;
  • Ceguera social (2) en este concepto se incluyen las personas totalmente ciegas, así como aquellas con alguna percepción visual.
  • Ceguera psicológica (3), según la cual es considerado ciego aquel que nació ciego o perdió su visión hasta los 5 años de edad, de modo que no puede basar sus conceptos en experiencias visuales;
  • Ceguera oftalmológica (4), es aquella que define la deficiencia de la visión según la agudeza visual corregida (grado) del mejor ojo y, y con base en ese criterio, tenemos tres tipos de ceguera: la ceguera total o absoluta, la ceguera práctica y la ceguera económica o profesional.

La ceguera absoluta es la pérdida total de la visión (agudeza visual=0). Este es el concepto popular de ceguera. La ceguera práctica corresponde a la agudeza visual igual al 2%, da para contar los dedos a 1 metro; el individuo solo consigue movilizarse con recursos auxiliares (por ejemplo: bastón). En la ceguera profesional, el individuo tiene agudeza visual igual o menor de 10%; se llama ceguera profesional porque, aunque presenta un residuo de visión, no consigue leer (aprende braille) y no estará en capacidad para desempeñar la mayoría de las profesiones.
Existen individuos cuya faja de agudeza visual se encuentra entre el 10% al 30% y son denominados “deficientes visuales o ambliopes[1]”. Poseen capacidad de ejercer un número mayor de profesiones, pueden aprender a leer con ayudas ópticas y textos ampliados, además de educación especial.


Cuando los individuos, después de realizar correcciones en ambos ojos, presentan agudeza visual entre el 30% y el 40%, se usa la expresión “visión subnormal”.


¿Cuáles son los recursos que el médico-espírita puede ofrecer a las personas con deficiencia visual?


En el trato con el paciente con deficiencia visual, debemos tener mucho tacto, pues la mera posibilidad de la perdida de la visión en personas normales puede causar graves disturbios psicológicos y, en algunos casos, llevarlos al suicidio. Imagínese el estado psicológico de aquellos que están privados de ese sentido tan precioso; muchos se rebelan, se sienten inferiores, rechazados y hasta discriminados por la familia y la sociedad.


El primer paso es estudiar cuidadosamente cada deficiencia a la luz de la ciencia médica. Hoy contamos con numerosos recursos a ofrecer en el campo de la oftalmología, tenemos procedimientos medicinales e incluso la cirugía con laser con altas probabilidades de éxito. Hacer uso de todas las herramientas y recursos ópticos a disposición para cada caso. Ser, en fin, un oftalmólogo estudioso, actualizado y dispuesto a ayudar.


El médico espírita debe tener un bagaje científico sólido, recibir capacitación continua en nuevas técnicas y tecnologías, no solo para ofrecer lo mejor a sus pacientes sino también para mantener el respeto de sus compañeros y nunca ofrecer tratamientos espirituales en sus clínicas o consultorios, dando oportunidad a juicios y críticas (sospechas) de charlatanería.


Nuestra convicción en la sobrevivencia del espíritu y en las implicaciones de la ley de causa y efecto, nos permite, igualmente, orar en silencio y hasta direccionar energías de amor y vibrar por esos pacientes (pases), durante el atendimiento. Podemos inclusive, encaminar al paciente a una casa espírita, si intuitivamente sentimos la necesidad del paciente y si tenemos posibilidades para ello.


Podemos utilizar como herramienta de confort el hecho de que algunos no han perdido totalmente la visión, resaltando la independencia que tienen aún con baja visión. Debemos siempre conocer los recursos disponibles y los últimos descubrimientos en cada caso, para orientarlos hacia la utilización de lupas y aparatos que amplifican imágenes y letras. Saber poner límites sobre los procedimientos siempre buscando el costo-beneficio para el paciente y, sobretodo, nunca dejar de dar esperanzas al paciente, porque a la velocidad en que los descubrimientos científicos caminan, de pronto puede aparecer una solución para su caso.


¿La Doctrina Espírita identifica, en su literatura, posibles causas para la ceguera?


Según el Espiritismo y el conocimiento que nos trae de la ley de causa y efecto y de la justicia divina, podemos decir que ella nos enseña que la ceguera se constituye en una poderosa herramienta de rescate y evolución para que aquellos que la tienen, dependiendo de la forma como cada individuo encara esa expiación o prueba.


Todo lo que se considera “caprichos de la suerte” por los que no creen en la reencarnación, no es más que el efecto de la justicia divina que no impone castigos arbitrarios, pues quiere que las penas este siempre en correlación con las faltas.


Si por un lado, por bondad Dios colocó un velo sobre nuestros actos pasados, por otro lado nos muestra el camino diciendo: “Quién mata por espada, por espada perecerá”, palabras estas que pueden ser traducidas así: La criatura está siempre sujeta a la ley de causa y efecto.


Por lo tanto, si alguien sufre el tormento de la pérdida de la vista, es que esta fue causa de su caída. Tal vez por su causa alguien haya perdido la vista a causa del exceso de trabajo que le impuso, o de maltrato, o de falta de asistencia, etc.


Es posible que el mismo individuo tomado de arrepentimiento haya escogido esa expiación. Quien haya leídoMemorias de un Suicida,recordará que el protagonista cuando fue afectado por la ceguera solo después de mucho años en el plano espiritual, consiguió en una regresión de memoria, recordar una encarnación en la cual el, como alto dignatario de la Iglesia Católica, en la época de la Inquisición, había ordenado la prisión y la destrucción de los ojos de un antiguo desafecto, un rival que supuestamente le había quitado la novia… Y el demora mucho tiempo para prepararse a volver nuevamente ciego, fortaleciéndose en los conocimientos superiores para evitar una nueva caída en el suicidio.


Nada mejor para hablar sobre el aspecto consolador de la reencarnación sin el sentido de la visión que la comunicación del Cura d’Ars (J V Vianney), que se encuentra en el capítulo VIII de El Evangelio según el Espiritismo, cuando fue evocado en una reunión mediúmnica para atender a una joven ciega.



Destaca el renombrado espíritu, que los privados de la vista debían considerarse los bienaventurados de la reencarnación, recordando que el Cristo dijo que conviene más arrancarnos los ojos si ellos eran malos y que más valdría lanzarlos al fuego que ser la causa de nuestra perdición.



Y agrega que: “¡Oh! Sí, ¡qué felices son estos que en su expiación son castigados por la vista! Su ojo no será motivo de escándalo y de caída”.



Con estos conocimientos doctrinarios, muchas veces nos dejamos convencer de que todo lo que nos ocurre es consecuencia de algo que hicimos en otra encarnación, sin embargo, me gustaría recordar que no toda ceguera es causa y efecto, citando el pasaje del Evangelio de Juan 9:2 que cuenta lo siguiente: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Además de ser una prueba incontestable de que los discípulos de Jesús creían en la reencarnación, la respuesta de Jesús nos lleva a pensar: si el sufrimiento de ese ciego no es el pago de un débito, propio o ajeno, ¿Qué es entonces? Prestemos bastante atención a la respuesta de Jesús: “eso aconteció para que él se revelen las obras de Dios”.



¿Ustedes creen que Dios habría hecho que ese hombre naciera ciego y lo habría dejado en esa ceguera, quizás por unos 40 años, para que, en el momento dado, Jesús tuviera la ocasión de realizar uno de sus milagros de cura?



Si aceptamos esa explicación estaríamos reduciendo a Dios a una especie de tirano que se divierte con los dolores de sus súbditos. En verdad, Jesús declaró categóricamente que ese sufrimiento tenía una función positiva, acumular un crédito, tal como en el pasaje del Antiguo Testamento sobre el sufrimiento de Job. Cuando sus amigos, aunque pesarosos por sus dolores, lo consideran culpable, pues habían aprendido en la ley que tantas desgracias solo acontecían al pecador, ya que Dios no castiga a inocentes.A estas alturas, según el Antiguo Testamento, interviene el mismo Dios y rebate con palabras vehementes los argumentos de los pretensiosos exegetas del misterio del dolor:“¡Insensatos! ¿Qué estáis ahí vosotros adulterando con palabras tontas la sabiduría de mis planes?”.Dios declara que su siervo Job no sufre para pagar ningunadeuda negativa, de tiempos pasados, sino para acumularcrédito positivoy glorias futuras.



Bioplasticidad cerebral. ¿Qué es, y como la misma ayuda a entender aspectos materiales del espíritu?



En fin, bajo prueba o expiación, Dios no nos deja nunca sin recursos para enfrentar la adversidad y la medicina hoy viene a comprobar eso a través de los descubrimientos científicos en el campo de la neurofisiología y de la neurolingüística, mostrándonos como el cerebro trabaja para compensar las deficiencias de los órganos de los sentidos y a eso le llamamos Bioplasticidad Cerebral. La plasticidad cerebral hace que, ante la falta de un sentido, los otros sentidos se agudizan.



Cuando el cerebro encuentra estímulos sensoriales, como el aroma del café de la mañana o el sonido de la bocina de un coche, esos estímulos son enviados hacia la región adecuada del cerebro para su análisis. El aroma de café va hacia el córtex olfativo, mientras que el sonido va hacia el córtex auditivo. Esa división del trabajo sugiere que la estructura del cerebro sigue un determinado modelo genético.



Sin embargo, hay pruebas de que las regiones del cerebro pueden asumir funciones que no estaban genéticamente destinadas a ejecutar. Un estudio realizado en 1996, con personas que quedaron ciegas al inicio de su vida, los neurocientificos mostraron que el córtex visual podía participar de una función no visual: la lectura en braille.



Recientemente, en estudio de neurocientificos del MIT (Harvard) muestra que en ciegos congénitos, partes del córtex visual son reclutadas para el procesamiento del lenguaje. El descubrimiento sugiere que el córtex visual puede cambiar radicalmente su función y ayudar al procesamiento visual del lenguaje, y también aparece para derrumbar la idea de que el procesamiento del lenguaje solo puede ocurrir en regiones cerebrales altamente especializadas, que son genéticamente programadas para tareas del lenguaje.



En su charla fueron citados los ejemplos de vida de los extranjeros Vincent Humbert y Jacques Luysseran, en la compresión de las deficiencias visuales. ¿Cuáles fueron las lecciones por las que ellos pasaron?



En mi opinión, la ceguera es una de las más complicadas y difíciles pruebas (o expiaciones) a enfrentar en una vida y la forma de lidiar con la ceguera difiere de persona a persona y, lógicamente, del grado de aprovechamiento de la prueba, así como la evolución adquirida con la misma.



Las dos historias que cité en el Mednesp se refieren a las diferentes maneras de enfrentar la prueba de la ceguera, ambas acontecidas en Francia.



Vincent Humbert, un joven bombero voluntario de 20 años, sufrió un grave accidente automovilístico en una carretera francesa el 24 de septiembre del 2000. Él queda en coma por nueve meses. Posteriormente se constató que había quedado cuadripléjico, ciego y mudo. El único movimiento que aún mantenía era una leve presión con el pulgar derecho.



Con esos movimientos, se consigue comunicar con su madre. La comunicación enseñada por profesionales de la salud del hospital, era hecha con una persona deletreando el alfabeto y el presionaba con el pulgar cuando quería utilizar esa letra. De esa manera conseguía armar las palabras.



Desde que consiguió hacerse entender, solicitaba que los médicos le practicasen la eutanasia, como forma de terminar con el sufrimiento que estaba pasando, pues el mismo, según su testimonio, era insoportable. Los médicos se rehusaron a practicarla, pues en Francia la eutanasia es ilegal.



Él hizo innumerables solicitudes, incluso hasta al mismo presidente francés, a través de una carta, en el sentido de hacer una excepción legal para su caso. El argumento era que si el presidente tenía la prerrogativa de indultar prisioneros, simétricamente, podría eximir de culpa a quien lo matase por compasión. Él también solicitó a su madre que hiciese el procedimiento.



Vincent escribe un libro, de 188 páginas, intitulado “Os pido el derecho a morir” (Je vous demande le droit de mourir) lanzado por la editora Michel Lafon, el 25 de septiembre de 2003. En ese libro, argumenta sobre su pedido y termina diciendo: “Mi madre me dio la vida, espero ahora de ella que me ofrezca la muerte. (…) No la juzguen. Lo que ella hace por mí es ciertamente la más bella prueba de amor del mundo”.



El día 26 de septiembre de 2003, la madre, Marie Umbert, de 48 años, cede a los pedidos del hijo y práctica la eutanasia, inyectándole una alta dosis de barbitúrico por la sonda nasogástrica. Vincent entra en coma y muere tres días después. Este caso está siendo muy discutido por la justicia francesa. Sin embargo, para nosotros, espíritas, con certeza este es un caso más de agravamiento de compromiso con la ley de causa y efecto.



Pasemos ahora con la interesante historia del francés Jacques Lusseyran, quien nace en París en 1924, y a los ocho años de edad pierde la vista en un accidente en la escuela. Sus padres resuelven mantenerlo en la escuela regular en vez de mandarlo a una institución para ciegos. En seis semanas aprende a leer en braille y es aceptado con reservas en la escuela regular, sin embargo todo sale tan bien que al final del año lectivo, le es concedido el primer lugar de la clase.



El joven Lusseyran fue un estudiante muy talentoso y se sentía especialmente atraído por la literatura y la filosofía, sin embargo creía que la materia más importante, el hecho de que el mundo no existe solo fuera de nosotros, sino también dentro, faltaba enteramente en la clase.



En la primavera de 1941, durante la ocupación de París por los nazis, Lusseyran forma parte del grupo de la resistencia llamado Los Voluntarios de la Libertad y editan un periódico, El Tigre.



En esa época, el más viejo del grupo tenía 21 años y Lusseyran, a los 17 años, se convierte en administrador del grupo, cuya tarea principal era entrevistar candidatos potenciales porque el poseía lo que sus compañeros llamaban “sentido común para los humanos”: él podía “ver”, en parte, por medio de la voz de la persona, en quien se podía confiar y quien resultaría un traidor.



En 1943, el grupo tenía 600 miembros y se une a la Defensa, uno de los cinco grandes grupos de la Resistencia Francesa, y Lusseyran se convierte en miembro del comité ejecutivo.



El 20 de junio de 1943, es detenido por agentes de la Gestapo. Él y otros miembros de su grupo son traicionados por el único hombre que él había contratado con desconfianza, pero prudente y suprimido. (Resalto aquí la importancia de seguir la primera intuición). En fin, él es enviado al campo de concentración deBuchenwald y liberado por el ejército americano, en abril de 1945. De los dos mil franceses del campo, él estaba entre los 30 sobrevivientes.



Terminada la guerra, trabaja como profesor en Francia, donde, a pesar de haber completado con excelencia su formación en Filosofía y Letras, en la Sorbona, encontró mucha resistencia para vencer una preconceptuosa ley, instituida por el gobierno de Vichy, que prohibía el ingreso de “inválidos” en cargos públicos.



Se muda para los Estados Unidos, donde se torna catedrático en una Universidad de Cleveland. Muere a los 47 años en un accidente automovilístico, dejando en su libro, La Ceguera - Una Nueva Visión para el Mundo, relatos que no son solo experiencias de un hombre en relación a la ceguera, sino que hablan respecto a cuestiones de interés universal.



Hoy, cuando el mundo sensorio es la única realidad que predomina, y los sentidos físicos son extremadamente valorizados, con la humanidad buscando captar la vida, el conocimiento y hasta el amor por medio de los cinco sentidos, el hecho de ser deficiente visual debe significar una dura prueba, levantando obstáculos a la capacidad de gozar la vida. Sin embargo, ese hombre no se deja abatir y nos da un testimonio de que hay muchas maneras de percibir el mundo y que la ceguera física nos puede llevar a otro grado de percepción del mundo.



En su libro, hace reflexiones y constataciones, sobre el sentido de la vista, que pueden abrir los horizontes y, porque no decirlo, a los ojos de todos nosotros, privados o no de la capacidad de percibir.



Ciertamente, el aceptó la advertencia de los filósofos, que dice: “Cuidado con la ilusión de los sentidos” y particularizando, “Cuidado con la ilusión de los ojos”. Aquí no es la visión quien está siendo acusada, sino el uso que se está haciendo de ella.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS


  • BANDUCCI, Luiza. Elreajuste social del ciego. Trabajo (Conclusión del Curso) - IAPC, São Paulo,1951.
  • BRASIL. Secretaria Salud del Estado. Institutode Salud, Servicio de Oftalmología Sanitaria.Laprevención de la ceguera. São Paulo, 1973. p. 6-9.
  • HUMBERT, VincentJe vous demande le droit de mourir. Ed. Michel Lafon, 2003.
  • LUSSEYRAN, J. -Ceguera, una nueva visión delo mundo y del ciego en la sociedad. Ed. Associación BenefícienseTobías, São Paulo, 1ª edición - 1983.
  • PEREIRA, Yvonne A.Memorias de un suicida. Editora FEB, 1954.
  • Lizabel Gemperli es médica oftalmóloga y vicepresidente de la AME-Mato Grosso do Sul. Esta palestra está disponible en DVD que puede ser adquirido en el sitio www.amebrasil.org.br



[1]Ambliopía: Disminución de la agudeza visual en un ojo sin que existan alteraciones orgánicas o patológicas que lo justifique. Nota del traductor.




Existen individuos cuya faja de agudeza visual se encuentra entre el 10% al 30% y son denominados “deficientes visuales o ambliopes[1]”. Poseen capacidad de ejercer un número mayor de profesiones, pueden aprender a leer con ayudas ópticas y textos ampliados, además de educación especial.

Cuando los individuos, después de realizar correcciones en ambos ojos, presentan agudeza visual entre el 30% y el 40%, se usa la expresión “visión subnormal”.

¿Cuáles son los recursos que el médico-espírita puede ofrecer a las personas con deficiencia visual?

En el trato con el paciente con deficiencia visual, debemos tener mucho tacto, pues la mera posibilidad de la perdida de la visión en personas normales puede causar graves disturbios psicológicos y, en algunos casos, llevarlos al suicidio. Imagínese el estado psicológico de aquellos que están privados de ese sentido tan precioso; muchos se rebelan, se sienten inferiores, rechazados y hasta discriminados por la familia y la sociedad.

El primer paso es estudiar cuidadosamente cada deficiencia a la luz de la ciencia médica. Hoy contamos con numerosos recursos a ofrecer en el campo de la oftalmología, tenemos procedimientos medicinales e incluso la cirugía con laser con altas probabilidades de éxito. Hacer uso de todas las herramientas y recursos ópticos a disposición para cada caso. Ser, en fin, un oftalmólogo estudioso, actualizado y dispuesto a ayudar.

El médico espírita debe tener un bagaje científico sólido, recibir capacitación continua en nuevas técnicas y tecnologías, no solo para ofrecer lo mejor a sus pacientes sino también para mantener el respeto de sus compañeros y nunca ofrecer tratamientos espirituales en sus clínicas o consultorios, dando oportunidad a juicios y críticas (sospechas) de charlatanería.

Nuestra convicción en la sobrevivencia del espíritu y en las implicaciones de la ley de causa y efecto, nos permite, igualmente, orar en silencio y hasta direccionar energías de amor y vibrar por esos pacientes (pases), durante el atendimiento. Podemos inclusive, encaminar al paciente a una casa espírita, si intuitivamente sentimos la necesidad del paciente y si tenemos posibilidades para ello.

Podemos utilizar como herramienta de confort el hecho de que algunos no han perdido totalmente la visión, resaltando la independencia que tienen aún con baja visión. Debemos siempre conocer los recursos disponibles y los últimos descubrimientos en cada caso, para orientarlos hacia la utilización de lupas y aparatos que amplifican imágenes y letras. Saber poner límites sobre los procedimientos siempre buscando el costo-beneficio para el paciente y, sobretodo, nunca dejar de dar esperanzas al paciente, porque a la velocidad en que los descubrimientos científicos caminan, de pronto puede aparecer una solución para su caso.

¿La Doctrina Espírita identifica, en su literatura, posibles causas para la ceguera?

Según el Espiritismo y el conocimiento que nos trae de la ley de causa y efecto y de la justicia divina, podemos decir que ella nos enseña que la ceguera se constituye en una poderosa herramienta de rescate y evolución para que aquellos que la tienen, dependiendo de la forma como cada individuo encara esa expiación o prueba.
Todo lo que se considera “caprichos de la suerte” por los que no creen en la reencarnación, no es más que el efecto de la justicia divina que no impone castigos arbitrarios, pues quiere que las penas este siempre en correlación con las faltas.

Si por un lado, por bondad Dios colocó un velo sobre nuestros actos pasados, por otro lado nos muestra el camino diciendo: “Quién mata por espada, por espada perecerá”, palabras estas que pueden ser traducidas así: La criatura está siempre sujeta a la ley de causa y efecto.

Por lo tanto, si alguien sufre el tormento de la pérdida de la vista, es que esta fue causa de su caída. Tal vez por su causa alguien haya perdido la vista a causa del exceso de trabajo que le impuso, o de maltrato, o de falta de asistencia, etc.

Es posible que el mismo individuo tomado de arrepentimiento haya escogido esa expiación. Quien haya leído Memorias de un Suicida, recordará que el protagonista cuando fue afectado por la ceguera solo después de mucho años en el plano espiritual, consiguió en una regresión de memoria, recordar una encarnación en la cual el, como alto dignatario de la Iglesia Católica, en la época de la Inquisición, había ordenado la prisión y la destrucción de los ojos de un antiguo desafecto, un rival que supuestamente le había quitado la novia… Y el demora mucho tiempo para prepararse a volver nuevamente ciego, fortaleciéndose en los conocimientos superiores para evitar una nueva caída en el suicidio.

Nada mejor para hablar sobre el aspecto consolador de la reencarnación sin el sentido de la visión que la comunicación del Cura d’Ars (J V Vianney), que se encuentra en el capítulo VIII de El Evangelio según el Espiritismo, cuando fue evocado en una reunión mediúmnica para atender a una joven ciega.

Destaca el renombrado espíritu, que los privados de la vista debían considerarse los bienaventurados de la reencarnación, recordando que el Cristo dijo que conviene más arrancarnos los ojos si ellos eran malos y que más valdría lanzarlos al fuego que ser la causa de nuestra perdición.

Y agrega que: “¡Oh! Sí, ¡qué felices son estos que en su expiación son castigados por la vista! Su ojo no será motivo de escándalo y de caída”.

Con estos conocimientos doctrinarios, muchas veces nos dejamos convencer de que todo lo que nos ocurre es consecuencia de algo que hicimos en otra encarnación, sin embargo, me gustaría recordar que no toda ceguera es causa y efecto, citando el pasaje del Evangelio de Juan 9:2 que cuenta lo siguiente: “Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él. Además de ser una prueba incontestable de que los discípulos de Jesús creían en la reencarnación, la respuesta de Jesús nos lleva a pensar: si el sufrimiento de ese ciego no es el pago de un débito, propio o ajeno, ¿Qué es entonces? Prestemos bastante atención a la respuesta de Jesús: “eso aconteció para que él se revelen las obras de Dios”.

¿Ustedes creen que Dios habría hecho que ese hombre naciera ciego y lo habría dejado en esa ceguera, quizás por unos 40 años, para que, en el momento dado, Jesús tuviera la ocasión de realizar uno de sus milagros de cura?

Si aceptamos esa explicación estaríamos reduciendo a Dios a una especie de tirano que se divierte con los dolores de sus súbditos. En verdad, Jesús declaró categóricamente que ese sufrimiento tenía una función positiva, acumular un crédito, tal como en el pasaje del Antiguo Testamento sobre el sufrimiento de Job. Cuando sus amigos, aunque pesarosos por sus dolores, lo consideran culpable, pues habían aprendido en la ley que tantas desgracias solo acontecían al pecador, ya que Dios no castiga a inocentes. A estas alturas, según el Antiguo Testamento, interviene el mismo Dios y rebate con palabras vehementes los argumentos de los pretensiosos exegetas del misterio del dolor: “¡Insensatos! ¿Qué estáis ahí vosotros adulterando con palabras tontas la sabiduría de mis planes?”. Dios declara que su siervo Job no sufre para pagar ninguna deuda negativa, de tiempos pasados, sino para acumular crédito positivo y glorias futuras.

Bioplasticidad cerebral. ¿Qué es, y como la misma ayuda a entender aspectos materiales del espíritu?

En fin, bajo prueba o expiación, Dios no nos deja nunca sin recursos para enfrentar la adversidad y la medicina hoy viene a comprobar eso a través de los descubrimientos científicos en el campo de la neurofisiología y de la neurolingüística, mostrándonos como el cerebro trabaja para compensar las deficiencias de los órganos de los sentidos y a eso le llamamos Bioplasticidad Cerebral. La plasticidad cerebral hace que, ante la falta de un sentido, los otros sentidos se agudizan.

Cuando el cerebro encuentra estímulos sensoriales, como el aroma del café de la mañana o el sonido de la bocina de un coche, esos estímulos son enviados hacia la región adecuada del cerebro para su análisis. El aroma de café va hacia el córtex olfativo, mientras que el sonido va hacia el córtex auditivo. Esa división del trabajo sugiere que la estructura del cerebro sigue un determinado modelo genético.

Sin embargo, hay pruebas de que las regiones del cerebro pueden asumir funciones que no estaban genéticamente destinadas a ejecutar. Un estudio realizado en 1996, con personas que quedaron ciegas al inicio de su vida, los neurocientificos mostraron que el córtex visual podía participar de una función no visual: la lectura en braille.

Recientemente, en estudio de neurocientificos del MIT (Harvard) muestra que en ciegos congénitos, partes del córtex visual son reclutadas para el procesamiento del lenguaje. El descubrimiento sugiere que el córtex visual puede cambiar radicalmente su función y ayudar al procesamiento visual del lenguaje, y también aparece para derrumbar la idea de que el procesamiento del lenguaje solo puede ocurrir en regiones cerebrales altamente especializadas, que son genéticamente programadas para tareas del lenguaje.

En su charla fueron citados los ejemplos de vida de los extranjeros Vincent Humbert y Jacques Luysseran, en la compresión de las deficiencias visuales. ¿Cuáles fueron las lecciones por las que ellos pasaron?

En mi opinión, la ceguera es una de las más complicadas y difíciles pruebas (o expiaciones) a enfrentar en una vida y la forma de lidiar con la ceguera difiere de persona a persona y, lógicamente, del grado de aprovechamiento de la prueba, así como la evolución adquirida con la misma.

Las dos historias que cité en el Mednesp se refieren a las diferentes maneras de enfrentar la prueba de la ceguera, ambas acontecidas en Francia.

Vincent Humbert, un joven bombero voluntario de 20 años, sufrió un grave accidente automovilístico en una carretera francesa el 24 de septiembre del 2000. Él queda en coma por nueve meses. Posteriormente se constató que había quedado cuadripléjico, ciego y mudo. El único movimiento que aún mantenía era una leve presión con el pulgar derecho.

Con esos movimientos, se consigue comunicar con su madre. La comunicación enseñada por profesionales de la salud del hospital, era hecha con una persona deletreando el alfabeto y el presionaba con el pulgar cuando quería utilizar esa letra. De esa manera conseguía armar las palabras.

Desde que consiguió hacerse entender, solicitaba que los médicos le practicasen la eutanasia, como forma de terminar con el sufrimiento que estaba pasando, pues el mismo, según su testimonio, era insoportable. Los médicos se rehusaron a practicarla, pues en Francia la eutanasia es ilegal.

Él hizo innumerables solicitudes, incluso hasta al mismo presidente francés, a través de una carta, en el sentido de hacer una excepción legal para su caso. El argumento era que si el presidente tenía la prerrogativa de indultar prisioneros, simétricamente, podría eximir de culpa a quien lo matase por compasión. Él también solicitó a su madre que hiciese el procedimiento.

Vincent escribe un libro, de 188 páginas, intitulado “Os pido el derecho a morir” (Je vous demande le droit de mourir) lanzado por la editora Michel Lafon, el 25 de septiembre de 2003. En ese libro, argumenta sobre su pedido y termina diciendo: “Mi madre me dio la vida, espero ahora de ella que me ofrezca la muerte. (…) No la juzguen. Lo que ella hace por mí es ciertamente la más bella prueba de amor del mundo”.

El día 26 de septiembre de 2003, la madre, Marie Umbert, de 48 años, cede a los pedidos del hijo y práctica la eutanasia, inyectándole una alta dosis de barbitúrico por la sonda nasogástrica. Vincent entra en coma y muere tres días después. Este caso está siendo muy discutido por la justicia francesa. Sin embargo, para nosotros, espíritas, con certeza este es un caso más de agravamiento de compromiso con la ley de causa y efecto.

Pasemos ahora con la interesante historia del francés Jacques Lusseyran, quien nace en París en 1924, y a los ocho años de edad pierde la vista en un accidente en la escuela. Sus padres resuelven mantenerlo en la escuela regular en vez de mandarlo a una institución para ciegos. En seis semanas aprende a leer en braille y es aceptado con reservas en la escuela regular, sin embargo todo sale tan bien que al final del año lectivo, le es concedido el primer lugar de la clase.

El joven Lusseyran fue un estudiante muy talentoso y se sentía especialmente atraído por la literatura y la filosofía, sin embargo creía que la materia más importante, el hecho de que el mundo no existe solo fuera de nosotros, sino también dentro, faltaba enteramente en la clase.

En la primavera de 1941, durante la ocupación de París por los nazis, Lusseyran forma parte del grupo de la resistencia llamado Los Voluntarios de la Libertad y editan un periódico, El Tigre.

En esa época, el más viejo del grupo tenía 21 años y Lusseyran, a los 17 años, se convierte en administrador del grupo, cuya tarea principal era entrevistar candidatos potenciales porque el poseía lo que sus compañeros llamaban “sentido común para los humanos”: él podía “ver”, en parte, por medio de la voz de la persona, en quien se podía confiar y quien resultaría un traidor.

En 1943, el grupo tenía 600 miembros y se une a la Defensa, uno de los cinco grandes grupos de la Resistencia Francesa, y Lusseyran se convierte en miembro del comité ejecutivo.

El 20 de junio de 1943, es detenido por agentes de la Gestapo. Él y otros miembros de su grupo son traicionados por el único hombre que él había contratado con desconfianza, pero prudente y suprimido. (Resalto aquí la importancia de seguir la primera intuición). En fin, él es enviado al campo de concentración de Buchenwald y liberado por el ejército americano, en abril de 1945. De los dos mil franceses del campo, él estaba entre los 30 sobrevivientes.

Terminada la guerra, trabaja como profesor en Francia, donde, a pesar de haber completado con excelencia su formación en Filosofía y Letras, en la Sorbona, encontró mucha resistencia para vencer una preconceptuosa ley, instituida por el gobierno de Vichy, que prohibía el ingreso de “inválidos” en cargos públicos.

Se muda para los Estados Unidos, donde se torna catedrático en una Universidad de Cleveland. Muere a los 47 años en un accidente automovilístico, dejando en su libro, La Ceguera - Una Nueva Visión para el Mundo, relatos que no son solo experiencias de un hombre en relación a la ceguera, sino que hablan respecto a cuestiones de interés universal.

Hoy, cuando el mundo sensorio es la única realidad que predomina, y los sentidos físicos son extremadamente valorizados, con la humanidad buscando captar la vida, el conocimiento y hasta el amor por medio de los cinco sentidos, el hecho de ser deficiente visual debe significar una dura prueba, levantando obstáculos a la capacidad de gozar la vida. Sin embargo, ese hombre no se deja abatir y nos da un testimonio de que hay muchas maneras de percibir el mundo y que la ceguera física nos puede llevar a otro grado de percepción del mundo.

En su libro, hace reflexiones y constataciones, sobre el sentido de la vista, que pueden abrir los horizontes y, porque no decirlo, a los ojos de todos nosotros, privados o no de la capacidad de percibir.

Ciertamente, el aceptó la advertencia de los filósofos, que dice: “Cuidado con la ilusión de los sentidos” y particularizando, “Cuidado con la ilusión de los ojos”. Aquí no es la visión quien está siendo acusada, sino el uso que se está haciendo de ella.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

ü  BANDUCCI, Luiza. El reajuste social del ciego. Trabajo (Conclusión del Curso) - IAPC, São Paulo,1951.
ü  BRASIL. Secretaria Salud del Estado. Institutode Salud, Servicio de Oftalmología Sanitaria. Laprevención de la ceguera. São Paulo, 1973. p. 6-9.
ü  HUMBERT, Vincent Je vous demande le droit de mourir. Ed. Michel Lafon, 2003.
ü  LUSSEYRAN, J. - Ceguera, una nueva visión delo mundo y del ciego en la sociedad. Ed. Associación BenefícienseTobías, São Paulo, 1ª edición - 1983
ü  PEREIRA, Yvonne A. Memorias de un suicida. Editora FEB, 1954
Lizabel Gemperli es médica oftalmóloga y vicepresidente de la AME-Mato Grosso do Sul. Esta palestra está disponible en DVD que puede ser adquirido en el sitio www.amebrasil.org.br


[1] Ambliopía: Disminución de la agudeza visual en un ojo sin que existan alteraciones orgánicas o patológicas que lo justifique. Nota del traductor.
Traducción al español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta – Colombia

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