Existe en nuestra psique una desconocida dimensión
Los fenómenos espiritistas han sido estudiados por diferentes científicos. Muchos de ellos, de prestigio internacional. Basta citar a los Premios Nobel, William Crookes y Charles Richet, para evidenciar la seriedad científica de tales investigaciones. Entre las personalidades que han tratado de encontrar la naturaleza de los fenómenos mediúmnicos se encuentra el psicólogo suizo, Carl Gustav Jung (1875-1961).
Jung, poseía una profunda erudición y una amplia cultura humanista. Durante los años comprendidos entre 1907 y 1912, fue el discípulo predilecto de Freud de quien se separó por discrepar acerca de la libido sexual. Para Jung, la libido era un seudónimo de la energía psíquica que tanto impulsa al ser humano hacia el instinto como hacia la más alta espiritualidad. Tras separarse de Freud definitivamente en 1913, creó la llamada Psicología Analítica y se dedicó a interpretar la alquimia, los símbolos, mitos y fenómenos parapsicológicos.
El primer contacto que tuvo Jung con el espiritismo fue en su época de universitario. Por aquel entonces, Jung tenía 21 años y leyó todo tipo de libros referentes al espiritismo que pudo conseguir, incluidos siete volúmenes del famoso clarividente, Swendenborg. Y en el verano de 1898, estando en casa de sus padres, presenció -por vez primera- la fenomenología paranormal. El tablero de la mesa del comedor se rompió inexplicablemente por la mitad y un cuchillo de acero, que estaba guardado en un cajón, se partió en cuatro trozos.
Estos hechos le impresionaron vivamente y le impulsaron a investigar el espiritismo. Algunas semanas después, unos familiares le invitaron a participar en las sesiones espiritistas organizadas en torno a una prima suya de 15 años que moriría a los 27 años de tuberculosis. Una vez dentro de este círculo, Jung acudió regularmente todos los domingos durante dos años a las sesiones. Y sus observaciones las expuso años después, en 1902, en su tesis doctoral titulada Psicología y patología de los fenómenos llamados ocultos, donde viene a concluir que los espíritus eran complejos del inconsciente personal, con un importante grado autónomo, del inconsciente personal
Los Siete Sermones a los Muertos
Durante el año 1916, diferentes fenómenos de polstergeist fueron presenciados por Jung y su familia en su vivienda de Küsnacht, Suiza. Su hija mayor vio una figura blanca atravesar la habitación y su otra hija le confesó asustada que algo había levantado su manta dos veces, mientras dormía. Luego, durante el día, el timbre de la puerta sonó estrepitosamente sin que nadie lo hubiese pulsado. Y en medio de este ambiente, Jung tuvo la sensación de que la atmósfera estaba enrarecida.
“Y de pronto -explica Jung en sus memorias- todo se llenó de espíritus. Estaban incluso bajo la puerta y se tenía la sensación de apenas poder respirar”. Naturalmente, le acuciaba la pregunta de qué es lo que pasaba. Y entonces ellos gritaron a coro:“Venimos de Jerusalén, donde no hallamos lo que buscábamos”. Ante este tipo de respuesta, Jung se sintió inspirado y durante tres tardes escribió el opúsculo gnósticoSiete Sermones a los Muertos. Los espíritus abandonaron el lugar una vez que terminó esta pequeña obra en la que -según el propio Jung- se preludiaba lo que tenía que comunicar al mundo acerca del inconsciente.
Jung era también médium
El empirismo científico de Jung le llevó a investigar de 1920 a 1925, diferentes fenómenos de psicocinesia, telecinesia y ectoplasmia producidos por el gran médium, Rudi Scheneider. También investigó al médium O. Schel. Pero además de la colaboración de estas dos personas, Jung pudo analizar, de una manera más directa los fenómenos espiritistas, en su propia persona. Como ya ha quedado de manifiesto, Jung a sus 41 años constató que era médium en el suceso de los Siete Sermones a los Muertos.
Pero a lo largo de su vida, Jung experimentó muchos otros fenómenos. Encontrándose solo en su torreón suizo de Bollingen a comienzos de 1924, escuchó, durante más de una hora, diferentes sonidos rítmicos que parecían provenir de los objetos existentes dentro del torreón, pero también de las plantas del jardín. Sonidos que denominó como melodías de la naturaleza. Y poco tiempo después, en la primavera de ese mismo año, mientras dormía tranquilamente en Bollingen, ruidos de pasos, risas y charlas le despertaron. Pero, al mirar a través de la ventana, descubrió que no había nadie fuera. Intrigado, preguntó a los lugareños que le contestaron que quienes le habían despertado formaban parte del “ejército de Wotan, de las almas descarriadas”, espíritus que solían rondar por aquellos lugares frecuentemente.
Y en 1944, a la edad de 69 años, Jung sufrió un infarto cardíaco durante el cual tuvo una experiencia extracorporal. De pronto se encontró en pleno espacio. Divisaba varios continentes desde una distancia -que luego comprobó- de casi 1.500 kms. de altura. Y en este estado encontró en el espacio una roca con un santón que le sirvieron para autoconocerse mejor. Pese a encontrarse muy bien fuera de su cuerpo, se vio obligado a regresar y durante tres semanas quedó defraudado al ver que estaba vivo. Y durante la convalecencia experimentó también diferentes fenómenos subjetivos o Psi-Gamma.
Igualmente, Jung llegó a ver el fantasma de su mujer y el de un maestro chino llamado Lau Nai Süan que había iniciado a Richard Wilheim, en el conocimiento de la filosofía del yoga chino y de la psicología del I Ching, libro que Wilheim traduciría y comentaría en su edición alemana y que fue prologado por Jung. También habría que mencionar que Jung tuvo diversas precogniciones así como visiones hipnagógicas ectoplásmicas.
La explicación junguiana del Espiritismo
Las primeras conclusiones de Jung acerca del espiritismo se encuentran en la ya mencionada tesis doctoral de 1902, así como en el ensayo titulado Los Fundamentos Psicológicos del Espiritismo que data de 1919. Posteriormente, complementó estas explicaciones con su teoría de la «sincronicidad» expuesta, con la ayuda del Premio Nobel de Física, W. Pauli, en la obra La Interpretación y Naturaleza de la Psique (1952). Y, por último, también se pueden encontrar algunas opiniones sobre los fenómenos mediúmnicos en sus memorias. El espiritismo nace a finales del siglo XIX, en plena época racionalista. Incluso se dio la coincidencia que, en el mismo año en que suceden los mensajes tiptológicos con las hermanas Fox, Carlos Marx publica El Manifiesto Comunista (1848). El materialismo científico y el marxismo marginaron y hasta desecharon como absurdas a las creencias religiosas. Lo irracional y lo espiritual quedó aplastado por la diosa Razón. Esta preponderancia, en la cultura colectiva, de unos presupuestos materialistas y totalmente racionales, motivó una respuesta complementaria psíquico-espiritual surgida de las capas más profundas y arcaicas de la psique humana (llamada por Jung, Inconsciente Colectivo). Pues bien, entre los diversos movimientos espiritualistas que surgieron impetuosamente, como queriendo contrarrestar al materialismo, apareció el espiritismo.
El Inconsciente Colectivo, puede considerarse como aquel trasfondo de la psique donde se encuentran sintetizadas todas las creencias, impulsos, pautas de conducta y vivencias de la Humanidad a lo largo de su historia. Sus contenidos estructurales, los arquetipos, son núcleos energéticos que penetran de múltiples maneras, y siempre de forma arquetípica, en el campo de la consciencia.
Los arquetipos, precisamente por disponer de energía psíquica ya en sí, pueden fascinar al ego y apropiarse de la energía psíquica accesible por la consciencia, por el ego. Entonces se puede crear una disociación de la personalidad. Pues bien, serían, fundamentalmente, los arquetipos de la inmortalidad, de la magia y el de la reencarnación, junto con el arquetipo de los espíritus, quienes provocarían las manifestaciones mediúmnicas. Estos arquetipos, impulsarían a los contenidos afectivos del inconsciente personal (deseos, pensamientos, lecturas olvidadas, sentimientos, etc.) a salir del estado represivo en el que se encuentran. Arquetipos y contenidos afectivos del inconsciente personal saltarían al campo de la consciencia y se apropiarían de la energía psíquica del ego. Esto motivaría disociaciones de la personalidad y los fenómenos mediúmnicos quedarían al descubierto.
La percepción extrasensorial (telepatía, clarividencia, precognición, retrocognición, etc.) han sido explicadas por Jung con su teoría de la sincronicidad. Según Jung, existe en nuestra psique una parte que puede acceder a una especie de quinta dimensiónpsicoidea en la que existe un continuo espacio-tiempo y donde no existe la ley de causa y efecto. La teoría de la relatividad de Einstein y los últimos descubrimientos de la física cuántica así parecen presumirlo. Nuestro inconsciente puede acceder a esta esfera psicoidea sobre todo en los estados de trance mediúmnico e hipnótico, y provocar con ello, fenómenos de sincronicidad. Y entre éstos hay que incluir a los fenómenos espiritistas. Esta es, muy resumida, la aportación de Jung en el campo de las investigaciones sobre el Espiritismo.
Ángel Almazán de Gracia
Publicado en la revista Karma 7
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"El respeto es la base; no puede haber confianza, no puede haber amor, no puede haber amistad, si antes no hubiese respeto."
( desconozco el autor )
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SONAMBULISMO
Facultad intrigante poco debatida
Una neozelandesa consiguió dirigir y enviar mensajes (1) por el celular (mientras “dormía” al volante), en completo estado de trance sonámbulo (2). He aquí un tema desafiador para la reflexión espirita, por cuanto el sonambulismo [del latín somnus- sueño y ambulare= marchar, pasear] consiste en un estado de emancipación del alma más completo que el sueño. El sueño es un sonambulismo imperfecto. En el sonambulismo, la lucidez del alma, esto es, la facultad de ver, que es uno de los atributos de su naturaleza, es más desenvuelto. El alma ve las cosas con más precisión y nitidez, el cuerpo puede actuar bajo el impulso de la voluntad del alma. El olvido absoluto en el momento del despertar es una de las señales características del verdadero sonambulismo, visto que la independencia del alma y del cuerpo es más completa que en el sueño.
Allan Kardec informa en la introducción del libro de los espíritus que se interesó por el sonambulismo y magnetismo desde su juventud. En aquella época el tema era observado en todo el continente europeo, despertando interés académico en numerosos estudiosos. El Marqués de Puysegur, uno de los más célebres discípulos de Franz Antón Mesmer, provocaba la “crisis Hipnótica” y aprovecho ese periodo de “sueño provocado” para curar a sus pacientes. Durante el trance, ciertos sonámbulos podían dictar recomendaciones sobré el diagnóstico y el tratamiento de enfermos allí presentes.
El siglo XIX, por tanto, más allá de despertar el interés de la comunidad científica, el “magnetismo” fue bastante estudiado en las obras espiritas. El Codificador, un investigador del magnetismo desde los 18 años de edad, redefinió algunos conceptos sobre el tema. Palabras como “espíritu” y “médium” ya existían, entre tanto Kardec les dio otra acepción visando estratificar los marcos de la Doctrina que venía al mundo bajo las orientaciones de los Instructores desencarnados.
El “médium” en la concepción hipnotizadora, significaba una persona que se colocaba bajo el control de un magnetizador. Todavía, Kardec anota en el cap. XIV de El Libro de los Médiums que “médium” es todo aquel que siente, en un grado cualquiera, la influencia de los espíritus.
Comparemos el término “médium sonámbulo”: para los seguidores de Mesmer era una facultad que permitía a una persona entrar en trance sonámbulo bajo la influencia magnética. Kardec al estudiar el tema percibió algunas variables del trance sonámbulo. Primero percibió cuando el sonámbulo actúa espontáneamente bajo la influencia de su propio Espíritu (animismo) es la propia alma que, en los momentos de emancipación, ve, oye y percibe, fuera de los límites de los sentidos. Por otro lado, el médium sonámbulo, puede ser instrumento de una inteligencia extraña; cuando es pasivo y lo que dice no viene de sí. En suma, el sonámbulo expresa su propio pensamiento, mientras que el médium expresa el de otra.
Recordando aquí que el espíritu que se comunica con un médium común igualmente puede hacerlo con un sonámbulo; porque el estado de emancipación del alma facilita esa comunicación. Muchos sonámbulos ven impecablemente los espíritus y los presentan con tanta exactitud, como lo hacen los médiums videntes. Pueden dialogar con ellos y transmitirnos sus ideas. Lo que narran, fuera del ámbito de sus conocimientos particulares, les es con certeza recomendado por otros Espíritus.
En Brasil el sonambulismo aun es poco comprendido porque es raramente investigado, de ahí la dificultad de muchos dirigentes de reuniones mediumnica en identificarlo. Infelizmente es un tema menospreciado por la mayoría de los espiritas. Conocemos el caso de un sonámbulo que se cayó desde el séptimo piso del edificio en el que residía. El infeliz cayó sobre la copa de un árbol y solo se dio cuenta al despertar cuando llegaba a la casa de socorro con la medula completamente dañada. Nunca más consiguió andar. Existen muchas personas bajo el impacto de las crisis de sonambulismo.
Entendemos que el asunto merece ser examinado y debatido con más frecuencia, mirando el abrigo y socorro a los portadores de esa facultad, que muchas veces padecen inmensas dificultades, por no haber mayor número de estudiosos para socorrerlos.
Como percibimos el sonámbulo natural es espontaneo al paso que el sonambulismo magnético es voluntario y por eso puede ser provocado. Uno no suprime al otro ya que, en ambos persiste la facultad del alma en emanciparse, ocurre apenas otra directriz, que disciplina el fenómeno. La educación mediumnica también permite al médium que, por su voluntad, ella tenga control voluntario sobre el espíritu que va a manifestarse por él.
Siendo así, puede considerarse el sonambulismo como siendo una variedad de la facultad mediumnica. Ambos caminan juntos y, en los dos fenómenos encontramos al alma, emancipada y libre para manifestarse. Reiteramos que el sonámbulo actúa bajo la influencia de su propio Espíritu, es su alma que, en los momentos de emancipación, ve, oye y percibe, fuera de los límites de los sentidos. El médium al contrario, como dije antes, es instrumento de una inteligencia extraña; es pasivo y lo que dice no viene de sí. El sonámbulo expresa su propio pensamiento, mientras que el médium expresa el de otro. Los Sonámbulos son médiums independientemente de entrar en trance anímico y, en esa condición, “incorporan” espíritus sufridores, o no, más lo hacen también en el transcurso de ese trance, cuando se desdoblan y ocurre la psicofonía sonámbula. Pasan, así, del trance anímico al trance mediúmnico.
Enfatizamos que la deficiencia en el de estudio de esa facultad es una falta gravísima en el movimiento espirita, cara a los expedientes que proporciona el auxilio a espíritus que padecen, sea porque el médium, en trance, se desplaza a regiones distantes, o próximas, donde existen intensos sufrimientos, sea porque lo permite “[cuando los Mentores espirituales concuerdan con la aplicación de ese recurso] someter al espíritu rebelde a la regresión de la memoria, cuando “incorporado” al médium en trance sonámbulo y, en casos así, el actúa en la condición de médium, ejercitando la psicofonía sonambulica.” (3)
El sonámbulo puro, cuando cae en manos desavisadas, puede producir bellos fenómenos, más es menos útil en la construcción espiritual del bien. Por cuanto, “la psicofonía inconsciente, en aquellos que no poseen méritos morales suficientes para la propia defensa, puede llevar a la posesión, siempre nociva, y que por eso, apenas se evidencia integral en los obsesos que se rindieron a las fuerzas vampirizantes.” (4)
-Jorge Hessen-
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DE LAS MEMORIAS DE AMALIA
DOMINGO SOLER
La Tierra es un vergel de flores; sólo en sus troncos guarda las espinas, y esos troncos y espinas no los confecciona Dios, sino que son la obra de vuestras imperfecciones. Cuando el hombre quiera ser feliz, lo será; su felicidad consiste en el sagrado cumplimiento de sus deberes. Cuando el hombre comprenda que su paso por la tierra es un trabajo de prueba, empezará su verdadera labor, fatigando el cuerpo y ensangrentándose las manos, para arrancar las espinas del tronco de la inmortalidad, del orgullo, la envidia, etc., que él mismo ha fabricado.
Es un trabajo duro, pero para dejar el planeta limpio de imperfecciones, la obra ha de ser puramente vuestra.
El hombre, sólo él es quien ha hecho crecer las espinas; sólo él ha convertido ese jardín en un campo árido y sin placer ninguno. Pero el hombre se cansará de sufrir, sí; se cansará de llorar, y fatigado en la playa" de su vida, escuchando el lenguaje de su conciencia, empezará su redención. Después de redimido bendicirá los contratiempos de la vida; bendecirá la tierra ingrata que con el arado en la mano ha ido removiendo y socavando, buscando el fruto de la semilla que él mismo sembró. Entonces es cuando cada espíritu se encargará de quitar las piedras que ha puesto en su camino; entonces será el planeta Tierra ese vergel que os he mencionado antes, ¡Ah! y entonces ¡qué hermoso será descender a la tierra! Todo se regularizará y marchará como es debido que marche, porque vuestro mundo también está enlazado con la rueda de otros mundos. También a los otros planetas les ha tocado pasar por la misma rotación que el vuestro, y ahora disfrutan sus moradores de esa plácida calma que necesitan los espíritus para comprender a Dios.
Amalia Domingo Soler
Memorias
Es un trabajo duro, pero para dejar el planeta limpio de imperfecciones, la obra ha de ser puramente vuestra.
El hombre, sólo él es quien ha hecho crecer las espinas; sólo él ha convertido ese jardín en un campo árido y sin placer ninguno. Pero el hombre se cansará de sufrir, sí; se cansará de llorar, y fatigado en la playa" de su vida, escuchando el lenguaje de su conciencia, empezará su redención. Después de redimido bendicirá los contratiempos de la vida; bendecirá la tierra ingrata que con el arado en la mano ha ido removiendo y socavando, buscando el fruto de la semilla que él mismo sembró. Entonces es cuando cada espíritu se encargará de quitar las piedras que ha puesto en su camino; entonces será el planeta Tierra ese vergel que os he mencionado antes, ¡Ah! y entonces ¡qué hermoso será descender a la tierra! Todo se regularizará y marchará como es debido que marche, porque vuestro mundo también está enlazado con la rueda de otros mundos. También a los otros planetas les ha tocado pasar por la misma rotación que el vuestro, y ahora disfrutan sus moradores de esa plácida calma que necesitan los espíritus para comprender a Dios.
Amalia Domingo Soler
Memorias
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· ¿Que es la Fe razonada?
La fe razonada, es la que se apoya en los hechos y en la lógica, no deja en pos de sí ninguna oscuridad; se cree porque se está seguro, y no se está seguro hasta que se ha comprendido; esta es la razón porque es inalterable, "porque no hay fe inalterable sino la que puede mirar frente a frente a la razón en todas las épocas de la humanidad". A este resultado conduce el Espiritismo, y por esto vence a la incredulidad, siempre que no encuentra oposición sistemática e interesada. (Evangelio según el Espiritismo)
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