jueves, 18 de febrero de 2016

El trato a los animales


ESPÍRITUS DE MEDIANA 

CONDICIÓN.

LA Srta. ELENA MICHEL.

Joven de veinticinco años, muerta súbitamente en algunos minutos, en su habitación, sin
sufrimiento y sin causa conocida. Era rica, un poco frívola, y a consecuencia de la ligereza de su carácter se ocupaba más de las bagatelas de 1a vida que de las cuestiones serias. A pesar de esto, su corazón era bueno. Era dulce, benévola y caritativa.
Evocada, tres días después de su muerte, por personas que la habían conocido, se expresó así:
“No sé dónde estoy... ¡Qué turbación me cerca!... Me habéis llamado, y vengo... No
comprendo por qué no estoy en mi casa... Se me llora como si estuviera ausente, y no puedo hacerme reconocer de todos ellos... Mi cuerpo no me pertenece, y sin embargo, lo siento frío, helado... Quiero dejarlo y estoy como sujeta. Vuelvo a él siempre. Soy dos personas... ¡Oh! ¿Cuándo comprenderé lo que me pasa? Es preciso que vuelva allá... ¿Qué sería de mi otro yo, estando ausente? ... Adiós.”

El sentimiento de la dualidad, que no está aún destruido por una separación completa, es aquí evidente.
Carácter poco serio, su posición de fortuna, permitiéndole satisfacer sus caprichos, debió favorecer sus tendencias a la ligereza. No es, pues, de extrañar que su desprendimiento haya sido poco rápido, y que tres días después de su muerte se sintiese todavía ligada a su envoltura corporal. Pero como no había en ella ningún vicio grave, y como en el fondo era buena, esta situación no tenía nada que fuese penoso y no duró mucho tiempo.
Evocada nuevamente algunos días después, sus ideas habían cambiado bastante. He aquí lo que dijo:

“Gracias por haber orado por mí. Reconozco la bondad de Dios, que me ha evitado los
sufrimientos y el temor del momento de separarse mi espíritu de mi cuerpo. A mi pobre madre le costará mucho resignarse, pero será auxiliada, y lo que a sus ojos es una terrible desgracia, era indispensable a fin de que las cosas del cielo viniesen a ser para ella lo que deben ser: todo. Yo estaré a su lado hasta el fin de su prueba terrestre, y le ayudaré a soportarla. No soy desgraciada, pero tengo todavía mucho que hacer para adelantar hacia la mansión de la bienaventuranza. Rogaré a Dios me permita volver a esta Tierra, porque tengo que reparar el tiempo que he perdido en esta existencia. Que la fe os sostenga, amigos míos. Tened confianza en la eficacia de la plegaria cuando sale verdaderamente del corazón. Dios es bueno.”
P. ¿Habéis estado mucho tiempo sin reconoceros?
R. He comprendido mi muerte el mismo día en que habéis rogado por mí.
P. Este estado de turbación, ¿era de sufrimiento?
R. No, no sufría, creía soñar y esperaba despertarme. Mi vida no estuvo exenta de dolores,
pero todo ser encarnado en la Tierra debe sufrir. Me he resignado a la voluntad de Dios, y me lo ha tomado en cuenta. Os estoy muy agradecida por las oraciones que me han ayudado a reconocerme.
Gracias, volveré siempre con placer. Adiós.

EL CIELO Y EL INFIERNO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.


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El hombre puede mejorarse hasta el límite que a sus capacidades ha puesto Dios. No seremos perfectos en toda la extensión de la palabra, porque  entonces seríamos iguales a Dios y eso no es posible.
- Luz espírita-

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     El trato a los animales

       Debemos considerar que los animales tienen un  Principio Espiritual, como alma formada y existente, inmersa en un proceso evolutivo que afecta a todos los seres en el universo,  y cuyo fin evolutivo, es el de  alcanzar algún día la etapa humana, ya que nuestro Espíritu, en un remoto pasado, también pasó por esa etapa evolutiva que ahora experimentan ellos, por lo que se comprende fácilmente que  resulta absolutamente inmoral darles un trato cruel o brutal. Las diversas especies
animales son nuestros hermanos menores en la evolución y no nos asiste ningún derecho  moral o natural para  causarles maltrato ni sufrimiento alguno.
       Quien maltrata a los animales, sin el más mínimo sentido de la compasión, normalmente sería capaz de hacerlo igual con  los Seres humanos, y desde luego no acredita en absoluto  que pueda ser una persona sensible y buena.
           Por nuestra naturaleza animal, muchos todavía necesitamos alimentarnos de carne de los animales, aunque esta no es del todo indispensable  para el mantenimiento y equilibrio de la salud humana, pero el  tener que sacrificar animales para consumo humano, no justifica  el tener que hacerlo brutalmente, infringiéndoles  maltratos  injustificados e innecesarios durante su vida y su muerte  y sin ninguna compasión.
           No debemos obviar el  que a pesar de los instintos naturales  y salvajes que portan en su alma, los animales son criaturas totalmente inocentes  que en su ignorancia y simplicidad nos tienen  temor, respeto, y hasta gratitud cuando les hacemos el bien.
            Lo que digo a continuación, y lo siento por los aficionados a la  caza  y pesca “deportiva”, que se practica como afición para abatir o “cobrar piezas”, solo por “hobbi”, sin un motivo  o necesidad alimentarias. Este “deporte”  manifiesta el instinto ancestral de cazar para comer, proveniente de nuestra remota etapa animal, solo que ahora ya no es para comer, sino por “afición”, “hobbi” o “deporte”.  Por mucho que los intereses de un gremio trate de justificarlo, no dejan de ser actividades moralmente negativas porque con ellas se destruye sin necesidad la vida de otros seres, y porque  estas actividades en esencia son totalmente innecesarias para la vida y supervivencia humana.   Estas actividades que se basan en el sacrificio de estos seres vivos en los que ya rige un Principio Espiritual, resultan gratificantes para el Ser humano de instintos primarios y sanguinarios, que como máximo exponente de la crueldad en la Naturaleza, el hombre es el único predador  que mata por matar, sin una justificación vital,  incluso a sus semejantes  por motivos de guerras, celos, etc,  y  sin embargo todos los seres vivos, tienen derecho a la vida que Dios les ha dado. 
Estas actividades tienen el agravante de que en muchísimas ocasiones, los animales abatidos no solamente han muerto para diversión de sus matadores, sino que sus cuerpos no alimentan a nadie; solo sirven de alimento a los gusanos porque muchas veces  el producto de  grandes “cacerías y pesquerías”   terminan en los vertederos de basura, mientras que hay por todo el mundo tantos seres humanos que llegan a morir de  hambre.  Moralmente algo se remediaría en este estado de cosas, si se legislara y canalizaran  debidamente estos recursos para paliar algo estas  necesidades humanas, pero priman sobre todo los egoísmos, los intereses económicos y sobre todo la impiedad.
 Por otro lado, el ejercicio de la caza lleva paralelo el frecuente maltrato a los perros  y caballos que muchas veces se utilizan en ella, pues al final de cada temporada, cuando se considera que ya no sirven, muchas veces  también terminan siendo asesinados  por sus propios dueños, sin piedad y sin escrúpulos, que los tratan solamente en miras a su utilidad, como elementos que se destruyen cuando no son  útiles a sus fines.
Esto del maltrato animal,  también lo siento por los aficionados a la popular fiesta taurina que se celebra especialmente en España y algunos otros países. Hay que reconocer que a veces  el toreo es una expresión de arte y de valor, pero el arte se puede manifestar de muchas otras formas y el valor auténtico es el que se debe
demostrar ante las pruebas de la vida, no el que por un momento de elevada adrenalina se muestra ante un toro  acorralado que ataca para defenderse. Sin embargo es innegable que se trata de un divertimento con el espectáculo sangriento de un animal herido  que pelea por su vida, y  de otra parte con el riesgo de la persona que se juega la vida ante el toro herido. La llamada en España “Fiesta Nacional”, es lo más similar en cuanto espectáculo, al circo romano en donde la  sangre y la muerte de personas y animales era una diversión que exacerbaba los instintos más primarios.  Y no es solamente la crueldad  para con los  animales lo que señalo como  negativo, sino el hecho de que  una masa humana en este siglo que vivimos, se divierta y se enardezca ante el “espectáculo” de la sangre, del mismo  modo como lo hacían nuestros antepasados en el circo romano, considerando que tal vez aquellos espectadores que aplaudían a la sangre y a la muerte, quizás sean los mismos que hoy siguen haciéndolo en los
“festejos taurinos”.  Y por si esos "festejos "  fueran poco, aun hay fiestas donde la diversión es hacer sufrir al animal y al mismo tiempo jugarse la vida en una subida de adrenalina delante del toro.
Si muchos de estos aficionados a esta cruel tradición  vieran lo que es un toro bien tratado, se asombrarían y muchos cambiarian de opinión, pues un toro puede amansarse y ser cariñoso como un perro o un gatito. En el siglo XXI y de cara a un próximo cambio global  de esta humanidad hacia otra más espiritualizada, esto es algo que lógicamente está llamado a desaparecer más bien antes que después,
La crianza de animales para sacrificarlos  solamente por  sus pieles es otra aberración, pues disponemos de cantidad suficiente de tejidos sintéticos o de origen vegetal, para mantener una moda cada año, sin necesidad de esta tortura y esta explotación desalmada.
Y tampoco se puede dejar de mencionar esas peleas de perros o  de gallos, más o menos clandestinas, en las que el público ávido de sangre apuesta  auténticas fortunas.
Los circos, con su espectáculo de “fieras”, en las que estas aparecen en pista, generalmente algo “dopados”, pero en los que al igual que en los “toros”, los espectadores sienten el morbo de ver si termina la función sin que el hombre sea herido o muerto por “la fiera”. Lo mismo que debía sentir el público asistente a los circos romanos, ante la vista de la sangre y de la muerte. Este es otro aspecto negativo muy importante, y es común en la caza, los toros, las peleas de gallos o de perros....etc. Me refiero a los seres humanos que lo protagonizan como actores directos, que pueden actuar como verdugos maltratadores de los animales, o como víctimas esporádicas de ellos, o simplemente son espectadores ávidos de presenciar el riesgo y la sangre. Esta clase de  espectáculos sangrientos les exaltan las emociones negativas y le estancan al salvajismo de un mundo que debería estar ya en una etapa más adelantada en su evolución social y moral.
Los verdaderamente espiritistas y espiritualistas en general, debemos ir cambiando este estado de cosas, de modo que nuestro  trato con  los animales  siempre debe ser de respeto y consideración porque son seres que  permanecen en una cadena evolutiva inferior a la nuestra, aunque paralela e inmediata, pues como sabemos, la meta evolutiva del alma animal es la de llegar a forjar el Espíritu humano y  alcanzar su entrada en la  etapa humana,  encarnando  algún día a Seres humanos  como nosotros,   mientras que la nuestra es la de abandonar  algún día nuestra etapa humana actual  que todavía porta restos de su anterior etapa animal,  y alcanzar finalmente  la Angelitud.
          Y si el trato con los animales debe ser respetuoso, compasivo y protector, resulta obvio cómo debe de ser siempre para con las personas:  debemos desterrar para siempre la violencia , el egoísmo y la falta de Amor, tomando conciencia de que  por la Reencarnación y la Ley de Consecuencias, el bien o el mal que hagamos a los demás nos lo estamos haciendo a nosotros mismos y el maltrato o sufrimiento causado al animal, también tiene sus consecuencias.   
          Si realmente anhelamos la paz en el mundo, debemos tenerla en primer lugar nosotros mismos, y manifestarla a nuestro alrededor mediante nuestros actos de Amor y Caridad hacia todo y hacia todos.

- Jose Luis Martín -

  

“Si ves tratar con crueldad a un niño o a un animal, es tu deber defenderlos”

                                                 -Krishnamurti-

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 SI HAY TANTAS EVIDENCIAS A FAVOR DE LA REENCARNACIÓN, ¿POR QUÉ NEGARLA?
 Reencarnar es el regreso continuo de un mismo Espíritu a la vida en diversos cuerpos. Reasumir la forma material es una ley tan natural como el nacer, vivir o desencarnar. Mas, si es tan evidente el fenómeno ¿ porque,entonces, la mayoría de los científicos lo desconoce?”El motivo es simple: la
ciencia aun está bajo ese yugo del materialismo y no consigue explicar todo. El conocimiento científico es limitado, aunque es progresivo. Las verdades aceptadas por las academias son consecutivamente efímeras y provisorias. Ni precisa ser un científico hoy para considerar normales los numerosos fenómenos que hace menos de 6 siglos eran totalmente ignorados por los científicos: el movimiento de la Tierra, las partículas subatómicas, la composición química del agua, etc.
Diariamente el científico revé sus tesis de la víspera. Con todo, el conocimiento humano solo avanza a través de la pesquisa y, efectivamente, los que niegan la teoría de la reencarnación jamás la estudiaron cuidadosamente. Entretanto,algunos científicos de renombre que la investigaron concluyeron en que se trataba de un hecho innegable: Thomas Edson , William Crookes , Charles
Richet y tantos otros pesquisidores que confirmaron científicamente los mecanismos de la pluralidad de las existencias , a ejemplo de Ian Stevenson,Brian L. Weiss, H. N. Banerjee, Erlendur Haraldson, Hellen Wanbach, Edith Fiore
,Pierre Marie Félix Janet , Hemendra Nath Banerjee, Milton H. Erickson, Morris Netherton , Amit Goswami, Jünger Keil, Fenwick, Harold G. Koenig, Jim Tucker,Hernani Guimarães Andrade, Hermínio Correa de Miranda, que consiguieron
resultados notables sobre la tesis reencarnacionista.
El pesquisador Trutz Hardo narra en un libro de su autoría, intitulado “"Niños que han vivido antes: Reencarnación de Today” la historia del niño de 3 años de edad, de la región de las Colinas de Golã (frontera entre Siria e Israel), que afirmó haber sido asesinado con un hacha en su vida anterior.
Sorprendentemente el chaval indicó los lugares donde su cuerpo fue enterrado y el local donde fue ocultada el arma del crimen. A través de excavaciones fueron encontrados un esqueleto de un hombre y de un machete. El niño
también recordó el nombre completo do su asesino que ante las excepcionales evidencias asumió el homicidio. [1]
La historia y la constatación de los hechos relatados por el chaval de la ciudad de Gola fueron testimoniadas por el Dr. Eli Lasch, conocido por desarrollar un sistema médico de Gaza como parte de una operación del gobierno israelíes en
la década de 1960. La noticia fue bastante compartida en las redes sociales a inicios de 2015, después de haber sido publicada en la versión brasileña en el site inglés Epoch Times. Entretanto, hay quien afirma que“ no pasa de un
engaño”, según el punto de vista del oscuro analista de sistemas (idealizador del site www.e-farsas.com).
Dice el “notable” detective virtual que “cada uno cree en lo que quiere, mas no hay ninguna prueba científica de que la reencarnación exista de hecho. La historia publicada en el Epoch Times es una traducción de un artículo de 2014
sobre un libro de 2012 que narra un hecho contado por un médico que murió en 2009 y no puede ser comprobado. [2] Por tanto, el libro, el episodio, las pruebas cabales, los testimonios son mediocres, meros elementos de farsas,
ilusión, embustes, en la convicción del arrogante analista de sistemas que evidencia robusta ignorancia y total incompetencia para opinar sobre hechos que no comprenden su borroso “ojo vivo” virtual.
Recordamos al sumo detective virtual que varios científicos investigaron cuidadosamente casos de niños que relatan memorias de vidas pasadas.
Fueron verificados muchos casos en que los detalles dados por los niños (algunas veces con una precisión extraordinaria) corresponden a personas fallecidas. Porque, la reencarnación es una ley natural hace muchos milenios conocida como consta en un antiguo papiro egipcio: “Antes de nacer,la criatura ya vivió y la muerte no es el fin, La vida es un evento que pasa como el día solar que renace”. [3]
Las pesquisas sobre la Reencarnación no se limitan y ni cesan en las tesis de las personalidades antes anotadas.. Estudios sobre ese tema crecen,constantemente. La Física, la Genética, la Medicina, la Neurociencia y varias escuelas de la Psicología vienen siendo convocadas para ofrecer la
contribución de sus pesquisas. Mientras tanto, avisamos al lúdico y escéptico detective virtual que actualmente, muchas universidades internacionales,legítimas referencias máximas de la ciencia, ya poseen grupos de pesquisa sobre este importante tema. Seguramente llegará el día en que la
reencarnación también constará de aquella lista progresiva de asuntos comunes.
¿De dónde se origina mi convicción aquí expresa sobre esta cuestión? ¿En qué me baso para a afirmar con tanta seguridad? Cumple clarificar, que la preexistencia humana no ha sido componente de ilusión de los investigadores
de arriba: es una de las convicciones más antiguas de la Historia. Conforme referimos antes, un papiro egipcio de 5000 a.C. ya la menciona. Otro, más reciente, bautizado de “Papiro Ananá” (1320 a.C.), expone: “El hombre retorna
a la vida varias veces, mas no recuerda sus pretéritas existencias, excepto algunas veces en sueño. En fin, todas esas vidas le serán reveladas”[4]
En Grecia clásica, Pitágoras (580 a 496 a.C.), Ya divulgaba la palingenesia (reencarnación). En el diálogo Phedon, Platão cita Sócrates (469 a 399 a. C):
“Es, cierto que hay un retorno à la vida, que los vivos nacen de los muertos”.
Esta misma certeza consta en la mayoría de las religiones antiguas, como el Hinduismo, Budismo, Druidismo, etc. La reencarnación está señalada en la Biblia, veamos: Jeremías (1:4-5): “me fue dirigida la palabra del Señor en estos
términos: Antes que yo te formase en el vientre de tu madre, te conocí; y, antes que tu salieses de su seno, te santifique y te establecí profeta entre las naciones.”[5] O, en el Nuevo Testamento: “Yo os digo, sin embargo, que Elias ya
vino y no lo reconocieron.” (…) “Entonces los discípulos comprendieron que (Cristo) les había hablado de Juan Bautista.” [6]
La hipótesis de que tengamos una única vida es enteramente incompatible con la admirable perfección existente en todo el universo conocido. La insustentable idea de que “a los hombres está ordenado morir una sola vez,viniendo, depuse de eso el Juicio” [7] ni merece comentarios adicionales. La
concepción de que, después de la muerte del cuerpo físico, nuestras individualidades se pierden en un enigmático NADA es, ciertamente, risible,pues la gran jerga científica establece que en la vida “nada se crea, nada se pierde, todo se transforma”.
¿Por tanto, si tenemos tantas evidencias à favor de la reencarnación, que nos presentan contra la misma los opositores? Apenas la simple opinión de los académicos que endiosan a la densa materia y la de algunos oscuros y
decrépitos teólogos. Todavía, quieran o no quieran, les guste o no les roste a los que no creen e ignorantes, de aquí a algunos años, veremos a la Academia de la Ciencia, declarar esta admirable comprobación como, hace dos mil años,
Jesús informo a Nicodemo: “Es necesario nacer de nuevo”. 

 (Jorge Hessen)



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Amor, perdón, cura y autocura 


Entrevista con Andrei Moreira 
 
Dr. Andrei, ¿qué es la salud, la enfermedad, la cura y la autocura en la concepción médicoespírita?

La salud es entendida como el reflejo del equilibrio del ser en relación a las leyes divinas. En la visión espírita el hombre es un ser inmortal, alguien que preexiste a la vida física, que sobrevive al fenómeno biológico de la muerte y, a lo largo del proceso evolutivo, a través de la reencarnación, va creciendo, desarrollándose en dirección a Dios. La salud del cuerpo físico es un reflejo del nivel de equilibrio de ese espíritu en el proceso evolutivo ante el amor, lo bello y el bien. Entonces, la enfermedad es una señal interior de reequilíbrio, invitando al ser a reconectarse con el amor y con la fuente. Es un mensaje generado en lo más profundo de la realidad espiritual del ser y que se refleja en el cuerpo físico como una invitación a la reconexión con el amor, al desarrollo del auto-amor y del amor al prójimo. En esa visión, la salud y la enfermedad son construcciones del propio hombre y nadie es víctima de nada, sino de sí mismo, de sus propias decisiones, de sus propias elecciones, de aquello que decide y determina en su vida. Por lo tanto, toda cura es también un fenómeno de auto-cura, porque para que ella se instale definitivamente, es necesario que haya no solamente un alivio de los síntomas y una resolución del proceso biológico en el cuerpo físico, sino también una reformulación moral del pensamiento, del sentimiento y de la acción, haciendo que el ser sea transformado en profundidad, en consonancia con la ley divina, es decir, más en sintonía con la ley del amor.

¿El amor es, entonces, el camino para la cura?


El amor es el gran medicamento, es la gran finalidad de la existencia. En verdad, caminamos en dirección a Dios como el "hijo pródigo" de la parábola de Jesús, reconectando nuestra relación con el Padre y retornando hacia la casa de Dios, que, en verdad, está dentro de nuestro propio corazón, donde Dios está. Poco a poco, vamos haciéndolo, descubriendo nuestras virtudes, la grandeza íntima que hay dentro de nosotros, todo aquello que Dios nos dio como posibilidad evolutiva y que puede realizarnos plenamente. En ese contexto, el amor representa el movimiento medicinal por excelencia, como movimiento de respeto, de valorización, de inclusión y de consideración. Él nos trata las enfermedades del alma, que son orgullo, egoísmo, vanidad, prepoténcia, arrogancia y nos coloca en sintonía con la fuente, que es Dios, auxiliándonos a reconectarnos con el Padre. Desarrollar el amor es el camino más rápido, fácil y eficaz para la cura del alma y del cuerpo.

En los seminarios, usted presenta también el perdón como el camino para la salud integral.

Sí, el perdón es condición esencial para la salud. Sin el perdón, no hay paz interior, no hay salud ni física, ni emocional. Shakespeare decía que no perdonar o guardar rencor es cómo beber veneno deseando que el otro muera. El veneno actúa en aquel que lo guarda, que lo cultiva dentro de sí. Y el rencor actúa dentro de nosotros en semejanza a una planta que, una vez cuidada, cultivada, va creciendo, creando raíces, da flores, frutos y se multiplica. Y nosotros terminamos enredados en una serie de dolores emocionales, sin que ni sepamos, a veces, donde comenzó todo, porque vamos guardando las cosas dentro de nosotros, sin trabajar, sin dialogar, sin metabolizar emocionalmente aquello que estamos sintiendo, vivenciando. Cuando nos damos cuenta, la situación está en una cuestión muy profunda y muy grave.

Para que tengamos paz, es necesario que abracemos el perdón como un proyecto. El perdón es una decisión por la paz, que se traduce en actitudes para el establecimiento de dicha paz, en la comprensión de las cuestiones emocionales, de nuestras características personales, de las circunstancias que envuelven el acto agresor y de la responsabilidad y coresponsabilidad nuestra en el proceso. Él se produce como un proceso, porque no se da de la noche a la mañana. Él se construye a lo largo del tiempo y a través de actitudes sucesivas de búsqueda de esa metabolización emocional que, muchas veces, necesita de un acompañamiento terapéutico profesional, a través de un psicólogo que haga ese tratamiento íntimo y nos ayude a encontrar nuestras respuestas, sentidos y significados más profundos.

El perdón pasa también por la acogida y aceptación de nuestra humanidad y de la humanidad del otro, sobre todo, en la superación de los traumas, porque sólo aceptando la condición fundamental del ser humano, de estar en un proceso continuo de error y acierto, es que la gente se da cuenta de convivir con los equivocaciones del otro que nos hiere e incluso con nuestros mismos. Naturalmente, nosotros sólo hacemos por el otro aquello que hacemos por nosotros. Entonces, tan sólo conseguimos aceptar la humanidad del otro cuando aceptamos nuestra propia humanidad, cuando acogemos en nosotros nuestra capacidad de errar y recomenzar, abrazando el auto-amor como una propuesta de vida. El auto-amor es hijo de la humildad, una de las representaciones magníficas del amor divino, aquella decisión interna de acogernos, de tratarnos con ternura, compasión y con la benevolencia que nosotros necesitamos, aunque con la firmeza necesaria para domar nuestras pasiones y renovarnos de nuestros defectos que juzguemos necesarios. Entonces, el perdón es una actitud de conquista de ese estado de paz interior, a través de la comprensión de las circunstancias que nos envuelven y de la decisión por el amor.

En la actualidad, es muy importante el número de personas adictas a antidepressivos, ansiolíticos, bebidas, etc. ¿Qué podría decir a esas personas?

Toda dependencia es una búsqueda de aplacar el vacío interior a través de cosas externas. Pero ese vacío interior, que todos nosotros tenemos, sólo es aplacado por la presencia del auto-amor. El vacío es un vacío de amor, pero ese amor que nos falta no es el amor que viene del otro, es el amor que viene de dentro, es el amor que la gente puede darse. Entonces, para el tratamiento y la profilaxia de cualquiera proceso de dependencia, es importante enseñar a las personas a valorarse, a gustarse y respetarse. Estableciendo relaciones familiares honestas donde las personas dialoguen, conversen, estén atentas unas a las otras y compartan sus emociones, mostrándose, no de forma idealizada, sino de forma honesta, real, enseñando cada uno a ver, en todos nosotros, luz y sombra, belleza y fealdad, cosas positivas y negativas. Nosotros necesitamos aprender a acoger esos dos lados, aprendiendo a transformar aquello que no amamos en nosotros y a valorar y desarrollar aquello que hay de bueno, de positivo. La depresión pasa por la no aceptación de la vida. Hay un mensaje subliminal en el depresivo que es: "como no tengo la vida que deseo, no acepto la vida que tengo". Hay también un mensaje de la arrogancia, de prepotencia de creer que, hiriendo a sí mismo, hiere a la propia sociedad, hiere al mundo. Muchas veces, por detrás de la depresión, hay culpas y procesos auto-punitivos profundos, en virtud de la ausencia de la humildad, sin permitirse aceptar la vida como es y recomenzar cuántas veces sean necesarias para alcanzar la felicidad.

Revista "Ángel del bien" 
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