domingo, 14 de agosto de 2016

El Universo ilimitado




                  LAS LEYES DIVINAS

Porque el movimiento progresivo de la Humanidad sea inevitable, en razón de que está en 
la Naturaleza misma, no se infiere que Dios sea indiferente a él, y que después de haber establecido leyes haya vuelto a la inactividad, dejando las cosas seguir su curso por sí solas. Sus leyes son eternas e inmutables, no hay duda, así como su voluntad también es eterna y constante y su pensamiento anima todas las cosas sin intermisión. Este pensamiento divino, que a todo lo penetra, es la fuerza inteligente y permanente que mantiene en armonía al Universo. Si este pensamiento dejara de actuar un solo instante, el Cosmos podría compararse a un reloj sin péndulo regulador. 
Dios vela constantemente por la ejecución de sus leyes, y los espíritus, que pueblan el espacio, son sus ministros encargados de los detalles, conforme con las atribuciones inherentes a su grado de adelanto. 
*. El Universo es, a la vez, un mecanismo inconmensurable conducido por un número 
igualmente inconmensurable de inteligencias, un inmenso reino en el que cada ser inteligente se encarga de una parte del trabajo bajo la mirada del soberano señor, cuya voluntad única preserva en todos los sitios la unidad. Todo se mueve con los auspicios de esa gran potencia reguladora, todo funciona en perfecto orden. Lo que consideramos perturbaciones son movimientos parciales y aislados, anormales solamente debido a lo limitado de nuestra visión. Si pudiésemos abarcar el Todo, veríamos que esas irregularidades sólo lo son en apariencia, ya que armonizan con el conjunto. 
5. La Humanidad ha realizado hasta hoy indiscutibles progresos. Los hombres, gracias a su 
inteligencia, han obtenido resultados jamás alcanzados en lo que respecta a la ciencia, el arte y el bienestar material. Pero les queda aún por realizar un inmenso progreso: hacer reinar entre sí la caridad, la fraternidad y la solidaridad para asegurar el bienestar moral. No podían lograrlo con sus creencias, ni con sus instituciones vetustas -vestigios de otra edad-, adecuados a una cierta época, suficientes para un momento de transición, pero que, habiendo dado ya lo que podían dar, resultarían hoy una rémora. No es sólo el desarrollo intelectual lo que el hombre necesita, requiere elevación de sentimientos, lo cual, para lograrlo, es menester destruir en él todo lo que pueda sobreexcitar el egoísmo y la soberbia. 
EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC

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DROGAS
Están diseminadas por todo el planeta y  muchos  más entre los jóvenes.
Muchos cayeron en la droga por ignorancia, por buscar dentro de la droga algo superior, y muchos otros por inducción de los medios de comunicación.
Sin embargo, en realidad, la droga es algo enteramente nocivo,  no apenas para el cuerpo físico  o tridimensional, sino también  para la parte espiritual, a la cual la droga provoca también terribles daños.
Cuerpo físico:
Un joven que comienza a consumir drogas se transforma, en corto espacio de tiempo, en un decrepito, esto ocurre porque la droga afecta a las energías sexuales,  llevando al drogadicto primero al desinterés sexual y enseguida a la impotencia prematuramente.
Eso ocurre porque, al inhalarse la droga por la nariz o fumar, usa todo el aparato del sistema respiratorio y los yoguis saben muy bien que la respiración está conectada directamente con la función sexual,  con la energía sexual, y es lógico que se vaya consumiendo la energía sexual, de la cual se originan las otras energías del cuerpo (la energía sexual, esotéricamente hablando, alimenta la energía mental, emocional y vital del organismo), y es claro que, al desgastar esa energía, se acaba con la vida más rápidamente.
Las drogas  dejan una dependencia fisicoquímica  en el cuerpo, y,  en ausencia de ella, el cuerpo se resiente, por eso para alejar esos vicios  son necesarios tratamiento constante y mucha fuerza de voluntad.
Obviamente,  el auxilio espiritual en esos casos es esencial para el restablecimiento pleno o parcial del drogadicto.
Cuerpo vital:
Nuestras diversas energías en su conjunto son llamadas de cuerpo vital o eterico; una de sus expresiones es la popularmente llamada   Aura o Campo Vital,  que circunda el cuerpo físico.
El cuerpo vital  de una persona común y corriente, es resplandeciente, brillante, colorido y expandido.
El cuerpo vital de un drogado  se va descoloriendo,  desintegrándose.
Va perdiendo su brillo, hasta quedar  como un cadáver, fantasmagórico, una lámpara casi apagada, oscura.
Lo vital es lo que vitaliza, dando vida y reparando el cuerpo físico en los momentos  en que dormimos y descansamos.
Las drogas son profundamente dañinas para los canales de energía (en yoga esos canales se llaman nadis),  pues estos se rompen y, muchas veces, no se regeneran más, especialmente  los sutilísimos canales  energéticos cerebrales, y también aquellos ligados al transporte de la energía sexual para todo el organismo.
Cuerpo Astral:
Avanzando en nuestra investigación esotérica,  llegamos al cuerpo astral  o de deseos.
El cuerpo astral de un drogado anda como un loco desenfrenado.
Y si miramos dentro de este cuerpo, veremos los defectos psicológicos que llevamos dentro de nuestro interior, alimentándose y fortaleciéndose por medio de las drogas, en sana conciencia desearíamos destruir (ira, arrogancia, miedos, depravaciones etc.).
¿Quién de nosotros no se horroriza al ver en los noticiarios las bestialidades cometidas  por los viciosos, tales como estupros seguidos de asesinatos brutales y otros actos terribles?
¿Quién imagina que el cigarro causa menos maleficios a los cuerpos internos se engaña, pues al verificarse el cuerpo astral de un fumador,  se ve una energía densa  a su alrededor,  y la conciencia del fumador, que ya esta adormecida, queda dopada mucho más.
Conclusión: los más de  dos mil  productos químicos ingeridos en el cigarro son altamente dañinos   para los cuerpos y sus dimensiones!
Cuerpo Mental:
Avanzando un poco más en nuestra investigación, examinando el cuerpo mental y examinando el cerebro del cuerpo mental de un drogadicto: vemos totalmente destruidos los sutilísimos tejidos de este cerebro que van abriendo brechas  y destruyéndose a sí mismos.
El resultado es  la repercusión en la parte física, en la cual la persona se desequilibra y comete barbaridades por causa de ese desequilibrio mental,  por la ruptura del cuerpo mental.
Observe como el comportamiento, la lógica,  las palabras, el raciocinio del drogadicto es cada vez más des conexo y eso de  debe a  la degeneración del cuerpo mental.
Cuando los tejidos del cerebro del cuerpo mental se rompen totalmente,  no se pueden recuperar.
La energía mental, esotéricamente llamada de “río alfa”, que liga el cerebro del cuerpo mental  al cerebro físico es rota, y el desequilibrio entonces es total e irreversible.
Cuerpo causal:
Llegando por fin al cuerpo causal, observamos  que la Esencia, la Conciencia individual, comienza a sufrir las consecuencias de las drogas, viviendo adormecida, andando como un bebedor que va a caerse al suelo.
De esta forma se ve la Esencia de un drogadicto.
Analice los daños que las drogas causan a las personas que sufre de ese flagelo contemporáneo.
La persona debe trabajar para recuperarse, a partir de su propia energía, ella irá curándose poco a poco de todas las atrocidades que la droga  hizo en su vida, dejando “el cuerpo” en ruinas.
Aun mismo que la persona consiga  desprenderse del vicio,  no puede descuidarse.
“Ella es dependiente para siempre” dice Pedro Eugenio Ferreira, un psiquiatra en el Hospital San Lucas  y profesor de la PUC de Río Grande do Sur.
“Es como una vela  que quema solo hasta la mitad y guardamos en la cómoda. Si usted  la enciende a los 20 años, ella va a comenzar a arder  a partir del punto donde se apagó.  Ella no se restaura”.
“El ego es aquello que separa  al hombre de el mismo creando dos seres en uno, creando un conflicto entre dos energía  opuestas: materia y espíritu. El ego  es el  medio, es la separación, es el espacio que crea  la ilusión  de la materia opuesta al espíritu. Buda vio que la meditación eliminaría al ego” […]

Autor: Fernando Cordeiro

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COMUNICACIONES ESPIRITUALES

Mercedes Cruz Reyes

Sabemos que todo vibra é irradia en el universo, porque todo es vida, fuerza, luz. La naturaleza, en sus menores átomos, está penetrada de una energía infinita, manantial de todos los fenómenos. Así también, cada espíritu libre ó encarnado, tiene, según su estado de adelanto y de pureza, una radiación cada vez más intensa, más rápida, más luminosa.

La ley de las atracciones y de las correspondencias rige todas las cosas; las vibraciones, al atraer vibraciones similares, aproximan y unen los corazones, las almas, los pensamientos.

Nuestras codicias, nuestros malos deseos, crean en torno nuestro una atmósfera fluídica malsana, favorable á la acción de las influencias del mismo orden, mientras que las aspiraciones elevadas atraen las vibraciones poderosas, las radiaciones de las esferas superiores.

Tal es el principio de la evolución; el ser, posee la facultad de acumularse las fuerzas misteriosas de la naturaleza para elevarse con su auxilio y remontarse, de grado en grado, hacia la causa de las causas, hacia la fuente inagotable origen de toda vida.

La escala ascensional comprende planos sucesivos y superpuestos; en cada uno de ellos los seres están dotados del mismo estado vibratorio; de medios de percepción análogos que les permiten reconocerse unos á otros, en tanto que continúan invisibles, y aún muchas veces incognoscibles para ellos, los seres de los planos superiores, á consecuencia de su estado vibratorio más rápido y de sus condiciones de vida más sutiles y más perfectas.

Esto es lo que sucede entre los espíritus según sus diferentes grados de purificación, y lo mismo entre nosotros respecto á ellos. Pero, así como se pude ensanchar el campo de la visión humana con ayuda de los instrumentos de óptica, así mismo se puede aumentar ó disminuir el número de vibraciones hasta conseguir un estado intermedio, en que los modos de existencia de dos planos distintos, se combinen y entren en relación.

Para comunicar con nosotros, el espíritu tiene que disminuir la intensidad de sus vibraciones y activar al mismo tiempo, las nuestras. el hombre puede ayudarse con su voluntad; el punto que debe alcanzarse constituye para él el estado de mediúmnidad. Sabemos que la mediúmnidad, en la mayor parte de aplicaciones, es la propiedad que poseen ciertas personas de exteriorizarse á diversos grados, de desprenderse de su envoltura carnal, y de dar mayor amplitud á sus vibraciones psíquicas. Por su parte, el espíritu á quien la muerte .ha libertado, se envuelve en materia sutil y amortigua sus propias radiaciones para ponerse al unísono con el médium, Aquí son necesarias cifras explicativas. Admitamos, á ejemplo de algunos sabios, que las vibraciones normales del cerebro humano sean de número de 1,000 por segundo. En el estado de trance ó de desprendimiento, la envoltura fluídica del médium vibra con mayor energía y sus radiaciones llegan á la cifra de I,500 por segundo. Si el espíritu, libre en el espacio, vibra al mismo tiempo bajo la influencia de 2,000 vibraciones, le será posible, mediante una materialización parcial, rebajar este número á 1,500. Desde entonces, los dos organismos vibran simpáticamente y pueden establecerse relaciones, el mensaje del espíritu será percibido y transmitido por el médium en estado de trance.

Esta armonización de las incorporaciones tanta precisión y limpieza. En los demás estados de mediumnidad, el pensamiento del espíritu podrá comunicarse, igualmente, por medio de vibraciones correspondientes, aunque menos intensas que las vibraciones iniciales, así como una nota se repite de octavas en octavas, desde la clave más alta de la vibración armónica hasta la más baja.

En el hombre, la inteligencia y el desarrollo de cerebro están en correlación íntima. La una no puede manifestarse sin el otro. A medida que el se asciende en la escala humana, desde el más salvaje al más civilizado, la frente crece, el cráneo se ensancha, al mismo tiempo que la inteligencia se desenvuelve. Cuando el desarrollo exterior ha alcanzado su apogeo, el pensamiento aumenta el poder intenso del cerebro multiplicando sus líneas y trazando surcos. Dibuja estrías, circunvoluciones innumerables, eleva cimas. Hace del cerebro un mundo maravilloso y complicado, hasta el punto de que el examen de este Órgano, en el cual vibran aún las impresiones de la vida que acaba de huir, es uno de los espectáculos más cautivadores para el fisiólogo.

En esto tenemos una prueba de que el pensamiento trabajo y moldea el cerebro y de que hay entre ellos una íntima relación. El cerebro es el instrumento admirable, la clave de donde el pensamiento hace brotar todas las armonías de la inteligencia y del sentimiento. Pero, ¿cómo ejerce su acción sobre la materia cerebral? Pero el movimiento el pensamiento imprime á las moléculas del cerebro movimientos vibratorios de variada intensidad.

Ya lo hemos visto, todo en la naturaleza se resume en vibraciones, perceptibles para nosotros siempre que están en armonía con nuestro propio organismo, pero que nos escapan tan luego como son demasiado rápidas ó demasiado lentas. Nuestra facultad de visión y de audición es muy limitada; pero más allá del término que nos traza, las fuerzas de la naturaleza continúan vibrando con una rapidez vertiginosa sin que nosotros podamos percibirlo. Pues bien; lo mismo que los sonidos y la luz, los sentimientos y las ideas se expresan en vibraciones que se propagan, por la extensión, con intensidades diversas. Los pensamientos de odio y de ira, los tiernos llamamientos del amor, el lamento del desgraciado, los gritos de la pasión, los arranques de entusiasmo, van á través del espacio diciendo á todos la historia de cada uno y la historia de la humanidad. Las vibraciones de los cerebros pensantes, de hombres ó de espíritus, se cruzan y se entrecruzan hasta lo infinito sin confundirse jamás. En torno nuestro, en todas partes, en la atmósfera, giran y pasan como ríos sin fin, corrientes de ideas, oleadas de pensamientos que impresionan á los sensitivos y son á menudo causa de perturbación y de error en las manifestaciones.

Decimos hombres ó espíritus. En efecto, lo que el cerebro humano emite bajo forma de vibraciones, el cerebro fluídico del espíritu lo irradia en forma de ondas más extensas, de radiaciones que vibran con un ritmo más amplio y más potente, porque las moléculas fluídicas, más flexibles, más maleables que los átomos del cerebro físico, obedecen mejor á la acción de la voluntad.

Sin embargo, ese cerebro mortal, estos poderes dormitan ó vibran débilmente y alcanzan en los espíritus su máxi mun de energía. Una comparación nos hace comprender mejor este fenómeno.

Esta comparación, se encuentra en un bloque de hielo donde se hallan contenidas en estado latente todas las potencialidades que mantienen unidos los cristales de que se compone. Sometiendo el bloque á la acción del calor, desprenderéis de él fuerzas que irán en aumento hasta que llegando al estado de vapor, haya recobrado y manifestado todas las energías que en él se contenían. Nuestro cerebro puede compararse á ese bloque de hielo, vibrando débilmente bajo la acción limitada del calor, y el del espíritu al vapor que se ha hecho invisible porque vibra é irradia con demasiada rapidez para que nuestros sentidos puedan percibirlo.

La diferencia de los estados se complica con la variedad de las impresiones. Bajo la influencia de os sentimientos que los animan, desde la tranquilidad del estudio hasta los tormentos de la pasión, las almas y los cerebros vibran á diversos grados siguiendo diferentes rapideces; la armonía no puede establecerse entre ellos sino cuando sus ondas vibratorias se igualan como sucede con los diapasones idénticos ó en las placas del teléfono. Un cerebro de impulsiones lentas y débiles no puede armonizarse con otro cuyos átomos están animados por un movimiento casi vertiginoso.

Así, pues, en las comunicaciones espiritistas, la dificultad consiste en poner de acuerdo vibraciones y pensamientos diferentes. En la combinación de las fuerzas psíquicas y de los pensamientos entre. El médium y los experimentadores, por una parte, entre éstos y los espíritus por otra, reside toda la ley de las manifestaciones.

Las condiciones de experimentación son favorables cuando el médium y los asistentes constituyen un grupo armónico, es decir, cuando piensan y vibran al unísono. Por lo contrario, cuando los pensamientos emitidos, cuando las fuerzas irradiadas divergen, se contrarrestan, se anulan recíprocamente. El médium, entre estas corrientes contrarias, experimenta una turbación, un malestar indefinible; llega, á veces, hasta sentirse paralizado, aniquilado. En este caso, para que se produzca el menor fenómeno, se necesita una poderosa intervención oculta.

Cuando la armonía es completa entre las fuerzas emanadas de los asistentes, cuando los pensamientos convergen hacia un mismo fin, se presenta otra dificultad. Esta unión de fuerzas y de voluntades puede ser suficiente para provocar efectos físicos y aun fenómenos intelectuales que, con sobrada frecuencia, son atribuidos á la intervención de personalidades invisibles. He aquí, porque es prudente no creer en esta intervención sino cuando esté fundada en hechos precisos.

Muchas personas se asombran y vacilan ante las primeras dificultades que encuentran en sus tentativas para comunicar con los espíritus. Se preguntan por qué su intervención es cosa tan rara, tan poco concluyente, y por qué la humanidad entera no está familiarizada con un hecho de tanta importancia. Otras personas, prosiguiendo sus investigaciones, obtienen pruebas satisfactorias y se convierten en adeptos convencidos. Sin embargo, todavía objetan que los seres del espacio que les son especialmente queridos, parientes y amigos difuntos, á pesar de sus deseos ardientes y de sus llamamientos reiterados, no les han dado nunca el menor testimonio de su presencia, y esta decepción les deja un resto de duda, de incertidumbre penosa.

Ahora bien, todo experimentador ilustrado se explicará fácilmente la causa de que esas esperanzas hayan sido frustradas. Vuestro deseo de comunicar con un espíritu y un deseo igual por parte de éste, no bastan. Es menester, además, que otras condiciones determinadas por la ley de las vibraciones, se hallen reunidas. Sin la armonía de las vibraciones, no puede haber cambio de pensamientos.

Vuestro amigo invisible oye vuestros llamamientos y procura responderos. Sabe que para poder comunicar con vosotros, es necesario que vuestro cerebro físico y su cerebro fluídico vibren al unísono. Esta es la primera dificultad. Su pensamiento evoluciona con demasiado rapidez para que vos otros podáis percibirlo. Su primer cuidado será, pues, moderar sus vibraciones. Para esto será necesario un estudio más ó menos prolongado, y las probabilidades de éxito variarán según las aptitudes y la experiencia del operador. Si nada consigue, toda comunicación directa será imposible, y tendrá que confiar á un espíritu más fuerte y más hábil la transmisión de sus mensajes. Esto es lo que sucede frecuentemente en las manifestaciones. Creéis recibir el pensamiento directo de vuestro amigo, cuando no os llega sino con el auxilio de un intermediario espiritual. De ahí nacen ciertas obscuridades ó inexactitudes, imputables al transmisor y que os dejan perplejos, mientras que la comunicación, en su conjunto, presenta todos los caracteres de la autenticidad.
En la hipótesis de que vuestro amigo del otro mundo posea las facultades necesarias, tendrá que buscar un médium cuyo cerebro, por sus movimientos vibratorios, sea capaz de armonizarse con el suyo. Pero la variedad es tau grande entre los cerebros como entre las voces y los rostros, la identidad absoluta no existe. El espíritu tendrá que contentarse con el instrumento menos impropio para el resultado que se propone. Una vez hallado el instrumento, procurará desarrollar sus cualidades sugestivas. Podrá ser que lo logre en poco tiempo, pero, á veces, se necesitarán meces y años para llevar al médium al grado de sensibilidad necesario.
O bien vosotros mismos podéis ser los médium, los sensitivos. Si tenéis conciencia de vuestras facultades, si os prestáis á la acción del espíritu, llegaréis ciertamente al objeto que él quiere alcanzar. Para esto se necesitara á la vez paciencia, y perseverancia, continuidad y regularidad de esfuerzos. Estas cualidades ¿y las tendréis? ¿vuestra fuerza de voluntad será siempre igual, tendrá siempre la misma tensión? Si procedéis con incoherencia, hoy con ardor, mañana débilmente, de tal manera que, las vibraciones de vuestro celebro varíen en proporciones considerables, no tendréis porque admiraros de la diferencia, ni aún de la nulidad de los resultados.

Puede suceder que, sintiéndose incapaz de activar suficientemente, durante el estado de vigilia, las vibraciones de vuestro cerebro, vuestro amigo invisible recurra á la trance y procure, mediante el sueño, aceros inconsciente. Entonces vuestro espíritu se exterioriza; sus radiaciones se acrecientan, se extienden; la transmisión se hace posible; expresáis el pensamiento del espíritu. Pero, al despertar, no conservaréis ningún recuerdo, y serán los demás los que os enteren de lo que vuestra boca ha proferido.

Todos estos fenómenos están regidos por leyes rigurosas; cualesquiera que sean vuestras facultades, vuestros deseos, si no podéis satisfacerlos, vuestros parientes, vuestros amigos difuntos y todas las legiones invisibles procurarían en vano influir sobre vosotros. Pero he aquí personas desconocidas, hombres ó mujeres, que la casualidad parece poner en vuestro camino. Nada saben de estas cosas. Pueden no tener la menor, idea de la ciencia del Más Allá, y sin embargo, poseen un organismo que vibra armónicamente con el pensamiento de vuestros deudos, de vuestro hermano, de vuestra madre, y por su mediación, podéis tener con ellos conversaciones verdaderamente íntimas. A título de ejemplo, puedo citar el hecho siguiente. En medio de una conversación, se puede llegar a dormir con un sueño espontáneo y en estado de duerme vela y sin buscarlo podéis estar en contacto con algún ser espiritual que fuera de nuestra dimensión se acerca a saludarnos podéis sentir con gran sorpresa como se manifiesta, dando las más irrecusables pruebas de identidad, y con una efusión llena de ternura, que expresa las sensaciones, las emociones profundas que nunca habéis experimentado desde la hora de la separación de aquel ser querido pero ¡cuidado!. Sin buscar la situación ni provocarla pues solo se comunicaran estos familiares ya difuntos si tienen permiso de arriba por eso no podemos forzar la situación ya que seres indeseables haciéndose pasar por ellos nos pueden confundir o confundir al médium.

Del conjunto de los estudios sobre las vibraciones armónicas de los cerebros, se desprende una certeza. Esta es que, por la orientación y la persistencia de nuestros pensamientos, podemos modificar las influencias que nos rodean y ponernos en relación con fuerzas é inteligencias similares. Este hecho no es solamente exacto respecto á los sensitivos y á los médium; lo es también para todo ser pensante. Las influencias del Más Allá pueden irradiar sobre nosotros, sin que haya comunicación consciente con los seres que lo pueblan. No hay necesidad de creer en la existencia del mundo de los espíritus, ni de querer conocerle para sentir sus efectos. La ley de las atracciones es ineludible, y todo en el hombre, está sometido á ella. Por lo tanto, la crítica que se dirige á los espiritistas solo y exclusivamente á ellos, por sus prácticas, las fuerzas maléficas del universo, se desvanecen ante el hombre dependiendo de recibir las inspiraciones más diversas, desde las más sublimes hasta las más groseras. Nuestro estado mental es como una brecha por la cual pueden penetrar en nosotros amigos y enemigos. Los sensuales atraen á sí espíritus sensuales que se asocian á sus deseos, á sus actos, acrecentando su intensidad; los criminales llaman a los espíritus del asesinato que les impulsan más adelante en la senda del mal. El inventor es ayudado por los buscadores del Más Allá. El orador percibe imágenes que fijará en formas de lenguaje propias para conmover á las multitudes. El pensador, el músico, el poeta, recibirán las vibraciones de las esferas donde se rinde Culto á lo bello y a lo verdadero; almas poderosas les traerán los tesoros de la inspiración, el soplo que pasa por las frentes soñadoras y comunica el talento y el genio.

Así, de un plano á otro, el espíritu responde a los llamamientos del espíritu. Todos los planos espirituales están ligados entre sí. Los instintos de odio, de crueldad, de libertinaje, atraen á los espíritus del abismo. La frivolidad atrae á los espíritus ligeros, pero la oración del hombre de bien, su llamamiento á los espíritus celestes, se eleva y repercute de nota en nota, en ascendente escala, hasta las más altas esferas, al mismo tiempo que, de las regiones profundas del infinito, descienden sobre él las ondas vibratorias, los efluvios del pensamiento eterno que le penetran de una corriente de fuerza y de vida. El universo entero vibra bajo el pensamiento de Dios.

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             EL UNIVERSO ILIMITADO

Allí donde vuestros ojos admiran espléndidas estrellas bajo la bóveda nocturna, allí donde vuestro espíritu contempla irradiaciones magníficas que resplandecen en los espacios distantes, hace mucho tiempo que el dedo de la muerte extinguió esos esplendores,hace mucho que el vacío sucedió a esos deslumbramientos y ya recibe incluso nuevas creaciones aún desconocidas. La distancia inmensa a que se encuentran esos astros, por efecto de la cual la luz que nos envían emplea miles de años para llegar hasta nosotros,hace que recién ahora recibamos los rayos que ellos nos han enviado mucho tiempo antes de la creación de la Tierra, y que todavía los admiremos durante miles de años después de su desaparición real.
¿Qué son los seis mil años de la humanidad histórica frente a los períodos seculares? Apenas segundos de vuestros siglos. ¿Qué valor poseen vuestras observaciones astronómicas en relación con el estado absoluto del mundo? La sombra eclipsada por el Sol.
*. Por consiguiente, reconozcamos aquí, como en nuestros otros estudios, que la Tierra y el hombre no son nada comparados con lo que existe, y que las más colosales operaciones de nuestro pensamiento se trasladan con dificultad sobre un campo imperceptible en comparación con la inmensidad y la eternidad de un universo que nunca tendrá fin.
Y cuando esos períodos de nuestra inmortalidad hayan pasado sobre nuestras cabezas; cuando la historia actual de la Tierra se nos presente como una sombra vaporosa en el fondo de nuestros recuerdos; cuando durante siglos incontables hayamos habitado en esos diversos escalones de nuestra jerarquía cosmológica; cuando los más lejanos dominios de las edades futuras hayan sido recorridos por nosotros en innumerables peregrinaciones, entonces tendremos delante la sucesión ilimitada de los mundos y, como perspectiva, la eternidad inmóvil.
EL GENESIS 
ALLAN KARDEC

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Cuando las cosas no suceden tal cual las hemos planeado, lo peor que podemos hacer es tratar de forzar los acontecimientos para que suceda lo que queremos y lo mejor que podemos hacer es, respirar profundamente y dejarnos llevar por lo que Universo nos brinda.
- Mercy Ingaro -
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ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS PARA EJERCER CORRECTAMENTE LA MEDIUMNIDAD. Reflexión. 

POSITIVOS
Elevación moral. Conocimiento del mundo espiritual mediante la Doctrina Espirita. Paciencia. Fe en las habilidades. Meditad con asiduidad. Sabed lo que se está haciendo. Desarrollar el compromiso. Atesorar la abundancia de la vida: la espiritualidad, el humor, la alegría y la sencillez. 
Mantener el corazón alegre, amándonos a nosotros mismos y a todos los demás. Mantenernos sanos. Asistir a otros en sus momentos de necesidad. 
Estar preparados para ir allí donde a otros no les está permitido. 

NEGATIVOS: 
Evitad las discusiones irrespetuosas. Evitar a gente tosca y vulgar. Evitad una cobertura excesiva de los medios de comunicación. Evitad la obsesión. Nunca usar el don para dominar a otros y para engañar. 
Jamás divulgar lecturas personales. Evitad lo espectacular. Evitar la avaricia y materialismo. 
Jamás de deben forzar lecturas ni interpretaciones personales. 

Angeles.C.M.

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