sábado, 13 de agosto de 2016

MEDIOS DE COMBATIR LA OBSESIÓN






Algo acerca de la Mediumnidad 

y la Obsesión Espiritual:
La mediumnidad no es un don divino. La facultad mediúmnica es una oportunidad otorgada por los Hermanos de la Luz.Es en el trabajo desinteresado y bien encaminado del Médium, que este consigue la reparación y saldo de las deudas contraídas en encarnaciones anteriores.
   Resulta que la inmensa mayoría de las personas que nacemos con la mediumnidad, somos almas endeudas…almas enfermas…necesitadas de una sanidad moral y espiritual.
   Los primeros encuentros de esa persona enferma y endeuda, a veces desde niños, serán entonces, por la Ley Karmatica y la Ley de las Afinidades, con espíritus y almas también enfermas y endeudas. Esto no significa que esta persona no tenga también a su lado el amparo y la protección de guías, maestros, espíritus buenos, familiares y amigos.
   El llamado de la Doctrina Espirita a la Evangelización Moral en nuestra vida es constante. Pues solo la evolución y el trabajo individual y constante de cada uno, será lo que le traerá a su vida la sanidad total, y la felicidad que tanto anhela.
R.Formoso

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No importa que las cosas no surgieron como esperábamos en el día de hoy. Lo que importa en realidad es la actitud que asumimos al no ver nuestros planes realizados.

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                      ¿ Qué es el Aura ?.-

Es  la fotoesfera coloreada que  envuelve al cuerpo.  Viene a ser como  un halo de energía que nos rodea y aparece luminoso; este halo de luz  lo  emanamos de nuestro cuerpo  todos los seres  en mayor o menor grado de intensidad, aunque a simple vista la mayoría de las personas no lo apreciemos.
     En realidad existen tres auras diferentes en el caso del  aura humana, que  se  superponen  conformando como una sola:

     La primera es el Aura Vital, que corresponde al cuerpo vital que se  interpenetra en el cuerpo físico, al que rodea y sobrepasa en dos centímetros aproximadamente. Se la conoce como el “Aura de la Salud”, porque de su observación y análisis se pueden captar  y deducir dolencias físicas aun antes de que se manifiesten en el cuerpo físico. Esta aura se alimenta de las energías cósmicas  o Prana que capta el cuerpo físico a través de  los chacras,  los cuales la reciben  a través  de la alimentación y de la respiración. Esta aura “orgánica” es susceptible de ser fotografiada mediante  la “Cámara Kirlian”.  Como sabemos, el Cuerpo Vital es agente transmisor de energías entre el Cuerpo Psíquico y el Cuerpo Físico, lo cual  está acreditado por la existencia de enfermedades psicosomáticas en las que un conflicto psíquico se transmite al  organismo físico a través del Cuerpo Vital, y termina por generar una dolencia, tal como infartos de corazón, úlceras de estómago, cáncer, etc.

La segunda  aura es la del Cuerpo Astral o del Periespíritu, que tiene forma ovoidal, rodeando al cuerpo de la persona y sobrepasando a la anterior, con una extensión de entre diez y cuarenta centímetros, siendo más luminosa por su parte superior que es de una tonalidad más intensa y varía de color dependiendo del estado emotivo de la persona a cada momento, así como de los sentimientos y los deseos que esté   experimentando.

         La tercera es el aura del Espíritu que sobrepasa a las anteriores y tiene tonalidades fijas que reflejan el estado espiritual  evolutivo de la persona, según sea su  grado de inteligencia, amor y fortaleza espiritual. En Seres altamente evolucionados, esta aura tiene una gran extensión, llegando a irradiar hasta varios metros alrededor de su cuerpo. El aura espiritual es la que se representa  rodeando las imágenes de santos en los más antiguos libros sagrados, lo cual indica que la Videncia Psíquica, de la que hablamos en el próximo capítulo, es tan antigua como el ser humano.
     Todas estas auras son susceptibles de ser vistas y descritas por personas con la facultad psíquica adecuada para captar esta clase de videncias, aunque la mayoría de los humanos, con el debido entrenamiento y práctica podemos desarrollar esta  habilidad.
      - Jose Luis Martín -    



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"Algunas personas tienen amor por usted; otras tienen rabia. Lo que sienten no siempre depende de su comportamiento. Las reacciones, la mayor parte de las veces son justas; otras veces son injustas.
  Poco importa en enjuiciamiento de los demás. Los seres son tan contradictorios que es imposible satisfacerlos. Tenga siempre en mente, simplemente, ser auténtico y verdadero."
- Dalay Lama -

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           CAUSAS ANTERIORES  DE LAS 

                         AFLICCIONES

 Si bien hay males cuya primera causa es el hombre en esta vida, hay otros, por lo menos en apariencia, que le son completamente extraños y que parecen alcanzarlo como por una fatalidad. Tal es, por ejemplo, la pérdida de seres queridos y de los que son el sostén de la familia; tales son también los accidentes

que ninguna previsión puede evitar; los reveses de la fortuna que frustran todas las medidas de prudencia; las plagas naturales y las enfermedades de nacimiento, sobre todo aquellas que quitan a los infelices los medios de ganarse la vida con su trabajo, como las deformidades, el idiotismo, la imbecilidad, etc.

Aquellos que nacen en semejantes condiciones, seguramente,nada hicieron en esta vida para merecer una suerte tan triste, sin compensación y que no podían evitar, impotentes para cambiar por sí mismos y que les deja a merced de la conmiseración pública.

     ¿Por qué, pues, seres tan infelices, mientras que a su lado, bajo un mismo techo, en la misma familia, otros son favorecidos bajo todos los aspectos?

     ¿Qué decir, en fin, de esos niños que mueren en edad temprana y no conocieron de la vida más que el sufrimiento?

Problemas que ninguna filosofía pudo resolver aún, anomalías que ninguna religión pudo justificar y que serían la negación de la bondad, de la justicia y de la providencia de Dios, en la hipótesis de que el alma sea creada al mismo tiempo que el cuerpo y que su suerte esté irrevocablemente fijada después de una estada de algunos instantes en la Tierra. ¿Qué hicieron esas almas que acaban de salir de las manos del Creador, para soportar tantas miserias en este mundo y merecer en el futuro, una recompensa o un castigo cualquiera, cuando no pudieron hacer ni bien ni mal?

Sin embargo, en virtud del axioma de que todo efecto tiene una causa, esas miserias son efectos que deben tener una causa; y desde que se admita un Dios justo, esa causa debe ser justa, luego precediendo siempre la causa al efecto y puesto que aquella no está en la vida actual, debe ser anterior a ella, es decir, pertenecer
a una existencia precedente. Por otro lado, no pudiendo Dios castigar por el bien que se hizo, ni por el mal que no se hizo, si somos castigados, es porque hicimos mal; si no hicimos mal en esta vida, lo hicimos en otra. Esta es una alternativa de la que es imposible evadirse y en que la lógica dice de que lado está la justicia de Dios.

El hombre, pues, no es castigado siempre o completamente castigado, en su existencia presente; pero nunca se evade a las consecuencias de sus faltas. La prosperidad del malo sólo es momentánea y si no expía hoy, expiará mañana, mientras que el que sufre, sufre por expiación de su pasado. La infelicidad que en un principio parece inmerecida, tiene su razón de ser y el que sufre puede decir siempre: “Perdóname, Señor, porque he pecado”.

   Los sufrimientos por causas anteriores, son, con frecuencia,como los de las faltas actuales, consecuencia natural de la falta cometida; es decir, que por una injusticia distributiva rigurosa, el hombre sufre lo que hizo sufrir a los otros; si fue duro e inhumano,podrá a su vez ser tratado con dureza y con inhumanidad; si fue
orgulloso, podrá nacer en una condición humillante; si fue avaro,egoísta, o si hizo mal uso de su fortuna, podrá ser privado de lo necesario; si fue mal hijo, podrá sufrir con sus propios hijos, etc.

Así se explican, por la pluralidad de existencias y por el destino de la Tierra como mundo expiatorio, las anomalías que presenta la repartición de la felicidad y la infelicidad entre los buenos y malos en este mundo. Esa anomalía no existe en apariencia, porque se toma su punto de vista desde la vida presente;pero si uno se eleva con el pensamiento de manera que pueda abarcar una serie de existencias, se verá que cada uno recibe la parte que se merece, sin perjuicio de la que le es dada en el mundo de los Espíritus y que la justicia de Dios jamás es interrumpida.

El hombre nunca debe perder de vista que está en un mundo inferior, donde sólo es mantenido por sus imperfecciones. A cada vicisitud debe decirse que si perteneciese a un mundo más elevado,eso no ocurriría y que de él depende no volver más a este mundo,trabajando por su perfeccionamiento.

 Las tribulaciones de la vida pueden ser impuestas a los Espíritus endurecidos o muy ignorantes para hacer una elección con conocimiento de causa, pero son elegidas libremente y aceptadas por los Espíritus arrepentidos, que quieren reparar el mal que hicieron e intentar hacerlo mejor. Tal como aquél que habiendo hecho mal su tarea, pide que se le permita empezarla de nuevo para no perder el beneficio de su trabajo.

   Estas tribulaciones son, pues, a la vez, expiaciones por el pasado que castigan y pruebas para el porvenir que preparan. Rindamos gracias a Dios que en su bondad concede al hombre la facultad de la reparación y no lo condena irrevocablemente por la primera falta.

    Entre tanto, no es necesario creer que todo sufrimiento soportado en este mundo sea, necesariamente, el indicio de una falta determinada; con frecuencia, son simples pruebas escogidas por el Espíritu para acabar su depuración y apresurar su adelantamiento. Así, la expiación sirve siempre de prueba, pero la prueba no es siempre una expiación; mas, pruebas o expiaciones,son siempre señales de una inferioridad relativa, porque lo que es perfecto no tiene necesidad de ser probado. Un Espíritu puede,pues, haber adquirido un cierto grado de elevación, pero queriendo avanzar más aún, solicita una misión, una tarea a cumplir, por la
que será tanto más recompensado si sale victorioso, cuanto más penosa haya sido la lucha. Tales son, especialmente, esas personas de instintos naturalmente buenos, de alma elevada, de nobles sentimientos innatos, que parece que nada trajeron de malo de su existencia precedente y que sufren con una resignación muy cristiana, los mayores dolores, pidiendo a Dios para soportarlos sin lamentaciones. Por el contrario, se pueden considerar como expiaciones las aflicciones que excitan las quejas y conducen al hombre a revelarse contra Dios.

   El sufrimiento que no excita lamentaciones, sin duda, puede ser una expiación; pero más bien es un indicio de que fue escogido voluntariamente y no impuesto, y la prueba de una fuerte resolución, lo que es señal de progreso.

    Los Espíritus no pueden aspirar a la felicidad perfecta sino cuando son puros; toda mancha les cierra la entrada en los mundos felices. Lo mismo sucede a los pasajeros de un navío infestado por la peste, a los que les está prohibido entrar en una ciudad hasta que se hayan purificado. Los Espíritus se despojan poco a poco de sus imperfecciones en sus diversas existencias corporales. Las pruebas de la vida adelantan cuando se sobrellevan bien; como expiaciones, borran las faltas y purifican; es el remedio que limpia la llaga y cura el enfermo; cuanto más grave es el mal,más enérgico debe ser el remedio. El que sufre mucho, debe decirse
que tenía mucho que expiar y alegrarse de curar muy pronto;  depende de él hacer este sufrimiento provechoso con su resignación y no perderle los frutos con las lamentaciones, sin lo cual tendría que empezar de nuevo.
 ALLAN KARDEC. - EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. CAPÍTULO V




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...el dolor exagerado de los vivos, junto al lecho mortuorio de personas que les eran queridas, constituye un obstáculo insalvable, que impide al muerto entrar en relaciones psíquicas con los suyos, (...) por otro lado, el estado de tristeza de los vivos ejerce una influencia deplorable sobre las condiciones espirituales en que se encuentra el recién desencarnado.
Viviana Gianitelli
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VISITAS ESPÍRITAS ENTRE PERSONAS VIVAS.

413 – Del principio de la emancipación del alma durante el sueño, parece resultar que tenemos una doble y simultánea existencia:
la del cuerpo que nos da la vida de relación exterior y la del alma que nos da la vida de relación oculta. ¿Es exacto esto?
– En el estado de emancipación, la vida del cuerpo cede lugar a la vida del alma; pero propiamente hablando, no son dos existencias:más bien, son dos fases de la misma existencia, porque el hombre no vive doblemente.

414 – Dos personas que se conocen, ¿pueden visitarse durante el sueño?
– Sí, y muchas otras que creen no conocerse se reúnen y conversan. Sin sospecharlo, puedes tener amigos en otros países. El hecho de visitar, durante el sueño, a personas que pueden seros útiles, amigos, parientes y conocidos es tan frecuente, que casi todas las
noches lo verificáis.

415 – ¿Cuál puede ser la utilidad de esas visitas nocturnas,puesto que no las recordamos?
– Generalmente al despertar se conserva la intuición, y con frecuencia origina ciertas ideas espontáneas que no se explican y son las mismas que se han adquirido durante aquellas conversaciones.

416 – ¿Puede el hombre por medio de su voluntad provocar las visitas espíritas? ¿Puede, por ejemplo, decir al dormirse: Quiero encontrarme esta noche en Espíritu con tal persona, hablarle y decirle tal cosa?
– He aquí lo que ocurre. Al adormecerse el hombre, se despierta su Espíritu, y con frecuencia, lo que ha resuelto el hombre, está muy lejos de seguirlo el Espíritu, porque la vida del hombre interesa poco al Espíritu, cuando está desprendido de la materia. Esto se aplica a los hombres ya bastante elevados; pues los otros pasan de muy distinto modo su existencia espiritual, se entregan a sus pasiones o permanecen inactivos. Puede suceder, pues, que según el motivo que se propuso, el Espíritu vaya a visitar a las personas que se desea; pero aunque tenga esa voluntad estando despierto, no es una razón para que así
suceda.

417 – Un cierto número de Espíritus encarnados, ¿pueden reunirse en asambleas?
– Sin ninguna duda. Los lazos de amistad antiguos o recientes,reúnen con frecuencia de este modo a diversos Espíritus que son felices estando juntos.

Por la palabra antiguo es preciso entender los lazos de amistad contraídos en otras existencias anteriores. Traemos, al despertar, una intuición de las ideas que adquirimos en esas conversaciones ocultas, pero ignoramos su origen.

418 – Una persona que creyese muerto a uno de sus amigos, no estándolo, ¿podría encontrarse con él en Espíritu y saber así que está vivo? ¿Podría en ese caso, tener la intuición al despertar?
– Como Espíritu puede, ciertamente, verlo y conocer su suerte;si la creencia de que está muerto su amigo, no la tiene impuesta como una prueba, tendrá un presentimiento de su existencia, como podrá tenerlo de su muerte.

EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.


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MEDIOS DE COMBATIR LA OBSESIÓN.

Los medios de combatir la obsesión varían según el carácter que reviste. El peligro, realmente, no existe para todo médium que está bien convencido de que debe habérselas con un Espíritu mentiroso, como esto tiene lugar en la obsesión simple;para él no es más que una cosa desagradable. Pero por lo mismo que esto le es desagradable con tanta más razón el Espíritu se encarniza con él para vejarle. Dos cosas esenciales deben hacerse en este caso. Primero, probar al Espíritu que uno no es su juguete,y que le es imposible el engañarnos; segundo, gastar su paciencia,mostrándose más paciente que él; si está bien convencido que pierde el tiempo, concluirá por retirarse, como lo hacen los importunos cuando no se les escucha.
Pero no siempre basta esto, y el proceso puede ser largo porque los hay que son tenaces, y para ellos los meses y los años son poca cosa. En tal caso el médium debe hacer una evocación ferviente a su buen ángel guardián, lo mismo que a los buenos Espíritus que le son simpáticos, y rogarles que le asistan. Con respecto al Espíritu obsesor, por malo que sea, es menester tratarle con severidad, pero con benevolencia, y vencerle con buenos
procederes, rogando por él. Si realmente es perverso, se burlará al principio; pero moralizándole con perseverancia, finalizará por enmendarse: es la empresa de una conversión, tarea muy a menudo penosa, ingrata, aun repugnante, pero cuyo mérito está en la dificultad, y que si se cumple bien queda siempre la satisfacción de haber llenado un deber de caridad y muchas veces el haber conducido al buen camino a un alma perdida.


250. No hay, pues, peligro, sino fastidio, para todo médium que no se deja dominar, porque no puede ser engañado; todo lo contrario sucede en la fascinación, porque entonces el imperio que toma el Espíritu sobre aquel de quien se apodera no tiene límites. Lo único que puede hacerse con él es procurar convencerle porque está supeditado, y hacer que su obsesión venga a ser simple;pero esto no es siempre fácil, y algunas veces es imposible. El
ascendiente del Espíritu puede ser tal que haga sordo al fascinado a toda clase de reflexiones y puede llegar hasta hacerle dudar,cuando el Espíritu comete alguna grosera herejía científica, si no se engaña la ciencia. Como lo hemos dicho ya, generalmente acoge
muy mal los consejos; la crítica le fastidia, le irrita y le hace aborrecer a los que no toman parte en su admiración. Sospechar de su Espíritu es casi una profanación a sus ojos y esto es, precisamente, lo que quiere el Espíritu; porque lo que él desea es que doblen la rodilla ante su palabra. 


251. La subyugación corporal quita a menudo al obseso la energía necesaria para dominar al Espíritu malo; por esto es necesaria la intervención de una tercera persona, obrando sea por el magnetismo, sea por el imperio de su voluntad. En defecto del concurso del obseso, esta persona debe tomar el ascendiente sobre el Espíritu; pero como este ascendiente no puede ser sino moral,sólo es dado el ejercerlo a un ser moralmente superior al Espíritu,
y su poder será tanto más grande cuanto mayor será su superioridad moral, porque impone al Espíritu que se ve forzado a inclinarse ante él; por esto Jesús tenía tan grande poder para sacar lo que entonces llamaban demonios, es decir, los malos Espíritus obsesores.
Nosotros no podemos dar aquí sino consejos generales,porque no hay ningún proceder material, sobre todo ninguna fórmula, ni menos ninguna palabra sacramental que tenga el poder de echar a los Espíritu obsesores. Lo que le falta muchas veces al obseso, es una fuerza fluídica suficiente; en este caso la acción magnética de un buen magnetizador puede serle útil y servirle de ayuda. Por otra parte, siempre es bueno tomar por la mediación de un médium seguro, los consejos de un Espíritu superior o de su ángel de la guarda.


252. Las imperfecciones morales del obseso son, a menudo,un obstáculo para su libertad.

EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.


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