sábado, 24 de diciembre de 2016

La experiencia de la Muerte



                                                     

                                            UNA NUEVA AURORA

Los males que afligen a los hombres en la Tierra tienen por causa el orgullo, el egoísmo y todas las malas pasiones. Con el contacto de sus vicios los hombres se hacen  recíprocamente desdichados y se castigan unos a los otros. Que la caridad y la humildad 
sustituyan al egoísmo y al orgullo, entonces no procurarán más perjudicarse; respetarán 
los derechos de cada uno y harán reinar entre ellos la concordia y la justicia. 

32. Pero ¿como destruir el egoísmo y el orgullo que parecen innatos en el corazón del hombre?.-
 El egoísmo y el orgullo están en el corazón del hombre, porque los hombres son Espíritus que siguieron, desde el principio, el camino del mal y por eso fueron exiliados en la Tierra en castigo de esos mismos vicios; ahí está aún su pecado original, del cual muchos no se despojaron. Por el Espiritismo, Dios viene a hacer un último llamado a la práctica de la ley enseñada por Cristo: la ley de amor y de caridad. 

33. Como la Tierra ha llegado a la época señalada para convertirse en una morada de felicidad y de paz, Dios no quiere que los malos Espíritus encarnados continúen en ella 
para llevar la perturbación a los buenos; por eso deberán desaparecer. Irán a expiar su endurecimiento en mundos menos avanzados donde trabajarán de nuevo para su perfeccionamiento, en una serie de existencias más infelices y más penosas aún que las de la Tierra. 
Formarán, en esos mundos, una nueva raza esclarecida y cuya tarea será hacer progresar a los seres atrasados que los habitan, con la ayuda de sus conocimientos adquiridos. 
No saldrán de allí para un mundo mejor sino cuando tuvieren merecimiento y continuarán así hasta que alcancen la purificación completa. Si la Tierra era para ellos un purgatorio, esos mundos serán su infierno, pero un infierno donde la esperanza jamás está excluida. 

34. En tanto la generación proscrita está por desaparecer rápidamente, una nueva 
generación surge cuyas creencias estarán fundadas sobre el Espiritismo Cristiano. Asistimos a la transición que se opera, preludio de la renovación moral de la cual el Espiritismo marca el advenimiento. 
EL ESPIRITISMO EN SU MÁS SIMPLE EXPRESIÓN. ALLAN KARDEC

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" La mejor manera de aprender a disculpar los errores ajenos, es reconocer que también somos humanos, capaces de errar, tal vez, más desastrosamente que los otros".
- Chico Xavier-


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                                 ANTE LA DUDA .........

Cuando nos hallamos indecisos acerca de si debemos hacer o no una cosa, debemos ante todo plantearnos las siguientes pregunta: 
1º Eso que estoy vacilando en hacer, ¿podrá producir algún daño a otros?
2º ¿Puede resultar útil para alguien?
3º Si otra persona me hiciera a mí lo mismo, ¿ me sentiría satisfecho de ello?
Si lo que pensamos realizar sólo nos concierne a nosotros mismos, será lícito que evaluemos la suma de ventajas e inconvenientes personales que de ello pueden resultar.
Si, en cambio, implica a terceros, pudiendo producir bien a uno pero mal a otro, hay que pesar igualmente la suma de bien y mal que acarreará, antes de resolver a obrar o abstenerse.
En suma, incluso para las mejores cosas es preciso tomar en cuenta la oportunidad y las circunstancias secundarias, porque una cosa que en sí misma sea buena puede ocasionar malos resultados en manos inhábiles, o si no es llevada adelante con circunspección y prudencia. Antes de ponerla en práctica conviene considerar las fuerzas y los medios de ejecución que se posean. En todos los casos es indicado demandar ayuda a los propios espíritus protectores, acordándose de esta sabia máxima: En la duda, abstente*
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Oración. En el nombre de Dios todopoderoso, espíritus buenos que me amparáis, inspiradme la mejor resolución a adoptar en la incertidumbre en que me encuentro.
Orientad mi pensamiento hacia el bien y desviad la influencia de aquellos que intenten extraviarme.

El Evangelio según el Espiritismo.
Allan kardec.


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CONSIDERACIONES Y CONCORDANCIAS BÍBLICAS RESPECTO A LA CREACIÓN.
Los pueblos se formaron ideas muy divergentes sobre la
Creación, según el grado de sus conocimientos. La razón apoyada en la Ciencia, reconoció la imposibilidad de ciertas teorías. La dada por los Espíritus confirma la opinión admitida hace mucho tiempo por los hombres más ilustrados.
La objeción que puede hacerse a esta teoría es que está en
contradicción con el texto de los libros sagrados; pero un examen
serio hace reconocer que esta contradicción es más aparente que real y que resulta de la interpretación dada a un significado frecuentemente alegórico.
La cuestión del primer hombre en la persona de Adán, como tronco exclusivo de la Humanidad, no es el único punto sobre el cual
tuvieron que modificarse las creencias religiosas. En cierta época, el movimiento de la Tierra pareció tan opuesto al texto sagrado, que no hubo clase de persecuciones de que no fuese pretexto esa teoría; y sin embargo, la Tierra gira, a pesar de los anatemas y nadie podría negarlo hoy sin agraviar su propia razón.
Dice igualmente la Biblia que el mundo fue creado en seis días
y fija la época alrededor de 4000 años antes de la era cristiana. Antes de esa época, no existiría la Tierra, que fue sacada de la nada. El texto es formal; pero he aquí que la Ciencia positiva, la Ciencia inexorable,viene a probar lo contrario. La formación del globo está escrita con caracteres perennes en el mundo fósil, y está probado que los seis días de la creación indican períodos, cada uno de los cuales abarca,quizá, muchos centenares de miles de años. Este no es un sistema,una doctrina, una opinión aislada, es un hecho tan constante como el movimiento de la Tierra, que la Teología no puede resistirse a admitir, prueba evidente del error en que pueden caer los que se atienen a la letra de las expresiones de un lenguaje que con frecuencia es figurado.
¿Debe concluirse por ello que La Biblia está errada? No, pero sí que los hombres se equivocaron al interpretarla.
La Ciencia, excavando los archivos de la Tierra, reconoció el
orden en el cual aparecieron en su superficie los diferentes seres vivos, y este orden está de acuerdo con el indicado en El Génesis, con la diferencia que esta obra en vez de salir milagrosamente de las manos de Dios, en algunas horas, se realizó siempre por su voluntad, pero según la ley de las fuerzas de la Naturaleza, en algunos millones de años. ¿Es por eso menos grande y menos poderoso Dios? ¿Es menos sublime su obra porque carece del prestigio de la instantaneidad?
No, evidentemente; y sería preciso formarse una idea muy
mezquina de la Divinidad para no reconocer su omnipotencia en las leyes eternas que ha establecido para gobernar los mundos. La ciencia,lejos de disminuir la obra divina, nos la presenta bajo un aspecto más grandioso y más conforme con las nociones que tenemos del poderío y la majestad de Dios, por la misma razón de cumplirse sin derogar las leyes de la Naturaleza.
Conforme en este punto con Moisés, la Ciencia coloca al hombre
en último lugar en el orden de la creación de los seres vivos. Sin
embargo, Moisés fija el diluvio universal en el año 1654 del mundo,mientras la Geología nos muestra el gran cataclismo anterior a la aparición del hombre, atendiendo a que, hasta hoy, no se encontró en las capas primitivas ninguna señal de su presencia, ni la de los animales de su misma categoría, bajo el punto de vista físico. Pero nada prueba que ésto sea imposible y varios descubrimientos ya han hecho surgir dudas al respecto. Pudiendo suceder que de un momento a otro, se adquiera la certeza material de esa anterioridad de la raza humana y entonces se reconocerá que bajo este punto, como en otros, el texto bíblico es alegórico.
La cuestión estriba en saber si el cataclismo geológico es el
mismo que vivió Noé. Ahora bien, el tiempo necesario para la
formación de las camadas fósiles no permite que se los confunda y
cuando se encuentren vestigios de la existencia del hombre antes de
la gran catástrofe, quedará probado, o que no fue Adán el primer
hombre, o que su creación se pierde en la noche de los tiempos. Contra la evidencia no son posibles los raciocinios y será preciso aceptar el hecho, como se aceptó el del movimiento de la Tierra y el de los seis períodos de la Creación.
Cierto que la existencia del hombre antes del diluvio geológico
es aún hipotética; pero he aquí lo que lo es menos.
Admitiendo que el hombre apareció por primera vez en la Tierra
4000 años antes de Cristo, si 1650 años más tarde fue destruida toda la raza humana, excepto una sola familia, resulta de eso que la población de la Tierra data de Noé, es decir, de 2350 años antes de nuestra era. Pues bien, cuando los Hebreos emigraron a Egipto en el siglo dieciocho, encontraron muy poblado y civilizado a aquel país.
La historia prueba que en esa época la India y otros países estaban
igualmente florecientes, sin tener en cuenta la cronología de ciertos
pueblos que se remonta a una época mucho más remota. Sería, pues,preciso que del siglo veinticuatro al dieciocho, es decir, en un espacio de 600 años, la posteridad de un solo hombre pudiese poblar todos los inmensos países conocidos entonces, suponiendo que no lo hubiesen sido los otros, sino que, en aquel breve intervalo, la especie humana hubiera podido elevarse de la ignorancia absoluta del estado primitivo al mayor grado de desenvolvimiento intelectual, lo cual es contrario a todas las leyes antropológicas.
En apoyo de esta opinión viene también la diversidad de razas.
Es indudable que el clima y las costumbres producen modificaciones en el carácter físico, pero se conoce hasta donde pueden llegar las influencias de esas causas y el examen fisiológico prueba que entre ciertas razas existen diferencias constitucionales más profundas que las que puede producir el clima. El cruzamiento de las razas produce los tipos intermedios y tiende a borrar los caracteres extremos; pero no los produce sino que se limita a formar variedades. Ahora bien,para que hubiese cruzamiento de razas era preciso que las hubiera distintas, ¿y cómo explicar su existencia suponiéndoles un tronco común y sobre todo un tronco tan cercano? ¿Cómo admitir que en algunos siglos ciertos descendientes de Noé se hayan transformado al punto de producir la raza etiópica, por ejemplo? Semejante metamorfosis no es más admisible que la hipótesis de un tronco común al lobo y a la oveja, al elefante y a la pulga, al ave y al pez. Repetimos que nada puede prevalecer contra la evidencia de los hechos. Por el contrario, todo se explica, cuando se admite la existencia del hombre antes de la época que vulgarmente se le señala; la diversidad de orígenes; que viviendo hace seis mil años, Adán haya poblado una región deshabitada aún; el diluvio de Noé como una catástrofe parcial
confundida con un cataclismo geológico; y teniendo finalmente en
cuenta la forma alegórica peculiar al estilo oriental y que encontramos en los libros sagrados de todos los pueblos. Por eso es prudente no negar, apresuradamente, como falsas, doctrinas que pueden, como tantas otras, desmentir tarde o temprano a los que las combaten. Las ideas religiosas, caminando con la Ciencia, lejos de perder, se engrandecen y este es el único medio de no ofrecer un lado vulnerable al escepticismo.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC

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              LIBERTANDO LOS AFECTOS           

Al final del invierno, cierto día, cuando las flores de la primavera comenzaban  su sublime trabajo de recubrir los campos  resecados por el rigor del invierno, aquella alma generosa dejaba el cuerpo físico.
La despedida fue dolorosa. Las manos calientes de los que quedaron, deseaban retener aquel cuerpo inerte, sin vida, sin movimiento.

Inconformes preguntaban: ¿por qué precisamente él, que era tan gentil y cariñoso con todos?

¿Por qué precisamente él, que sabía hablar y callar, consolar y distribuir entusiasmo, tuvo que volver?
¿Por qué él, que era un buen hijo, buen hermano, buen esposo y buen padre?
¿Por qué se lo llevó Dios? 
  ¿Por qué no se llevó a los criminales, a los corruptos inveterados,  a los infieles?, en fin, ¿ por que  no se llevó a los hombres que degradan la sociedad?.
La respuesta para todos esos cuestionamientos es muy simple.

Consideramos que la vida en la Tierra  es una oportunidad de crecimiento  para el espíritu inmortal.

La existencia  en el cuerpo físico, es una experiencia necesaria para que el espíritu  progrese en la conquista de su felicidad.

Sería, por así decir, un tipo de prisión, donde se pueden  quitar sus deudas para con las leyes divinas y conquistar nuevas virtudes.

Siendo así, quien tiene pocos débitos se libera antes. Quien tiene menos compromisos, se libera de ellos en menor tiempo.

¿De esa forma, por qué queremos que nuestro ser querido permanezca en la cárcel  si ya recibió  el edicto  de su liberación?

No sería justo, ni desde el punto de vista ético, ni desde el  racional.

No queremos decir con esto, que todos los que se liberan antes son menos deudores, pues esa no es la realidad.

Como sabemos, muchos parten antes de tiempo por imprevisión o por los abusos de todo orden.

Lo que nos gustaría enfatizar es que aquellos que parten naturalmente, por los medios establecidos  por la divinidad, sin la intervención egoísta del hombre, pueden estar recibiendo su carta de emancipación, y por esa razón alzan el vuelo antes que nosotros.

Morir, para el justo,  es liberarse. Es matar el pesar  de los afectos que lo antecedieron en el viaje de vuelta. Es recibir las glorias de la victoria por haber vencido más de una etapa en el mundo físico.

Y morir para el injusto, es enfrentarse con el tribunal de la propia conciencia, que lo acusan  de no haber sido lo bastante tenaz para vencerse a si mismo, y por no haber logrado conquistar más virtudes.

Es por esa razón que no debemos lamentar la muerte de los justos, sino la de aquellos que desperdician la existencia buscando el gozo exclusivo del cuerpo, sin pensar en el espíritu, que es el único que sobrevive más allá de la aduana del túmulo.

 Autor desconocido

Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta
                                                           
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¿ En los relatos hechos por los Espíritus, cómo  cuentan ellos mismos la  experiencia de  su muerte?.
       
            En el supremo momento de la muerte y en los que le suceden, el  Ser   no pierde la total    conciencia de   sí mismo; si acaso brevemente en algunos casos de muerte súbita.
           En muchos casos de desencarnación natural,  percibieron  primeramente    como un gran  zumbido o  calambre   en lo más íntimo de su cerebro o fuerte dolor súbito en el pecho, pensando en un principio que les estaba dando un infarto de miocardio.  Después  notaron que se soltaban definitivamente los hilos que aún les sujetaban al cuerpo  físico que  abandonaban  y  aun con la consiguiente sorpresa, se  sintieron  llenos de   paz  y dicha, por lo que durante cierto tiempo variable, siguieron ignorando que ya no pertenecían al mundo de “los vivos”.

        Algunos relataron que el abandono del cuerpo  se produjo a través de la cabeza, tal sensación la suelen experimentar muchas personas frías y calculadoras (por el chacra Coronario);  es  en este momento  cuando  suelen percibir un sonido fuerte y doloroso a modo de zumbido en lo más profundo del cerebro.  Sin embargo  la salida  del cuerpo en  los  casos de  personas  muy emotivas, sienten que  es  desde  el pecho  ( chacra Cardiaco).
        Cuando abandonaron el cuerpo, se sintieron deslizar  a veces de forma lenta y otras de forma vertiginosa a través de un oscuro túnel en cuyo final vieron una gran Luz blanca, no deslumbrante, y en medio de ella  divisaron que había gente; familia y amigos  que desencarnaron tiempo antes que él y que parecían esperarle.  Un Ser luminoso salió a recibirles y sintieron como una  pregunta en sí mismos sobre si han cumplido correctamente los objetivos de su vida; entonces  el Ser Luminoso que suele ser su Guía Espiritual,  les muestra amablemente  vertiginosas imágenes  sobre lo que ha sido su vida y las consecuencias de los actos buenos o malos que cometieron o dejaron de cometer. Por ejemplo, si la persona  que se auto-juzga hizo daño a otra,  llega a sentir su tristeza, dolor o pesar, o si la acción  fue de Amor y de bien,  percibe los sentimientos de amor y felicidad que causó en la otra persona.
        Curiosamente, en el siglo XV se debía de conocer  algo de estos detalles, pues hay un cuadro de “El Bosco”, titulado “La subida al Empíreo”, en donde se describe pictóricamente   el detalle del túnel.
       Las imágenes de su vida las ven retrospectivamente, esto es, comenzando por lo acontecido al final de la misma  y  como “viajando” hacia atrás en el tiempo, hasta el principio. De este modo el Ser Espiritual se convierte en juez de sí mismo al verse tal y como es en realidad, y sentir las consecuencias de los actos y omisiones que se protagonizaron en la vida humana.
Una de las  funciones que tiene este auto-juicio final, es la de fijar el carácter espiritual que tendremos como nuevas personas en el futuro de nuestras existencias humanas.
La revisión de la vida posiblemente suceda durante el  trasvase de recuerdos y emociones entre el cerebro físico que se abandona, y el  del  “cuerpo espiritual” con  el que sigue existiendo el Ser tras la muerte;  por este motivo  no se pierden nada de las vivencias y experiencias de cada vida, debido a que quedan finalmente grabadas en el cerebro espiritual que las lleva inconscientemente consigo , así como la influencia en  el carácter y temperamento que tendrán  durante otras existencias humanas .  Así  vemos como con la muerte no se pierde nada de lo adquirido como humano en esa finalizada existencia, sino que el Ser puede continuar con absoluta normalidad su camino evolutivo.
  Después de este autojuicio, los que abandonaron el cuerpo en estado de lucidez mental, entran más tarde como en un estado de somnolencia o turbación, que es como un sueño reparador de sus energías psíquicas, que necesitan para seguir desenvolviéndose en su nueva forma de vida.  Este sueño o sopor es similar al del feto cuando está en el claustro materno, dentro de un necesario proceso de preparación, acopiando las energías necesarias para  afrontar  su nueva forma de existencia. Cuando despiertan de este sueño, suelen estar aún algo confundidos, hasta que se reconocen y toman conciencia de  sí mismos y comprenden que están muertos,pero se sienten vivos, comprobando con sorpresa su cuerpo impalpable y luminoso con las mismas formas y semejanzas al dejado en este mundo.
           Se sorprenden también al comprobar que pueden atravesar  los cuerpos sólidos sin la menor dificultad, así como que se pueden trasladar instantáneamente  al lugar donde les lleva su pensamiento o deseo.
            En  muchos  casos  permanecen  lúcidos tras la muerte y en las primeras horas que siguen al fallecimiento, se suelen preocupar por hacerse notar por su familia y amigos, por lo que durante algunos días después de su muerte, suelen visitarlos con frecuencia intentando infructuosamente casi siempre, contactar con ellos, pero finalmente siempre terminan pasando  por el necesario sueño reparador.
       Durante ese sueño  pueden recibir influencias perturbadoras que les dificulten el normal despertar. Así, se pueden  sentir  atraídos como por un imán al plano físico; este es el efecto de las emociones intensas de quienes les recuerdan con nostalgia y lloros, con apegos u odios, así como en el caso de los que se han ido con una inquietud fuerte o alguna cosa que dejaron  pendiente en este mundo.  Estos lloros y lamentos de los “vivos” que  quedaron aquí, son factores muy perturbadores para ellos, en cuanto a  que son vibraciones de un tono psíquico que les origina un estado de ansiedad, inquietud y desasosiego que les atrae hacia los ambientes  terrenales, atrasando así  su normal despertar y desenvolvimiento en el mundo espiritual.
        A veces quedan como por un tiempo como flotando en el ambiente físico, pudiendo ver su propio cadáver como algo que ya no les pertenece ni les interesa. Los muy apegados a su cuerpo y a su vida, no lo abandonan de inmediato, creyendo que están viviendo una pesadilla de la que van a despertar, llegando a veces a ver su cuerpo en descomposición.  Los que  están muy apegados a la vida en este mundo y a su cuerpo, se abrazan a él como tratando de no perderlo, pasándolo mal  hasta que finalmente se dan cuenta de que  ya no les pertenece.
También es frecuente que asistan a su propio entierro y funeral, comprobando como nadie nota su presencia, y cuando finalmente se cansa de intentar llamar la atención de los que quedaron aquí, pero sin éxito, trata de alejarse a otro lugar desconocido para él con  la  ayuda de algún otro Ser espiritual que  le pueda ayudar. La primera y principal ayuda es que comprenda y acepte su realidad.
Durante el tiempo que permanecen apegados a lo físico, suelen sentirse tristes por el aislamiento de la gente en medio de un ambiente extraño donde nadie les reconoce, y cuando alguna vez son percibidos por alguna persona viva, a veces son objeto de insanas curiosidades, miedos y temores  por parte de estos, que les llaman espectros, fantasmas, etc; y lo que es peor: intentan ayudarles o alejarles con rituales extraños y ceremonias ridículas, como si su paso por la muerte los hubiera transformado en “demonios malignos”.
Ernesto Bozzano, en su obra “La crisis de la muerte”, hizo un estudio comparativo entre muchos relatos mediúmnicos de diferentes Espíritus, y finalmente hizo la siguiente síntesis:

 1º) Todos afirmaron haberse encontrado nuevamente con forma humana en esa existencia;             
  2º) Todos ignoraron, durante algún tiempo, que estaban muertos;             
  3º) Todos pasaron, en el transcurso de la crisis anterior a la agonía, o poco después, por la prueba de la reminiscencia sintética de todos los acontecimientos de la existencia que se les acababa (“visión panorámica”, o “epílogo de la muerte”);               
 4º) Fueron acogidos en el mundo espiritual por los Espíritus  de personas de sus familias y de sus amigos muertos;              
 5º) Casi todos pasaron por una fase más o menos larga de “sueño reparador”;                
 6º) Se encontraron en un medio espiritual radiante y maravilloso (en el caso de muertos moralmente normales), y en un medio tenebroso y opresivo (en el caso de muertos moralmente depravados);               
7º) Reconocieron que el medio espiritual era un nuevo mundo objetivo, sustancial, real, análogo al medio terrestre espiritualizado;               
8º) Aprendieron que eso era debido al hecho de que, en el mundo espiritual, el pensamiento constituye una fuerza creadora, por medio de la cual todo Espíritu existente en el “plano astral”  puede reproducir  el entorno de sus recuerdos;              
 9º) No tardaron en saber que la transmisión de pensamientos es la forma de lenguaje espiritual, aunque ciertos Espíritus recién llegados, por ilusión, crean conversar por medio de la palabra;               
10º) Verificaron que, gracias a la  facultad de la visión espiritual, se encontraban en estado de percibir los objetos de un lado a otro, en su interior y a través de ellos;
      11º) Comprobaron que los Espíritus se pueden transferir temporalmente de un lugar a otro, aunque esté muy distante, por simple efecto de su voluntad, lo que no impide que también puedan pasear en el medio espiritual, o deslizarse a cierta distancia del suelo;                  
  12º) Aprendieron que los Espíritus de los muertos gravitan fatalmente y automáticamente hacia la esfera espiritual que les corresponde, en virtud de la “ley de afinidad”.   

 Bozzano, también añade otras concordancias que señala como “secundarias”, a saber:

 1º) Los difuntos que se comunican están de acuerdo en afirmar que los Espíritus de los muertos, a quienes nos unimos en vida, intervienen para acoger y guiar a los recién desencarnados, antes de comenzar la fase del “sueño reparador”.              

 2º) Cuando los Espíritus refieren haber visto sus cadáveres en el lecho de muerte, generalmente hablan del fenómeno llamado “cuerpo etéreo”, que se condensa sobre el “cuerpo somático”. Este detalle concuerda, casi siempre, con la constante afirmación de los videntes que han estado a la cabecera de los moribundos.               

3º) Ellos dicen, de común acuerdo, que, así como no puede haber individualidades vivas absolutamente idénticas, tampoco pueden existir desencarnadas individualidades idénticas en el sentido de estar en la misma escala de elevación espiritual. Se deduce así que, incluso aquellas llamadas “almas gemelas” en la existencia terrestre, llegado un momento se separan en el mundo espiritual, aunque puedan verse cuando quieran.                

4º) Se encuentran de acuerdo al afirmar que, aunque los Espíritus tengan la facultad de crear más o menos bien, por la fuerza del pensamiento, lo que les sea necesario, cuando se trata de obras complejas e importantes, la tarea es confiada a grupos de Espíritus especializadas en ello.                

5º) Son unánimes al afirmar que los Espíritus de los difuntos, cuando están dominados por las pasiones humanas, se conservan ligados al medio donde vivieron, por un lapso más o menos prolongando de tiempo. Se deduce que, no pudiendo gozar del beneficio del sueño reparador, esos Espíritus persisten en la ilusión de juzgarse todavía vivos, aunque presas de un extraño sueño, o de una opresiva pesadilla. En este caso, se tornan, muchas veces, “Espíritus asombradores”, o “perseguidores”.               

  6º) Nos informan, unánimemente, de que en el mundo espiritual, los Espíritus jerárquicamente inferiores no pueden percibir a los que les son superiores. Esto es consecuencia de los diferentes tonos vibratorios de sus “cuerpos etéreos”.               
 7º) Se muestran de acuerdo al afirmar que las dilacerantes crisis de dolor, que se producen con frecuencia delante de los lechos de muerte, no solo son penosas para los Espíritus de los difuntos, sino que además les impiden entrar en relación con las personas queridas y los retienen en el medio terrestre.

8º) Finalmente, afirman al unísono que, algunas veces, cuando se encuentran solos y presas de incertidumbres o perplejidades de todas clases, perciben una voz que sienten llegar de lejos y les aconseja sobre lo que deben hacer. Es una voz procedente de Espíritus amigos que, habiéndoles percibido telepáticamente los pensamientos, se apresuran a trasmitirles sus consejos.

Por lo dicho, tengamos bastante claro que por el bien de nuestros Seres queridos, no debemos lamentar exageradamente su pérdida; la postura más adecuada  es la de rechazar pensamientos deprimentes o nostálgicos, y dedicarles los mejores  recuerdos pensamientos y deseos para su mejor y más fácil  adaptación  a  la nueva vida a la que acceden.  Estos pensamientos de afecto, gratitud y ayuda, actúan como magnetizadores y tranquilizadores para el Ser fallecido, facilitando así el que los lazos que todavía pueda retener su Periespíritu con la materia, se aflojen y se suelten más facilmente.

-Jose Luis Martín-

  “ Morir es nacer como nacer es morir. Nada viene de la nada ni nada va a la nada”
Kilogo –

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