jueves, 26 de enero de 2017

COM . PASIÓN

                                       
                                     

                 Aborto:¿ Signo de Progreso?

Seguimos a vueltas con el tema del aborto. Parece ser que conseguir cada vez unas más amplias cuotas de plazos, es un logro social y necesario.

Quisiera ser capaz de analizar esto con mente objetiva y racional, partiendo de un conocimiento espiritual que asumo, por ser un conocimiento lógico que me aclara coherentemente, temas importantes o transcendentes respecto al por qué y al para qué de la vida, quienes somos, de donde venimos o a donde vamos.

Al aborto, la sociedad materialista y atea, lo ha presentado como algo permisible de llevar a cabo, cuando los métodos anticonceptivos no se aplicaron a tiempo, o cuando estos fallaron. La idea es la de que lo que se aborta, no es un ser humano, sino una especie de tumor que aparece inoportunamente en el seno de la mujer, y que si se le destruye, este ni siente ni padece. Es, según dicen, una cosa viva que está ahí por un fallo, normalmente, y que si se deja termina por convertirse en un ser humano, pero mientras está “dentro”, no lo es y si se le mata, no pasa nada reprochable a la conciencia.
 Y a esto, se le da un plazo legal,  por otra parte muy fácil de burlar, de modo que se establece que hasta los tres meses y medio de embarazo, la mujer puede abortar libremente, y a partir de ahí, ya no se puede.

Yo me pregunto: Aunque esto se pudiese cumplir con exactitud, ¿ Supone el hecho de reconocer que lo que el primer día de plazo, una vez trascurridos esos tres meses y medio, si lo hacemos, matamos a un ser humano, y por tanto es un crímen, pero que el  día anterior, aún se podía matar porque esto que a partir de hoy ya es reconocido como humano, ayer no lo era todavía?; ¿ Donde está la diferencia que otorga al no nacido el derecho  de ser o no ser reconocido como humano de un día para otro , o el de  nacer, o  que alguien ajeno al mismo, como su propia madre, lo condene a muerte, queriendo creer que lo que se quita de encima es apenas un grano o un tumor?. Si así fuese ,  que esto fuese solo una excrecencia de su cuerpo,  sería  lógico en efecto,  que la mujer  tenga absoluta libertad para decidir  si se lo quita o no, pero, ¿ un embrión o un feto, es equiparable a un grano o a un tumor?

Creo que el problema reside precisamente en el concepto materialista y sobre todo egoísta de la vida, en el creer que el ser humano es solamente la materia de su cuerpo, esa materia que podemos considerar como la de cualquier otro animal, destinada a la putrefacción o a las cenizas de un crematorio tras  su muerte. Si fuésemos solo esto, ¡ qué poca cosa seríamos!. Sin embargo, demostrado está por la psiquiatría, la psicología, la parapsicología, el espiritismo y por la ciencia en general,- aunque en este caso, ciencia ignorada o silenciada por los poderes fácticos hedonistas- , que estos atributos que poseemos los humanos, como son los sentimientos, la voluntad, la inteligencia, la capacidad de amar, de sentir la belleza, el arte, o de desarrollar la ciencia, no son secreciones de nuestra materia animal, sino atributos del alma que anima a esa materia y que es independiente de ella, tal como ya está largamente demostrado, aunque- como digo- ignorado a propósito.

Por tanto  pensemos por un momento que hasta ahora, nos hemos considerado seres humanos, pensando solamente en el cuerpo humano que tenemos, en el cuerpo mortal. Pero este cuerpo físico por sí solo,no es nada más que un montón de materia repartida en forma de órganos, que cuando están vivos y activos, son una máquina maravillosa por la que se manifiesta el Espíritu que los dirige y ocupa, pero cuando les falta eso que llamamos vida, se convierte en materia putrefacta y finalmente en polvo, como la materia de cualquier otro animal.
  Por otra parte en el seno de las religiones se ha plasmado a las gentes religiosas, la idea de que somos seres humanos porque somos un cuerpo que tenemos un alma o espíritu.
Pero si  cambiamos ese concepto por el de que realmente somos almas o espíritus, que no procedemos o acompañamos a un cuerpo, sino que lo tenemos temporalmente, revistiendo con  él, una identidad  humana, la perspectiva de lo que es o no es un ser humano, o cuando empieza o no empieza a serlo, cambia por completo.

   La lógica nos dice que en cuanto al cuerpo físico  se pueden establecer  diferencias que por  su  grado de desarrollo puedan delimitar  la línea de separación entre lo que todavía no es, y lo que a partir de cierto momento ya es, aunque  la idea siga repugnando a la razón lógica, pero ahora, bajo esta nueva perspectiva  de que somos un espíritu o alma con un cuerpo, y no al revés, el panorama cambia por completo, porque, ¿ a partir de que momento el embrión o el feto, está ligado a un espíritu o alma  con el que va a emprender su aventura humana?.

   Esta es la clave de la cuestión, pues aun  admitiendo la existencia  del alma, cabría preguntar, que a partir de que momento esta unión de ambas realidades que conforman al ser humano total, es un hecho.

  Aunque al Espiritismo, se le haya  echado tanta basura encima, y tantas falsedades y bulos, sobre todo por parte de las propias religiones que no lo han visto como un aliado, sino como un enemigo competidor, este  se apoya en tres pilares: el de la ciencia de observación del fenómeno mediúmnico y parapsicológico, el de la filosofía codificada por Kardec a partir de las informaciones obtenidas  desde el plano espiritual por Seres que se comunican a través del citado fenómeno mediúmnico, y que ellos mismos se identifican como espíritus, y  de ahí, el fruto y consecuencia  final de esta ciencia y esta filosofía: la moral. Una moral plenamente coincidente y  adaptada a la de los Evangelios cristianos,  a los que confirma,  aclara y amplía en profundidad, sus  aspectos y enseñanzas éticas, que cuando se adoptan  en el transcurrir de la vida humana, ayudan a mejorar al ser humano, desarrollando y haciendo evolucionar su  esencia o parte espiritual, lo cual  constituye el verdadero sentido de la vida.

   Y  estos comunicados mediúmnicos codificados por Kardec , nos señalan, entre otros muchísimos temas, que el embrión y el feto, ya tienen un Ser espiritual asignado y unido a ellos, y son los que facultan  su desarrollo hasta el momento de nacer, en cuyo momento se integran totalmente a la materia que les va a acompañar como cuerpo en su vida humana. Por tanto, si se suprime este feto o este embrión, independientemente de la semana de desarrollo físico en que se encuentre, estamos suprimiendo una vida humana, estamos impidiendo que se lleve a cabo un proyecto de vida  que ya está en marcha, estamos interrumpiendo el proceso evolutivo de un Ser espiritual como nosotros, que no ha sido creado por nosotros, y que tiene exactamente el mismo derecho que nosotros a estar aquí, en este mundo. Hablando claro: Lo disfracen como lo quieran disfrazar y justificar, es un crímen, ¡ Un Crimen horrendo ¡, pues se lleva a cabo contra un ser humano absolutamente indefenso.

Creo que es muy importante divulgar el  conocimiento espiritual a nivel popular, porque la realidad actual es la de que se está cometiendo en todo el mundo el mayor genocidio de la historia, y cada uno, en su grado de responsabilidad, tendrá que afrontar  en el futuro el fruto de lo que ahora tan inconscientemente se está sembrando.

Los hombres y mujeres que hoy en día abogan por suprimir tan  irresponsable y alegremente estas vidas humanas no nacidas,  también bajo el pretexto de malformaciones congénitas detectadas en el feto, con lo cual  justifican su eliminación,  (  parece que vamos a un mundo de físicos perfectos y guapos; el que no lo sea no tendrá derecho a nacer ni a vivir-  ¡ horrible ! - )
Ignoran que  después de que suceda su propia muerte, ( que siempre se ve tan remota y lejana, como si eso solo  sucediera a los demás pero a ellos no), seguirán viviendo como espíritus desencarnados,   ¡ pero vivirndo !, y tendrán que volver a renacer bajo la tutela de la Ley de Causa y Efecto, por la cual se cosecha obligadamente lo que antes se sembró voluntariamente. Por tanto no será de extrañar que esa cosecha sea  la de ser ellos mismos abortados una y otra vez, y a experimentar el horror que experimentan todas esas criaturas que han destruido;  o tal vez  tengan que volver a  nacer  como niños sanos y perfectos, para  morir  después de cualquier forma al poco de nacer, de modo  que experimenten en si mismos lo que es una vida cortada desde su comienzo, como las que ellos mismos cortaron en su pasado.  

Por favor, no cometamos más errores. Tengamos claro que un feto, sea cual sea su momento de desarrollo, es un ser humano desde su concepción, al que acompaña un Espíritu  como el que nos conforma a nosotros mismos- Divulguemos estos conceptos e impidamos en la medida que nos sea posible, que esta matanza de inocentes continúe.

Que cada uno en la parcela de  su  responsabilidad individual, digamos siempre de corazón: ¡ Sí a la Vida ¡.

Jose Luis Martín

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                  Com-pasión
Muchas personas se han extrañado de que haya escrito en esta columna que “sin compasión (en el sentido budista) no se combate el hambre”. ¿Por qué "en el sentido budista"? Porque compasión, en el sentido común, posee una connotación despectiva: es sentir pena por el otro, sentimiento que lo rebaja, pues ve en él el hambre de pan sin ver también el hambre de belleza.
Podríamos entender la com-pasión en el sentido del cristianismo originario, sentido altamente positivo, que es tener miseri-cor-dia, es decir, un corazón (cor) capaz de sentir a los míseros y salir de sí para socorrerlos. Actitud que la misma palabra com-pasión sugiere: tener pasión con el otro, sufrir con él, alegrarse con él, andar el camino con él. Pero esta acepción no prosperó. Predominó la otra, moralista y menor, de quien mira de arriba abajo y echa una limosna en la mano del sufridor. 
Sin embargo, la concepción budista de la compasión es diferente. Tiene que ver con la pregunta básica de la que nace el budismo: ¿cuál es el camino que nos libera del sufrimiento? La respuesta de Buda es: "por la com-pasión, por la infinita com-pasión". En la actualización del Dalai Lama: "ayuda a los otros siempre que puedas, pero si no puedes, jamás los perjudiques " (O Dalai Lama fala de Jesus, Fisus 1999, p. 214). Como podemos ver, Buda coincide en esto con Jesús.
La "gran com-pasión" (karuna en sánscrito) implica dos actitudes: desapego de todas las cosas y cuidado con todas las cosas. Por el desapego renunciamos a poseerlas y aprendemos a respetarlas en su alteridad y diferencia. Por el cuidado nos acercamos a las cosas para entrar en comunión con ellas, responsabilizarnos por su bienestar y socorrerlas en su sufrimiento. Es un comportamiento solidario que nada tiene que ver con la pena y la mera asistencia. Para el budista el nivel de desapego revela el grado de libertad y de madurez que poseo; y cuánta benevolencia y responsabilidad tengo con todas las cosas, el nivel de cuidado. La com-pasión engloba las dos dimensiones. Exige, pues, libertad, altruismo y amor.
La com-pasión no conoce límites. El ideal budista es el bodhisattva, aquella persona que lleva tan lejos el ideal de la com-pasión que se dispone a renunciar al nirvana y acepta incluso pasar por un número infinito de vidas sólo para poder ayudar a los otros en su sufrimiento. Ese altruismo se expresa en la oración del bodhisattva: " Mientras dure el tiempo, persista el espacio y haya personas que sufren, quiero también durar yo para liberarlas del sufrimiento.” La cultura tibetana expresa ese ideal a través de la figura del Buda de los mil brazos y de los mil ojos. Con ellos puede, com-pasivo, atender a un número ilimitado de personas.
Partiendo de esta comprensión, se entiende que sin com-pasión no se puede combatir eficazmente el hambre. Hay que acoger al pobre como lo que es, como un sufridor. Y simultáneamente cuidar de él como un co-igual.
La com-pasión en el sentido budista nos enseña también cómo debe ser nuestra relación con la naturaleza: primero, respetar su alteridad; después, cuidar de ella. Y sólo entonces usarla, en la medida justa, para nuestro provecho.
A la "guerra infinita" de la demencia actual, debemos oponer la "com-pasión infinita" de la sabiduría budista. ¿Utopía? Sí, pero es la mejor manera de mostrar nuestra verdadera humanidad, hecha de com-pasión y de cuidado.

Leonardo Boff

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                  LA PUERTA DIVINA 

“Yo soy la puerta; el que por mí entrare será salvo”. – Jesús (Juan, 10:9) 

En los caminos de la vida cada compañero portador de expresión intelectual un poco más alto, se convierte naturalmente en voz necesaria para nuestros oídos; y cada persona que sigue al frente de nosotros abre puertas a nuestro espíritu. 
Los inconformados abren caminos a la rebelión y a la indisciplina. 
Los bellacos ofrecen paso para el cautiverio en que ejercen dominación. 
Los escritores de futilidades dan pasaporte para la provincia del tiempo perdido. 
Los maledicentes encaminan a quien los escuchan a fuentes envenenadas. 
Los viciosos rompen las barreras benéficas del respeto fraternal, revelando despeñaderos donde el peligro es incesante. 
Los perezosos conducen la guerra contra el trabajo constructivo. 
Los perversos abren los precipicios del crimen. 
Aunque no lo notes, varias personas te abren puertas, cada día, a través de la palabra hablada o escrita, de la acción o del ejemplo. 
Examina donde entras con el sagrado depósito de la confianza. Muchas veces perderás largo tiempo para retomar el camino que te es propio. 
No nos olvidemos de que Jesús es la única puerta de verdadera liberación. 
A través de muchas estaciones en el campo de la Humanidad es probable que recibamos provechosas experiencias, acumulándolas a costa de desengaños terribles, pero solo en Cristo, en el clima sagrado de la aplicación de sus principios, es posible encontrar el pasaje bendecido de la definitiva salvación. 

Emmanuel.


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            Preguntas sobre la salud
*. ¿Pueden los Espíritus dar consejos sobre la salud?
“La salud es una condición necesaria para el trabajo que se debe realizar en la Tierra, por eso los Espíritus se ocupan de ella de buen grado. No obstante, como entre ellos algunos son ignorantes y otros sabios, tanto para ese fin como para cualquier otra cosa, no es conveniente dirigirse al primero que acuda.”
25. Si nos dirigimos al Espíritu de una celebridad médica,
¿estaremos más seguros de obtener un buen consejo?
“Las celebridades terrenales no son infalibles, y suelen cultivar ideas sistemáticas que no siempre son correctas, y de las cuales la muerte no las libera inmediatamente. La ciencia de la Tierra es muy poca cosa al lado de la ciencia celestial. Sólo los Espíritus superiores poseen esta última. Aunque sus nombres no os resulten conocidos, pueden saber mucho más que vuestros sabios, en relación con todas las cosas. La ciencia no determina por sí sola la superioridad de los Espíritus. Tanto es así, que vosotros quedaríais muy asombrados si conocierais el lugar que algunos sabios ocupan entre nosotros. Por consiguiente, es posible que el Espíritu de un sabio no sepa más que cuando estaba en la Tierra, en caso de que no haya progresado como Espíritu.”
26. El sabio, cuando vuelve a ser Espíritu, ¿reconoce sus errores científicos?
“Si llegó a un grado suficientemente elevado, que le permita despojarse de su vanidad y comprender que su desarrollo no está completo, los reconoce y los confiesa sin avergonzarse.
Con todo, si todavía no está suficientemente desmaterializado, puede conservar algunos de los prejuicios de que estaba imbuido en la Tierra.”
27. Si un médico evocase a los Espíritus de sus pacientes que han muerto, ¿podría obtener informaciones acerca de la causa de sus muertes, así como de las equivocaciones que tal vez él mismo cometió durante sus tratamientos, a fin de incrementar de ese modo su experiencia?
“Sí, podría, y eso le resultaría muy útil, sobre todo si consiguiera la asistencia de Espíritus esclarecidos, que suplirían la falta de conocimiento de ciertos pacientes. No obstante, para eso sería necesario que realizara ese estudio con seriedad y asiduidad, con
un fin humanitario, y no como un medio para adquirir saber y riqueza sin esfuerzo.”

El LIBRO DE LOS MEDIUMS 
ALLAN KARDEC.


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       COMO  PASAR DE UN MUNDO MEJORABLE A UN MUNDO MEJOR

¿ Cómo pasar de un mundo mejorable a un mundo mejor? ¿cómo conseguir trasladar nuestro deseo interior de mejorar a un efecto exterior y materializarlo? a cada minuto nacen estímulos en nuestro corazón que se desvanecen con la misma rapidez que surgen. son como estrellas fugaces que nos hacen suspirar, pensando... si yo pudiera... pero la realidad es que podemos y debemos. no hemos de frenar esos impulsos sólo por el miedo, la pereza o por el qué dirán, afrontemos la realidad que nos toca vivir como espíritas y empecemos a transformar el mundo, no olvidemos el legado del que somos portadores y estemos convencidos que una pequeña idea puede dar grandes frutos, no desestimemos ninguna de las que, inesperadas, cruzan por nuestro pensamiento. estemos atentos a esos fugaces momentos de lucidez y descubriremos tesoros que trabajados de forma correcta pueden llegar a ser el motor de futuras transformaciones en la tierra. tenemos la llave de esas transformaciones: la espiritualidad. mientras el mundo se debate en luchas políticas, económicas, sociales y militares, los pobres mueren de hambre, los ancianos yacen abandonados y multitudes de desheredados del progreso económico esperan una ayuda. no todos debemos mirar al tercer mundo suspirando por cambiar el planeta, podemos mirar a nuestro lado mientras caminamos por nuestra ciudad y descubrir muchos infortunios en medio de la abundancia, porque hoy en día en los países ricos hay muchos infortunados, que padecen de soledad, de falta de valores morales, que sufren de una falta de educación real mientras son alcanzados por la vorágine de los placeres, el ansia de gozar a la que nos impulsan la mayoría de medios, que no es sino el reflejo de la demanda popular, el moderno panem et circem. las mismas miserias morales que en la roma imperial, pero vestidas de seda y púrpura. por suerte tenemos el espiritismo que nos amplía la visión y nos hace girar la mirada hacia nuestro hermano que cruzamos en la calle, naufragando en un mar de materialismo que lo aboca al suicidio, o aquel otro que nos observa desde la ventana esperando que alguien le acompañe a dar un paseo y desterrar sus fantasmas interiores. 
Hay mucha miseria oculta en nuestro mundo occidental y nos toca alzar la voz para que se oiga fuerte y claro: Yo voy a colaborar y construir un mundo mejor, empezando hoy y por mí mismo. saldré a la calle a encontrar esas personas silenciosas, humildes, que rehuyen las miradas, que recelan de los vecinos, porque les da vergüenza su pobreza en medio de tanta abundancia. abramos las puertas a las nuevas ideas, que han de ser el inicio de nuevas obras. luchemos para que todo no quede en simple intenciones, no nos dejemos vencer por la pereza y el desánimo.
-Actualidad Espiritista Rev.nº 1-
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