domingo, 29 de enero de 2017

Una experiencia: Ley de Causa y Efecto


                       

OLVIDO DE VIDAS ANTERIORES

Si el espíritu no puede recordar lo aprendido en vidas anteriores, ¿no es como si volviera a empezar de cero cada vez? 

- Se olvidan los recuerdos concretos pero no lo aprendido espiritualmente. 
Esto queda retenido por el espíritu en su memoria espiritual, aunque no en la memoria física, que ciertamente parte de cero en cada encarnación. Para que entendáis esto os pondré un ejemplo de vuestros días. Imaginaos que alguien inicia su primer curso de aprendizaje en informática y se le asigna un ordenador para realizar el curso, para que 
practique y guarde en la memoria del ordenador, todos los ejercicios y los trabajos del curso. Cuando llegue al final del curso el alumno habrá aprendido una serie de aspectos de la informática. En el curso siguiente cambiará de clase y cambiará de ordenador. Se le asigna un nuevo ordenador con la memoria a cero, y con mayor capacidad de  procesamiento y de memoria para que pueda disponer de toda su capacidad para ampliar sus conocimientos. Aunque el alumno no haya podido transferir los documentos y ejercicios de la memoria del primer ordenador a la del segundo, lo que ya ha aprendido sobre Informática, no lo va a olvidar. Con este conocimiento podrá configurar el nuevo ordenador a su gusto, no partiendo de cero, sino haciendo uso de los conocimientos adquiridos en el primer curso, y esto es independiente de lo que le ocurra al ordenador antiguo o de los datos creados. Cuando el espíritu encarna en un nuevo cuerpo, ese cuerpo es como ese 
ordenador nuevo con la memoria a cero que se le da al alumno al iniciar el curso, que el alumno irá empleando para aprender. 
Con el tiempo, el cuerpo físico se desgasta hasta el punto de que no le sirve al espíritu para seguir avanzando. Entonces es cuando se hace necesario “jubilar” el ordenador viejo, es decir, desencarnar. La memoria física, el cerebro, se descompone con el resto del cuerpo, pero no la memoria espiritual, que retiene todo lo aprendido en esa vida. En el estado de 
desencarnado, el espíritu puede acceder a todos los detalles de encarnaciones anteriores, ya que deja de estar restringida su capacidad a la capacidad del cuerpo físico. 
- Entonces ¿podremos recordar todas nuestras vidas anteriores cuando hayamos muerto? 
- Todo lo vivido en las encarnaciones de un espíritu, y del periodo entre vidas físicas queda archivado para uso personal del espíritu, aunque mientras el espíritu está poco evolucionada su capacidad de explorar en esta memoria esta restringida a las vidas más recientes. La penetración en la memoria espiritual de las vidas anteriores aumenta  conforme el espíritu evoluciona. 
- Sigo sin ver necesario el olvido de otras vidas. ¿En qué le puede perjudicar al espíritu el recuerdo de otras vidas? Yo creo que sería más bien al contrario. Si el espíritu conserva la memoria de sus vidas pasadas, ¿no tomará mayor conciencia del proceso evolutivo y 
aprovechará mejor la encarnación para evolucionar? 

- El razonamiento que haces es correcto para los espíritus que han alcanzado ya cierto nivel evolutivo, pero no para los espíritus menos avanzados, a los que un exceso de información podría obstaculizar su desarrollo, por no saber emplear correctamente este conocimiento. De forma que el conocimiento se va haciendo accesible a medida que el 
espíritu va evolucionado y va esforzándose por buscarlo. 
Pues me tendrás que poner un ejemplo para que entienda lo que quieres decir, porque no me queda claro en qué manera pueden entorpecer la evolución de un ser los recuerdos de las vidas pasadas. 
Vale. Imaginad que alguien ha sido un asesino en una vida pasada y que tanto él cómo otros espíritus que convivieron con él recuerdan las fechorías que cometió. Este espíritu ahora ha reflexionado respecto al daño que hizo y tiene el propósito de enmendarse en la nueva vida que ha comenzado. Imaginad que volviera a encarnar en medio de las personas que convivieron con él y que recuerdan lo que hizo. 
En esas circunstancias, el espíritu estaría marcado por su pasado y seguramente recibiría el desprecio continuo de las personas que recuerdan que fue un asesino y que no son suficientemente avanzadas espiritualmente para comprender que todos hemos errado en el pasado y que todos hemos necesitado de innumerables oportunidades para rectificar. 
Podría haber algunos que quisieran ajustarle las cuentas, tomarse la revancha por las cuentas pendientes del pasado. Asimismo, el espíritu podría, bajo esa presión del entorno, torturarse emocionalmente o, lo que es peor, vengarse de aquellos que le oprimen y volver a retomar sus actividades delictivas, con lo cual, lejos de conseguir una mejora, estaríamos condenándole al estancamiento espiritual. 
- ¿Cómo le beneficiaría el olvido de las vidas pasadas? 
- Podéis considerar como si el espíritu se hubiera acogido a un programa de protección de testigos, en el que al testigo protegido, antiguo delincuente, a raíz de querer colaborar con la justicia, y para evitar represalias de sus antiguos compañeros, se le da una nueva identidad, un trabajo nuevo en un lugar diferente, para que inicie una nueva vida lejos del peligro, con el objetivo de reinsertarle en la sociedad. En este caso, este efecto, el de la nueva identidad, se consigue mediante la reencarnación y el olvido de las vidas pasadas. 
¿Y siempre ha de ser así, es decir, nunca podremos recordar lo que hemos hecho en vidas anteriores mientras estemos encarnados, sin esperar a la muerte? 
Nunca no. De hecho, como te dije al principio, existen personas que tienen recuerdos esporádicos de otras vidas, sobre todo en la infancia, y algunos consiguen recordar algunos detalles a través de hipnosis regresiva. En Oriente, se conocen muchos más casos de recuerdos espontáneos de vidas pasadas en niños que en Occidente. Y esto se debe a que al ser regiones en las que se cree en la reencarnación, los padres no reprimen a los niños cuando éstos cuentan lo que recuerdan. 
Pero el recuerdo consciente sólo será posible cuando en el mundo encarnen mayoritariamente espíritus que hayan avanzado suficiente en el aprendizaje del amor para no utilizar el pasado como excusa para no amar. Recordaréis cuando comprendáis que todos somos hermanos y que hemos errado en el pasado, y que todos hemos necesitado de innumerables oportunidades para rectificar. Así ocurre en mundos más avanzados, en los que recordar una o varias vidas anteriores es lo normal.

- Ángeles Calatayud -

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                                             EXTRANJEROS

Cuando la pendiente de la vida inclina en exceso la balanza del desequilibrio es menester pararse y reflexionar en muchas de las expeciencias a las que el ser humano es convidado a vivir , porque muchos son los caminos elegidos por encontrar los puntos precisos en el entendimiento de sí mismo.
El mapa que traza nuestro espíritu constituye el camino cierto, el self, la cárcel incierta del materialismo ególatra,sin embargo aunque el camino esté trazado, no por eso está exento de trabas que dominan el estado de conciencia que se prepara para despertar, es necesario abrir los ojos y los sentidos del espíritu para poder reconocer todo lo extraño o mejor dicho, todo lo que es extranjero, nuestro espíritu es la tierra del viajero, del ser que lleva caminando milenios para encontrar la tierra prometida, pero esa tierra se hace esperar, porque son muchos los extranjeros que impiden el avance, extranjeros los bloqueos psicológicos que nos paralizan, porque levantan anchos telones entre nosotros y el ego. Son esos desconocidos a quienes no queremos dar la bienvenida, no estamos dispuestos a darles una oportunidad, por eso, los dejamos arrinconados, quietos, les tapamos la boca para que callen y cuando menos lo esperamos, en plena calma, ellos alzan la voz en un grito fuerte, escalofriante que nos deja sin defensas. el extraño, el extranjero, no es más que un elemento nuevo que hemos de aprender a adaptar al entorno vital al que pertenecemos. el miedo a enfrentarnos a estructuras nuevas de comportamiento, nos hace estancarnos en las viejas parcelas del comodismo. nuestro ego impidió el avance refugiándose en las trincheras oscuras de un materialismo dominador, mientras los bloqueos atávicos levantaban cárceles emocionales tras las cuales, todavía hoy, escondemos nuestros miedos. estamos dispuestos a ser generales de grandes hazañas, cuando a penas sabemos ser soldados en la lucha por nuestra supervivencia moral. para seguir adelante es preciso plantarle cara a nuestra sombra, imagen viva, aunque extraña del proceso seguro de renovación. sombras que limitan en secuencias de ilusión, todo aquello que nos ayuda a crecer. pero toda sombra es proyectada por un foco de luz, sin la cual, la sombra extranjera no habría nacido. es la hora de ponerle rostro al acompañante extraño que durante tanto tiempo lleva unido a nosotros. tal vez no estemos preparados para amarle, pero sí para reconocerlo, es hora de integrarlo en el panorama psíquico de nuestra realidad para que no siga causándonos extrañeza, ni miedo. los defectos, cuando bloquean nuestros pasos, ya dejaron de ser criaturas inocentes, para convertirse en maestros del dolor. se enquistan con el permiso de nuestro subconsciente, para hacerlos invisibles y así imaginar que no existen. pero existen, están y son los causantes de nuestra inseguridad y especialmente de nuestra susceptibilidad, porque siempre asoman su patita cuando nosotros nos damos la vuelta para que sean los otros quienes los vean. extranjeros en tierra propia, ellos representan la parte que hace mucho tiempo perdimos en la construcción de nuestra personalidad, dando un enfoque preciso al temperamento que nace una y otra vez en nosotros. la diferencia la marca el acento cristiano en la búsqueda de nuevos senderos de liberación, porque no tenemos que liberarnos del extranjero, sino integrarlo en el conjunto de actitudes nuevas que construirán nuestro nuevo mundo, poniendo delante aquello que lleva demasiado tiempo detrás y no queremos ver.
. Longina - Centro Espírita Manuel y Divaldo

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El Maestro que Reside Dentro de 

Nosotros

Vengo aprendiendo que seguir la llamada del corazón es siempre más seguro que guiarse por lo que los demás esperan de nosotros o proyectan en nosotros. Aunque en un primer momento podamos sentirnos inseguros entre escuchar la voz de la razón o la del sentimiento, esta última será siempre la verdadera y certera, pues va conectada con nuestra sensibilidad e intuición que sobrepasan los límites de tiempo y espacio y nos proyectan hacia una realidad futura y causal. Esto no significa que debamos dejar de usar la razón, pero razón y sentimiento deben andar juntos; razón sin sentimiento es como un suelo infértil, pues es el sentido que solamente ve por el lado de afuera, y no por el lado interior, donde podemos entrar en contacto con nuestra verdad más profunda.

Y ser verdadero consigo mismo es la tónica de estos nuevos tiempos. Ego y máscaras solo sirven para distanciarnos de nuestro verdadero yo, del ser integral que somos, y asimismo para disociarnos de nuestros ritmos internos, nuestros “momentos oportunos” esenciales, nuestros ciclos tan sagrados para nuestro crecimiento.

Muchos desafíos han venido surgiendo, y no es sencillo el administrarlos. Y si es duro tener que vivir aún en el mundo de la dualidad, imaginad cuando se rompen las ilusiones de una realidad que habíamos creído una e íntegra, pero que en realidad era dual. Sí, porque en este afán de evolucionar y encontrar un lugar de paz y aceptación, ¡también proyectamos mucho! Muchas veces elegimos a alguien como nuestro “maestro”, confiamos, lo endiosamos, para después constatar que ese supuesto maestro era alguien que podía estar algo más adelante que nosotros, pero todavía con un largo camino por recorrer y que nuestra decepción y desilusión es responsabilidad tan solo nuestra.

Y esa es la otra cara de la misma moneda… El proyectar nuestras ilusiones de perfección y luz en los otros. He aprendido que nuestro mayor maestro reside dentro de nosotros, la pequeña voz de la sabiduría que podemos escuchar en lo más profundo de nuestros corazones, la voz de nuestro Yo Superior, que nunca se distancia de nosotros, la Presencia que puede ser olvidada, pero a cualquier momento contactada. He aprendido que jamás debemos ceder nuestro poder personal a quien quiera que fuese, pues el despertar de la consciencia no es algo que alguien, por más evolucionado que sea, pueda hacer por nosotros. No hay “atajos” en el Camino.

Éste es largo y arduo, pero puede ser abreviado por el poder de nuestra propia voluntad y determinación. Los verdaderos maestros son como amigos mayores, nos dan consejos valiosos, nos enseñan algunas prácticas para alcanzar estados más plenos de consciencia, pero el éxito del emprendimiento depende solamente de nosotros. No hay camino mágico e instantáneo, sino que pueden producirse en esta andadura momentos mágicos, y éstos son fruto de nuestra intención constante de dar un paso adelante en nuestra evolución de conciencia.

Y cuando elegimos el camino de la unidad, el camino de la dualidad se hace insoportable, difícil e insufrible. El constatar que aún podamos ser blanco de antipatía e incomprensión, cuando dentro de nosotros la intención de una unión interna, comprensión y aceptación verdadera del otro está presente, nos lastima, sí, aunque tengamos plena consciencia de la inconsciencia del otro. También es coherente que estemos en un estado de perdón incondicional en estos casos.

Pero aún así, perdonando y dejando pasar, convivir con situaciones y personas que nos disminuyen, en vez de añadirnos algo, no es agradable. He aprendido que romper con esas vivencias y relaciones es el mejor remedio para poder continuar firme y de cabeza erguida en nuestro camino, alineados con nuestra verdad. En el 2008 se han ido antiguas relaciones, las verdaderas han permanecido y algunas otras verdaderas se afirmaron. Pero siento que ese proceso aún continúa.

Ser nosotros mismos y tener total responsabilidad por quienes somos y por lo que creamos no es tarea fácil, no. Pero a cada paso asertivo nos sentimos más confiados. He aprendido que ser asertivo no siempre es ser buenecito y perfecto y aceptar todo lo que vacían en nosotros… Saber decir que no es muchas veces el camino más efectivo.


¡Namaste!
por Daniele Alvim
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                             ¡  BENDITO ESPIRITISMO !

¡ Bendito sea el Espiritismo, que nos abrió las cortinas del Más Allá !; ¡Bendito sea el Espiritismo, que nos trajo el "Orad y Vigilad" de Jesús. 
Ahora sabemos que estamos cercados por el mundo invisible y ahora nos cabe a nosotros fortalecer moralmente para no ser manipulados por el mundo invisible tan facilmente. Nos instruimos para salir de la ignorancia y aprender a diferenciar el mal del bien.
 Adquiramos el hábito de la oración para pedirle a Dios que nos permita identificar nuestras sombras y nos de el apoyo de los buenos Espíritus para que podamos vencer nuestras malas tendencias adquiriendo el control de nuestros actos y pasar a caminar en la luz del Amor.
"En verdad que yo os digo: Lo que hicisteis a uno de los menores de estos, mis hermanos, a mí me lo hicisteis".
Si amamos a Jesús nos esforzaremos por hacer el bien porque el Amor que tenemos por Jesús debe ser expresado con la práctica del bien, en auxilio de los que están a nuestro alcance, en un ejercicio de fraternidad, desarrollando la paciencia, en la práctica del perdón, en el esfuerzo por hacernos mejores cada día. Todo el bien que hagamos a alguien es un paso que damos en dirección a Jesús. Cuanto más bien seamos capaces de hacer, más nos aproximaremos a Jesús. Por tanto si amas a Jesús, demuéstralo en el Amor a tu prójimo.
Sandro Simões

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Una experiencia: Ley de Causa y Efecto

Desde la infancia recuerdo haber sido una persona de fuerte carácter. Continuamente me rebelaba con todo. Las injusticias me desquiciaban. No lograba conprenderlas. La educación que recibí fue la mejor que supieron darme, pero en aquella época era bastante sexista. Yo no comprendía por que yo tenía que fregar los cacharros y mi hermano podía jugar, y como este ejemplo infinidad de situaciones y detalles.
Repito que la educación recibida fue la mejor que sabían darme, no había maldad en ello. Sólo era eso lo que había.Pero entonces no lo podía ver y me sentía muy desdichada.

Después en la época laboral a pesar de ser capaz de hacer las cosas mejor que otros compañeros, o incluso de ser yo quien les sacara las castañas del fuego, mi trabajo no era reconocido por no tener estudios superiores. Afortunadamente la visión de la educación ha cambiado y no se discriminan tanto las labores del hogar, pero en el mundo laboral la vorágine de competencia y poder es cada vez mayor.

Bien, como era una persona rebelde y orgullosa no cabe decir que me pasaba la mayor parte de la vida con la espada en alto. No me daba cuenta de que los enfrentamientos en los que yo formaba parte no sólo me hacían infeliz a mí, sino que también generaba sufrimiento a todos quienes me rodeaban y se veían involucrados.

La educación moral era estricta. No robarás, no matarás, no mentirás, etc. Aprender todo esto era bueno, en definitiva, "no hacer nada a nadie, si no te gusta que te lo hagan".

Por otro lado faltar a cualquiera de estos cánones, aunque sólo fuera desobedecer, tenía como consecuencia un castigo (por ejemplo no ver la tele, o no salir a jugar con los amigos, o una amonestación en el trabajo).

Pero...... ¿y si nadie se enteraba?
Nada, no pasaba nada.
¡Error! ¡Qué gran error! ¡Cuanta ignorancia y cuanto sufrimiento pensar de esa manera!

La expresión más corriente era ¿por qué me pasa esto a mi?

La rueda una vez que empieza a girar, toma fuerza y si tú me haces daño a mí, yo te lo hago a tí y entonces tú me golpeas más fuerte.
Pero ¿qué pasaría si la paramos?
Hoy sé que existe una "Ley Natural". No es moderna, data de más allá de los tiempos. Es la "LEY DE CAUSA Y EFECTO"
Veréis yo no tuve oportunidad de oir hablar de ella hasta hace unos pocos años.

Al principio "entendía" perfectamente lo que quería decir pero no "asimilaba" su importancia. En teoría yo entendia que si por ejemplo se me ocurria robar algo, en consecuencia a mi me sustraerían algo, y si además mi acto fue con la intención de hacer daño, seguro que lo que me quitaran sería de valor para mí y hasta es posible que con violencia me lo arrebataran. (Podemos pararnos a pensar si alguna vez nos han robado ¿No es posible que de algun modo nosotros hallamos cometido ese acto simplemente cogiendo algún objeto por capricho en algún lugar sin pagarlo? Hasta es posible que pensaramos que teníamos derecho a cogerlo)

Al pararme a observar, mirando hacia atrás, cuando la pregunta del porqué acudía a mi mente, me dí cuenta, en la mayoría de los casos del porqué. En otros mi orgullo no me permitía ver que se pudiera caer tan bajo por tan poca cosa a veces. Cuando realmente "asimilé"esa Ley fué una noche. Después de pasar ocho años luchando con la enfermedad de un ser muy querido para mi, y para la cual la medicina no encontraba ninguna solución, me senté a pensar después de la pregunta del "¿por qué?". Y me puse a pedir por ese ser y su sufrimiento desde la parte más profunda de mi corazón. Entonces vino a mi un recuerdo que mi orgullo me permitió revivir.

Hubo un momento de nuestra vida en que dejamos que la incompresión y la intolerancia se asentara en nuestras vidas.Recordé que en un momento que yo lo estaba pasando mal, esa persona me hirió tan profundamente con sus palabras que le deseé con todo mi odio y mi rabia que viviera esa misma situación mia para que así la comprendiera.
La verdad no sabía el alcance al que llegaría mi pensamiento en aquel momento, pero cuando aquella noche ese recuerdo asaltó mi mente lloré las lágrimas más amargas que hasta entonces había llorado.

Pedí perdón por ello y seguí implorando para que el sufrimiento de esa persona mitigara. Aquel Ser Supremo a quien yo se lo pedí, debió escucharme, porque la mejoría fue lenta pero continua.
Espero que tú que estas leyendo estas líneas tengas la oportunidad de "asimilar" desde el fondo de tu ser esta "LEY" para evitarte sufrimientos y preguntarte ¿por qué?. Aplícalo en tu vida y seguro que hallarás más felicidad.


Ana Sobrino
Grupo Espírita “Entre el Cielo y la Tierra

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