REENCANACIÓN LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES José de Pizarra. No se puede suponer que Job quisiese hablar de la “Regeneración” por agua del “Bautismo”, que el ciertamente no conocía. “El hombre estando muerto una vez ¿podría acaso vivir de nuevo?” La versión de la Iglesia griega es aun mas explicita, si es posible: “concluyendo los días de mi existencia terrestre, esperare por que volveré”; es decir, volveré a la existencia terrestre. Esto esta tan claro como si uno dijera: “Salgo de mi casa pero volveré” No es, pues, dudoso que bajo el nombre de “Resurrección”, el principio de la reencarnación era una de las creencias fundamentales de los judíos, siendo confirmada por Jesús y los profetas de una manera formal; de donde se sigue que: “Negar la Reencarnación es negar la palabra de Cristo” Sus palabras serán un día autoridad sobre este punto, como sobre muchos otros, cuando se mediten sin prevención. Pero esta autoridad desde el punto de vista religioso viene a unirse desde el punto de vista filosófico, el de las pruebas que resultan de la observación de los hechos; cuando de los efectos quiere uno remontarse a las causas, la reencarnación aparece como una necesidad absoluta, como una condición inherente a la humanidad en una palabra, como una Ley de la naturaleza. Se releva por sus resultados de una manera, por decirlo así, material, como el motor oculto se revela por el movimiento, ella sola puede decir al hombre, “de donde viene, y donde va, y porque esta en la tierra”, así como justificar todas las anomalías y todas las “injusticias” aparentes que presenta la vida. Sin el principio de la preexistencia del alma y de la pluralidad de existencias, la mayor parte de las máximas del evangelio son ininteligibles; por esto dieron lugar a interpretaciones tan contradictorias; “Ese principio es la clave que debe restituirles sus verdaderos sentidos” Antes de continuar desarrollando este tema tan hermoso como delicado y cierto, tablero de salvación y Luz de la humanidad como es La Reencarnación, deseo con todo mi fraternal amor, aclarar que, la iglesia que desgraciadamente tanto daño hizo y, no me explico el por que, continua haciéndolo a este noble y luminoso dogma, pregonado una vez y otra por el mismo Jesús, y a sabiendas que, sin esta Ley todo se derrumba y nadie entiende nada, la misma Iglesia la abolió en su tiempo; ¿por que?, ellos sabrán... “Orígenes, discípulos de San Clemente, el mas instruido de los padres Cristianos, aceptaban” la doctrina de las vidas sucesivas, que era del conocimiento y creencia común de los primeros tres siglos del Cristianismo. Y por ello fue anatematizado en aquel famoso Concilio de Constantinopla II. Decía: “Cada alma recibe un cuerpo de acuerdo con sus merecimientos y sus previas acciones”. | |||
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LA OBSESIÓN
EL ADOCTRINAMIENTO
Infección e infestación.
No solo en el plano psicológico se verifican las obsesiones, sino además en la patología general. Síntomas de enfermedades infecciosas son transmitidos a personas sanas por entidades espirituales enfermizas. A fin de hacer esa distinción, se adoptó en el Espiritismo el término infestación para designar esas dolencias fantasmas, que tanto pueden ser de origen anímico como espirítico. Fuertes impresiones y temores pueden ocasionar la sintomatología fantasma. En los casos de infestación se verifica el proceso inductivo de los vasos comunicantes: el espíritu transfiere a la víctima, generalmente sin saberlo, los síntomas de la enfermedad que lo ha llevado a la muerte y que persisten en su periespíritu o cuerpo espiritual.
La prueba científica, objetiva, de la existencia de ese cuerpo espiritual se obtuvo en Francia, por Raúl de Motyndon, en la primera mitad del siglo y actualmente por físicos, biofísicos y biólogos soviéticos, en la universidad de Kirov, en la URSS, quienes han dado al referido cuerpo la designación del cuerpo bioplásmico. Kardec investigó ese problema en su tiempo, confirmando la hipótesis de la infestación por medio del tratamiento y cura de los seudoenfermos con el simple alejamiento de las entidades enfermizas infestadoras.
El Dr. Karl Wikland, en los Estados Unidos, comprobó asimismo el fenómeno por espacio de tres décadas, exponiendo los resultados minuciosamente en el libro “Treinta Años entre los Muertos”. En su famosa clínica de Chicago, el Dr. Wikland obtuvo éxitos sorprendentes. Las seudoenfermedades de cientos de pacientes, cansados de recorrer consultorios y clínicas, e ingresados inútilmente en hospitales especializados, encontraban solución para su caso. Y él no era, propiamente, un médico espírita. Era únicamente un médico estudioso e investigador, que había tenido la ventura de casarse con una joven dotada de gran sensibilidad mediúmnica. Los casos relatados en su libro revelan la riqueza de los fenómenos con que él se deparó en su trabajo médico. Su caso no es único, fue uno entre miles que ocurrieron y ocurren en el mundo. Lo hemos mencionado aquí porque ha sido uno de los más positivos e importantes.
El Dr. Karl Wikland, en los Estados Unidos, comprobó asimismo el fenómeno por espacio de tres décadas, exponiendo los resultados minuciosamente en el libro “Treinta Años entre los Muertos”. En su famosa clínica de Chicago, el Dr. Wikland obtuvo éxitos sorprendentes. Las seudoenfermedades de cientos de pacientes, cansados de recorrer consultorios y clínicas, e ingresados inútilmente en hospitales especializados, encontraban solución para su caso. Y él no era, propiamente, un médico espírita. Era únicamente un médico estudioso e investigador, que había tenido la ventura de casarse con una joven dotada de gran sensibilidad mediúmnica. Los casos relatados en su libro revelan la riqueza de los fenómenos con que él se deparó en su trabajo médico. Su caso no es único, fue uno entre miles que ocurrieron y ocurren en el mundo. Lo hemos mencionado aquí porque ha sido uno de los más positivos e importantes.
J. Herculano Pires
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