martes, 10 de octubre de 2017

Algo más, del más allá



Hoy leeremos aquí : 

- El chantaje y la coacción: dos enemigos de las relaciones sanas.
-Población del globo
-¿ Basta con creer ?
-Premio al sacrificio
-Algo más, del más allá.


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El chantaje y la coacción: dos enemigos               de las relaciones sanas 

Desafortunadamente las relaciones humanas están plagadas de manipulaciones. La mayoría de ellas se dan de forma inconsciente. Las aprendemos sin darnos cuenta y las reproducimos de igual manera. Dos de esos mecanismos manipuladores, que dañan severamente los vínculos personales, son el chantaje y la coacción. 

La manipulación, en términos psicológicos, se define como un mecanismo a través del cual una persona logra que otra diga o haga algo, empleando para ello trampas, ardides o engaños. Identifica a las situaciones en las que se utiliza a los demás, o se les convierte en un instrumento para el logro de un fin personal. En muchas ocasiones se manipula deliberadamente, como cuando un político falsea sus propósitos para que voten por él. En otras, especialmente en la vida privada, la manipulación es semiconsciente o inconsciente. 

“Conozco a quien lo han educado desde la manipulación, el control, el chantaje, la falsedad, la intimidación y la violencia. Lo paradójico es que los educadores se creen víctimas”. 

-Autor desconocido- 

¿Cómo ejerces el chantaje o la coacción sin darte cuenta? Cuando adoptas una posición de víctima, por ejemplo. Así logras que el otro actúe en función de la culpa y no de su libre conciencia. También se produce cuando desvalorizas a alguien para que siga dependiendo de ti. O cuando te aprovechas de la debilidad del otro para ponerlo a tu servicio de algún modo. 

El chantaje psicológico: un lastre emocional 


El chantaje psicológico o emocional es una forma de manipulación y, por lo mismo, un acto violento. Se implementa para lograr el control sobre el comportamiento de otra persona y también sobre sus sentimientos. Como todo chantaje, involucra un esquema en el que se disuade al otro de hacer o no hacer algo, en función de una consecuencia negativa. Es algo así como “Hazlo, pero sufrirás por ello”, o “No lo hagas, pero la consecuencia puede ser desastrosa”. 

El chantaje psicológico impide que una persona actúe con autonomía y libertad. De eso se encarga el chantajista. Pondrá muy de presente todo lo que le acarreará al otro el asumir o no un determinado comportamiento. Quiere que su víctima actúe como él quiere, no como lo dicten las convicciones personales del otro. 

Hay dos pilares sobre los cuales descansan la mayoría de los chantajes emocionales. Uno es la culpa y el otro es la inseguridad. Se pretende hacer creer al otro que sus acciones o decisiones libres son, en realidad, una prueba de su maldad. O que causarán un grave daño. Así se logra que los demás se comporten como el chantajista quiere. “Vete a tu fiesta… Un día ya no estaré en este mundo y ahí sí vas a lamentar no haber pasado más tiempo conmigo”. 

La inseguridad es un rasgo que hace bastante manipulable a cualquier persona. Basta con que el chantajista enfatice en los errores, defectos o riesgos que corre el otro, para que este último actúe como un manso corderito. “Cuando te des cuenta de que no tienes idea de eso, me buscas y yo te ayudo a solucionarlo”. 
La coacción, entre lo crudo y lo sutil 

En la coacción no solamente se implementan métodos para que una persona haga lo que otro quiere, sino que en este caso se busca que haga algo que va en contra de lo que desea. La coacción involucra comportamientos más violentos que el chantaje, aunque también tiene facetas sutiles. De todos modos, la coacción implica una relación de poder y abuso. 

En la coacción hay amenazas directas o veladas. Se vale del miedo de los demás, o de su condición de vulnerabilidad frente a algo. La utilizan frecuentemente las figuras de poder para manejar a quienes están bajo su esfera de influencia. En este caso la víctima es consciente de que está siendo manipulada, pero se siente impedida para reaccionar. Puede ser porque el otro es más fuerte y amenaza con violencia física, o porque tiene mayor estatus y puede causar graves daños. 

Mientras que en el chantaje afectivo lo usual es que quien lo ejerce sea alguien querido, en la coacción no necesariamente es así. Proviene no tanto de un ser querido, sino de un ser temido. La víctima no se da cuenta de que tiene recursos para resistir a esa forma de manipulación, sino que se deja ubicar en la posición de alguien indefenso frente a la arbitrariedad. 

Tanto el chantaje como la coacción son verdaderos cánceres de las relaciones interpersonales. Lo único que consiguen es falsear los sentimientos o anular a las personas. Puede que el victimario se salga con la suya temporalmente, pero, tarde o temprano, será objeto del efecto bumerang. Los manipuladores suelen terminar atrapados en su propia red.


- Jose Manuel Fernandez-

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                  Población del globo 

686.+ La reproducción de los seres vivientes ¿es una ley natural? 

- Ello es evidente. A no ser por la reproducción, el mundo corporal perecería. 

687. Si la población continúa siguiendo la progresión creciente que observamos, ¿llegará un momento en que será excesiva en la Tierra? 

- No. Dios provee a ello y mantiene siempre el equilibrio. Él no hace nada que sea inútil. El hombre, que no ve más que un aspecto del cuadro de la Naturaleza, no puede evaluar la armonía del conjunto. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC 

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                                             ¿ BASTA CON CREER ?

¿Es preciso hacer profesión de fe espiritista y creer en las manifestaciones para asegurarnos nuestra suerte en la vida futura? 

- Si así fuera, se podría colegir de ello que todos los que no creen en el Espiritismo o no han estado en situación de instruirse a su respecto quedan desheredados, lo cual sería absurdo.* El bien es el que nos asegura nuestra suerte venidera. Y el bien es siempre tal, sea cual fuere el camino que hasta él conduzca. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC 

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                     PREMIO AL SACRIFICIO 

Tres hermanos dedicados a Jesús leyeron en el evangelio que cada hombre recibirá siempre, de acuerdo con sus obras, y prometieron cumplir las lecciones del Maestro. 
El primero se colocó en la industria del hilo del algodón y, de tal modo se aplicó al servicio que, en breve tiempo, pasó a la condición de interesado en las ganancias administrativas. Al cabo de 25 años, era el jefe de la organización y adquirió títulos de verdadero benefactor del pueblo. Ganaba dinero con inmensa facilidad y socorría a infortunados y sufrientes. 

Dividía el trabajo equitativamente y distribuía los lucros con justicia y bondad. 

El segundo estudió mucho tiempo y se hizo un juez famoso. Aunque gozase del respeto y de la estima de sus contemporáneos, jamás olvidó los compromisos que asumiera delante del evangelio. Defendió a los humildes, auxilió a los pobres y liberó a muchos prisioneros perseguidos por la maldad. 

De juez se tornó legislador y cooperó en la confección de leyes benéficas y edificantes. 

Vivió siempre honrado, rico, feliz, correcto y digno. 

El tercero, sin embargo, era paralítico. No podía usar la inteligencia con facilidad. No podría comandar una fábrica, ni dominar un tribunal. Tenía las piernas secas. El lecho era su residencia. No obstante, recordó que podía hacer un servicio de oración y comenzó la tarea por la humilde mujer que le hacía la limpieza doméstica. 

La vio triste y llena de lágrimas y trató de conocer su tristeza con discreción y fraternidad. La confortó con ternura de hermano. La invitó a orar y pidió para ella las bendiciones divinas. 

Bastó esto, y, enseguida, traídos por la servidora reconocida, otros sufrientes venían a rogarle el concurso de la oración. El sencillo aposento se llenó de necesitados. Oraba en compañía de todos, les ofrecía la sonrisa de confianza en la bondad celeste. Comentaba los beneficios del dolor, exponía sus esperanzas en el Reino Divino. Daba de sí mismo, gastando emociones y energías en el santo servicio del bien. Escribía innumerables cartas, 
consolando viudas y huérfanos, enfermos y desafortunados, insuflándoles paz y coraje. 

Comía poco y reposaba menos. Tanto sufrió con los dolores ajenos que llegó a olvidarse de sí mismo, y tanto trabajó que perdió el don de la vista. Ciego, de todas maneras, no quedó solo. Prosiguió colaborando con los que sufrían, a través de la oración, ayudándolos cada vez más. 

Murieron los tres hermanos, en edad avanzada, con pequeñas diferencias de tiempo. 

13* Cuando se reunieron, en la vida espiritual, vino un Ángel a examinarles las obras con una balanza. 

El industrial y el juez traían un gran equipaje, constituido de varias bolsas, repletas con el dinero y las sentencias que habían distribuido en beneficio de muchos. El servidor de la oración traía apenas un pequeño libro, donde acostumbraba escribir sus rogativas. 

El primero fue bendecido por el confort que esparció con los necesitados y el segundo fue también loado por la justicia que sembrara sabiamente. 

Sin embargo, cuando el Ángel, abrió el libro del ex–paralítico, salió de él una gran luz, que todo lo envolvió en una corona resplandeciente. La balanza fue incapaz de medir tanta grandeza. 

Entonces, el mensajero le habló, feliz: 

– Tus hermanos son benditos en la casa del Padre por los recursos que distribuyeron, a favor del próximo, pero, en verdad, no es muy difícil ayudar con el dinero y con la fama que se multiplican fácilmente en el mundo. Sé, por lo tanto, bienaventurado, porque diste de ti mismo, en amor santificante. Gastaste las manos, los ojos, el corazón, las fuerzas, el sentimiento y el tiempo en beneficio de tus semejantes, y la ley del sacrificio determina que tu morada sea más alta. No transmitiste tan solo los bienes de la vida: irradiaste los dones de Dios. 

Y el servidor humilde del pueblo fue conducido a un cielo más elevado, de donde pasó a ejercer la autoridad sobre mucha gente. 

ALBORADA CRISTIANA 
NEIO LÚCIO 

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ALGO MÁS, DEL MÁS ALLÁ
Mercedes Cruz
¿Para qué son los mensajes del más allá?
Esta es la pregunta que suelen hacer con toda tranquilidad aquellos que ignoran el sufrimiento humano.
Y la respuesta es que semejantes comunicados transitan hoy por todo el mundo, en la dirección exacta y en el momento oportuno.
No sé si usted conoce a las madres atormentadas por el pesar por los hijos que la muerte les arrebató el cariño, notadamente cuando apenas comenzaban a vivir; si ya vio a los padres tanteando las cruces que señalan los brotes de recuerdos por los seres queridos que viajaron para el Más Allá, a través de las fronteras de gris; si pensó, algún día, en el llanto de las viudas, relegadas a la soledad, ante la partida compulsoria de los compañeros transferidos para otros dominios de la existencia ̧ si alguna vez reflexionó en el dolor de los hombres que apretaron las manos desfallecientes de las esposas inolvidables que ellos, en vano, quisieron arrancar al poder del silencio que les cerró los ojos para el mundo; si alguna vez, medito, en la angustia de los jóvenes que inultamente procuran algún trazo de los entes que amaban, muchas veces alimentando la desesperación que les abre camino para el suicidio; o si ya habrá visto, en algún lugar, a los portadores de enfermedades consideradas irreversibles, que atraviesan los días, entre la inquietud; y el desaliento...
Si usted tomo conocimiento de todos esos héroes de las lagrimas, afrontados siempre, por sufrimientos y humillaciones, entonces usted ya consiguió saber para qué son los mensajes de cuantos residen en el Más Allá, y de cierto, no precisará preguntar nada más.
Si se saben apreciar, muchas son las ventajas que reportan las comunicaciones con los espíritus, inmensas si se comprenden sus indicaciones generalmente moralizadoras. La comunicación con los espíritus rasga el tupido velo de los misterios religiosos.
Kardec nos dice, que hasta hace muy poco el hombre solo ha creado hipótesis acerca de su porvenir, sus creencias en esa materia están divididas en numerosos sistemas. Hoy en día los espíritus son testigos presenciales los actores mismos de la vida de ultratumba, los que vienen a decirnos lo que en eso hay, lo cual solo ellos pueden hacerlo.
Gracias a sus manifestaciones nos ha posibilitado conocer el mundo invisible que nos rodea y que ni siquiera sospechábamos, el cual por si solo es de una importancia capital, aun suponiendo que los espíritus no pudieran enseñarnos otra cosa.
Es como si llegamos a una ciudad extraña, en la que nunca hemos estado, ¿Quién de nosotros rehusaría las informaciones y los detalles para poder conducirnos en ella? Pues en lo referente a las informaciones de los espíritus, hasta el más humilde puede darnos instrucciones muy útiles.
Dios juzga a la Humanidad dispuesta para penetrar en los misterios de su doctrina, y contemplar con sangre fría nuevas maravillas, ha permitido que se descorriese el velo que separaba el mundo visible del invisible. La vida terrestre lo es todo para los que solo ven el presente, el mundo actual, los espíritus manifestando la vida espiritual que gozan; la vida terrestre no es nada.
Más allá de la tumba existen horizontes esplendidos e interminables. No nos damos cuenta de la causa de nuestro sufrimiento, y ahora más instruidos vemos en ellos la justicia de Dios.
La duda acerca de nuestra suerte ya no existe, y la tristeza y el desaliento ceden su paso a una risueña esperanza. La vida terrestre lo era todo para nosotros, porque no veíamos después de ella, en cambio ahora más instruidos manifestando la vida espiritual que gozamos: la vida terrestre no es nada.
Kardec en su libro la “Génesis” dice que el fluido cósmico universal, es el elemento primitivo del cuerpo carnal y del periespiritu, los cuales no son sino transformaciones del mismo. Este fluido por la identidad de su naturaleza, puede suministrar al cuerpo los elementos reparadores de que tenga necesidad. Estando condensado en el periespiritu, el agente propulsor es el Espíritu encarnado o no, que infiltra en un cuerpo deteriorado una parte de sustancia de su envoltura física. La curación se verifica por la sustitución de una molécula sana por otra enferma. La potencia curativa será, pues, proporcional a la pureza de la sustancia inoculada; depende además de la energía y de la voluntad que provoca una emisión fluídica muy abundante y da al fluido mayor agudeza o fuerza de penetración, y en fin, de las intenciones que animan al que desea curar, sea hombre o Espíritu. Los fluidos que emanan de una fuente impura, son como sustancias medicinales alteradas.
Los efectos de la acción fluídica sobre los enfermos, son muy variados según las circunstancias: esta a veces es lenta y reclama un tratamiento, como es el del magnetismo ordinario; otras es rápido como una corriente eléctrica. Hay personas que tienen un poder tal, que obtienen en ciertos enfermos curaciones instantáneas con solo imponerle las manos y aun solo por el acto de su voluntad, entre los dos extremos de esa facultad hay matices muy variados hasta el infinito.
Todas las curaciones de este género son variedades del magnetismo, y no se difieren sino por la potencia y la prontitud de la acción. El principio es constantemente el mismo; es el fluido el que representa el papel del agente terapéutico, y cuyo efecto está subordinado a su calidad y a circunstancias especiales.
La acción magnética puede producirse de varias maneras:
1a Por el fluido mismo del magnetizador, es el propio magnetismo, o sea el magnetismo humano, cuya acción está subordinada a la potencia y sobre todo a la calidad del fluido.
2apor los fluidos de los espíritus que obran directamente y sin intermediarios sobre un encarnado, ya para curar un padecimiento, ya para procurar un sueño sonambúlica espontaneo, ya para ejercer sobre el individuo una influencia física o moral cualquiera. Este es el magnetismo espiritual, cuya calidad está en relación con las cualidades del espíritu.
3o Por el fluido que los espíritus emiten sobre el magnetizador, el cual sirve de conductor. Este es el magnetismo mixto, semi-espiritual. El fluido espiritual, combinado con el fluido humano, da a este ultimo las cualidades que le faltan. El concurso de los espíritus en tal caso, es a veces espontaneo, pero las más de las veces es provocado por la evocación o llamamiento del magnetizador.
La facultad de curar por el influjo fluídico es muy común y puede desarrollarse por el ejercicio; pero la de curar instantáneamente por la imposición de las manos es más rara, y su apogeo puede considerarse como excepcional; no obstante, se han visto en diversas épocas y en casi todos los pueblos, individuos que la han poseídos en grado inminente. En estos últimos tiempos se han visto varios casos notables cuya autenticidad es incuestionable. Pues esta clase de curaciones tiene por fundamento un principio natural y que el poder hacerlas no es un privilegio, no se salen de las leyes naturales y no tienen nada de milagrosas sino en la apariencia.
Ciertamente que existen médiums poderosos, pero no por eso se ha de creer que son santos bajados del cielo.
Tenemos que procurar ante ellos, no dar a nada ni a nadie un tinte mágico ni un carácter milagros; aceptar toso los efectos como sencillas demostraciones de las leyes naturales, y es indiscutible que el Espiritismo con sus manifestaciones han hecho pensar a muchos en lo que nunca habían pensado, y han desarrollado condiciones que ellos ignoraban.
Los engaños y las supercherías no implican nada en contra del Espiritismo que, como nos dice Kardec sobre los caracteres de los milagros. Aunque el espiritismo admita los efectos que son consecuencia de la existencia del alma, no se deduce que admita todos los efectos calificados como maravillosos, ni que traten de justificarlos y acreditarlos; que se haga campeones a todos los soñadores, de todas las utopías , de todas las excentricidades sistemáticas, de todos los romances y leyendas milagrosas. Es preciso conocerle para juzgarlo.
El progreso avanzará siempre, porque su destino es avanzar, y el Espiritismo es la síntesis del progreso, porque aspira a la regeneración de la humanidad.
Su lema es hacia Dios por la caridad y la ciencia.
Decía Hippel que la imaginación es el pulmón del alma, y nosotros decimos que el Espiritismo es el pulmón de la eternidad.
El carácter esencial del milagro en el sentido teológico es el de ser una excepción a las leyes de la naturaleza, siendo por consiguiente inexplicable por las mismas.
Desde el instante que pueda explicarse un hecho y se relaciona con una ley conocida, cesa de ser un milagro. Así es como los descubrimientos naturales de la ciencia han hecho entrar en el dominio de los acontecimientos naturales ciertos efectos calificados de prodigiosos, mientras fue desconocida su causa.
La clave de los fenómenos del orden psíquico, la han dado el conocimiento del principio espiritual, de la acción de los fluidos sobre la economía del mundo invisible en medio e la cual vivimos, de las facultades del alma, de la existencia y propiedad del periespiritu, y a probado que al igual que los otros, no son derogaciones de las leyes de la naturaleza, sino que, por el contrario son aplicaciones frecuentes de las mismas. Todos los efectos del magnetismo, del sonambulismo, del éxtasis, de la doble vista, del hipnotismo, de la catalepsia, de la anestesia, de la transmisión del pensamiento, de las curaciones instantáneas, de las posesiones, obsesiones, apariciones y transfiguraciones, etc., que constituyen casi la totalidad de los milagros del Evangelio, pertenecen a semejante categoría de fenómenos.
Actualmente se sabe que esos efectos son el resultado de actitudes y de disposiciones fisiológicas especiales; que se han producido en todos los tiempos, en todos los pueblos, y que no tienen más títulos para ser considerados como sobrenaturales que todos aquellos cuyas causas eran desconocidas.
Esto explica por qué todas las religiones han tenido sus milagros, que no son más que hechos naturales, pero casi siempre amplificados hasta el absurdo por la credulidad, la ignorancia y la superstición, a los cuales empero, reducen a su justo valor los conocimientos actuales, descartando la parte legendaria.
Las religiones deben cambiar de rumbo y progresar como progresa toda la Creación, y seguir la marcha ascendente de las ideas. La humanidad ha tenido una infancia muy prolongada; justo es que entre en el periodo de la juventud, de la virtud, de la fuerza, del entusiasmo y del deseo, trabaje para sí misma. Que se instruya, que lea en la obra de la Creación, que en la Biblia de la naturaleza estudie la historia sagrada de los siglos.
Ante las maravillas de la Creación, que nadie vio comenzar, ni nadie verá su fin; la imaginación se abisma en medio de tanta grandiosidad, y todas las religiones de la tierra parecen cuentos, leyendas infantiles consejos tradicionales , fabulas piadosas, místicas fantasías. Nos parece el mundo de lo infinitamente pequeño, mirando con el gran microscopio del tiempo, lente de un tamaño prodigioso que centuplica el tamaño de cuanto se mira a través de sus cristales.
A las religiones se las ve nacer y se las verá morir , pero a la verdadera religión, la aspiración suprema del alma , el amor divino del Espíritu, la intuición deísta que hay en el hombre , esa inteligencia secreta que reina entre Dios y las humanidades esa durará tanto como nuestra vida... ¡Es eterna! La humanidad tiene que ser deísta siempre le quedara a los hombres ¡Un Dios a quien adorar y un infinito para vivir!

Trabajo realizado por Merchita extraído del libro “La Luz del Porvenir de Amalia Domingo Soler. Y del libro: Presencia de Luz de Francisco Cándido Xavier.

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