martes, 10 de octubre de 2017

El eterno viaje ascendente



Programa de lectura:

- Conocimiento de la ley  natural
-Espiritismo: Remedio contra el oscurantismo
- El eterno viaje ascendente
- Comunicado psicografiado de Vianna de Carbalho
- La oración (reflexión)

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                 Conocimiento de la ley natural 
. ¿Ha dado Dios a todos los hombres los medios de conocer su ley? 
- Todos pueden conocerla, pero no todos la comprenden. Los que la comprenden mejor son los hombres de bien y los que quieren buscarla. No obstante, todos la comprenderán algún día, porque es preciso que el progreso se cumpla. 

EL LIBRO DE LOS ESPIRITUS 
ALLAN KARDEC 


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EL ESPIRITISMO : REMEDIO CONTRA EL OSCURANTISMO
Jacques Peccatte
La humanidad siempre ha tenido sus precursores, vanguardistas o profetas, que trazan una vía para el porvenir. En ciencia, filosofía, arte y espiritualidad, se pueden encontrar numerosos ejemplos, de cuando la idea o la palabra expuestas en tiempos de oscurantismo no llegaban a alcanzar las conciencias del momento. Ya Pitágoras afirmaba la redondez de una Tierra que no era más el ombligo del Universo.
Mucho tiempo después de él, dos milenios más tarde, Giordano Bruno moría en la hoguera de la Inquisición por haber afirmado el movimiento de los astros. Esa misma Inquisición actuaba en nombre del Dios de los cristianos, proclamado por el profeta nazareno. Y entre extravíos y derivas, los fanáticos de todas las épocas han hecho la ley en nombre de pretendidas verdades reveladas, a las que han transformado y desnaturalizado para hacerlas conformes a sus voluntades. El poder temporal acaparó la revelación espiritual para hacer de ella un instrumento de dominación. Toda la historia de la humanidad corresponde más o menos a este modelo, que se puede generalizar a la mayoría de las religiones del mundo.
Curiosamente, a pesar de los notables avances del pensamiento desde hace más de dos siglos, estos modelos del oscurantismo aún están muy vivos hoy en día. Nuestra “Santa Iglesia” no siempre ha entendido completamente el sentido del mensaje cristiano que se supone transmite. En cuanto a los cismas de Lutero y Calvino, que originaron el protestantismo, engendraron involuntariamente las Iglesias seudo-protestantes de Norteamérica: Evangélicos, Pentecostales, Adventistas, Baptistas, Testigos de Jehová, etc. ¿Qué decir igualmente del Islam que, en sus formas más arcaicas, se ha inventado principios y códigos de vida que nunca fueron enseñados por su profeta? Indudablemente, también los discípulos del Buda dentro de la diversidad de sus tradiciones según las regiones, han reinterpretado un mensaje de origen ciertamente difícil de reencontrar hoy en su autenticidad.
Los profetas han hablado mucho en forma de parábolas o de preceptos que, sin duda, no eran fáciles de comprender por sus discípulos, y así las palabras rescatadas han sido rápidamente interpretadas y falsificadas con arreglo a los prejuicios dominantes y las tradiciones. ¿Cómo apropiarse de una parte de verdad cuando ésta no ha sido comprendida? ¿Cómo encontrar una palabra original varios siglos más tarde, cuando ésta ha sido transformada regularmente en el transcurso del tiempo, como fue el caso del mensaje cristiano, alterado por cantidad de dogmas que ya no tienen ninguna relación con las palabras de Jesús de Nazaret? Es así como las verdades reveladas se han convertido, no en instrumentos de reflexión y de moral, sino en simples tradiciones que se han adaptado a los diferentes pueblos, en función de sus usos y costumbres preexistentes.
Por supuesto, hay cosas más fáciles de comprender que otras: una esfera terrestre girando alrededor de un Sol que, él mismo, se integra en la galaxia, se ha convertido en una evidencia incuestionable; en cambio, lo referente a los principios espirituales y morales, es totalmente otra cosa, pues ya no estamos en el campo físico de lo observable. Y dentro de la diversidad de las religiones, uno se da cuenta de que no hay ni siquiera un mensaje común que pueda aplicarse a todos los pueblos, puesto que cada uno tiene su propia concepción de un Dios, incluso sin Dios como los budistas. Y sin embargo, la verdad no puede ser sino única, pero no ha podido serlo porque cada mensaje original ha sido tan alterado para adaptarse a las tradiciones, al punto de que el sentimiento religioso ha debido confundirse con las exigencias de la vida en sociedad, convirtiéndose las personas religiosas en poseedoras de un poder temporal dictado por la ley.
No obstante, con un poco de sentido común, no es muy difícil ubicar las desviaciones religiosas en donde están. Por ejemplo, para la cristiandad, si se reemplaza al teólogo por el historiador, van a surgir ciertas verdades, como la creación de los ritos y los dogmas, en momentos muy precisos de la historia de los Concilios. Y si uno se había contentado con las palabras y parábolas de Jesús, que permiten comprender sencillamente una dirección moral y trascendente, eso bastaba para decirse cristiano sin referirse a todas esas extrapolaciones que han alterado el mensaje original. Y es también en ese sentido, y únicamente en ese sentido, que un espírita puede decirse cristiano, pero evidentemente no católico, ni protestante ni ortodoxo. Igualmente se puede sostener el mismo argumento respecto a Mahoma, para las personas de cultura musulmana que, al volverse espíritas, pueden conservar el amor por el profeta que es la referencia de su tradición, pero que tampoco enseñó todo lo que se le ha querido hacer decir.
Las religiones del integrismo
En nuestros tiempos difíciles, donde lo religioso se mezcla con lo político, dentro de un fanatismo presto para todos los más inquietantes desbordamientos, es muy necesario plantearse la cuestión de ese crecimiento de los diversos integrismos que cada vez más gangrenan todas nuestras sociedades. Es como si, queriendo acercarse a Dios, se alejaran inexorablemente de él a partir de locuras colectivas que arrastran a las ramas fundamentalistas de las religiones hacia sus peores excesos. Una vez más, como en otros tiempos, las creencias religiosas sirven de relación de fuerza entre los pueblos y las culturas, independientemente de toda búsqueda de una verdad fundamental. Desde luego que, como espíritas, ese no es directamente nuestro problema, pues el espiritismo se asume como filosofía y no como religión, pero sí es un problema que debemos considerar pues concierne a una buena parte de la humanidad, en particular a través de lo que algunos han llamado el “choque de las civilizaciones”.
Esta fórmula no es ciertamente la más exacta, pues se trata más de un choque producido por los sobresaltos del neo-colonialismo y por inadecuadas injerencias guerreras que han terminado por desestabilizar regiones enteras.
Se ha llegado pues, como en nuestros tiempos pasados en Occidente, a desvíos religiosos inextricablemente vinculadas a conflictos de interés y hegemonía, relacionados con lo económico y lo político, al punto de que estas religiones ya no tienen nada que ver con ningún mensaje profético.
El sueño de Allan Kardec
Con justa razón, Allan Kardec había imaginado que el espiritismo podría superar los movimientos religiosos y ponerlos a todos de acuerdo a partir de los nuevos conocimientos enseñados por el otro mundo. Porque, aceptando su interpretación, el espiritismo efectivamente ha permitido unificar un pensamiento alrededor de la supervivencia del espíritu, de su manifestación y de su reencarnación. Al mismo tiempo eso ha permitido comprender mejor el mensaje original de cada religión, descifrando, por ejemplo, el sentido de las palabras y parábolas de Jesús a la luz del mensaje espírita. Pero no se puede tratar de quitar tan fácilmente creencias milenarias, ancladas en las mentalidades y que forman parte de costumbres y tradiciones que marcan los códigos de vida en sociedad. Los puntos de referencia religiosos tienen la vida dura y cuanto más contradicen a las evoluciones intelectuales o científicas, más se repliegan sobre oscurantismos que resisten cualquier prueba. Si bien, por ejemplo, la religión católica ha hecho algunos progresos notables, especialmente desde el Concilio Vaticano II, hay otros movimientos que han tomado el relevo, entre las sectas pseudo-protestantes norteamericanas que están invadiendo el mundo entero. Se regresa a la creación del mundo hace algunos miles de años, a la culpabilidad del pecado original y al mito de Adán y Eva. Nada, ni ningún argumento, hace presa en esas viejas creencias vueltas a poner de moda por predicadores fanatizados, capaces de negar todas las evidencias establecidas por la paleontología, la etnología y todas las ciencias del evolucionismo desde Lamarck o Darwin.
El sueño de Allan Kardec, consistente en poner de acuerdo a todas las religiones a partir del esclarecimiento espírita, ha tardado mucho. Aun en Brasil, donde el espiritismo se ha desarrollado ampliamente, el país ha permanecido como el primer país católico del mundo y los Evangélicos, a su vez, han conquistado el territorio.
En los tiempos del espiritismo naciente, era el catolicismo el que resistía. Hoy, ya no hay más oposición frontal de la Iglesia contra los espíritas, pero los viejos oscurantismos que se creía obsoletos, resurgen de otra manera, a través de principios de otras épocas, sostenidos por fanáticos que quisieran dirigir el mundo. ¿No habría allí una oportunidad de crear un frente común de resistencia espiritual anti-fundamentalista? Ese sería otro sueño, demasiado utópico sin duda, pero se llega al estado en que los católicos progresistas podrían sentirse más cercanos a los espíritas de lo que no están a todas las esferas de influencia religiosa que sufren la embestida integrista. Es como si las religiones clásicas estuvieran en vías de desaparición en pro de nuevos fanatismos religiosos, fuera de época, y que sin embargo en nuestro tiempo renacen en forma clara y evidente.
El problema es vasto y nos sobrepasa pero, sin duda alguna, necesitamos mantener el sueño de nuestros precursores, de unificar las espiritualidades alrededor de la comunicación con el más allá, a partir de principios definidos por el otro mundo desde hace ciento cincuenta años, principios que se han confirmado por los nuevos estudios sobre las EMI, recuerdos de vidas pasadas, avances de la astrofísica, etc. Se llega con ello a ciertas evidencias que siempre tardan en ser reconocidas oficialmente, y al mismo tiempo, los desvíos religiosos están al servicio de poderes temporales como en los tiempos de la Inquisición.
A los movimientos espiritualistas de hoy se les plantea otro problema: por una parte, los adeptos de todas las variantes de la Nueva Era se desinteresan de todas las cuestiones sociales, pues consideran que se puede evolucionar por el desarrollo personal; y, en otra esfera de influencia, los parapsicólogos o asimilados, siguen buscando lo desconocido y, allí donde el espiritismo ya tiene todos los datos, y en un plano más social o humanista, ellos no se sienten en absoluto concernidos.
En cambio el espiritismo, como filosofía particular que emana de una reflexión sobre las manifestaciones y mensajes del más allá, debe dar a conocer sus posiciones de principio, no sólo en un plano metafísico, sino también respecto a las grandes cuestiones sociales, como la mencionada aquí del ascenso de los integrismos, una cuestión sensible en un mundo de inestabilidad.
Las religiones clásicas e instituidas están en declinación; los fundamentalismos regresan con fuerza; las “altas espiritualidades” ignoran estos movimientos de fondo; y los investigadores de lo paranormal están en sus respectivas ciencias, poco preocupados por los desvíos religiosos en nuestras sociedades. Ese es más o menos el estado actual referente a las influencias espirituales y religiosas sobre la tendencia del mundo. A partir de esta comprobación, es indispensable hacer escuchar otra voz, un eco diferente y divergente de todo esto: el de una reflexión alentada por un espiritismo mayor y responsable, dentro de un conocimiento que puede dar sentido, y que abrirá nuevas vías en la tormenta, no religiosas sino espirituales, dentro de la aceptación del otro mundo, que ya nada justifica que sea ignorado por mucho más tiempo. Es ese mundo, vuelto inteligible desde Allan Kardec, el que ha dado todas las claves de la vida, tanto de la vida desencarnada como de la vida encarnada. Entonces, ¡por qué esperar más y tergiversar con una ignorancia que mantiene la incertidumbre! Refugiarse en la duda permanente cuando se rechaza estudiar lo que puede el ser, es perder un tiempo precioso, pues el mundo necesita descubrir su ontología y su destino, para dispersar por fin todas las mitologías ancestrales de un oscurantismo que nuestro siglo ya no necesita...


El Journal espirita no 93 julio del 2001

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EL ETERNO VIAJE ASCENDENTE
Nuestro hogar, el planeta Tierra, se encuentra viajando en un Universo infinito.
Nuestra galaxia, la Vía Láctea, con 300 mil millones de estrellas, es una más dentro de las más de 100 mil millones de galaxias observables. Y todo, en estas magnitudes inconmensurables, obedece a leyes preestablecidas, entre ellas la ley del progreso.
Desde el origen de la vida en este planeta, la diversidad, la belleza y el progreso se suceden en una evolución que ya no es objeto de debate en los medios científicos.
La selección natural propuesta por los naturalistas Charles Darwin y Alfred Rusell Wallace, espírita, junto con la teoría sintética, explican a día de hoy los mecanismos de esa evolución, mecanismos que sí continúan siendo objeto de debate.
El hombre, obra prima del progreso biológico, ha protagonizado el progreso industrial, tecnológico y social, inmerso también en un progreso espiritual del cual han sido testigos los siglos. Las generaciones humanas mueren en el tiempo, pero el espíritu no. Todas las civilizaciones se han sucedido entre sombras y luces en el marco de un cuadro evolutivo.
Todos los mundos y civilizaciones en el universo son solidarios a través del intercambio reencarnatorio.
Los espíritus cambian de planetas de acuerdo con las necesidades de su proceso evolutivo. Cada mundo se encuentra en un determinado grado de perfeccionamiento. El Libro de los Espíritus, en la cuestión 171, dice que los Espíritus pasan gradualmente «del estado de embrión al de infancia para llegar por una sucesión de períodos al estado adulto, que es el de perfección, con la diferencia que en éste no existe el declinar y la decrepitud de la vida».
Los mundos también progresan y el nuestro está en la fase de transición hacia un mundo de regeneración.
«Esos mundos sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices, son por tanto simples escalas de perfeccionamiento en la cadena universal de los mundos. El hombre ahí está aún sujeto a las leyes que rigen la materia, experimenta sus sensaciones y deseos, pero libre de las pasiones que lo esclavizan. La palabra amor está grabada en todas las frentes; una perfecta equidad regula las relaciones sociales».
Los espíritus no anuncian una transición milagrosa, sino una transformación progresiva que ya está en plena realización. Será una morada cada vez más agradable, a medida que sus habitantes progresan.
La caridad, como principio fundamental que enseñan los Espíritus, y el Espiritismo tienen como finalidad romper el egocentrismo social de los individuos actuales,para ceder su lugar al altruismo moral que caracterizará al ciudadano del futuro. La caridad es el único antídoto eficaz del egoísmo, ese corrosivo psíquico que envenena al hombre y a la sociedad.
«Quien en esta vida quiera aproximarse a la perfección moral debe extirpar de su corazón todo sentimiento de egoísmo, porque el egoísmo es incompatible con la justicia, el amor y la caridad, ya que neutraliza todas las otras cualidades».
La comprensión espírita del mundo y del destino del hombre modificará el orden social. La certeza en la sobrevivencia y el conocimiento de la ley de evolución arrancará al hombre de las garras del inmediatismo.
Afirma Allan Kardec que la cura podrá ser prolongada pero no imposible. La educación bien comprendida será la clave del progreso moral. Entretanto recordemos que la transformación del mundo comienza en el corazón de cada criatura que lo desea. Por eso enseñaba Cristo que el Reino de Dios está dentro de nosotros, y no comienza por señales exteriores.
- Editorial de la Revista Espírita nº 3 de la FEE-

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Comunicado Psicografiado de Vianna de  Carvalho 

Sutilmente se va popularizando una forma lamentable de revelación mediúmnica, valorando las cuestiones perturbadoras que deben recibir tratamiento especial, al contrario de la divulgación popular de carácter apocalíptico.

 Existe un atavismo en el comportamiento humano en torno al Dios-temor que Jesús desmitificó, demostrando que el Padre es todo Amor, y que el Espiritismo confirma a través de sus excelentes propuestas filosóficas y ético-morales, lo cual debe ser examinado con imparcialidad.

Doctrina fundamdentada en datos, estudiada por la razón y la lógica, no admite en sus formulaciones esclarecedoras, ningún tipo de superstición que mancharía la limpieza de los contenidos relevantes, mucho menos amenazantes que las impuestas por el temor, como es habitual en otros segmentos religiosos.

Durante algunos milenios el miedo fue parte de la divulgación del Bien, imponiendo venganzas celestes y desgracias a todos aquellos que discrepasen de sus postulados, castrando la libertad de pensamiento y sometiendo al tacón de la ignorancia y del primitivismo cultural las mentes más lúcidas y avanzadas...

El Espiritismo es la ciencia que investiga y solamente considera aquello que puede ser confirmado en laboratorio, que tenga carácter de revelación universal, por tanto, siempre libre para la aceptación o no por aquellos que buscan conocer las enseñanzas. Igualmente es filosofía que esclarece y jamás asusta, explicando a través de la Ley de Causa y Efecto, quienes somos, de donde venimos, para donde vamos, por qué sufrimos, cuales son las razones de las penas y de las amarguras humanas... De igual manera, su ética-moral está totalmente fundamentada en las enseñanzas de Jesús, conforme Él las enunció y las vivió, proporcionando la religiosidad que integra a la criatura en la ternura de su Creador, siendo de simple y fácil formulación.

 Jamás se apoya en las tradiciones míticas greco-romanas, siempre tejiendo tragedias para los seres humanos, o de otras cualquiera, remanentes de las religiones ortodoxas decadentes, algunas de las cuales hoy están reformuladas en la presentación, manteniendo, por tanto, los mismos contenidos amenazadores.

De manera sistemática y continua, se vienen haciendo comunes algunas pseudorevelaciones alarmantes, sustituyendo las figuras mitológicas de Satanás, del Diablo, del Infierno, del Purgatorio, por Dragones, Organizaciones demoniacas, regiones punitivas atemorizantes, en detrimento del amor y de la misericordia de Dios que rige por todas partes.

Ciertamente, existen personificaciones del Mal más allá de las fronteras físicas, que se complacen en afligir a las criaturas descuidadas, así como lugares de purificación después de las fronteras de ceniza del cuerpo somático, todos, sin embargo, transitorios, como ensayos para el aprendizaje del Bien y su fijación en los paneles de la mente y del comportamiento.

El Espiritismo resucita la esperanza y amplía los horizontes del conocimiento exactamente para facultar al ser humano para el entendimiento con respecto a la vida y a como comportarse dignamente ante situaciones dolorosas.

Sus revelaciones objetivan esclarecer las mentes, retirando la niebla de la ignorancia que aún permanece impidiendo el discernimiento de muchas personas en torno a los objetivos esenciales de la existencia carnal.

De la misma forma que no se debe engañar a los candidatos al estudio espírita, respecto a las regiones celestes que os aguardan, desbordando en fantasías infantiles, no es correcto derrapar en amenazas en torno a fetiches, magias y soluciones milagrosas para los problemas humanos, recurriéndose al animismo africanista, de diversos pueblos con sus supersticiones. En el pasado, en pleno periodo medieval, las creencias en torno a los fenómenos mediúmnicos se revestían de misticismo y de ceremonias cabalísticas, proponiendo la liberación de los incautos y perversos, de las situaciones perniciosas por las que transitaban.

El Espiritismo, iluminando las sombras que permanecen dominando incontables mentes, desvela el futuro que a todos aguarda, rico de bendiciones y de oportunidades de crecimiento intelecto-moral, ofreciendo los instrumentos habidos para el éxito en todos los cometidos.

Su psicología es fértil en lecciones libertadoras de conflictos que aun quedan de las existencias pasadas, de terapias especiales para el enfrentamiento con los adversarios espirituales que proceden de un ayer perturbador, de recursos simples y de fácil aplicación.

El simple cambio mental para mejor, proporciona al individuo la conquista del equilibrio perdido, facultándole la adopción de comportamientos saludables que se encuentran explicados en El Evangelio según el Espiritismo, de Allan Kardec, verdadero tratado de eficiente psicoterapia al alcance de todos los que se interesen por la conquista de la salud integral y de la alegría de vivir.

Después de la hazaña de haber matado a la muerte, el conocimiento del Espiritismo faculta la perfecta integración de la criatura con la sociedad, viviendo de manera armónica en todo momento, donde quiera que se encuentre, liberada de recelos injustificables y sintonizada con las bendiciones que nos llegan de la misericordia divina.

La mediumnidad, de ese modo, al servicio de Jesús, es vehículo de luz, de seriedad, dignificando su instrumento y enriqueciendo de esperanza y de felicidad a todos aquellos que se le acercan.

Jamás la mediumnidad seria, estará al servicio de los Espíritus festeros, livianos, críticos contumaces de todo y de todos los que no concuerdan con sus informaciones vulgares, debiendo tornarse instrumento de confort moral y de instrucción grave, trabajando en la construcción de mujeres y de hombres serios que se fascinen con el Espiritismo y hagan sus existencias, útiles y ennoblecidas.

Esos Espíritus burlones y pseudosabios deben ser esclarecidos y orientados en el cambio de comportamiento, después de demostrarles que no les obedecemos, ni les aceptamos sus sugestiones enfermizas, mentirosas y asustadoras con las historias infantiles sobre las catátrofes que siempre existieron, con las informaciones sobre el fin del mundo, con las tramas interminables a que se entregan para seducir y conducir a los ingenuos que se les someten facilmente...

El conocimiento real del Espiritismo es el antídoto para esa onda de revelaciones atemorizantes, que se esparcen como una ola pestilente, intentando mezclarse con los paradigmas espíritas que demostraron desde su surgimiento la legitimidad de la que son portadores, confirmando al Consolador que Jesús prometió a sus discípulos y se materializó en la incomparable Doctrina.

Ante informaciones mediúmnicas desastrosas o sublimes, un método eficaz existe para la evaluación correcta de su legitimidad, que es la universalidad de la enseñanza, conforme estableció el preclaro Codificador.

De ese modo, sirviéndose de la caridad como guía, de la oración como instrumento de iluminación y del conocimiento como recurso de liberación, los adeptos sinceros del Espiritismo no se deben dejar influenciar por el moderno terrorismo de naturaleza madiúmnica, encargado de amedrantar, cuando el objetivo máximo de la Doctrina es liberar a sus adeptos, a fin de hacerlos más felices.

Vianna de Carvalho

Página psicografada por el médium Divaldo Pereira Franco, el dia 7 de diciembre de 2009, durante el XVII Congreso Espírita Nacional, en Cálpe, España, el 09.04.2012.

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                         LA ORACION

                                                               (Reflexión) 

Mediante la oración es que nos ponemos en contacto con Dios y con los buenos espíritus. 
Orar por los espíritus desencarnados es una forma de demostrar que se les ama, es cierto que no se puede hacer mucho por cambiar su condición pero dios en su infinito amor permite el acompañamiento de los buenos espíritus y esto permite que todo sea mas llevadero. 
El progreso lo tiene que hacer el espíritu, mediante el arrepentimiento y su inclinación a los buenos sentimientos y al bien. 
Lo que si se le puede hacer es moralizarlo y ayudarle a entender la necesidad de evolucionar para que su situación mejore. 
Las misas( ademas si son pagadas), los rezos, las velas, etc, en realidad no sirven para nada. 
Lo que realmente les puede ayudar es vernos bien, que vean que los recordamos con amor y ORAR ( que No rezar , oraciones dichas maquinalmente ). 
Orar también es bueno. 
Pero orar lo que nos sale del interior, de lo mas profundo de nuestro ser. 
Desearle lo mejor, que su espiritu protector lo acompañe, lo guie y le ayude a progresar. 
Todo esto es lo que le puede ayudar( mas que misas y rezos que de nada sirven ). 
Las ORACIONES hechas por LOS FAMILIARES las escuchan con claridad; les ayuda animándolos a luchar; ellos sienten que no los olvidemos, que los recordemos, mientras tanto se sienten bien con nuestro apoyo, nuestro recuerdo y nuestro amor ... 
Angeles C.M.
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