viernes, 24 de noviembre de 2017

Dios- Familia espiritual



Sumario de temas para hoy :

- El Espíritu y su evolución(II)
- Dios- Familia espiritual
- Mediumnidad
-Perdonad para que Dios os perdone



                     EL ESPÍRITIU Y SU  EVOLUCIÓN (II)

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   EL HOMBRE ES EL AUTOR DE SU PROPIO DESTINO
Y si hasta llegar a su condición de espíritu, esta chispa divina, este principio espiritual ha tardado milenios, a partir de ahora su evolución no será distinta, porque el espíritu no podrá, en una sola existencia como hombre, conquistar esa perfección en el Amor y la Sabiduría, sino que, por el contrario, necesitará de muchas existencias físicas, de todas las que sean necesarias.
Y como la vida eterna es una sucesión de existencias entrelazadas y relacionadas todas entre ellas, es lógico y justo que en una vida se tenga que arreglar lo que en otra vida se ha estropeado, y, por el contrario, de lo que se ha obrado hoy correctamente, es justo que se reciba su beneficio en un futuro. Es decir, que con el libre albedrío, aparece también la Ley del Karma o Ley de causa y efecto, que será la encargada de regularizar estas acciones del hombre.
Por lo tanto, el hombre, con su libre albedrío, tendrá libertad para obrar, pero fatalidad para recoger sus resultados, es decir, que el hombre es el autor de su propio destino y personalmente responsable por los efectos buenos o malos que resulten de sus acciones. Dicho de otro modo: la siembra es libre, pero la cosecha será obligatoria.
Seamos conscientes de que cada espíritu trae al reencarnar un programa de vida establecido, donde están previstas sus metas mínimas y máximas, dentro de un tiempo determinado, siendo cada vida trazada por lo Alto, bajo el más elevado sentido de Justicia, y que detrás de cada existencia hay todo un trabajo de estudio, preparación y seguimiento desde el mundo espiritual, con el único fin de que el hombre pueda reparar sus errores, reestablecer el equilibrio roto y progresar en su evolución.
Y a partir de ahí, nada sucede por casualidad, pues los acontecimientos o hechos importantes que le ocurran al hombre, no serán más que la consecuencia de sus actos y conducta pasada.
Y que estos acontecimientos o sucesos que nosotros no desencadenamos conscientemente, por muy lamentables que sean, es porque los merecemos, y que, esto que ahora juzgamos como malo o perjudicial, podemos estar bien seguros de que es lo que necesitamos para nuestro aprendizaje y lo mejor para nuestro proceso evolutivo.
Dios nos ha dado el libre albedrío y nosotros hemos creamos la fatalidad, por eso, esos sucesos que normalmente se atribuyen al destino o a la mala estrella de cada uno, no son sino “artimañas” de las que se sirve la Justicia Divina para alcanzar a aquellos que han infringido sus normas y proporcionar al espíritu trasgresor de las Leyes Divinas, la posibilidad de integrarse de nuevo a ellas.
Sepamos, pues, aceptar con optimismo esas pruebas que se nos puedan presentar, sufriendo sus cargas con esperanza en el futuro, sin aumentar sus efectos con la desesperación y con la rebeldía. 

Pero no nos confundamos, porque esta aceptación o resignación, no debe entenderse como un conformismo absoluto que lleve al hombre al abandono y a la renuncia de intentar hacer cualquier acción para mejorar la situación en la que se ha encontrado, porque el peor de los sufrimientos siempre es temporal y provisorio, y durará solamente hasta que se agote la causa que lo originó, y nosotros no sabemos cuál es el alcance real de esta situación, y en cualquier momento ésta puede cambiar.
Confiemos en Dios, por que Él sabe siempre lo que es mejor para cada una de sus criaturas y estemos convencidos de que no cae una sola hoja de un árbol sin que Él lo sepa y lo permita.
Pero para entender bien todo ello, es imprescindible considerar todos los hechos y acontecimientos desde el punto de vista espiritual y contemplar la presente existencia sólo como un eslabón más en la cadena de toda la trayectoria del espíritu, ya sea como encarnado en sus sucesivas vidas o como desencarnado. Y que con la muerte o desencarnación (que no es más que la separación del espíritu del cuerpo carnal), el espíritu vuelve al mundo espiritual con todas las características particulares que le son propias, con los mismos sentimientos y con las mismas pasiones, con las mismas virtudes y con los mismos defectos que tenía mientras estaba encarnado, formando ambos estados, el físico y el espiritual, un conjunto armónico, donde las experiencias vividas en una parte, repercuten en la otra y viceversa.
En consecuencia, juzgar algo teniendo en cuenta sólo esta presente vida es un enfoque erróneo, desvirtuado e incompleto, que nos llevará a no entender nada, a caer en la incredulidad y la negación de la Justicia y Misericordia de Dios.
( Continúa y finaliza en el siguiente).....

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           DIOS - FAMILIA ESPIRITUAL 

Existe Un plan que engloba a todos los seres de la Creación y a todo lo que existe. Aunque para cada espíritu existe un plan concreto de evolución, porque cada ser de la creación es amado, y está destinado a ser feliz. En ese plan de evolución personal participan multitud de seres en diversos grados de evolución, ayudando a cada espíritu a recorrer ese camino. 


Tenéis una familia espiritual. Todos y cada uno de vosotros sois queridos por multitud de seres espirituales. Empezando por Dios, y continuando por vuestro guía espiritual, que jamás os abandona y otro buen número de espíritus. Muchos son amigos, familiares ya fallecidos, de esta y de otras vidas. Además, por si fuera poco, todos y cada uno de vosotros tenéis un espíritu perfectamente afín a vosotros mismos, el compañero perfecto por el que empezar a sentir lo que es el amor verdadero. Algunos de ellos pueden estar encarnados al mismo tiempo que vosotros y pueden formar parte o no de vuestra familia carnal, o ser simplemente personas amigas. 

- ¿Y cómo puede ser que siendo uno tan querido se sienta muchas veces tan solo? 


* Porque vivís desconectados del mundo espiritual, ignorantes de vuestra conexión con otros seres que os son afines, tanto aquellos que están encarnados simultáneamente con vosotros, como los que os apoyan desde el mundo espiritual, inconscientes de vuestra misión en la Tierra, tan entretenidos como estáis en ver sólo lo que vuestros sentidos y lo que vuestra mente os dicen, tan ajenos a lo que podéis percibir desde el sentimiento. Tened clara una cosa, aunque os sintáis solos en el mundo físico, jamás estáis solos de parte del mundo espiritual. A cada uno le corresponde descubrir esa conexión, descubrir esa sutil puerta tras la cual encontrareis vuestra auténtica vida, una puerta que sólo la llave del sentimiento puede abrir. Pedid sinceramente y se os ayudará a despertar vuestra sensibilidad, y se os reconfortará de vuestras penalidades. Pero tendréis que despojaros de vuestras corazas anti-amor para sentirlo. Porque al que quiere estar solo y aislado del mundo, se le respeta su deseo. 

- ¿ Como sabemos que existe Dios, alguien lo ha visto ? 


* ¿Acaso no has visto su obra? El Universo, la vida, tú mismo. Dios no puede estar más cerca de ti de lo que está. Pero él no te obliga a que tú le reconozcas y te abras a él. Hace falta que tú quieras sentirlo, percibirlo. Pero si esperas ver a alguien como tú, de tu tamaño, con ojos, cara, brazos y piernas, entonces jamás lo reconocerás, porque Dios es mucho más que eso. Sería como si una célula de tu cuerpo preguntara: 
“¿Dónde está el cuerpo al que pertenezco, que no lo veo?” “Estás en él, célula ¿No te das cuenta?”. Y la célula diría: “¡Pero si yo lo único que veo son células, células y más células como yo por todas partes!” Pues estudia tu propia naturaleza, tu propio funcionamiento, y las relaciones que estableces con otras células, y las de ellas entre sí, cómo se organizan tan maravillosamente para formar un conjunto, y observa lo que forma ese conjunto. Entonces, célula, podrás conocer y reconocer el cuerpo del que formas parte. 

- ¿Dónde podemos encontrar entonces pruebas de la existencia de Dios? 


* Primero en tu propia existencia y luego en la existencia de lo que te rodea ¿Cuál puede ser el origen de un ser que siente y piensa, consciente de su propia existencia? ¿Y de un 
Universo tan perfectamente engranado? No puede ser la nada, porque la nada no puede crear algo tan complejo y bello a la vez. ¿O acaso alguien puede creer que una bella sinfonía puede ser confeccionada tocando teclas de un piano al azar? Pues de la misma manera no puede ser que algo tan bello y tan complejo a la vez como el Universo, la Vida y el Ser Humano sea fruto de la casualidad, sino que lo es de la causalidad. 

- ¿Pero por qué tiene que ser Dios el que lo haya creado todo? ¿Acaso no existe en la naturaleza un poder de crear? 


* Así es. Pero ¿de dónde viene el poder creador de la naturaleza? ¿De dónde proceden las leyes que rigen el Universo? Reconocéis que en la naturaleza, en el Universo, existe un poder creador, y unas leyes, las leyes de la Física, de la Química, de la Biología, que lo estructuran, que lo ordenan, de manera que los científicos, cuando descubren algún 
fenómeno desconocido, no lo atribuyen a la nada, sino que intentan buscar la causa que lo provocó. Es decir, que vosotros admitís en vuestro día a día que una de las leyes del Universo es que no existe efecto sin causa. Pero a la hora de responder a la pregunta ¿cuál es el origen del Universo, es decir, la primera causa?, vosotros mismos, y en contra de la propia ley de causa-efecto que aceptáis como válida el resto del tiempo, no tenéis problemas en admitir que fue un efecto sin causa, es decir, ¡que surgió de la nada! ¡Esto es un contrasentido! Por tanto, debe existir una primera causa de todo, y esa es Dios. 

- ¿Por qué tiene que ser Dios necesariamente el que lo haya creado todo? ¿Acaso los humanos no somos capaces de crear cosas bellas y complejas? Ahí están la música, etc… 


* Cierto, porque vosotros también tenéis poder creador. Pero si lo tenéis, ¿de dónde procede? En el Universo existen muchos seres en diferentes estadios de evolución, con mayor y menor capacidad de crear que la vuestra, según su grado de avance. Pero habremos de admitir que, si ellos tuvieron un principio, por la ley de causa y efecto, debieron ser creados por algún proceso anterior, y que en realidad el poder creador de los seres creados se ejerce sobre algo ya creado, siguiendo unas leyes ya existentes. Por tanto, llegamos a un punto en el que necesitamos encontrar un principio creador que no haya sido creado, sino que haya existido siempre y que siempre existirá, y que haya 
establecido las leyes y los principios de todo lo que existe, y ese es Dios. 

- Admitamos sólo como mera posibilidad que Dios pudiera existir. En el hipotético caso de que Dios existiera, yo tendría curiosidad por saber quién y cómo es ese supuesto Dios, tan escurridizo que no se deja ver a simple vista. 


* Por la obra conocerás al autor. Conócete a ti mismo y el mundo que te rodea y estarás comenzando a conocer a Dios. Ya que en la criatura están las potencialidades del creador, si imaginas todas las buenas cualidades humanas en el grado más perfecto que puedas, estarás comenzando a dibujar un bosquejo de Dios que, aunque muy imperfecto, será el más avanzado que puedas tener de él, dada tu capacidad actual. 

- ¿Cuáles son esas cualidades? 


* Amor, sabiduría, justicia, verdad, humildad, generosidad, sinceridad, sensibilidad, comprensión, compasión... 

- ¿Existen cualidades de Dios que no podemos poseer? 


* Sí. El Creador es inmutable, omnipotente, increado y ha existido siempre. La criatura, aunque no tiene fin, tiene un principio. Es mutable, ya que está en constante perfeccionamiento y aunque su capacidad de progreso no tiene límite, porque aumenta constantemente, no es infinita. 

- Y si ese ser es tan perfecto... ¿Por qué permite que exista el mal en el mundo? 


* Él permite que las criaturas experimenten a su aire, que aprendan de sus errores. El mal del mundo no surge de Dios, sino de las criaturas en proceso de evolución, que debido a su desconocimiento de las leyes espirituales, actúan contra los otros seres de la creación. 

Sebastián de Arauco.



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                          MEDIUMNIDAD

                              ( Transcripción de un comunicado espiritual del Dr. Bezerra )


    Hijos, la mediumnidad es el pábulo espiritual que os sustenta la creencia en la inmortalidad. Pase lo que pase, no os apartéis de vuestros deberes mediúmnicos, procurando el propio fortalecimiento y los de vuestros hermanos. El intercambio con el Mundo Espiritual fue refrendado por el Cristo, que, transfigurándose en el Tabor, mantuvo estrecho contacto con los espíritus de Moisés y Elías. Más tarde, Él mismo, por diversas veces, aparecía redivivo a los ojos de los compañeros, consintiendo, inclusive, que uno de ellos tocase en sus heridas, para certificarse de la realidad de la Vida más allá de la muerte.
     Las alegrías que os serán advenidas del cumplimiento de vuestras obligaciones en la mediumnidad compensaran todos vuestros dolores y sacrificios. Disciplinaos. Creced en Espíritu y veréis vuestras facultades mediúmnicas ampliarse en sus posibilidades. Todo camino de ascensión es repleto de obstáculos. No queráis saltarlos a prisa, mas estad convencidos de que el éxito en cualquier demanda tiempo de preparación.
No dudéis en hora alguna de la acción de los desencarnados sobre vosotros…
Devotad la práctica del bien a los semejantes, creando un ambiente propicio para la Fe. La ociosidad conduce el alma al escepticismo. La indiferencia ante el dolor de quien llora relega al descanso los asuntos pertinentes al alma.
¡Tened la Fe en vosotros mismos! No vaciléis en la tarea que os haya sido confiada en vuestro sencillo círculo de actividades doctrinarias. Elevaos mentalmente y equilibrad vuestros sentimientos para transmitir con la fidelidad posible los recados del Más allá. Sobre todo, preocupaos en ser intérpretes de buenas obras…
Hijos, el ejercicio de la mediumnidad con Jesús no exime al médium de sus pruebas. Verted el amargo llanto de que os  cause  la ingratitud de los hombres, prefiriendo las lágrimas derramadas en el cumplimiento del deber  antes que la satisfacción ilusoria de quien deja de hacer lo que debe por lo que quiere.


Bezerra de Menezes. Espíritu.

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                 PERDONAD PARA QUE DIOS OS 
                               PERDONE

1. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. (San Mateo, cap. V, v. 7). 


2. Porque si perdonareis a los hombres sus pecados os perdonará también vuestro Padre celestial vuestros pecados. -Mas si no perdonareis a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestros pecados. 

La misericordia es el complemento de la dulzura, porque el que no es misericordioso no puede ser benigno y pacífico; la misericordia consiste en el olvido y el perdón de las ofensas. El odio y el rencor denotan un alma sin elevación de grandeza, pues el olvido de las ofensas es propio de almas elevadas que están fuera del alcance del mal que se las quiere hacer; la una siempre está ansiosa, es de una susceptibilidad sombría y llena de hiel; la otra está serena, llena de mansedumbre y de caridad. 

    Desgraciado del que dice: yo no perdonaré nunca, porque si no es condenado por los hombres, ciertamente lo será por Dios. ¿Con qué derecho reclamará el perdón de sus propias faltas, si él mismo no perdona las de los otros? Jesús nos enseña que la   misericordia no debe tener límites, cuando dice que debe perdonar-se al hermano, no 
siete veces, sino setenta veces siete veces. 

    Mas hay dos modos muy diferentes de perdonar; el primero, es grande, noble, 
verdaderamente generoso, sin segunda intención, que maneja con delicadeza el amor 
propio y la susceptibilidad del adversario, aunque este último tuviera toda la culpa; el   segundo, es cuando el ofendido, o el que cree estarlo impone al otro condiciones   humillantes y hace sentir el peso de un perdón, que irrita en vez de calmar; si le tiende la 
mano, no es por benevolencia, sino con ostentación, a fin de poder decir a todo el mundo: ¡Mirad si soy generoso! En tales circunstancias, es imposible que la reconciliación sea sincera de una y otra parte. No, ésta no es la generosidad, es uno de los modos de satisfacer el orgullo. En toda contienda, el que se manifiesta más conciliador, el que prueba más desinterés, más caridad y más verdadera grandeza de alma, ese se captará siempre la simpatía de las personas imparciales. 

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.

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