HOY TENEMOS LOS SIGUIENTES TEMAS:
-La verdad es relativa, ¿Por qué?
- Proceso reencarnatorio
-El poder del Amor
-¿ Bastará con no hacer el mal ?
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La verdad es relativa. ¿ Por qué?
Porque ella está siempre cambiando, ya que vivimos en un mundo de ilusión.
¿Cómo saldremos del mundo de la ilusión? Primeramente, no crea en si mismo. ¡ En serio!
No crea en mí, sino en aquello que realmente va al encuentro con tu YO; lo que yo o cualquier otra persona digamos, no precisa ser una verdad para usted (¿dualidad? ¿Ilusión?).
No creer en mi hasta es fácil. La segunda lección sería más difícil: ¡¡¡ NO CREA EN USTED !!!
No crea en las mentiras que usted dice, en las mentiras que usted nunca escogió, pero fue programado para creer desde siempre. No crea cuando se dice a si mismo que no es lo bastante bueno para hacer eso o aquello. Ni crea cuando usted dice que no es atractivo, que no es inteligente, que no, no, no (sistema de negación constante).
No crea en las cosas que le hacen sufrir. Usted solamente sufre porque permite que ellas existan en su mente.
Use del bisturí de la verdad y finalmente, con valor y coraje abra las viejas heridas que aún le duelen. La verdad le libertará, es verdad, pero antes le va a incomodar bastante, porque le va a quitar del comodísmo de pensar que todo lo que aprendió hasta hoy era verdad.
No hay necesidad de justificar lo que es verdadero, no tiene que dar explicaciones. Lo que es verdad no precisa del apoyo de nadie. Las mentiras precisan do su apoyo.
Usted precisa crear una mentira para mantener la primera mentira, y así, finalmente, crear una gran estructura de mentiras y, cuando usted ve la verdad, todo se desmorona.
Cuando estamos dispuestos a ver a través de los ojos de la verdad, vamos diseccionar las mentiras y a descubrir algunas heridas abiertas.
¡ Y asómbrese, vamos a percibir muchas heridas abiertas, escondidas, indoloras hasta el momento de ser tocadas. Entonces se mostraran abiertas, doloridas y llenas de veneno.
Jesús nos enseñó que para remover el veneno que corroe el alma, se hace necesario el perdón.
Usted debe perdonar a aquellos que le hicieron daño, aunque en su mente todo lo que le hicieron es imperdonable. Perdone, porque ese perdón es necesario para curar su mente; eso se llama cicatrización, herida curada y cicatrizada no se abrirá más, porque usted mantendrá el sitio limpio hasta que ya no hayan vestigios de dolor allí.
Si usted consigue acordarse de un acontecimiento sin sufrir por ello, usted perdonó.
Si se recuerda de un hecho y siente el choque, como en el momento en que sucedió, un resto de mal humor o de rabia, entonces allí es necesario el perdón.
Cuando usted dice: ya intenté perdonar, pero es imposible, ¡ usted tiene toda la razón!
Es realmente imposible perdonar. Basta que se coja el bisturí de la verdad y se abra esa herida todavía un poco más, para que veamos la razón de lo "imposible". Y la razón es que no aprendimos a perdonar; no nos enseñaron eso,
La verdad es que para perdonar a los demás es preciso que aprendamos antes a perdonarnos a nosotros mismos.
¡¡ Lo que él/ella me hizo es imperdonable!!. Pero es una mentira que tememos decirnos y convencernos, de tal forma que vamos por la vida con esa angustia y ese dolor intactos, tal como eran cuando nos hirieron.
Ame al prójimo como a sí mismo. Perdónese a sí mismo y perdonará al prójimo. Todos nacemos con la capacidad divina del perdón.
No crea en usted cuando dice que no es capaz de perdonar. En más de una ocasión usted está mintiendo.
De repente usted percibe que tiene que perdonarse a sí mismo, y si perdonando comienza a aceptarse mejor, usted crece y se dispone a perdonar al otro. Todos nos creímos en vidas pasadas,( bueno, casi todos), sería bueno que comenzásemos a perdonarnos por cualquier cosa que hagamos o que podamos haber hecho en otras vidas. Yo me perdono. Así de simple. Yo perdono a quien quiera que me haya hecho algún mal. Simplemente así.
Una vez limpia la herida, aplíquese el remedio del perdón y la herida se cerrará naturalmente. Practicando elperdón en nosotros, aprenderemos a practicar el perdón con el otro, y pasaremos a la segunda fase del tratamiento: el amor.
Es un hecho que si no nos amamos vemos todo bajo un prisma mulcifacético de dolores y lamentos. Pero el amor es un sentimiento mucho mayor de lo que conocemos en la verdad. El Amor es incondicional. No es aquel: yo te amo si..., yo me amo si..... o cuando....
Nadie puede ser feliz si no se ama a sí mismo. Y para eso necesitamos mirar a los ojos de la verdad, la verdad fría que nos señala errores y mentiras que nos decimos todo el tiempo.
No se mienta a sí mismo, que eso no es amor. Solo puede ser feliz cuando el amor viene de usted, cuando usted siente un amor incondicional por sí mismo y se da enteramente ese amor. Cuando usted actúa de esa manera, usted deja de resistirse a la vida. Pare de rechazarse a sí mismo. No se sobrecargue con todas sus carencias y sentimientos de culpa. Basta aceptar como es usted, y todas personas tal como ellas son.
Así se da cura a todas las enfermedades del alma: con la verdad, el perdón y el amor a sí mismo.
Si aprendemos a utilizar el bisturí de la verdad, aprenderemos en donde está la causa de nuestros dolores reales, abriendo las heridas vamos a usar el remedio del perdón a nosotros y a los otros, y como consecuencia de eso sentiremos los beneficios de la cura, que se llama amor. A nosotros y a los demás.
- Cira Munhoz-
Revista Verdad y Luz
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¿Cómo se lleva a cabo el proceso reencarnatorio ?
La partida del desencarnado procedente de alguna de las muchas colonias que existen en el plano espiritual cuando regresa a reencarnar a la Tierra u otro mundo físico, se asemeja a la partida al “otro mundo” que tras la muerte los Seres humanos sufrimos aquí en la Tierra.
El proceso de realizarse la reencarnación, es tan variado como el de la desencarnación, no habiendo dos casos exactamente iguales, pues depende de la disposición mental y anímica del reencarnante el que hayan más o menos facilidades u obstáculos para ser llevado a cabo. Por ejemplo, en los casos de Seres Elevados que vienen voluntariamente a cumplir una misión, estos apenas necesitan ayuda de los Espíritus especializados en este proceso; sin embargo cuando son Seres procedentes de Planos espirituales inferiores, el proceso es mucho más largo y complejo, necesitando de toda la ayuda mental y amorosa que les pueden dar y que precisan para su implicación en el proceso como protagonista en el mismo.
No obstante en los casos más generalizados, el proceso es más o menos así:
En las primeras etapas del proceso, cuando el Ser espiritual ya conoce su inmediata reencarnación, los familiares y amigos se despiden de él, deseándole lo mejor en su nueva aventura. Entre estos espíritus siempre suele haber alguno que puede ser su hermano, su padre o su amigo, que se propone acompañarlo mediante el pensamiento durante su estancia en este mundo, con el fin de apoyarlo y ayudarlo en los momentos necesarios, orientándolo para el éxito de su misión como encarnado, sin violar las Leyes Naturales que rigen el fenómeno de la reencarnación. Este acompañamiento con el pensamiento no supone una distancia, sino que por el contrario, supone una presencia constante cada vez que el ser reencarnado demande algún tipo de ayuda. Es el Ángel de la Guarda que señalan algunas religiones.
Algunos meses atrás, previo a la fecundación del óvulo de la madre, el Ser se fue sintiendo cada vez más, atraído hacia ella, permaneciendo cada vez más cerca de la misma.
Previamente al momento de la fecundación, el periespíritu del Ser reencarnante es magnetizado mediante pases dados por los Espíritus encargados de estas funciones, y como consecuencia de este proceso sus formas periespirituales se van transformando y reduciendo, al tiempo que su proceso de turbación mental comienza y hace que se vaya encontrando cada vez menos lúcido. Mientras tanto aún debe colaborar con los Espíritus Constructores, todo un equipo especializado que actúa bajo la dirección de un Espíritu Orientador, y lo hace sintonizando con ellos mentalmente, deseando el ingreso en el seno materno, mientras se reduce y transforma paulatinamente su forma periespiritual. Esta operación no es corta ni simple, pues supone un esfuerzo general de adaptación a la materia, hasta conseguir la reducción necesaria para llegar a adoptar la forma y tamaño de un bebé. Este proceso coincide con el paulatino desarrollo del embrión y del feto en el seno materno.
Antes de la fecundación, previo al comienzo de la división celular, el “bebé”, es presentado y entregado a los Espíritus de sus progenitores, especialmente a la madre durante su emancipación del cuerpo físico que se da naturalmente durante el sueño fisiológico. En el plano espiritual esta lo recibe amorosamente en su forma de bebé y lo estrecha y abraza en su corazón, y aunque después no se acuerde del sueño una vez despierta, el sentimiento íntimo de la vivencia queda fijado en ella, dándole así la natural inclinación a la función de la maternidad, o sea, que cuando el niño nace, se encuentra normalmente con el gran amor de su madre que lo acoge.
El equipo de Espíritus constructores comprometidos en este proceso, no inician el mismo sin haber llevado a cabo antes el arquetipo de ese nuevo Ser material, muy cuidadosamente con arreglo al mapa genético humano de ambos progenitores y a los particulares factores kármicos del Ser, que son previamente analizados. Así el resultado final de esta formación del cuerpo carnal, está de antemano plasmado en el Periespíritu reencarnante, que actuará como molde del cuerpecito en formación. Los Espíritus Constructores previamente a la fecundación han analizado y seleccionado el ovulo que es magnetizado al entrar en contacto con el periespíritu del Ser reencarnante que irradia y refleja sus propias características vibratorias en el mismo. Por Ley de Sintonía el ovulo energizado por los fluidos de los Constructores y por los del propio Espíritu reencarnante, atraen un espermatozoide concreto escogido entre millones, que aporta al Ser las características genéticas de acuerdo con sus necesidades evolutivas y según sus circunstancias deudoras con la ley de Consecuencias.
Estos fluidos con los que el Ser magnetiza previamente al ovulo, vienen determinados por la clase de experiencias y vivencias acumuladas en vidas anteriores. Así vemos como no es el azar biológico quien escoge el espermatozoide que se va a unir con el ovulo, sino la Ley de Consecuencias. Entre unos dos millones de espermatozoides, aproximadamente, solo el mas apto sintoniza sus genes con los del ovulo para comenzar la multiplicación celular que dará paso finalmente a un cuerpo físico con unas características concretas según la necesidad evolutiva del Ser reencarnante .
Después, a medida que avanza el embarazo, se va intensificando cada vez más la unión fluídica del Ser con su materia, al tiempo que gradualmente va perdiendo los puntos de contacto que sostenía con el plano espiritual.
Es de reseñar por último, que mientras dura todo el proceso, el Ser reencarnante a pesar de su turbación, aún puede sintonizar mentalmente con los Instructores o Guías que le ayudan mientras él se va acoplando cada vez más a la materia. Otras veces se comunica directamente con su madre, con la que a veces llega a hablar desde la forma infantil que aparece en el sueño bajo la figura similar que más tarde presentará el niño o niña en cuestión.
- Jose Luis Martín-
“Las almas bajas y malas permanecen encadenadas a la Tierra por múltiples renacimientos; pero las almas virtuosas suben volando a las esferas superiores”
-Hermes Trimegist
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EL PODER DEL AMOR
Todos los aspectos de la Naturaleza son armónicos en sí y entre sí, porque están impregnados de esa maravillosa vibración cósmica: AMOR.
Y como parte de la Naturaleza, el ser humano está inmerso en esa vibración divina. Pero, por desventura, con nuestra actitud egoísta, los humanos polarizamos esa vibración armónica productora de dicha, transmutándola en desarmónica, con lo que creamos esos estados de ánimo de desdichas y amarguras, que diversas manifestaciones podemos apreciar en el mundo de hoy, retardando su evolución.
Es precisamente nuestro egoísmo que no nos permite ver la realidad de la vida y nos mantiene en constante desarmonía mental-emocional, que amarga la vida humana y retarda el progreso del Espíritu. De aquí la imperiosa y apremiante necesidad de superar lo que de egoísmo quede todavía en nosotros y sintonizarnos con la vibración de Amor, que es fuerza armonizadora por excelencia.
Cuando vibramos en amor, sentimos una paz inefable, una alegría interna indescriptible, no conocida por las personas egoístas.
Y esa sensación de dicha nos indica que nuestra Alma está percibiendo la vibración de Amor que emana de la Divinidad, y que se encuentra en la esencia espiritual de todo ser.
Pero, el ser humano en su lucha por la vida, ha desarrollado el egoísmo (amor a sí mismo), con lo cual polariza esa vibración maravillosa, que se encuentra debilitada (como ahogada) en el alma humana, por la presión del egoísmo. Porque los humanos nos hemos apartado del verdadero objeto de la vida, olvidándonos de los verdaderos valores espirituales, para ir tras el espejismo del dinero y los placeres; por desconocimiento de las ventajas que el amor ofrece. Y por ignorancia de que, amar es una necesidad imperiosa para una vida humana más armónica y feliz, y a la vez poder lograr el progreso espiritual, que es el objeto verdadero de la vida humana.
Pero, el ser humano en su lucha por la vida, ha desarrollado el egoísmo (amor a sí mismo), con lo cual polariza esa vibración maravillosa, que se encuentra debilitada (como ahogada) en el alma humana, por la presión del egoísmo. Porque los humanos nos hemos apartado del verdadero objeto de la vida, olvidándonos de los verdaderos valores espirituales, para ir tras el espejismo del dinero y los placeres; por desconocimiento de las ventajas que el amor ofrece. Y por ignorancia de que, amar es una necesidad imperiosa para una vida humana más armónica y feliz, y a la vez poder lograr el progreso espiritual, que es el objeto verdadero de la vida humana.
El amor es la llave que abre todos los corazones.
¿Quién no ha visto como el mágico poder del amor a transformado en amigos a enemigos y transformado en cariñosos maridos a hombres desafectos, amargados por los embates de la vida? Mujeres hay que, con su bondad y dedicación endulzan la vida del hogar, al punto de modificar los hábitos viciosos y callejeros de los maridos en amantes del hogar, que con dulzura, fruto de ese amor que es dar de sí sin pensar en sí, consiguen?
¿Quién no ha visto como el mágico poder del amor a transformado en amigos a enemigos y transformado en cariñosos maridos a hombres desafectos, amargados por los embates de la vida? Mujeres hay que, con su bondad y dedicación endulzan la vida del hogar, al punto de modificar los hábitos viciosos y callejeros de los maridos en amantes del hogar, que con dulzura, fruto de ese amor que es dar de sí sin pensar en sí, consiguen?
Mientras hay esposas que, con su egoísmo se tornan exigentes o se enojan por minucias sin importancia, perturbando así la paz y la armonía del hogar. Entonces, sufren las desavenencias, que son fruto del egoísmo.
Y lo que es peor, esa fea y perjudicial costumbre de recriminaciones uno del otro, echando en cara los defectos, señalando debilidades, llegando en algunos casos hasta a proferir frases que pueden lastimar, y generalmente lastiman, la susceptibilidad de la otra parte, creando con ello estados de desencanto y hasta malquerencias.
Qué cuadro lastimoso presentan esas parejas desparejadas ante sus hijos o familiares, por falta de delicadeza y por dejarse dominar por el egoísmo y el amor propio, pretendiendo hacer prevalecer sus aparentes razones (muchas veces caprichos y terquedades) que convierten el hogar en un infierno, con un gran daño para los hijos, de cuya educación son responsables ante la Ley.
Y , ¿qué consiguen con todo eso? Matar ese cariño y respeto mutuo que debe haber siempre entre los esposos y todos los miembros de una familia; y con todo lo cual, la vida humana pierde su encanto y se convierte en amargura.
Y, ¿qué podemos hacer para evitar todo eso? En primer lugar, comprender lo ridículo y perjudicial que esa actitud y actuaciones significan. Y luego, proponernos firmemente evitar todo motivo de discordia, comenzando con tomar una actitud de comprensión hacia la otra parte, tratando de ver sus cualidades buenas. Sólo cuando cada uno de los cónyuges traten y se esfuercen en hacer feliz al otro, en todo sentido, el hogar vibrará, y una paz venturosa reinará en ese hogar.
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¿ BASTARÁ CON NO HACER MAL ?
Sebastian de Arauco.
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¿ BASTARÁ CON NO HACER MAL ?
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