sábado, 22 de febrero de 2014

Sin perder nunca la esperanza



No debemos perder la esperanza, ella es la antorcha inflamable  que podemos encender, aumentando la llama de la fe.
Sin  la Fe y sin el Amor, no podrá haber victoria  o solución para nada.  Es bueno que nos centremos  en nuestros deberes, y el mayor placer debe ser el encuentro urgente con el trabajo en la Tierra.  Se tiene mucho tiempo si   al final de nuestra jornada, sabemos competir con las sombras.   Todos partimos del plano espiritual hacia el lugar donde debíamos reencarnar, sin desperdiciar tiempo ni alimentar ideas  de volver antes de tiempo programado. Cada uno tiene suficiente habilidad para mantener firme en su posición por el bien de la humanidad. Es justo tener sensibilidad, alimentar  esperanzas personales, y que la nostalgia  no pase desapercibida    en nuestro corazón, pues Cristo está para todos, por encima de todo.
La luz no puede temer a las tinieblas, solo necesita de esta para identificase. La Verdad es el programa del Creador que, necesitando de la ayuda humana, se impone  por naturaleza divina e inspira a las más nobles  creaciones. La sublime citación ninguna oveja se perderá nos motiva con gran interés  a la renovación interior, y a la esperanza de que todos nos salvaremos de la ignorancia. El amor es el Sol, hoy, mañana y eternamente… El amor es, por excelencia, la  única fuerza de toda la creación, que Dios utiliza para mantenernos en los esplendores de la vida.
Todos debemos familiarizarnos con el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo, porque él es la síntesis más perfecta de todas las leyes cósmicas  universales. Dentro de ese pergamino de Luz  existe todo lo que por ventura  puede necesitar la humanidad. Sin embargo es necesario que comprendamos el sentido de las palabras de Jesús: el buscad y hallareis, es el esfuerzo propio de cada corazón en busca de la Verdad; es igualmente  el esfuerzo colectivo de un hogar o país, de un mundo o constelación, en el objetivo de la armonía universal. El llamad y se os abrirá  es la continuación de la búsqueda, sin desanimo, es la persistencia en los ideales del Amor y de la Caridad, en la liberación de los sentimientos superiores. Es la firmeza del Bien, que se divide en millones de caminos, para que aprendamos  a amar sin exigencias, a vivir sin maldad. Y el pedid y se os dará  nos sugiere pedir comprensión con humildad, pedir a la Inteligencia Divina que nos inspire en los momentos en que buscamos  y llamamos a las puertas  de la Verdad. Es pedir a los otros el perdón, cuando los ofendemo; es pedir a quien sabe más que nosotros  que nos instruya  acerca de las cosas sagradas y es pedir  en oración por la humanidad entera. Esto es el principio de la apertura en la escalada al infinito.
Cuando el alma se inicia  en esos entendimientos, otros prismas  de luz darán una visión más amplia, de lo que puede ser el , pedir, llamar, buscar. ¿Si ese versículo nos trae tanta sabiduría que no diremos de el resto del Evangelio?un tribuno Evangelizado podría hablar mil años, sin parar,  de los preceptos de Cristo, y aun tendría tiempo  para un tiempo indeterminado. El Evangelio es el pan que descendió del Cielo, es el agua pura que vino a la Tierra, es la luz que ilumina a la Humanidad ¡Apeguémonos  a él, y seremos salvos para siempre!
Todos los hombres forman parte de una sola familia y de un solo rebaño en este mundo que nos sirve de morada, en el cual solo existe un pastor, que es Nuestro Divino Maestro; Su dirección es el testamento que nos legó. Quien quiera encontrarlo  ha de esforzarse por entender  lo que dice. Tengamos firmes los pies en la construcción del Bien,  y seremos llamados para la felicidad, y quien trabaja sin reclamar, en la difusión del Amor, será siempre ayudado por la luz de Dios, en inspiraciones constantes.
Nadie puede amar sin perdonar, nadie puede perdonar sin entender, nadie puede entender sin analizar y nadie puede analizar  con buen sentido sin sentir en el corazón la Fraternidad, que se transforma para los otros, en diferentes modalidades del Bien. La luz se define porque existen las sombras. Busquemos la Sabiduría, porque estamos  aun envueltos  en la ignorancia. Reconocemos al Sol  como agente benefactor,  por causa de las sombras de la noche. Creemos que el aire es una bendición de Dios, cuando ese fluido divino comienza a faltarnos.  La nostalgia  nos asevera de que, al caminar junto a las personas que amamos, debemos dispensar más cariño. El arrepentimiento nace de los contrastes de la conciencia, que abren nuestros sentidos para otro tipo de vida, y,  los caminos de la felicidad, solamente los encontramos  después de una larga tormenta en las sendas del error.
Dichos el que esté despierto para Cristo eso es muy grande  en la vida del alma  en particular.  Y la alegría mayor es que no existe regresión de los valores conquistados que, por así decir, nos fueron entregados por misericordia de Dios, nuestro Padre Celestial. Debemos  comprender  que no existen distancias  para quien ama, y, si quien ama es amado en la misma dimensión por el alma afín, aunque estén separados por distancias inmensurables, de mundos a mundos, de constelaciones a constelaciones, de galaxias a galaxias, en la extensión infinita del universo, se sienten  como si fuese uno solo  en la unidad,  por la forma del Amor. No es solamente sentir, sino poder dialogar como si estuviesen presentes en la explosión de las facultades oriundas de ese Amor, que es la vida universal, que es Dios sustentando toda Su creación.
Amigos os deseo un feliz inicio de la semana, con mucho amor y mucho cariño, que el Señor extienda sus manos generosas, para socorrer al alma afligida, al espíritu ignorante, que todos los pequeñitos encarnados y desencarnados sintamos su misericordia fortaleciendo nuestro atribulado espíritu.                                  
 Merchita.- Extraído del libro Francisco de Asís.
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LA Eutanasia  


Tema de frecuente discusión, por unos defendida, por otros censurada, la eutanasia, o "sistema que procura dar muerte sin sufrimiento a un doliente incurable", regresa a los debates académicos, frente a su aplicación sistemática por eminentes autoridades medicas, en criaturas incapaces físicas o mentales desde el nacimiento, internadas en Hospitales Pediátricos, sin esperanzas científicas de recuperación o sobrevivencia...
Practica nefasta que testimonia la predominancia del concepto materialista sobre la vida, que apenas ve la materia y sus implicaciones inmediatas, en detrimento de las realidades espirituales, refleja, también, la soberanía del primitivismo animal en la constitución emocional del hombre.
En la Grecia antigua, la hegemonía espartana, siempre armada para la guerra y la destrucción, insirió en su Estatuto el empleo legal de la eutanasia eugenésica en relación a los enfermos, mutilados, psicópatas considerados inútiles, que eran arrojados al Eurotas por pesar negativamente en la economía del Estado. Guiados por superlativo egoísmo y prepotencia, a pesar de los conflictos arbitrarios del exagerado orgullo nacional, se hicieron víctimas de la impulsividad belicosa que cultivaban...
Otros pueblos, desde la más remota antigüedad, se permitían practicar ese "homicidio ejercido por compasión"...
En circunstancia alguna, o bajo ningún motivo, cabe al hombre derecho de escoger y deliberar sobre la vida o la muerte en relación a su prójimo.
Los criminales más empedernidos, homicidas o genocidas entre los más hediondos, no deben tener cortadas sus vidas, sino antes ser aislados de la convivencia social, en celdas, o en trabajos rectificadores, en los cuales expurguen bajo la acción del tiempo y de la reflexión, que tarda más alcanza al infractor, haciéndolo expiar los delitos perpetrados. Aun cuando se trate de réprobos anatematizados por desconcierto mental, no faltan Nosocomios judiciales donde pueden recibir conveniente asistencia a la que tienen derecho, sin que sean considerados inocentes por los crímenes perpetrados... Recuperando la salud, eventualidad excepcional que puede suceder, cercados, por el peligro de probable reincidencia psicopática, podrán de alguna forma, retribuir de manera positiva a la Sociedad, los daños que hayan causado.
En lo que tañe a los enfermos considerados irrecuperables, conviene considerar que dolencias, ayer  detestables como incurables, son hoy capitulo superado por el triunfo de hombres-sacerdotes de la Ciencia Médica, que la ennoblecen por la contribución que sus vidas ofrecen en beneficio de la Humanidad. Siempre hay, pues, posibilidad de mañana conseguir la victoria sobre la enfermedad irreversible de hoy. Diariamente, para ese desiderata, se sumergen en la carne Espíritus Misioneros que se aprestan a aligerar e impulsar el progreso, realizando descubrimientos y conquistas superiores para la vida, fuente poderosa de esperanza y conforto para los que sufren, en nombre del Supremo Padre.
Ante las expresiones teratológicas, al revés de la precipitación de la falsa piedad en aliviar a los pacientes de los sufrimientos, se ha de pensar en la terapéutica divina, que se sirve del presidio orgánico y de las jaulas mentales para ajusticiar a los infractores de variados matices que pasaron por la 'Tierra impunes, inadvertidos, mas que no pudieron huir a las sanciones de la conciencia en falta ni a la Legislación Superior, a la cual rogaron enseñanza de recomienzo, recuperación y sublimación porque anhelaban la edificación de la paz intima.
Suicidas, - esos pobres rebelados contra la Divinidad - que despedazaron el cráneo, en embestidas de odio contra la existencia, reencarnan perturbados por la idiotez, sordo-mudez, conforme a la parte del cerebro afectada, o por hidrocefalias, mongolismos; los que tentaron ahorcarse, reaparecen con los procesos de la paraplejia infantil; los ahogados, padecen enfisema pulmonar; los que descerrajaron tiros al corazón, retornan bajo el yugo de cardiopatías congénitas irreversibles, dolorosas; los que se utilizaron de tóxicos y venenos, vuelven bajo el tormento de las deformaciones congénitas, de la asfixia respiratoria, o estertorosos por úlceras gástricas, duodenales y canceres devoradores; los que despedazaron el cuerpo en fugas espectaculares, recomienzan victimados por atrofias, deformaciones, limitaciones punzantes, en que aprenden a valorizar la grandeza de la vida.. .
Agresores, exploradores, amantes de la rapiña, de las arbitrariedades, de los abusos de cualquier naturaleza vuelven a los escenarios en que se empecinaron, o corrompieron, o se hicieron infelices, alcanzados por la impronta de las soberanas leyes del orden y del equilibrio, rehaciendo el camino antes recorrido criminalmente y atesorando los sagrados valores de la paciencia, la comprensión, el respeto a si mismos y al prójimo, la humildad, la resignación, armándose de bendiciones para futuros cometidos dichosos.
¿Quien se podrá atribuir el derecho de interrumpirles la santificadora existencia preciosa?
Las personas que se les vinculan en la condición de padres, cónyuges, hermanos, amigos, también les son participes de los dramas y tragedias del pasado, responsables directos o inconscientes, que ahora se rehabilitan, debiendo extenderles manos generosas, auxilio fraterno, por lo menos migajas de amor.
Nadie se deberá permitir la interferencia destructiva o liberativa por medio de la eutanasia en tales procesos redentores. Personas que se dicen penalizadas por los sufrimientos de familiares y que desean que les sean luego cesados, casi siempre actúan por egoísmo, presurosos de liberarse del compromiso y de la responsabilidad de ayudarlos, sustentarlos, amarlos más.
No faltan terapéuticas médicas y quirúrgicas que pueden amainar el dolor, perfectamente compatibles con la caridad y la piedad cristianas.
A nadie es dado precisar el tiempo de vida o sobrevida de un paciente. Son tan escasos de exactitud los pronósticos humanos en este sector del conocimiento, cuanto no sucederá en otros!
¿Cuántos enfermos, rudamente vencidos, desesperados recobran la salud sin aparente razón o lógica?
¿Cuántos otros hombres en excelente forma, portadores de sanidad y robustez, son victimados por sorpresas orgánicas y sucumben imprevisiblemente?
El conocimiento de la reencarnación proyecta luz en los más intrincados problemas de la vida, dirimiendo los equívocos y dudas en torno a la salud como a la enfermedad, a la desdicha como a la felicidad y contribuyendo eficazmente para la perfecta asimilación de los postulados renovadores de los que Jesús Cristo se hizo abanderado por excelencia y el Espiritismo, el Consolador encargado de demostrarlo en los tormentosos días de la actualidad.
Argumentan, en tanto, los utilitaristas que las importancias prodigadas con los pacientes irrecuperables podrían ser utilizadas para pesquisas valiosas o para impedir que hombres sabios enfermasen, o para asistir convenientemente a los que, dolientes, pueden ser salvados ... Y desvarían, utopistas, insensatos sin considerar las fortunas que son tiradas en espectáculos ruidosos y funestos de exaltación de la sensualidad, del Fausto exagerado, de las disipaciones, sin que se les ocurra la necesidad de la aplicación correcta de tales patrimonios en medidas preventivas saludables o socorro a las multitudes famélicas y desnudas que pululan en todas partes, pereciendo, a modo de migaja de pan, revolviéndose en la desesperación por la ausencia de una gota de luz o una insignificante contribución de misericordia.
Cada minuto en cualquier vida es, por tanto, precioso para el Espíritu en rescate bendito. ¿Cuántas resoluciones nobles, decisiones felices o actitudes desdichadas ocurren en un relámpago, imprevistamente?
Penetrándose el hombre de responsabilidad y caridad, iluminado por la fe religiosa, fundada en hechos de la inmortalidad, de la comunicabilidad y de la reencarnación, abominara en definitivo la eutanasia intentando todo para cooperar con su hermano en los justos resarcimientos que la Divina Justicia le otorga para la conquista de la paz interior y de la evolución.

Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro “Después de la Tempestad” de Divaldo Pereira Franco

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Es importante no perder la serenidad!

Cuando te enfadas y te irritas, tu salud se resiente.Los órganos se perturban y sufrimos terriblemente.
Si un amigo te traicionó, si alguien te calumnió, y sobre todo si a aquél a quien ayudaste, cuando nadie más podia hacerlo, te trató injustamente, te calumnió...Te trató con ingratitud, olvidando todo el bien que le hiciste...PERDONA!
Son personas enfermas. Ten pena de ellas.Pero no pierdas tu serenidad.Que no respondas a la agresión no significa que ellas lleven razón....Demustras así tu superioridad moral y ejerces la Ley de Caridad

    Aportación de  :
    Mamen Pelayo Delgado
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    ECLARACIONES DE UN SUICIDA EN EL MÁS ALLÁ.

                   Querido hermano que tronchaste el árbol de tu aliento: aunque te halles preso de la confusión, te pido encarecidamente que escuches lo que voy a decirte durante unos instantes; luego, usando tu libertad, la cual pienso respetar, haz lo que tu voluntad te dicte. Yo sé que arrastrabas problemas graves, muy serios, y por lo que te conocí pensaste que con tu acción te librarías para siempre de los mismos. Ahora, por desgracia, compruebas que siguen ahí, a tu vista y que lejos de arreglarse se complicaron. ¿No ves que nada cuadra en toda esta coyuntura? Quiero que hagas un esfuerzo y que reflexiones, aunque soy consciente de que trabajo te va a costar, pero no lo hagas por quien te lo expresa sino tan solo por mis argumentos, pues se ha demostrado la razón  instrumento válido para resolver cuestiones dificultosas.

    Creías que la cuerda que anudaste en tu cuello serviría para silenciar tus lamentos, pues ninguna voz más atravesaría tu árida garganta, agostada por tantas y tantas quejas que de tu existencia emitías. Mírate, estoy a tu lado y veo el mismo panorama que tú divisas ahora. Si por imperiosa necesidad, producto de un errado examen, decidiste soltar el madero que te mantenía a flote y descender a la sima de los mares ¿cómo es posible que ambos contemplemos una y otra vez la escena por la que estamos ahora hablando? El cordel no resultó muy grueso pero tu intención sí que lo era, lo tenías pensado desde hacía tiempo, en tu mente pululaban las sombras del desánimo y finalmente, en violento y arrebatado impulso, te encerraste en aquella negra estancia, pusiste la silla justo debajo del ventanal, calculaste las medidas y ataste la soga debajo de tu mentón. Ya no querías escucharte más a ti mismo pues tus palabras te parecían un sinsentido y decidiste cortar la lengua a tus pensamientos. Pretendiste descansar para siempre y ahora, más extenuado que nunca, ya lo ves, la película de tu desenlace transcurre ante ti en sesión continua que no sabes cómo detener.

    Mas para entender, siento decirlo, es preciso que volvamos a la escena del crimen, aquel que perpetraste estrangulando tu hálito, el que te insufló Dios en la noche de los tiempos. Quiero que examines tu acción pero escuchando mis aclaraciones. Observa de nuevo la pantalla donde se exhibe la tragedia de tus días. Sujetaste en un extremo la cuerda al barrote del tragaluz, para asegurarte de que no se soltara y en macabro ritual, comenzaste a doblar tus rodillas cual forzada despedida, cada vez un poco más, y con tu gaznate ya morado, descendiste a losabismos, un poco más y un poco más. Ni siquiera tuviste necesidad de agarrar tu cuello con las manos para liberarte. Lo tenías todo tan planeado que preso de un dulce sueño, antesala letal, fuiste lenta pero inexorablemente, perdiendo la conciencia de la realidad hasta que vencido por el peso de tu cuerpo y de tu irresponsabilidad caíste sentado en tu siniestra poltrona, donde tu esqueleto fue a decir adiós, o mejor dicho, un hasta luego.

    ¿Creías de verdad, que tus conflictos quedarían resueltos en la espesura del olvido? ¿Piensas que tus apuros resultaron disipados por las brisas del azar? No te engañes amigo,nadie ventilará por ti las contrariedades de tu biografía, dejaste una familia destrozada, una esposa en soledad clausurada y unos hijos huérfanos de amparo. Sus problemas, lejos de disolverse, se agravaron. Y en cuanto a ti, si lo que pretendías era quebrar tu dolor, fallaste en tus previsiones, al convertirse este en el peor de los tormentos: una única sala de proyección, una sola película, la de tu final, con un único protagonista que hacía a la vez de espectador: tú. ¿Comprendes ahora que no puedes demolerlo indestructible porque es de naturaleza inmortal? ¿Desde cuándo creías que postergar la solución a tus contratiempos era el remedio ideal? Ahora, expías las faltas de tu ignorancia en lamentable y reiterado ceremonial, compelido por el efecto de tu propia acción.

    Querido hermano, llevas ya años reviviendo el mismo cuadro, ensimismado en un dolor moral insoportable, pues no puedes evitar escudriñar el repetitivo lienzo de tu estulticia, el que tú trazaste con la mano de tu obstinación, triste jornada de regresión en la que emborronaste tu senda evolutiva. Por eso estoy aquí, porque tu parálisis no puede resultar eterna, pues tampoco son perpetuos los sufrimientos ni la tortura derivados del incumplimiento de la ley natural. Ha sido en todo este tramo, donde no había alborada para ti y tan solo te rodeaba la más lúgubre de las penumbras, cuando has comprendido que el libre albedrío, aún en su grandeza, no debe intervenircontra los designios del CreadorDios de vivos, no lo olvides, mas alejado del que atenta contra lo más preciado del ser: su propia vida.
    Me preguntas por qué ahora y no ayer ni mañana. Te expondré la diferencia. Yo he permanecido junto a ti todo este tiempo, no me he separado de tu melancólica figura ni un instante pues ese constituye mi trabajo, el que fructifica en tarea por la que yo, al igual que todos, avanzo en mi camino dichoso, pues créeme hermano, que no contemplo en mí mayor gozo que el de cumplir con el encargo que los seres luminosos me encomiendan. ¡Qué honor! Mi misión es mi alegría. Mi labor, mi herramienta de prosperidad.

    Te conozco bien amigo, pues me mantuve testigo silencioso en tu prolongada ausencia del feudo del discernimiento; me convertí en tu invisible visitante pero no por ello, inhibido de tus amarguras. Te he analizado tanto que me he codeado con los rincones de tu historia, plena de altibajos y caídas pero también de insignes jornadas. He rezumado por los poros de tus recuerdos y ante tus persistentes negaciones, tan solo me permitía clavar mis retinas en la proyección de tus memorias, deseándote sinceramente, pronta iluminación a tus oscuridades. He respirado tu densa aflicción y compartido tus infinitas preguntas sin respuesta y en todos los casos, te he sonreído siempre, mas estabas sordo a mi influjo por tu pertinaz manía, pura obcecación que espantaba la luz regeneradora de las celestes dimensiones.

    Mas ¿por qué ahora me he mostrado ante ti? ¿Por qué he dejado de ser mudo e impalpable acompañante de tu desdicha? Has de saber que hoy gritaste como nunca, alzaste tu voz suplicando auxilio a las alturas, hoy pronunciaste la palabra “basta”, la cual cobró un eco tan resonante que alcanzó la fibra de los que me envían. Era la señal convenida, el signo distintivo por el que debía surgir ante tu perfil y aportar dictamen a tus dudas, fulgor ante la peor de las turbaciones, la suicida, aquella que procede de trastocar el plan divino para con sus hijos.

    Ahora ya sabes que no era tu momento, que la mudanza de plano no correspondía a tu alterada mano sino que ya estaba estipulada en otro soplo y en otras circunstancias que no respetaste. Y tú, cual antigua divinidad de un Olimpo vetusto, quisiste acortar los plazos a tus pruebas, las cuales no se desplegaron ante ti para hundirte en el lodo apresador sino para estimularte a la acción, adelantando así camino a tu amplio recorrido. Y sin embargo, estimado hermano, ni siquiera te paraste para recobrar fuerzas, simplemente decidiste por tu cuenta salir de la carrera, por lo que fuiste descalificado.

    Amigo, recobra la calma, purgaste tu transgresión con el peso de tu desconcierto, del que has permanecido reo durante largo período. Eleva tu pensamiento, regocíjate al igual que lo hago yo, pues vivías cautivo de tu pasado y las cadenas por las que te mantenías confinado han sido rotas por el cincel liberador. Ahora, con tu petición de auxilio, espontánea y que emancipa, ha amanecido para ti. El brillo del sol recuperará la calidez en tu piel, sensible ahora al deseo inmortal de superar la memoria de tus errores. El tiempo ha renacido en tu espíritu, tu reloj evolutivo se puso de nuevo en marcha, has sido readmitido en la pugna por la existencia y de aquí en adelante, has de retomarlos intervalos perdidos a través de nuevos desafíos que habrán de llegar. Deberás repetir parte del curso, pues nadie puede aprobar por ti las asignaturas pendientes de la vida, pero ahora alentado con energías esperanzadoras.

    Ven conmigo, te tiendo mis brazos para recogerte tiernamente, ya pasó lo peor, reposa ahora en buenas manos en la ciudad de la que provengo, pues aún conservas el alma herida, pero ahora, tu conciencia atisba la lucidez de antaño, aquella que te concede afrontar los retos de la existencia y separar la caridad del egoísmo, la que te permite perfeccionarte ante los ojos compasivos de los nobles espíritus. Aprende la lección y el dolor que el estancamiento conlleva, para sumergirte con toda libertad en los océanos del bien. Y recuerda, siempre, querido hermano rescatado de las garras del remordimiento, que el Padre siempre concede nuevas oportunidades a sus hijos abrumados, pues el amor y la misericordia moran eternamente en Él.



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