Queridos amigos, hola buenos días, las diferencias que observamos en algunas criaturas a veces nos sorprenden, son muchas veces las que decimos: ¿Dios mío como han podido hacer, decir tal cosa?
Esto no es por otra cosa, que porque ellas no están ya en nuestra alma, ya las superamos, y por eso nos parecen tan extrañas.
Un punto capital en la Doctrina Espírita es el de las diferencias que existen entre los Espíritus, desde el doble punto de vista intelectual y moral; en este aspecto, su enseñanza nunca ha variado; pero no es menos esencial saber que ellos no pertenecen perpetuamente al mismo orden y que, por consecuencia, estos órdenes no constituyen especies distintas: son diferentes grados de desarrollo. Los Espíritus siguen la marcha progresiva de la Naturaleza; los de los órdenes inferiores son todavía imperfectos; hande alcanzar los grados superiores después de haberse depurado; avanzan en la jerarquía a medida que adquieren las cualidades, la experiencia y los conocimientos que les faltan. El niño de cuna no se parece a lo que será en la edad madura y, sin embargo, es siempre el mismo ser.
La clasificación de los Espíritus está basada en su grado de adelanto, en las cualidades que han adquirido y en las imperfecciones de que han de despojarse aún. Esta clasificación, además, no tiene nada de absoluto; cada categoría presenta un carácter nítido sólo en su conjunto; pero de un grado a otro la transición es imperceptible y, en los límites de la misma, los matices se esfuman como en los reinos de la Naturaleza, como en los colores del arco iris o también como en los diferentes períodos de la vida humana. Por lo tanto, se puede formar un número mayor o menor de clases, según el punto de vista desde el cual se considere la cuestión.
Ahora bien, en el mundo de los Espíritus, los que tienen conocimientos limitados son –como los ignorantes en la Tierra– inhábiles para abarcar el conjunto y para formular un sistema; incluso los que son capaces de hacerlo pueden variar en los pormenores según su punto de vista, sobre todo cuando una división no tiene nada de absoluto.
Generalmente, los Espíritus admiten tres categorías principales o tres grandes divisiones. En la última, la que está al pie de la escala, se hallan los Espíritus imperfectos que todavía tienen todos o casi todos los grados por recorrer; se caracterizan por el predominio de la materia sobre el Espíritu y por su propensión al mal. Los de la segunda categoría se caracterizan por el predominio del Espíritu sobre la materia y por el deseo del bien: son los Espíritus buenos. En fin, la primera comprende los Espíritus puros, que han alcanzado el grado supremo de perfección.
No obstante, haremos notar que los Espíritus no siempre pertenecen exclusivamente a tal o cual clase; ya que su progreso se realiza en forma gradual y a menudo más en un sentido que en otro, pueden reunir los caracteres de varias categorías, lo que fácilmente puede apreciarse por su lenguaje y por sus actos.
Algunos no son realmente malas personas, porque la pasión los hace caer en la violencia y bajo la influencia de la materia sucumben y dan paso a la agresividad, remitiéndonos a los espíritus impuros, que la ausencia de maldad real lo aparta naturalmente de los malos espíritus; pero evidentemente se encuadra en las clases del mismo orden; ya que nada en el podrá justificar un grado superior.
Si te preocupa el lugar que ocupas en la categoría de espíritus, no pierdas más tiempo y busca a Jesús en su evangelio de amor y luz, en el encontrarás las formulas y ejemplos para elevarte, hay muchos ignorantes que creyéndose perdidos para siempre, no hacen nada por salir del pozo donde están sumergidos, mientras hay vida, hay esperanza, y como no morimos, siempre existirá para el alma, esa oportunidad para crecer y elevarse.
Amigos os deseo un buen jueves con mucho amor y cariño Merchita
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¿ Son útiles las religiones para el Ser humano ?
No solamente son útiles, sino necesarias, porque en el
nivel evolutivo actual del Ser humano, este aún conserva un alto
grado de peligrosidad para con sus propios semejantes y la religión
funciona como un freno moral que controla esos impulsos que todavía
tenemos y que nos hacen ser peligrosos para con nosotros mismos. En
realidad las religiones han ejercido siempre como escuelas de
pensamiento que han tomado dos formas: la popular, tolerada por sus
teólogos como conexión con una mayoría inculta, y la forma
teológica mas pura y estricta reservada a dichos teólogos.
Las religiones debieran ser un lazo que
uniese a los hombres entre sí, uniéndolos por una misma idea o
sentimiento superior. Si este estuviese fundamentado por la ciencia,
fortificado por la razón y apoyado en la libertad de conciencia,
sería el móvil de grandes y generosas acciones humanas, pero mal
interpretado y corrompido el sentimiento y ls idea de lo religioso,
esta ha llegado a ser mas bien un instrumento de dominación egoísta.
Karls Marx, el padre del Marxismo, que es una
filosofía de carácter totalmente agnóstico y atéo, afirmó que “
la religión era el opio del pueblo”. Y en efecto, lo ha sido pues
el pueblo ante las opresiones y tiranías sufridas por parte de
ciertos personajes que les dominaban con su poder, encontraban en
ella el alivio y el freno moral necesario para no sublevarse y
derrocar con la violencia a quien abusaba de ellos y les oprimía.
Marx predicaba la sublevación y la revolución por parte del pueblo
y que la religión era el freno para que este no reaccionara.
Las
religiones han sido siempre el principal motivo de guerras y
desastres humanos, por lo que
resulta trágico y ridículo, que a lo largo de la Historia, los
pueblos se hayan matado unos a otros en nombre de un mismo Dios, o
por diferencias de conceptos teológicos y dogmáticos, habiendo
llegado alguna vez a proclamar “guerras santas”, como si es que
alguna vez ninguna guerra haya tenido nada de santo; y así cada
religión ha pretendido desterrar o dominar a las demás, desplegando
el estandarte del orgullo humano al proclamarse como única y
verdadera; ¡demencial¡. En vez de unir a las personas con sus
conceptos y puntos de creencia en común, las han dividido y
separado por sus diferencias – generalmente intrascendentes .
Con la mejor voluntad del mundo, mucha gente religiosa
es opresora de los demás con sus ideas, y lo que se suele llamar
respeto religioso no es sino miedo encubierto a chocar de frente con
posturas diferentes, fanáticas e intransigentes..
La idea del pecado que transmiten las religiones, supone
la idea de la transgresión de una ley , por lo que cuando a los
niños ya se les aplican rígidas normas éticas dictadas por la
religión y un sentido del pecado y de la culpabilidad, se les está
impidiendo su natural evolución humana en libertad al no poder
descubrir las cosas por si mismos paso a paso, mientras se va
acotando su libertad moral, al tiempo que se les condicionan sus
conciencias.
La verdadera religión debería tratar de quitar los
miedos en vez de inculcarlos, pues antes que nada la religión debe
ser liberadora de miedos , enseñando al ser humano a vivir en Paz y
en Libertad, respetando a sus semejantes como paso previo al
sentimiento de fraternidad y de amor, mostrando así cual es el
sendero de la felicidad . La verdadera religión no es una
manifestación exterior, sino un sentimiento y los sentimientos se
guardan en el corazón humano que es por eso el verdadero templo en
donde podemos encontrar a Dios. Esta no necesita de sacerdotes,
templos de piedra, fórmulas mágicas ni imágenes sagradas . No dá
importancia a las formas de adoración, y sus únicos dogmas son los
que llevan al perfeccionamiento de los individuos y las sociedades.
La auténtica religión está por encima de todos los cultos y
sacerdocios, a los que respeta pero no dá importancia, porque la
Verdad está por encima de todo esto.
No importa ser católico, musulmán o ateo, lo
importante es saber ser feliz y buscar un sitio en la vida; pero
desgraciadamente las religiones no predican ni practican eso.
Cuando cualquier religión no se usa libremente en su
pureza y su esencia, sin fanatismos ni ideologías extrañas, y quedándose solo en las formas exteriores, se puede hacer mucho daño
moral al dar un falso y desvirtuado testimonio de Dios.
- José Luis Martín-
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“La
religión que un hombre profese, la raza a que pertenezca, no son
cosas importantes; lo único importante es el conocimiento del Plan
de Dios para los hombres .Porque Dios tiene un plan, y este es la
Evolución”.
-Krishnamurti-
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CUANDO ME AMÉ DE VERDAD
Cuando me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude relajarme.. Hoy sé que eso tiene nombre… autoestima.
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