EL ESPIRITISMO SOLO ADMITE LOS FENÓMENOS QUE CONSTATA Y ANALIZA
El Espiritismo no acepta, pues, todos los hechos reputados maravillosos o sobrenaturales; lejos de eso, demuestra la imposibilidad de un gran número, y el ridículo de ciertas creencias que constituyen, propiamente hablando, la superstición. Es verdad que en lo que admite, hay cosas que para los incrédulos, son puras maravillas, o sea, de la superstición; que sea, pero, al menos no discutáis sino estos puntos, porque sobre los otros no hay nada que decir y predicáis a convertidos. Atacándoos con lo mismo que él refuta, probáis vuestra ignorancia de la cosa, y vuestros argumentos caen en falso. Pero, se dirá, ¿en dónde se detiene la creencia del Espiritismo? Leed, observad, y lo sabréis. Toda ciencia solo se adquiere con el tiempo y el estudio; así es que el Espiritismo que toca las cuestiones más graves de la filosofía, a todas las ramas del orden social, que abraza a la vez al hombre físico y al hombre moral, es por sí mismo toda una ciencia, toda una filosofía que no puede ser aprendida en algunas horas como cualquiera otra ciencia; habría tanta puerilidad en querer ver todo el Espiritismo en una mesa giratoria, como en ver toda la física en ciertos juegos de niño. Para aquel que no quiera detenerse en la superficie, no son horas, sino meses y años que son necesarios para sondearle todos los arcanos. Que se juzgue por eso del grado de saber y del valor de la opinión de aquellos que se arrogan el derecho de juzgar, porque han visto uno o dos experimentos, las más veces, a manera de distracción y pasatiempo. Ellos dirán sin duda que no están siempre en disposición de ocuparse en este estudio: concedido; nada les obliga; pero entonces cuando no se tiene tiempo de aprender una cosa, que no se hable de ella y aun menos se la juzgue, si no se quiere ser acusado de ligero; y cuando más se ocupa una posición elevada en la ciencia, menos se le disimula el que trate ligeramente un objeto que no conoce.
Extraído del Libro de los Mediums- Kardec -
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LUZ, MÚSICA Y FLORES
( COMUNICADO DESDE EL MÁS ALLÁ)
La paz del Señor esté con todos vosotros: Esta tarde dejaremos vuestros trabajos y daremos paso a otras enseñanzas que también son muy precisas. Porque si la inteligencia hay que educarla con sabiduría y constancia, también hay que darle al alma efluvios de amor, ya que para elevar la inteligencia tiene que anteceder la elevación del alma. Por ello hoy vamos a tratar de tres temas muy bellos: LUZ, MÚSICA Y FLORES.
La luz ilumina lo más recóndito del alma, saca a flote los defectos ocultos, desvanece egoístas pretensiones e inducciones equívocas; la luz es vida, la luz es amor. De ella parte la vida de las vidas, la belleza de lo bello y el encanto de los encantos. Por algo empieza en la majestuosa, sublime y principal fuente que es DIOS y termina iluminando la más débil inteligencia. Es la salud de la enfermedad intelectual; es el foco que da calorías inmensas a los corazones empedernidos en las bajezas humanas; es el vehículo conductor de la verdad, sobre ella camina !o espiritual, y como bella y sublime, todo lo que toca lo embellece y lo sublima. En los muchos millares de palabras que tiene vuestro rico idioma no existen las adecuadas para poder expresar su grandeza.
La música son ondulaciones sonoras que animan la existencia; son vibraciones de los sentimientos del alma. Es la conductora de los pensamientos poéticos. Es la armonía que unifica la creación. Lo mismo expansiona el alma que hace asomar lágrimas a los ojos. Entristece y emociona cuando canta con ella el alma, y cuando se sufre, sus melodías ayudan a sufrir. Esas bellas cualidades del divino arte se sienten tan íntimamente que cuando os identificáis con sus armonías y os deleitáis con sus magníficas ejecuciones os eleváis y quisierais confundiros con esa música celeste que intuís, cuyos ecos invaden el infinito... Pero, ¡ah, hermanos , según la elevación espiritual así es la percepción...
Vuestra música ha llegado a imprimir en sus pentagramas maravillosas composiciones. El cerebro humano tiene intuiciones magníficas de ese bello arte.
Suponer una música que extasía, suponer un sonido dulce, armónico y sublime; suponer armonía sobre armonía, belleza sobre belleza, y todo eso es cero unidad comparado con la música celeste. Las arpas pulsan notas deliciosas, los ángeles se mecen en las composiciones artísticas de la creación, las luces inmensas y purísimas que invaden el espacio inspiran esas armonías... La luz sonríe; la belleza se encanta; lo divino diviniza a lo Divino y la Sublime Voluntad es la directora de esas armonías deliciosas. Los ecos se repiten en las eternidades, y si una nota sostenida se aleja, aun saliendo muy bella, cuanto más anda más se purifica y su sonoridad es más perfecta. Luego si sale deliciosa termina sublime. Esa Voluntad de que os he hablado antes recoge las armonías para luego darlas más puras, más bellas, más deliciosas y más encantadoras... Acumular vuestros conocimientos y suponéosla mucho más divina de lo que podéis creer.
La flor: belleza de la naturaleza; alfombra que tapiza los prados en colorido variado
y divino; semejanza absoluta a una mujer. En la vegetación la belleza es la flor. En la humanidad, la belleza es la mujer... El capullo está cerrado; la niña también. Cuando el sol saluda con sus rayos fructíferos matinales, la flor se inclina y lo saluda; cuando a la niña la despierta también el sol, la madre besa su frente como diciéndole: Toma la vida que a mí me da el sol... Pasan los días; para la niña años... Ya está la flor fecundada, y al saludarla el sol abre sus hojas y aparece la grandeza de colores, exhalando un perfume delicioso que sólo la naturaleza sabe dar; la niña también tiene sus bellos colores en los labios, sus pómulos se sonrojan, empieza a vivir... Otro día para la flor y años para la niña. La flor está completamente abierta; la niña empieza a ser mujer... Llega el jardinero y, usando un perfecto derecho, corta la flor; llega el hombre, y, usando de otro derecho natural, corta las ilusiones de la mujer... La flor sigue adornando la naturaleza; la mujer la purifica... La flor empieza a deshojarse; la mujer a sufrir... La flor, al deshojarse, deja en su centro el cáliz donde está la semilla de la reproducción; la mujer se ha unido al hombre: empieza a beber el cáliz del sufrimiento, empieza a germinar la reproducción...
Tras de la rosa viene el capullo; tras de la unión, la reproducción... Otra rosa empieza a nacer de nuevo; la mujer ha sufrido y perdido su frondosidad y alegría, pero, ¡ah, hermanos!, sabe ser madre; ha pasado por ese sublime paso que eleva a la mujer a un plano muy superior... A la vez que sabe ser madre sabe sufrir, a la vez que sabe sufrir sabe besar; a la vez que sabe besar sabe pedir... Aquel ser es una bendición del cielo; aquel sufrimiento, una purificación del alma... Por ello, queridos hermanos, todos los sufrimientos y sacrificios que soportéis en vuestra existencia, saber que nada se pierde, todo va acumulado a vuestra trayectoria. Cada sufrimiento, cada sacrificio, supone un peldaño superado en la gran escalera del progreso o elevación de vuestra alma. por ello, llevar todo con resignación y acatar con humildad cuanto nos mande el Padre y así estaréis en las mejores condiciones, cual yo, que no sufrí ese terrible tránsito de la vida que habla a la vida que siente; de lo material a lo espiritual.
Buenas tardes y que Dios Todopoderoso nos bendiga a todos. Vuestra hermana Alejandrina.
(Hija del médium.)
Extraído del libro Desde La Otra Vida, por Manuel Uceda Flores.
GRUPO ESPIRITA LUZ CIENCIA Y AMOR.
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BENDICIENDO LA VIDA
Podemos observar cuan compleja es la vida, lejos de ver a los otros diferentes por su forma de actuar y de sentir, vemos que también consiste en la forma de comprender nosotros la vida y la manera de actuar de aquellos que no son como nosotros. Hay que tener una gran moralidad y una extensa concepción de las cosas y de los sentimientos del ser, para poder opinar sobre lo que sucede a nuestro alrededor.
Y poco a poco vamos viendo que la Doctrina Espirita nos ha facilitado un extenso campo de como son la realidad y el buen sentido de las cosas, que no está solo en el mal actuar de las personas, sino que también consiste en función de cómo lo concebimos, que depende su intensidad e importancia. Restar importancia a las cosas, las hacen más llevaderas.
Son muchos padres los que reniegan de los hijos por ver al varón que consideran su sucesor inclinado al sexo varonil, instituida por Dios en la Tierra el que el hombre y la mujer constituyeran la familia, para procrear y dar continuidad a la especie, sabemos que la homosexualidad existe, y aunque hay muchos padres que aceptan esas digamos inclinaciones de sus hijos, sabemos que hay aun un gran número que los rechazan, los maltratan psicológicamente hasta el punto de convertir sus vidas en un mundo de complejos frustraciones e incluso en un infierno, porque se ven dados de lado, recriminados por su propia familia y esto no debería darse aun en la sociedad .
Lo que Dios instituyó para el hombre y la mujer es lo que debería ser, pero sabemos que muchas de nuestras inclinaciones parten de nuestro pasado, y si el homosexual encuentra una pareja del mismo sexo y ambos deciden instituir una familia no hacen mal a nadie, lo que sí es recriminable, es que engañemos, caminemos contra corriente, por eso hoy en día, muchos son los que se han decidido a manifestar sus verdaderos sentimientos, “a salir del armario”, bien es verdad que muchos lo han hecho demasiado tarde, porque habiendo constituido una familia, la separación, el engaño, y todo lo que eso conlleva, hacen sufrir a hijos, compañera, y demás, logran al manifestar sus sentimientos que se les conozca y al mismo tiempo justifican su infidelidad, consiguen su satisfacción “felicidad” pero a costa del sufrimiento de los que hasta ahora componían su mundo.
No somos nadie para recriminarles, pero hoy en día, con las concepciones que hemos alcanzado de la vida, si un hijo nos manifiesta que es homosexual, no debemos recriminarle, es mejor que aceptemos su sentir, a que por no defraudarnos, caminen contracorriente y un día lo que han mantenido en secreto, al manifestarse nos golpee duramente por ver su mundo destruido y golpeando a todo lo que pilla a su paso, como son los sentimientos que han hasta entonces confiado en el, y que no pueden comprender su sentir.
Hemos de ser sinceros con nosotros mismos y con la vida que nos contempla. Si no nos comprenden, es su problema, si, no olvidemos que tenemos a nuestro lado seres que amamos y merecen aunque nos duela, toda nuestra sinceridad. Para que nos amen como somos, y más si en nada les afecta nuestro modo de ser, si decidimos un día sacrificarnos por aquellos que reunimos a nuestro alrededor, como son esposa e hijos, no dudemos de que un cuadro de hermanos al otro lado de la vida y que son mandados por Dios, nos ayudaran, porque ya no podemos dar un paso a tras, porque es demasiado tarde para hacerlo sin ocasionar daños que en muchos casos son irreparables.
Es bueno comulgar con todo el mundo y saber guardar la ropa, todo en la vida merece un respeto de nuestra parte, aun aquellos que no nos comprenden, que nos critican, que nos rechazan, un día cuando la vida les ponga en nuestra misma situación pedirán la comprensión que ahora nosotros les pedimos, cada mundo es diferente y nadie debe juzgarnos tan solo Dios, y nonos quepa la menor duda que El lo sabe todo de nosotros, y ante El es quien tendremos que rendir cuentas, de cómo sentimos y de lo que hicimos de nuestras vidas, y de las de aquellos que se cruzaron en nuestro camino y a los que debíamos sobre todo respeto y conmiseración.
El sexo no es nada complicado, lo complicamos nosotros al hacer de él un mal huso, es como nuestras manos, como todos nuestros órganos otorgados por Dios para poder actuar en la vida, y muchos son los que venimos al mundo con alguno deficiente, estropeado, por no haberle dado un buen huso, todo responde a como hemos actuado en la vida y del huso que hicimos de los bienes que Dios nos dio para poder desarrollarnos en ella, de todo tendremos que rendir cuentas, por eso nada nos beneficia más que el procurar hacer el bien con los medios a nuestro alcance, sin exigir para dar, hacer el bien por el bien mismo.
Contemplemos en el campo la obra maravillosa de Dios, vemos que hay mucha diversidad flores, cada una de distinto color, todas contribuyen para ejercer una función y dar sus propiedades para que sirva a la vida y al ser, en sus necesidades, cada uno de nosotros también portamos con nuestra forma de ser a los que nos rodean y hemos de analizar aquello que emitimos para que sea bueno y favorable al bien común en la obra de Dios,
- Merchita - (Adaptado por Jose L. Martín)
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