Mediumnidad
Social
Por : Eugenio Lara
Por : Eugenio Lara
Conforme
la definición de Allan Kardec, el “Espiritismo
es una ciencia que trata de la naturaleza, del origen y destino de
los Espíritus, y
de sus relaciones con el mundo corporal.”
(1) Esas relaciones ocurren a través de un proceso de comunicación
entre espíritus desencarnados y encarnados, clasificado por el
Espiritismo de mediumnidad.
Para
el fundador del Espiritismo, mediumnidad es la capacidad que todos
los seres humanos poseen de sentir la influencia de los seres
desencarnados. “Todo
aquel que siente, en un grado cualquiera, la influencia de los
Espíritus es, por ese hecho, médium. Esa facultad es inherente al
hombre; no constituye, por tanto, un privilegio exclusivo. Por eso
mismo, raras son las personas que de ella no posean algunos
rudimentos. Puede, pues, decirse que todos son, más o menos,
médiums.”
(2)
Esa
facultad se manifiesta en las relaciones interexistenciales y es la
responsable por la interacción entre los dos mundos, el físico y el
extrafísico. La mediumnidad surge con el propio ser humano, es
inherente, indisociable, un atributo intrínseco de nuestro
psiquismo, cuyos registros existen desde la pre-historia.
Todas
las grandes religiones de la humanidad, en todas las civilizaciones
de la Antigüedad, en todos los libros sagrados, de la Biblia
al Corán,
en los Vedas
y
en los Upanishades,
en
el Bagavhad
Gita,
el libro de los Mormones,
en el Libro
de los Muertos
del antiguo Egipto, entre otros, se observa la influencia de los
Espíritus en el mundo corporal.
Con
las investigaciones realizadas en el siglo pasado, hoy los estudiosos
del Espiritismo admiten esa influencia, no solamente por la vía
natural, tradicional, en la internación comunicativa entre un
determinado Espíritu y el médium, sino también a través de
aparatos electrónicos, la llamada Transcomunicación Instrumental
(TCI), que al lado de la Transcomunicación Mediúmnica (TCM),
constituyen un conjunto de fenómenos insertados en el universo del
Proceso de Comunicación mediúmnica (PCM).
Según
la teoría desenvuelta por Kardec en sus experimentos, evidenciada
por las investigaciones metapsíquica y parapsicológicas, esas
interacciones entre las dos dimensiones ocurre en función de la
existencia de una materia sutil, el fluido
cósmico universal, concepto
semejante al prana de los orientales, pero adecuadamente definido
como energía cósmica, cuyas propiedades aun poco conocidas.
Es
a través de la manipulación de esa energía que los Espíritus
pueden influir en el mundo corporal y, en contrapartida, los
encarnados consiguen obtener efectos impresionantes cuando manipulan
la energía vital (una modificación de la energía cósmica), cuya
fuente se encuentra en la naturaleza, especialmente en los llamados
médiums de efectos físicos, estableciendo influencias en la
dimensión extrafísica, paralela a la nuestra.
Esa
forma de energía, aun poco conocida, “desempeña
el papel de intermediario entre el Espíritu y la materia propiamente
dicha, demasiado grosera para que el Espíritu pueda ejercer acción
sobre ella.”
(3)
Más
allá de la mediumnidad, la reencarnación es otro portal que permite
la influencia de los Espíritus en el mundo físico. De modo que,
según la teoría espírita, la mediumnidad
y
la reencarnación
son sus dos únicas formas de que los Espíritus puedan servirse para
influir en la materia.
La
influencia espiritual no se da solamente en las relaciones
interpersonales. Ella ocurre en un nivel colectivo, social, lo que
nos lleva a pensar de la mediumnidad en parámetros que extrapolan
las relaciones localizadas, individuales, sea en un nivel éticamente
positivo (la inspiración), como también en los procesos obsesivos.
Allan Kardec admitió la tesis de que la obsesión puede darse en un
nivel colectivo. “Lo
que un Espíritu puede hacer con un individuo, varios Espíritus
pueden hacerlo con varios individuos simultáneamente, dando a la
obsesión un carácter epidémico. Una legión de malos Espíritus
puede invadir una localidad, y ahí manifestarse de diversas maneras.
Fue una epidemia de ese género que castigó a Judea en el tiempo de
Cristo.” (4)
MEDIUMNIDAD
Y SOCIOLOGÍA
El
concepto de mediumnidad, aplicado en el campo sociológico, se
alarga, se amplia al punto de que tenemos que añadir un adjetivo, a
fin de cualificar esa modalidad fenomenológica aun sin considerar
por las ciencias sociales.
Humberto Mariotti |
Mediumnidad
social fue
la expresión acuñada por el filósofo porteño Humberto Mariotti
(5), en su libro Parapsicología
y Materialismo Histórico (6),
a partir de estudios realizados por él sobre la monumental obra
Espiritismo
Dialéctico,
del también porteño Manuel S. Porteiro. (7)
Mariotti,
a menudo más poeta que filósofo, ve en la mediumnidad social el
campo propicio para la manifestación
superior
de Espíritus extremadamente elevados, lo que en su visionaria
concepción, daría origen a lo que denominó de Espiritocracia.
Según él, la mediumnidad social sería una nueva facultad
mediúmnica, “por
medio de la cual los fenómenos sociales, políticos y económicos
serán aclarados por los Grandes Seres, que se comunicarán con el
alma del pueblo para expresar al Hombre y al Ciudadano el verdadero
significado de la existencia y de las cuestiones sociales.” (8)
La
Espiritocracia, conforme el concepto del eminente filósofo porteño,
sería una forma extremadamente avanzada de democracia mediúmnica,
donde los tributos espíritas, a través de la mediumnidad social,
realizarían
un
movimiento de una intensa transformación ética y comportamental en
el seno de la sociedad, cuyo concepto se constituye en una superación
que Allan Kardec denominó de Aristocracia Intelecto-Moral. (9)
Según
Mariotti, “la
Historia siempre fue movida por la mediumnidad social”, que
abarcará
“tanto la tribuna y al orador, como a las masas. En ciertos
momentos, los pueblos desarrollan un tipo de mediumnidad colectiva,
por medio de la cual se producen las revoluciones históricas, como
la francesa y la rusa.” (10)
El
Espiritismo, en su visión, es el único espiritualismo “que
posee caracteres mediúmnicos; por consiguiente, es él que debería
dirigirse a los pueblos, para que desenvuelvan sus cualidades
psíquicas y metapsíquicas.”
(11)
El
pensador espírita francés León Denis es también uno de los
partidarios de la idea de que el mundo de los Espíritus no es una
dimensión estática, estacionada y parada en el tiempo y en el
espacio. Para él, “las
almas de los muertos no son entidades vagas, indefinidas, como
algunos creen, pues alcanzando las altas capas de jerarquía
espiritual, ellas se convierten en poderes notables, en centros de
actividades y de vida capaces de ejercer una acción sobre la
humanidad terrestre.”
“Por
la sugestión magnética, pueden influir sobre aquel que eligieran,
haciendo en él germinar la idea matriz e incitándolo al acto
decisivo que va a coronar su obra.
“Es
de esa forma que los invisibles se envuelven en los actos de los
vivos, para concretar el bien y el cumplimiento de la justicia
eterna”.
(13)
Ese
envolvimiento activo de los Espíritus, citados por León Denis,
ocurre por ejemplo, durante los conflictos bélicos, en las guerras.
Kardec incluye esa cuestión en El
Libro de los Espíritus:
541.
¿Durante una batalla, hay Espíritus asistiendo a los combates y
amparando a cada uno de los ejércitos?
“Sí,
y que les estimula el coraje.”
“Los
antiguos se figuraban a los dioses tomando partido de este o aquel
pueblo. Esos dioses eran simplemente Espíritus representados por
alegorías.”
542.
Estando, en una guerra, la justicia siempre de uno de los lados,
¿cómo puede haber Espíritus que tomen partido por los que se baten
por una causa injusta?
“Bien
sabéis que hay Espíritus que sólo se complacen en la discordia y
en la destrucción. Para esos, la guerra es la guerra. La justicia de
la causa poco les preocupa.”
543-
¿Pueden algunos Espíritus influenciar al General en la concepción
de sus planes de campaña?
“Sin
duda alguna. Pueden influenciarlo en ese sentido, como con la
relación a todas las concepciones.”
544.
¿Podrían malos Espíritus sugerirle planes erróneos con el fin de
llevarlo a la derrota?
“Pueden;
pero, ¿no tiene él el libre albedrío? Si no tuviera criterio
suficiente para distinguir una idea falsa, sufrirá las consecuencias
y mejor haría obedeciese en vez de mandar.”
545.
¿Puede,
alguna vez el general
ser guiado por una especie de doble vista, por una visión intuitiva,
que le muestre de antemano el resultado de sus planes?
“Eso
se da a menudo con el hombre de genio. Es lo que él llama
inspiración y lo que hace que se obre con una especie de certeza.
Esa inspiración le llega de los Espíritus que lo dirigen, los
cuales se aprovechan de sus facultades de que lo ven dotado.” (14)
La
intervención de los Espíritus en el mundo corporal es un tema
extremadamente importante en el Espiritismo, al punto de dedicarle
Kardec un capítulo entero en
El
Libro de los Espíritus,
cuyo mecanismo será analizado en su obra posterior, El
Libro de los Médiums.
Esa
intervención puede ser oculta o manifiesta, cuando es evidenciada
por los fenómenos de efectos físicos. Sufrimos la influencia de los
Espíritus diariamente, en todo instante. Ella se da en nivel
individual o colectivo, de modo espontáneo y desorganizado. O
entonces, de forma planeada y dirigida, a partir de un proyecto, de
una acción coordinada buscando un determinado objetivo.
El
conflicto de ideas, de clases, que ocurre en nuestro mundo, también
existe en el mundo de los Espíritus. Por afinidades, grupos de
personas se aglutinan alrededor de una idea, formando partidos,
movimientos, organizaciones dedicadas para el bienestar o para el
mal. El crimen organizado no existe solamente en nuestro mundo. De la
misma forma que las organizaciones humanitarias extrafísicas actúan
de forma decisiva en los procesos sociales, conforme describe el
Espíritu André Luiz a través de la mediumnidad de Chico Xavier.
La
influencia es mutua. Ella es interactivada, y no se da de forma tan
unilateral como parece ser cuando leemos esa otra pregunta de El
Libro de los Espíritus:
459.
¿Influyen los Espíritus en nuestros pensamientos y en nuestros
actos?
“Mucho
más de lo que imagináis. Influyen
a
tal punto que, de ordinario, son ellos los que os dirigen.” (15)
Hay
quien sustenta que nuestro mundo es un reflejo del mundo de los
Espíritus. Se trata de una concepción metafísica, mística, cuyos
fundamentos están bien distantes de la buena lógica y del buen
sentido.
No
obstante, son dos lados de una misma moneda. Vivimos en un gran
ecosistema (físico y extrafísico) que ínter obra, se
interpenetran, pero en la forma, en el formato, en su construcción,
está sujeto al nivel evolutivo, al progreso de las ideas, al
desarrollo tecnológico, a tal punto que podríamos, incluso,
invertir la formula contenida en esa cuestión.
¿No
serían los hombres los que dirigen a los Espíritus, mucho más de
lo que ellos imaginan? Al final, quiera o no quiera, la decisión
humana, en muchas instancias, estará siempre restringida al
ejercicio del libre albedrío.
JUANA
DE ARCO Y LOS ESPÍRITUS
En
la historia de la humanidad, la trayectoria de Juana de Arco
(1412-1431) es una de las más emblemáticas en cuanto a la
intervención de los Espíritus en el proceso social.
Simple
campesina, analfabeta, criada dentro de los principios del
catolicismo, Juana comenzó a oír voces y tener visiones a partir de
los 12 años de edad. En la primera visión, vio una gran luz y
enseguida la aparición de santos. El arcángel San Miguel, Santa
Catalina y Santa Margarita fueron las entidades que le revelaron una
misión: la de liberar a los franceses del yugo inglés.
Ese
hecho ocurre durante la Guerra de los Cien Años, entre Inglaterra y
Francia, que se prolongó por más de un siglo (1337 a 1450) y marca
una fase de transición entre el feudalismo y el capitalismo.
Bajo
la inspiración de los Espíritus, Juana de Arco convenció al rey
Carlos VII de su misión, que le otorga el título de “jefe de
guerra”, eso con apenas 17 años. Vestida con una armadura de
guerrero, espada y un estandarte, lidera a un ejercito de hombres
envueltos por su magnetismo, por la influencia de los Espíritus y
confiando en la victoria.
Juana
toma la ciudad de Orleáns (1429) y las principales bases de los
enemigos ingleses. Fue el principio de la definitiva expulsión de
los ingleses, que solamente se daría en 1450, con la victoria final
de Carlos VII y retoma Normandia.
Incluso
habiendo sido herida en París, traicionada, presa, juzgada y quemada
como hereje por los ingleses, como una bruja, Juana se volvió un
símbolo de libertad y del patriotismo francés, algo que en la época
no estaba muy claro, pues la idea de nación aun no estaba bien
desarrollada entre los franceses.
El
filósofo espírita León Denis fue un gran admirador de esa
formidable heroína. Juana
de Arco, Médium
es una de sus obras más elocuentes. En ella, el Druida de Lorena
analiza la vida y el martirio de esa excepcional médium, según los
principios espíritas. “Juana
de Arco era pues, una intermediaria de dos mundos, una médium
poderosa. Por eso fue martirizada, quemada. Tal, por regla, es la
suerte de los enviados de lo Alto”.
Hasta
hoy, los fenómenos de videncia, auditivos, premoniciones, no son
aceptados por los historiadores. Mucho menos la decisiva intervención
de los Espíritus en aquella delicada fase de la historia humana,
pues tales acontecimientos contribuirían para que surgiese un
contexto propicio a la venida Revolución Francesa, en 1789. (17)
En
una reunión anual de la Academia Americana de Neurología, realizada
en 1990, las investigadoras Lydia Bayne y Elizabeth Foote-Smith, de
la Universidad de California, en San Francisco, concluyeron que la
inspiración, las voces y las visiones de Juana era en verdad una
forma rara de epilepsia.
Según
esas perspicaces científicas, el ataque epiléptico en vez de darse
por medio de convulsiones, se manifiesta en forma de delirios, de
alucinaciones. Juana sufría entonces de Apoplejía Parcial Compleja.
(18) cabe recordar que el médium Francisco Cándido Xavier es
también considerado un epiléptico por neurólogos y parapsicólogos
de bata.
El
hecho es que esa humilde campesina, influenciada por voces y
visiones, dirigió ejércitos en la Edad Media, en una época en que
ser mujer y, aun más, guerrera, no era algo común y bien aceptado
por la sociedad de la época, tanto que fue quemada por bruja.
Solamente
en 1455 la corte eclesiástica rectificó el proceso inquisidor que
la historia le incriminó. De mujer-demonio, se volvió santa,
canonizada solamente en 1909 por la misma iglesia que la quemó en
una plaza pública. El caso de Juana de Arco hasta hoy intriga a los
historiadores. Ninguna de las corrientes de la Historia dio respuesta
a esa cuestión.
Allan
Kardec también, como Denis, se interesó por Juana de Arco. Llegó a
comentar en la Revista
Espírita
(1858) una polémica obra psicografiada por la médium Ermance
Dufaux, titulada La
Vida de Juana de Arco
(Dictada por Ella Misma) (19)
La
médium, que fue colaboradora del fundador del Espiritismo, recibió
la densa obra, repleta de informaciones históricas, con apenas 14
años. “Sabemos
que los incrédulos harán siempre mil y una objeciones; pero para
nosotros, que vimos a la médium operar, el origen del libro no puede
ser puesto en duda”,
(20) afirmó Kardec al respecto del interesante libro, lanzado en
1858.
RELECTURA
DE LA HISTORIA
Incluso
con todas las dificultades de comprobación del fenómeno mediúmnico,
la acción de los Espíritus en el proceso histórico es un
componente fundamental para el entendimiento de determinados hechos.
A
partir del concepto de mediumnidad social es posible hacer una
relectura de la historia, amparada no solamente en el análisis de la
fenomenologia mediúmnica, así como también de informaciones
venidas de los Espíritus, según una metodología adecuada, conforme
los mismos parámetros que guiaron a Allan Kardec en sus estudios
sobre la mediumnidad.
Según
León Denis, la intervención de los Espíritus ocurre de tiempo en
tiempo en la vida de los pueblos, “como en los tiempos de Juana de
Arco. La mayoría de las veces, sin embargo, la acción que ejercen
permanece oscura, primero para salvaguardar la libertad humana y,
sobre todo, porque si es indudable que ellos desean ser conocidos, no
menos cierto es querer que el hombre se esfuerce y se haga apto para
conocerlos.
Y
prosigue el filósofo: “Los
grandes hechos de la Historia, debidos a la intervención de ellas,
son comparables a las aberturas que se producen de súbito entre las
nubes, cuando el tiempo está sombrío, para mostrarnos el cielo
profundo, luminoso, infinito, claros esos que, mientras tanto, luego
se cierran, porque el hombre aun no se encuentra bastante maduro para
tomar
y comprender los misterios de la vida superior.” (21)
Afirma
Manuel S. Porteiro que “desde
los siglos más antiguos, los muertos han llamado la atención de los
vivos y ya era hora de que la ciencia se de por advertida.
Por
absurdos o inverosímiles que parezcan los fenómenos espíritas, no
dejan, no obstante, de ser ciertos y naturales como todas otras
manifestaciones de la Naturaleza y del Espíritu que la anima.”
“El
demonio
de
Sócrates, la diva
de
Plotino, la ninfa
de
Numa, dejaron de ser personajes mitológicos para convertirse, a la
luz del Espiritismo, en genios protectores o en espíritus vinculados
a la vida de ciertos hombres, por afectos u otras diversas razones,
capaces, en ciertos casos,
de
ser vistos y aun fotografiados, como Katie
King de
William Crookes, la Estela
de
Livermore, la Yolanda
de
Elisabeth D’Esperance, el Joey
de Alexander Aksakoff y el Vicente
del
Dr. Imoda.”
(22)
Hay
una infinidad de situaciones provocadas por los Espíritus que aun no
fueron debidamente analizadas por la historia oficial. La epopeya del
Éxodo, con la liberación del pueblo judío por Moisés, bajo la
inspiración y acción extrafísica de Jehová, el espíritu
universal __ el “Señor de los Ejércitos”, que fulminó Sodoma y
Gomorra y eventualmente enviada por ángeles (Espíritus) a los
patriarcas, como aquel que luchó corporalmente con Jacob y el que
ayudó a Tobías a curar a su padre de la ceguera, hasta el evento
mediúmnico del Pentecostés, un marco en la propagación del
cristianismo, registrado en los Actos de los Apóstoles.
La
acción de Krishna y del Espíritu en las tradiciones descritas en el
Mahabharata; en la cultura céltica, cuyos guerreros eran respetados
por su coraje, por su furia.
Ellos
no temían la muerte (los celtas eran reencarnacionistas) y contaban
con el auxilio de los guerreros celtas desencarnados, evocados por el
druida, un mago, poderoso médium iniciado en los misterios de los
fenómenos de la naturaleza.
La Cabaña del Tio Tom, celebre
obra escrita por la norteamericana Harriet Beecher Store, en 1852,
fue una contundente denuncia de la esclavitud y sirvió como fuente
de inspiración para la abolición norteamericana, que culminó con
la Guerra de Sucesión. Esa obra, uno de los grandes clásicos de la
literatura mundial, fue considerada por el gran escritor León
Tolstoi como “una
de las grandes producciones de la mente humana”.
Por
los relatos de la escritora, la obra fue obtenida en trance
mediúmnico, en los moldes semejantes a las obras recibidas por el
médium Chico Xavier. (23) algunos años después el celebre
presidente de los Estados Unidos, Abrahán Lincoln, realizaría
sesiones mediúmnicas en la Casa Blanca, hecho ese que hasta hoy no
fue debidamente aclarado. (24)
No
podría quedar fuera lo que Arthur Conan Doyle llamó de “invasión
organizada”. En
un espacio de diez años (de 1948 a 1858) hubo una acción intensa de
los Espíritus por medio de fenómenos de Poltergeist,
raps, materializaciones etc., en todo el mundo, sobretodo en Europa
y América del Norte.
América latina tampoco pasó intacta. En Brasil, principalmente en
Ceará, la prensa registró lo que se convino en llamar mesas
giratorias.
Del
31 de marzo de 1948, cuando se iniciaron los celebres fenómenos de
Hydesville
con las hermanas Fox, en los Estados Unidos, hasta la
fundación de la Sociedad Parisiense de Estudios Espíritas, en 1858,
el mundo fue invadido por la acción de los Espíritus, en un proceso
anticipado por las revelaciones personales del profeta y clarividente
sueco Emmanuel Swedenborg, por el sensitivo Edward Irving y los
poderes psíquicos del norte-americano Andrew Jackson Davis.
Hidesville-Casa Hermanas Fox |
En
fin, muchos son los hechos históricos a la espera de una relectura a
la luz del concepto de mediumnidad social y de los principios
espíritas. La evolución del ser humana, de la sociedad y de la
historia pasa necesariamente por la interacción entre lo físico y
lo extrafísico, a través del fenómeno mediúmnico y del fenómeno
palingenésico.
Eugenio
Lara,
arquitecto y periodista, es miembro-fundador del Centro de Investigación y Documentación Espírita (CPDoc), del Instituto Cultural Kardecista de
Santos (ICKS) es uno de los cordinadores del site Pensamento
Social Espírita.
Procedencia de ADE-SERGIPE
******************************
El egoísmo, llaga de la Humanidad, tiene que desaparecer de la Tierra, cuyo progreso moral obstaculiza. Al Espiritismo está reservada la tarea de ascender en la jerarquía de los mundos. Es, por tanto el blanco hacia el que los verdaderos creyentes deben apuntar sus armas, dirigir sus fuerzas y su corage. Digo coraje porque de el neccesita cada uno para vencerse a sí mismo, antes que vencer a los demás. Que cada uno, por tanto, emplee todos sus esfuerzos a combatirlo en sí, cierto de que ese monstruo devorador de todas las inteligencias, ese hijo del orgullo es el causante de todas las miserias del mundo terrenal.Es la negación de la caridad y por consiguiente, el mayor obstáculo para la felicidad de los hombres.
Jesús os dió ejemplo de caridad y Poncio Pilatos el del egoísmo, pues cuando el primero, el Justo, va a recorrrer las estaciones de su martirio, el otro se lava las manos, diciendo: ¡Qué me importa!. Luego se animó a decir a los judios: Este hombre es justo, ¿Por qué lo queréis crucificar?. Y sin embargo deja que lo conduzcan al suplicio.
Es a ese antagonismo entre la caridad y el egoísmo, la invasión del corazón humano por esa lepra que se debe atribuir al hecho de que el Cristianismo aún no ha desempeñado por completo su misión. Os cabe a vosotros, nuevos apóstoles de la fe, que los Espíritus Superiores esclarecen, el encargo y el deber de extirpar ese mal, a fin de dar al Cristianismo toda su fuerza en desobstruir el camino de piedras que le entorpecen la marcha. Expulsad de la Tierra el egoísmo para que ella pueda subir en la escala de los mundos, por cuanto ya es tiempo de que la Humanidad cumpla primeramente las expectativas de vuestros corazones.
Emmanuel, (París, 1861)
( Del Evangelio Según el Espiritismo, cap.XI)
Expulsai da Terra o egoísmo para que ela possa subir na escala dos mundos, porquanto já é tempo de a Humanidade envergar sua veste viril, para o que cumpre que primeiramente o expilais dos vossos corações. — Emmanuel. (Paris, 1861.)
(Fonte: O Evangelho segundo o Espiritismo, cap. XI, item 11.)
*******************************
VIGILEMOS
EL PENSAMIENTO, PUES ES DEMASIADO PODEROSO
Podemos conceptuar el
pensamiento como un flujo de ideas, símbolos y asociaciones, cuyos
elementos consisten en agrupar y coordinar imágenes, en prenderles
las conexiones constituidas, con el fin de retocarlas y agruparlas en
nuevas correlaciones más o menos originales y completas según la
mayor o menor potencia intelectual del individuo, junto con la
capacidad de percepción y comparación, para promover la asociación
de ideas.
El proceso por el cual se
opera el fenómeno del pensamiento es problema que la ciencia oficial
no puede, hasta hoy, desbandar. Podemos interpretar el
“pensamiento” como algo que se tiene “en mente”, cuando se
refleja con el propósito de conocerse algo y entender alguna cosa.
En cuanto a la mente, es algo abstracto, equivalente al espíritu, a
la inteligencia, y por la cual entendemos el que dentro de ella se
encuentra bajo la forma de idea, de concepto y de representación.
El pensamiento tiene como
objeto: las cosas, o mejor, las ideas de las cosas y es, sin duda,
fuerza creadora de nuestra propia alma y, por esto mismo, es la
continuación de nosotros mismos. A través de él, actuamos en el
medio en que vivimos y procedemos, estableciendo el padrón de
nuestra influencia, en el bien o en el mal.
Filosóficamente,
observamos que hay la realidad que depende de la existencia de un
observador y la realidad que es independiente del observador.
Elementos como átomos, fuerza, gravedad, fotosíntesis, son ejemplos
de que existe independientemente del observador- es la realidad
natural. En contrapartida, dinero, propiedad y gobierno son ejemplos
que dependen de nosotros para existir – es la realidad social,
cultural, existencial. El peso que las ideas o palabras ejercen
sobre nuestras acciones, sobre nuestros estados emocionales, sobre la
construcción de nuestras vidas, casi siempre es inmenso.
El pensamiento actua a la
manera de onda, con una velocidad muy superior a la de la luz, y la
mente es la dinamo generadora de la fuerza creativa. Siendo materia,
la onda mental es formada por corpúsculos, los cuales André Luiz
denominó de “partículas mentales, que se expresan como ONDAS Y
FORMAS MENTALES.” (1) En situaciones extraordinarias de la mente,
excitación de los micros “núcleos atómicos mentales”, cuáles
sean, las emociones profundas, los dolores indivisibles, las
laboriosas y aturadas concentraciones de fuerza mental o las
suplicas aflictivas, el dominio de los pensamientos emite rayos muy
cortos, teóricamente semejantes a los que se aproximan a los rayos
gama.
Decididamente, muchas de
nuestras acciones solo acontecen porque pensamos algo, deseamos algo,
acreditamos en algo, tememos algo, o sea, hay un estado subjetivo que
provoca un tipo de movimiento en el concreto mundo. Si eso es hecho –
y es difícil, empíricamente, dudar de ese hecho – entonces, la
interferencia de lo que pensamos sobre lo que vivimos es mucho mayor
de lo que, habitualmente, imaginamos. De esta forma, el dicho
popular, “cuidado con lo que usted piensa”, posee un sentido
mucho más amplio. A rigor, nuestros pensamientos interfieren y
determinan nuestras acciones, nuestros posicionamientos, y el mundo
en que vivimos se constituye a partir de la interferencia de esas
acciones nuestras sobre él.
Tenemos, entonces,
pensamientos que generan acciones, que generan pensamientos, que
generan acciones. Acciones que generan el mundo, que genera acciones.
El pensamiento del otro que constituye mi pensamiento, que
constituye el pensamiento del otro. ¿Cuáles son los límites, las
líneas divisorias entre esos elementos? Creo no es posible,
establecer esos límites, o sea, cuando un elemento termina y el otro
comienza. No hay fronteras, territorios específicos del pensar, del
actuar, de yo, del otro. La constatación de la fluidez de nuestro
pensar y, consecuentemente, de nuestras acciones, en fin, de aquello
que somos, tal vez permita una mejor comprensión de cómo vivir en
un mundo, donde no haya una única posibilidad, más todas las
posibilidades, o sea, donde todo sea posible.
Bajo el punto de vista
espirita, “nuestro pensamiento residirá donde proyectemos nuestros
pensamientos, cimientos vivos del bien o del mal”. (2) Los
pensamientos negativos corrompen los fluidos espirituales, como los
miasmas deletéreos corrompen el aire respirable, o sea, el optimismo
es expansión de la luz y el pesimismo es condensación de la sombra.
Los infelices imaginan que el viento gime; los alegres y llenos de
optimismo confirman que el canta, hasta porque la vida tiene el
colorido que le damos, pues el mundo es como un espejo: devuelve a
cada persona el reflejo de sus propios pensamientos.
Los fluidos que envuelven
a los Espíritus obsesores, lo que estos proyectan, son viciados,
variando de acuerdo con el grado de imperfección de cada uno, al
paso que los que envuelven los Benefactores espirituales, o que ellos
emiten, son puros, tanto como comporta el grado de perfección moral
que hayan conquistado. “El pensamiento es el generador de los infra
corpúsculos o de las líneas de fuerza del mundo subatómico,
creador de: corrientes del bien o del mal, grandeza o decadencia,
vida o muerte, según la voluntad que exterioriza y dirige.” (3)
Otro aspecto a considerar
es que tanto los buenos pensamientos como los malos, emitidos por un
ser encarnado, afectan, considerablemente. Las mentes de hermanos,
también encarnados, en fajas mentales equivalentes. Es
imprescindible comprender que, después de la muerte del cuerpo
físico, proseguimos desenvolviendo los pensamientos que cultivamos
en la experiencia carnal. Nuestros pensamientos generan nuestras
acciones y nuestras acciones generan los pensamientos de los otros.
Toda carga que el pensamiento exterioriza y proyecta, alcanza a
aquel a quien va dirigido. Cuando es benigno y edificante, se ajusta
a las Leyes que nos rigen, creando armonía y felicidad. En cambio,
cuando es desequilibrado y deprimente, establece aflicción y ruina.
En otras palabras: el pensamiento actúa y re actúa, propiciando
para el emisor todo lo que sustenta, como, también, todo lo que
carga a quien pretende dirigir. Determina para cada criatura los
estados psíquicos que varían según los tipos de emociones y
conducta a que se aficiona. “Esa corriente de partículas mentales
se exterioriza de cada espíritu con calidad de inducción mental,
tanto mayor cuanto más amplios se evidencia, las facultades de
concentración y el tenor de persistencia rumbo a los objetos que
demande.” (4)
El sentimiento de amor cristiano puede
impulsar el correcto pensamiento, sin los cuales adolecemos por la
insuficiencia de equilibrio intimo, imprimiendo en el cuerpo físico
las distonía y las variadas patologías que le son consecuentes.
Para términos de salud, es importante saber como estamos pensando.
Los pensamientos negativos operan en nuestro estado interior
determinada perturbación, instaurando desarmonías de grandes
proporciones en los centros del alma y provocando lesiones
funcionales variadas. “De este modo establecen fulcros mórbidos
de naturaleza singular en el organismo físico, imponiendo a las
células la desarmonía por lo cual la vulnerabilidad de los
recursos de defensa, sedimentan un campo fértil para la
proliferación de bacterias patogénicas en los tejidos menos
propensos a la defensa. Cualquier enfermedad surge como efecto,
residiendo a causa del desequilibrio de los reflejos de la vida
interior, una vez que los síntomas mentales depresivos influencia a
la células fisiológicas.” (5)
Es obvio que, no lejos de la nutrición,
el cuerpo paga pesados tributos de sufrimiento, puesto que posibilita
la implantación de gran cantidad de microorganismos patogénicos
que, instalándose en las células orgánicas, pueden inducir a
molestias infecciosas de caracteres múltiples. Sin embargo, no es
solamente de esa forma que se originan los procesos patológicos
multiformes. Nuestras emociones más profundas, cualquiera que sean,
también, generan, agudas enfermedades.
Los reflejos de los sentimientos y
pensamientos menos dignos que alimentamos se vuelven contra nosotros
mismos, después de transformados en ondas mentales, tumultuando
nuestras funciones neurológicas, y esos reflejos inconsecuentes,
derramándose sobre el tejido cortical, generan alucinaciones que
pueden variar del miedo manifiesto al estado neurótico, situación
en que los obsesores nos atienden con sugestiones destructoras,
directa o indirectas, conduciéndonos a deplorables fenómenos de
descontrol psicoemocional. Lo más importante es no olvidarnos, en
ningún momento, de que solamente el amor cristiano puede impulsar
el correcto pensamiento y nos hace libres. Sin el amor pleno,
adolecemos, espiritualmente, por la insuficiencia del equilibrio
intimo, imprimiendo en el cuerpo físico las distonía y las variadas
patologías que le son consecuentes.
Por eso debemos tener mucho cuidado con
lo que pensamos.
Jorge Hessen
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