del alma;pero propiamente hablando no son dos existencias. Mejor
son dos fases de la misma existencia; porque el hombre no vive
doblemente.
Si, y muchos otros que no creen conocerse se reunen y se hablan. Sin sospecharlo, tú puedes tener amigos en otros países. El hecho de visitar, durante el sueño, a personas que pueden seros útiles, amigos, parientes y conocidos es tan frecuente, que casi todas las noches lo verificáis.
¿ Cual puede ser la utilidad de esas visitas nocturnas, puesto que no las recordamos ?
Generalmente al despertar se conserva la intuición, y con frecuencia originan ciertas ideas espontáneas que no se aplican, y son las mismas que se han adquirido durante aquellas conversaciones .
¿Puede por medio de la voluntad provocar el hombre las visitas espiritistas? ¿Puede, por ejemplo, decir al dormirse: Quiero encontrarme esta noche en espíritu con tal persona, hablarle y decirle tal cosa.?
He aquí lo que ocurre. El hombre se duerme, su espíritu se desprende, y con frecuencial lejos está este último de seguir lo que el hombre había resuelto; porque la vida del hombre interesa poco al espíritu cuando está desprendido de la materia. Esto ocurre respecto de los hombres algún tanto elevados, pues los otros pasan de muy distinto modo su existencia espiritual, se entregan a sus pasiones o permanecen inactivos. Puede suceder, pues, que, según el motivo que se proponga, el espíritu vaya a visitar a las personas que desea visitar; pero aunque tenga esta voluntad estando despierto, no es razón para que así suceda.
Sin duda alguna. Los lazos de amistad antiguos o recientes, reunen con frecuencia de este modo a diversos espíritus que son felices estando juntos.
Por la palabra antiguos deben entenderse los lazos de amistad contraída en anteriores existencias. Al despertarnos, tenemos intuición de las ideas que hemos adquiridos en esas conversaciones ocultas; pero cuyo origen ignoramos.
Extraido del Libro de los Espiritus. Capitulo VIII
Dos personas que se conocen, ¿pueden visitarse mientras duermen?
Si, y muchos otros que no creen conocerse se reunen y se hablan. Sin sospecharlo, tú puedes tener amigos en otros países. El hecho de visitar, durante el sueño, a personas que pueden seros útiles, amigos, parientes y conocidos es tan frecuente, que casi todas las noches lo verificáis.
¿ Cual puede ser la utilidad de esas visitas nocturnas, puesto que no las recordamos ?
Generalmente al despertar se conserva la intuición, y con frecuencia originan ciertas ideas espontáneas que no se aplican, y son las mismas que se han adquirido durante aquellas conversaciones .
¿Puede por medio de la voluntad provocar el hombre las visitas espiritistas? ¿Puede, por ejemplo, decir al dormirse: Quiero encontrarme esta noche en espíritu con tal persona, hablarle y decirle tal cosa.?
He aquí lo que ocurre. El hombre se duerme, su espíritu se desprende, y con frecuencial lejos está este último de seguir lo que el hombre había resuelto; porque la vida del hombre interesa poco al espíritu cuando está desprendido de la materia. Esto ocurre respecto de los hombres algún tanto elevados, pues los otros pasan de muy distinto modo su existencia espiritual, se entregan a sus pasiones o permanecen inactivos. Puede suceder, pues, que, según el motivo que se proponga, el espíritu vaya a visitar a las personas que desea visitar; pero aunque tenga esta voluntad estando despierto, no es razón para que así suceda.
Un cierto número de espíritus encarnados, ¿ Puede reunirse y formar asambleas?
Sin duda alguna. Los lazos de amistad antiguos o recientes, reunen con frecuencia de este modo a diversos espíritus que son felices estando juntos.
Por la palabra antiguos deben entenderse los lazos de amistad contraída en anteriores existencias. Al despertarnos, tenemos intuición de las ideas que hemos adquiridos en esas conversaciones ocultas; pero cuyo origen ignoramos.
Extraido del Libro de los Espiritus. Capitulo VIII
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CONSTANTE ESPERANZA
El pesimismo es una especie de carga pesada e innecesaria sobre el celo que la responsabilidad nos impone, induciéndonos a inútil aflicción.
Atención, si.
Derrotismo, no.
Para que nos libremos de semejante flagelo, en el campo intimo, es aconsejable desviar el pensamiento, muchas veces, colgado a detalles aun sombríos en el camino de la evolución.
Para mantener despierto el entendimiento, en esa verdad, recordemos las bendiciones que exceden a nuestras pequeñas y transitorias dificultades.
Es innegable que el materialismo pasó a dominar a mucha gente, ante el avance tecnológico de la actualidad terrestre: con todo existen admirables multitudes de criaturas, en cuyos corazones la fe se irradia como antorcha resplandeciente, iluminando la construcción del mundo nuevo.
Las enfermedades aun presentan cuadros tristes en los grupos humanos; no en tanto, es justo considerar que la ciencia ya liquidó varias molestias, antes juzgadas irreversibles, anulándoles el peligro con la inmunización y con las providencias adecuadas.
Se destacan muchos soldados de la guerra, tumultuando colectividades; sin embargo, los obreros de la paz se mueven en todas direcciones.
Muchos hogares se desorganizan; más muchos otros se sustentan consolidados en el equilibrio y en la educación, manteniendo la seguridad entre los hombres.
Gran número de mujeres se ausentan de la maternidad; entretanto, legiones de hermanas abnegadas se revelan fieles al más elevado trabajo femenino en el Planeta, guardándose en la condición de admirables madres en la devoción al grupo doméstico.
Los procesos de violencia aumentan, casi en todas partes; sin embargo, se amplian los frentes de amor al prójimo que los
extinguen.
Anotando las tribulaciones que se desarrollan en el Plano Físico, no digas que el mundo está perdido.
Innumerables son las bendiciones de Dios que enjambran, alrededor tuyo.
Y se atraviesas regiones de tinieblas, que se te figuran túneles de sufrimiento y desolación, en los cuales cientos o millares de personas perdieron la noción de la luz, es natural que no consigas transformarte en un sol que ilumine en el camino para todos, más puedes claramente encender un fosforo de esperanza.
Por el Espíritu Emmanuel – del Libro: Atención Médium: Francisco Cándido Xavier
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El pesimismo es una especie de carga pesada e innecesaria sobre el celo que la responsabilidad nos impone, induciéndonos a inútil aflicción.
Atención, si.
Derrotismo, no.
Para que nos libremos de semejante flagelo, en el campo intimo, es aconsejable desviar el pensamiento, muchas veces, colgado a detalles aun sombríos en el camino de la evolución.
Para mantener despierto el entendimiento, en esa verdad, recordemos las bendiciones que exceden a nuestras pequeñas y transitorias dificultades.
Es innegable que el materialismo pasó a dominar a mucha gente, ante el avance tecnológico de la actualidad terrestre: con todo existen admirables multitudes de criaturas, en cuyos corazones la fe se irradia como antorcha resplandeciente, iluminando la construcción del mundo nuevo.
Las enfermedades aun presentan cuadros tristes en los grupos humanos; no en tanto, es justo considerar que la ciencia ya liquidó varias molestias, antes juzgadas irreversibles, anulándoles el peligro con la inmunización y con las providencias adecuadas.
Se destacan muchos soldados de la guerra, tumultuando colectividades; sin embargo, los obreros de la paz se mueven en todas direcciones.
Muchos hogares se desorganizan; más muchos otros se sustentan consolidados en el equilibrio y en la educación, manteniendo la seguridad entre los hombres.
Gran número de mujeres se ausentan de la maternidad; entretanto, legiones de hermanas abnegadas se revelan fieles al más elevado trabajo femenino en el Planeta, guardándose en la condición de admirables madres en la devoción al grupo doméstico.
Los procesos de violencia aumentan, casi en todas partes; sin embargo, se amplian los frentes de amor al prójimo que los
extinguen.
Anotando las tribulaciones que se desarrollan en el Plano Físico, no digas que el mundo está perdido.
Innumerables son las bendiciones de Dios que enjambran, alrededor tuyo.
Y se atraviesas regiones de tinieblas, que se te figuran túneles de sufrimiento y desolación, en los cuales cientos o millares de personas perdieron la noción de la luz, es natural que no consigas transformarte en un sol que ilumine en el camino para todos, más puedes claramente encender un fosforo de esperanza.
Por el Espíritu Emmanuel – del Libro: Atención Médium: Francisco Cándido Xavier
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Lo sobrenatural y las religiones
18. Suponer que el fundamento imprescindible de toda religión es lo sobrenatural, que es la clave del edificio de la cristiandad, es sostener una tesis peligrosa. Si se considera que las verdades cristianas sólo se basan en lo maravilloso, se le otorga un cimiento demasiado precario que se va desgastando a diario. Esta tesis, sostenida por eminentes teólogos que se han erigido en sus defensores, lleva a pensar que en un determinado momento ya no habrá religión alguna, incluso la cristiana, si lo que era considerado sobrenatural se nos mostrase como natural. Por más argumentos que se aduzcan, no se logrará mantener la creencia de que un hecho es milagroso, cuando se ha probado que no lo es. Pues bien, cuando un hecho puede ser explicado por las leyes naturales y ser reproducido por la intervención de un individuo cualquiera deja las leyes de la Naturaleza. Las religiones no precisan de lo sobrenatural, sino del principio espiritual, que sucede confundirse con lo maravilloso y sin el cual no hay religión posible. El Espiritismo considera a la religión cristiana desde un punto de vista más elevado. Le da una base más sólida que los milagros: las leyes inmutables de Dios, que rigen tanto al principio espiritual como al material. Esta base desafía al tiempo y a la ciencia y ambos vendrán a sancionarla. Dios no es menos digno de nuestra admiración, de nuestro reconocimiento y respeto por no haber derogado sus leyes, que son perfectas, sobre todo, por su inmutabilidad. No es necesario lo sobrenatural para tributar a Dios el culto que es debido. ¿Acaso no es la Naturaleza lo suficientemente imponente por sí misma como para necesitar agregarle aditamentos y probar el poder supremo? Si la religión fuese sancionada por la razón, habría muchísimos menos incrédulos. El cristianismo nada podría perder con esa sanción, pero sí ganar mucho. Si hubo algo que le perjudicó frente a la opinión de ciertas personas, fue precisamente por el abuso en recurrir a lo sobrenatural. 19. Si se toma la palabra milagro en su acepción etimológica, cosa admirable, entonces los milagros nos rodean: los aspiramos en el aire y los tocamos al caminar, puesto que todo es milagro en la Naturaleza. ¿Se quiere dar al pueblo, a los ignorantes y a los pobres de espíritu una idea del poder de Dios? Mostradles ese poder en la sabiduría infinita que todo lo preside en la admirable organización de lo que vive, en la fructificación de las plantas, en la adecuación de todas las partes de cada ser a sus necesidades, de acuerdo al medio en que vive. Mostradles la acción de Dios en la brizna de hierba, en la flor que se abre, en el Sol que da vida. Mostradles su bondad en su solicitud hacia todas las criaturas, por ínfimas que sean; su previsión en la razón de ser de cada cosa, entre las que ninguna es inútil; el bien que siempre sirve de epílogo al mal aparente y momentáneo. Hacedles comprender que el verdadero mal siempre es obra del hombre y no de Dios. No tratéis de aterrorizar pintándoles el cuadro de las llamas eternas, en las cuales no creerán, y que los llevarán a descreer de la bondad divina. Mas, dadles ánimo con la certidumbre de poder redimirse un día y de reparar el mal que hayan cometido. Mostradles los descubrimientos de la ciencia como revelación de las leyes divinas y no como obra de Satanás. Enseñadles a leer el libro de la Naturaleza, siempre abierto ante sus ojos, en ese libro inagotable en donde la bondad y sabiduría del Creador están inscritas en cada página. Entonces comprenderán que un Ser tan grande, que se ocupa de todo, que todo lo vigila, que todo lo prevé, debe ser omnipotente. El campesino lo verá en el surco que abre en la tierra y el infortunado lo bendecirá en sus aflicciones, ya que podrá decir: si soy desgraciado, es por mi culpa. Sólo entonces serán los hombres auténticamente religiosos, racionalmente religiosos, en una medida mucho mayor que cuando creían en las piedras que sudan sangre y en las estatuas que pestañean y vierten lágrimas. |
EL GÉNESIS
ALLAN KARDEC
ALLAN KARDEC
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