viernes, 9 de mayo de 2014
Algunas enseñanzas de Kardec
DISERTACIONES DE KARDEC
El maestro de Lión, entre sus escritos respecto a la enseñanza de los Espíritus, dejo plasmadas las siguiente aclaraciones:
La doctrina que enseñan hoy los espíritus no tiene nada de nuevo; se encuentran fragmentos de ella en la mayor parte de los filósofos de la India, de Egipto y de Grecia, y completa en la enseñanza de Cristo. ¿A qué viene, pues, el Espiritismo? A confirmar con nuevos testimonios, a demostrar con hechos, verdades desconocidas o mal comprendidas, y a restablecer en su verdadero sentido aquellas que han sido mal interpretadas o voluntariamente alteradas.
Cierto es que el Espiritismo no enseña nada nuevo: ¿Pero es poco probar de una manera patente e irrecusable la existencia del alma, la supervivencia al cuerpo, su individualidad después de la muerte, su inmortalidad, las penas y las recompensas futuras?
Desde el punto de vista religioso, el Espiritismo tiene por base las verdades fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma, la inmortalidad, las penas y las recompensas futuras, pero es independiente de todo culto particular. Su fin es probar la existencia del alma a los que la nieguen o dudan de ella; que sobrevive al cuerpo, y que sufre después de la muerte las consecuencias del bien o del mal que ha hecho durante la vida corporal, lo cual pertenece a todas las religiones.
Como creencia en los espíritus, pertenece a todas las religiones y forma parte de todos los pueblos, puesto que donde hay hombres hay almas o espíritus, y puesto que las manifestaciones han tenido lugar siempre, y su relato se encuentra en todas las religiones sin excepción. Se puede ser, pues, griego o romano, protestante, judío o musulmán, y creer en las manifestaciones de los espíritus, y por consiguiente, ser espiritista; la prueba está en que el Espiritismo tiene adeptos en todas las sectas.
Como moral, es esencialmente cristiano, porque la que enseña no es más que el desarrollo y la aplicación de la de Cristo, la más pura de todas y cuya superioridad no es negada por nadie; prueba evidente de que es la ley de Dios, y que la moral está a disposición de todo el mundo.
Siendo independiente el Espiritismo de toda forma de culto, no prescribiendo ninguno, y no ocupándose de dogmas particulares, no es una religión especial, porque no tiene sacerdotes ni templos. A los que le preguntan si hacen bien o mal en seguir tal o cual práctica, responde: Si creéis vuestra conciencia obligada a hacerlo,hacedlo: Dios tiene siempre en cuenta la intención. En una palabra, no impone a nadie; no se dirige a los que, teniendo fe, están satisfechos de ella, sino a la numerosa categoría de los vacilantes e incrédulos. No los arrebata a la iglesia, puesto que moralmente se han separado de ella total o parcialmente; les hace recorrer las tres cuartas partes del camino para volver a aquélla, a la cual toca hacer lo demás.
Es verdad que el Espiritismo combate ciertas creencias, tales como las penas eternas, el fuego material del infierno, la personalidad del diablo, etc., ¿Pero no es verdad que estas creencias, impuestas como absolutas, han hecho en todas las etapas de la humanidad incrédulos y los hacen aún hoy en nuestros días? Y si el Espiritismo, dando a estos y a otros dogmas una interpretación racional, conduce a la fe a aquellos que la abandonan, ¿No presta un servicio a la religión? Así es que un venerable eclesiástico decía con respecto a este asunto: “El Espiritismo hace creer algo, y vale más creer algo que no creer nada.
- Allan Kardec -
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Justicia y derechos naturales
873. El sentimiento de justicia ¿es natural o constituye el resultado de ideas adquiridas?
- Tan natural es, que os indignáis a la sola idea de que se cometa una injusticia. No cabe duda de que el progreso moral desarrolla dicho sentimiento, pero no lo crea: Dios lo puso en el corazón del hombre. He ahí por qué encontráis con frecuencia, en personas simples y primitivas, nociones más exactas de la justicia que entre aquellas otras que poseen mucho saber.
874. Si es la justicia una ley natural, ¿cómo se explica que los hombres la entiendan de una manera tan distinta, y que uno encuentre justo lo que parece injusto a otro?
- Es que frecuentemente se mezclan con este sentimiento ciertas pasiones que lo alteran, como ocurre con la mayoría de los demás sentimientos naturales, y hacen que el hombre vea las cosas desde un falso punto de vista.
875. ¿Cómo podemos definir la justicia?
- La justicia consiste en el respeto a los derechos de cada cual.
875 a. ¿Qué determina tales derechos?
- Son determinados por dos factores: la ley humana y la ley natural. Como los hombres han elaborado leyes adecuadas a sus costumbres y carácter, esas leyes establecen derechos que han podido variar con el progreso del conocimiento. Ved si vuestras leyes de hoy, pese a que no son perfectas, consagran los mismos derechos que las de la Edad Media. Aquellas leyes de entonces, ya obsoletas, que se os ocurren monstruosas, parecían justas y naturales en su época. No siempre, pues, el derecho que los hombres establecen es confor-me a la justicia. Por lo demás, sólo regula ciertas relaciones sociales, al paso que en la vida privada hay una multitud de actos que son únicamente del resorte exclusivo del tribunal de la conciencia.
876. Fuera del derecho que la ley humana consagra, ¿en qué se basa la justicia fundada sobre la ley natural?
- Os ha dicho Cristo: “… como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos”116. Ha puesto Dios en el corazón del hombre la norma de toda auténtica justicia, por el deseo de cada cual ver respetados sus derechos. En la incertidumbre de lo que debe hacer respecto al prójimo en determinada circunstancia, pregúntese el hombre cómo querría que se procediese con él en ese caso; pues Dios no podía darle una guía más segura que su propia conciencia.
116 San Lucas, 6:31. Traducción citada. [N. del T. cast.]
El criterio de la verdadera justicia es, en efecto, querer para los demás lo que se querría para sí mismo, y no querer para uno lo que se querría para los otros, lo cual no viene a ser completamente la misma cosa. Como no es natural que queramos el mal para nosotros mismos, tomando nuestro deseo personal como tipo, o como punto de partida, estamos seguros de querer siempre el bien para el prójimo. En cualquier época y en todas las creencias el hombre ha buscado siempre hacer que prevalezca su derecho personal. Lo sublime de la religión cristiana ha sido tomar el derecho personal como base para el derecho del prójimo.
El Libro de los Espíritus 378
CAPÍTULO XI 10.- LEY DE JUSTICIA, AMOR Y CARIDAD
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"Bienaventurados son los que no pertenecen a este mundo, que no están sujetos al intelecto, sino a la Verdad Eterna, Dios".
Marco Antonio Gonzalez Sanchez-
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EL ALMA EN EL MAS ALLÁ
“¿Conserva el alma los afectos que tenía en la Tierra?” Conserva todos los
afectos morales; sólo olvida los afectos materiales, que ya no pertenecen a su esencia; por
esto vuelve con suma alegría a ver parientes y amigos, y su recuerdo la hace feliz.
. “¿Conserva el alma el recuerdo de lo que hizo en la Tierra y se interesa por
los trabajos que dejó sin concluir?” Esto depende de su elevación y de la naturaleza de
esos trabajos. Los espíritus desmaterializados se preocupan poco por las cosas materiales,
de que se felicitan de verse libres. En cuanto a los trabajos que comenzaron según su
importancia y utilidad, a veces inspiran a otros el pensamiento de terminarlos.
“¿Encuentra el alma en el mundo de los espíritus a aquellos parientes y
amigos que la precedieron?” No solamente los vuelve a encontrar, sino que también a
otros muchos que en precedentes existencias había conocido. Generalmente aquellos que
más vivamente la aman vienen a recibirla cuando llega al mundo de los espíritus, y la
ayudan a desprenderse de los lazos terrenales. Sin embargo, la privación de la vista de las
almas más queridas es, a veces, un castigo para las que son culpables.
DE LA OBRA DE ALLAN KARDEC "QUÉ ES EL ESPIRITISMO"
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