lunes, 23 de junio de 2014

El mundo cada vez está mejor


  El mundo está cada vez mejor


A todo instante, se oye decir que la familia se encuentra en proceso de extinción.
¡Esto es totalmente falso!
La familia nunca se consolidó tanto como en los últimos decenios y no es difícil comprender el por qué.
Recurramos à la Biblia.
Generalmente, los que más se apegan al Libro Sagrado de los cristianos y judíos, radicalizandolo todo, son los mayores detractores de la familia moderna.
Por cada familia en desaliño, existen millares de otras buscando el camino recto, pero que aquí no consideramos. La ley civil cada vez protege y ampara más a la familia.
Familias en ebullición son excepciones, destacadas por el descalabro que presentan. Las familias decentes y productivas casi nunca merecen espacios en los medios, porque es el escándalo y sensacionalismo que les da publico y audiencia.
Consideremos tal cual narra la Biblia. 
Veamos la primera familia: Adán y Eva, Caín y Abel.
En esta familia, un hermano mató al otro hermano. La humanidad, según la versión bíblica, estaba compuesta por cuatro personas. Entonces el 25% de la populación eran asesinos.
Todavía en la Génesis , observamos a Lot y a su familia. Dios procuró en Sodoma y Gomorra a 40 familias correctas, solamente 40, para librar las dos ciudades pervertidas de una lluvia de fuego. Al no encontrarlas bajó a 35, después a 30, 20 y 10 familias, pero Abrahám no las encontró.
Pero estaba Lot, su esposa y sus dos hijas. Ellos no eran malos y serían librados de la catástrofe divina. En la hora de la huida de Sodoma, la mujer de Lot, vencida por la curiosidad, mira para atrás y se comvierte en estatua de sal. Sobreviven el padre y las dos doncellas, que van ha morar en una gruta. Ellas le provocan una borrachera al genitor, con el mantienen relación sexual y quedan embarazadas. Los que nacen son, al mismo tiempo, hijos y nietos de Lot.
Ya Abrahám, el padre de todos los hebreos, teniendo que ir un día a la ciudad de los egipcios, convence su mujer Sarah, que era linda, a tratarlo como si no fuera su esposa, sino como hermana.
Así, mientras ella, con su belleza, entretiene a los hombres enemigos, el marido “proxeneta” hace otras cosas.
El rey David, autor de las decantadas maravillas de los Salmos, seduce a  Betsabá, esposa de su general Urias. Ella queda embarazada, y él manda buscar el marido que luchaba en la guerra, para que la infiel, acostándose con el, lo convenciera de que generaba su hijo que ya lo tenia en su vientre. Urias la evita, argumentando que no podría desfrutar placeres mientras sus camaradas sufrían y morían en los combates. El soberano, entonces, lo devuelve al campo de batalla, llevando una orden secreta al comandante general del ejército, en el sentido de que envíe a Urias a la muerte, siendo prontamente obedecido.
Salomón, el mas sabio de los hombres, estaba casado con la hija del faraón y mantenía un harén con 300 concubinas y 700 princesas.
¡Que belleza de familias existían en los tiempos bíblicos, justamente constituidas por aquellos considerados ejemplos de virtud!
Eran escándalos tenebrosos, en proporción espantosa, incomparablemente mayor de lo que son en la actualidad. En aquel tiempo, la población del mundo no pasaba de algunas decenas de millones de personas.
Hoy, la población de la Tierra es de más de seis billones de habitantes.
Hasta Jesús ha tenido problemas en familia. Sus hermanos - Mateo nombra a cuatro: Tiago, José, Simón y Judas, y habla de hermanas que no lo consideraban. Marcos relata que sus hermanos intentaron expulsarlo de Judea, por  considerarlo loco.
La familia es esto mismo, pues en ella reencarnan espíritus que ya se amaban en otras existencias, para ampliación del amor en la actual reencarnación, y hasta espíritus enemigos, para la transformación, en el acogedor hogar, del odio de ayer en el amor de hoy, por ser el hogar la mayor y más sublime escuela del Universo.
La humanidad  fue, incomparablemente, peor, perfeccionándose lentamente en los dictamenes de la ley de la evolución. La Historia está ahí, confirmando esta gran verdad. Basta conferir el pasado con el presente y proyectar el futuro.
La solidaridad se amplía, el confort sorprende. La seguridad pública, tan criticada en estos días, es mil y una veces más abarcadora y eficiente  que hace 50 años, cuando la población  también era  más pequeña.
Los pueblos se auxilian en las tragedias colectivas. El periódico, la televisión, la radio vigilan a los gobiernos, denuncian y controlan a los políticos. Las entidades de derechos humanos están mas activas de que nunca han estado. Las guerras caminan para su desaparición, en la aldea global en que la comunicación por satélites transformó todos los continentes.
La ciencia, la técnica, la justicia de los hombres y las relaciones internacionales, todo mejora y a una velocidad alucinante.
¿Pero la violencia, el crimen organizado, no se hizo incontrolable?  No está  bien así. Recurramos a las matemáticas, también llamadas ciencias exactas y veremos la realidad de los números.
Si sumarnos la cantidad de homicidios en todo el mundo y comparamos con la población de la Tierra , veremos que mucho ha cambiado en nuestro mundo desde las épocas bíblicas. No que se justifican los números de los crímenes y de la mortandad por el hambre y la falta de recursos en la salud, pero Gracias a Dios el mundo está cambiando.
Más y más personas se suman todos los días en todos los puntos del planeta para ayudar, proteger y revertir las condiciones de su semejante, pero en los medios siguen dando noticias de los crímenes y por esto tenemos una falsa idea que las cosas empeoran.
Sigamos pensando positivo y actuando coherentemente con  nuestras convicciones. El Reino de Dios en la Tierra llegará, no como un regalo de los cielos, sino por fuerza de nuestro propio esfuerzo en hacer de este mundo un lugar mejor para si vivir.
 Jávier Godinho - traducido y adaptado por Cassio 
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APRENDER Y RECTIFICAR

No hay experiencia sin precio.

Todo en la vida corresponde a cierto resultado.
Por eso mismo, conocemos en el mundo el verbo aprender y el verbo rectificar.
La escogencia determina el trabajo.
El trabajo mide las cualidades del espíritu.
Un hombre demandará un diploma universitario que le confiera derecho al ejercicio en esa o en aquella profesión liberal.
Con semejante designio, sin embargo, no alcanza la meta a costa de expectación y votos
ardientes.
El programa a realizarse requiere estudio, con largos gastos de actividad y atención.
Años al hilo son gastados naturalmente en disciplina, hasta que el láureo le consagre la tarea.

Es eso aprender verdaderamente.
Pero, si el profesional abusa del título conquistado para herir a los demás, es justo que asuma compromisos ante la vida que solamente en la labor de la expiación conseguirá redimir.
Tenemos aquí el reajuste en acción, obligando a la criatura a una genuina rectificación.
Delante del sufrimiento, es imperioso olvidar la antigua noción del crimen y castigo, porque la evolución no aparece en el canal de la gratuitidad.
Rehacimiento es reequilibrio.
Toda educación pide renuncia y todo perfeccionamiento ruega servicio.
La paz verdadera nunca fue premio a la ociosidad.
Todas las grandes realizaciones claman por grandes luchas.
En razón de eso, si es cierto que resarciremos con más trabajo los beneficios de la vida de los que estemos abusando, es necesario que sepamos escoger, con determinación y firmeza, el camino del esfuerzo máximo en la exaltación del bien, a fin de que seamos considerados, ante 
la Ley, en la condición de operarios fieles al salario de la Eterna Luz.Tomado del libro "Nacer y renacer"
Médium, FranciscO Cándido Xavier. Espíritu, EMMANUEL
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LA PREVISIÓN DE  KARDEC


Allan Kardec afirmó que el descubrimiento del mundo de los Espíritus era más importante que el descubrimiento de las Américas, pues, no todos viajarían para el Nuevo Mundo, en cambio todos viajarán para el mundo espirita, porque la muerte es inherente al ser humano.
Al asistir por primera vez a experiencias mediúmnicas en la residencia de la Sra. Planemaison, las analizó despacio  y concluyó que una nueva era comenzaba para la humanidad. Era la previsión de alguien con un profundo buen sentido.
Los fenómenos a los que asistió, eran bizarros, extraños. Eran mesas que giraban, danzaban, golpeaban  con una pata en el suelo, y respondían a preguntas, adivinaban pensamientos.

Poco después,  vió fenómenos de un orden más elevado, la psicografia, aunque indirecta, o sea,   con el lápiz en la parte inferior de una cesta de mimbre, en equilibrio sobre los bordes de la mano de dos niñas, Julie y Caroline Baudin.
De ahí en adelante la mediúmnidad entraba en una nueva fase, dejando definitivamente el campo de la superstición, de lo maravilloso y de lo sobrenatural. Uno de los primeros  e importantes descubrimientos de Allan Kardec, fue constatar que el mundo espiritual está habitado por espíritus de todas las categorías, que vivieron como hombres en la Tierra, y su saber está limitado a su adelantamiento.

Todos ellos pueden comunicarse con los hombres, por tanto, es preciso estar prevenido contra las mentiras, los embustes, y las maldades, así como también, con los pseudo-sabios. Kardec no escatimó esfuerzos para advertir, sobre esas peculiaridades, a todos aquellos que tratan con espíritus.
El hizo aun más que eso: como los espíritus pueden influenciar a los hombres a través del pensamiento,  Kardec advirtió para que cuidásemos de la calidad de nuestros pensamientos habituales, para que no hubiese  ligación con mentes maliciosas, depravadas u ociosas.
Para eso  construyó de forma didáctica, la Escala Espirita, esclareciendo el tipo de influencias de los espíritus, de acuerdo con su categoría. Aprendimos con Kardec que los espíritus están por todas partes.

Nos empujan constantemente, pues están en nuestras casas, en las calles, en las calzadas, en las plazas, en las casas de juego, a menudo en connivencia con las mentes humanas, o grupos espirituales en el espacio, donde crean organizaciones, convivencias, sociedades, de acuerdo con los objetivos  y la escala moral que ocupan.
Todo eso puede parecer extraño para quien espera encontrar, después de la muerte, la nada, o moradas fijas representadas por el cielo para el bien y por el infierno para los pecadores. En los descubrimientos, constantes, motivados  por la investigación, Kardec descubrió que existen espíritus viviendo entre nosotros, con la ilusión de que aún están revestidos con el cuerpo físico. Ilusión  que dura, a veces, mucho tiempo.
Como es fácil de verificar, existe una cierta complejidad doctrinaria que exige alguna  preparación para lidiar con los espíritus. no se trata de exigencia de intelectualidad, sino de comprensión y entendimiento de los postulados espiritas. Para conseguir eso es preciso estudiar, y la base de ese estudio es la obra Kardeciana.

Por Amílcar Del Chiaro Filho
Traducido por M.C.R



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