MUERTES SUBITAS
Las muertes súbitas representan un duro golpe para los amigos y familiares del fallecido. Más sirven también de advertencia. Si es bien verdad que debemos vivir la vida con alegría y buena disposición, aun mismo bajo golpes de pruebas y dificultades, no podemos por eso olvidarnos de que no somos del mundo. Si, la verdad final es que no pertenecemos al mundo terreno, material. Pasamos rápidamente por aquí y seguimos nuestro camino espiritual. La muerte, según decía el filósofo alemán Martin Heidegger, es el momento en que el ser se completa. En el Espiritismo no es el ser, más si la existencia la que se completa con la muerte.
Cada vida terrena, cada existencia del hombre en la Tierra es un proceso que se inicia en la cuna y se encierra en el túmulo. Bien lo dicen las Filosofías de la Existencia: el hombre es un proyecto. Unos llegan rápido al objetivo a través de la muerte súbita, otros atienden más lentamente, más todos habrán de alcanzarlo, más pronto hoy, más tarde mañana. Inútil, es pues, asustarnos o aturdirnos con el fenómeno de la muerte, que nos es nada más que un fenómeno biológico. Todo lo que vive, muere. Todo y no solo el hombre.
Algunos creen que la muerte súbita es peligrosa. Kardec murió así, en pleno trabajo. Cuando la criatura vivió bien, la muerte súbita es buena, es una liberación inmediata del espíritu. Cuando la criatura no supo vivir la muerte es siempre difícil, representa una crisis en la vida del espíritu. Y vivir bien, en el caso es cumplir con los deberes que caben al hombre en la Tierra, no apegarse a las cosas materiales, como enseña el Evangelio. Vivir bien, decía el místico indiano Ramakrishna, es vivir como la enfermera en casa del patrón. Es vivir sabiendo que la casa y las personas no nos pertenecen.
Solo el Espiritismo, hasta hoy, entre todas las doctrinas filosóficas, religiosas y científicas, pesquisó objetivamente el fenómeno de la muerte y puede esclarecerlo.
Muchas personas no creen en eso. Dicen que los espiritas son unos lunáticos, lo que ahora hasta no es malo, pues la luna también están prestos a ser conquistada. Esas personas, no conocen la doctrina y no saben que ella se basa, en investigaciones científicas de las más rigurosas. Los que quisieran saber lo que es la muerte, como ella se procesa y lo que ella representa para el hombre no tiene otro camino a seguir sino estudiar el Espiritismo. Y eso no cuesta mucho, pues el Espiritismo ni siquiera exige que los que lo estudien se hagan espíritas
- Rincón Espírita-
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Locos errantes, que cruzáis la tierra
oyendo un eco que en los aires zumba;
los que sufrís encarnizada guerra
porque en vosotros el ayer retumba;
los que decís que el porvenir se encierra
en la perpetua vida de ultratumba;
a vosotros, ilusos y utopistas,
me dirijo:¡escuchadme, espiritistas!
Yo vine al mundo y penetre en la vida
con la incredulidad por patrimonio;
nunca acepté la gloria bendecida,
ni el limbo, ni el infierno, ni el demonio.
Yo he buscado otro punto de partida
que del gran Ser, me diera testimonio,
ninguna religión, dogma, ni rito,
me ha mostrado de Dios el infinito.
Yo admiro en las gigantes catedrales
de los nobles artistas el desvelo,
que en el mármol grabaron los anales
de la bíblica historia de este suelo;
escucho las salmodias celestiales
y murmuro después, con desconsuelo:
la inspiración del hombre es portentosa,
mas la causa primera es otra cosa.
Contemplo con placer y con respeto
a la ermita en el monte solitaria ,
en donde un hombre por su fe sujeto,
eleva a Dios monótona plegaria,
mas para adivinar el gran secreto
inútil es la vida estacionaria;
pues Dios dijo a los hombres:( Acercaos,
y en un eterno amor multiplicaos.)
Y aunque dice Volney : que la gran ciencia
es el saber dudar; yo, francamente,
anhelaba tener una creencia
para no ser a todo indiferente;
porque la destructora indiferencia
es la lepra moral, que el hombre siente:
! ay de aquel que murmura con hastío:
No me impresiona ni el calor ni el frío!
En el materialismo, del problema
no hallé definición satisfactoria;
porque este niega la Verdad suprema,
y su vida es un sueño sin memoria.
Yo no puedo aceptar el anatema
que nos deja sin nombre y sin historias,
que, el hombre, sin ayer y sin mañana,
es un delirio de la ciencia humana.
Con noble afán y con tenaz empeño
le seguí a las escuelas preguntando
por el gran Ser, del Universo dueño,
y todas me lo fueron presentando;
mas era raquítico el diseño,
que, a mi pesar, quedabame dudando,
hasta que el viento que en los bosques zumba,
trajo hasta mi los vientos de Ultratumba.
Ecos vagos, extraños, confundidos......
que pretenden cambiar la faz del mundo;
por unos, con asombro recibidos,
por otros, con desprecio sin segundo;
pero el caso es, que fueron sometidos
a un examen y análisis profundo,
y que las muchedumbres repetían:
que los muertos hablaban y sentían.
Allan kardec, filósofo eminente,
se asemejó a Colon, que tras los mares
vio las palmas de un fertil continente
y escuchó de otros hombres los cantares;
y Allan Kardec, que fue constantemente
el sabio explorador de nuevos lares,
también veía rodar por los espacios
planetas con techumbres de topacios.
El vio la irradiación del infinito
en algo que su mente presentía ,
y el porvenir del hombre, lo vio escrito
con torrentes de luz y de armonía;
halle en sus obras el Jordán bendito
que calmara la sed del alma mía,
y desde entonces, sigo mi jornada
esperando tranquila y resignada.
Inmensa gratitud guarda mi mente
al que nunca debemos olvidarle .
¡Espiritistas! Nuestro afán ardiente
uno solo ha de ser, el imitarle;
el fue nuestra lumbrera refulgente,
debemos por su ciencia venerarle;
que él nos profetizo mejores días
y del progreso eterno, fue el Mesías.
¡Gloria a su nombre, a sus virtudes gloria!
del adelanto infatigable obrero,
el alcanzó del bueno la victoria.
¡Feliz aquel que siga su sendero!
Honremos del profeta la memoria
con nuestro amor profundo y verdadero.¡Oh! Regenerador de las ideas...
¡Bendito Allan Kardec !¡Bendito seas!
- Amalia D. Soler -
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"El amor vive más de lo que da que de lo que
recibe. "
Concepción Arenal
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EVOLUCIÓN YFINALIDAD
DEL ALMA
La esencia psíquica viene a comunicar a las formas animales evolucionadas el soplo de una nueva vida; va a crear, para la manifestación de la inteligencia, un órgano hasta entonces desconocido - la palabra.
Elemento poderoso de toda la vida social, el verbo aparecerá y al mismo tiempo, el alma encarnada conservará, mediante su envoltorio fluídico, la posibilidad de entrar en relación con el medio de donde salió...
No es posible creer que la Naturaleza, que Dios apenas tenga un sólo y único medio de producir y desarrollar la vida. El cerebro humano es limitado; las posibilidades de la vida son infinitas...
La evolución de los mundos y de las almas es regida por la Voluntad Divina, que penetra y dirige toda la Naturaleza, la evolución física es una simple preparación para la evolución psíquica y la ascensión de las almas prosigue mucho más allá de la cadena de los mundos materiales...
Es en la lucha que la voluntad se perfecciona y afirma; es del dolor que nace la sensibilidad. La evolución material, la destrucción de los organismos es temporal; representa la fase primaria de la epopeya de la vida.
Las realidades imperecibles están en el Espíritu; sólo él sobrevive a esos conflictos. Todos esos envoltorios efímeros no son más que vestidos que vienen a ajustarse a su forma fluídica permanente...
Emerger grado a grado del abismo de la vida para tornarse Espíritu, genio superior y esto por sus propios méritos y esfuerzos, conquistar el futuro hora a hora, ir liberándose día a día un poco más de la ganga de las pasiones.
Liberarse de las sugestiones del egoísmo, de la pereza, del desanimo, rescatarse poco a poco de sus flaquezas, de su ignorancia, ayudando a sus semejantes a rescatarse a su vez, arrastrando todo el medio humano hacia un estado superior, tal es el papel distribuido a cada alma.
Para desempeñarlo, tiene ella a su disposición toda la serie de innumerables existencias en la escala magnífica de los mundos. Todo lo que viene de la materia es inestable; todo pasa, todo huye.
Los montes se van poco a poco abatiendo bajo la acción de los elementos; las mayores ciudades se convierten en ruinas, los astros se encienden, resplandecen, después se apagan y mueren; sólo el alma imperecíble sobrevuela en la Duración Eterna.
El Problema del Ser, del destino y del dolor
León Denis
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