viernes, 9 de enero de 2015

ACTIVIDAD NOCTURNA DEL ESPÍRITU


REFLEJOS DEL PASADO EN LA PERSONALIDAD

La infancia se caracteriza, según la psicología tradicional, por el egocentrismo, el niño, todavía, amoral  y, a veces cruel, exige ser amado, protegido, pasando posteriormente,  a una posición oblativa, cuando le surgen los deseos y las aptitudes para amar, para ofrecer, para servir, iniciándose  el periodo de la madurez del área de la afectividad. En consecuencia, el niño por falta de raciocinio y de reflexión,  vive el presente,  no teniendo una visión, sino muy incompleta  e incluso fragmentada, de las realidades, del tiempo y espacio. El adulto, en razón de las necesidades que identifica,  de la escala de valores de la vida que pasa a nortearle  la existencia y del instinto de preservación de si mismo, se dispone a vivir el futuro.

Organiza tareas, programa actividades teniendo en cuenta el mañana, cuando espera proseguir  disfrutando los bienes  y las realizaciones logrados. La persona de edad avanzada, cree que el futuro perdió todo sentido, por la falta de tiempo que la vida tal vez no le faculte, se apega al pasado, viviendo recuerdos y remonta a los mismos con cualquier pretexto.

Muchas veces el niño, no pudiendo superar algún hecho que lo asusta y no encontrando apoyo emocional para hacer  desaparecer el incidente, genera un bloqueo como trauma que le impide el desarrollo y la transposición de una fase para otra, llegando al periodo adulto, retenido en una etapa de infantilismo. Esto explica las reacciones de la falta de madurez de muchas personas ante las coyunturas  y las circunstancias más variadas de la vida. En razón de tal estado, se revelan inseguras y egocéntricas,  poseen frágil estructura moral y no demuestran sentido del equilibrio, difícilmente asumiendo e incumbiéndose  de responsabilidades, presentando gran inestabilidad en las decisiones y una terrible  incapacidad de donar sin recibir;  de auxiliar sin obtener gratificación de cualquier naturaleza, sus actitudes son ilógicas, destituidas de crítico discernimiento. Como consecuencia tienen la forma  y las fuerzas de adultos, y ejercen funciones  y desarrollan programas pertinentes  a la edad de la infancia. Porque  son  dicotómicos- una apariencia física adulta y  una psiquis  infantil – se vuelven peligrosos a causa de sus imprevisibles reacciones ante los hechos que les sorprenden o promueven.

Desde el punto de vista espiritual, se trata de criaturas jóvenes en la responsabilidad, desacostumbradas a los compromisos  superiores, cuyas experiencias se desarrollan  en el campo  de superficialidad e intereses personales, sin mayores adquisiciones morales. A ello se suma  la interferencia psíquica de los Espíritus afines,  la de los adversarios de la retaguardia que les llevan a estados de grave apatía, al desinterés por los valores  ennoblecedores y, por ser maleables a las inducciones perniciosas se transforman  en instrumentos de perturbación y delincuencia.

Para el bien de la comunidad y de  ellos mismos, compete a los adultos hacer un examen de si mismos, un auto análisis de sus actitudes, una evaluación  periódica del comportamiento empeñando  esfuerzos para educarse o reeducarse en el campo emocional o en el sector  del comportamiento, en el cual sea necesario. De esta forma, mediante la disciplina  de la voluntad, ejercicio mental correcto en torno a los ideales relevantes y de los pensamientos ennoblecidos,  se les tornan más duraderos los impulsos para el equilibrio que se estructurará a lo largo del tiempo en actividades constructivas; evitándose perjuicios sociales expresivos, numerosos disturbios  psicológicos  y de comportamiento  y serán interrumpidos graves connubios obsesivos de largo curso…

La madurez psicológica del hombre lo lleva a una actitud dinámica, en la que busca desarrollarse cada vez más, ofreciendo posibilidades de realizar una situación armónica entre el, la sociedad y el ambiente en el cual se encuentra situado. Esta conducta es obtenida a través de las reencarnaciones, como resultado  de las vivencias y aprendizajes  que despiertan la conciencia en el ser, que abre las posibilidades hacia más allá del pensamiento – la franja de la intuición.

Todo  factor, oculto  u olvidado, de un  trauma, mientras no sea liberado prosigue como bloqueo, impidiendo la renovación del campo en el que se instala. La concienciación de cualquier hecho es indispensable para una legítima   evaluación  de resultados con el competente interés por perfeccionar la realización, corrigiendo el acto, por la reeducación y nuevos intentos de reparación.

Las personas cuando caen en errores y cuando son descubiertas, acostumbran a justificarse con el desconocimiento de los factores que las llevaron  a los engaños, produciéndose  el recuerdo de los fracasos, al otro lado; y contentándose igualmente  con el parcial olvido cuando al volver  al cuerpo, siempre quedan reminiscencias que afloran, en los momentos propios;  luces rojas en la mente como advertencias inconscientes ante nuevas decisiones  como advertencias inconscientes ante nuevas decisiones precipitadas que  llevan al caos; recelos de perjudicar a los otros, dando surgimiento a responsabilidades y conciencia de justicia…

Las reacciones de enfado y resentimiento, de amargura y de cólera dimanan del temperamento apasionado y caprichoso de quien se acostumbró a la usurpación  sin admitir reproches, al abuso de la posición sin dar lugar  a advertencias y de la arrogancia  que no permite amonestación. El dolor, se encargará de cincelar las aristas y someterle  la cerviz mediante los limites orgánicos y las resistencias debilitadas, junto a los continuos  conflictos en la afectividad y en las relaciones de emulación, resucitando las viejas pasiones.

Todos conducimos, inevitablemente, las propias experiencias. Ignorarlas, no significa haberlas superado. La deuda olvidada, por mejor que sea la intención del comprometido, permanece aguardando liquidación. Las muestras, como las de nuestros afectos, resurgen  por el camino con las disposiciones que les establecemos o motivamos.

Nadie camina desacompañado de compañeros, amores o enemigos…

Renacimiento en el cuerpo es dieta para la evolución con los ingredientes necesarios para la salud moral y espiritual de cada cual.
 Trabajo realizado por Merchita
Extraído del libro “Cuadros de la Obsesión” de Divaldo Pereira Franco

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La fe necesita de una base, y esa base es la perfecta comprensión de aquello en que se debe creer. Para creer, no basta ver, es necesario comprender.

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COSITAS SUELTAS:

Dos realidades básicas existen en el mundo hoy en día: De un lado, la belleza, la luz, el conocimiento. Del otro la oscuridad, la maldad, la ignorancia. De qué lado estamos tu y yo? Es nuestra decisión.
   Rey Formoso
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Actividad Nocturna del Espíritu

(Desdoblamiento)

Durante el sueño el Espíritu se desprende del cuerpo; debido a que los lazos fluídicos están más tenues. Por la noche es un largo periodo en que está libre para obrar en otro plano de existencia. Sin embargo, varían los grados de desprendimiento y lucidez. No todos se apartan de su cuerpo, sino que permanecen en el ambiente doméstico; temen hacerlo, se sentirían forzado en un medio extraño (aparentemente).
Otros se mueven en el plano espiritual, pero sus actividades y comprensiones dependen del nivel de elevación. El principio que rige la permanencia fuera del cuerpo es la de la afinidad moral, expresada, conforme la explicación anterior, por medio de la afinidad vibratoria o sintonía.
El espíritu será atraído para regiones y compañías que estén armonizadas y sintonizadas con él a través de las acciones, pensamientos, instrucciones, deseos e intenciones, o sea, impulsos predominantes. Pudiendo así, subir más o desagradar más.
El lascivo tendrá entrevistas eróticas de todos los tipos, el avariento tratará de negocios grandiosos (materiales) y rentables usando la astucia. La esposa quejosa encontrará consejos contra el marido, y así sucesivamente. Los amigos se encuentran para conversaciones edificantes, los enemigos entran en lucha, los aprendices harán cursos, los cooperadores trabajarán en los campos preferidos y, así, caminamos.
Para esta maravillosa doctrina, conforme tales consideraciones, el sueño es el recuerdo de una parte de la actividad que el espíritu desempeñó durante la liberación permitida por el sueño. Según Carlos Toledo Rizzini, una interpretación freudiana encara el sueño como apuntando para el pasado, revelando un aspecto de la personalidad.
Para el Espiritismo, el sueño también satisface impulsos y es una expresión del estilo de vida, con una gran diferencia: la de no procesarse sólo en el plano mental, sino que es una experiencia genuina del espíritu que pasa en el mundo real y con situaciones concretas. Como vimos, el espíritu, libre temporalmente de los lazos orgánicos, emprende actividades nocturnas que podrán caracterizarse sólo por la satisfacción de bajos impulsos, como también, trabajar y aprender mucho. En esta experiencia fuera del cuerpo, en la oportunidad del desprendimiento a través del sueño, el ser, podrá ver con claridad la finalidad de su existencia actual, acordándose del pasado, entrevé el futuro, todavía la amplitud o no de esas posibilidades es relativa al grado de evolución del espíritu.
Verifiquemos tres cuestiones del Libro de los Espíritus, en el capítulo VII, pregunta: 400, 401 y 403.
P-400 “¿El Espíritu encarnado permanece de buen grado en su cuerpo material?
- Es como si preguntase a un presidiario, si le gustaría salir del presidio. El espíritu aspira siempre a su liberación y tanto más desea verse libre de su cuerpo, cuanto más grosero es este.
  
P-401 “¿Durante el sueño el alma reposa como el cuerpo?
- No, el espíritu jamás esta inactivo. Durante el sueño, se aflojan los lazos entre cuerpo y espíritu y, él se lanza por el espacio y entra en relación con los otros espíritus sintonizados por él.
  
P-403 “¿Cómo podemos juzgar la libertad del espíritu, durante el sueño?
- Por los sueños.
El sueño libera parcialmente el alma del cuerpo, cuando esta adormecido, el espíritu se encuentra en el estado en que queda después de su cuerpo.
El sueño es el recuerdo que el espíritu vio durante el sueño. Podemos notar, que no siempre soñamos. Pero, ¿qué quiere decir eso? Que no siempre nos acordamos de lo que vimos, o de todo lo que hemos visto, mientras dormimos. Es que no tenemos aun el alma en pleno desenvolvimiento de sus facultades. Muchas veces solamente nos queda el recuerdo de la perturbación que nuestro Espíritu experimentó.
Gracias al sueño los Espíritus encarnados están siempre en relación con el mundo de los Espíritus. Las manifestaciones, que se traducen muchas veces por visiones y hasta incluso, “asombros” más comunes se dan durante el sueño, por medio de los sueños. Ellos pueden ser: una visión actual de las cosas, futuras, presentes o ausentes; una visión del pasado y, en algunos casos excepcionales, un presentimiento del futuro. También muchas veces son cuadros alegóricos que los Espíritus nos ponen bajo la vista, para darnos avisos útiles y saludables consejos, si se trata de Espíritus buenos, y para inducirnos al error, a la maledicencia, a las pasiones, si son Espíritus imperfectos.
El sueño es una expresión de la vida real de la personalidad. El espíritu procura atender a deseos e intenciones inconscientes y conscientes durante ese tiempo de libertad temporal. Conforme el grado, tipo de sintonía y armonía generada por la afinidad moral con los otros Espíritus, se dirige automáticamente para la parte del mundo espiritual que mejor satisfaga esa sintonía y sus metas y objetivos, aunque no lícitos; y ahí cuenta con amigos, socios, enemigos, enemistades, parientes, “maestros” etc.
Contamos aun con dos tipos de sueños. El primero es el premonitorio, cuando se cogen algunas informaciones o consejos sobre algún acontecimiento futuro. El segundo es la pesadilla, o sea, el sueño ansioso, en que entra el terror. Es también una experiencia real, sin embargo, penosa; el soñador se ve presionado por enemigos o por animales monstruosos, tiene que atravesar zonas tenebrosas, sufrir castigos, que de hecho son vivencias provocadas por agentes del mal o por enemigos de esta o de otras vidas.

Preparación para el Sueño

Verificando el lado físico de la cuestión, vamos a ver la importancia del sueño, por el hecho de pasarnos 1/3 de nuestro día durmiendo, en esta actividad el cuerpo físico reposa y libera toxinas. Para el lado espiritual, el espíritu se une con sus amigos e intercambia informaciones y experiencias.
Hagamos una preparación para nuestro reposo diario:
Orgánico – comidas ligeras, higiene, respiración moderada, trabajo moderado, conducción de nuestro cuerpo en cuanto a posturas sin extravagancias.
Mental Espiritual – lecturas edificantes, conversaciones saludables, meditación, oración, serenidad, perdón, buenos pensamientos.
Todavía no nos olvidemos que toda oración se fortifica con actos volcados al bien, pues entonces, las actividades altruistas posibilitan una mejor afinidad con los buenos espíritus.

Periespíritu y Desdoblamiento

Aunque, durante la vida, el Espíritu sea fijado al cuerpo por el periespíritu, no es tan esclavo, que no pueda alargar su corriente y transportarse lejos, sea sobre la tierra, sea sobre cualquier otro punto del espacio. (Allan Kardec, La Génesis, Cap. XIV, Item 23).
Gabriel Delanne, en “El Espiritismo delante de la Ciencia”, concluye: La mejor prueba de la existencia del periespíritu es mostrar que el hombre puede desdoblarse en ciertas circunstancias.

Desdoblamiento

Es el nombre que se da al fenómeno de exteriorización del cuerpo espiritual o periespíritu.
El periespíritu aun ligado al cuerpo, se distancia del mismo, formando ahora parte del mundo espiritual, aunque esté ligado al cuerpo por hilos fluídicos. Fenómenos estos, naturales que reposan sobre las propiedades del periespíritu, su capacidad de exteriorizarse, irradiarse, sobre sus propiedades después de la muerte que se aplican al periespíritu de los vivos (encarnados).
Los lazos que unen el periespíritu al cuerpo temporal, se aflojan por así decir, facultando al espíritu mantenerse en relativa distancia, sin embargo, no desligado de su cuerpo. Y esta ligación, permite al espíritu tomar conocimiento de lo que pasa con su cuerpo y volver instantáneamente si algo ocurre. El cuerpo a su vez, queda con sus funciones reducidas, pues de él fueron distanciados los fluidos periespirituales, permaneciendo solamente lo necesario para manutención. Este estado en que queda el cuerpo en el momento del desdoblamiento, también depende del grado de desdoblamiento que ocurra.
Los desdoblamientos pueden ser:
a) conscientes: Éste se caracteriza por el recuerdo exacto de lo ocurrido, cuando al volver al cuerpo el ser se acuerda de los hechos y actividades por él desempeñadas en el acto del desdoblamiento. El sujeto es capaz de ver su “Doble”, bien cerca, o sea, de verse a él mismo en el momento exacto en que se inicia el desdoblamiento. Fácilmente en estos casos, se siente levantando generalmente la cabeza primeramente y el resto del cuerpo, después. Algunos fluctúan y ven el cuerpo carnal debajo echado, otros se ven al lado de los cuerpos, todavía este recuerdo es bastante profundo y la conciencia es altamente limpia en este instante. Existe una unión aun profunda de los fluidos periespirituales entre el cuerpo y el periespíritu, facilitando así, los recuerdos pos-desdoblamiento.
b) inconscientes: Al volver el ser no se acuerda de nada. Tenemos que recordar que en la mayoría de las veces la actividad que desempeña el ser en el momento desdoblado, queda como experiencia para el propio ser como espíritu, siendo recordado en algunos momentos para el despertar de algunas dificultades y ven como intuiciones, ideas.
Los fluidos periespirituales son en este caso más bien tenues y la dificultad del recuerdo inmediato queda un poco más ardua, todavía las informaciones y las experiencias quedan almacenadas en la memoria periespiritual, viniendo a tono en el futuro.
En realidad la palabra inconsciente, es colocada por deficiencia de lenguaje, pues la inconsciencia no existe, teniendo en cuenta el despertar del espíritu, llevando consigo todas las experiencias efectivas por él mismo, entonces colocamos la palabra inconsciente aquí, es solamente para atestiguar la temporal inconsciencia del ser en cuanto esta encarnado.
c) voluntario: Si la propia persona promueve este distanciamiento. Analicemos algo bastante singular, ni en todos los desdoblamientos voluntarios hay conciencia, pues como dijimos arriba podrán haber algunos recuerdos de lo ocurrido, existen aun muchas dificultades, en el momento en que el espíritu a través de su periespíritu se aproxima nuevamente de su cuerpo, por la densidad aun de los órganos cerebrales es posible que haya bloqueo de esas experiencias. Es necesario resaltar que el ser encarnado en la Tierra, aun se encuentra distante de controlar todas sus potencialidades, y por eso también hay este olvido. Hay algunas personas que hasta provocan el desdoblamiento y en el momento de conciencia tienen miedo y vuelven al cuerpo apresuradamente, dificultando aun más el recuerdo.
Los desdoblamiento pueden también ocurrir en los momentos de reflexiones, donde nos encontramos analizando profundamente nuestros actos y cuya actividad nos propicia encontrar a seres que nos quieren orientar para el bien, parte de nuestro periespíritu se expande y va a captar las experiencias y orientaciones debidas.
d) provocados: A través de procesos hipnóticos y magnéticos, agentes desencarnados o hasta incluso encarnados pueden propiciar el desdoblamiento del ser encarnado. Los buenos Espíritus pueden provocar el desdoblamiento o auxiliarlos siempre con finalidades superiores. Pero los espíritus obsesores también pueden provocarlos para producir efectos maléficos. Afianzándose con las deficiencias morales de los desencarnados, propiciamos así, una mayor facilidad para que los espíritus malhechores puedan provocar el desligamiento del cuerpo físico atrayendo al ser encarnado para sus experiencias fuera del cuerpo. La ley que ejerce esta dependencia es la de afinidad.
e) emancipación Letárgica: Deriva de la emancipación parcial del espíritu, pudiendo ser causada por factores físicos o espirituales. En este caso el cuerpo pierde temporalmente la sensibilidad y el movimiento, la persona nada siente, pues los fluidos periespiríticos están muy tenues en relación a la unión con el cuerpo. El ser no ve el mundo exterior con los ojos físicos, se vuelve por algunos instantes incapaces de la vida consciente. A pesar de la vitalidad del cuerpo continuar ejecutándose.
Hay flacidez general de los miembros. Si suspendemos un brazo, al ser suelto caerá.

e) emancipación Cataléptica: Como arriba, también resulta de la emancipación parcial del espíritu. En ella, existe la perdida momentánea de la sensibilidad, como en la letargia, todavía existe rigidez de los miembros. La inteligencia se puede manifestar en estos casos. Difiere de la letárgica, por no envolver todo el cuerpo, pudiendo ser localizado en una parte del cuerpo, donde fuera menor el envolvimiento de los fluidos periespirituales.
Aluney Elferr Albuquerque Silva
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LAS TRIBULACIONES DE LA VIDA
Las tribulaciones de la vida pueden ser impuestas a espíritus endurecidos o demasiado ignorantes para hacer una elección con conocimiento de causa; pero son elegidas libremente y aceptadas por los espíritus arrepentidos que quieren reparar el mal que han hecho y acostumbrarse a obrar mejor. Lo mismo sucede con el que, habiendo cumplido mal su tarea, pide que se le deje empezar de nuevo para no perder el beneficio de su trabajo. Estas tribulaciones son, pues, a la vez, expiaciones por el pasado que castigan y prueban para el porvenir que preparan. Demos gracias a Dios porque en su bondad concede al hombre la facultad de la reparación y no le condena irrevocablemente por una primera falta.
9. Tampoco debe creerse que todo sufrimiento en la tierra sea necesariamente indicio de una falta determinada; a menudo son simples pruebas elegidas por el espíritu para acabar su purificación y activar su adelantamiento. Así es que la expiación sirve siempre de pruebas, pero la prueba no es siempre una expiación; pruebas o expiacionesson siempre señales de una inferioridad relativa, porque el que es perfecto no tiene necesidad de ser probado. Un espíritu puede, pues, haber adquirido cierto grado de elevación, pero queriendo aún adelantar más, solicita una misión, una tarea que cumplir,por lo que será tanto más recompensado si sale victorioso, cuanto más penosa haya sido la lucha.
Tales son, especialmente, esas personas de instintos naturalmente buenos, de alma elevada, de nobles sentimientos innatos, que parece que nada trajeron de malo de su existencia precedente, y que sufren con una resignación muy cristiana los más grandes dolores, pidiendo a Dios sobrellevarlos sin murmurar. Por el contrario, se pueden considerar como expiaciones las aflicciones que excitan la murmuración y conducen al hombre a rebelarse contra Dios.
El sufrimiento que no excita murmuraciones, sin duda puede ser una expiación;pero más bien indica que ha sido escogido voluntariamente y no impuesto, y la prueba de una fuerte resolución es señal de progreso.
10. Los espíritus no pueden aspirar a la perfecta felicidad, sino cuando son puros; toda mancha les cierra la entrada de los mundos dichosos. Lo mismo sucede a los pasajeros de una embarcación infestada por la peste, a los que les está prohibido entrar en la ciudad hasta que se hayan purificado. Los espíritus se despojan poco a poco de sus imperfecciones en sus diversas existencias corporales. Las pruebas de la vida perfeccionan cuando se sobrellevan bien; como expiaciones, borran las faltas y purifican; es el remedio que limpia la llaga y cura al enfermo; cuanto más grave es el mal, más enérgico debe ser el remedio. El que sufre mucho debe decir que tenía mucho que expiar, y alegrarse de curar bien pronto; depende de él hacer este sufrimiento provechoso con su resignación y no perder el fruto con sus murmuraciones, pues no haciéndolo así, tendría que empezar de nuevo.

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC.
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