A veces sientes que ya no tienes fuerzas para continuar, para seguir la diaria lucha, la batalla: enfrentar los contratiempos, las situaciones difíciles, las pruebas, los fracasos. Se te cierran las puertas que creías abiertas dándote esa oportunidad que tanto anhelabas. Te desesperas, reniegas de tu suerte. Se debilita tu Fe, tu voluntad flaquea. Ya no puedes seguir...estas cansado.
Ahora más que nunca tienes que levantar tu cabeza, hijo e hija del Altísimo Padre-Madre-Dios. "De los cobardes, de los que se dan por vencidos a mitad del camino, no se ha escrito nada". Los triunfadores en esta vida son los que perseveran, a pensar de todos los obstáculos, pruebas y contratiempos...ellos no decaen. Se mantienen firmes contra viento y marea. No se dan por vencidos. Y tú no viniste a este mundo para fracasar. Eres un vencedor, un guerrero de la Luz. Nadie mejor que tu sabes cuánto has logrado, cuanto has luchado, cuantas pruebas te han puesto delante y las has podido vencer..
La lucha diaria y contante no solamente es en lo material, sino también y más importante aun...en lo espiritual. Ahí está la VERDADERA PRUEBA. Lo material, las luchas, los sufrimientos, todo por lo que tanto has batallado, todo eso quedara aquí cuando tu almas se separe de ese cuerpo físico. Lo espiritual, lo eterno, eso te llevaras. Las conquistas que has alcanzado contigo mismo, dentro de ti: en el carácter, con tus debilidades morales, con tu orgullo, con el verbo árido y cruel...ahí está nuestra verdadera batalla y razón de existir: en la conquista interna.
Así que querido hermano y hermana: levántate y anda, surge y renace en medio de las cenizas que la vida te haya dado. No te des por vencido (a). Como hijo e hija de Dios tenemos todos las facultades y los dones que necesitamos para ser TRIUNFADORES, reclama tu parte y tu herencia al Altísimo Padre. No dudes de tu fortaleza interna, de tu poder para hacer lo correcto, para hacer el bien, para ayudar a otros, para servir, ensenar y ser modelo de lo correcto. Eres hija (o) del Dios Padre.
Bendiciones para ti!
- Rey Formoso-
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Pluralidad de los mundos
Al considerar la Luna y los otros astros, ¿quién no se ha preguntado si esos globos están habitados? Antes que la Ciencia nos hubiese iniciado en la naturaleza de esos astros, se podía dudar; hoy, en el estado actual de nuestros conocimientos, por lo menos existe la probabilidad; pero a esta idea, verdaderamente seductora, se hacen objeciones extraídas de la propia Ciencia. Se dice que la Luna parece no tener atmósfera, y quizás tampoco agua. En Mercurio, dada su proximidad con el Sol, la temperatura media debe ser la del plomo fundido, de manera que, si hay allí plomo, debe correr como el agua de nuestros ríos. En Saturno, es todo lo opuesto; no tenemos un término de comparación para el frío que debe reinar allí; la luz del Sol debe ser muy débil, a pesar de la reflexión de sus siete 63 lunas y de su anillo, porque a esta distancia el Sol no debe parecer sino una estrella de primera magnitud. En tales condiciones, se pregunta si sería posible vivir allí.
No se concibe que semejante objeción pueda ser hecha por hombres serios. Si la atmósfera de la Luna no ha podido ser percibida, ¿es racional inferir que no exista? ¿No puede estar formada por elementos desconocidos o lo suficientemente enrarecidos como para no producir refracción sensible? Diremos lo mismo del agua o de los líquidos allí existentes. Con respecto a los seres vivos, ¿no sería negar el poder divino el creer imposible una constitución diferente de la que conocemos, cuando bajo nuestros ojos la providencia de la Naturaleza se extiende con una solicitud tan admirable hasta el más pequeño insecto, y da a todos los seres los órganos apropiados al medio en que deben habitar, ya sea el agua, el aire o la tierra, que estén sumergidos en la oscuridad o expuestos a la claridad del Sol? Si nosotros nunca hubiésemos visto peces, no podríamos concebir seres que viven en el agua; no nos haríamos una idea de su estructura. ¡Quién hubiera creído, hasta hace poco tiempo, que un animal pudiese vivir un tiempo indefinido en el seno de una piedra! Pero sin hablar de estos extremos, ¿podrían existir en los hielos polares los seres que viven bajo el fuego de la zona tórrida? Y no obstante en esos hielos hay seres que poseen un organismo para ese clima riguroso, y que no podrían soportar el ardor de un Sol vertical. Por lo tanto, ¿por qué no admitiríamos que existan seres constituidos para vivir en otros globos y en un medio totalmente diferente del nuestro?
Seguramente, sin conocer a fondo la constitución física de la Luna, sabemos lo suficiente como para estar ciertos de que, tal como somos, no podríamos vivir allí, como tampoco podríamos hacerlo en compañía de los peces en el seno del océano. Por la misma razón, si los habitantes de la Luna pudiesen venir a la Tierra – ya que constituidos para vivir sin aire o en un aire muy enrarecido, tal vez completamente diferente del nuestro – se asfixiarían en nuestra atmósfera espesa, al igual que nosotros cuando caemos en el agua. Una vez más, si no tenemos la prueba material de la presencia de seres vivos en otros mundos, nada prueba que no puedan existir con un organismo que sea apropiado a un medio o a un clima cualquiera. Al contrario, el simple buen sentido nos dice que debe ser así, porque repugna a la razón creer que esos innumerables globos que circulan en el espacio no sean más que masas inertes e improductivas.
La observación nos muestra allí superficies accidentadas – como aquí – de montañas, valles, hondonadas, volcanes extintos o en actividad; ¿por qué entonces no existirían seres orgánicos? Está bien – dirán; que haya plantas y hasta animales, puede ser; pero seres humanos, hombres civilizados como nosotros, que conozcan a Dios, que cultiven las artes, las ciencias, ¿eso es posible? Por cierto, nada prueba matemáticamente que los seres que habitan otros mundos sean hombres como nosotros, ni que estén más o menos avanzados que nosotros, moralmente hablando; pero cuando los salvajes de América vieron desembarcar a los españoles, tampoco sospechaban que más allá de los mares existía otro mundo que cultivaba las artes que les eran desconocidas.
La Tierra está salpicada de una innumerable cantidad de islas, pequeñas o grandes, y todo lo que es habitable es habitado; no surge una roca en el mar sin que el hombre haya plantado al instante su bandera. ¿Qué diríamos si los habitantes de una de las más pequeñas de esas islas, conociendo perfectamente la existencia de otras islas y continentes, pero no habiendo tenido jamás relaciones con sus habitantes, se creyesen los únicos seres vivos del globo? Nosotros les diríamos: ¿Cómo podéis creer que Dios ha hecho el mundo sólo para vosotros? ¿Por qué extraña peculiaridad vuestra pequeña isla, perdida en un rincón del océano, tendría el privilegio de ser la única habitada? Lo mismo podemos decir de nosotros con respecto a otras esferas. ¿Por qué la Tierra – pequeño globo imperceptible en la inmensidad del Universo, que no se distingue de los otros planetas ni por su posición, volumen o estructura, porque no es el menor ni el mayor, ni está en el centro o en los extremos –, por qué, digo, sería entre tantas otras la única residencia de seres racionales y pensantes? ¿Qué hombre sensato podría creer que esos millones de astros que brillan sobre nuestras cabezas sólo han sido hechos para recrear nuestra visión? Entonces, ¿cuál sería la utilidad de esos otros millones de globos imperceptibles a simple vista y que ni siquiera sirven para alumbrarnos? ¿No habría orgullo y a la vez impiedad en pensar que debe ser así?
A los que les importa poco la impiedad, les diremos que es ilógico. Por lo tanto, con un simple razonamiento que muchos otros han hecho antes que nosotros, hemos arribado a la conclusión de la pluralidad de los mundos, y este razonamiento se encuentra confirmado por las revelaciones de los Espíritus. En efecto, ellos nos enseñan que todos esos mundos están habitados por seres corporales apropiados a la constitución física de cada globo; que entre los habitantes de esos mundos los hay más o menos avanzados que nosotros, desde el punto de vista intelectual, moral e incluso físico. Además, hoy sabemos que podemos entrar en relación con ellos y obtener de los mismos informaciones sobre su estado; también sabemos que no sólo todos los globos están habitados por seres corporales, sino que el espacio está poblado de seres inteligentes, invisibles para nosotros a causa del velo material arrojado sobre nuestra alma, y que revelan su existencia por medios ocultos o patentes. De esta manera, todo está poblado en el Universo, la vida y la inteligencia están por todas partes: en los globos sólidos, en el aire, en las entrañas de la Tierra y hasta en las profundidades etéreas. ¿Hay en esta Doctrina algo que repugne a la razón? ¿No es a la vez grandiosa y sublime? Ella nos eleva de nuestra propia pequeñez, muy diferentemente de ese pensamiento egoísta y mezquino que nos coloca como los únicos seres dignos de ocupar el pensamiento de Dios.
Allan Kardec
Extraído de la “Revista Espirita 1858″
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Por la paz, por la justicia
¡Qué bueno es amar! Me dicen los Espíritus que si aún permanezco en la Tierra, a pesar de mi avanzada edad, mis continuas dolencias y mi lucha incesante para poder vivir bajo techado y alimentar mi cuerpo enfermizo, es porque tengo que escribir mucho todavía para consolar y complacer a todos aquellos que me dirijan preguntas, en las cuales yo comprenda que tienen sed de verdad los que me piden consejos y luz espiritual. Hace algunos días que me escribió una señora espiritista, diciéndome lo siguiente:
“Querida Amalia: por un acto inhumano, muy vulgar por desgracia en nuestra humanidad, han colocado en mis manos a un niño recién nacido, al cual estoy criando con biberón. Lo dejaron a la puerta de mi casa en un día de los más fríos del pasado invierno. Emocionada por tan trascendental hallazgo, no me he cuidado de averiguar nada de lo que espiritualmente se relaciona con él. Más tranquila y reflexionando sobre el caso, me inducen a que te pregunte, por si tuvieras la bondad de investigarlo, por qué ¡le amo tanto!…
“Cuando me creí sola e infecunda, viene este ser con sus sonrisas a iluminar mi hogar y a cerrar con sus besos las hondas heridas de mi corazón, heridas producidas por los rudos golpes de la vida. Ha venido tan a tiempo este niño a pedirme mis cuidados y mi amor, que quisiera que uno de los destellos del padre Germán me orientara, sin que sea mi ánimo saciar pueril curiosidad, sino el buen propósito de redoblar más mi amor hacia este ser por el cual estoy dispuesta a sacrificarme hasta conseguir criarlo e instruirle en los consoladores principios que a ti y a mí nos alientan y nos sostienen en la ruda batalla de la vida.
“¿Este niño es Espíritu de prueba? Si lo es, bienvenido sea, así venga a purificar con ello su Espíritu y el mío. “¿Viene a cumplir algún encargo de la Ley Suprema? Bendito sea Dios que me concede esta gracia, y si estamos unidos por anteriores existencias, y la simpatía lo ha traído hasta mi regazo, yo seré su madre más solícita, puesto que en mi corazón sentía la imperiosa necesidad de exteriorizar los puros y maternales sentimientos de los cuales están poseídas todas las mujeres, exceptuando algunas infelices a las que hay que compadecer. “La madre que ha separado de su lado a este niño, privándole de su maternal calor, me inspira una profunda compasión y respeto los secretos que le hayan obligado tal vez a desprenderse de su hijo. “Espero la tuya con ansia y te lo repito, no es la curiosidad la que me guía, es que a mí me parece que este niño es mío, mío, sí; ¡lo quiero tanto!…”
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Como es natural, me interesó vivamente el contenido de la carta anterior, y en cuanto tuve ocasión oportuna pregunté a un Espíritu sobre dicho asunto, obteniendo la siguiente comunicación:
“Veo que continuamente te dirigen preguntas sobre asuntos interesantes, y tú, con la mejor voluntad, nos preguntas a nosotros, estableciéndose así la comunicación directa entre los vivos y los muertos, relaciones que han existido de toda eternidad, pero que ahora se han vulgarizado gracias al progreso realizado en todas las clases sociales, que han hecho perder su preponderancia a los iniciados en los misterios divinos, descendiendo de su alto pedestal los grandes sacerdotes que guardaban en sus templos las revelaciones de los Espíritus, los que siempre se han comunicado con los terrenales, porque es precisa esa relación directa entre los que os creéis vivos y los que llamáis muertos.
“No es aún la comunicación ultraterrena la que será el transcurso de los siglos; es aún muy defectuosa, por tener que hacerse varias transmisiones, porque a veces el Espíritu comunicante transmite la comunicación de le da otro Espíritu, y al repetirla al médium éste da cuenta de lo que le dicen y ya es la tercera transmisión, pero algo es algo: todo lo grande empieza por la unión de los átomos, como sucede con los mundos. De igual manera la comunicación entre los habitantes de la Tierra y los moradores del Espacio ha tenido su comienzo con manifestaciones de escasa importancia (al parecer), con golpes, movimientos de objetos, ruidos extraños, luces movibles, que han tenido necesariamente que llamar la atención de los más indiferentes, haciendo pensar a los hombres sensatos que han tenido que fijarse en aquellos fenómenos y decir: la nada, nada produce.
Estos ruidos, estos golpes, estos focos luminosos que brotan en diversos puntos, son efectos de alguna causa, y de una causa inteligente; y han preguntado, han indagado, han inquirido, hasta obtener lo que ya tenéis: conversaciones sostenidas con Espíritus; muy interesantes, muy instructivas algunas de ellas, por más que los medios de que ahora disponéis son muy imperfectos, muy deficientes, pero ya llegará la época en que no se necesiten mediadores entre vosotros y nosotros; cada cual hablará con sus deudos, con sus discípulos directamente. ¿Cómo? ¿De qué manera? ¿Hablando? ¿Escribiendo? ¿Apareciendo con la última envoltura que usó en la Tierra? Los detalles son lo de menos, el hecho positivo es de lo que menos nos debemos ocupar; pero, mientras llega esa época dichosa de la comunicación directa, preciso es que os conforméis con las transmisiones actuales.
Decía uno de vuestros célebres escritores que una obra traducida le parecía un papiro de Flandes vuelto al revés. Esto puede aplicarse a la mayor parte de las comunicaciones que recibís de ultratumba, pero todo necesita su trabajo y su tiempo para ser apreciado en su justo valor. Sigue por lo tanto preguntando a los Espíritus el porqué de muchos acontecimientos que os sorprenden y despiertan vuestro más vivo interés, y presta consuelo a muchos que lloran en la oscuridad.
“Una mujer que soñaba con ser madre te pregunta si el niño que dejaron a la puerta de su casa ha sido alguna vez algo suyo; puedes decirle que sí: que ha sido carne de su carne y hueso de sus huesos. En la última encarnación, en la que perteneció a la nobleza, engañada y seducida por un magnate que no le podía dar su nombre porque ya se lo había dado a otra mujer, al comprender ella que iba a ser madre, confió el secreto de su deshonra a su hermano mayor, y éste, compadecido de su infortunio, la llevó lejos de su patria, y en un lugarejo escondido entre montañas asistió a su alumbramiento, y cogiendo al recién nacido lo hizo llevar a un asilo benéfico, lo arrojó al montón de los niños sin nombre, y la joven madre, por más que le pidió de rodillas que le devolviera su hijo, aunque la dejase abandonada en medio de la calle, rogó inútilmente. Volvió a su palacio con el corazón hecho trizas; no podía ver a un niño pequeñito sin que fuera acometida de horribles convulsiones, y todo el tiempo que permaneció en la Tierra lloró por su hijo y murió llamándole.
Cuando en el Espacio se dio cuenta que vivía, encontró a su hijo perdido y olvidó con sus caricias todo cuanto había sufrido, prometiéndole ser su guía, y que en premio de su constante recuerdo tendría más tarde en sus brazos al niño perdido, quien en cumplimiento de su expiación llevaba ya muchas encarnaciones siendo arrojado del seno materno; tenía que ser amado por caridad, por compasión; no era digno, por sus hechos pasados, de reposar tranquilo en los brazos de una madre amorosa. Por eso en su actual existencia lo dejaron abandonado, sin recomendación alguna, pero como era acreedora de ser madre la que en su encarnación anterior no pudo serlo más que en el tiempo de su gestación, hoy le entregaron a su hijo de ayer, para que su alma pueda gozar de las inefables delicias maternales. Merece ser madre, por eso ha recobrado a su hijo, porque durante muchos años le llamó en su sueño y en sus horas de vigilia, y en memoria suya vistió a muchos huérfanos y amparó a innumerables desvalidos; que recoja la cosecha de su siembra de ayer; que ame a ese huerfanito, que para que le ame, le guíe y le eduque y le instruya se lo han entregado; que goce en su buena hora, que amparar a los huérfanos es la acción más meritoria y que más puede engrandecer al Espíritu.
“Adiós”.
* * *
¡Qué historia conmovedora y tan interesante! Contenta quedará la mujer generosa que ha recogido en sus brazos al pequeño náufrago, que en el mar de la vida, a merced de las olas, a no ser por ella hubiera muerto ante las rocas de la caridad oficial, que almacena niños, como decía Eusebio Blasco, para dejarlos morir de hambre. ¡Dichosas las almas buenas que saben amar!
Extraído del libro “Hechos que prueban”
Amalia Domingo Soler
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¿ Cómo evolucionó la mediumnidad desde la época de la "Cestita"?
En los albores del Espiritismo nacido en el siglo dieciocho, la forma mas rudimentaria de comunicación fue mediante el fenómeno de los golpes que sonaban desde paredes o tablas, conocidos como “Raps”; así sucedió en el famoso caso ocurrido en Hidesville con las hermanas Fox, cuyos fenómenos fueron el inicio de otros muchos de esta índole, precursores del Espiritismo que precisamente nació a partir del estudio de los mismos.
A partir de ellos surgió el fenómeno de las llamadas “Mesas Parlantes”, que mediante “Raps”, golpes y movimientos lograban establecer un sistema de comunicación rudimentario, pero inteligente ,con las personas presentes , y que se puso tan de moda como juego de salón en la Francia del siglo IXX. Esta oleada de fenómenos misteriosos y casi circenses , supuso una llamada de atención al ser humano de la época, que despertaba precisamente entonces también, a los albores del desarrollo científico y tecnológico; esta llamada de atención lo fue precisamente para que pusiese en marcha su mente analítica, y derribase tantos dogmas y supersticiones que le tenían hasta entonces entorpecido en su normal evolución espiritual.
Mas tarde se multiplicaron los casos de comunicación escrita a través de una tablita que un médium rozaba con el dedo, y que llevaba un lapicero en la punta, que se ponía en movimiento sobre el papel donde quedaba la escritura; este sistema evolucionó hasta el sistema de la escritura por movimientos casi compulsivos de la mano del médium que la ejecuta inconscientemente .
Después se puso de moda el mal llamado “Juego de la Quija”. Y digo mal llamado, porque no es un juego, sino algo serio con lo que no se recomienda jugar. Esta práctica encierra peligros consistentes en posibles mixtificaciones por Entidades espirituales de baja condición que se prestan al juego de mentir, asustar, impresionar y engañar, buscando alguna mediumnidad despistada; por esta poco recomendable práctica se han producido casos de Obsesión, Subyugación y hasta Posesión espiritual; ha veces esta clase de sesiones a terminado desencadenando fenómenos de polstergeist así como ha llevado a sus confiados participantes a extremos como la locura y el suicidio.
Las comunicaciones con el mundo espiritual, siempre se produjeron y desarrollaron a través de las múltiples variantes de la “Mediumnidad”, y por último con el desarrollo de la Tecnología y de la Electrónica en particular, se abrió un insospechado campo en el desarrollo de la comunicación con el otro lado de la Vida.
La Ciencia , que no ha cesado en su vertiginoso avance, seguirá facilitando, con el desarrollo de la tecnología electrónica y digital, estas comunicaciones y además el Psiquismo humano,
aunque mucho mas lentamente que la Ciencia, también se encuentra inmerso en un proceso de desarrollo evolutivo, además de que el perfeccionamiento y desarrollo psíquico del ser humano que le permite las comunicaciones de carácter mediúmnico, no se sabe hasta donde podrá tener límites en su evolución y desarrollo.
Por esto, parece incuestionable que en un futuro mas o menos lejano, ambos lados de la Vida se irán aproximando y relacionando cada vez más de modo natural, ya sea por el método de comunicación que sea.
- Jose Luis Martín-
“Estas experiencias no tienen por qué ser aceptadas por la Ciencia Empírica, pero el caso es que se producen, por lo que la Ciencia Empírica no puede pretender tener el monopolio de los procedimientos humanos del conocimiento”
– Williams James -
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