jueves, 15 de septiembre de 2016

RENCOR: ENFERMEDAD DEL ALMA

RENCOR: ENFERMEDAD DEL ALMA

Mercedes Cruz Reyes
El rencor es una carga muy pesada que la persona acarrea, el cual resulta en su propia miseria, ocupando sus pensamientos, arruinando su mente y agregando amargura y ansiedad. Lo extraño es que la gente ignorante insiste en llevar esta pesada carga de maldad, hasta que satisfagan sus egos y se venguen de aquel a quien odian y envidian.
La vida es como un grandioso cuadro, en el que nos contemplamos todos, las zonas oscuras, dejan poco  que ver la realidad de la vida, es por eso que debemos aprender a pintar de rosa todas las zonas dominadas por la oscuridad, para así entrever que se esconde dentro de la parte del cuadro, en que sumergidos en las tinieblas  no entrevemos a donde nos lleva y en que puede acabar la situación por la que atravesamos.
Las personas, que se irritan con facilidad, que muy fácilmente se salen de si,  no tienen la capacidad de ver las cosas como realmente son, ya que  dejándose llevar del mal humor, observan muy poco y terminan la mayoría de las veces arrepintiéndose de lo que han dicho, o la forma en que han respondido y ya no pueden dar un paso atrás.
Arrepentidos y pesarosos, o tienen algo de humildad y se disculpan, o por el contrario orgullosos, pese a saber que no tienen razón, defienden su postura a toda costa, aunque por ello, terminen una amistad para siempre,  o un afecto querido pase  a ser alguien que has dejado a un lado de la vida, y al que no quieres más a tu lado.
Así sucede con muchos hermanos, que riñendo por herencias, por afectos, por celos, envidias, y demás, se marchan para nunca más encontrarse.  No son capaces de olvidar y perdonar o perdonarse, para seguir adelante con esa relación, muchos de ellos, dicen que no les desean ningún mal, pero que cada uno por su camino.
El rencor es una emoción que nos come por dentro y nos hace menos humanos.
Observando al rencor, podemos ver que consiste en un odio severo y el deseo de tomar venganza que se interna en el corazón de una persona maliciosa, hasta que llegue el momento en que pueda atacar a la persona a quien le guarda rencor. Por lo tanto, el rencor es esconder la enemistad en el corazón y esperar la oportunidad de vengarse de la persona hacia la cual se siente malicia.

El Rencor Se encuentra emparentado con el odio, el resentimiento, el espíritu de venganza y todo otro sentimiento destinado a infligir sufrimiento a quien lo padece y sin resolver el problema que lo ocasionó
.Si alguien nos ha querido lastimar intencionalmente, a través del rencor o el odio, estaremos permitiéndole instalarse dentro nuestro y continuar torturándonos en forma sistemática todo el tiempo que dichos sentimientos perduren .Si sentimos rencor es porque hemos sido heridos en nuestro ego o dañados emocionalmente de alguna manera, agregando a veces la sensación de decepción respecto de la persona que nos ha ofendido.
Esto pareciera provocar suficiente sufrimiento en nosotros ¿Con qué motivo podríamos desear agregar más pesar a nuestro dolor? Sólo por desconocimiento. ¡Entonces enterémonos! El dolor emocional que alguien nos haya causado, lo causó en el presente. No atormentemos nuestro espíritu prolongando a través del rencor un dolor que no hemos originado. Intentemos comprender aun lo incomprensible a nuestra mente con la sabiduría de entender que también lo que no comprendamos tiene su explicación. Entonces podremos liberarnos y liberar a quien nos dañó.
Ya es sabido que toda emoción negativa no sólo es perjudicial desde un punto de vista, precisamente, emocional, sino que también repercute en nuestro organismo, en nuestra salud física. Sobre esta conexión ha salido recientemente un artículo en la revista Women´s Health.
Cuando las personas tienen rencor o piensan en situaciones de venganza, tanto la presión arterial como el ritmo cardiaco se incrementan casi en el doble su actividad normal. Si uno alberga estos sentimientos con frecuencia, y produce estos estados insanos, con el tiempo, no sólo genera estrés sino que también puede desencadenar en algún daño cardiovascular.
Sin embargo, no todo es tan nefasto y como es de esperar, al provocar en uno mismo las emociones opuestas, se revierte ese estado en el organismo: si se piensa, por el contrario, y se imagina que se perdona, los ritmos vuelven a normalizarse.
Toda acción produce su reacción. Realmente somos lo que pensamos y lo que sentimos.
El rencor siempre perjudica. Por tu salud, no lo consientas. La aceptación de que cada uno es como es y no como nos gustaría que fuera. Hay que intentar dar una solución al problema, que aunque no sea del todo verdadera, sí al menos te aporte paz, y sea “socialmente” correcta. El desconcierto del que desencadena el odio es tal que no sabrá si es realidad lo que ve, ya que la inyección de rencor suministrada no tuvo los efectos esperados. En otras palabras, hay que intentar arreglar la situación por parte de uno lo mejor que se pueda, sin esperar nada a cambio. No hay que esperar nunca amor de parte de aquel que suministró odio.

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ANTE LAS INFLUENCIAS NEGATIVAS
En todas las circunstancias de la vida en que las expresiones  antagónicas del desorden íntimo provocan  tormentos, vínculos psíquicos con los desencarnados, conscientes o turbados por el trance de la muerte, generalmente, promueven  largos procesos obsesivos y causan infelices estados de perturbación que son capaces  de llevar a la delincuencia a la locura. La esfera de los llamados muertos siempre ha influido poderosamente  en la actividad  mental  de los llamados vivos. Al penetrarse recíprocamente  los dos continentes de la vida: el físico y el espiritual, es muy difícil establecer  el marco divisorio, capaz de definir con precisión donde uno empieza  y otro termina. Por eso, muerte es vida,  y vida en el cuerpo no deja de ser muerte… 
Los malos espíritus, pululan en la Tierra, por la inferioridad moral de sus habitantes. La acción maléfica de esos Espíritus es parte integrante de los flagelos con que la Humanidad se ve abrazada en este mundo. La obsesión que es uno de los efectos  de semejante acción, así como las enfermedades y todas las tribulaciones de la vida, debe ser considerada como probación  o expiación, y aceptada como tal.
Allan Kardec con los elocuentes testimonios de la inmortalidad del alma, de la comunicabilidad de los Espíritus, de la reencarnación y de las obsesiones, fue el que  presento una terapéutica conveniente  para ser aplicada  en las influencias malignas de los espíritus ignorantes. A partir de la publicación de “El Libro de los Médiums” en enero de 1861, en Paris, se presenta todo un conjunto de reglas un notable esquema de las facultades mediúmnicos, y un seguro estudio del Espíritu en sus diversas facetas, que culmina  con el examen  de las manifestaciones espiritas, de la organización de Sociedades y de conferencias  de los Espíritus Elevados, que trazaron rutas de seguridad  para los que ingresen  en la investigación racional de los fenómenos mediúmnicos.
La misión primordial de la Doctrina Espirita  es el despertar al hombre para su naturaleza especialmente espiritual, ayudándolo a convivir  con su mundo  de apariencias y el de  los seres del mundo invisible, que ejercen sobre nosotros  una acción muy fuerte capaz de influir profundamente  en nuestra vitalidad, en nuestro libre albedrio y hasta en nuestro destino, próximo o remoto.
El Espiritismo está destinado a liberar al hombre encarnado de la acción del medio que lo rodea,  de modo que pueda determinarse, concientizarse de sí mismo y actuar bajo el comando de su libre albedrio. En una palabra, a mejorarse interiormente.
En el plano físico, el hombre se mueve oprimido  por los intereses de sus semejantes, desde el núcleo familiar, que le exige  renuncias constantes  de sí mismo para  que pueda convivir razonablemente  con las personas que lo rodean.
Aquí en el plano físico el hombre domina la situación, pudiendo aceptar o no hacer las cosas.  El proceso  es abierto, las personas pueden ser analizadas, detectadas, incluso sentidas en su acción y puede decirse que nada ocurre, con su desconocimiento cuando se trata de una acción directa sobre su persona.
Sin embargo en el plano invisible o espiritual la cosa es bien diferente, nuestros sentidos no penetran en ese mundo esencial,  y todo lo que pasa en él, no pasa por nuestro conocimiento.  La acción de los Espíritus  sobre los encarnados, en el diario vivir del ser humano, es desconocido por este, porque no puede ver,  ni oír, ni sentir a los seres despojados del envoltorio carnal que  nos aísla del mundo normal y primitivo.
Los malos espíritus  explotan a los encarnados, pues tienen acceso, en todos los sentidos. Es muy importante  la organización de una defensa  para impedir  la acción de esas mentes  ocultas y  perversas, para no caer bajo su dominio, lo cual es mucho más fácil de lo que se piensa.
Allan Kardec, en la cuestión 459 de El Libro de los Espíritus pregunto: ¿Influyen los Espíritus  en los pensamientos y acciones de los encarnados? Y los Espíritus contestaron que su influencia es mayor de lo que pensamos, pues la mayoría de las veces son ellos los que nos dirigen.
El interés que mueve  a los Espíritus inferiores  a dominar  la mente de los encarnados y conducirlos  por los caminos  que ellos desean llevarlos  es a semejanza  de la de los hombres, su interés  es la satisfacción de sus instintos y de su orgullo.
Los espíritus ignorantes, situados  en los planos inferiores de la otra vida, en cavernas, absorben las energías de los encarnados y les vampirizan la vida como si fuesen  lampreas insaciables  en el océano del oxigeno terrestre. Suspiran por el retorno  al cuerpo físico, y persiguen las emociones del campo carnal con el desvarío de los sedientos en el desierto, absorbiendo reservas de fuerza de los seres encarnados  que les dan calor, desprevenidos del conocimiento superior. Pues en el fondo, las bases económicas de toda esa gente, residen, aun, en  la esfera  de los hombres comunes, y por esto, defienden apasionadamente, el sistema de robo psíquico dentro del cual se sustenta, junto a las comunidades en la Tierra.
Es conveniente  tomar conciencia  de ese flagelo que atormenta a la humanidad, para encontrar métodos adecuados con el fin de despertarlas sobre el peligro que corren cuando tienen la mente desprevenida y el corazón cerrado dentro de sí mismos, cuando se dejan atrapar en esas trampas de las sombras.
Sin asustar a las personas,  es necesario mostrar con las tintas de la realidad, cuantas y cuantas vampirizaciones  y  agresiones brutales son usadas en esas acciones nefastas de las sombras.
Pero, si el conocimiento de la materia está  con nosotros,  si el Espiritismo desde el inicio, se confiesa consciente de ese intercambio indeseable,  si tenemos más de 150 años de estudios e investigaciones ¿Qué nos falta  para enseñar a las personas, como analizar su pensamiento para identificarlo, y como defenderse de cualquier intromisión indebida  de los seres desencarnados?
Sabemos que todos los viciados, toxicómanos, alcohólicos, etc., etc., son víctimas de ese asedio, sin excepción. Si tuviesen conocimiento anterior de ese intercambio, tal vez resistiesen y usasen la razón  para rechazar una profundidad mayor de la dependencia, la subyugación impuesta por los Espíritus viciosos que comparten sus emociones y sensaciones groseras.
¡Cuántos hogares se desintegran bajo la intriga  mental de Espíritus malhechores entre los familiares incautos!
Cuantas persona enferman e incluso desencarnan, bajo la acción magnética  de mentes perversas, que ejecutan venganzas, o actúan para su propia satisfacción!
Ha llegado la hora de una cruzada esclarecedora en cuanto al intercambio  entre los mundos  visible e invisible, y son los espiritas los que pueden  hacerla.
La Doctrina Espirita posee antídotos, terapias especiales para  tan calamitoso mal de la obsesión.  Repitiendo las enseñanzas de Jesús, distiende lecciones  y rumbos    para aquellos que se acercan a sus fuentes vitales.
El mundo de los encarnados y desencarnados se interpenetran, ya que entre ambos no hay barreras que los separen ni fronteras  reales definidas.
Las orientaciones y socorros  en su gran mayoría proceden del Mundo espiritual, obtenidos en sesiones  realizadas  con la participación de diversos miembros de la Unión Espírita Bahiana, presidida por José Petitinga, el amigo incondicional de Cristo. Es gracias a él  que en el plano físico, se consiguió en cierto modo, acompañar  las disposiciones socorristas dedicadas  a  miembros envueltos  en tramas de la obsesión,  y es estudiando esta laboriosa tarea, que intentaremos extraer los conocimientos, para desarrollar el tema de esta conferencia, que no es otra, que desarrollar la protección que podemos utilizar para preservarnos de las influencias negativas.
Todos los apuntes  necesarios, se obtuvieron, con la valiosa cooperación de Petitinga y de las Entidades Superiores  que ayudaron en aquel intento, que fue un coronado éxito merced a la Divina Misericordia.
Los nobles luchadores de la mediúmnidad, los infatigables servidores  de las tareas de desobsesión,  se dedican   a los trabajos de socorro a los hermanos atribulados de ambos lados de la vida, cooperando con Cristo en  la implantación de un Mundo Mejor al que todos aspiramos.
Incesantemente los Espíritus ejercen su acción sobre el mundo moral y físico, actúan sobre la materia y sobre el pensamiento y constituyen  una de las potencias de la naturaleza, con ello una multitud de fenómenos  se efectúan que son explicados  racionalmente  por el Espiritismo. Constantemente los hombres nos relacionan con los espíritus, los buenos nos impulsan  hacia el bien, nos  sustentan en las pruebas de la vida y nos ayudan  a soportarlas con coraje y resignación. Los malos  nos incentivan al mal: les produce gozo vernos sucumbir y asemejarnos a ellos.
Allan Kardec invitado a participar en la lid de la cultura y de la información, empuñando el bisturí de la investigación, esclareció, con una Filosofía Científica – El Espiritismo -, extraída  de hechos debidamente comprobados, los misterios del oscurantismo, ofreciendo una terapéutica segura para las alineaciones torturantes, repitiendo   las experiencias  de Jesucristo junto a los endemoniados y enfermos de todo orden.
Clasificó como obsesión, a la gran mayoría  de los disturbios psíquicos y elaboró procesos de recuperación del obsesado, estudiando  a la luz de las reencarnaciones las causas anteriores de las aflicciones, valiéndose de un lenguaje  condicente con la razón  y experimentalmente demostrable.
La Codificación Kardeciano, monumento granítico levantado por los siglos venideros no resolvió el “problema del hombre”, puesto que solo al hombre le corresponde hacerlo. Sin embargo si ofrece las bases  y direcciones  seguras para que tenga una vida feliz, ética y socialmente armoniosa en la familia, en la comunidad donde fue llamado a vivir.
Con el advenimiento de la moderna Parapsicología, nuevos sucedáneos han sido creados para el espíritu inmortal  y mientras los investigadores se demoran ante el problema  de la designación nominativa que inspira  debates y controversias, la Doctrina  Espirita, aleccionando el amor y la fraternidad, el estudio y el conocimiento de la vida bajo la inspiración  de los Inmortales, dilata los brazos y libera  de los tejidos  vigorosos  de la obsesión, a aquellos  que por imprevisión o probación, se dejaron  arrastrar  a los oscuros precipicios de la anarquía mental, perturbados o subyugados por fuerzas vengativas de la Erraticidad, prescribiendo las mismas directrices morales  insertas en el Evangelio de Jesucristo, vivido en espíritu y Verdad.
EL Codificador  afirmó que “el conocimiento del Espiritismo”, lejos de facilitar el predominio de los malos Espíritus, tendrá  como resultado, a más corto u largo tiempo, cuando sea conocido por  toda la Humanidad, la destrucción  de ese predominio, de la obsesión, dando los medios de ponerse en guardia  de las sugestiones de ellos. El se valió en innumerables veces, pese a ser un conocedor del Magnetismo,  de diversos métodos de la Doctrina espirita  para liberarlos con seguridad, a través de la moralización del Espíritu perturbador y del sensitivo perturbado.
La Obsesión según Allan Kardec, es el dominio que algunos Espíritus logran adquirir sobre ciertas personas. Es practicada siempre por espíritus inferiores que tratan de dominar, pues los buenos espíritus  no infligen ningún constreñimiento, estos aconsejan, combaten las influencias de los malos espíritus y si no son escuchados, se retiran.
los Espíritus son las almas de los hombres, y desde todos los tiempos ellos  ejercieron influencia  saludable o perniciosa sobre la Humanidad. La facultad mediúmnica  no es más que el medio para manifestarse. A falta de esa facultad, lo hacen de otras mil maneras más o menos ocultas”.
“Los medios  de combatir la obsesión, aclara Allan Kardec,  varían de acuerdo con el carácter que ella reviste”. Y elucida: “Las imperfecciones morales del obsesado constituyen frecuentemente, un obstáculo para su liberación”.
Aun hoy en día, la obsesión continúa siendo  un escollo terrible para la paz y serenidad de la criatura humana. Los orígenes de la obsesión están en los pliegues del espíritu encarnado, hay obsesiones en escala infinita, y los obsesados consecuentemente, son de variedad infinita. La etiopatogenia  de tales disturbios mentales, es más amplia  que la clásicamente presentada, mereciéndose destacarse la denominación  de causa carmica.
Viajero de la Eternidad, el espíritu conduce los gérmenes    cármicos  que posibilitan la convivencia con los desafectos del pasado, ofreciendo una nefasta comunión.
El odio no es solo el factor causante de la obsesión,  ni tampoco es solo en la Tierra donde se localiza la obsesión, más allá de la sepultura, en las regiones dolorosas y aflictivas de imperioso reajustes , de impostergables despertar de conciencias, se enfrentan muchos verdugos y víctimas, donde comienzan las prosecuciones y subyugaciones psíquicas.
La obsesión bajo cualquier modalidad que se presente, es una enfermedad de largo curso que exige una terapia especializada de segura aplicación y de resultados  que no es posible lograr apresuradamente.
Por tanto, los tratamientos de la obsesión son complejos,  imponiendo una elevada dosis de renunciación y abnegación por parte    de aquellos que se ofrecen o se dedican a tal menester.

                                                     ( M.C.R.)

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" Aprendí que el tiempo cura, que lo malo pasa, que la decepción no mata, que hoy es el reflejo de ayer, que los verdaderos amigos permanecen y que los falsos, gracias a Dios, se van borrando.
 Comprendí que las palabras tienen fuerza, que la mirada no miente y que vivir es aprender con los errores. 
Aprendí que todo depende de la voluntad, que lo mejor es ser nosotros mismos,y que el secreto de la vida ¡es vivir !."
- El Libro de la vida-


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Eutanasia y vida

Amigos de la Tierra preguntan frecuentemente por la opinión de los compañeros desencarnados, con respecto a la eutanasia. Y creen que filósofos y científicos diversos se suman hoy a la idea de apoyar largamente la muerte administrada, sea por imposición de recursos medicamentosos o por abandono de tratamiento. Se declaran muchos de ellos impresionados ante los problemas de niños que surgen desfigurados desde la cuna, o frente a los portadores de enfermedades supuestamente irreversibles, muchas veces en estado comatoso en los recintos de asistencia intensiva. Algunos llegan a indagar si los pequeños excepcionales deben ser considerados como seres humanos y si existe piedad en prolongar los sufrimientos de los enfermos, tenidos como criaturas semi-muertas, insensibles ante cualquier reacción.

No obstante ellos imaginan eso ante la escasez de recursos espirituales de que disponen para dilatar la visión espiritual más allá de la etapa física.

Es preciso recordar que, en materia de deformación, los complejos de culpa determinan inimaginables alteraciones en el cuerpo espiritual.

El  hombre ve únicamente el vehículo orgánico en el que el espíritu viaja en el espacio y en el tiempo, buscando la propia evolución, pero habitualmente no aprecia los retoques de mejora o las dilapidaciones que el pasajero va imprimiendo en sí mismo, como efecto de la evaluación de los méritos y deméritos, cuando llegue el desembarque en la estación de destino. 

A la vista de eso, el hombre común no conoce la cara psicológica de nuestros hermanos suicidas y homicidas conscientes, o de aquellos otros que conscientemente se vuelven pesadillas o flagelos de colectividades enteras. Debidamente reencarnads en tareas de reajuste, no muestran sino el cuadro aflictivo que crearon para ellos mismos, toda vez que un espíritu desciende de sus propias obras y revela consigo aquello que hizo de sí mismo. 

Ante los niños en prueba o  de los hermanos enfermos, tenidos como irrecuperables, ¡ medita y ayúdalos !.

Nadie, por ahora, en las tareas del mundo físico, puede calcular la importancia de algunos momentos o de algunos días, para el espíritu temporalmente internado en un cuerpo doliente o deforme.

Delante de aquellos que se quieren refugiar en la desencarnación, compadécete y ayúdalo cuanto puedas.

Recuerda que la ciencia humana es siempre un hecho admirable, en transformación constante, muy respetable por los beneficios que presta. Sin embargo, no te olvides de que la vida es siempre formación divina y, por eso mismo, en cualquier parte será siempre un acto permanente de amor.

De “Diálogo de los Vivos”, de Francisco Cándido Xavier e J. Herculano Pires – (Espíritus Diversos)

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¿ La mediumnidad conlleva alguna responsabilidad  ?.-

     Toda persona que posea una facultad mediúmnica  tiene una responsabilidad moral que le obliga a su buen uso, pues no es casualidad que la posea, sino que debe tener presente que es para beneficio de los espíritus encarnados y desencarnados , así como  para su propio desarrollo evolutivo.
    El médium puede influir en la interpretación de la información que le transmiten los espíritus comunicantes, debido a falta de higiene mental, por la intervención de su súper ego, su conciencia, etc, o bien por  otros problemas humanos, como son las patologías de poder o de egocentrismo, etc.
     El mejor médium es aquel que consigue que su facultad  solamente  sirva como instrumento o canal de manifestación a  Espíritus positivos, sin dejarse   envolver por otros  Espíritus mixtificadores de baja condición moral , y sin perder de vista el importante objetivo de emplear su  mediumnidad  para servir y ayudar a Seres sufrientes  y  obsesores , mediante sus trabajos o actividades  mediúmnicas.  
   Por tanto el médium  consciente de su responsabilidad se debe de  esforzar constantemente en ser ejemplo de virtudes humanas y en llevar una vida  sobria y sencilla, siendo  desinteresado y caritativo  en la mayor medida posible, manteniendo una sintonía espiritual lo más elevada posible. Asimismo deberá cuidar por mantener un cuerpo sano y una mente sana, de modo que a ella solo accedan espíritus  moralmente sanos.
   Todas las manifestaciones de espíritus que reciba las deberá pasar cuidadosamente por el tamiz de la razón, analizándolas preferiblemente bajo el prisma de lo que aconseja la filosofía y el conocimiento espírita, y  huyendo así  de la fácil credulidad y del fanatismo. La vigilancia en este análisis debe ser siempre una norma que no deberá descuidar, no impresionándose con nombres pomposos ni con entidades engañosas que traen  altas dosis de banalidad.
        Por el fruto se conoce al árbol, y al médium se le conoce por su  integridad y nivel moral, cuando a través de su facultad solo se manifiestan Espíritus de moral elevada, que jamás se contradicen o que usan  un lenguaje vulgar; sin embargo al médium de baja condición moral y por tanto poco fiable, que mercadea con la mediumnidad y se alía con Espíritus vulgares que vibran en su misma baja sintonía, y se complacen con liviandades,  si  su facultad le es fuente de ingresos, aunque deje de tenerla la sigue fingiendo para seguir viviendo del fraude y del engaño. Los que así actúan teniéndose por espíritas, posiblemente no sean conscientes del gran daño que hacen al verdadero Espiritismo, al que emborronan, y a la mediumnidad que presentan a la opinión pública como un fraude o una superstición.
          Por lo dicho anteriormente, el médium tiene el deber moral de vigilarse, teniendo en cuenta de que es un ser humano falible como cualquier otro, y portador de una facultad que le puede ser un instrumento de felicidad o de desgracia, según el uso que le dé. Tiene la responsabilidad moral de esforzarse por un mejoramiento espiritual propio, que le permita atender a Seres elevados que tengan algo que comunicar, y el único camino para lograr este mejoramiento es el caminar con la Entidad Espiritual más elevada, que sea después de Dios, el mayor exponente de su fe, como por ejemplo lo es Jesús para los Cristianos; la cuestión es que vayan asumiendo el Pensamiento Crístico apoyado en una correcta educación espírita. Esto le llevará a un aumento cada vez mayor de su capacidad de manifestar Amor y Caridad, lo cual le conducirá a aumentar su capacidad de percepción espiritual.
      Asimismo debe tener muy presente que siendo médium,  tiene una  facultad y  no la tiene por casualidad, ni es un juguete, sino que la tiene  para algo serio y positivo, y que deberá responder de su uso. Esto es así de por vida, del mismo modo que el inteligente no puede dejar de serlo voluntariamente, o el que sabe leer ya no puede volver a decir que no lee más, pues aunque no quiera toda palabra impresa que se ponga ante su vista la leerá y sabrá lo que dice, pues en este ejemplo, la facultad de la lectura ya es inherente a su realidad humana.
  No obstante lo dicho, hay casos de facultades mediúmnicas, que por causa de mal uso con perjuicio grave de otras personas, finalmente son retiradas o entorpecidas desde el plano espiritual, pues si un médium se convierte en un obsesado y un coladero de Espíritus malignos y obsesores, es mucho el daño que estos pueden hacer, en él, cuando la mediumnidad está fuera de control. Esto mismo es lo que ha sucedido a veces a médiums que lo eran realmente y por la notoriedad alcanzada, llegaron a vivir cómodamente de su facultad; cuando esta les fue retirada, tuvieron que seguir fingiendo por un tiempo hasta que fueron descubiertos en el fraude.

- José Luis Martín -

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“Precisa dar de gracia lo que se recibe de gracia, porque es muy perjudicial y antiespírita hacer de la protección de lo Alto una profesión lucrativa.Es bueno hacer la caridad, pero es muy malo explotarla”
                                                         -Miguel Vives (El tesoro de los espíritas)-

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EDUCAR A LOS HIJOS, ES EL DESAFÍO PARA UN MUNDO SIN VIOLENCIAS




Periódicos, red de TV, revistas, radios e Internet noticiaron un crimen horroroso ocurrido, recientemente, en Goiania. Un joven, consumidor de drogas, confesó haber matado y descuartizado a una joven inglesa en su apartamento. El abogado de la familia del asesino intento justificar   la personalidad agresiva, su cliente, alegando que el sentimiento de “perdida” del padre, un policía muerto en servicio, podría ser el motivo que lo llevó al vicio de las drogas ilícitas, y, consecuentemente, al extremado grado de perversidad. Sin embargo, según los amigos más próximos, el asesino, además de vivir a expensas de la madre,  no tenia empleo, no estudiaba, no hacia cosa alguna y, consecuentemente, vivía ajeno a todo lo que acontecía a su alrededor.

 Ante el macabro episodio, la madre de la joven inglesa asesinada afirmó que temía la relacción de la hija con el tráfico y uso de las drogas. El padre de la chica, según parientes, nunca estuvo presente para ayudar  en su educación. Se sabe que la chica muerta estuvo un año internada en una institución para tratamiento de adictos, en Inglaterra. Para la madre, “la hija no era un ángel”, pero - no merecía morir así, pues aun tenia toda una vida por delante, y, a causa de un “monstruo humano”, no podría realizar sus sueños, - exclamó .

 La violencia contra la joven inglesa, aunque bárbara, y cuya explicación no es tarea simple, nos obliga a tomar lecciones directas que pasan, invariablemente, por la cuestión de la educación de nuestros hijos. Antes de cualquier comentario, y para no precipitarnos en un análisis frió de la conducta ajena, sabemos  de la necesidad de revisar los procesos educativos que adoptamos para nuestros descendientes, y, si fuera preciso, corregir mientras haya tiempo. Como adeptos del espiritismo, debemos suministrar  la educación “espirita” a  nuestros hijos, y no podemos dejar de hacerlo bajo cualquier pretexto. Los Espíritus nos aclaran  que la fase infantil, en su primera etapa, hasta los siete años, aproximadamente, es más accesible a las impresiones que recibe de los padres, razón por la cual no podemos olvidar  nuestros deberes de orientarlos en cuanto a los contenidos morales.   Como el encarnado trae mucho de la experiencia de la vida anterior, en ninguna hipótesis esa primera etapa debe ser encarada con indiferencia. Hasta porque, la errónea idea de que la criatura debe desenvolverse  con la máxima noción de libertad puede dar margen a trágicas consecuencias. “La criatura libre es la simiente del criminal. La propia reencarnación se constituye, en si misma, restricción considerables a la independencia absoluta del alma  necesitada de expiación y correctivo.

 Por tanto, los padres deben enseñar la tolerancia más pura,  más no desdeñemos la energía, cuando sea necesaria en el proceso de la educación, reconocida la heterogeneidad de las tendencias  y la adversidad de los temperamentos.

 Como ilustra Emmanuel: “Enseñarles el respeto por el infortunio ajeno, para que sean igualmente amparados en el mundo, en la hora de la amargura que les espera, común a todos los espíritus encarnados. En los problemas del dolor y del trabajo, de las pruebas y de la experiencia, no debe dar razón a cualquier queja de los hijos sin un examen desapasionado y meticuloso de las cuestiones, elevándoles el sentimiento hacia Dios, sin permitir que se estacionen en la futilidad  o en los prejuicios morales de las situaciones transitorias del mundo. Cumpliendo ese programa de esfuerzo evangélico, en la hipótesis de que fracasaran todas  sus dedicaciones y renuncias, les compete a las madres incomprendidas entregar el fruto de sus labores a Dios, prescindiendo de cualquier juicio del mundo, pues el Padre Misericordioso sabrá apreciar sus sacrificios y bendecir sus penas, en el instituto sagrado de la vida familiar. “

     Por tanto, los padres espiritas deben conducir enérgicamente a los hijos para la educación  de la evangelización espirita,  pues, cualquier indiferencia en ese particular, según Emmanuel “puede conducir  a las criaturas a los prejuicios religiosos de otra persona, al apego del convencionalismo, y a la ausencia del amor  a la verdad.”  Descarte, actuar contrariamente a esas normas es abrir  para el criminal de entonces la misma puerta larga para los excesos de toda suerte, que conducen  al aniquilamiento y al crimen. “Los padres espiritistas deben comprender  esa característica de sus obligaciones sagradas, entendiendo que el hogar no se hace para la contemplación egoísta de la especie, más, si, se exige  la renuncia y el sacrificio de una existencia entera.”

 ¿Como debemos actuar para cumplir, evangelicamente nuestros deberes, conduciendo a los hijos para el bien y para la verdad?  Los padres deben ser el exponente divino de toda la comprensión espiritual y de todos los sacrificios por la paz de la familia. La misión de los padres, principalmente la de la madre, se resume en dar siempre el amor de Dios, que puso en el corazón de las madres la sagrada esencia de la vida. En las labores del mundo, existen aquellas (madres) que se dejan llevar por el egoísmo del ambiente particular; con todo, es preciso recordar a tiempo, de modo  para no viciar la fuente de ternura. “La madre terrestre debe comprender, antes de todo, que sus hijos, primeramente, son hijos de Dios.”

 Los hijos, cuando son criaturas, registran en su psiquismo todas las actitudes  de los padres,  tanto las buenas como las malas, manifestadas en la intimidad del hogar. Por esta razón, los padres deben estar siempre atentos  e, incansablemente, buscando  un dialogo franco con los hijos, sobre todo, amándolos, independientemente, de cómo se sitúan en la escala  evolutiva. Sea coincidente o no, los jóvenes que dependen exageradamente de los tóxicos (como en el caso de Goiania),  son poco amados por los padres, sintiéndose dislocados  en el grupo familiar o se consideran poco atrayentes, etc. Por esta y  otras muchas  razones, los padres deben transmitir  seguridad a los hijos a través del afecto y del cariño constante. Al final, todo ser humano necesita ser amado, simpatizado, aun mismo teniendo conciencia de sus defectos, dificultades y de sus reales diferencias.

     Otra posición a ser observada es nunca partir para actitudes extremas, como, por ejemplo: violencia verbal, violencia física o aun, movida por extremada impaciencia, expulsar a un hijo de casa. Cualquier acto precipitado de los padres podrá revertir  contra ellos mismos, en el futuro, y lanzarlos al dolor del arrepentimiento tardío. Conviene que no se olviden, principalmente, de que la oración fervorosa es la más poderosa  herramienta de que dispone el hombre como solución contra cualquier sugestión del mal. Por hablar de solución, existen varias maneras paralelas de ayuda a los que dependen de las drogas: tratamiento médico; terapias cognitivas y comporta mentales; psicoterapias; grupos de auto ayuda, a considerar: Alcohólicos  Anónimos, Narcóticos Anónimos, etc. Las familias  que se deparan con un drama de esos en el hogar, en primer lugar deben procurar fuerzas en Dios, y en Jesús porque El no vino solamente para los sanos, fundamentalmente, vino para los enfermos.

     El espiritismo no propone soluciones especificas, reprimiendo o reglamentando cada actitud, ni dicta formulas mágicas de buen comportamiento a los jóvenes. Prefiere acatar, en toda su amplitud, los dispositivos de ley divina, que aseguran a todos el derecho de elegir (el  libre albedrío)  y la responsabilidad consecuente de sus actos. Por todas esas razones, precisamos aprender a servir  y perdonar, socorrer y ayudar a los jóvenes entre las paredes  del hogar, sustentando  el equilibrio de los corazones que se nos asocian a la existencia y, si nos entregamos realmente en el combate  a la deserción del bien, reconoceremos los prodigios que se obtienen de los pequeños sacrificios en casa por la base de la terapéutica del amor.

    Desde temprana edad, debe enseñarse a la criatura a huir del abismo de la libertad, controlando las actitudes y concentrando las posiciones mentales,  pues  esa es la ocasión   más propicia  para la edificación de las bases de una vida. Urge resaltar que cuando los hijos son rebeldes e incorregibles,  impermeables a todos los procesos educativos, “los padres, después de intentar todos los procesos de amor y de energía en el trabajo de orientación educativa de los hijos, que sin discontinuidad de la dedicación y del sacrifico, esperen  la manifestación de la Providencia Divina para el esclarecimiento de los hijos incorregibles, comprendiendo  que esa manifestación debe llegar a través de dolores y de acerbas pruebas, de manera a señalarles, con éxito, el campo de la comprensión y del sentimiento.”

- Jorge Hessen-
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" Cada semilla del odio dejada en el camino, siempre se convierte en plantación de infelicidad, proporcionando una amarga cosecha.
Sólo el amor tiene el precioso recurso para proporcionar armonía y la alegría de vivir".
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