viernes, 28 de octubre de 2016

¿ Y después ?.....





                          ESPÍRITUS ERRANTES


223 – ¿El alma se reencarna inmediatamente después de su separación del cuerpo?
– Algunas veces reencarna de inmediato, pero con más frecuencia después de intervalos más o menos largos. En los mundos superiores la reencarnación es casi siempre inmediata. Siendo menos grosera la materia corporal, el Espíritu encarnado goza allí de casi todas sus facultades de Espíritu y su estado normal es el de vuestros sonámbulos lúcidos.

224 – ¿En qué se convierte el alma en los intervalos de las encarnaciones?
– En un Espíritu errante que aspira a su nuevo destino.
– ¿Cuál puede ser la duración de esos intervalos?
– Desde algunas horas a algunos millares de siglos. Por lo demás, hablando con exactitud, no hay límite extremo señalado para el estado errante, que puede prolongarse mucho tiempo; pero nunca es perpetuo, pues el Espíritu puede siempre, tarde o temprano, volver a empezar una existencia que sirve para purificar sus existencias anteriores.
– ¿Esta duración está subordinada a la voluntad del Espíritu, o puede serle impuesta como expiación?
«Es consecuencia del libre albedrío. Los espíritus saben perfectamente lo que hacen; perolos hay también para quienes aquélla es un castigo impuesto por Dios. Otros piden la prolongación de semejante estado para proseguir ciertos estudios que sólo los espíritus errantes pueden hacer con provecho».

225. ¿La erraticidad es en si misma señal de inferioridad del espíritu?
»No; porque hay espíritus errantes de todos los grados. La encarnación es un estado transitorio, como tenemos dicho, y en estado normal el espíritu está desprendido de la materia».

226. ¿Puede decirse que todos los espíritus que no están encarnados están errantes?
«Los que se han de reencarnar, sí; pero los espíritus puros que han llegado a la perfección, no están errantes: su estado es definitivo».
 Bajo el aspecto de las cualidades intimas, los espíritus son de diferentes órdenes o grados que sucesivamente recorren, a medida que se purifican. Por su estado, pueden estar: encarnados, es decir, unidos a un cuerpo; errantes, es decir, separados del cuerpo material y esperando una nueva encarnación para mejorarse, y pueden ser espíritus puros, es decir, perfectos y sin necesidad de nuevas encarnaciones.

227. ¿De qué modo se instruyen los espíritus errantes, pues sin duda no lo hacen de la misma manera que nosotros?
- Estudian su pasado y buscan los medios de elevarse. Ven,  observan lo que ocurre en los lugares que recorren. Escuchan los  discursos de los hombres esclarecidos y los consejos de los Espíritus  más elevados que ellos, y esto les da ideas que no tenían.

228. ¿Conservan los Espíritus algunas de las pasiones humanas?
- Los Espíritus elevados, al perder su envoltura, sólo conservan  las pasiones del bien. Pero los Espíritus inferiores continúan con las  malas. De lo contrario pertenecerían a la primera jerarquía.

229. ¿Por qué los Espíritus, al dejar la Tierra, no se liberan de todas  sus malas pasiones, puesto que ven sus inconvenientes?
- Tienes en ese mundo a personas que son envidiosas en  extremo: ¿crees acaso que tan pronto como lo abandonan pierden ese defecto?
 Les queda, luego que parten de la Tierra, sobre todo a  aquellos que han alimentado pasiones muy intensas, una especie de  atmósfera que los circunda y les comunica todas esas cosas nocivas,  porque el Espíritu no está desprendido por completo. Sólo por  momentos entrevé la verdad, como para señalarle el buen camino.

230. ¿Progresa el Espíritu en estado errante?
- Puede mejorar mucho, pero siempre según sean su voluntad y  su deseo. Mas es en la existencia corpórea donde pone en práctica las  nuevas ideas que ha adquirido.

231. Los Espíritus errantes ¿son dichosos o desventurados?
- Más o menos, conforme a su mérito. Sufren pasiones cuyo resabio han conservado, o son felices, según estén más o menos desmaterializados. En estado errante, el Espíritu entrevé lo que le  falta para ser dichoso, y entonces busca los medios de alcanzarlo.
Pero no siempre se le permite reencarnar a voluntad, y esto  constituye un castigo.

232. En estado errante ¿pueden los Espíritus ir a todos los mundos?
- Según: cuando el Espíritu ha dejado el cuerpo no se halla por  eso enteramente desprendido de la materia y pertenece aún al mundo  en que ha vivido, o a un mundo de igual grado, a menos que en el  transcurso de su vida se haya elevado, y en esto reside el objetivo a  que debe tender, sin lo cual no se perfeccionaría jamás. Sin embargo, puede trasladarse a ciertos mundos superiores, pero en tal caso estará  allí como un extranjero. No hace más que entreverlos, si así vale decirlo, y eso es lo que le infunde el deseo de perfeccionarse para ser  digno de la felicidad que allí se goza y poder habitarlos más tarde.

233. Los Espíritus ya depurados ¿vienen a los mundos inferiores?
- Lo hacen con frecuencia, a fin de ayudarles a progresar. A no  ser por ellos, esos mundos se encontrarían librados a sí mismos, sin  guías que los dirigieran.

 LIBRO DE LOS ESPIRITUS - ALLAN KARDEC

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 ¿Qué podemos deducir de la existencia de  los fenómenos Paranormales?

      La principal deducción que se obtiene de la realidad de todos estos fenómenos, es  la existencia  de otra dimensión diferente de la nuestra como Seres humanos, así como  de  la existencia y continuidad del mismo en esa otra dimensión, en donde sigue existiendo el Ser humano tras su muerte. Por todos estos fenómenos  podemos deducir que después de  nuestra muerte, seguimos  existiendo  o algo de nosotros sigue existiendo de  forma diferente a como existimos ahora, y esto es  precisamente lo que desde siempre han intuido los pueblos, con sus  brujos, chamanes,  y profetas que trataban de demostrarlo mediante sus  mediaciones y sortilegios.
             Esta fenomenología nos lleva a comprender que somos algo más que materia;  conocemos  que ella  queda en la sepultura y se disgrega al paso del tiempo, pero no así la  energía mental que tenemos, la fuerza de voluntad, la inteligencia, la mente, los sentimientos, la voluntad que obraban en ella, el espíritu en definitiva. También vienen a ser una llamada de atención para que el hombre piense y razone sobre el por qué y el para qué de los mismos, y comprenda que tras esta vida terrenal que siempre es efímera por larga que parezca, detrás hay una forma de vida diferente en otra dimensión o forma existencial, que llamamos dimensión espiritual  o planos espirituales.
 Los  fenómenos paranormales no son un “invento moderno”, pues estos siempre existieron como algo normal y cotidiano entre los primeros núcleos humanos, y más tarde fueron tenidos como milagros por las religiones, simplemente a causa del desconocimiento de las leyes físicas o naturales de otra índole que intervenían en ellos.  Este  es  por ejemplo  el caso de las apariciones de fallecidos, de dioses o demonios, los  fenómenos de Polstergeist, etc.. Por si mismos, estos fenómenos evidencian que los Seres humanos somos mucho más que un cuerpo de carne y huesos que se mueve y deambula sin  mucho sentido  en su camino por este mundo,  ignorando el sentido existencial de nuestras vidas, a pesar de que nos vanagloriamos de nuestra superior inteligencia. Realmente hay una realidad impalpable e invisible que nos rodea; que no la vemos, pero no por ello es menos real.
    En síntesis, vamos a fijarnos en cual es el “ motor” de estos fenómenos. Si nos fijamos en los clasificados como “anímicos”, llegamos a la conclusión de que tras ellos hay una fuerza inteligente y libre, a la que llamamos alma o espíritu,  que actúa a través de la propia mente del sujeto dotado psíquicamente, o sea, el suyo propio. Y si nos referimos a los mediúmnicos, la misma fuerza inteligente que se manifiesta o que los origina, es también de  un espíritu, pero en este caso un espíritu desencarnado, ajeno a la persona dotada o “médium” por la que se manifiesta el fenómeno.

- Jose Luis Martín -

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                                      ¿ Y DESPUÉS ?.....




  


   El ser humano es el único dotado de razón, por eso es llamado  racional.

Ser racional es razonar  con sabiduría, es saber discernir, es pensar, utilizando el buen sentido y la lógica antes de cualquier actitud.

Todavía, buena parte de nosotros no actuamos con la sabiduría necesaria para evitar problemas y sinsabores perfectamente evitables.

Normalmente, actuamos antes y pensamos después, tardíamente, cuando percibimos que los resultados de nuestra acción nos  disgustan.

Paulo, Apóstol, que tenia la lucidez de la razón, advierte con sabiduría: “todo me es licito, más no todo me conviene”.

Quiso decir con eso que todo nos es permitido, más que la razón nos debe orientar de que no todo nos conviene.

Desde el punto de vista físico, cuando comemos o bebemos algo que nos hace mal, no pensamos en el después, porque el después es fatal.

Si nuestro organismo es frágil a ciertos tipos de alimentos, debemos pensar en las consecuencias antes de ingerirlos,  aunque nuestra voluntad diga lo contrario.

Nos preguntamos: ¿y después? ¿Como será después?

Recordamos la pesadez, el mal estar de otros disturbios anteriores.

Si tenemos deseos de hacer huso de las drogas, sean ellas socialmente aceptadas o no, pensemos antes, no después. ¿Tal vez soportaré con valentía las enfermedades provenientes de esos vicios?   ¿Será un precio muy alto por algunos momentos de satisfacción?

¿Cuando sentimos la voluntad de utilizar la tarjeta de crédito, por la facilidad que ella ofrece, acostumbramos a pensar en el después?  ¿Pensamos como vamos a pagar la cuenta?

¿Cuándo recibimos una invitación de las propagandas para el consumo desenfrenado, ponderamos racionalmente sobre la necesidad de la adquisición, o compramos antes para constatar, luego, que no necesitamos de aquel objeto?

En el campo de la moral no es diferente.

¿Cuando surge el deseo de gozar algunos momentos de placer, pensemos:  ¿y después?

¿Cuáles serán las consecuencias de ese acto que deseo realizar? ¿Acaso lo soportaré valientemente, sin reclamar a Dios ni juzgar  la responsabilidad sobre los otros?

Cierto día conversando con un fiscal retirado, le oí hablar al respecto del vacío que sentía  en la intimidad y en la conciencia marcada por los actos  incoherentes  que practicó durante su vida.

Buscó, en la actividad profesional, sacar provecho de todas las situaciones. Solucionaba todo con algún “provecho” y con mucha propina, pero nunca había pensado en el después.

...Y el después llegó. La vejez  lo alcanzó  como alcanza a las personas honestas, pero su conciencia  tenia un peso descomunal, y una sensación  de malestar le invadía el alma.

No conseguía mirar a los ojos de los hijos y los nietos, sin pensar en lo inescrupuloso que había sido. Sin pensar en el tipo de sociedad que había  ayudado a construir  para dejarla de legado a sus afectos.

De esa forma, antes de tomar cualquier actitud, preguntémonos a nosotros mismos. ¿Y después?

Mejor que resistamos por un momento y tengamos la paz interior, que  gozar por un minuto y tener el resto de la vida para arrepentirnos.

Redacción de Momento Espírita

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Necesitamos erradicar el odio, la envidia, los celos, la discordia de nosotros mismos, para que podamos llegar a una solución en materia de paz, de modo que sintamos que  “los Tiempos Han Llegado " para la Felicidad Humana.

Del Libro "Palabras de Luz" de Chico Xavier 

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DOBLE VISTA.- CONOCIMIENTO DEL PORVENIR.

Casi nunca es permanente la doble vista; por punto general se produce espontáneamente, en ciertos momentos, sin ser efecto de la voluntad, y provoca una especie de crisis que a veces modifica sensiblemente el estado físico. La vista tiene algo de vaga, parece que se mira sin ver, y toda la fisonomía refleja una especie de exaltación.
Es de notar que las personas que gozan de esta facultad no se dan cuenta de ello; les parece natural como la de ver con los ojos; lo consideran como un atributo de su ser, sin que bajo ningún concepto la reputen excepcional. Añadid que el olvido sigue a menudo a esa lucidez pasajera, cuyo recuerdo, haciéndose mas y mas vago, concluye por desaparecer como el de un sueño.
Hay grados infinitos en la intensidad de la doble vista, desde la sensación confusa, hasta la percepción tan clara y neta como en el sonambulismo.


Faltándonos un término para expresar este estado especial, y sobre todo para designar a los individuos que de él son susceptibles, se ha empleado la palabra vidente, y aunque no exprese exactamente la idea, la adoptaremos hasta nueva orden, a falta de otra mejor.
Si comparamos ahora los fenómenos de la clarividencia sonambúlica con la doble vista, se comprende que el vidente pueda tener percepción de las cosas ausentes: como el sonámbulo, ve a distancia, sigue el curso de los acontecimientos, juzga de su tendencia, y puede, en ciertos casos, prever su resultado.
Este don de la doble vista es el que, en estado rudimentario; da a ciertas personas el tacto, la perspicacia, una especie de seguridad en sus actos, que puede llamarse la certeza del vistazo moral. Más desarrollado, despierta los pensamientos; algo mas aún, presenta los acontecimientos, realizándose o a punto de realizarse, y llegado, en fin, a su apogeo, es el éxtasis en estado de vigilia.
Según dejamos dicho, el fenómeno de la doble vista es casi siempre natural y espontáneo; mas parece que tiene lugar con más frecuencia bajo la influencia de ciertas circunstancias. Los tiempos de crisis, de calamidad, de grandes emociones, todas las causas, en fin, que sobreexcitan la parte moral, provocan el desarrollo de aquel. Parece que la Providencia, en presencia de mayores peligros, multiplica alrededor de nosotros, la facultad de prevenirlos.
Ha habido videntes en todos los tiempos y en todas las naciones: mas parece, sin embargo, que ciertos pueblos tienen naturalmente una mayor predisposición.
Se dice que el don de la doble vista es muy común en Escocia. Con mucha frecuencia se observa también en las gentes del campo y en los habitantes de las  montañas.
Los videntes han sido juzgados de diverso modo, según los tiempos, las costumbres y el grado de civilización. Para los escépticos son cerebros echados a perder, alucinados: las sectas religiosas los han constituido en profetas, sibilas y oráculos; en los siglos de superstición y de ignorancia, eran hechiceras a quienes se quemaba. Para el hombre sensato que cree en la potencia infinita de la naturaleza y en la inagotable bondad del Creador, la doble vista es una facultad inherente a la especie humana, por medio de la cual Dios nos revela la existencia de nuestra esencia inmaterial. ¿Quién no reconoce un don de esta naturaleza en Juana de Arco y en una multitud de otros personajes que la historia califica de inspirados?
Con frecuencia se ha hablado de las echadoras de cartas que dicen cosas sorprendentes por su exactitud. Estamos muy lejos de constituirnos en panegiristas de los que dicen la buenaventura, que explotan la credulidad de los espíritus débiles, y cuyo lenguaje ambiguo se presta a todas las combinaciones de una imaginación excitada. Pero, no es nada imposible que ciertas personas que se dedican a ese oficio, tengan el don de la doble vista, aun a pesar suyo, de modo que las cartas no son para ellas más que un medio, un pretexto, una base de conversación. Hablan según lo que ven, y no según lo que indican las cartas que apenas miran.
Lo mismo sucede con los otros medios de adivinación, tales como las líneas de la mano, la borra del café, la clara de huevo y otros símbolos místicos. Las líneas de la mano tienen quizá mas valor que todos los otros medios, no por si mismas, sino porque los presuntos adivinos, si están dotados de la doble vista, al tomar y palpar la mano del que los consulta, se encuentran en relación mas directa con él, según tiene lugar en las consultas sonambúlicas.
Puede colocarse a los médiums videntes en la categoría de las personas que gozan de la doble vista. Como estos últimos, los médiums videntes creen, en efecto, ver con los ojos; pero en realidad es el alma la que ve, y he aquí la razón de por qué ven tanto con los ojos abiertos como cuando los tienen cerrados; de lo que se sigue necesariamente que un ciego podría ser médium vidente lo mismo que uno que tenga la vista intacta. Sería interesante estudiar si semejante facultad es más frecuente en los ciegos. Nos inclinamos a creerlo, atendiendo a que, como podemos convencernos por la experiencia, la privación de comunicar con el mundo exterior, por falta de ciertos sentidos, da en general más fuerza a la facultad de abstracción del alma, y por consiguiente, mayor desarrollo al sentido íntimo con el que nos ponemos en comunicación con el mundo espiritual.


OBRAS PÓSTUMAS. ALLAN KARDEC.


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    ! HAYA PACIENCIA ¡



Uno de esos días, parado con el coche, esperando que se abriese el semáforo, quedé distraído y no percibí que ya había  cambiado al verde. Fue cuestión e unos 5 segundos, pero el suficiente para hacer que el conductor de atrás tocase  su claxon frenéticamente.
Calmadamente, metí la primera y salí con el coche. Al pasar por mi lado, hizo una señal indecorosa y, pude leer en sus labios un nada amistoso homenaje a mi progenitora que, ciertamente, él no conoció, pues desencarnó hace más de 15 años.

El caso es que esto me puso a pensar en como estamos siempre con prisa, tal vez al contrario del universo. Estamos en contra del flujo del universo, porque todo mensaje que nos es enviado por él, nos pide  que tengamos más calma o , mejor dicho, que entrenemos la paciencia.
Quien quiere todo para ayer, aun no se dio cuenta de que la vida tiene su propio tiempo y turno. Esperar es una constante de la vida en la Tierra. Aunque no quiera, nadie puede  vivir sin esperar. Un amigo, amonestado porque con frecuencia hacía esperar a su jefe, no perdía la ocasión para hacer bromas. Él le decía que podía esperar; que además  si esperó 9 meses para nacer, no había problema alguno en esperar 5 minutos más para tener un informe de calidad, con informaciones preciosas que le ahorrarían mucho de su tiempo,- le decía el osado amigo.
 La verdad es que, cuanto un indivíduo más se tiene en alta estima, menos le gusta  esperar. ¡Ah !, las novias no entran en ese análisis; ellas pueden tener prisa y hacer esperar a otros.
Pero son las novias....
Por esas y otras, pienso que un desafío colectivo para quien vive en la Tierra es el esperar. Eso mismo. Esperamos 9 meses para nacer, más algunos años para hablar, más un tiempo para andar.... Esperamos en tránsito, en las filas, esperamos para retirarnos, esperamos llegar a la Olimpiada y a la Copa del Mundo, esperamos las fiestas y los viernes, esperamos al amigo, esperamos llegar al examen, a la conexión de la red, esperamos a alguien para casarnos y ¡ pásmense !, esperamos hasta la felicidad.
Eso sin contar que hasta quen paga la cuenta, espera llegar al médico, y a quien depende de SUS... Bien, quien depende de SUS, no sabe si el médico llegará....
Además, paciencia para esperar que el dolor pase a la fase difícil, ya todavía,es de por sí, un remedio que alivia. Si, un remedio. Cuanto más nos desesperemos más los dolores, ya sean de orden moral o físico, se volverán fuertes. La paciencia y el remedio que permite disminuir la potencia del dolor. Hay, además, un bello mensaje en El Evangelio según el Espiritismo, que trae el nombre de Paciencia. El mensaje dice, entre tantas cosas interesantes, que cuando miramos para abajo, verificaremos que tantas personas sufren dolores más agudos que los nuestros. O sea, es preciso capacitar su paciencia y aprender a esperar, pues todo, absolutamente todo pasa, y cuando tenemos más resignación, los dolores no se tornan insoportables.

                El tráfico es más leve, el médico llega más rápido, ls exámenes no demoran tanto, la conexión de internet funciona de forma más eficaz cuando ejercitamos la paciencia.
Entonces, de todo lo que abordamos, nos cabe entender que es importante conquistar la paciencia, y que la vida nos entrena constantemente para eso.
No siempre el tiempo que juzgamos adecuado lo es para Dios, eso se debe a que Él creó la vida llena de situaciones que nos enseñan un bello aprendizaje: aprender a esperar, en definitiva, buscar la paciencia para que la vida sea más leve, menos estresante.

Y que haya paciencia...

- Wellington Balbo -

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