viernes, 4 de noviembre de 2016

Los falsos profetas


                               

        MUNDOS REGENERADORES

Entre esas estrellas que resplandecen en la bóveda azulada, ¡cuántos mundos hay como el vuestro designados por el Señor para expiación y p...ara prueba! Pero los hay también más miserables y mejores, así como los hay transitorios que pueden llamárseles regeneradores. Cada torbellino planetario, corriendo en el espacio alrededor de un foco común, arrastra con él sus mundos primitivos, de destierro, de prueba, de regeneración y de felicidad. Se os ha hablado de esos mundos en donde es colocada el alma naciente, cuando ignorante aún del bien y del mal, puede marchar hacia Dios, dueña de si misma, en posesión de su libre albedrío; se os ha hablado de cuán amplias facultades ha sido dotada el alma para hacer el bien; pero ¡ah! las hay que sucumben y no queriendo Dios anonadarlas, las permite ir a esos mundos en donde, de encarnaciones en encarnaciones, se purifican, se regeneran y se harán dignas de la gloria que se les ha destinado.

17. Los mundos regeneradores sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices; el alma que se arrepiente encuentra allí la calma y el reposo acabándose de purificar. Sin duda en esos mundos el hombre está aun sujeto a las leyes que rigen la materia; la humanidad experimenta vuestras sensaciones y vuestros deseos, pero está dispensada de las pasiones desordenadas de las que sois esclavos; allí no existe el orgullo que hace callar el corazón, la envidia que lo tortura y el odio que lo ahoga; la palabra amor está escrita en todas las frentes, y una perfecta equidad arregla las relaciones sociales; todos reconocen a Dios y procuran ir a El siguiendo sus leyes.

Con todo, allí no se encuentra aún la perfecta felicidad, pero sí su aurora. El hombre aun es carnal y por lo mismo está sujeto a vicisitudes de las que no se eximen sino los seres completamente desmaterializados; aun quedan pruebas que pasar, pero no tienen las punzantes amarguras de la expiación. Esos mundos, comparados con la tierra, son muy felices y muchos de entre vosotros estaríais satisfechos de quedaros allí porque es la calma después de la tempestad, la convalecencia después de la cruel enfermedad; pero el hombre menos entregado a las cosas materiales, entrevé mejor el porvenir que vosotros,comprende que hay otros goces que el Señor promete a aquellos que se hacen merecedores de ellos, cuando la muerte ha segado de nuevo sus cuerpos para darles la verdadera vida. Entonces será cuando el alma libre dominará todos los horizontes; ya no tendrá sensaciones materiales y groseras, sino los sentidos de un espíritu puro y celeste, aspirando las emanaciones de Dios, bajo los perfumes de amor y de caridad que se derraman de su seno.

18. Pero ¡ah! en esos mundos el hombre es aún falible, y el espíritu del mal no ha perdido en ellos completamente su imperio. No avanzar es retroceder, y si no está firme en el camino del bien, puede volver a caer en los mundos de expiación en donde le esperan nuevas y más terribles pruebas.
Contemplad, pues, esa bóveda azulada por la noche, a la hora del descanso y de la oración, y en esas innumerables esferas que brillan sobre vuestras cabezas, dirigid vuestras súplicas a Dios y rogadle que un mundo regenerador os abra su seno después de la expiación de la tierra. (San Agustín. Paris, 1862.)

EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO. ALLAN KARDEC

                                             **********************






SEMEJANZAS FÍSICAS Y MORALES.
207 – Con frecuencia los padres transmiten a los hijos una semejanza física. ¿Les transmiten también una semejanza moral?
– No, puesto que tienen almas o Espíritus diferentes. El cuerpo procede del cuerpo, pero el Espíritu no procede del Espíritu. Entre los descendientes de razas no existe más que consanguinidad.
– ¿De dónde proceden las semejanzas morales que existen a veces entre padres e hijos?
– Son Espíritus simpáticos, atraídos por la semejanza de inclinaciones.
208 – Los Espíritus de los padres, ¿no ejercen influencia en el del hijo, después del nacimiento?
– Una influencia muy grande, pues, como hemos dicho, los Espíritus deben contribuir a su progreso recíproco. Pues bien: Los Espíritus de los padres tienen la misión de desarrollar los de sus hijos, por medio de la educación; es para ellos una tarea. Si fallan serán culpados.

209 – ¿Por qué de padres buenos y virtuosos nacen hijos de naturaleza perversa? O mejor dicho, ¿por qué las buenas cualidades de los padres no atraen siempre, por simpatía, a un buen Espíritu que anime al hijo?
– Un Espíritu malo puede pedir buenos padres con la esperanza de que sus consejos le llevarán por el buen camino y con frecuencia Dios lo concede.
210 – ¿Pueden los padres con sus pensamientos y oraciones atraer al cuerpo del hijo a un Espíritu bueno con preferencia a un Espíritu inferior?
– No, pero pueden mejorar el Espíritu del hijo que han engendrado y que les ha sido confiado, y este es su deber. Los hijos malos son una prueba para los padres.
211 – ¿De dónde proviene la semejanza de carácter que existe muchas veces entre hermanos, sobre todo si son gemelos?
– Son Espíritus simpáticos que se atraen por la semejanza de sus sentimientos y que son felices estando juntos.
212 – ¿Hay dos Espíritus, o mejor dicho, dos almas en los niños cuyos cuerpos están unidos y que tienen ciertos órganos comunes?
– Sí; pero, con frecuencia, su semejanza hace que no os parezcan sino uno.
213 – Puesto que los Espíritus encarnan como gemelos por simpatía, ¿de dónde procede la aversión que a veces se nota entre éstos?
– No es regla invariable que los gemelos sean Espíritus simpáticos, pues también los Espíritus malos pueden querer luchar juntos en el teatro de la vida.
216 – ¿Conserva el hombre en sus nuevas existencias vestigios del carácter moral de sus anteriores existencias?
– Sí, eso puede suceder, pero mejorándose cambia. Puede también no ser la misma su posición social y si de amo pasa a ser esclavo, sus gustos serán diferentes y tendréis dificultad en reconocerlo. Siendo el mismo el Espíritu en las diversas encarnaciones, sus manifestaciones pueden tener de la una a la otra, ciertas analogías modificadas, empero, por las costumbres de su nueva posición, hasta que un perfeccionamiento notable cambia
completamente su carácter. De orgulloso y malo, puede, si se arrepiente, trocarse humilde y humano.
217 – En sus diferentes encarnaciones, ¿conserva el hombre vestigios del carácter físico de las existencias anteriores?
– El nuevo cuerpo no guarda ninguna relación con el antiguo, que está destruido. No obstante, el Espíritu se refleja en el cuerpo.
Sin duda que el cuerpo es tan sólo materia, pero, a pesar de eso, está modelado de acuerdo con la capacidad del Espíritu, que le imprime cierto carácter, especialmente en el rostro, por lo que se dice con fundamento que los ojos son el espejo del alma. Quiere esto decir, que el rostro particularmente refleja el alma. Por eso, una persona excesivamente fea cuando anima un Espíritu bueno, prudente y humano, tiene algo que agrada, mientras que existen rostros muy bellos que nada hacen sentir y por los que se tiene incluso repulsión.
¿Podrías creer que solo los cuerpos bien formados sirven de envoltura a los Espíritus más perfectos, aunque encuentres todos los días hombres de bien a pesar de su apariencia deforme? Sin tener, pues,una semejanza pronunciada, la similitud de gustos e inclinaciones
puede dar lo que se llama “un aire de familia”.
No teniendo ninguna relación necesaria el cuerpo que reviste el alma en una nueva encarnación con el que ha abandonado, puesto que puede haber tenido una procedencia muy diferente, sería absurdo admitir una sucesión de existencias de un parecido que no pasa de ser fortuito. Sin embargo, las cualidades del Espíritu modifican, muchas veces, los órganos que sirven a su manifestación e imprimen en el rostro y hasta al conjunto de los gestos, un sello distintivo. Así bajo la más humilde envoltura puede descubrirse la expresión de grandeza y de dignidad,mientras que en el traje de un gran señor se ven, a veces, expresiones de bajeza e ignominia. Ciertas personas procedentes de la más ínfima posición, adquieren sin dificultad las costumbres y modales de la alta sociedad, y parece que en ella vuelven a encontrar su elemento, mientras otras, a pesar de su nacimiento y
educación, están siempre en ella como fuera de su centro. ¿Cómo explicar este hecho sino como un reflejo de lo que fue el Espíritu?
EL LIBRO DE LOS MÉDIUMS. ALLAN KARDEC.
                                           ********************************

"La grandeza de un hombre se puede medir por su capacidad de servicio al prójimo, por su humildad y su amor. "
-Juana de Ángelis -
                                   ********************
                                                                     
Control de Refugiados
                                              AMOR SOLIDARIO
El Amor, como fuente de vida, de sentimientos y emociones, es una fuerza imparable, es una emoción mucho más fuerte y amplia de lo que alcanzamos a imaginar. Carece de fronteras. Está en continua expansión. Crece y se engrandece sin límite. Cuando despierta en el individuo de forma limpia y espontánea es como un río caudaloso que busca su cauce para crecer y llegar al mar. Es la chispa divina creciendo en busca de su Creador.
Nuestro amor se reviste de infinidad de ropajes que le impiden manifestarse en plenitud, está limitado por nuestras propias imperfecciones y por el egoísmo que nos acompaña desde tiempos inmemoriales. Afortunadamente, poco a poco, vamos tomando conciencia de nuestra propia naturaleza espiritual y, con fe, trabajo y entusiasmo, vamos progresando lentamente, desprendiéndonos de ese incómodo lastre y, en cada nueva vida, mejoramos nuestra capacidad de manifestar el auténtico amor, aquel que enseño el más grande Avatar, Jesús.
Venimos evolucionando de modo imperceptible, siempre gracias a las pruebas y expiaciones que vamos recibiendo. En el pasado ese proceso venía produciéndose de forma inconsciente y hoy, gracias a las experiencias que la Ley de Causa y Efectos (También denominada Ley del Kama) nos plantea cotidianamente, vamos revalidando las lecciones aprendidas. Pero llega un momento en la vida de todo individuo en el que algo eclosiona interiormente. Es la chispa divina que nos impele a la búsqueda de la verdad, de la libertad y la felicidad tanto personal como colectivamente.
Evolucionamos individual y colectivamente, todo lo que nos rodea se transmuta, los tiempos y las percepciones cambian y surgen nuevas pruebas, nuevas necesidades y nuevas lecciones que aprender; es ésta la vía única de progreso y el camino que la Humanidad necesita. A medida que el ser humano desarrolla sus capacidades, surgen nuevas necesidades y desafíos. Es la Ley del Progreso que nos impele a una constante renovación.
Durante estos dos últimos siglos la Humanidad ha experimentado incontables cambios y avanzado mucho más que en los últimos dos mil años. El individuo actual está tomando conciencia de que no hay meta fuera de su alcance, gracias al desarrollo de la inteligencia y los avances en Ciencia y Tecnología. Tenemos la sensación de que el Universo se nos está quedando pequeño pero, nada más lejos de la realidad, tan sólo estamos vislumbrando la inmensidad que queda por descubrir. Somos párvulos en el camino de la evolución.
Estamos tomando conciencia también de que para convivir y mantener una buena relación en la sociedad, necesitamos guardar un permanente estado de Paz y de Armonía. Este estado requiere un enorme esfuerzo pues, constantemente nos encontramos inmersos en guerras y enfrentamientos fratricidas en cualquier lugar del Orbe. Mantenemos una evidente desproporción entre nuestro desarrollo “moral” e intelectivo-tecnológico. Somos incapaces de convivir en paz, de llevar a la práctica el respeto y la tolerancia entre los pueblos y, esta carencia no la puede suplir la diplomacia, que no llega a resolver los conflictos entre los diferentes países.
¿Porque sucede así? Simple y llanamente, son más fuertes los intereses propios que los del conjunto de la Humanidad. Aún no alcanzamos a comprender que “Somos uno”, que todos compartimos un mismo hogar y destino. Aquello que afecta a la parte, influye en el todo. De ahí la imperiosa necesidad de cuidar por igual a todos y cada uno de los componentes de esta casa planetaria.
Este es el mensaje que traemos a la palestra y lleva como título: Solidaridad Universal. No es tema baladí, se trata del inicio de una nueva era en la que aprenderemos que somos todos iguales, todos hermanos, sin importar color, raza, religión o país del que procedamos. Nos hemos adentrado plenamente en la Era del Espíritu y, el Espíritu, no tiene color ni distinciones, todos somos espíritus hermanos. Compartimos un mismo origen, somos hijos de un mismo padre Universal. La Ley de Solidaridad nos exige respetarnos, tolerarnos y algo más trascendente… tratarnos fraternalmente, como hijos del mismo Creador que somos. Es algo que conseguiremos con el tiempo, en la medida que vayamos asimilando que esta es la Única Verdad.
Por la Ley de Reencarnación todos pasamos por vivencias similares, pobreza y riqueza, fealdad y belleza, enfermedad y salud. Todo ello forma parte de las pruebas y experiencias que este mundo de Expiación nos propicia. Nacemos, bien en África, en Asia o en Europa y, quien ahora se fanatice en el racismo y menosprecie a otra persona por el hecho de ser diferente, está sembrando la simiente de su próxima encarnación con esas mismas experiencias. Y es que “El espíritu, sopla hacia donde quiere y no sabemos de dónde viene ni a dónde va”, como explicó Jesús a Nicodemo en el célebre pasaje del Evangelio, ¿Tú eres doctor en la Ley y no sabes esto?
Observemos bien la frase del Maestro a Nicodemo: ¿Tú eres doctor de la Ley y no sabes esto?”. A nosotros nos sucede algo similar, hemos aprendido mucho pero, no queremos saber o no queremos utilizar lo aprendido. Más, el tiempo señalado para poner en práctica las enseñanzas recibidas durante innumerables siglos está tocando a su fin.
Cada aprendizaje tiene un tiempo marcado por la Ley y, quien no supere el examen está obligado a repetirlo. Nacemos y renacemos una y otra vez, para aprender, superar pruebas, lecciones y expiaciones consecuencia de numerosos equívocos del pasado. Cometemos errores en numerosas ocasiones, más bien por falta de valores morales que por propia maldad. Es por ello que la Ley de Evolución nos entrega pruebas y más pruebas, experiencias y más experiencias, siempre con el único fin de que limpiemos nuestra conciencia de viejos prejuicios y costumbres fruto del egoísmo y la ignorancia espiritual. Se trata simplemente, de conocer y asumir la razón del por qué y para qué estamos aquí.
Como hemos citado en el párrafo anterior, no es fruto de la casualidad que converjan ahora determinadas circunstancias, (En mí limitada opinión fruto de los cambios producidos en la sociedad) consecuencia de los incontables avances tecnológicos conseguidos. Hace un siglo una persona ubicada en una región remota, prácticamente no salía de ella en toda su vida. Ahora vivimos un acercamiento de alcance mundial, cualquier persona puede viajar al otro lado del planeta en cuestión de veinticuatro horas. Con la globalización han llegado nuevos retos a la sociedad. En estos momentos, es de imperiosa necesidad compartir nuestro bienestar con otras personas que no detentan nuestra cultura, idioma, raza y posición social.
Este fenómeno, sin el respaldo de un espíritu de fraternidad y solidaridad universal se nos queda muy grande. No estamos capacitados para tratar con igualdad a todos los habitantes del planeta pues esta equiparación requiere también facilitar los mismos derechos y obligaciones para todos y, cualquier muro o barrera que interpongamos no hará desaparecer este acuciante problema.
Resulta necesario ponerse al día espiritualmente, aceptar este hecho como algo natural y como una prueba más, necesaria para nuestro aprendizaje espiritual. Se trata de una experiencia que necesitamos superar y que nos permitirá desarrollar nuevos valores de la Ley del Amor.
Es una prueba colectiva de índole internacional: Los refugiados. Analicemos por un momento, en qué modo nos gustaría ser tratados si nos viésemos en la necesidad de abandonar nuestro país, pueblo, hogar y familia para sobrevivir. Sin embargo giramos la cabeza hacia otro lado, les rechazamos y les negamos sistemáticamente el asilo que necesitan. Rehusamos pensar en los ancianos, niños, padres y madres que sufren amargamente por no disponer de lo más básico.
¡¡Despertemos de una vez, dejemos de pensar como individuos aislados!! Comencemos a percibir a la Humanidad de nuestro Planeta como un Ente. Estamos llamados a crear una Sociedad única, libre de fronteras y sin divisiones geográficas. Este planeta es el hogar de todos y cada uno de los componentes de esta Humanidad y nos pertenece a todos por igual. Debemos enfocar nuestro pensamiento hacia la protección de la vida, de las personas y de este hábitat que nos da cobijo. Aparquemos el ansia de oro y vanidades humanas, nos estamos poniendo en peligro por pensar egoístamente en sólo unos pocos.
Como citó el Sr. José Mújica, expresidente de Uruguay “Europa carece de memoria histórica”. Durante y tras la segunda guerra mundial, toda América Latina acogió a millones de refugiados europeos que tuvieron que huir de sus países para salvar la vida. Esta misma Europa, rica y desarrollada, que ahora es incapaz de acoger a los refugiados que huyen de la guerra y la miseria, procedentes de países del Medio Oriente y de África.
¡El Pueblo que no aprende de sus errores está condenado a repetirlos!
Estamos viviendo una época de grandes y constantes cambios que no son casuales, se nos está poniendo a prueba en materia de solidaridad universal, de fraternidad, de capacidad de diferenciar entre materia y espíritu, entre amor y egoísmo, entre unión y división, guerra y paz.
Venimos a progresar, más no como nos apetezca, sino afrontado con espíritu de lucha y amor las pruebas que la Providencia Divina nos pone en el camino. “Sepamos pues aprovecharlas”.
Amor solidario por:   Fermín Hernández Hernández
©2016, Amor, Paz y Caridad
**********************************

                             LOS FALSOS PROFETAS. 

Si alguno os dice: "Cristo está aquí", no vayáis, sino por el contrario, preveníos porque los falsos profetas serán numerosos. Mas, ¿no veis las hojas de la higuera que empiezan a blanquear? ¿No veis sus numerosos renuevos esperando la época de florecer, y acaso no os ha dicho Cristo: Por el fruto se conoce el árbol? Sí, pues, los frutos son amargos, juzgad que el árbol es malo; pero si son dulces y saludables, decid: Nada puro puede salir de un mal tronco. 

Así, hermanos míos, es cómo debéis juzgar; las obras son las que debéis examinar. Si los que dicen estar revestidos del poder divino están acompañados de todas las señales de semejante misión, es decir, si poseen allí más alto grado las virtudes cristianas y eternas: la caridad, el amor, la indulgencia, la bondad que concília todos los corazones; si, en apoyo de las palabras, unen los actos, entonces podréis decir: verdaderamente son éstos los enviados de Dios. 

Mas desconfiad de las palabras melifluas, desconfiad de los escribas y fariseos que ruegan en las plazas públicas vestidos con largos ropajes. ¡Desconfiad de aquellos que pretenden tener el sólo y único monopolio de la verdad! 

No, no; Cristo no está allí, porque los que El envíe a propagar su santa doctrina y a regenerar a su pueblo, serán, a ejemplo del Maestro, dulces y humildes de corazón sobre todas las cosas; aquellos que deben por sus ejemplos y sus consejos, salvar a la humanídad que corre a su pérdida y vaga en las sendas tortuosas, aquellos serán, sobre todo, modestos y humildes. Todo lo que revela un átomo de orgullo, separadlo de vosotros como una lepra contagiosa que corrompe todo lo que toca. Acordaos de que "cada criatura lleva en su frente, sobre todo en sus actos, el sello de grandeza o de su decadencia. 

Id, pues, mi muy amados hijos, marchad sin desviaros, sin segunda intención, por la bendita senda que habéis emprendido. Marchad, marchad siempre sin miedo, alejad con valor todo lo que pudiera poner trabas a vuestra marcha hacia el fin eterno. Viajeros, no estaréis mucho tiempo en las tinieblas y en los dolores de la prueba, si os entregáis de corazón a esta dulce doctrina que viene a revelaros las leyes eternas y a satisfacer todas lás aspiraciones de vuestra alma hacia lo desconocido. De hoy en adelante podéis dar un cuerpo a esas sílfides ligeras que veis pasar en vuestros sueños y que, efmeras sólo podían encantar a vuestro espíritu, pero nada decían a vuestro corazon. Ahora? amados míos, la muerte ha desaparecido para hacer lugar al ángel radiante que conocéis: ¡al ángel de la esperanza y de la reunión! Ahora vosotros, que habéis cumplido bien la tarea impuesta por el Señor, nada tenéis que temer de su justicia, porque es padre y perdona siempre a sus hijos extraviados que piden misericordia. Continuad, pues, y avanzad sin cesar; que vuestra divisa sea la del progreso, la del progreso continuo y en todas las cosas, hasta que lleguéis, en fin, a ese término feliz en donde os esperan todos aquellos que os han precedido. (Luis. Bordeaux, 1861). 

Extraído de: "El Evangelio según el Espiritismo" - Allan Kardec

                                              **********************************


         AMALIA DOMINGO SOLER

                                MEMORIAS 

Mi Espíritu ha tenido predilección por encarnar muchas veces en este suelo español; en él he gozado, en él he tenido el orgullo de ser tributado y agasajado por aquellos sencillos espíritus que no comprendían el orgullo del mío; en este suelo he recogido muchas flores, que convertía, por mi jactancia e ingratitud, en espinas para aquellos pobres jardineros que se habían esmerado tanto en presentármelas. ¿Cómo cambiar de lugar? ¿Cómo tomar diferente rumbo, si no es posible coger el fruto sazonado lejos del árbol que lo arroja? A la sombra del mismo árbol; a los rayos del mismo sol, bajo el mismo ambiente es donde se tienen que recoger, una a una, todas aquellas espinas que uno por su orgullo ha hecho brotar de las flores. Aquellas espinas, por justa ley, tienen que penetrar dentro de nuestras carnes, para sentir el mismo dolor que hemos producido a los demás. Así es de la única manera que el Espíritu puede dar el paso más agigantado; y aunque parezca que el Espíritu lo tenga todo vedado en el transcurso de la vida, no es así: en sus momentos de lucidez, se da verdadera cuenta de sus caídas y de sus promesas de quererse regenerar. Cuando el Espíritu empieza una nueva labor, gime el cuerpo y se sonríe el alma y esas dos entidades que al parecer no van unidad, dentro de la realidad funcionan en buena armonía, y poco a poco van cumpliendo esa gran misión llamada progreso. 
La Tierra es un vergel de flores; sólo en sus troncos guarda las espinas, y esos troncos y esas espinas no son confeccionados por Dios, sino que es la obra de vuestra imperfección. Cuando el hombre quiera ser feliz, lo será; su felicidad consiste en el sagrado cumplimiento de sus deberes. Cuando el hombre comprenda que su paso por la Tierra es un trabajo de prueba, empezará su verdadera labor, fatigando el cuerpo y ensangrentándose las manos, para arrancar las espinas del tronco de la inmortalidad, del orgullo, de la envidia, etc., que él mismo ha fabricado.    Es un trabajo rudo, pero para dejar el planeta limpio de  imperfecciones, la obra ha de ser puramente vuestra. El hombre, sólo él es quien ha hecho crecer las espinas; sólo él es el que ha convertido ese jardín en un campo árido y sin placer ninguno. Pero el hombre se cansará de sufrir, sí; se cansará de llorar, y fatigado en la playa de su vida, escuchando el lenguaje de su conciencia, empezará su redención. Después de redimido bendecirá los contratiempos de la vida; bendecirá la tierra ingrata que con el arado en la mano ha ido removiendo, socavando y buscando el fruto de la semilla que él mismo sembró. Entonces es cuando cada Espíritu se encargará de quitar las piedras que ha puesto en su camino; entonces será el planeta Tierra ese vergel que os he mencionado antes. ¡Ah! 
Y entonces ¡Qué hermoso será descender a la Tierra! Todo se regularizará y marchará 
como es debido que marche, porque vuestro mundo también está enlazado con la rueda de otros mundos. También a los otros planetas les ha tocado pasar por la misma rotación que el vuestro, y ahora disfrutan sus moradores de esa plácida calma que necesitan los Espíritus para comprender a Dios.

-Amalia Domingo Soler-

                                               ****************


No hay comentarios:

Publicar un comentario