"Sabe.... Cuando usted se vaya, la única cosa que va a dejar es el recuerdo de lo que hizo aquí.
Sea bueno. Intente dar siempre el primer paso para la reconciliación. Nunca niegue una ayuda a su alcance. ¡ Perdone !.
¡ Dé de usted mismo cuanto pueda !
¡ La eternidad está en nuestras manos !
- Chico Xavier -
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ESCALA ESPÍRITA
La clasificación de los Espíritus se basa sobre su grado de adelanto, las cualidades que han adquirido y las imperfecciones de que han de despojarse todavía. Por lo demás,esa clasificación no tiene nada de absoluto. Cada categoría representa un carácter definido sólo en su conjunto. Pero de un grado al siguiente la transición es imperceptible y en los límites de los grados el matiz se esfuma, igual que en los reinos de la Naturaleza, del modo que ocurre con los colores del arco iris e incluso con los diferentes períodos de la vida humana. En consecuencia, se puede concebir una cantidad más o menos grande de clases, según sea el punto de vista desde el cual se enfoque la cuestión. Ocurre aquí lo que en todo sistema de clasificación científica: pueden ser más o menos completos y más o menos racionales y cómodos para la inteligencia, pero, sean como fueren, no alteran en nada el fondo de la ciencia. Por tanto, los Espíritus interrogados acerca de este punto han podido diferir en el número de categorías, sin que de ello pueda extraerse mayor transcendencia. Se ha reparado en esta contradicción aparente, sin reflexionar en el hecho que los Espíritus no otorgan importancia ninguna a lo que es puro convencionalismo. Para ellos, el pensamiento significa todo. Dejan a nuestro arbitrio la forma, la elección de los términos, las clasificaciones; en suma, los sistemas.
Agreguemos todavía esta consideración, que no se ha de echarjamás en olvido: entre los Espíritus, como entre los hombres, los hay sobremanera ignorantes, y nunca nos guardaremos demasiado contrala tendencia a creer que todos ellos deben saberlo todo por el hecho de ser Espíritus. Toda clasificación exige método, análisis y conocimiento profundo del asunto. Ahora bien, en el Mundo de los Espíritus, aquellos que poseen conocimientos limitados son como en la Tierra los ignorantes inhábiles para abarcar un conjunto, para formular un sistema. Sólo de manera imperfecta conocen o comprenden cualquier clasificación. Para ellos, todos los Espíritus que están por encima de su nivel pertenecerán al primer orden, y piensan así porque no se hallan en condiciones de distinguir los matices del saber, la capacidad y moralidad que distinguen a aquéllos, tal como acontece entre nosotros con un hombre rudo que juzga a las personas ilustradas. Incluso los que son capaces de ello pueden diferir en cuanto a las categorías, según sea su punto de vista,en especial cuando una división no tiene nada de absoluto. Linneo, Jussieu y Tournefort tuvieron cada cual su método, y no por esto ha experimentado cambio alguno la botánica. Porque ellos no inventaron las plantas ni los caracteres que las distinguen. Simplemente, observaron las analogías y con arreglo a ellas hanformado los grupos o clases.
Y bien, así hemos procedido nosotros: no inventamos a los Espíritus ni sus caracteres. Hemos visto y observado, los hemos juzgado conforme a sus palabras y sus hechos,y después los clasificamos por sus similitudes, basándonos en los datos que ellos nos proporcionaron. Por regla general, los Espíritus admiten tres categorías principales u otras tantas grandes divisiones. En la última, la que está al pie de la escala, se hallan los Espíritus imperfectos, caracterizados por el predominio de la materia sobre el espíritu y la tendencia al mal.
Los de la segunda, en cambio, se distinguen por el predominio del espíritu sobre la materia y por el deseo de realizar el bien: éstos son los Espíritus buenos.
Y la primera comprende a los Espíritus puros, aquellos que han alcanzado el grado supremo de la perfección.
Tal división nos parece completamente racional y presenta caracteres bien definidos. Sólo nos restaba, entonces, hacer resaltar,por medio de un número suficiente de subdivisiones, los matices principales del conjunto. Y es lo que hemos hecho con ayuda de los Espíritus, cuyas bondadosas instrucciones no nos faltaron jamás. Con el concurso de esta tabla será fácil determinar el rango y grado de superioridad o inferioridad de los Espíritus con los cuales podemos entrar en relación y, en consecuencia, conoceremos el grado de confianza y estima que deben merecernos.
En cierto modo es esta la clave de la Ciencia Espírita, por cuanto sólo ella puede explicar las anomalías que presentan las comunicaciones, ilustrándonos respecto de las desigualdades intelectivas y morales de los Espíritus. Con todo, haremos notar que los Espíritus no siempre pertenecen de manera exclusiva a tal o cual clase.
Puesto que su progreso se realiza en forma gradual, y a menudo más en un sentido que en otro, pueden reunir los caracteres de varias categorías, lo que se aprecia con facilidad juzgando su lenguaje y sus actos.
VII.- Tercer orden:
Espíritus imperfectos 101.
Caracteres generales.- Predominio de la materia sobre el espíritu. Tendencia al mal. Ignorancia y orgullo, egoísmo y todas las malas pasiones que de él derivan. Tienen la intuición de Dios, mas no lo comprenden.
Sin embargo, no todos son esencialmente malos: en algunos de ellos hay más frivolidad, inconsecuencia y malicia que verdadera ruindad. Unos no hacen ni bien ni mal, pero sólo porque no realizan el bien denotan inferioridad. Otros, por el contrario, se complacen en el mal y se sienten satisfechos cuando se les presenta oportunidad para hacerlo. Pueden aliar la inteligencia a la ruindad o a la malicia. Pero,sea cual fuere su desarrollo intelectual, sus ideas son poco elevadas,y sus sentimientos, más o menos abyectos. Tienen conocimientos limitados acerca de las cosas del Mundo Espírita, y lo poco que saben de ello se confunde con las ideas y prejuicios de la vida corporal. No pueden darnos de aquél si no nociones falsas e incompletas. Mas el observador atento encuentra a menudo, en sus comunicaciones no obstante su imperfección-,confirmadas las grandes verdades que los Espíritus superior es enseñan.
El carácter de estos Espíritus se revela por el lenguaje que emplean. Todo Espíritu que en el transcurso de sus comunicaciones deje traslucir un pensamiento malo puede ser incluido en el tercer orden. En consecuencia, todo pensamiento malo que se nos sugiera proviene de un Espíritu de ese orden. Ven la felicidad de los buenos y esta visión constituye para ellos un tormento incesante, porque experimentan todas las angustias que la envidia y los celos pueden producir.Conservan el recuerdo y la percepción de los sufrimientos de la vida corporal y esa impresión es muchas veces más penosa que la realidad misma. Así pues, sufren de veras los males que han soportado y los que infligieron a los demás; y, como los padecen durante mucho tiempo, creen que han de experimentarlos siempre. Dios, para castigarlos, quiere que así lo crean.
Podemos dividirlos en cinco clases principales:
102.Décima clase: Espíritus impuros.- Son propensos al mal y éste constituye el objeto de sus preocupaciones. En cuanto Espíritus, dan consejos pérfidos, alientan la discordia y la desconfianza y adoptantodos los disfraces para engañar mejor. Se apegan a las personas de carácter lo bastante débil para ceder a sus sugestiones, y hacen esto afin de empujarlas hacia su perdición, satisfechos de poder retrasar su progreso haciéndolas sucumbir ante las pruebas que sufren. Durante las comunicaciones se les reconoce por su lenguaje: trivialidad y grosería de las expresiones, tanto entre los Espíritus como entre los hombres, denotan siempre inferioridad moral, si no intelectiva. Sus comunicaciones denuncian la bajeza de sus inclinaciones, y si quieren inducir a engaño expresándose de una manera sensata no pueden prolongar mucho tiempo su comedia y terminan siempre por dejar traslucir su origen. Algunos pueblos han hecho de ellos sus divinidades maléficas y otros los designan con los nombres de demonios, genios malos o Espíritus del mal. Los seres vivientes a quienes animan, cuando se han encarnado, son propensos a cuantos vicios engendran las pasiones viles y degradantes: sensualidad y crueldad, bellaquería e hipocresía, avidez y sórdida avaricia. Practican el mal por el mero placer de hacerlo,casi siempre sin motivos para ello, y por odio al bien escogen las más de las veces a sus víctimas entre las personas honradas. Son plagas para la humanidad, sea cual fuere su clase social a que pertenezcan, y su barniz de civilizados no les exime del oprobio y la ignominia.
103. Novena clase: Espíritus frívolos.- Son ignorantes y maliciosos, tornadizos y burlones. En todo se meten y responden a todo, sin preocuparse de la verdad. Se placen en causar contrariedades o pequeñas satisfacciones, en urdir enredos o chismes, en inducir maliciosamente a error valiéndose de fraudes y picardías. A estaclase pertenecen los Espíritus vulgarmente designados como trasgos,duendes, gnomos o diablillos. Están bajo la dependencia de Espíritus superiores, quienes los emplean a menudo, como lo hacemos nosotros con nuestros servidores. En sus comunicaciones con los hombres su lenguaje es a veces ingenioso y jocoso, pero casi siempre desprovisto de profundidad. Captan las extravagancias y ridiculeces de los seres humanos, expresándolas con rasgos mordaces y satíricos. Si bien es cierto que se atribuyen nombres supuestos, suelen hacerlo por malicia más que por perversidad.
104. Octava clase: Espíritus pseudo-sabios.- Sus conocimientosson bastante extensos, pero creen saber más de lo que en realidad saben. Habiendo realizado algunos progresos desde diferentes puntos de vista, su lenguaje tiene un carácter serio, capaz de inducir a error respecto a su capacidad y a sus luces. Pero suele ser a menudo sólo un reflejo de los prejuicios e ideas sectarias de la vida terrena. Se trata de una mezcla de algunas verdades junto a los errores más absurdos, en medio de los cuales se transparentan la presunción y el orgullo, los celos y la terquedad de que no han podido despojarse.
105. Séptima clase: Espíritus neutros.- Éstos no son ni lo bastante buenos para realizar el bien ni lo suficientemente malos para practicar el mal. Se inclinan tanto hacia el uno como hacia el otro y no se elevan por encima del nivel vulgar de la humanidad, así en lo moral como en lo intelectual. Se apegan a las cosas de la Tierra, de cuyas groseras alegrías sienten nostalgia.
106. Sexta clase: Espíritus golpeadores y perturbadores.- Estos Espíritus no constituyen, propiamente hablando, una clase distinta,desde el punto de vista de sus cualidades personales: pueden pertenecer a todas las clases del tercer orden. Manifiestan a menudo su presencia sirviéndose de efectos perceptibles y físicos, tales como golpes, movimientos y desplazamientos anormales de cuerpos sólidos, agitación del aire, etcétera. Parecen apegados más que otros a la materia. Son los agentes principales de las vicisitudes de los elementos del globo, ya sea que operen en el aire o el agua, el fuego o los cuerpos duros, e inclusive en las entrañas mismas de la Tierra. Se reconoce que tales fenómenos no se deben a una causa fortuita y física cuando poseen un carácter intencional e inteligente. Todos los Espíritus pueden producir esos fenómenos, pero los elevados los dejan, por lo general, a cargo de los subalternos, más aptos estos últimos para las cosas materiales que para las de la inteligencia. Cuando los Espíritus elevados juzgan que ese tipo de manifestaciones son útiles, se valen de los subordinados como auxiliares para realizarlas.
VIII.- Segundo orden: Espíritus buenos
107. Caracteres generales.-
Predominio del espíritu sobre la materia: deseo del bien. Sus cualidades y su poder para practicar el bien se hallan en relación con el grado a que llegaron. Unos tienen ciencia, otros sabiduría y bondad. Los más adelantados aúnan el saber a las cualidades morales. No estando aún desmaterializados por completo, conservan más o menos, según su rango, las huellas de la existencia corporal, ora en la forma de expresarse, ora en sus hábitos,en lo que incluso vuelven a encontrarse algunas de sus manías. De otro modo serían Espíritus perfectos. Comprende a Dios y el infinito y disfrutan ya de la felicidad de los buenos. Son dichosos por el bien que hacen y por el mal que impiden. El amor que les une es para ellos fuente de una felicidad inefable, no alterada por la envidia ni por los remordimientos, como tampoco por ninguna de las malas pasiones que constituyen el suplicio de los Espíritus imperfectos; pero todos ellos tienen aún pruebas que soportar, hasta que hayan arribado a la perfección absoluta.
En cuanto Espíritus, inspiran buenos pensamientos, apartan alos hombres de la senda del mal, protegen durante la vida a aquellos humanos que se hacen dignos de su protección, y neutralizan la influencia de los Espíritus imperfectos sobre las personas que no se complacen en sufrirla.Los que han encarnado son buenos y benévolos para con el prójimo, y no les mueve el orgullo, el egoísmo ni la ambición. No experimentan odio, rencor, envidia ni celos, y hacen el bien por el bien mismo. A este orden pertenecen los Espíritus que las creencias vulgares designan con los términos de genios buenos, genios protectores o Espíritus del bien. En tiempos de supersticiones eignorancia se ha hecho de ellos las divinidades benéficas.
Podemos dividirlos en cuatro grupos principales, a saber:
108.Quinta clase: Espíritus benévolos.- Su cualidad dominante esla bondad. Se placen en prestar servicio a los hombres y protegerlos,pero su saber es limitado: su progreso se ha realizado más en elsentido moral que en el intelectivo.
109. Cuarta clase: Espíritus sabios.- Lo que a éstos distingue enespecial es la amplitud de sus conocimientos. Se preocupan menosde las cuestiones morales que de las científicas, para las cualesposeen más aptitudes. Pero sólo encaran la ciencia desde el punto devista de la utilidad y no mezclan con ella ninguna de las pasiones quecaracterizan a los Espíritus imperfectos.
110. Tercera clase: Espíritus sensatos.- Las cualidades morales del orden más elevado constituyen el carácter que los distingue. Sin poseer conocimientos muy vastos, se hayan dotados de una capacidad intelectual que les provee de un juicio sano acerca de hombres y cosas.
111. Segunda clase: Espíritus superiores.- Reúnen ciencia,sabiduría y bondad. Su lenguaje sólo trasunta benevolencia. Es siempre digno y elevado, y a menudo sublime. Su superioridad los hace más que a los otros aptos para impartirnos las nociones más justas sobre las cosas del mundo incorpóreo, dentro de los límites de lo que es permitido al hombre conocer. Se comunican de buen grado con aquellos que buscan la verdad con fe sincera y cuya alma está lo bastante desembarazada de los vínculos terrenos para comprender esa verdad. Pero se alejan de aquellos otros que sólo son movidos por la curiosidad, o a quienes la influencia de la materia aparta de la práctica del bien. Cuando, por excepción, encarnan en la Tierra, es para cumpliren ella una misión de progreso, y nos ofrecen entonces el tipo de perfección al cual puede la humanidad aspirar en este mundo.
IX.- Primer orden:
Espíritus puros112. Caracteres generales.- A estos Seres la influencia de la materia no los conturba. Superioridad intelectiva y moral absoluta,son las características distintivas que tienen con los Espíritus de los otros órdenes.
113. Primera y única clase.- Han recorrido todos los peldaños de la escala y se han despojado de la totalidad de las impurezas de la materia. Habiendo alcanzado el máximo de perfección de que es susceptible la criatura, no han de sufrir más pruebas ni expiaciones. Como no se hallan ya sujetos a la reencarnación en cuerpos perecederos, les corresponde la vida eterna en el seno de Dios. Gozan de una dicha inalterable, por cuanto no están sujetos a las necesidades ni a las vicisitudes de la vida material, pero esa felicidad no es en modo alguno la de una ociosidad monótona vivida en perpetua contemplación. Son los mensajeros y ministros de Dios, cuyas órdenes ejecutan para el mantenimiento de la armonía universal. Dirigen a todos los Espíritus que son inferiores a ellos, ayudándoles a perfeccionarse y asignándoles su misión. Asistir a los hombres en su desconsuelo, incitarlos al bien o a la expiación de las faltas que los alejan de la ventura suprema, es para ellos una grata labor. A veces son designados con los nombres de ángeles, arcángeles o serafines. Pueden los hombres entrar en comunicación con ellos, pero muy presuntuoso sería quien pretendiera tenerlos constantemente a su disposición.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS
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Preguntas sobre la salud
24. ¿Los Espíritus pueden dar consejos sobre la salud?
La salud es una condición necesaria para el trabajo que debe uno hacer en la Tierra; por esto se ocupan de la salud con gusto; pero como entre ellos hay ignorantes y sabios, tanto para esto como para lo demás, no conviene dirigirse al primero que
llega.
25. Dirigiéndose al Espíritu de una celebridad en medicina, ¿se puede tener más seguridad en un buen consejo?
Las celebridades terrestres no son infalibles y muchas veces tienen ideas sistemáticas que no siempre son justas y de las que la muerte no les libra en seguida. La ciencia terrestre es muy poca cosa con respecto a la ciencia celeste; sólo los Espíritus superiores tienen la última; sin que tengan nombres conocidos
para vosotros, pueden saber mucho más que vuestros sabios en todas las cosas. La ciencia sola no hace a los Espíritus superiores, y os asombraríais del puesto que ocupan ciertos sabios entre nosotros. El Espíritu de un sabio puede, pues, no saber más que lo que sabía en la Tierra, si no ha progresado como Espíritu.
26. ¿El sabio, cuando es Espíritu, reconoce sus errores científicos?
Si ha llegado a un grado bastante elevado para quedar desembarazado de su vanidad y comprender que su desarrollo no es completo, los reconoce y los confiesa sin que le cause pena; pero si no está bastante desmaterializado, puede conservar alguna de las preocupaciones de que estaba imbuido en la Tierra.
27. ¿Podría un médico, evocando a sus enfermos que murieron, obtener aclaraciones sobre la causa de su muerte, las faltas que pudo haber cometido en el tratamiento, y adquirir de este modo mayor experiencia?
Lo puede y le sería muy útil, sobre todo si se hacía asistir por Espíritus ilustrados que supliesen la falta de conocimientos de ciertos enfermos. Pero para esto sería preciso que hiciese este estudio de una manera formal, asidua, con objetivo humanitario y no como un medio de adquirir sin pena, saber, ni fortuna.
El libro de los médiums. Allan Kardec
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ACCIÓN DEL PENSAMIENTO SOBRE LA SALUD
*La acción del pensamiento sobre la salud es incontestable*
Veamos algunos ejemplos:
La ansiedad estimula la secreción de adrenalina, que sobrecarga el sistema nervioso y lo descontrola;
El pesimismo perturba el aparato digestivo y produce disturbios generales;
El miedo y la rebeldía, son agentes de úlceras gástricas y duodenales de amplio curso.
De la misma forma, la tranquilidad, el optimismo el coraje, son estimulantes que trabajan por la armonía emocional y orgánica, produciendo saludables efectos en la vida.
El hombre se transforma en lo que piensa y por lo tanto, en lo que quiere.
Los pensamientos emitidos atraen o sintonizan otros pensamientos semejantes, en la misma faja de ondas mentales, por donde transitan las aspiraciones y los estados psíquicos de toda la Humanidad.
Adicionados a estos, tenemos las mentes de los desencarnados que se intercomunican con los hombres, vibrando en los climas que le son afines.
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Acostúmbrate a pensar en forma edificante.
Asume una postura victoriosa.
Atrae pensamientos saludables.
El cerebro es una antena que emite y capta vibraciones incesantemente.
Irradia idea de bien, de progreso, de paz y captarás por sintonía, equivalentes estímulos para tu bien.
Asume una postura victoriosa.
Atrae pensamientos saludables.
El cerebro es una antena que emite y capta vibraciones incesantemente.
Irradia idea de bien, de progreso, de paz y captarás por sintonía, equivalentes estímulos para tu bien.
Quien piensa en la derrota, ya perdió una parte de la lucha que está por emprender.
Quien cultiva el fracaso, difícilmente enfrentará a los desafíos que conducen a la victoria.
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En cada momento, adicionas experiencias nuevas a tus conquistas.
En todo instante, piensa correctamente y sumarás fuerzas psíquicas para el éxito de tu reencarnación.
En todo instante, piensa correctamente y sumarás fuerzas psíquicas para el éxito de tu reencarnación.
Libro Episodios Diarios
Divaldo/Joanna
Divaldo/Joanna
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CIRUGÍA ESPIRITUAL
La cirugía espiritual es el procedimiento en que un espíritu, a través de un médium de efectos físicos o no, opera al paciente. Esa operación puede ser hecha tanto en el cuerpo físico como también en el propio del espíritu, dependiendo de donde esté el desequilibrio que cause la dolencia.
La cirugía espiritual es el procedimiento en que un espíritu, a través de un médium de efectos físicos o no, opera al paciente. Esa operación puede ser hecha tanto en el cuerpo físico como también en el propio del espíritu, dependiendo de donde esté el desequilibrio que cause la dolencia.
Los espíritus envueltos en esos procedimientos, generalmente son médicos que ya estuvieron encarnados en la Tierra y ahora continúan su trabajo en el plan espiritual juntamente con sus equipos, todo el procedimiento es realizad energéticamente, o sea, la energía es la única y más potente forma de realizar un procedimiento que muchas veces para la medicina local sería imposible.
Hay numerosos casos de cirugías extremadamente complejas que jamás podrían ser realizadas en la Tierra, incluso en los Centros más avanzados, y lo que más llama la atención son las señales que esos procedimientos dejan en ls pacientes, sirviendo como pruebas de tales procedimientos, como por ejemplo, áreas en el cerebro inaccesibles a nuestra tecnología, y muchas veces tumores incurables y hasta, incluso, dolencias que la medicina aún ni conoce, o no tiene una explicación para tales.
La medicina espiritual es extremadamente desenvuelta, y no hay límites para su aplicación, porque más allá de la parte práctica, está envuelto también el espíritu, porque muchas de las dolencias del cuerpo físico provienen de un cuerpo psíquico doliente y desequilibrado.
Algunos pre-requisitos, son fundamentales para la realización de una cirugía espiritual, así como en la Tierra una cirugía necesita pasar por toda una preparación y una serie de cuidados para que todo sea realizado con la más perfecta armonía y con toda la limpieza posible, no es diferente cuando se trata de una cirugía espiritual.
Primeramente es necesario que el propio paciente esté preparado para recibir la misma. Eso sd realiza con una alimentación leve, desprovista de alimentos pesados y cargados, como por ejemplo la carne, dando espacio a los cereales, las frutas y legumbres, que son energéticamente más suaves, además de la ingestión frecuente de agua y l más importante: mantener buenos pensamientos y realizando oraciones con el objetivo de elevar la vibración.
El equip también necesita estar preparado para tal procedimiento, tanto el equipo encarnado como el desencarnado deben estar concentrados para el trabajo, que es extremadamente sdrio, muchos se engañan al pensar que una cirugía espiritual no entraña riesgos, la cantidad de energía utilizada para el procedimiento es inimaginable y requiere la mayor destreza posible de todas las partes.
Está muy estudiada por la ciencia la forma como muchos pacientes son operados utilizando incluso instrumentos quirúrgicos sin sentir ningún dolor, ni tampoco sufren de ninguna consecuencia como infección o inflamación en el corte, según la literatura, eso acontece porque es aplicado al paciente durante la preparación, sustancias aún desconocidas por la medicina y que permiten el suceso de tales acciones.
El ambiente es otro punto de suma importancia, pues así como un centro quirúrgico es detalladamente pensado para recibir el procedimiento, el local elegido también debe de ser lo más limpio posible, sin sonidos altos, de preferencia en áreas con muchas plantas o próximas a la naturaleza, a fin de mantener el máximo equilibrio posible, generalmente los lugares son destinados solamente para estos trabajos.
Una información que debemos resaltar cuando hablamos de cirugía o de tratamientos espirituales y energéticos, es la de que JAMÁS EL PACIENTE DEBE ABANDONAR EL TRATAMIENTO TERRENAL, porque la mayoría de las veces el tratamiento aplicado por los equipos espirituales no tienen el objetivo de curar totalmente la dolencia, solamente ayudar al tratamiento ya en marcha, y principalmente estimular un cambio en los hábitos de aquellos que reciben tal procedimiento.
Otro objetivo de ese trabajo también es evitar dolencias que podrían ser graves y que aún se encuentran en el nivel espiritual y todavía no alcanzarían al cuerpo físico.
La aplicación de tales procedimientos requiere una serie de requisitos que aún no son tan claros, una de esas teorías más discutidas y más aceptadas, es que la elección para que se reciba una cirugía o tratamiento espiritual, acontece de acuerdo con el merecimiento y la vida de la persona que progresa, teniendo con seguridad, otros innumerables detalles desarrollados.
Es notable como comunmente se están tomando tales procedimientos, y los mismos acontecen junto con una mayor asimilación para la sociedad en general, de que las energías procedentes de innumerables fuentes ( de acuerdo con las creencias de cada uno), realizan cambios en todas sus formas y clases.
# Bruno Gomes # Sol Brocanelli II
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LA PAZ ES CUANDO LA SONRISA DEL ROSTRO COINCIDE CON LA SONRISA DEL ALMA
Aportado por Viviana Gianitelli
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