viernes, 6 de enero de 2017

LOS FANTASMAS DEL LUGAR....


Poseídos
473. ¿Puede un Espíritu momentáneamente revestirse de la envoltura de una persona viva, esto es, introducirse en un cuerpo animado y obrar en lugar del Espíritu que se encuentra encarnado en él?
- El Espíritu no penetra en un cuerpo del modo que tú entras en una casa. Se asimila con un Espíritu encarnado que adolece de los mismos defectos y cualidades, para actuar conjuntamente con éste.
Pero siempre es el Espíritu encarnado el que obra como quiere sobre la materia de que está revestido. Un Espíritu no puede sustituir a otro que se halle encarnado, porque Espíritu y cuerpo están unidos por el lapso que deba durar la existencia material.
474. Si no hay posesión propiamente dicha, vale decir, cohabitación de dos Espíritus en un mismo cuerpo, ¿puede el alma estar bajo la dependencia de otro Espíritu, de manera de ser subyugada u obsedida por él, hasta el punto de que su voluntad se vea en cierto modo paralizada?
- Sí, y son los verdaderos poseídos, pero has de saber que este dominio no se ejerce nunca sin participación de quien lo sufre, ya sea por su debilidad, o bien por su deseo. Con frecuencia se ha tomado por poseídos a epilépticos o dementes que tenían mayor necesidad de un médico que de exorcismos.
La palabra poseído, en su significación común, supone la existencia de demonios, es decir, de una categoría de seres de índole malvada, y la cohabitación de uno de tales seres con el alma en el cuerpo de un individuo. Puesto que no existen los demonios, en ese sentido, y que dos Espíritus no pueden residir simultáneamente en un mismo cuerpo, tampoco existen los poseídos, conforme a la idea que de esta palabra se tiene. El vocablo “poseído” sólo debe entenderse como refiriéndose a la dependencia absoluta en que puede encontrarse el alma con relación a Espíritus imperfectos que la subyugan.
475. ¿Le es posible a una persona ahuyentar por sí misma a los malos Espíritus y liberarse de su dominación?
- Siempre se puede cortar un yugo, con tal que se tenga firme voluntad de hacerlo.
476. ¿Podría suceder que la fascinación ejercida por el Espíritu perverso sea tal que la persona subyugada no caiga en la cuenta de ello?
En tal caso ¿puede una tercera persona lograr que cese la dominación?
- Si se trata de un hombre de bien, su voluntad puede ayudar apelando al concurso de los buenos Espíritus, porque cuanto más hombre de bien se es, tanto más poder se tiene sobre los Espíritus imperfectos para alejarlos y sobre los buenos para atraerlos. Sin embargo, ese hombre sería impotente si el subyugado no presta su cooperación: personas hay que se complacen en hallarse bajo una dependencia que halaga sus gustos y deseos. En todos los casos, aquel cuyo corazón no sea puro no podrá ejercer ninguna influencia: los Espíritus buenos lo desprecian, y los malos no le temen.
477. ¿Tienen las fórmulas de exorcismo alguna eficacia contra los malos Espíritus?
- No. Cuando esos Espíritus ven que alguien toma en serio tales fórmulas, ríen de él y se obstinan en su propósito.
478. Existen personas movidas por buenas intenciones y que no por eso dejan de estar obsesas. ¿Cuál es el mejor recurso para liberarse de los Espíritus obsesores?
- Agotar su paciencia, no tomar en cuenta para nada sus sugestiones, mostrarles que están perdiendo su tiempo. Entonces, cuando comprenden que no tienen nada que hacer, se marchan.
479. ¿Es la oración un medio eficaz para curar la obsesión?
- La plegaria es un recurso poderoso en todo. Pero, creedme que no basta con musitar unas cuantas palabras para obtener lo que se desea. Dios asiste a los que actúan y no a aquellos otros que sólo se limitan a pedir. Es menester, entonces, que el obsesado haga por su parte lo necesario para destruir en sí mismo la causa que atrae a los malos Espíritus.
480. ¿Qué hay que pensar de la expulsión de los demonios de que se habla en el Evangelio?
- Depende de la interpretación del hecho. Si llamáis demonio a un Espíritu malo que subyuga a un individuo, cuando su influencia sea destruida habrá sido en verdad expulsado. Si atribuís una enfermedad al demonio, cuando os hayáis curado de la dolencia afirmaréis también que habéis expulsado al demonio. Una misma cosa puede ser verdadera o falsa, según sea el sentido que a las palab ras se atribuya. Las verdades más grandes pueden parecer absurdas cuando sólo se mira la forma y cuando se toma la alegoría por realidad. Comprended bien lo dicho, y retenedlo: es de aplicación general.
Libro de Los Espíritus- Allan Kardec

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                      MALEDICENCIA 

En el libro "La esencia de la amistad", encontramos un precioso texto de la autoría de Huberto Rohden, que trata la cuestión de la maledicencia.


Con el título de "No hables mal de nadie", el referido autor 
hace los siguientes comentarios:
"Toda persona no suficientemente realizada en sí misma, tiene la instintiva tendencia de hablar mal
de otros".

¿Cual es la razón última de esa manía de la maledicencia?
Es un complejo de inferioridad unido a un deseo de superioridad. 
Disminuir el valor de los otros nos da la grata ilusión de aumentar nuestro propio valor. 
La inmensa mayoría de los hombres no está en condiciones de medir su valor por si mismos. 
Necesitan medir su propio valor  desvalorizando a los demás. 
Esos hombres juzgan necesario apagar luces ajenas a fin e hacer brillar más intensamente su propia luz.

Son como luciérnagas que no pueden lucir sino en la oscuridad de la noche, porque la luz de sus linternas fosforescentes es muy débil. 
Quien tiene bastante luz propia no necesita apagar o disminuir las luces de los otros para 

poder brillar. 
Quien tiene valor real en sí mismo no necesita medir su valor por la desvalorización de los demás. 

Quien tiene vigorosa salud espiritual no necesita llamar dolientes a los demás, para gozar a conciencia de salud propia."(...) 
"Nuestras reuniones sociales, nuestros chats son, en general, academias de maledicencia
Hablar mal de las miserias ajenas es un placer tan sutil y seductor- algo parecido con whisky, 
gin o cocaína- que una persona de salud moral precaria facilmente sucumbe a esa epidemia". 
La palabra es instrumento valioso para el intercambio entre los hombres.
Ella no siempre ha sido utilizada correctamente. 
Pocos son los hombres que se valen de ese precios recurso para construir esperanzas, 

balsamizar dolores y trazar rutas seguras. 
 
La palabra, no pocas veces se convierte en estilete de impiedad, en lámina de maledicencia, 

en bisturí de revuelta.

Semejantes a gotas de luz, las buenas palabras dirigen conflictos y resuelven dificultades. 
Hablando, espíritus misioneros reformularon los cimientos del pensamiento humano.
Hablando, no hace mucho, Hitler hipnotizó a multitudes enceguecidas que se tiraron sobre

 otras naciones, transformándolas en ruinas. 
Guerras y planos de paz sufren la poderosa influencia de la palabra. 
Hay quien pronuncia palabras dulces, con labios encharcados por la hiel.
Hay aquellos que hablan en voz baja, llenos de ira y de odio. 
Son enfermos en demorado proceso de reajuste. 
Por tanto, cabe a las personas lúcidas y de buen sentido, no dar oportunidad para que el

 veneno de la maledicencia se extienda, desgraciando y destruyendo vidas.
¡ Piense en eso ! 


Disculpemos la fragilidad ajena, recordándonos de nuestras propias debilidades.
Evitemos la censura.
La maledicencia comienza en la palabra del reproche inoportuno. 
Si deseamos educar, reparar errores, no los abordemos estando el responsable ausente. 
Toda palabra torpe, como cualquier censura contumaz, se hace hábito negativo que culmina

 por  envilecer el carácter de quien con eso se complace.
Enriquezcamos el corazón de amor y bañemos la mente con las luces de la misericordia

 divina. Porque de acuerdo con el Evangelio de Lucas, "la boca habla de lo que está lleno el corazón".
¡ Pensemos en eso ! 

Equipo de Redacción de Momento Espírita, con base en el  libro La esencia de la amistad.

 Editora Martin Claret, pp. 21-24, ed. 2001 e no capítulo 35 del libro Convites de la vida, de Divaldo Pereira Franco, dictado por el Espíritu Joanna de Ângelis.

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La Codificación Espírita




La llmada Codificación Espírita, es la enseñanza contenida en los cinco principales libros espíritas cuyo autor fue Allan Kardec, con la colaboración de los Espíritus Superiores, de donde emana. Asimismo también forma parte de la misma su obra "Obras Póstumas" con artículos y escritos de Allan Kardec y la "Revista Espírita", del mismo autor.
Presentamos aquí una pequeña síntesis de las cinco principales obras:

      El Libro de los Espíritus no es tan sólo la piedra fundamental o el hito inicial de la nueva codificación, porque constituye su propio esbozo, su núcleo central y al mismo tiempo el andamiaje o estructura general de la Doctrina. Si se le examina en relación con las restantes obras de Kardec que completan la codificación, se comprueba que todos esos libros tienen su punto de partida en el contenido de aquél. Podemos definir las diversas zonas del texto que corresponden a cada una de aquellas obras.

     Así como en la Biblia existe el núcleo central del Pentateuco, y en el Evangelio el de la enseñanza moral de Cristo, en El Libro de los Espíritus podemos localizar una parte que se refiere a él mismo, a su propio contenido: es el conjunto de los Libros Primero y Segundo, hasta el Capítulo Cinco. Este núcleo representa, dentro del esquema general de la codificación que hallamos en la obra, la parte que le corresponde a él mismo. En cuanto a los demás, comprobamos lo siguiente:

PRIMERO: El Libro de los Médiums, secuencia natural de El Libro de los Espíritus, que trata con especialidad el aspecto experimental de la Doctrina, tiene su fuente en el Libro Segundo, a partir del Capítulo Seis y hasta el final. Toda la materia que esta parte contiene es reorganizada y ampliada en El Libro de los Médiums, en especial lo referente al Capítulo Nueve: “Intervención de los Espíritus en el mundo corpóreo”.

SEGUNDO: El Evangelio según el Espiritismo es una derivación natural del Libro Tercero, donde se estudian las leyes morales, tratando sobre todo la aplicación de los principios de la moral evangélica, así como los problemas religiosos de la adoración, la plegaria y la práctica de la caridad. Incluso encontrará el lector en esa parte las primeras formas de “Instrucciones de los Espíritus”, comunes en El Evangelio…, con la transcripción completa de comunicaciones firmadas que versan sobre asuntos evangélicos.

TERCERO: El Cielo y el Infierno deriva a su vez del Libro Cuarto, “Esperanzas y Consuelos”, en que se examinan los problemas relativos a las penas y goces terrenales y futuros, inclusive con la discusión del dogma de la eternidad de las penas y el análisis de otros dogmas, entre ellos el de la resurrección de la carne y los del Paraíso, Infierno y Purgatorio.

CUARTO: El Génesis, los Milagros y las Profecías se relacionan con los Capítulos Dos, Tres y Cuatro del Libro Primero, y Capítulos Nueve, Diez y Once del Libro Segundo, así como con ciertos fragmentos de capítulos del Libro Tercero, que tratan problemas genésicos y de la evolución física de la Tierra. Por su amplio sentido, que abarca al propio tiempo las cuestiones de la formación y desarrollo del globo terrestre, y las referidas a pasajes evangélicos y de la Sagrada Escritura, El Génesis…, se ramifica de una manera más difusa que los restantes libros de la codificación, dentro de la estructura de la obra Mater.

QUINTO: Los pequeños libros de introducción al estudio de la Doctrina, como El principiante espírita (2) y ¿Qué es el Espiritismo?, que no se incluyen propiamente en la codificación, están asimismo relacionados de una manera directa con El Libro de los Espíritus, derivando de su “Introducción” y “Prolegómenos”.

2.-  Título se da a una edición brasileña del Capítulo II del libro ¿Qué es el Espiritismo?, publicado separadamente. [Nota de la Editora.]

     Así pues, la codificación se nos presenta como un todo homogéneo y consecuente. A la luz de ese estudio se desmoronan las tentativas de separar uno u otro libro del bloque de la codificación, como posible expresión de una forma diferente de pensamiento. Y notese que los vínculos señalados aquí de un modo tan sólo formal pueden y deben ser aclarados en profundidad por un estudio minucioso del contenido de las diversas partes de El Libro de los Espíritus, en confrontación con las restantes obras. Tal estudio exigiría también un análisis de los textos primitivos, como la primera edición de El Libro de los Espíritus y la primera del de los Médiums y del Evangelio…, pues, conforme se sabe, todos esos libros fueron ampliados por Kardec luego de publicada la primera edición de cada uno, siempre con la asistencia y orientación de los Espíritus.

     En un estudio más amplio y profundo sería posible mostrar el desarrollo de ciertos temas que, sólo planteados en El Libro de los Espíritus, encuentran solución en obras ulteriores. Es lo que se comprueba, por ejemplo, con los lazos entres Cristianismo y Espiritismo, que se definen por completo en El Evangelio…, o con el controvertido problema del origen del hombre, que tiene su explicación definitiva en El Génesis…, e incluso con las cuestiones de la mediumnidad, solucionadas en El Libro de los Médiums, y las teológicas y bíblicas, en El Cielo y el Infierno.
     Conviene aclarar, empero, que la ampliación de todos esos temas no significa, en ningún caso, que se modifiquen los principios asentados en el presente libro. A veces, ciertos asuntos que sólo afloran en El Libro de los Espíritus son desarrollados de tal manera en otras obras que, al leer éstas, tenemos la impresión de encontrar novedades. Pero lo cierto es que en aquél sólo han sido señalados en una forma sintética. Es lo que sucede, por ejemplo, con el problema de la evolución general, definida por León Denis en aquella frase célebre: “El alma duerme en el mineral, sueña en el vegetal, en el animal se agita y en el hombre despierta”. 

     Véase, al respecto, la definición del parágrafo 540 del presente libro, que expresa en su idioma original: “C´est ainsi que tout sert, tout s´enchaîne dans la nature, depuis l´atome primitif jusqu´á l´archange, qui lui même a comencé par l´atome. ¡Admirable loi d´harmonie dont votre esprit borné ne peut encore saisir l´ensemble!” [“Así pues, todo sirve, todo se eslabona en la Naturaleza, desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo. ¡Admirable ley de la armonía, cuyo conjunto no puede abarcar  aún vuestro Espíritu limitado!”]

( Trabajo aportado por Claribel Díaz)
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" Nunca quise cambiar la religión de nadie, porque positivamente, no creo que la religión "a" sea mejor que la religión "b".... En los orígenes de toda religión cristiana, está el pensamiento de nuestro Señor Jesucristo".
- Chico Xavier -

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  ¿La muerte modifica los valores del Ser espiritual?

Se suele alabar mucho  y a veces hasta homenajear a las personas después de su fallecimiento, resaltando algunos valores positivos que tuvieron en la vida  y hasta exagerándolos muchas veces,  y sin embargo  durante  su vida aun teniéndolos, tal vez, pasaron desapercibidos.  Es como si la muerte pudiese descubrir o amplificar  unos  valores o virtudes que  en vida pasaron inadvertidos y solo suelen ser reconocidos  después a título póstumo.
Los seres humanos, en general,  solemos ser bastante ingratos con los demás y solo cuando se nos van definitivamente con la muerte, tal vez para  tranquilizar la conciencia, se les intenta compensar por nuestra  ingratitud  o nuestra falta de consideración  cuando vivían, mediante  homenajes, halagos y  alabanzas, unas veces  ciertas y justas y otras  veces exageradas y hasta figuradas .
Las flores y homenajes que se han de llevar un día ante la tumba de quién ya se fue de este mundo, no debiéramos esperar hasta entonces para ofrecerlos, sino que debemos hacerlos llegar hoy, cuando todavía están entre nosotros y podemos expresarles la gratitud, Amor o consideración que se merecen. Mañana puede ser  demasiado tarde.
El homenaje a los caídos, está bien  rendirlo, y es justo porque  siempre se debe un recuerdo de cariño y gratitud a los que pasaron por el mundo, independientemente del tamaño de sus méritos o  la  clase de  creencias que sostenían.   El homenaje del buen recuerdo y las buenas palabras deben de ser siempre para exaltar sin exagerar , lo que realmente se esforzaron en hacer por los demás  cuando vivieron en este mundo, como muestra del amor, respeto o consideración que merecen  y por el  buen ejemplo para los que quedaron.  
Pero a veces todavía  resulta más justo cuando el homenaje y la exaltación de valores , como la bondad, el esfuerzo  o la  dedicación, se rinde  merecidamente  a quienes han  procurado luchar por los demás o hacer algo, cualquier cosa positiva, y  todavía viven entre nosotros . Por el contrario, los posibles aspectos negativos del finado, (aspectos que todos poseemos en mayor o menor grado), deben quedar soslayados por la exaltación de sus aspectos y obras positivas. Nuestra obligación moral es siempre ayudar al prójimo, aunque creamos que humanamente no lo merece, porque si Dios perdona siempre y nos sigue dando tantas y tantas posibilidades, ¿Por qué, tendríamos nosotros que emplear una dureza con los demás, que el mismo Padre-Dios no emplea, sino solo Su Amor?.
 La realidad es que el paso por la muerte a nadie vuelve mejor ni peor.  Continuamos existiendo y  aunque ya  no tengamos esta realidad física, moralmente seguimos siendo los mismos, pues la muerte no cambia en absoluto al Ser en cuanto a sus conocimientos intelectuales , valores,  virtudes, defectos y  hasta en muchas ocasiones, creencias.
- Jose Luis Martín-


“Si fue buena tu vida, no será mala tu muerte.¿Ignoras que la muerte es el eco del vivir?.¿Por qué dudaría la fruta madura en desprenderse del arbol?.La muerte no retoca tu alma: revela apenas lo que la vida fotografió”
- Humberto Rhoden –

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 El cuerpo astral es de aspecto luminoso y 
semitransparente. ¿Entonces se puede ver? 

- Con el debido entrenamiento se puede llegar a ver la energía del 
cuerpo astral que sobresale del cuerpo físico, lo que normalmente se 
conoce con el nombre de aura. Hay personas que de manera natural 
tienen esta capacidad desarrollada. Cuando el ser está desligado del 
cuerpo físico se puede apreciar con toda su extensión que el aspecto es 
realmente el de un ser humano pero de aspecto semitransparente y 
luminoso, y es el que se suele ver cuando alguien comenta que ha visto 
a un ser querido fallecido recientemente. 
- ¿Es verdad que por los colores del aura se puede saber el nivel evolutivo de una persona? 

- Sí. Los seres más avanzados tienen un aura más extensa y brillante. Los seres que actúan contra la ley del amor tienen el aura sucia, es decir, los colores de su aura son opacos y turbios, una mezcla de cada color con el negro. También la depresión emocional y la enfermedad disminuyen el brillo del aura. 

- ¿Qué son el cuerpo mental y el cuerpo espiritual? 

- No voy a entrar en detalles respecto la configuración de estos cuerpos, 
porque os confundiría. Lo más importante es que el cuerpo mental es la 
sede del pensamiento, mientras que el cuerpo espiritual es la sede de la 
conciencia, la voluntad y el sentimiento. 
V.G
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  LOS FANTASMAS DEL LUGAR....

10. Los lugares frecuentados por los Espíritus ¿lo son siempre por los antiguos habitantes de estas moradas?
Algunas veces, pero no siempre, porque si el antiguo habitante es un Espíritu elevado, no se acordará ya de su habitación terrestre, como tampoco de su cuerpo. Los Espíritus que frecuentan ciertos lugares no tienen muchas veces otros motivo que el del capricho, a menos que no sean atraídos a ellos por su
simpatía hacia ciertas personas.
– ¿Pueden fijarse en ellos con la mira de proteger a una persona o a su familia?
Seguramente, si son buenos Espíritus; pero en este caso nunca manifiestan su presencia por cosas desagradables.
12. ¿Es racional el temer los lugares frecuentadores por los Espíritus?
No; los Espíritus que visitan ciertos lugares y arman en ellos ruido; más bien procuran divertirse a costa de la credulidad y del miedo que hacer mal. Por lo demás figuraos que hay Espíritus en todas partes, y que donde estéis los tenéis sin cesar a vuestro lado, aun en las casas más pacíficas. Frecuentan muchas veces ciertas habitaciones, porque encuentran en ellas ocasiones de manifestar su presencia.

13. ¿Hay algún medio de expulsarlos?
Sí, y lo más a menudo lo que se hace para esto, los atrae en lugar de alejarlos. El mejor medio de echar a los Espíritus malos es el atraer a los buenos. Atraed,pues, a los buenos Espíritus haciendo el mayor bien posible, y los malos se irán; porque el bien y el mal son incompatibles. Sed siempre buenos, y no tendréis más que buenos Espíritus a vuestro lado.
–¿Hay, sin embargo, personas muy buenas que son el blanco de los enredos de los Espíritus malos?
Si estas personas son realmente buenas, puede ser que esto sea una prueba par ejercitar su paciencia y excitarles a ser todavía mejores; pero creed bien que no son los más virtuosos los que más hablan de la virtud. El que posee cualidades reales las ignora muchas veces él mismo o no habla de ellas.
14. ¿Qué creeremos en cuanto a la eficacia del exorcismo para echar los Espíritus malos de los lugares que frecuentan?
¿Habéis visto muchas veces que este medio haya tenido resultados? Por el contrario, ¿no habéis visto redoblar la zambra y el ruido después de las ceremonias del exorcismo? Es que se divierten cuando se les toma por el diablo.
Los Espíritus que no vienen con mala intención pueden también manifestar su presencia por el ruido y aun haciéndose visibles, pero nunca hacen ruido que incomode. Estos son muchas veces Espíritus que sufren y que podéis aliviar rogando por ellos; otras veces son Espíritus benévolos que quieren probaros que están cerca de vosotros, o en fin Espíritus ligeros que juguetean. Como los que turban el reposo por el rugido, son casi siempre Espíritus que se divierten, lo que mejor puede hacerse es reírse; ellos se cansarán si ven que no consiguen asustar ni impacientar.
Resulta de las referidas explicaciones que hay Espíritus que se aficionan a ciertas localidades y dan a ellas la preferencia, pero que no tienen por esto necesidad de manifestar su presencia por efectos sensibles. Un lugar cualquier puede ser la morada forzada o predilecta de un Espíritu, aún malo, sin que se haya producido en él ninguna manifestación.
Los Espíritus que se aficionan a las localidades o a las cosas materiales, no son jamás Espíritus superiores, pero sin ser superiores pueden no ser malos y no tener ninguna mala intención;algunas veces son comensales más útiles que dañosos, porque si se interesan por las personas, pueden protegerlas.
- El Libro de los Médiums-Allan Kardec


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1 comentario:

  1. Agradezco el interés por la lectura del blog. Si algo dudas o no comprendes, puedes preguntar por aquí o en mi dirección sanguiao1@yahoo.es

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