Presentamos hoy:
-Reencarnación: Proceso evolutivo del Espíritu
-El último día
-Recuerdos espontáneos y falsos recuerdos
-¡ Nacer; Reencarnar !
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REENCARNACIÓN
Proceso evolutivo del espíritu
Demostrado está ya y aceptado por la ciencia oficial, que la vida es energía. La energía, es fuerza productora de movimiento, que es acción. Mas, para que la acción sea positiva, debe ser bien dirigida. La «chispa» espiritual o entelequia, desarrollada por la lucha a través de las formas inferiores, engrandecida y alcanzada ya la etapa humana, recibe la denominación de Espíritu —el Ego— que, en las múltiples manifestaciones de vida ha ido adquiriendo las experiencias y fuerzas, y desarrollando parte de las facultades recibidas de la Divinidad Creadora. Por ello, su cenitismo y capacidad energética es mayor, creciendo más y más con el ejercicio de sus facultades en la lucha de cada vida. Lucha salvaje en sus comienzos; mejorando a medida de su progreso, de su ascensión en la escala evolutiva, hasta alcanzar esa fase sublime de la sabiduría y el amor, en la cual la lucha se convierte en felicidad.
Al igual que el grano de semilla vuelve a la tierra para convertirse en planta fructífera; así también el Ego, para adquirir sabiduría, amor y poder, encarna en los mundos físicos tantas veces como sea necesario, hasta alcanzar la meta, cual es la perfección; cumpliendo así con los designios de la Sabiduría Cósmica. Pero, ¡cuánto retardamos los humanos la llegada a esa meta, al apartarnos del camino recto cegados por las ilusiones que, cual espejismos, se presentan en el camino de cada una de las vidas humanas, así como por las pasiones que nos inducen a cometer errores causantes de dolor!
El proceso evolutivo del Espíritu, es ascensión hacia la meta; PERFECCIÓN (sabiduría, fortaleza, pureza y amor), y se efectúa en los dos planos: físico y suprafísico. En el plano físico, adquiriendo experiencias y conocimientos en cada vida, cada vez más amplios, que le llevarán a la sabiduría, desarrollando la facultad intelectiva en el estudio, aprendizaje y solución de los problemas en cada vida; desarrollando, asimismo, la facultad volitiva en la lucha y superación de obstáculos de toda índole, que en cada existencia humana se le presentan, en concordancia a su capacidad. Además, la purificación del alma y desarrollo de la facultad sensorial, por medio de la práctica voluntaria del amor fraterno o vidas de dolor. Porque, mientras el ser humano no haya adquirido la bondad, mientras no haya sensibilizado su alma y vibre en amor, estará atado a la cadena de las reencarnaciones en los mundos atrasados.
Durante cada una de las vidas humanas, múltiples son las oportunidades que se presentan de practicar el bien, de ayudar en una forma u otra a nuestros semejantes, de poner en práctica el amor fraterno, de cumplir con la ley divina de: «ama a tu prójimo como te amas a ti mismo», que significa: haz por él lo que tú, en su caso, querrías que se hiciere por ti. Nadie puede excusarse de no haberlo hecho por falta de oportunidades, porque la vida ofrece oportunidades mil de poner en práctica esta norma de conducta, base de una convivencia armónica en las relaciones humanas, a la vez que de mayor progreso espiritual.
Nuestro mundo, al igual que todos los mundos que hayan alcanzado su madurez, es una escuela de aprendizaje para el Espíritu, en diferentes grados. Y, así como en los colegios no se pasa a un grado superior sin haber aprobado el anterior; asimismo, en la escuela de la vida, para tener derecho a vivir en mundos superiores que ofrecen al Espíritu nuevos campos del saber y una vida libre de sufrimientos, y por ende más feliz; es imprecindible superar todas las imperfecciones y pruebas, así como adquirir las experiencias que el mundo actual —el nuestro, por ejemplo— pueda ofrecer.
SEBASTIAN DE ARAUCO
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EL ÚLTIMO DÍA
Redacción de Momento Espírita
"Aquel era su último día de vida, pero él aún no lo sabía."
En aquella mañana, sintió necesidad de dormir un poco más. Estaba cansado, se había acostado muy tarde y no había dormido bien. Pero luego abandonó la idea de quedar un poco más en la cama y se levantó, pensando en las muchas cosas que precisaba hacer en la empresa.
Se lavó el rostro y se afeitó corriendo, automáticamente. No prestó atención a su rostro cansado ni a las ojeras oscuras, resultado de las noches mal dormidas.
Engulló el café y salió murmurando en voz baja un "buenos días", sin mucha convicción. Despreció los labios de la esposa, que se le ofrecían para un beso de despedida. No entendía por qué ella se quejaba tanto de la ausencia de él y vivía pidiendo más tiempo para estar juntos.
Él estaba consiguiendo mantener el elevado patrón de vida de la familia,¿No era así?; ¿Eso no bastaba?
Entró en el coche y salió. Cogió el teléfono móvil y llamó a su hija. Sonrió cuando supo que el nietecito ya había dado los primeros pasos. Quedó serio cuando la hija le recordó que él no aparecía para ver al nieto y lo convidó para comer juntos.
Él reflexionó bastante: sabía que le iba a gustar mucho estar con su nieto. Pero no podía, aquel día, salir de la empresa. ¿ Quien sabe si el próximo fin de semana podría?...
A la hora de la comida, pidió a su secretaria que le trajese un sanwich y un refresco de dieta. El colesterol estaba alto y precisaba hacer un chequeo, pero eso quedaría para el mes siguiente.
Comenzó a comer mientras leía algunos papeles que usaría en la reunión de la tarde. No observó que tipo de comida estaba masticando.
Mientras relacionaba los mensajes telefónicos que tenía que dar, se sintió un poco aturdido, con la visión borrosa. Se acordó del médico advirtiéndole algunos días antes, que cuando tuviese los mismos síntomas, era el momento de hacer un chequeo.
Pero después concluyó que aquello era un malestar pasajero que sería resuelto con un café fuerte, sin azúcar.
Terminado el "almuerzo", se lavó los dientes y volvió al trabajo. "La vida continúa"- pensó. Más papeles para leer, más decisiones a tomar, más compromisos a cumplir.
Salió para una reunión ya medio retrasado. No esperó el ascensor. Bajó las escaleras de dos en dos escalones. Entró en el automóvil, lo arrancó y cuando iba a meter la marcha, sintió de nuevo el mal estar, y ahora con un dolor fuerte en el pecho.
Comenzó a faltarle el aire... El dolor fue aumentando.... El automóvil desapareció... Los otros automóviles también... Los pilares, las paredes, la claridad de la calle,las luces del techo, todo se fue apagando delante de sus ojos, al mismo tiempo que surgían escenas de una película que él conocía bien.
La esposa, el nietecito, la hija, y una tras otra,todas las personas que más quería.
¿Por qué no habría ido a comer con su hija y con su nieto ?. La esposa ¿ qué le había dicho a la puerta de casa cuando él estaba saliendo esta mañana?
El dolor en el pecho persistía, pero ahora otro dolor comenzaba a perturbarlo: el del arrepentimiento.
No conseguía distinguir cual era más fuerte: el del corazón estúpido o el de su alma rota.
Escuchó el barullo de alguna cosa rompiéndose dentro de su corazón, y de sus ojos brotaron lágrimas silenciosas...
Quería vivir, quería tener otra oportunidad quería volver a casa y besar a su esposa, abrazar a la hija y jugar con el nieto....
Queria ...Quería... Pero no había más tiempo.
¡ Piense en eso!
¡Cuantas personas están viviendo hoy su último día de existencia en la Tierra y no saben eso !
¡ Cuantas salen del cuerpo físico diariamente y dejan muchas cosas por hacer!
¡ Cuantas salen del cuerpo físico diariamente y dejan muchas cosas por hacer!
Ciertamente que los compromisos profesionales, la limpieza de la casa, las compras, los pagos... otras personas lo harán.
Equipo de Redacción de Momento Espírita, con base en texto del libro La fortuna de Ser Feliz, de Roberto Shinyashiki.
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RECUERDOS ESPONTÁNEOS Y
FALSOS RECUERDOS
¿Cómo se diferencia el recuerdo espontáneo de vidas anteriores, de los falsos inducidos por un caso de obsesión?
Es de subrayar que la Posesión, se refiere a un grado mayor de obsesión o de influencia espiritual negativa, pero la realidad de la misma nada tiene que ver con las posesiones diabólicas que admiten las religiones, porque estas se refieren a la posesión por “demonios” como seres condenados eternamente al mal, lo cual, no existe.
A veces puede parecer difícil diferenciar entre el caso de un Espíritu que estando encarnado como Ser humano, manifiesta espontáneamente o mediante hipnosis, recuerdos de vidas anteriores en donde se le manifiesta otra personalidad o personalidades si son varias las existencias humanas recordadas, y entre el caso diferente de un Espíritu desencarnado que ya está en el plano espiritual (mental) que le corresponde y se manifiesta a través de una mediumnidad, desplazando del todo o en parte al Espíritu de su víctima encarnada o médium, de un modo habitual y hasta constante.
La reencarnación y la posesión son las explicaciones alternativas para todos aquellos casos en que una personalidad aparece para ocupar o asumir la de otro sujeto. Hay que señalar que entre los casos de Obsesión o Posesión y los de Reencarnación existe una diferencia importante, y es que en los de Reencarnación, como más adelante veremos, el Espíritu siempre es el mismo Ser que para regresar a este mundo, lo hace cada vez bajo una nueva personalidad humana, tomando cada vez un cuerpo físico para encarnar una personalidad humana diferente, para poder relacionarse y evolucionar durante su vida en la Tierra. En esta clase de manifestaciones las personalidades que aparecen lo hacen sucesivamente en un tiempo pasado, en diferentes épocas, sin mezclarse unas con otras , ni con la actual de la persona que recuerda bajo trance sus vidas pasadas; sin embargo, en los casos de Obsesión, cualquiera que sea su intensidad, el espíritu obsesor manifiesta una personalidad humana diferente de la de su víctima y se suele mezclar en el presente con la personalidad de ella, apareciendo ambas indistintamente entremezcladas. En los casos de Obsesión más complejos, a veces son varios los espíritus que asedian, porque en esos casos raramente suele actuar uno solo.
El cuerpo físico del obsesado, como el de todo ser humano, fue diseñado y forjado solo para él, así como planificado para vivir una vida más o menos larga o corta en este mundo, por tanto nadie más que él, lo puede “habitar” hasta el momento de su desencarnación en que su cuerpo pasa a ser solo materia y ya no es habitable por nadie. Sin embargo en el poseído, la personalidad o personalidades extrañas del Ser que se manifiesta, nada tienen que ver con la de la persona poseída, no porque ocupen su cuerpo, sino porque la influencia vibratoria es tan grande, que el sujeto subyugado o poseído queda anulado, pero no desplazado de su cuerpo al que está ligado por lazos fluídicos que solo se cortan en el momento de la muerte.
La diferencia entre los auténticos casos de reencarnación y los de posesión, también estriba en que si es un caso de memoria del pasado, el sujeto recuerda los detalles de alguna existencia humana anterior, permaneciendo mientras tanto consciente de su personalidad presente, mientras que en el “poseido” no se manifiesta su propia personalidad, sino que lo hacen una o varias personalidades diferentes a la vez, en un tiempo presente y sin la consciencia personal de la víctima. Por otro lado, cuando la causa es la de recuerdos reencarnatorios, estos datos del pasado son susceptibles de ser comprobados o confirmados, pero cuando los datos son de un Espíritu extraño que está interviniendo sin permiso, sus historias suelen ser inciertas e incomprobables.
La posesión, como la subyugación, que son grados muy fuertes de obsesión, acontecen cuando un Ser desencarnado, por cuestiones de venganza hacia la persona poseída o hacia otras personas cercanas a la misma, es capaz de desplazar a la víctima de su propio cuerpo físico por tener mayor poder psíquico que él, pero nunca el desplazamiento del “poseído” es total, pues sigue unido a su organismo físico por el “cordón de plata” o lazo de energía que une su organismo periespiritual con el físico; si así no fuese y el desplazamiento de su cuerpo fuese total, sin ningún lazo de unión, la separación sería definitiva y le sobrevendría la muerte.
El Espíritu invasor, llevado por su malignidad y su mayor fuerza psíquica, se puede manifestar a través del cuerpo físico de la víctima, y normalmente lo hace de forma violenta y compulsiva, buscando dañarle psíquica y físicamente.
Los llamados “Exorcismos” que practican algunas religiones, funcionan en cuanto el Ente invasor crea y tema la eficacia del ritual religioso que se le aplique para echarlo; si no es así, el fracaso de estos rituales suele ser total. Lo único que puede hacer a un Espíritu obsesor dejar en paz a su víctima, es un adoctrinamiento moral impartido por alguien espiritualmente superior a él, que le ayude a razonar y lo sensibilice del error que comete con su acción malévola, enseñándole como el único camino cierto en su situación, el del arrepentimiento y la práctica del bien, como indispensable para alcanzar finalmente su propia felicidad.
- Jose Luis Martín-
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¡ NACER- REENCARNAR !
Deberíamos de tener plena conciencia de que cuando una mujer está embarazada, lo que se desarrolla y palpita en su interior no es una simple aglomeración de huesos, nervios y carne en formación sin más, sino que la realidad espiritual es mucho más seria, hermosa y grande, porque ese feto en constante transformación es el traje vivo de un espíritu en progresiva materialización dentro del vientre materno, molécula a molécula, célula a célula, órgano a órgano, que desciende desde el plano espiritual hacia el mundo material para, finalmente, poder manifestarse como un ser humano.
En definitiva, cuando un bebé nace no es más que un espíritu, preexistente a la cuna y sobreviviente a la tumba, en proceso permanente de evolución, que se reviste de carne, trayendo consigo todo un patrimonio lleno de vivencias, de sentimientos y de conocimientos propios adquiridos a través de las distintas reencarnaciones experimentadas, y en la que esta nueva existencia sólo va a ser otra página más dentro de toda su epopeya como espíritu inmortal.
Por tanto, una vez cumplidos los nueve meses de gestación, llega el maravilloso momento del nacimiento de un bebé y la reencarnación de un espíritu, lleno de ilusión y de esperanzas para afrontar otra jornada terrestre, que le brindará nuevas y valiosas oportunidades para progresar, en las que tendrá pruebas que superar, deudas que rescatar, reencuentros con antiguos afectos y desafectos, momentos de alegría y momentos de desesperación, junto a un sinfín de experiencias para acumular en su ya larga trayectoria.
Pero, de momento, la más importante e imprescindible de todas, porque sin la cual las demás no serían posibles, se ha coronado con éxito y ha sido PODER NACER¡¡ PODER REENCARNAR¡
- Aportado por Ángeles Calatayud -
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