sábado, 26 de agosto de 2017

¿ El Espiritismo es una religión?




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- Adoración externa
-Resumen de la ley de los fenómenos espíritas
-El problema divino: Objeciones y contradicciones
-Resurección de la hija de Jairo: Parábolas y enseñanzas de Jesús
-¿ El Espiritismo es una religión?




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                     Adoración externa 

. ¿Tiene la adoración necesidad de manifestaciones exteriores? 

- La verdadera adoración está en el corazón. En todas vuestras acciones, pensad siempre que el Señor os observa.. 
a. La adoración externa ¿es útil? 
- Sí, cuando no constituye un vano simulacro. Siempre es útil dar un buen ejemplo. Pero aquellos que sólo lo hacen por afectación y amor propio, y cuya conducta desmiente su piedad aparente, ofrecen un ejemplo más malo que bueno, y hacen más daño del que piensan. 
¿Otorga Dios una preferencia a aquellos que lo adoran de tal o cual modo? 
- Dios prefiere a los que lo adoran desde los hondones de su corazón, con sinceridad, haciendo el bien y evitando el mal, y no a esos otros que creen honrarlo con ceremonias que no los tornan mejores para con sus semejantes. 

El libro de los espíritus 
Allan Kardec 

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      Resumen de la ley de los fenómenos 
                          espíritas 

Los Espíritus pueden manifestarse de muchas maneras diferentes: por la visión, por la audición, por el tacto, por ruidos, por el movimiento de los cuerpos, la escritura, el dibujo, la música, etc. Se manifiestan por intermedio de personas dotadas de una aptitud especial para cada tipo de manifestación y que se distinguen bajo el nombre de médiums. Es así que se distingue a los médiums videntes, parlantes, auditivos, sensitivos, de efectos físicos, dibujantes, tiptores, escribientes, etc. Entre los médiums escribientes, hay variedades numerosas, según la naturaleza de las comunicaciones que están aptos para recibir. 

Allan Kardec, Revista Espírita –Periódico de Estudios Psicológicos, 7.o año, n.o 4, abril de 1864


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      EL PROBLEMA DIVINO: OBJECIONES Y 
                  CONTRADICCIONES

       El problema divino, por ser el más vasto, el más profundo de los problemas, ya que abarca a todos los demás, ha sido motivo de teorías y sistemas sin número que corresponden a otros tantos grados de la comprensión humana, a otras tantas etapas del pensamiento en su marcha hacia lo absoluto. 
       En este dominio, las contradicciones abundan. Cada religión explica a Dios a su manera; cada teoría lo describe a su modo. Y de todo esto resulta una confusión, un caos inextricable. ¡Qué formas tan variadas de la idea de Dios, desde el fetiche del negro al Acto puro de Santo Tomás! De esta confusión, los ateos han sacado argumentos para negar la existencia de Dios; los positivistas, para declararle incognoscible. 
       ¿Cómo remediar este desorden? ¿Cómo escapar a estas contradicciones? De la manera más sencilla. Basta elevarse lo suficientemente por encima de los sistemas y las teorías para unirlas en su conjunto a través de lo que tienen en común. Basta elevarse hasta la Gran Causa, en la cual todo se resume y se explica. 
       La estrechez de miras ha desnaturalizado y comprometido la idea de Dios. Suprimamos las barreras, las prisiones, los sistemas cerrados que se contradicen, excluyen y combaten para sustituir los por las grandes miras de las concepciones superiores. A ciertas alturas, la ciencia, la filosofía y la religión, hasta aquí divididas, opuestas y hostiles bajo la influencia de sus concepciones restringidas, se unen y funden en una poderosa síntesis expresada a través del Espiritualismo Moderno. 
       Así se cumple la ley de evolución de las ideas. Después de la tesis hemos tenido la antítesis. Estamos alcanzando la síntesis, que resumirá a todas las formas y creencias y será la gloria del siglo 20 el haberla establecido y formulado. 
       Examinemos rápidamente las objeciones más comunes. La más frecuente es la que consiste en decir: Si Dios existe, si es -como lo pretendéis- bondad, justicia y amor, ¿por qué el mal y el sufrimiento reinan a nuestro alrededor? Dios es bueno, y millones de pobres seres sufren en su alma y en su carne. Todo es dolor y desgarro en la vida de las multitudes. La iniquidad es soberana sobre nuestro globo, y la ardiente lucha por la existencia hace en él nuevas víctimas cada día. 
       Como lo hemos demostrado en otras páginas, el sufrimiento es un poderoso medio de educación para las almas. Desarrolla en ellas la sensibilidad, que es ya, por sí sola, un acrecentamiento de la vida. A veces es una de las formas de la justicia, un correctivo para nuestros actos inmediatos o lejanos. 
       El mal no es más que la consecuencia de la imperfección humana. Si Dios hubiese hecho a los seres perfectos, el mal no existiría. Pero entonces el Universo estaría fijo, inmóvil en su monótona perfección. La magnífica ascensión de las almas a través del infinito sería suprimida de una vez. ¡Nada para conquistar; nada para desear! Mas, ¿qué sería una perfección sin méritos, sin esfuerzos para obtenerla? ¿Podría tener el valor de un premio para nosotros? 
       En resumen: el mal sólo es lo menos evolucionando hacia lo Más; lo inferior hacia lo superior; el alma hacia Dios. 
       Dios nos ha hecho libres: de ahí la existencia del mal, fase transitoria de nuestra ascensión. La libertad es la condición necesaria de la variedad en la unidad universal. Sin ella, la monotonía hubiera hecho un Universo insoportable. Dios nos ha dado la libertad con ese impulso de vida inicial por la cual el Ser evolucionará por medio de su propio esfuerzo a través de los espacios y de los tiempos sin límites, en la escala de las vidas sucesivas, en la superficie de los mundos que pueblan la extensión. 
     Nosotros emanamos de Dios, como nuestro pensamiento emana de nuestro Espíritu, sin fraccionarlo, sin disminuirlo. Libres y responsables, nos volvemos dueños y forjadores de nuestros destinos. Mas, para desarrollar los gérmenes y las fuerzas existentes en nosotros, es necesaria la lucha, la lucha contra la materia, contra las pasiones, contra todo lo que llamamos el mal. Esta lucha es dolorosa y los fracasos numerosos. Sin embargo, poco a poco, la experiencia se adquiere, la voluntad se templa, el bien se desprende del mal. Una hora viene en que el alma triunfa sobre las influencias inferiores, se recobra y eleva por medio de la expiación y la purificación hasta la vida feliz. Entonces comprende y admira la sabiduría y la previsión de Dios, que, al hacer de ella el árbitro de sus propios destinos, ha dispuesto todas las cosas de manera que pueda lograrse, mediante ella, la mayor felicidad posible para cada uno de nosotros. 
EL GRAN ENIGMA, Dios y el Universo 
LEÓN DENIS 

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  RESURECCIÓN DE LA HIJA DE JAIRO            (PARÁBOLAS Y ENSEÑANZAS DE JESÚS)


Racionalmente, pues, no se puede admitir la resurrección de la carne, sino como una figura simbólica del fenómeno de la reencarnación.
Allan Kardec: El libro de los espíritus, cuestión 1010.

La hija de Jairo no estaba, efectivamente, desencarnada, pues Jesús no permitió que los lazos periespirituales se rompiesen, por efecto de su voluntad y de su magnetismo superior. Considerando el poder fluídico que Él [...] poseía, nada de espanto hay en que ese fluido vivificante, accionado por una fuerte voluntad, hubiese reanimado los sentidos aletargados; que supone el mismo hecho el volver al cuerpo el Espíritu, listo para abandonarlo, toda vez que el lazo periespiritual aun no se rompió definitivamente.
Allan Kardec: La génesis, cap. 15, ítem 39.

1. Texto evangélico
Y es que llegó uno de los principales de la sinagoga, por nombre Jairo, y, viéndolo se prostró a sus pies y le rogó mucho: Mi hija esta moribunda: te ruego que vengas y le impongas las manos para que sane y viva. Y fue con el, y lo siguió una gran multitud, que lo apretaba. [...] Estando allí aun hablando, llegaron algunos del principal de la sinagoga, quien le dijeron: Tu hija está muerta: ¿para que molestas más al Maestro? Y Jesús habiendo oído esas palabras, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente. Y no permitió que nadie lo siguiese, a no ser Pedro, y Tiago, y Juan hermano de Tiago. Y, habiendo llegado a la casa principal de la sinagoga, vio el alborozo y a los que lloraban mucho y se lamentaban. Y, entrando, les dijo: ¿Por qué lloráis y os alborotáis? La niña no está muerta, está dormida. Y se reían de él; sin embargo, habiéndoles hecho salir, tomo consigo al padre y a la madre de la niña y los que con el estaban y entró donde la niña estaba acostada. Y, tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi, que, traducido, es: Niña, a ti te digo: levántate. Y luego la niña se levanto y andaba, pues ya tenía doce años y se asombraron con gran espanto. Marcos, 5: 22-24; 35-42.
La historia relatada en el texto evangélico ilustra ejemplos de resurrección citados en el Evangelio, como por ejemplo, el de Lázaro (Juan, 11: 30-44) y la del hijo de la viuda de Naín (Lucas, 7: 11 -17). La palabra “resurrección” significaba en aquella época, reencarnación o retorno del Espíritu al cuerpo físico sin que hubiese muerto.
La reencarnación hacia parte de los dogmas de los judíos, bajo el nombre de resurrección. [...] Las ideas de los judíos sobre ese punto, como sobre muchos otros, no eran claramente definidas, porque apenas tenían vagas e incompletas nociones acerca del alma y de su ligación con el cuerpo. Ellos creían que un hombre que vivió podía revivir, si saber precisamente de que manera el hecho podía darse. Designaban por el termino resurrección lo que el Espiritismo, más juiciosamente, llama reencarnación. En efecto, la resurrección, da la idea de volverá la vida al cuerpo que ya está muerto, lo que la Ciencia demuestra ser materialmente imposible, sobre todo cuando los elementos de ese cuerpo ya se hayan desde hace mucho tiempo dispersos y absorbidos. La reencarnación es la vuelta del alma o Espíritu a la vida corpórea. Más en otro cuerpo especialmente formado para el y que nada tiene de común con el antiguo.1
El registro de Marcos no se refiere, obviamente, a la reencarnación. La hija de Jairo estaba reencarnada hacia doce años, más por un motivo, no indicado en el texto, entro en un estado aparente de muerte. Por desconocer ese estado, lamentables equívocos de sepultar personas aun vivas acontecieron en el pasado. En consecuencia, al hacer la exhumación, se encontraban el cadáver en posición diferente de la que fue sepultado. Felizmente, tal hecho es raro en los días actuales, considerando los progresos médicos de comprobación de la muerte
La “resurrección” de la hija de Jairo puede ser catalogada como un fenómeno de casi muerte, estado comatoso o de catalepsia.
La llamada Experiencia de Casi Muerte es el estado de muerte clínica experimentado durante algunos momentos, después de los cuales la persona retorna a la vida del cuerpo físico. Los relatos de lo que paso, hechos a los médicos y enfermeras, por individuos de varias culturas y credos, coinciden con lo que dice el Espiritismo y demás religiones reencarnacionistas. 3
Tales personas relatan ocurrencia de acontecimientos semejantes, vividos en los breves instantes entre una parada cardiaca más prolongada y la resucitación corporal, subsecuente. Entre esas ocurrencias, afirman encontrar, en efecto, la travesía de un túnel o de otros pasajes, seres de luz que los acogen cariñosamente. Es frecuente la recepción por los parientes y amigos fallecidos. 4
En el estado de coma ocurre un estado de inconsciencia, similar al sueño profundo, del cual no se consigue despertar al individuo. Infecciones, traumatismos, disturbios metabólicos son algunos ejemplos inductores del coma. 5
La catalepsia es una condición en la cual el enfermo entra en una especie de trance. No consigue reaccionar o en efecto responder a los estímulos externos, más las conversaciones son oídas. La catalepsia puede ser inducida por sustancias psicóticas o por grave disturbio psíquico. 6
Por otro lado, la resurrección puede ser comprendida como símbolo de renovación espiritual, como esclarece Emmanuel.
Resurrección es resurgimiento. Y el sentido de renovación no se compara con la teoría de las penas eternas. En las sentencias sumarias y definitivas no hay recurso salvador. A través de las referencias del Maestro, con todo, observamos que la Providencia Divina es mucho más rica y magnánima de lo que parece. Habrá resurrección para todos, apenas con la diferencia de que los buenos la tendrán en vida nueva y los malos en nueva condenación, proveniente de la creación reprobable de ellos mismos. 12
Interpretación del texto evangélico
Y es que llegó uno de los principales de la sinagoga, por nombre Jairo, y, viéndolo se prostró a sus pies y le rogó mucho: Mi hija esta moribunda: te ruego que vengas y le impongas las manos para que sane y viva. Y fue con el, y lo siguió una gran multitud, que lo apretaba. (Mc5:22-24)
El hecho de uno de los dirigentes de la Sinagoga haber procurado a Jesús para “resucitar” a su hija no debe sorprender, una vez que, aunque los judíos no aceptasen las enseñanzas cristianas, se inclinaban a la superioridad moral y espiritual de Jesús. De esa forma, el Maestro estaba siempre rodeado de una “gran multitud, que lo apretaba.”
Otro punto que llama la atención es que Jairo no ve a la hija muerta, la ve como moribunda, de ahí la actitud humilde de postrarse a los pies de Jesús y suplicarle auxilio, pidiéndole que impusiera las manos sobre la hija y la hiciera retornar a la vida.
La niña, realmente, no estaba desencarnada, como se constato más tarde. Entretanto, las ligaciones periespirituales con el cuerpo físico deberían estar muy debilitadas.
En ciertos estados patológicos, cuando el Espíritu ha dejado el cuerpo y el periespiritu solo por algunos puntos se le haya adherido, el presenta, el cuerpo, todas las apariencias de la muerte y se enuncia una verdad absoluta, diciendo que la vida está pendiente de un hilo. Semejante estado puede durar más o menos tiempo; pueden incluso algunas partes del cuerpo entrar en descomposición, sin que, en tanto, la vida se halle definitivamente extinguida. Mientras no se haya roto el ultimo hilo, puede el Espíritu, quiera sea por una acción de energía, de su propia voluntad, quiera sea por un influjo fluídico extraño, igualmente fuerte, ser llamado a volver al cuerpo. Es como se explican ciertos hechos de prolongamiento de la vida contra todas las posibilidades y algunas supuestas resurrecciones. 2
Jairo debía desconocer el mal que tenía su hija, entretanto, sabía que el magnetismo poderoso de Cristo, asociado al inmenso amor del Maestro, era la única forma de beneficiar a la querida enferma. <<Jesús imponía las manos en los enfermos y les transmitía los bienes de la salud. Su amoroso poder conocía los menores desequilibrios de la Naturaleza y los recursos para restaurar la harmonía indispensable. >> 9
Estando allí aun hablando, llegaron algunos del principal de la sinagoga, quien le dijeron: Tu hija está muerta: ¿Para qué molestas más al Maestro? Y Jesús habiendo oído esas palabras, dijo al principal de la sinagoga: No temas, cree solamente (Mc 5:35-36).
Situación semejante aun se repite en los días actuales: ante la aflicción del prójimo siempre hay individuos que hacen juzgamientos prematuros, que emiten opiniones taxativas, como si conociesen todos los detalles del problema. Son criaturas que dificultan, o hasta impiden, el acceso del sufridor a la fuente de auxilio. No siempre lo hacen de forma deliberada, o con espíritu de maldad, sino por fuerza de hábito. Todavía, se trata de un comportamiento anti-fraterno, anti- solidario, que merece ser revisado, incluso combatido porque, independientemente de la situación, no se justifica ahogar la esperanza de alguien, aunque la situación se revele desesperante o sin solución.
No te hagas portador de los mensajes de pesimismo. La Tierra posee enormes legiones para la fuerza del mal. Se la palabra que reconforte y auxilie. Aunque te encuentres ante aquellos que se encuentran en los estertores de la agonía, hablales con esperanza y no les vaticines el surgimiento en la muerte, porque Dios es también misericordia y la misericordia de Dios podrá desmentirte. Lázaro, vendado en la tumba, era alguien con certificado de defunción indiscutible, pero Jesús lo llamó para más amplio aprovechamiento de las horas, y Lázaro revivió. 13
Debemos seguir el ejemplo de Jesús ante el afligido padre que le buscaba el concurso fraterno: “Y Jesús, habiendo oído esas palabras, dijo al principal de la sinagoga: “No temas, cree solamente. “Esta es la seguridad que el Maestro nos concede: con Éll, no hay motivos para temores. Al final, Éll es el Cristo, el amigo mayor, orientador supremo y guía seguro.
Al pronunciar las palabras “no temas” es como si el pidiese para no colocar obstáculos a la manifestación de la misericordia celestial. “Cree solamente”, expresión pronunciada enseguida, indica la necesidad al solicitante de elevar el padrón de vibración mental, favorecido por la firme confianza o fe.
Y no permitió que nadie lo siguiese, a no ser Pedro, y Tiago, y Juan hermano de Tiago. Y, habiendo llegado a la casa principal de la sinagoga, vio el alborozo y a los que lloraban mucho y se lamentaban. Y, entrando, les dijo: ¿Por qué lloráis y os alborotáis? La niña no está muerta, está dormida. Y se reían de él; sin embargo, habiéndoles hecho salir, tomo consigo al padre y a la madre de la niña y los que con el estaban y entró donde la niña estaba acostada. Y, tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi, que, traducido, es: Niña, a ti te digo: levántate. Y luego la niña se levanto y andaba, pues ya tenía doce años y se asombraron con gran espanto. (Mc. 5: 37-42)
El maestro, no hay duda, [...] resucitó a la hija de Jairo porque, si no llegase a tiempo, ella iría para la sepultura inmediatamente y entonces moriría. [...] ¿Más como se dio la cura? No es difícil explicar por el Espiritismo. La muerte es la separación del alma del cuerpo, debido a la deficiencia del fluido vital. Siendo así, en los casos de sincope y catalepsia, hay desequilibrio del fluido vital. Jesús, conocedor de las leyes de los fluidos y de la naturaleza humana, por su amplio poder magnético, impregno el fluido deficiente en la niña, deficiencia que impedía al Espíritu de actuar naturalmente sobre el cuerpo; equilibrando ese fluido por todo el organismo, restituyó la salud a la paciente; ella pudo tomar posesión de su cuerpo.
No podemos ignorar la enseñanza moral de esa cura. Jesús calma y estimula la fe en los afligidos. No se disgusta con los incrédulos, o pesimistas, cuando estos se burlan al oírlo afirmar que la niña no estaba muerta, más si dormía. Aparta los presentes que alimentaban el clima de desarmonía, de alboroto y de desgaste emocional por el exceso de llanto. Junto con tres apóstoles y los padres de la enferma, se adentra en el local donde la niña estaba dormida y realiza la cura.
Se trata de una situación que merece mayores reflexiones. El gesto de solidaridad es siempre bien venido. Las lágrimas son, muchas veces, manifestaciones de afecto o de sentimiento. Una catarsis natural. Entre tanto, es preciso saber administrar las emociones para que estas no se transformen en procesos de desequilibrio. En el momento de la prueba es importante buscar el confort en la oración, apoyarse en el amor de Jesús y del Padre Celestial, a fin de que el dolor no resulte con lamentaciones y quejas, siempre improductivas y perturbadoras. Es fundamental creer en el Supremo Bien.
Jesús resucitando a Lázaro, a la hija de Jairo y al hijo de la viuda de Naín, tuvo en mira promover las resurrecciones del alma. Operaba milagros como medio de atender un fin: resucitar Espíritus muertos, sepultados en túmulos de carne. Tal es el hecho que le interesaba.
“Resucitar Espíritus muertos, sepultados en túmulos de carne”, significa decir que hay mucha gente enferma deambulando por el mundo. En general, no padecen de males físicos, sino de enfermedades morales. De suerte que las curas realizadas por Jesús visaban, también, la cura espiritual, causa también de las enfermedades físicas.
Nuevos elementos emergen en la continuidad del texto. “Mas Él, tomándole la mano, clamó diciéndole: Levántate, niña, y su Espíritu volvió, y ella luego se levanto y anduvo”. Y todos quedaron maravillados. Tales hechos evidencian actitudes que envuelven, no solamente el interés del Maestro en operar en el bien, más, sino también, en aspectos de consideración, de envolvimiento afectivo y de respeto. La actitud de Jesús: “tomándole la mano” indica mucho más que fuerza y providencia terapéuticas. Define aproximación y seguridad al paciente. Tal gesto, el de “tomar la mano”, no se restringe a un mero contacto físico, sino a una forma de garantizar acogimiento, apoyo y protección.
Enseguida, vemos al comando de Jesús asociado a su autoridad, actitudes que atestiguan su elevada jerarquía espiritual. La frase “Levántate niña” es más que una simple orden, es también una afirmación imperativa, necesaria para la postura positiva que el espíritu enfermo debería tomar para librarse de aquella situación. Los hechos toman dimensiones ampliadas, atendiendo el espíritu que se encontraba desdoblado, parcialmente desligado del cuerpo físico, fuera del estado normal de conciencia. y, como el cuerpo se encontraba en condiciones de continuar sirviendo al espíritu, este fue reintegrado a la vestimenta física, claramente expresa en este registro: “Y luego la niña se levantó y anduvo, pues ya tenía doce años”.
En un sentido más amplio, podemos afirmar que todos los que se encuentran “muertos” para la realidad espiritual, pueden, en determinado momento, por si mismos o por intercesión de un espíritu amigo, oír el llamamiento de Cristo, despertándose para la vida.
Es también en este sentido que Páblo exclama: “Despierta, o tu que duermes, y levántate de entre los muertos, Cristo te esclarecerá” (Efesios, 5;14). Siendo así, es necesario que la persona despierte para la vida. <<La criatura necesita indagar de si misma lo que hace, lo que desea, que propósitos tiene y a que finalidades se destina. >> 11
El episodio de la cura de la hija de Jairo encierra inestimable lección de despertamiento espiritual, no solo por las conquistas facultadas por la reencarnación, más tambien respecto a la concienciación moral, ambas necesarias al progreso del Espíritu inmortal
Hay millares de compañeros nuestros que duermen, indefinidamente, mientras se prolonga en balde para ellos el glorioso día de la experiencia sobre la Tierra. Perciben vagamente la producción incesante de la Naturaleza, más no se acuerdan de la obligación de hacer algo en beneficio del progreso colectivo. Ante el árbol que se cubre de frutos o de la abeja que teje el nido de miel, no se acuerdan del necesario deber de contribuir para la prosperidad común. De manera general, se asemejan a muertos preciosamente adormecidos. Llega, sin embargo, un día en que despiertan y comienzan a alabar al Señor, en éxtasis admirable... Eso, no en tanto, es insuficiente. Hay muchos hermanos con ojos abiertos, guardando, sin embargo, el alma en la posición horizontal de la ociosidad. Es preciso que los corazones despiertos se yergan para la vida, se levanten para trabajar en la sementera y en la siembra del bien, a fin de que el Maestro los ilumine. Esforcémonos por alertar a nuestros compañeros adormecidos, más no olvidemos la necesidad de auxiliarlos en su ldevantamiento.
traducido por: Mercedes Cruz Reyes

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 ¿ EL ESPIRITISMO ES UNA RELIGIÓN ?

¿Cual fue la opinión de Kardec acerca de si el Espiritismo es o no es religión? Veamos en sus propias palabras. Yo personalmente opino que " más claro ni el agua". 

"El lazo establecido por una religión, sea cual sea su objeto, es, pues, un lazo esencialmente moral, que liga los corazones, que identifica los pensamientos, las aspiraciones, y no es solamente el hecho de compromisos materiales que se rompen a voluntad, o del cumplimiento de fórmulas que hablan más a los ojos que al espíritu. El efecto de ese lazo moral es establecer, entre aquellos que une, como consecuencia de la comunidad de visión y de sentimientos, la fraternidad y la solidaridad, la indulgencia y la benevolencia mutuas. Es en ese sentido que se dice también: la religión de la amistad, la religión de la familia. De ser así, se dirá, ¿el Espiritismo es, pues, una religión? ¡Pues bien, sí! Sin duda, señores; en el sentido filosófico, el Espiritismo es una religión y nos gloriamos de eso, porque es la Doctrina que fundamenta los lazos de la fraternidad y de la comunión de pensamientos, no en una simple convención, sino en las bases más sólidas: las propias leyes de la naturaleza. ¿Por qué, pues, hemos declarado que el Espiritismo no es una religión? Por la razón de que hay una única palabra para expresar dos ideas diferentes y de que, en la opinión general, la palabra religión es inseparable de culto; de que esa palabra revela exclusivamente una idea de forma, que el Espiritismo no tiene. Si el Espiritismo se dijera religión, el público sólo vería en él una nueva edición, una variante, si se quiere, de los principios absolutos en materia de fe; una casta sacerdotal con su cortejo de jerarquías, de ceremonias y de privilegios; no lo separaría de las ideas de misticismo y de los abusos contra los cuales la opinión pública frecuentemente se ha sublevado. Al no tener ninguna de las características de una religión, en la acepción común de la palabra, el Espiritismo no podía ni debía adornarse de un título sobre cuyo valor las personas se confundirían inevitablemente; he aquí el motivo por el cual se dice simplemente: doctrina filosófica y moral.
  La inspirada comunicación del Maestro Kardec es bien clara y debiera ser más que suficiente para satisfacer ambas partes y opiniones. Claro, la mayoría de nosotros los seres humanos queremos y pretendemos que la nuestra ( la manera de ver e interpretar) sea la ÚNICA...
    Nos dice claramente que la Doctrina y Movimiento Espirita, NO ES otra religión más..Eso queda claro, no habría que discutirlo más. Pero también nos dice con absoluta claridad que: " si entendieramos el significado y concepto de la palabra Religión, lo que significa más allá de los ritos, de las formas y de las ceremonias, entonces, dice Kardec: " POR SUPUESTO que el Espiritismo sería una Religión ( nada para avergonzarse) y Kardec con gran sabiduría nos resume: " POR LO TANTO: para evitar confusiones (no porque no lo sea, sino, para que no la confundan con otra religión más, LA LLAMAREMOS: Ciencia, Filosofía y Moral". 
Dónde está la discusión, me preguntó? En que para algunos, más Kardecistas que Kardec, les encantaría que Kardec no hubiera sido tan explícito, tan claro. Pero...lo fue

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