lunes, 19 de enero de 2015

El obsesor renovado

   
¿ Existe la involución del espíritu?

El proceso de involución en los seres espirituales humanos y en sus sociedades, es frecuente, pero siempre lo es con carácter temporal y limitado. Esto casi siempre supone un aparente paso atrás, pero que sin embargo no es mas que un impulso para después retomar con nuevos bríos nuestro camino hacia adelante.
Nada retrocede jamás en la Creación, pues los errores y caídas también son sabiamente aprovechados por la Ley de Evolución, para hacernos progresar porque nos aportan una experiencia que formará parte de nuestra madurez espiritual para siempre.
Si la involución o retroceso total y definitivo existiese realmente , conformaría otra ley cósmica opuesta a la de la Evolución que es siempre en sentido ascendente y progresivo, con lo que por la potencia de dos leyes naturales y contrarias, se anularían entre ellas, de modo que de esta forma el ser humano y la Naturaleza toda, no dejarían de oscilar eternamente entre la evolución o progreso y la involución o retroceso, ( un pasito adelante y otro pasito atrás, y se repite esta secuencia indefinidamente), lo cual supondría un estancamiento infinito y permanente, nunca un avance, y evidentemente como vemos, esto no es así.
Ciertamente existen pueblos y culturas que parecen haber degenerado en sus aspectos éticos, morales y sociales, sin embargo la ley de la Evolución solo actúa en dirección ascendente y progresiva hacia la Perfección, la Sabiduría y el Amor. Si analizamos retrospectivamente nuestra historia, vemos como han habido civilizaciones y culturas que degeneraron o desaparecieron dando paso a otras mucho mas atrasadas o primitivas . La clave de esta aparente involución humana la podemos encontrar cuando comprendamos los entresijos de la evolución y de la Reencarnación que la hace posible. Se puede entonces comprender que los Seres que poblaron una espléndida civilización del pasado, no son los mismos que posteriormente en el tiempo han venido a nacer en el seno de esa civilización o en la misma zona geográfica , y estos al ser más atrasados que sus antecesores, han ido degradando la antigua sociedad y viciando las ancestrales culturas, pueblos y sociedades que les precedieron en el pasado .
Es de señalar que existen indicios arqueológicos claros y sorprendentes de que antes de lo que llamamos nuestra Prehistoria, en este mismo planeta parece ser que debió de existir una Ante-Prehistoria en donde tal vez existieron civilizaciones humanas tecnológicamente avanzadas, pero que por alguna causa terminaron desapareciendo de la faz de la Tierra, dejando posteriormente paso a las razas humanas actuales, descendientes en cuanto a su parte animalizada y material, del reino animal, pues en un principio nuestro cuerpo y tal vez nuestra alma, partieron de un orden de primates que evolucionaron hacia su transformación en seres humanos. ¿ Cómo ese salto evolutivo tan importante?. Esto, quizás pudo ser debido a una manipulación genética, tal vez realizada por científicos de aquellas civilizaciones anteprehistóricas, quizás muy avanzadas, o quizás llevada a cabo por Seres inteligentes mucho mas evolucionados en lo moral y en lo científico, procedentes de otros mundos físicos del Universo, con arreglo a una planificación cósmica para el proceso evolutivo de la Tierra y los espíritus que en ella deberán evolucionar . Esta adecuación genética nos pudo hacer físicamente aptos para dar el paso definitivo entre el reino animal y el del Ser humano que continuó evolucionando ligado individualmente a su Espíritu Divino consciente y pensante, lo cual nos dio categoría humana.
Las sociedades evolucionan a medida que lo hacen sus indivíduos, pero si estos van cambiando en cada época, las civilizaciones y pueblos aunque hayan tenido un pasado de esplendor se pueden ver degeneradas con el paso del tiempo a causa de nuevas generaciones de espíritus degradados y diferentes que reencarnan en su seno. Asimismo también se puede dar el caso opuesto y esto lo podemos ver en civilizaciones y culturas que en apenas una generación demuestran un extraordinario cambio positivo de aptitud, mentalidad y progreso con respecto a sus antecesores.
Se da también la paradoja de que en este mundo “civilizado”, aún existen en lo más recóndito de algunas selvas, grupos humanos o tribus que llamamos “salvajes” porque se encuentran tal vez como el hombre civilizado de hoy hace miles de años. No se debe confundir ante estos casos a la evolución humana de las civilizaciones y los pueblos, con la evolución individual de cada ser humano. En este mundo nuestro, clasificado como de “expiación y pruebas”, quedan rincones para que Seres procedentes de “mundos primitivos”, reencarnen en esos pueblos primitivos como paso previo antes de comenzar a reencarnar en el seno de otras civilizaciones y pueblos más avanzados que habitan nuestro planeta. No es que esos hombres no hayan evolucionado en miles de años y el resto sí; se pueden considerar como recién llegados con la sola experiencia de los mundos primitivos que vivieron anteriormente y en los que desarrollan su propia cultura , generalmente de plena integración en la Naturaleza, y en esas tríbus primitivas encuentran la antesala que les dará paso mediante la reencarnación a oros pueblos integrados en la clasificación de “ Los Mundos de Expiación y Pruebas”, que serán el auténtico crisol para su adelanto evolutivo a través de muchas vidas en ellos como humanos..

- Jose Luis Martín-

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No hay fin, solo existe el camino, la evolución no se termina nunca, se transforma a la imagen del ser que la vive”.
Proverbio japonés-
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FELICIDAD SIN CULPA

La mayoría de las personas se siente infeliz u odia su felicidad a causa de la internalización de un poderoso mecanismo, sea social, moral o religioso, introductor de culpa.
El ser humano se estructura dentro de la sociedad sin la debida reflexión sobre  los valores que asimila. No siempre percibe que, aquellos en sus orígenes deben en la adultez, merecer reflexión y consecuentemente la liberación  de lo que no  tiene que ver con su madurez.
 No siempre las personas consiguen liberarse de la presión  ejercida por la sociedad de la que forman parte. Esa presión  no es apenas ejercida a través  de normas  y leyes, más si principalmente a partir de aquello que no es dicho y ni es explicado.
Las leyes de la convivencia entre las personas, las cuales  no siempre hacen parte de algún código escrito, promueven sanciones que psicológicamente imponen  culpa  y la necesidad de alivio psíquico. En ese contexto se suman los preceptos  extraídos por  las interpretaciones humanas de los códigos de las religiones, muchas veces usados como mecanismos represores, para limitar aun más las posibilidades del ser humano de entender su propia vida y alcanzar la felicidad.
El gran generador de la infelicidad es la culpa que nos permite, cuando es instalada, esperar algún tipo de punición para alivio de aquello que consideramos una transgresión. Estamos siempre a la espera de que esa punición ocurra, generando ansiedad y odiando nuestra felicidad.
Es claro que todo eso ocurre también como un mecanismo que posibilita la percepción de la propia libertad individual. Hay personas que necesitan limites para mejor administrar su libertad, sin embargo esa regla es utilizada de forma excesiva y castradora, cara al miedo que tiene el ser humano   de perder el control sobre sí mismo.
El propósito de todo ser humano es alcanzar la felicidad posible sin perder  la noción de la responsabilidad individual por los propios actos. Ser feliz solo es posible  a través de la libertad  con responsabilidad. Quien no es capaz de asumir  las consecuencias de sus actos, no conseguirá vivir con la conciencia en paz y en harmonía.
Las religiones y filosofías fueron – y aun son – utilizadas como mecanismos de dominación colectiva bajo argumento de que el pasado de la humanidad demuestra su necesidad de imponer límites. Es necesario que se perciba el espíritu como ser presente que, aunque asentado sobre su pasado, está siempre mirando para el futuro. Sin olvidar el pasado es preciso vivir el presente con el mirar en el futuro. Las religiones valorizan más el pasado que el futuro del ser humano, imponiéndole que cargue siempre alguna culpa.
Las religiones, como son practicadas, sirven para determinadas clases de creyentes. Para otras  ellas necesitan de  interpretaciones  y comprensiones más avanzadas  bajo pena de extinguirse. Ellas deben ser entendidas  de formas distintas y de acuerdo con el nivel de evolución del espíritu. En la mayoría de ellas, el concepto de felicidad pasa por la culpa y por la negación a la vida en la materia. Entender que ella, la felicidad, sólo puede ocurrir en otros lugares, después de la muerte, es negar el sentido de la existencia, consecuentemente el presente. 
No entregue su felicidad  a la crítica de las religiones, de las filosofías, de los otros o a los equívocos que cometió. La religión por naturaleza, debe facilitar el proceso de crecimiento del ser humano. Tómela como auxiliar de su equilibrio psicológico y espiritual. No coloque su felicidad a merced de las contingencias accidentales de su vida  o aun mismo  a una fase de turbulencia por la que usted está pasando. Acuérdese de que vivir no es un acto aislado del ser humano. Es un contexto, una conexión y un sentido. En la unión de esas realidades se junta el Espíritu que es usted. Asuma el comando de su vida y coloque el servicio del propósito de ser feliz. Siga el dicho que dice: “viva y deje a los otros vivir”.
Nadie en el mundo  está irremediablemente  condenado a sufrir o a penar eternamente,  en la vida o en la muerte.
Las teorías  que llevaron al ser humano  a sentirse perdido o condenado a sufrir por los actos   lo distanciaran  de su propia felicidad. El ser humano esta “condenado” a ser feliz y esa conquista  son hechos individual y colectivamente. El fue presentado por Dios que le dio la Vida.
La felicidad hemos de verla  como un estado del espíritu posible. El corazón y la razón son fases de  una misma moneda, que representa el ser humano. Intentar separarlas es  cosas de  niños, totalmente infantil.
Deje a un lado sus culpas y sus miedos, con el fin de adquirir instrumentos que posibiliten alcanzar  la paz que desea. Procure liberarse  del hombre viejo y procure adquirir  nuevos valores.
Retire el velo que cubre su visión de usted mismo, despídase de la ropa que el mundo  le ayudo a tejer y vístase  con el manto de la sencillez de la pureza de corazón, con el fin de captar el significado más profundo y los sentimientos  le lleven a reconocer su esencia. Recuerde  que no hay nada en el mundo que valga más que la paz interior. Y que ella, para ser real debe manifestarse en el mundo en su práctica diaria y en sus relaciones con los otros. La felicidad real y la paz verdadera son posibles y vividas  en el mundo.
Reúna sus más íntimos propósitos, junte sus mejores intenciones, fortalézcase  con las mejores energías y entre en contacto con Dios que mora en usted, para encontrar su plena felicidad. No se olvide de repartirla por donde pase y con quien esté, pues eso es garantía de perpetuidad.
Mercedes Cruz
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      PENSAMIENTO
Las vibraciones del pensamiento se propagan a través del espacio y nos traen pensamientos y vibraciones similares. Si llegamos un día a comprender la naturaleza y la extensión de esta fuerza, no tendremos más que elevados y nobles pensamientos. Pero el hombre se desconoce a sí mismo, como ignora los recursos inmensos de este pensamiento creador y fecundo que duerme en él y con ayuda del cual podría renovar el mundo.
León Denis-
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EL OBSESOR RENOVADO

Divaldo contó una historia verídica, por otra parte, utilísima para los dirigentes y adoctrinadores de reuniones mediúmnicas, que es así:
Una joven ya había pasado por reuniones mediúmnicas de  varias Casas Espiritas. Se había sometido a la fluidoterapia, al agua fluidificada, afirmando que oraba y que estudiaba la Doctrina espirita, con el fin de liberarse de la obsesión.
Llegó al Centro Espirita Camino de la redención solicitando auxilio para su perturbación espiritual, pasando a frecuentar las reuniones doctrinarias.
Pasados algunos años,  en una de las reuniones mediúmnicas de la Casa, el obsesor  fue adoctrinado, como siempre, con amor, más también con dulce energía. El adoctrinador termino su trabajo diciendo que había intentado los mejores argumentos, esperando encontrar una respuesta, para poder sensibilizarlo,  más… no tuvo existo.
El Espíritu que se conservó mudo hasta aquel preciso momento, respondió:
- Ustedes están engañados. Yo preciso aclararles algo. Al principio yo odie a esa mujer. Son reminiscencias de otras encarnaciones  que nos perjudicaron mucho. Sin embargo, poco a poco, fui observando las lecciones que son administradas en esta Casa de Caridad y después  de recibir las respuestas para mis dudas, en los diálogos  que trabé con el coordinador de los trabajos, suavice mi carácter, disminuí mis vicios, y hoy ya comienzo a vivir  una vida diferente,  intentando practicar aquello que aprendí. Más, al dejar  a la antigua enemiga, percibí que ella me evocaba con sus pensamientos, culpándome e injuriándome. Así, hoy, yo soy por ella observado, y pido a Dios que me libere de ese yugo.
Y el Espíritu se desligo del médium, apartándose.
El director de la Casa habló con la moza sobre lo ocurrido, interrogándole sobre  la autenticidad de los hechos.
Ella siempre  muy calmada y paciente pasó a agredir al Espíritu con palabras ríspidas. Explicó que, como el obsesor  la había perjudicado en años pasados, impidiéndola de casarse y constituir una familia, ella ahora también lo perturbaba para que él experimentase el mismo sufrimiento.
El director conservando la calma  y con mucha bondad, pasó a adoctrinar ahora a la encarnada, esclareciéndola sobre la terapia saludable del perdón, solicitando un estudio  profundo de la Doctrina Espirita y su renovación espiritual.
De esa historia podemos recordar que:
Primero.- Que muchos procuran la Casa Espirita para resolver sus problemas espirituales.  Quieren librarse de los obsesores, de preferencia rápidamente. Mas lo que debemos dejar bien claro  para los que nos procuran es que la cura depende de uno mismo. La Casa Espirita es un hospital del alma, mas si el paciente no toma el medicamento correctamente, este no hará efecto.  Y el medicamento está en el Evangelio de Jesús, que nos pide la reforma intima, o sea, la reforma en nuestros sentimientos, pensamientos y actos. Retirando de ella el odio, el rencor, la amargura, el resentimiento, la venganza…
Segundo.- Que la vigilancia es un  indicio cierto del estado atrasado de los hombres que a ella se entregan, y de los Espíritus  que pueden aun inspirarla. Por tanto, amigos míos, ese sentimiento no debe jamás hacer vibrar el corazón de quien se diga  y se afirme espirita. Vengarse, como ustedes saben, es del todo contrario a esta prescripción de Cristo: Perdonad a vuestros enemigos.”  (Jules Oliver)
Tercero.-  Generalmente vemos  a un desencarnado obsesando a un encarnado. Mas, lo contrario también acontece. Un encarnado también obsesa a un desencarnado  con recuerdos de odio, rencor, amargura, venganza o por quedar lamentando su desencarnación haciendo que este quede preso  cerca de nosotros.

Portado por Marco Aurelio Rocha 
Traducido por Merchita
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